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RECORRER LA CIUDAD EN CLAVE DE MEMORIA Juan C. Posada Coordinador del Museo de la Casa de la Memoria. Área Memoria Histórica Programa de Atención a víctimas del conflicto armado Secretaría de Gobierno Alcaldía de Medellín 1. Hablamos con facilidad de las 2 ciudades. De los diversos grupos, tribus o sociedades que habitan este territorio. Sin embargo, insisto, (tal vez desde la ingenuidad o desde el idealismo ciudadano que aún me habita) que somos una sola ciudad, un espacio diverso… pero único. Un lugar en permanente construcción en medio de las diferencias. de la vivienda como única posibilidad de estabilidad económica, nos “vende” los modelos de crecimiento al interior, de ciudades en altura y de acomodarnos cada vez en menos metros cuadrados, menos espacios colectivos y muchos y repetitivos Centros comerciales, que a la manera de José Saramago en su libro La Caverna, relata como una sencilla familia de orfebres artesanales habitantes de las zonas rurales, sueña con llegar a vivir al “centro”, donde todo esta bajo un mismo techo y no hay necesidad de salir a ningún otro lugar de la ciudad para tener todo lo necesario para sobrevivir. No recorrer, No a los trayectos, No a los encuentros, ni al reconocer la ciudad con sus diferentes improntas, épocas y procesos. 5. Recorrer la ciudad en clave de memoria histórica, tratar de entender como algunos grupos, minoritarios, le han apostado desde las resistencias culturales a construir identidad local, que permitan el reconocimiento y la inclusión del pasado como un componente importante en la construcción de sus democracias, de su futuro a partir del desarrollo local. 6. Algunos se apresuran a decir “Somos una ciudad sin memoria”. Otros apoyados en conceptos más amplios expresan que “Aquel que no conoce la historia está destinado a repetirla”, otros con mayores argumentos y conocimientos reiteran que Colombia (la sociedad que lo habita) es un país amnésico. Frases que tenia como premisas en mis notas iníciales hace un poco mas de 18 meses cuando ingrese al Programa de Atención a Víctimas y que lenta pero seguramente se van desmontando cuando uno logra acercarse y conocer un buen número de iniciativas locales, barriales, comunales con procesos de participación 2. Siempre partimos de la afirmación de que Medellín es una ciudad que se acostumbró a arrasar con el pasado. Que Medellín es una ciudad en permanente demolición, Que en Medellín la Memoria NO existe. 7. de afro descendientes, población LGTBI, Jóvenes, mujeres viudas de la UP, o simplemente viudas de las múltiples violencias de esta sociedad , grupos indígenas, Organizaciones Sociales, organizaciones de Víctimas, grupos culturales, artistas, ONG, Académicos, en fin… 3. Como consecuencia, Que este territorio ya conurbado con otros 9 municipios no ha logrado construir su propia identidad y consecuentemente sus procesos culturales y sociales. Esta afirmación a la que muchos le hacemos eco de forma facilista y con bastante desconocimiento de la integralidad de la ciudad. 8. Se encuentra que son una serie de iniciativas, que poco a poco se van tejiendo y articulando. Algo así como una población significativa e importante que considera que la memoria de la ciudad y particularmente la memoria del conflicto es importante recordarla para no repetirla. 4. Sirve prioritariamente, o mejor, le hace el juego a los intereses y lógicas del mercado inmobiliario que ante la carencia de suelo urbanizable y ante el imaginario Es aquí donde me atrevo a proponer que la memoria histórica debe asumirse como la posibilidad para fortalecer la democracia. La memoria histórica (aquella que es selectiva) debe comprenderse como una construcción colectiva donde cada individuo o grupo cuenta sus violencias de acuerdo a su propia experiencia. recuerdan de manera permanentemente que es importante hacer Memoria aún en medio del Conflicto. 9. Marta Ruiz, en su texto La batalla por la memoria nos dice “A cada ciclo de guerra le ha seguido un pacto de paz que ha buscado enterrar el pasado, con la idea de que para seguir adelante no se puede recordar el horror, pues sería como echarle sal a las heridas. Las víctimas de la Violencia de los años 50 pudieron quedar en el olvido, en aras de que el Frente Nacional fuera viable, a no ser porque un grupo de intelectuales -monseñor Germán Guzmán Campos, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna- exhumaron archivos y recogieron testimonios en campos y veredas, para luego interpretar lo que había ocurrido en ese aciago periodo. Sin ese estudio, llamado La Violencia en Colombia, quizá nunca se hubiera sabido que fueron 300.000 quienes murieron en esos años, que hubo todo tipo de métodos de horror y de los vínculos profundos de sectores políticos urbanos con las matanzas. Este fue, si se quiere, un antecedente pionero de la memoria histórica en nuestro país. 12. Es un buen momento entonces para acercarnos a la propuesta del Museo Casa de la memoria, un proyecto estratégico para la ciudad, una iniciativa liderada desde el estado local (Administración Municipal, Secretaria de Gobierno/ PAVCA) que asume el tema de la memoria del Conflicto armado como un tema de responsabilidad pública, como una respuesta desde el Estado local a construir colectivamente con los diversos sectores. Como una propuesta totalizante e incluyente que involucre lo Público, lo Privado y lo Comunitario. (Vale mencionar el Comité asesor) 10. En Colombia, a partir de las declaraciones de los victimarios en los tribunales de Justicia y Paz, y con los testimonios de las víctimas, se está configurando una especie de retrato hablado de las últimas dos décadas. El cuadro es pavoroso: violaciones a mujeres, matanzas hechas con la complicidad de la fuerza pública, destierros como política sistemática para apropiarse de las tierras, reclutamiento de menores que pasaron de ser víctimas a victimarios. Venganza, retaliación, resentimiento por parte de unos e indiferencia por parte de la mayoría”. 11. Medellín ha sido un laboratorio permanente para leer los impactos de estos procesos históricos de violencias por múltiples factores: la violencia política, el narcotráfico, terrorismo, guerrilla, milicias urbanas, Bandas Criminales, bandas emergentes, en fin…). Para tratar de comprender las respuestas institucionales desde el Estado: Frente Nacional (como acuerdo político), Consejería Presidencial, Primed, Paisajoven, Planes Piloto, Planes Urbanos Integrales, Planes de desarrollo local, Presupuestos Participativos). Pero también para reconocer en las resistencias culturales que ante la fragilidad social frente a las violencias toma como alternativa el arte y la cultura para resistir y sobrevivir: Bazarte, cinemateca el Subterráneo, Barrio Comparsa, Convivamos, Festival de Poesía, Festival de rock en Castilla, Festival de teatro, Nuestra Gente, Red Elite, Matacandelas, La nave, Fanfarria, Crew peligrosos, Hora 25, Museos Comunitarios, Jardines de memoria, Mímame, Altavoz y muchos mas acciones culturales que desde lo simbólico y lo metafórico nos 13. Para que un Museo Casa de la Memoria? “…Una casa de una memoria viva, una casa que avive la memoria. Una casa para los de arriba y los de abajo, para los que están vivos y escondidos, para aquellos que no quieren ver, creo que debe ser una casa de la memoria para decirle también a la sociedad, ustedes han contribuido también a que esas cosas pasen. No creo que sea solo una casa de la memoria para que nuestras niñas de los barrios pobres sean las que sigan pintando allí sus historias y sus tragedias, es también para que estos otros que hacen parte de esta sociedad reconozcan la tragedia que también han permitido. Sus contenidos, son diversos y tienen la bondad de pensarnos en relación a los otros. (Consulta ciudadana con artistas. Intervención 27. Octubre 20 de 2010) 14. La Línea de tiempo del Museo Luego de una larga hegemonía liberal en el poder (República liberal que va de 1930 a 1946), en el marco de un frente nacional y bajo un gobierno conservador, luego de varios asesinatos de líderes liberales, se sucede la muerte del caudillo Jorge Eliecer Gaitán que se conoce como el inicio de la violencia política en nuestro país (1948). Vale recordar y contextualizar que para esa época de finales de los 40’s, Medellín estaba en plena implementación de un Plan Piloto de Desarrollo (Diseñados por los urbanistas Wienert y Sert) y que definían una vocación industrial, el zooning y un corredor multimodal a lo largo del río como los ejes de desarrollo urbano a futuro para la ciudad. El momento histórico de la violencia coincide pues con un momento de empuje industrial, de gran demanda de mano de obra no calificada y del nacimiento de muchos barrios obreros de la ciudad cofinanciados por algunas de las empresas que se asentaron y se consolidaban en la ciudad. (Coltejer, Tejicondor, TELSA, Vicuña, Fabricato, Sofasa, Pilsen, Coltabaco, Polimeros, Simesa, Argos, Cartón de Colombia, Holasa, solo para mencionar unas pocas y que sin duda estaban con una necesidad inmensa de mano proveniente en ese momento del movimiento migratorio, o más bien expulsor, de desplazamiento regional del campo a la ciudad y que genera un crecimiento significativo de población urbana en nuestra ciudad. 15. Medellín acuñaría el titulo de “Ciudad Industrial de Colombia” (dejando atrás el lema la tacita de plata). 16. Pero es para noviembre de 1981 con el secuestro de Marta Nieves donde se desencadena y aflora un conflicto profundo entre Pablo Escobar y el clan de los Ochoa (familias que dominaban y controlaban muchos sectores de la ciudad desde el poder del narcotráfico) conflicto que termina permeando e involucrando a muchos sectores de la sociedad. Aparece la guerra contra el estado, la extradición, el terrorismo, las Bombas indiscriminadas contra la población civil, la muerte de policías, el sicariato y una serie de masacres y atentados que terminan por declarar el toque de queda en la ciudad, pero también la aparición de esas resistencias culturales que se negaron a encerrarse. Este periodo de los años 80 y 90’s marcaron de manera muy directa a nuestra ciudad, y es allí donde se centra la línea de tiempo de nuestro Museo. Que no busca para nada hacer apología a la violencia, sino iniciar un proceso de visibilizar a las victimas de las violencias, a darles voz e iniciar proceso de reparación integral con sus familias, es allí donde se ubica el Museo: Casa de la memoria. 17. Hoy es prioritario para todos conocer nuestra ciudad. Tengo familiares y conocidos que solo conocen las rutas cotidianas del lugar de trabajo a la casa o al estudio y algunos centros comerciales. Para nada han visitado otras zonas de la ciudad. El 12 de octubre, 20 de Julio y el 8 de marzo son fechas del calendario, Las independencias es un acontecimiento nacional, Carambolas y Carpinelo son palabras del diccionario, Altavista era motor de búsqueda, La Sierra una película en el Cine, y así puede suceder con un gran porcentaje de los barrios de nuestra ciudad. ciudad en su complejidad, está mejor dotado para servirse de ella y está mejor preparado para servirle. Es pues esto una invitación a conocer nuestra ciudad en clave de memoria del conflicto, con toda su complejidad, con sus múltiples procesos e improntas. Para lo cual es necesario recorrerla; salirse de la cotidianidad, mirar a los lados y arriba, preguntarse porque una escultura de un pájaro está al lado de otro que parece igual, pero que en esa transformación se llevo consigo muchas vidas de vecinos de nuestra ciudad. 20. Un ejercicio de recorrer la ciudad con carta de navegación o al azar, con una ruta planeada o una serie de espacios por encontrar, simplemente con la necesidad de aprender ciudad, de hacernos verdaderos ciudadanos, de ejercer ciudadanías plenas, porque la seguridad no se puede garantizar con un policía por cada ciudadano, la seguridad de las ciudades parte también de la apropiación de los espacios públicos por el ciudadano, porque en los espacios públicos es donde se construyen las democracias. 21. También es definitivo que las víctimas encuentren en el espacio público el reconocimiento que durante tanto tiempo les ha sido negado. Hace casi 30 años, el general Fernando Landazábal Reyes dijo que el país tenía que aprender a escuchar a sus generales. Y en realidad, lo ha hecho. Ahora, Colombia tiene que aprender a escuchar a sus víctimas y a otorgarles como reparación el reconocimiento a la injusticia que ha significado su sufrimiento. En ese sentido, el periodismo y el arte son vitales. 18. La ciudad hay que hacerla propia, vivirla más allá de nuestro entorno inmediato. En sentido estricto es una cuestión de vida de construir sentidos de pertenencia, porque hacer memoria es construir identidad. Porque así como miles de victimarios hicieron y deshicieron por años, la indiferencia de la mayoría contribuyó a que la escala de maldad que ha habido en la guerra nos haya convertido en lo que somos hoy: un país desangrado. Un país que en menos de medio siglo, quizá por no conocerla, ha repetido su historia. Podemos encerrarnos en nuestra casa o apartamento, mirando por las ventanas o por la tele o el internet lo que pasa “allá afuera” y esperar que los fenómenos de la violencia no toque a nuestros seresmas cercanos, encerrarnos en una urna de cristal y esperar a nunca escuchemos este toc-toc que será la ciudad tocando a nuestra puerta en forma de violencia, de vecinos que piden ayuda o simplemente de problemas públicos que reclaman acción…participación. 22. Convertir la memoria en política implica, por ejemplo, que el campo educativo se aboque a la tarea de que las nuevas generaciones comprendan el pasado reciente y es una tarea que debe suceder desde la básica primaria hasta los últimos niveles de Universidad. 19. Sin embargo podemos también salir, arriesgarnos a conocer la urbe que pisamos más allá de nuestros pasos cotidianos. Un habitante urbano que conoce mejor la La memoria es un lugar para la inclusión, para el reconocimiento del otro, para cerrar heridas y saldar cuentas pendientes. La memoria puede, si se hace con espíritu democrático, ser un hito político, una manera de transitar de un estado de guerra a uno de reconciliación. Puede ser el primer paso para una agenda de paz. 23. Construir un Museo de la Memoria no es solo generar un espacio, es construir confianzas con los diversos sectores, es propiciar reflexiones y encuentros en medio de la diferencia, es permitir que la voz de las víctimas y sus familiares sea prioritaria como parte de los procesos de reparación, donde sus testimonios sirvan de guía para la no repetición. Construir un Museo de la memoria del conflicto, aun sin superarse de forma total e integral, es entender que el mismo museo debe hacer parte del proceso de comprensión del pasado conflictivo reciente para la superación del mismo. 24. Es Cierto…. Debemos reconocer la historia para tener futuro. Ningún páis puede forjar su porvenir si no lo hace sobre la base de la verdad y la justicia