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Nietzsche (1844-1900) 1.- Introducción Contextualización: Libro de texto (Almadraba) pág. 239, la filosofía contemporánea Explica la gran transformación de la sociedad, la cultura y la economía que el movimiento ilustrado desencadena a lo largo del s. XIX. El desarrollo científico y tecnológico impulsa la revolución industrial en el marco de una nueva economía de mercado (capitalismo). Una nueva clase social, la burguesía se enfrenta a los privilegios de la aristocracia, promoviendo cambios políticos. Algunos filósofos toman partido y, aunque con planteamientos y tendencias diversas, apoyan el nuevo orden burgués, como Stuart Mill Frente a los filósofos anteriores aparecen posturas más críticas que cuestionan el nuevo orden social heredero del pensamiento ilustrado y la revolución francesa. Son los filósofos de la sospecha (Marx, Nietzsche y Freud); su pensamiento pone de manifiesto la crisis de los ideales de la ilustración -¿progreso?, ¿Realmente hemos entrado en la edad de la razón? ¿vive mejor la humanidad? ¿es más feliz?-. Sospechan que bajo el aparente progreso económico, científico y técnico se oculta una sociedad enferma. Así, Marx pone en evidencia las desigualdades sociales y, en consecuencia, la infelicidad y explotación de gran parte de la población. Nietzsche hace un análisis de la historia como decadencia. Para Freud el ser humano ha tenido que sacrificar parte de sus instintos para vivir en sociedad y, aunque es un proceso necesario, le hace infeliz y le enferma. El estilo como escritor. Una manera muy propia y peculiar de expresar el pensamiento 1 filosófico; nuevos registros del lenguaje filosófico. Estilo fascinante, genial, poético, nada aburrido, pero muy poco sistemático. Una escritura vital, escrita con sangre, violento y agresivo. Lengua viperina con todo lo que no aprecia, detesta. Intuiciones y afirmaciones sorprendentes. Aforismos, frases cortas, conceptos que escapan a toda definición y, por lo tanto, ambigüedades. Sus obras están escritas para todos y para nadie. Han sido fácilmente manipuladas y malinterpretadas. El proyecto filosófico Ningún filósofo había hablado, hasta N., en primera persona. Nietzsche y su filosofía se confunden, porque vive la filosofía como un mensaje, como una tarea personal. Su filosofía es un destino. Por ello, su autobiografía, Ecce Homo, comienza: “Como preveo que dentro de poco tendré que dirigirme a la humanidad presentándole la más grave exigencia que jamás se le ha hecho, me parece indispensable decir quién soy.” Nietzsche realiza una feroz crítica de la cultura occidental. Considera que el hombre occidental esta enfermo y que la historia y la cultura es decadente. N. hace un análisis histórico, genealógico; busca el origen, el comienzo de la decadencia y muestra como el presente se ha construido a partir del pasado. Un error en el principio, en manos de Sócrates y Platón, da como resultado una concepción de la realidad (que incluye desde la filosofía, la religión, la moral, la ciencia, las instituciones, etc.) distorsionada. Toda la tradición occidental es cómplice de este error: de la incapacidad de las ideas para expresar la vida; es necesario denunciar el error que ha convertido al hombre en un ser angustiado y 2 pesimista. La crítica de Nietzsche tiene como objetivo desenmascarar la gran mentira. De este modo, condena todos los valores occidentales y frente a esta actitud decadente define la alternativa: el vitalismo, como nuevos valores, como una nueva manera de enfrentarse a la realidad (vitalismo ateo) y de expresarla (perspectivismo vitalista), que va a dar lugar al nacimiento de un nuevo hombre (el superhombre). Su filosofía se opone: 1.- A la tradición socrático-platónica: comienza el combate de la razón contra la vida. 2.- Al cristianismo: Es el platonismo al servicio del pueblo. Modelo de la moral esclavizada. Predica valores negativos como la sumisión, abnegación, aceptación del dolor y del sacrificio. 3.- A Descartes y la tradición racionalista: El pensar no es una entidad autónoma; está subordinado a la vida. 4.- Al imperativo categórico kantiano: En Kant el nihilismo llega a su culminación. Kant, obsesionado por el deber, somete la vida a la moral. 5.- Al utilitarismo: Moral de las masas, calculadora, contraria a la vida superior que se entrega gratuitamente. Antecedentes: Son los únicos filósofos 1.- El materialismo de los presocráticos de la antigüedad que no se han dejado seducir por el 2.- El devenir de Heráclito ideal de la razón 3.- El relativismo moral de los sofistas 4.- El escepticismo 5.- De la izquierda hegeliana saca la idea de la muerte de Dios. 6.- De Schopenhauer, el gran maestro, temas como la incapacidad de la razón para llegar a ser de las cosas. 7.- Wagner 8.- Darwin 3 2.- Apolo y Dionisio “El nacimiento de la tragedia” es la primera obra de Nietzsche. En ella aparece la primera formulación de su filosofía. En la introducción de la obra publicada por Alianza, Sánchez Pascual, sea la que lo que expone N. en este libro es su intuición y experiencia de la vida y la muerte. “El pensamiento trágico es la intuición de la unidad de las cosas y su afirmación consiguiente: afirmación de la vida y afirmación de la muerte, de la unidad y de la separación.” La vida es esencialmente combate; imponerse, alimentarse, sobrevivir, dominar. Esta actitud vital está presente en la tragedia griega que surge de dos impulsos contrarios. Dos principios fundamentales, dos categorías de la vida y la historia que se daban en el pueblo griego: Apolo y Dionisio. Apolo es el dios de la fuerza creativa, que domina el mundo de la fantasía y de las apariencias. Dios de la medida, del orden, de la armonía y de la serenidad. Dionisio es el dios de las fuerzas irracionales (dios del vino, de la embriaguez) que surgen en momentos de descontrol, de disolución del yo; es la afirmación de la vida. La pasión. Pero también es el dios de lo terrible y de la negación. N. afirma el carácter dionisiaco de la vida, de la exaltación de la vida y todo lo que conlleva. Del dolor como algo sublime, de la crueldad como justicia, de la destrucción como creación. El carácter dionisiaco de la filosofía griega desaparece cuando Sócrates y Platón imponen la racionalidad al mundo y lo explican en función de esencias inmutables y estructuras metafísicas. Empezamos a apreciar la descripción que tiene valor para N. Hay que aceptar las cosas como son y no intentar enmascarar la realidad. La vida esta compuesta por fuerzas antagónicas e irracionales; es lucha y, vivida en su plenitud, se impone como fuerza, poder que arrastra al ser humano. El mundo, no es un organismo, sino puro caos, sin orden, sin leyes; perpetuo juego de fuerzas que se afirman en la creación y en la destrucción. Es un universo dionisiaco ajeno a la bondad, al orden y a la estructura que intentan imponer los humanos. El mundo está más allá del bien y del mal. 4 3.- La crítica de los valores occidentales Nietzsche considera que toda la cultura occidental es decadente porque defiende valores contrarios a la vida. Decadente porque supone una perdida de valor, fuerza o vigor respecto del “tono” vital anterior. La crítica de los valores occidentales es la crítica de la filosofía, de la ciencia, de la religión y de los vaores encarnados en una moral, la moral cristiana. Para entender la crítica de Nietzsche a la cultura occidental es preciso fijarse en varios momentos de su historia: 1.- El inicio de la decadencia, el triunfo de lo apolíneo sobre lo dionisiaco, comienza con el platonismo, que instaura la metafísica como una manera de expresar y comprender la realidad. Una creencia en la existencia de un Mundo Verdadero, Objetivo, Bueno, Eterno, Racional, Inmutable, y el desprecio de las categorías de la vida (el cuerpo, la sexualidad, la temporalidad, el cambio, la multiplicidad e individualidad,...). Con ellos comienza la Ciencia y la Metafísica y ellos crean el marco adecuado para la aparición de la Religión y la Moral. 2.- Ell cristianismo es totalmente fiel a la filosofía platónica (“platonismo para el pueblo”, dice Nietzsche, filosofía platónica expresada en términos sencillos y accesibles a todo el mundo). Con el cristianismo las ideas que antes estaban presentes en un reducido número de personas, los filósofos, se extienden a todos los hombres. El dualismo ontológico, el dualismo antropológico (una tesis particular en el marco general del dualismo ontológico) pasan a ser de dominio público. El mundo inteligible de Platón pasa a ser lo Infinito o mundo divino, el mundo sensible el mundo terrenal, el alma se opone al cuerpo. Distintas palabras para, en el fondo, las mismas ideas. El cristianismo influirá en la filosofía puesto que, opina Nietzsche, todos los filósofos son en el fondo teólogos. Con el cristianismo comienza también la moral de los esclavos. 3.- Con la Edad Moderna comienza la crisis del “platonismo” y del cristianismo. La propia filosofía prepara la “muerte de Dios”: el empirismo, la Ilustración y, ya en el siglo XIX, el materialismo cada vez más pujante muestran el carácter ilusorio de las creencias anteriores. 4.-Actualidad: la Edad Contemporánea acentúa la crisis iniciada en la Modernidad, y Nietzsche encuentra en la “muerte de Dios” el fundamento básico de esta crisis. 5 Estamos en un momento crítico: aquello que había servido de orientación a toda la cultura (pero que era pura invención) desaparece del horizonte y el hombre se encuentra desorientado. Tal vez anticipándose a las grandes catástrofes del siglo XX, Nietzsche anuncia inminentes convulsiones sociales y guerras dramáticas, de una intensidad y capacidad destructiva desconocidas. Pero este momento crítico en el que nos encontramos es, a la vez, necesario para la aparición de una nueva forma de estar en el mundo. Es necesario para la aparición de un hombre nuevo (el superhombre) y de una nueva concepción de la vida (la que descansa en la comprensión de la voluntad de poder como la esencia de la realidad). El siguiente texto resume los distintos ámbitos inventados por el hombre a partir del espíritu de decadencia: “El filósofo, que inventa un mundo racional donde la razón y las funciones lógicas son adecuadas; de ahí el “mundo verdadero”. El hombre religioso, que inventa un “mundo divino”; de ahí el mundo “desnaturalizado”, antinatural. El hombre moral, que inventa un “mundo libre”: de ahí el mundo bueno, perfecto, justo, santo” (“Voluntad de poder”). http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-lafilosofia/Filosofiacontemporanea/Nietzsche/NietzscheDecadenciaOccidental.htm 3.1.1.- La crítica de la metafísica: La crítica de Nietzsche debe entenderse desde su postura de afirmación de una determinada manera de entender la realidad y afirmar la vida que no coincide con la línea conductora de la filosofía occidental. La filosofía presenta una idea del mundo totalmente inadecuada: en primer lugar y de modo fundamental por considerar al mundo como un cosmos y no como un caos, por creer en la racionalidad intrínseca de la realidad. La invención del Mundo Racional trae consigo la invención de los conceptos básicos de toda la metafísica tradicional: entidades “racionales” como esencia, substancia, unidad, alma, Dios, permanencia,...; estas entidades son puras ficciones, nada nos garantiza su existencia, como no sea el prejuicio y el poder fascinador del ejercicio de la razón. Considera que el lenguaje ha atrapado la realidad, limitándola, constriñéndola a márgenes demasiado estrechos por ciertas necesidades psicológicas y utilitaristas del ser humano. De este modo, el pensamiento 6 occidental ha ido construyendo una realidad ficticia cada vez más alejada de lo real, a la vez, que ha ido olvidando el origen de esa construcción. Esa mentira, en el origen, se ha ido haciendo más grande a lo largo de la historia, hasta el punto que los seres humanos han olvidado que la han creado ellos.. Dado que el mundo que se muestra a los sentidos no presenta estas características pues éstos nos ofrecen la corporeidad, lo cambiante, la multiplicidad, el nacimiento y la muerte, los filósofos acaban postulando la existencia de dos mundos, el mundo de los sentidos, pura apariencia, irrealidad, y el Mundo Verdadero, el Ser, dado a la razón, y horizonte último de nuestra existencia. Desde este punto de vista, la realidad de los filósofos y de los científicos aleja, cada vez más, al hombre del contacto originario y concreto con las cosas y la vida. La consecuencia de la invención del Mundo Verdadero es la valoración positiva del mundo del espíritu y la valoración negativa de la corporeidad, de lo sensible La ficción de los filósofos N. no perdona nada a la filosofía occidental. Cree que esta se asienta en un error fundamental, un error de interpretación del ser. El filósofo inventa un mundo, fijo e inmutable, que no coincide con el real. El filósofo dogmático se dedica a indagar, a especular por encima y más allá de este mundo, simplemente por el hecho de que lo que este mundo es no se deja analizar, ni explicar. “Todo lo que los filósofos han venido manejando desde milenios son momias conceptuales; de sus manos no salió nada real” Ese error de interpretación comienza con Sócrates y Platón (la razón contra la vida, Apolo contra Dionisio). Platón creó otro mundo desvalorizando este (el real). Invento el espíritu puro y el bien en sí. La creación del ser metafísico, la verdad de los filósofos sobre el mundo; el ser inmutable, permanente, estático. Este mundo es el que eligen los filósofos, donde se asienta el conocimiento mediante la razón, la filosofía y la ciencia. Este planteamiento lleva al dualismo: la separación entre realidad y apariencia, entre ser y no-ser, entre razón y sentidos. Y los filósofos eligen y consideran que la verdad esta en el ser estable y permanente, conocido 7 por la razón que es la que muestra el mundo verdadero. Esta perspectiva implica un juicio valorativo sobre la vida, un juicio negativo de otra manera de entender lo real, del devenir sensible. Esta ontología surge del desprecio a la vida y de desestimar el testimonio de los sentidos. Surge del horror de los filósofos a todo aquello que forma parte de la vida, como la muerte, la vejez, el cambio, la procreación, etc. Por esto la perspectiva que se tenga se relaciona con la moralidad: todo lo que expresa relación con la realidad negada se valora como inmoral y contranatural. N. cree que tal división, es un error, una ilusión. Producto de la necesidad humana de sobrevivir, del miedo al caos, de la necesidad de reposo, de seguridad y calma. Necesidad que da lugar al odio a la vida; a un claro recelo de la vida como devenir. Recelo que se convierte en resentimiento. Que produce que el ser humano se haga dependiente de lo que no es él (alienación), de una razón superior a él mismo: Dios, Razón, Ciencia, Historia (como diferentes manifestaciones dogmáticas del espíritu). En conclusión, la metafísica es un signo de determinadas tendencias antivitales, de tendencias guiadas por un instinto de vida decadente y contrario al espíritu griego anterior. Sólo la falta de instinto, el tono vital disminuido, permitió la exageración del papel de la razón, de la vida consciente, y la aparición de las fantasías metafísicas consecuencia de esta hipertrofia de la razón: el Mundo Verdadero, Eterno, Inmutable propuesto por los primeros filósofos, particularmente a partir de Sócrates y Platón. Las categorías metafísicas como sustancia, ser, esencia, unidad, son puras invenciones para en ellas encontrar el reposo, la regularidad y calma que realmente no sugiere el único mundo existente, el que se ofrece a los sentidos. La metafísica platónica –y en el fondo, toda la occidental– es un síntoma de resentimiento ante el único mundo existente, miedo al caos Contra el dogmatismo metafísico defiende el perspectivismo: Para N. lo real es puro caos y lo estable es una ficción. El ser metafísico de los filósofos es abstracto y vacío, al igual que la división entre realidad y apariencia. Sólo hay devenir constante. El mundo no tiene principio ni fin, no ha estado creado por ningún Dios, es juego perpetuo de fuerzas. Universo dionisiaco ajeno a la bondad, a orden, 8 a la estructura, a la ley. No es un organismo, es un caos. Hay que aceptar el testimonio de los sentidos; lo que los filósofos llaman apariencia es lo real. Por lo tanto, no hay lógica, ni racionalidad en lo real. Y, en consecuencia, no hay categorías que permitan afirmar lo que algo es. El lenguaje no sirve para expresar esa realidad y las palabras de los filósofos no son más que ficciones lógico-conceptuales. 3.1.2.- La crítica del lenguaje y del concepto de verdad (ver resumen y textos de “Verdad y mentira en sentido extramoral”) 3.1.3.- La crítica de la ciencia La crítica a la ciencia se incluye en la crítica más general de toda actitud (incluida la filosófica) que considera a la razón como el instrumento legítimo para el conocimiento. La razón no se puede justificar a sí misma: ¿por qué creer en ella?; la razón es una dimensión de la vida humana, aparece de forma tardía en el mundo y muy probablemente, dice Nietzsche, desaparecerá del Universo; y nada habrá cambiado con dicha desaparición. Junto con la razón, en el hombre encontramos otras dimensiones básicas (la imaginación, la capacidad de apreciación estética, los sentimientos, el instinto,...) y todas ellas pueden mover nuestro juicio, todas ellas son capaces de motivar nuestras creencias. La razón no es mejor que otros medios para alcanzar un conocimiento de la realidad (en todo caso es peor puesto que el mundo no es racional). La ciencia se equivoca al destacar exageradamente la importancia de la razón como instrumento para comprender la realidad. En el mundo no existen leyes, las leyes que el científico cree descubrir son invenciones humanas; no existen regularidades en el mundo, no hay leyes de la Naturaleza. Si entendemos por leyes de la naturaleza supuestos comportamientos regulares de las cosas, Nietzsche rechazará la existencia de dichos supuestos comportamientos regulares y necesarios: ¿por qué las cosas iban a comportarse regularmente?, ¿en virtud de qué necesidad? Siguiendo un planteamiento ya conocido en la historia de la filosofía, el planteamiento de Hume, Nietzsche considera que las relaciones entre las cosas no son necesarias (para emplear un término clásico, son contingentes), son así pero perfectamente podrían ser de otro modo. Las cosas se comportarían siguiendo leyes o necesariamente si hubiese un ser que les obligase a ello (Dios), pero Dios no existe; las leyes y la supuesta necesidad de las cosas son invenciones de los científicos. Si creemos en las 9 leyes naturales es porque nos interesa creerlo, no porque realmente existan; el orden en el mundo es una creencia infundada, nosotros creemos en ese orden para hacer más soportable la existencia, para sentirnos más cómodos ante el entorno hostil. “Las cosas no se comportan regularmente conforme a una regla; no hay cosas (se trata de una ficción); tampoco se comportan bajo necesidad. En este mundo no se obedece; pues el ser algo tal cual es, de tal fuerza, de tal debilidad, no es el resultado de obediencia, regla ni necesidad” (“La voluntad de poder”). http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-lafilosofia/Filosofiacontemporanea/Nietzsche/Nietzsche-CriticaCiencia.htm 3.2.- Crítica de la religión (cristiana) y la moral occidental http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-lafilosofia/Filosofiacontemporanea/Nietzsche/NietzscheCriticaReligionCristiana.htm NIETZSCHE CONSIDERA QUE LA RELIGIÓN CRISTIANA LLEVA HASTA EL FINAL EL DESPRECIO POR LA VIDA CARACTERÍSTICO DE LA CULTURA OCCIDENTAL DESDE SÓCRATES Y PLATÓN. SU SUPERACIÓN RADICAL ES NECESARIA PARA LA APARICIÓN DEL HOMBRE NUEVO, DEL SUPERHOMBRE. Para entender su crítica al cristianismo se debe recordar que, según este autor, la religión no es una experiencia verdadera pues no es experiencia de una entidad real, de una entidad que realmente exista; dicho de otro modo, Nietzsche considera verdadero el ateísmo y falsa toda creencia en lo sobrenatural. Aceptado este principio, la tarea que se propone Nietzsche es comprender cómo es posible que durante tanto tiempo se haya creído en esta ilusión. Y la solución que presenta es la misma que le sirve para explicar la aparición de las construcciones metafísicas que con tanta dureza ha criticado (la ciencia, la metafísica,...): el estado de ánimo que promueve el éxito de las creencias religiosas, de la invención de un mundo religioso, es el de resentimiento, el de no sentirse cómodo en la vida, el afán de ocultar la dimensión trágica de la existencia. Nietzsche se enfrenta a los siguientes elementos de la religión cristiana: 1. La “metafísica cristiana”: Nietzsche resume la concepción del mundo propia del cristianismo indicando que esta religión es “platonismo para el pueblo”: el espíritu que anima al cristianismo es exactamente el mismo que animó a Platón, la incapacidad vital para aceptar todas las dimensiones de la existencia y el afán de encontrar un consuelo fuera de este mundo. El cristianismo no añade nada esencialmente nuevo a la 10 filosofía platónica; como ya hizo Platón, el cristianismo presenta una escisión en la realidad: por un lado el mundo verdadero, eterno, inmutable, en donde se realiza el Bien, la Verdad y la Belleza, y por otro el mundo aparente, cambiante, abocado a la muerte e imperfecto; por un lado el mundo del espíritu, por otro el mundo de la corporeidad. El cristianismo traduce la filosofía platónica en términos comprensibles para todo el mundo. Por esta razón las críticas al platonismo valen también para el cristianismo. 2. La moral cristiana: con el cristianismo triunfa una moral que reivindica valores propios de lo que llama Nietzsche “moral de esclavos”, los valores de la humildad, el sometimiento, la pobreza, la debilidad, la mediocridad. El cristianismo, dice Nietzsche, solo fomenta los valores mezquinos: la obediencia, el sacrificio, la compasión, los sentimientos propios del rebaño; es la moral vulgar, la del esclavo, la moral de resentimiento contra todo lo elevado, lo noble, lo singular y sobresaliente; es la destrucción de los valores del mundo antiguo, la peor inversión de todos los valores nobles de Grecia y Roma, la rebelión de los esclavos contra sus señores; el cristianismo es el "enemigo mortal del tipo superior del hombre". Con el cristianismo se presenta también una de las ideas más enfermizas de nuestra cultura, la idea de culpabilidad, de pecado, de la que sólo se puede huir con la afirmación de la “inocencia del devenir” o comprensión de la realidad y de nosotros mismos como no sometidos a legalidad alguna, a ningún orden que venga de fuera, con la reivindicación de la conducta situada “más allá del bien y del mal”. 3. Influencia “perversa” del cristianismo: con el triunfo de esta religión, todo el pensamiento occidental queda viciado por su punto de vista, es el corruptor de la filosofía europea, ésta “lleva en sus venas sangre de teólogos”. 4. El concepto de Dios sirve para objetivar los valores en los que cree una cultura, así el Dios cristiano representa los valores negativos y contrarios a la vida, los valores de la impotencia, mientras que el mundo divino propuesto por el politeísmo representa los valores afirmativos, la fidelidad a la Naturaleza. “El concepto cristiano de Dios –Dios como Dios de los enfermos, Dios como araña, Dios como espíritu– es uno de los conceptos de Dios más corruptos a que se ha llegado en la tierra; tal vez representa incluso el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de dioses. ¡Dios, degenerado a ser la contradicción de la vida, en lugar de ser su transfiguración y su eterno sí! ¡En Dios, declarada la hostilidad a la vida, a la naturaleza, a la voluntad de vida! ¡Dios, fórmula de toda calumnia del “más acá”, de 11 toda mentira del “más allá”! ¡En Dios, divinizada la nada, canonizada la voluntad de nada!...” (“El Anticristo”). La superación del cristianismo (y la consiguiente “muerte de Dios”) ya iniciada por la Ilustración es fundamental para la transmutación de todos los valores, para la recuperación de los valores de la antigüedad perdidos tras la aparición de esta religión y de la filosofía. Para la crítica a la moral, ver resumen y textos “genealogía de la moral” tratado 1º 12