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1 TALLER ORACION INICIAL DE COORDINADOR: EN ESTE TALLER, ENCONTRARÁS DESARROLLADOS A MANERA DE PLÁTICAS, ALGUNOS ELEMENTOS ELEMENTALES QUE PUEDEN AYUDARTE Y AYUDAR A TU GRUPO A APRENDER A ORAR. TAMBIÉN TIENE PROPUESTOS ALGUNOS EJERCICIOS DE ORACIÓN QUE TU PUEDES ADAPTAR A LAS CIRCUNSTANCIAS. LOS TEMAS QUE PUEDEN VERSE A MANERA DE RETIRO DE UN DOMINGO POR EJEMPLO, O BIEN, IRLOS DISTRIBUYENDO POR SESIONES, DE ACUERDO A LAS POSIBILIDADES DEL GRUPO, Y EL ENTUSIASMO QUE TENGAN PARA APRENDER A ORAR. NO ES NECESARIO HACER ESTE TALLER PARA CONTINUAR CON LOS SIGUIENTES TEMAS. PRESENTACION DEL TALLER Para comenzar el taller vamos a compartir entre todos las siguientes preguntas para conocer todos cuáles son nuestras inquietudes: 1. ¿Qué es lo que más nos gustaría encontrar en él? ¿Por qué? 2. ¿Qué es lo que sabes de la oración? 3. ¿Qué cosas nuevas te gustaría aprender sobre la oración? 4. Sugerencias o comentarios libres que quisieras hacer a los coordinadores. Jesús en su Evangelio nos da un mensaje que es una 1 invitación a vivir de una manera completamente diferente a la manera como normalmente vivimos. El modo de pensar de Dios es a veces extraño, pero superior al modo como nosotros vemos las cosas: "cuanto aventajan los cielos a la tierra así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a los suyos" (Isaías 55, 9). El mensaje de Jesús es novedoso porque nos propone un cambio en nuestra manera de relacionarnos en las cuatro dimensiones más importantes de nuestra vida: Con Dios, con los demás y la sociedad, con la naturaleza, y con nosotros mismos. Ante un mundo que es egoísta con los otros, e irresponsable de su compromiso sociopolítico, Jesús nos enseña el amor y la participación. Ante un mundo que nos hace sentirnos inferiores, competir, ser perfeccionistas o vanidosos, Dios nos propone que nos aceptemos como somos y vivir en humildad. El mundo nos enseña a dominar sin conciencia la naturaleza, a contaminar y a no respetar plantas ni animales, pero Dios nos propone respetar la ecología y trabajar para construir con la creación un medio ambiente mejor para que el hombre viva bien, y el pan alcance a todos. El mundo nos enseña a vivir sin sentir necesidad de Dios y a pasar la vida sin reflexionar en lo que hacemos con ella, y por eso nos llena de ruidos, de música y televisión, para que nunca estemos a solas con nosotros mismos ni con Dios. Pero Dios en cambio nos dice que la paz y la felicidad necesitan del silencio interior y la oración para relacionarnos con él. 1 Esta es la novedad del mensaje de Jesús que queremos aprender en el grupo. Y este día profundizaremos especialmente el la cuarta relación de la que acabamos de hablar: la relación con Dios a través de la oración. La idea del taller es que reflexionemos sobre el valor de la oración y aprendamos algunos modos de orar. Con el tiempo cada quien irá encontrando sus maneras propias de orar pero al principio nos puede ayudar aprender de otros como podemos hacer oración. Para comenzar cada uno piense verdaderamente se siente dispuesto a crecer en su amistad con Dios y dedicarle a éste amigo al menos veinte minutos diarios de oración, porque si no de nada servirá todo lo que aquí se vea. Si es así, entonces adelante con este taller. 1 TEMA 1 QUE ES ORAR Para comenzar con el taller de oración necesitamos conocer algunas cosas importantes sobre lo que es la oración que nos ayuden a entender mejor los ejercicios prácticos de oración que haremos después. ¿Qué es orar? La más sencilla y comprensible de las definiciones es la que nos da San Crisóstomo cuando nos dice que orar es "hablar con Dios"; pero este hablar con Dios no es decir rezos solamente o mover los labios simplemente, sino que se trata de diálogo más profundo, en el que hablamos con Dios con todo lo que somos y tenemos, y al mismo tiempo lo escuchamos. Vamos a explicar esto mejor. Dice San Agustín que "la oración es el alimento del alma", que es "la respiración espiritual", y en este respirar esta la vida "sobrenatural" de las personas. Entonces la oración no es tanto una obligación, sino una especie de alimento y de ejercicio que ayuda a desarrollar una parte de nosotros que es nuestra capacidad de amar. Así como el cuerpo no puede vivir sin respirar o sin comer, y no se desarrolla si no hace un mínimo de ejercicio, así nuestro corazón no se desarrolla si no ora. ¿Qué es orar con el corazón? Pero cuando decimos "corazón", no queremos que 1 piensen que se trata de lo que decían nuestros antepasados: el alma, o el espíritu que era algo así como todo lo que no tiene nada que ver con el cuerpo. No, el corazón del que hablamos es todo lo que nos puede ayudar a amar incluido el cuerpo, con sus sensaciones y emociones. Para amar no se necesitan solamente los sentimientos, o nada más la mente, ó sólo el cuerpo. Para amar es necesario toda nuestra persona, todo nuestro ser y todo lo que tenemos, porque no podemos partirnos, o quitarnos algo de lo que somos para amar. El que ama habla con todo lo que tiene, y su amor se refleja en todo lo que hace, por ejemplo, habla con el amado con un tono de voz especial, el que ama usa palabras que no son las que emplea normalmente y con eso expresa su amor al amado. También claro, piensa y tiene sentimientos de esa persona, distintos a los que piensa o siente con el común de las gentes. Y aún físicamente puede tener detalles especiales para esa persona, signos de cariño. Entonces, el corazón que queremos desarrollar en la oración, es el corazón de todo nuestro ser y no sólo la mente que intentamos separar de nuestro cuerpo, como algunos métodos orientales, sino más bien poner toda nuestra persona en actitud de amor y tomar todo lo que nos ayuda a amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Por eso ahora que hagamos algunos ejercicios de oración vamos a tratar de que todo lo que somos participe en la oración, que nuestro cuerpo ore, junto con nuestros sentimientos, con nuestros deseos, nuestros pensamientos, nuestra voluntad etc. 1 Orar siempre Ahora bien, decíamos que el cuerpo para desarrollarse necesita hacer ejercicio, del mismo modo, el corazón se desarrolla a través del diálogo amoroso con Dios. Y de igual modo que el cuerpo se atrofia si no hace ejercicio como cuando a alguien le enyesan una mano o un pie durante muchos días, así también el corazón que no ora se atrofia. Jesús un vez a los discípulos "les decía esta parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo; `¡Hazme justicia contra mi adversario!' Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme'». Dijo pues el Señor: «Oid lo que dice el juez injusto; y Dios ¿No hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les va a hacer esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿Encontrará fe sobre la tierra?» (Lucas 18, 1-8). Diálogo que pide fe El diálogo con Dios es un diálogo muy especial, en primer lugar es una conversación que se realiza en la fe. Porque nosotros no vemos a Dios, ni sentimos su presencia. Es necesario confiar en él y tener la seguridad de que nos escucha, para poder orar. Si alguien no tiene fe no puede orar. Jesús decía: "Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: `Quítate y arrójate al mar y no vacile en su corazón 1 sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis" (Marcos 11, 22-24). Se necesita humildad para orar En la oración no hablamos con una persona común y corriente, sino con Dios que nos conoce desde el seno de nuestra madre (Jeremías 1, 5) a quien no tenemos que decir muchas palabras porque "antes de que la palabra llegue a nuestra boca el Señor se la sabe toda" dice la Biblia. Por eso, para aprender a orar se necesita humildad y confianza en que Dios escucha nuestra voz y que sabe respondernos. "Al orar no charléis mucho como los gentiles que se figuran que por su palabrería van a se escuchados. No seáis, pues, como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo" (Mateo 6, 7-8). La humildad es una actitud fundamental para poder entrar en contacto con Dios. Lee por ejemplo estos textos: Mateo 6, 5-6 y Lucas 18, 9-14. El Espíritu Santo nos ayuda a orar en verdad Orar verdaderamente es muy difícil y por eso Dios nos ayuda y nos deja el Espíritu Santo para que nos ayude a orar como conviene "El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como nos conviene. Mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que nos se pueden explicar, y el que escruta los corazones conoce cual es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión en favor de los fieles es según Dios. (Romanos 8, 26-27). Por eso siempre que comencemos nuestra oración 1 necesitamos pedir al Espíritu Santo que nos ayude a orar, a entrar verdaderamente en comunicación con Dios, y a hablar de corazón. Orar en comunidad Hay muchas maneras de orar, pero existen algunos tipos de oración que Jesús nos recomendó especialmente, por que tienen una eficacia mayor. Una de ellas es la oración en común de la que Jesús dijo que si "dos se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre... Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos" (Cf Mateo 18, 19). Por eso siempre que en el grupo se va a comenzar un tema, hacemos una oración para que Jesús esté en medio de nosotros, y para que el Señor nos conceda todo lo que necesitamos, porque estamos varios reunidos en su nombre. ¿Qué es orar en el nombre de Jesús? La razón de porque tiene tanta eficacia esta oración, es porque el Padre, como todos los padres buenos, no puede dejar de oir a su hijo. Por eso siempre que alguien ora en nombre de Jesús, el Padre no tiene, por decirlo así, más remedio que concederlo "Todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". Ahora bien, orar en el nombre de Jesús incluye varias cosas, porque no crean que ya con que uno diga "Padre en el nombre de Jesús te pedimos que a fulanito lo hagas chicharrón" Dios lo va a conceder. En primer lugar tienen que ser cosas 1 buenas, porque Jesús solo desea el bien para los demás, y si no pedimos cosas buenas, el Padre no va a reconocer a Jesús en nuestra petición aunque digamos que es en su nombre: "Si vosotros siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡Cuanto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!. En segundo lugar, es necesario estar unidos a Jesús y a su doctrina, no estar alejados de Dios especialmente por el pecado: Si permanecéis en mi y mis palabras en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis" (Juan 15, 7). Y es que Dios que conoce bien a Jesús, y no se deja engañar por imágenes falsas de él que dicen que hablan en su nombre. Solo cuando reconoce a Jesús en nosotros concede lo que le pedimos. En tercer lugar Dios tiene sus tiempos para realizar lo que le pedimos porque a veces lo que le pedimos no es lo que más conviene, o quiere que las personas crezcan en su fe a través de las pruebas. Fíjense como mucha gente se acerca a Dios hasta que le ocurre una desgracia, y uno pensaba que esa desgracia era mala. Solo después de mucho tiempo nos damos cuenta del gran bien que hizo aquel hecho en la vida de esa persona. Acuérdense de lo que decíamos al principio, que los caminos de Dios no son nuestros caminos, y sin embargo son más sabios que los nuestros. La oración modelo No solo los cristianos oramos, sino que en cada religión los guías han enseñado a sus discípulos a orar. Jesús es nuestro guía y nos dejó varias enseñanzas sobre la oración. Nos enseño a orar para pedir perdón (Leer Marcos 11, 25), orar para pedir por las personas que nos persiguen (Mateo 5, 44- 1 45), Orar para que el último día no nos sorprenda (Lucas 21, 36) y a orar para no caer en la tentación (Mateo 26, 41). Pero entre todas las enseñanzas sobre la oración que nos dejó Jesús destaca una que es como el modelo de todas nuestras oraciones. Nuestras oraciones deben ser parecidas siempre a esta oración, que es como una síntesis de lo que hemos de hablar con Dios. Leer Mateo 6, 9-13 y contestar. ¿Cuántas partes tiene esta oración? ¿En qué consiste cada parte? ¿Qué aprendes de esta enseñanza de Jesús sobre el modo como debemos orar al Padre?