Download Lectura Orante de la Palabra

VICARÍA ZONA SUR
Pastoral de Espiritualidad
LECTURA ORANTE DE LA PALABRA
EVANGELIO DE LUCAS 18, 1-8
Domingo 16 de Octubre de 2016
INTRODUCCIÓN.- Hoy el evangelio nos habla de la oración. La oración es nuestro
alimento personal y comunitario. Son muchas las razones por las que hacemos oración,
dependiendo del modo que tenemos de relacionarnos con Dios y de la cercanía que
tenemos, pero sobre todo de la convicción de que más allá de los límites de la vida, hay
una realidad última que da sentido a nuestra vida.
Comenzamos poniéndonos en la presencia de Dios: Luego buscamos un lugar tranquilo.
Ponemos en las manos del Señor nuestras preocupaciones y le invocamos al Espíritu para
que renueve nuestros corazones
ORACIÓN DE INICIO.Envíanos, Señor, tu fuerza y tu valor,
que libre nuestros miedos y anime nuestro ardor.
Envíanos tu Espíritu, impulso creador
que infunda en nuestras vidas la fuerza de tu amor
Envía, Señor, tu Espíritu
que renueve nuestros corazones
Envíanos, Señor, la luz de tu verdad
que alumbre tantas sombras de nuestro caminar
Envíanos tu Espíritu su don renovador
engendre nuevos hombres con nuevo corazón.
LECTURA.- ¿Qué dice el texto de Lucas 18, 1-8?
Leo varias veces el texto hasta entenderlo bien. Me voy fijando en
cada detalle, cada palabra, cada acción. También ¿de qué se trata?
¿Quién habla? ¿A quiénes va dirigida?
¿Qué se desea enseñar?
En una ciudad había un juez que no temía a Dios, ni le importaban los hombres, y en la
misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: “Te ruego que hagas justicia
contra mi adversario“.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: “Yo no temo a Dios ni me
importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no
venga continuamente a fastidiarme“. Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto,
y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga
esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?
Claves del texto:
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La viuda nos enseña cómo debe ser una experiencia de oración en medio de la
prueba y de la demora.
Aparecen dos personajes: La viuda que pertenece al grupo de los vulnerables, sobre
los cuales se cometen todo tipo de abusos, es viuda por lo tanto no tiene un marido
que la defienda. Tampoco tiene cómo sobornar al juez ni pagar abogados. El juez,
tiene poder, normalmente tenían su despacho a la puerta de la ciudad, todo el
mundo tenía acceso a él, pero este era injusto y ni siquiera teme a Dios ni respeta a
los demás.
Según la parábola, la mujer no tiene otro recurso para convencer al juez que su
insistencia. El juez no actúa por amor o por cumplir su deber, sino más bien
por
egoísmo “para que no me fastidie más“.
La oración es el ejercicio de la fe, nos da una visión de esperanza en medio de las
dificultades. La oración ensancha el corazón para seguir amando y da nuevas
energías para seguir luchando. Mucha gente se escandaliza con Dios y pierde la fe
cuando tiene que enfrentar problemas, y sobre todo, cuando no ve la respuesta
inmediata a sus peticiones. Por eso Jesús se pregunta “¿Cuando venga el Hijo del
Hombre ¿encontrará fe en la tierra?“.
Cuando hoy Jesús nos dice: “Es preciso orar siempre sin desfallecer”, y nos
presenta como modelo a esta pobre mujer, sintamos nuevos alientos para no
abandonar una fuerte vida de oración, no importa que los resultados se hagan
esperar.
¿Qué frase me llega más? ¿Por qué?
¿Qué actitud presenta la viuda?
¿Cuál es la actitud del juez?
¿Qué significa la frase “Cuando venga el Hijo del Hombre”
¿Encontrará fe en la tierra?
¿Con qué motivo Jesús les da a conocer esta Parábola a sus discípulos?
MEDITACIÓN.- ¿Qué me dice o nos dice el texto de Lucas 18, 1-18?
En este momento es donde se establece el diálogo entre lo que Dios nos dice en su Palabra
y lo que sucede en nuestra vida. Se medita reflexionando, nos pueden ayudar algunas
preguntas como estas:
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¿Cómo puedo fortalecer mi oración?
¿Cómo es mi oración de cada día? ¿Cuánto tiempo le dedico a Dios en la oración?
¿Cómo atiendo las necesidades de quienes acuden a mí?
¿Qué diferencias y parecidos hay entre lo que estoy leyendo y mi vida?
¿Cuál es el mensaje que Dios tiene para mí o para nosotros en este pasaje bíblico?
ORACIÓN.- ¿Qué le respondo al Señor luego del regalo de su Palabra?
El evangelio nos invita a orar. Deja que desde el silencio de tu corazón brote un
diálogo con Dios. Te invito a orar a manera de Salmo lo que brota de tu corazón. Este
puede ser de acción de gracia, de alabanza, de súplica, de perdón, etc. Recuerda que
estás en presencia del Amado.
CONTEMPLACIÓN.- Deja que el Señor te hable y te ame
Permite en este momento que el Señor venga nuevamente a ti, así como lo hizo en la
Meditación. Quédate en silencio unos instantes y pídele al Señor de corazón a corazón:
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“Señor, enséñame a Orar”.
Quédate en silencio escuchando… y contemplando la presencia de Dios en tu
vida.
ACCIÓN.- Y ahora ¿Cómo hago vida esta Palabra?
Este momento se me invita o se nos invita a la transformación de la historia que la Palabra
de Dios ha provocada en mí o en nosotros.
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¿A qué me invita el Señor ahora?
¿Qué compromiso surge a partir de este momento de oración?
ORACIÓN.-
Enséñame a orar, enséñame.
Enséñame a orar, Maestro Bueno limpia mi casa,
Ordena sus cosas, aquiétalas, aquiétalas, aquiétalas.
Hoy te he sorprendido orando, tu rostro emanaba paz,
Inmensa paz. Hoy me extasiaba de mirarte,
Cuando orabas a tu Padre y te pedí Señor.
La noche, ya cae sobre el tiempo, y
Tú te alejas solo, solo.
Si, amas la soledad para hablar con Dios en soledad.
Señor, recuerdo nos mandaste a no dejar de orar,
Para no caer. Hoy, estamos con María, todos
En oración, esperando que vuelvas.