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Ing. GONZÁLEZ, Noemí Helvecia – Página 1 de 3 SOCIEDAD, CULTURA Y EDUCACIÓN - PARTE I Cultura En un intento por dar una respuesta objetiva a la cuestión de la diversidad humana, los etnólogos exploraron, en forma simultánea, dos caminos. Por un lado, el que privilegia la unidad y minimiza la diversidad y, por otro, el que le otorga total importancia a la diversidad, demostrando que ésta no se contradice con la unidad fundamental de la humanidad. Para pensar ese problema de la diversidad humana, emergió el concepto de cultura, al que le dieron sentido exclusivamente descriptivo, pues no les interesaba decir lo que debía ser la cultura, sino describir qué era, tal como aparece en las sociedades humanas. Margaret Mead (Cuche, 1999), antropóloga estadounidense, muy célebre por sus estudios de las sociedades industriales y su contribución a la antropología social, orientó sus investigaciones hacia la manera en que un individuo recibe su cultura y sus consecuencias en la formación de la personalidad: el proceso de transmisión cultural y de socialización de la personalidad. Es decir, analiza diferentes modelos de educación para comprender el fenómeno de inscripción de la cultura en el individuo y para explicar los aspectos dominantes de la personalidad que se deben a este proceso de inscripción. A partir de sus estudios, Mead (ib) afirmó que la personalidad individual no se explica por características biológicas sino por el modelo cultural particular de una sociedad que determina la educación del niño; cuando este niño llega a ser adulto, ese modelo cultural lo conduce a actuar de manera inconsciente conforme a los principios fundamentales de la cultura: proceso de enculturación. La estructura de la personalidad adulta, resultante de la transmisión de la cultura por la educación se adaptará, en principio, al modelo de esta cultura. Es decir, hay un nexo estrecho entre modelo cultural, método educativo y tipo de personalidad dominante. Entonces, la cultura no es algo “dado” que se recibe como una totalidad, de una vez y para siempre durante la educación; el individuo se apropia de la cultura progresivamente a lo largo de la vida y, de todas maneras, nunca puede adquirir toda la cultura de su grupo. De allí que la educación es necesaria y determinante en el hombre, pues el ser humano no tiene, prácticamente, un programa genético que guíe su comportamiento. Las diferencias culturales entre grupos humanos serían explicables, en gran parte, por sistemas de educación diferentes que incluyen los métodos de crianza de los lactantes, tan variables de un grupo al otro. Al decir de Martínez F. y Moreno G.(2000), “sujeto no se nace, sino que el cachorro humano adviene como tal debido a que es introducido en un medio cultural, que implica que no rige el instinto, sino un orden marcado por prohibiciones y tabúes, plasmados en palabras”. Socialización Los sociólogos también se preguntaron sobre la cuestión de la continuidad, a través de las generaciones, de las culturas o de las subculturas específicas de los diferentes grupos sociales. Por ello algunos recurrieron a la noción de socialización, entendida como proceso de integración de un individuo a una sociedad dada o a un grupo particular a través de los modelos culturales de la sociedad o del grupo. Ing. GONZÁLEZ, Noemí Helvecia – Página 2 de 3 Ya Durkheim (Cuche, 1999) proponía que, a través de la educación cada sociedad transmite a sus individuos el conjunto de normas sociales y culturales que aseguran la solidaridad entre todos los miembros de esta sociedad y que ellos deben, con mayor o menor obligación, hacer suyas. En este proceso de socialización la familia es el primer agente socializador, pero el rol de la escuela y del grupo de pares (compañeros de clase y de juego) no es desdeñable. En los años cincuenta se desarrolla en los Estados unidos una “antropología de la comunicación” que toma en cuenta tanto la comunicación verbal como no verbal entre individuos, de modo que la cultura sólo existe por el juego interactivo de los individuos. Se debe recordar que la comunicación de información “visualizable” o “verbalizable” llega al receptor por la vista o el oído. Esos han sido los sentidos por lo que tradicionalmente circuló la información “intelectual”, además de que también pueden ser vehículo de una transmisión indirecta, de emociones y sentimientos. El lenguaje es una de las características que definen al ser humano y lo diferencian de todas las demás especies. Si bien la capacidad de hablar es una característica biológica innata, se desarrolla solamente en sociedad. Cada sociedad ha establecido sus propios códigos de comunicación: su lengua. Más allá de la comunicación entre personas que se hallan una en presencia de la otra, en una sociedad más compleja, toma cierta importancia la transmisión de información a distancia, aunque la posibilidad de hacer llegar una determinada información a varios destinatarios a la vez, era muy limitada. La serie de avances tecnológicos que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo, no sólo en el campo de las comunicaciones escritas o impresas, sino también en la comunicación instantánea a distancia, de la mano de un mejor conocimiento de los fenómenos electromagnéticos, permitieron logros como el telégrafo la radiodifusión, el fonógrafo, el cine, la televisión, el teléfono, el teléfono celular, los satélites de comunicaciones, la informática, las autopistas informáticas, etc., contribuyendo a superar la limitación mencionada en el párrafo anterior. Como observa Roberto Marafioti (1996), en la actualidad, el juego interactivo de los individuos, las relaciones comunicacionales, dependen de la metamorfosis incesante de los dispositivos informacionales a los que se acaba de hacer referencia. Escritura, lectura, visión, audición y aprendizaje son capturados por sistemas informáticos cada vez más perfeccionados. Se ve a la técnica como uno de sus fundamentos capitales; se ha convertido en ideología dominante y, precisamente, parte de los problemas de identidad de la cultura contemporánea resulta de la nueva relación entre el hombre y los medios de comunicación, el hombre y la máquina. La incidencia de las realidades tecno-económicas es cada vez más fuerte en todos los aspectos de la vida social. Hoy se percibe cada vez más lo social y la vida o los procesos cognitivos como una grilla informática de lectura e interpretación de la realidad; visión cibernética del mundo. Michael Apple (1993), Ing. GONZÁLEZ, Noemí Helvecia – Página 3 de 3 refiriéndose específicamente al ámbito educativo, señala que la nueva tecnología transforma el aula, pues lleva consigo una forma de pensar que orienta al individuo a enfocar el mundo de una manera particular. El discurso del aula se centrará más en la técnica y menos en el contenido.