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LAS REGLAS DE CLASE El programa que se presenta a continuación constituye una conjunción armonizada de técnicas de refuerzo y de extinción (técnicas de modificación de conducta). La aplicación de este programa ha de tener un carácter de sistematicidad dotándolo de la entidad curricular que las condiciones contextuales posibiliten. Se podría decir que a mayor tratamiento normalizado mayor es el rendimiento obtenido y en nuestro caso el rendimiento sería la obtención de eficacia conductual. El tratamiento normalizado consistiría en programar, organizar, evaluar, etc. A) INSTRUCCIONES Colocar en un lugar bien visible de la clase las NORMAS DE CONDUCTA que se deben observar en el aula. Deben tener las siguientes características: 1. Reglas cortas y concretas. 2. Cinco o seis reglas es lo adecuado. 3. Construir las reglas de manera positiva, a ser posible no utilizar el "NO". 4. Leer colectivamente (profesor y alumnos) las reglas unas 4-6 veces al día. Recuerde las reglas a los alumnos en otros momentos que sean, a ser posible, cuando se porten bien. No recordarlas cuando alguien se comporte inadecuadamente. 1. NORMAS DE CONDUCTA DE LA CLASE 1. PERMANECER SENTADOS MIENTRAS SE TRABAJA. 2. LEVANTO LA MANO PARA PEDIR ALGO AL PROFESOR. 3. CUANDO EL PROFESOR NO ESTÁ, GUARDO SILENCIO. 4. REALIZO LA TAREA SIN MOLESTAR AL COMPAÑERO. 5. SI NECESITO HABLAR LO HAGO EN VOZ BAJA. B) MOMENTOS ÓPTIMOS PARA REPASAR LAS NORMAS DE CONDUCTA Estos momentos pueden ser: - A la entrada, por la mañana. - A media mañana - En parte del horario de una materia concreta, turnándose el profesorado para que todos se involucren en la tarea común. - En la hora de Tutoría. C) TÉCNICAS IGNORAR LA CONDUCTA INADECUADA No se le debe prestar atención a las conductas inadecuadas que interfieren con el aprendizaje o la enseñanza, a menos que, por supuesto, un niño lastime a otro, en cuyo caso hay que usar un castigo que parezca adecuado a la acción; es preferible la retirada de algo que sea reforzante para él. ALABAR LA CONDUCTA ADECUADA Se suele tener tendencia a dar por supuesta la conducta adecuada y a prestar atención solamente cuando un niño actúa o se porta mal. La aplicación de esta técnica supone lo contrario, es decir: sorprender al niño cuando se porta bien, y hacer un comentario adecuado para recompensarlo por su buena conducta aunque sólo sea un ligero inicio de esa buena conducta deseada. 1. ALABE, PRESTE ATENCIÓN O SONRÍA CUANDO EL NIÑO ESTÉ HACIENDO LO QUE SE ESPERA QUE HAGA. 2. MOLDEE LA CONDUCTA DESEADA MEDIANTE EL REFUERZO DE PEQUEÑOS PASOS CONSEGUIDOS (prestando atención a los pequeños avances de la conducta que se desea). 3. ALABE LAS CONDUCTAS POR SEGUIR LAS REGLAS DE LA CLASE, LAS CONDUCTAS PROSOCIALES Y TODAS AQUELLAS CONDUCTAS QUE SE PROPONGA ESTABLECER EN EL AULA. REGLA GENERAL: ALABE Y PRESTE ATENCIÓN A LAS CONDUCTAS QUE FACILITEN EL APRENDIZAJE (SON LAS CONDUCTAS INCOMPATIBLES A LAS CONDUCTAS NO DESEADAS). DIGA AL NIÑO POR QUÉ SE LE ALABA. TRATE DE REFORZAR CONDUCTAS INCOMPATIBLES CON LAS QUE DESEA HACER DISMINUIR. Si los problemas persisten y con estas técnicas no surgen efecto, entonces habrá que aplicar consecuencias negativas para cambiar el comportamiento (CASTIGOS): TIEMPO FUERA O RINCÓN DE PENSAR (TIME OUT) En la práctica significa apartar al niño en una actividad o situación para que no pueda tomar parte en esa actividad o recibir elogios y atención. Para ser eficaz debe utilizarse correctamente, a través de los siguientes pasos: Elegir cuidadosamente el rincón o fuera de actividad El lugar debe ser experimentado por el niño como un sitio en el que le falta algo mejor de lo que experimente en el “rincón”; debe ser un sitio aburrido Explicarle al niño las reglas de estar en el rincón. En un momento tranquilo, antes de utilizar esta técnica, se debe decir al niño que se le mandará al rincón si continúa desobedeciendo. El tiempo en el rincón perderá su eficacia si la utilizamos demasiadas veces. Asignar un tiempo máximo al rincón, dependiendo de la edad del niño. Largos periodos de tiempo, provocan resentimiento y no mejoran el comportamiento. Una norma, puede ser que el tiempo de apartamiento dure tanto minutos como años tenga el niño. Dicho tiempo de actividad interrumpida le proporciona la oportunidad de serenarse y de deja de hacer aquello por lo que se le ha mandado al rincón. Añadir minutos si hay resistencia. Si se tienen dificultades para poner al niño en el rincón o para mantenerlo allí, se debe añadir un minuto de tiempo por cada instante de resistencia, y decirle: “Ahora es un minuto más”. Le vigilaremos si es necesario. Si se va sin permiso, se le debe volver a llevar y castigarle con otro minuto. No sobrepasaremos tres penalizaciones de un minuto; en dicho caso será más eficaz añadir otra consecuencia. Añadir consecuencias de apoyo a la resistencia excesiva. Si es necesario, se puede informar al niño de que se añadirán consecuencias si no cumple el tiempo en el rincón: perder su juguete favorito o un privilegio durante unos días. Hemos de ser consecuentes con ello. A menudo, la resistencia se hará menor al saber que existe una consecuencia de apoyo. No permitir que el tiempo fuera (en el rincón) se convierta en una manera de evitar responsabilidades. Cuando el tiempo fuera se cumple, se le debe hacer que el niño haga lo que se le pidió que hiciera antes de comenzar el tiempo del rincón o que adopte el comportamiento apropiado. Cuando coopere, se le debe elogiar. SOBRECORRECCIÓN DE LA CONDUCTA Si el alumno ha ocasionado algún daño físico tanto a un compañero como a los materiales o rompe o ensucia algún material del mobiliario, debe corregir y reparar el daño causado: Pedir perdón al compañero, que le acaricie o bese la zona dañada y/o pedir adecuadamente las cosas. Limpiar el suelo que ha ensuciado (y un poco más) Arreglar lo que ha roto Ordenar lo que ha “desastrado” y algunos juguetes más. COSTO DE RESPUESTA Esta técnica consiste en eliminar/ quitar privilegios para el niño. Su comportamiento negativo debe ser “castigado” con una pérdida de reforzadores para él. El costo de respuesta puede ser adecuado para: Pérdida de algún juguete o del propio juego (si pega mientras juega eliminarlo del juego; si trata mal un juguete, retirárselo) También puede ser retirado tiempo del recreo (dejarlo 5 o 10m minutos más en clase sin salir al patio) Hay que pensar en reforzadores o privilegios que pueden ser utilizados para que al alumno le duela su pérdida. Y PARA FINALIZAR... No se puede pretender que la conducta del alumno cambie radicalmente en un mes. Debemos conseguir pequeños progresos poco a poco. La familia va a ser nuestro punto de apoyo más importante y por ello recibirán orientaciones para colaborar en este procesos de modificación de conducta. Debemos mantenernos constantes y no abandonar el programa a la primera dificultad. Cuando se aplica un programa de estas características, suele haber un efecto rebote, en el cual el comportamiento del niño empeora al principio. No debemos de darle importancia a este hecho y debemos continuar aplicando las técnicas. Cada programa de modificación de conducta debe estar personalizado para cada niño, porque los reforzadores, las conductas y las estrategias pueden variar. Si existen sospechas de que los problemas de comportamiento son debidos a un posible trastorno, se deben hacer las pruebas y exploraciones neurológicas oportunas para aplicar el tratamiento más adecuado. Ana María Prades Blasco Orientadora Educativa SPE C-2