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SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS I.- Experiencia del Corazón de Jesús en nuestros fundadores Marcelo Spínola Allí tendrás luz y color realidad que hace ver todo pequeño. Si hablas de Él, es más que hablar del mar, del cielo, el universo. No hay palabras, no hay canción, no hay voz ni pensamiento. Allí está todo el amor, el saber, la bondad, la paz y el fuego. Id, salid en busca de Él, corred ansiando el encuentro, gritadle siempre otra vez, y no parad hasta verlo y descansad todo y sólo en Él. JESUCRISTO ES FUENTE PERENNE DE VIDA, ES AMOR SIN FONDO NI RIBERA. JESUCRISTO ES FUENTE PERENNE DE VIDA, ES AMOR SIN FONDO NI RIBERA. Allí será tu Redentor, hermano fiel, que se desvela. A unos da la juventud, a otros devuelve la vida y sostiene al que es débil y da paz al que se acerca. Si quieres tú, pronto vendrá, si sabes mantener vivo el deseo; y podrás al fin oír muy suavemente su acento, en su mirada beber, que sea tierno alimento, y con amor, ser del todo de Él. Allí tendrás fuerza y valor, es el libro de Dios donde estás cierto. Es el Amigo, es el Señor, es el Amado, es el Modelo, es la gran Revelación de un Dios que es un derroche de amor. Celia Méndez “Amor suave y fuerte que me ha hecho dulce la vida” RF: Retorno a las Fuentes II, P. 544. Anexo XII. Ejercicios 1889. “He visto y veo en Él tanta misericordia y tanta bondad, tanta generosidad para perdonarme, y una mano tan amorosa que me sostiene que aun sin quererlo yo pierdo de vista todo lo feo que veo en mí y sólo tengo ojos para ver y corazón para amar tanta hermosura (...) RF: Retorno a las Fuentes II, p. 543. Anexo XII. Ejercicios 1889. “En todo momento permanecer recogida en la presencia de Dios y en una íntima y estrecha unión de caridad con Él”. RF: Retorno a las Fuentes II, p.521. Anexo I. Propósito Ejercicios 1887. “No escribo por las noches porque me gusta quedarme en la capilla hasta última hora, y cuando estoy sola acercarme mucho al altar y decir a N.S. algunas palabritas de corazón a corazón. Siento perfectamente que está allí y me oye, aunque no me conteste; pero a pesar de eso me atrae poderosamente” RF: Retorno a las fuentes II, p. 570. Anexo XXIV. Apuntes de Ejercicios de la M. teresa. Silencio orante (Breve) II. Nuestra experiencia del corazón de Jesús. Hay un corazón que mana, que palpita en el Sagrario, el corazón solitario que se alimenta de amor. Es un corazón paciente, es un corazón amigo, el que habita en el olvido, el corazón de tu Dios. Es un corazón que ama, un corazón que perdona, que te conoce y que toma de tu vida lo peor. Que comenzó esta tarea una tarde en el Calvario y que ahora desde el Sagrario tan solo quiere tu amor. Decidle a todos que vengan a la fuente de la vida que hay una historia escondida dentro de este corazón. Decidles que hay esperanza que todo tiene un sentido, que Jesucristo está vivo, decidles que existe Dios. Es el corazón que llora en la casa de Betania, el corazón que acompaña a los dos de Emaús. Es el corazón que al joven rico amó con la mirada, el que a Pedro perdonaba después de su negación Es el corazón en lucha del huerto de los olivos, que, amando a los enemigos, hizo creer al ladrón. Es el corazón que salva por su fe a quien se le acerca, que mostró su herida abierta al apóstol que dudó. Decidle a todos que vengan... Oramos con la canción: hacemos eco ¿Cuál es mi experiencia al contacto con el corazón de Jesús? (silencio orante) III. La palabra nos ilumina Textos de la Eucaristía del día del Sgdo Corazón (ciclo C): Ez 34, 11-16; Sal 22,1-3ª.3b-4.5.6; Rom 5, 5-11; Mt 11.29ab. Introducción: No sólo el ser creados por Dios nos asegura que somos cosa suya. El amor con que sigue y busca el Pastor las ovejas perdidas, las que se alejan de él y quieren vivir cerradas en ellas y para ellas, es la mejor prueba de que Dios nos considera como cosa suya. También la humanidad busca lo suyo que se les ha perdido (I y III). Es la misma lección del c.4 de Jonás. Es el secreto y la fuerza del perdón. Se perdona al enemigo porque el amor, más fuerte que el odio, se extiende hasta el que odia (II). Si Dios nos ha perdonado, no podemos nosotros negar ese perdón a los demás. El perdón, lo mismo que el amor, no debemos retenerlos, sino dar libre curso, hacia los demás, a ese amor y ese perdón que Dios ha puesto en nosotros. Silencio orante IV. Compartir Compartimos lo que ha sido este tiempo de oración. Canto final: Gracias Señor infinito es tu amor.