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NUTRICIÓN IV: EL SISTEMA CIRCULATORIO 1. INTRODUCCIÓN El sistema circulatorio interviene en la nutrición al igual que el digestivo, el respiratorio, el excretor y todas las células con su metabolismo (conjunto de reacciones químicas) que permite la utilización de los nutrientes. Para la nutrición celular, el circulatorio transporta a los tejidos los nutrientes que necesitan las células, obtenidos en el aparato digestivo (agua, sales minerales, vitaminas, glúcidos, lípidos y proteínas) y obtenidos en el aparato respiratorio (el oxígeno). Y además, el circulatorio transporta los desechos producidos en la nutrición celular hacia el respiratorio (dióxido de carbono) y hacia el excretor (urea, ácido úrico…). Además del transporte de nutrientes y desechos, otras funciones del circulatorio son la termorregulación, defensa, transporte de hormonas y sustancias para la comunicación… Las células del cuerpo necesitan un medio líquido externo a ellas (líquido extracelular) que les aporta nutrientes, les elimina los desechos, las defienden, permite que se comuniquen… A este medio líquido se le denomina medio interno. La mayor parte de este medio interno se mueve lentamente entre las células; el llamado líquido tisular o intersticial. Otra parte se mueve a mucha mayor velocidad; la sangre. Hay otros líquidos en nuestro cuerpo que forman parte del medio interno (líquido cefalorraquídeo en el sistema nervioso central, humor acuoso y vítreo en los ojos…) , el más relevante es la linfa. Estos 3 líquidos (intersticial, sangre y linfa) están interrelacionados ya que en los capilares sanguíneos es donde se realiza el intercambio de sustancias con los tejidos, pero de los capilares sanguíneos sale hacia el líquido intersticial más líquido y sustancias que el que regresa (en la sangre hay más presión que en el líquido intersticial) . Este exceso de líquido y sustancias es recogido por los vasos linfáticos que lo devolverán a la sangre mucho después. Del líquido intersticial cogerán las células los nutrientes y expulsarán a él los desechos producidos por las células. Para que esto sea posible, el líquido intersticial recibe los nutrientes de la sangre y la sangre recoge del líquido intersticial los desechos. El aparato circulatorio o sistema circulatorio está compuesto por el sistema cardiovascular que conduce y hace circular la sangre, y por el sistema linfático que conduce la linfa hasta reincorporarla a la circulación sanguínea. El sistema cardiovascular está formado por el corazón, los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares) y la sangre, y el sistema linfático está compuesto por los vasos linfáticos, los ganglios linfáticos, los órganos linfáticos (el bazo y el timo), la médula ósea roja, los tejidos linfáticos (como las amígdalas y las placas de Peyer) y la linfa. 1 2. SISTEMA CARDIOVASCULAR El sistema cardiovascular está formado por el corazón, los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares) y la sangre. La sangre es el líquido con células y sustancias que se transportan y permanece siempre en el interior de vasos cerrados y el corazón es la bomba impulsora de la sangre. 2.1 LA SANGRE Composición de la sangre: La sangre está compuesta por una parte líquida llamada plasma (55% del volumen de la sangre) y por diferentes tipos de células sanguíneas (45% del volumen de la sangre). El plasma sanguíneo es un líquido amarillento formado principalmente por agua (91%) en la que se encuentran una gran variedad de sustancias como proteínas (7%), sales minerales (0,9%, que le dan a la sangre un sabor salado), lípidos (0,6%), glucosa (0,1%), hormonas, aminoácidos, productos de desecho (urea, CO2)… Entre las proteínas tenemos proteínas transportadoras como albúminas y lipoproteínas, proteínas de defensa como los anticuerpos que se unen a sustancias extrañas y las proteínas del sistema del complemento (reaccionan contra sustancias extrañas) y proteínas necesarias para la coagulación sanguínea como los factores de coagulación y el fibrinógeno (inactivo) que al activarse se transforma en fibrina que son fibras que atrapan glóbulos rojos. Las células sanguíneas son de 3 tipos: glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. Todas ellas se forman en la médula ósea roja, un tejido que se encuentra en el interior de muchos huesos. - Los glóbulos rojos o eritrocitos o hematíes son células deformables, con forma bicóncava y sin núcleo, son las más numerosas en la sangre, aproximadamente 5 millones por mm3 (o mililitro) de sangre. Viven unos 4 meses. Su función es transportar O2 desde los pulmones hacia los tejidos y CO2 desde los tejidos hacia los pulmones para ser expulsado. El transporte se realiza gracias a una proteína de su citoplasma llamada hemoglobina responsable de su color rojo (también da el color rojo a la sangre por ser los glóbulos rojos tan abundantes). - Los glóbulos blancos o leucocitos son las células sanguíneas más grandes, poseen núcleo, tienen función defensiva y de limpieza. Hay aproximadamente unos 8.000 por mm3 (o mililitro) de sangre. Hay varios tipos: Granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos), linfocitos (B y T) y monocitos, algunos viven unos días y otros meses o años. Destacamos los linfocitos B que producen anticuerpos que liberan a la sangre, los neutrófilos que fagocitan (engloban y digieren microbios) y los basófilos que liberan histamina una sustancia que produce inflamación (en una reacción alérgica te recetan antihistamínicos, medicamentos que bajan la inflamación). - Las plaquetas o trombocitos no son verdaderas células sino fragmentos celulares sin núcleo cuya función es provocar la coagulación de la sangre. Cuando un vaso sanguíneo se rompe, las plaquetas se adhieren a la zona dañada y cierran parcialmente la abertura. Al mismo tiempo en este proceso de coagulación se activa el fibrinógeno (se transforma en fibrina que atrapa glóbulos rojos cerrando más todavía la abertura) y también intervienen los factores de coagulación. Hay aproximadamente unas 300.000 plaquetas por mm3 (o mililitro) de sangre. Viven unos 10 días. 2 Funciones de la sangre: La sangre además de transportar sustancias (nutrientes, gases respiratorios, hormonas, desechos), controla las hemorragias (por la acción de las plaquetas, fibrinógeno y factores de coagulación), nos defiende contra las infecciones y sustancias extrañas (gracias a los leucocitos, anticuerpos y proteínas de la sangre llamadas sistema del complemento) y tiene función termorreguladora: la sangre ayuda a mantener la temperatura corporal distribuyendo el calor por todo el cuerpo, por ejemplo, durante un ejercicio intenso, la sangre se calienta a su paso por los músculos; esta misma sangre se enfría cuando pasa por la piel y eso contribuye a normalizar la temperatura del cuerpo. 2.2 LOS VASOS SANGUÍNEOS La sangre circula en nosotros (al igual que en todos los vertebrados) siempre por el interior de unos conductos denominados vasos sanguíneos: arterias, capilares y venas, por eso se dice que tenemos un circulatorio cerrado (la mayoría de los invertebrados tienen un circulatorio abierto donde el líquido de transporte sale de los vasos y “baña directamente los tejidos”) . La sangre sale del corazón por grandes arterias (arteria aorta y arteria pulmonar) que se van ramificando hasta dar arterias finas llamadas arteriolas que desembocan en capilares muy finos que permiten el intercambio de sustancias con los tejidos. Los capilares se unen y forman vénulas que a su vez, su unen formando venas hasta dar lugar a las venas por las que regresa la sangre al corazón (vena cava y vena pulmonar). En conclusión, en función de su calibre y de si salen del corazón o retornan a él, los vasos sanguíneos pueden ser arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas. Los vasos sanguíneos (excepto los capilares) están formados por 3 capas: la más interna en contacto con la sangre está formada por una única capa de células planas llamada túnica interna o endotelio (epitelio monoestratificado plano), le sigue una capa intermedia que tiene musculo liso y fibras elásticas (túnica media) y después la capa más externa de tejido conjuntivo (túnica externa). A continuación veamos con más detalle los principales vasos sanguíneos y sus diferencias: - Las arterias: son los vasos sanguíneos que llevan la sangre desde el corazón hasta los órganos. Cuando su diámetro es pequeño (después de sucesivas ramificaciones) se llaman arteriolas. Las paredes de las arterias son gruesas y elásticas, ya que tienen que soportar la elevada presión a la que es sometida la sangre cuando sale impulsada por la contracción del corazón (sístole ventricular). Esta es la presión máxima que soportan las arterias, llamada también presión sistólica (alrededor de 120 mm Hg en adultos). Antes de la siguiente contracción del corazón, cuando el corazón está en reposo (diástole), la presión en las arterias es la mínima llamada presión diastólica (alrededor de mm Hg en adultos). Cuando una persona presenta de manera frecuente la presión sistólica mayor de 140 mm Hg y/o la diastólica mayor de 90 mm Hg decimos que la persona es hipertensa. La gran elasticidad de las arterias permite que se forme una onda que se transmite por las arterias formando un “latido” de las arterias que se conoce como el pulso, que detectamos si presionamos levemente con las yemas de los dedos en algunas arterias superficiales del cuerpo como en el cuello o en la muñeca (la frecuencia del 3 pulso coincide con los latidos del corazón). Esto es debido a que gracias a su gran elasticidad, las arterias se expanden, aumentando su diámetro total en la sístole ventricular (cuando la presión de la sangre es máxima) y se contraen reduciendo su diámetro en la diástole (cuando la presión es mínima). Además, esta elasticidad amortigua el impacto de la alta presión de la sangre cuando sale del corazón (presión sistólica) y permite que la sangre siga circulando en la diástole (corazón relajado), ya que, cuando la arteria va recobrando su diámetro inicial presiona la sangre para que siga circulando (devuelve parte de la presión que la dilató). La capa muscular está muy desarrollada en las arterias, su contracción reduce el diámetro interno por el que circula la sangre, de esta manera le permite regular la cantidad de sangre que va a cada órgano, por ejemplo, cuando hace frío se contraen las arterias que se dirigen hacia la piel, reduciendo la sangre que va hacia la piel y cuando hace calor aumenta el riego sanguíneo en la piel (se relaja la musculatura de esas arterias) para refrescarnos. Ejercicio: Pon otro ejemplo sobre regular la sangre que se dirige a los órganos del aparato digestivo en dos situaciones distintas: durante la digestión y durante el ejercicio. - Las venas: son los vasos sanguíneos que llevan la sangre desde los órganos hasta el corazón. Cuando su diámetro es pequeño (las que recogen la sangre de los capilares) se llaman vénulas. Las paredes de las venas son más finas y menos elásticas que las de las arterias, ya que, al retornar desde los órganos, la sangre circula por ellas a una presión menor. Debido a esta baja presión que dificulta el regreso de la sangre al corazón, en el interior de estos vasos hay válvulas (sobre todo en las venas de la parte inferior del cuerpo que deben vencer la fuerza de la gravedad para regresar al corazón) cuya función es impedir el retroceso de la sangre y además, se aprovecha la contracción muscular para facilitar el avance de la sangre (cualquier presión sobre una vena, ya sea por la contracción de músculos o por un masaje o por la respiración, impulsa la sangre hacia el único sentido que permite las válvulas: hacia el corazón). - Los capilares: son vasos sanguíneos que forman densas redes en el interior de los órganos que conectan arteriolas con vénulas. Son vasos de pequeñísimo diámetro y su pared es extraordinariamente fina, ya que está formada únicamente por una capa de células aplanadas llamada endotelio. Esta pared tan fina permite los intercambios entre la sangre y los tejidos (líquido intersticial o intercelular y células): por diferencia de concentración (difusión) los nutrientes como glucosa y O2 pasan desde la sangre hacia los tejidos y los desechos como CO2 y urea pasan desde los tejidos hacia la sangre. En los capilares es donde la velocidad de la sangre es más lenta (excepto en obstrucciones como en venas con varices) facilitando el intercambio de sustancias. Ejercicio: Realiza una tabla con las principales diferencias entre arterias, venas y capilares. 4 2.3 EL CORAZÓN Localización y capas: Es un órgano hueco del tamaño de un puño, encargado de bombear la sangre a los pulmones para que se oxigene y al resto del cuerpo para que todas las células reciban el oxígeno y los nutrientes que necesitan. El corazón se encuentra en la parte media inferior del mediastino (espacio en la cavidad torácica situado entre los dos pulmones), tiene forma ligeramente cónica, con la punta hacia abajo y hacia la izquierda. El corazón está encerrado en un saco de doble capa (capa interna o epicardio o pericardio visceral en contacto con el corazón y capa externa o pericardio parietal en contacto con la pared torácica), llamado pericardio que permite fijarlo en su posición (el pericardio parietal mantiene fijo al corazón en su lugar porque emite fibras que lo unen al diafragma y a la pared ósea del tórax: costillas y esternón) y permite el movimiento del órgano, y sus paredes están formadas por un tejido muscular contráctil denominado músculo cardiaco o miocardio que es el que propulsa la sangre. Además del pericardio o capa externa del corazón y del miocardio o capa media, tenemos el endocardio o capa interna que está en contacto directo con la sangre y se continúa con el endotelio de las arterias. Interior: El interior del corazón está dividido en 4 cavidades: 2 cavidades superiores o aurículas y 2 inferiores o ventrículos. Las aurículas que tienen paredes finas y extensibles y se encargan de recibir la sangre de las venas y los ventrículos de paredes más gruesas y potentes que las aurículas, sobre todo la del ventrículo izquierdo. Los ventrículos impulsan la sangre fuera del corazón por las arterias. Entre ambas aurículas y ambos ventrículos existe un tabique o septum de modo que ambos lados del corazón no se comunican, separando el corazón en dos mitades funcionales: el corazón izquierdo y el corazón derecho. El septum se divide en 2 partes: el tabique interauricular que separa ambas aurículas (abierto en embriones pero se cierra en el nacimiento) y el tabique interventricular que separa ambos ventrículos. Cada aurícula se comunica con el ventrículo del mismo lado a través de una válvula llamada auriculoventricular. Estas válvulas se abren cuando se contrae el miocardio de las aurículas (sístole auricular) para pasar la sangre desde las aurículas a los ventrículos y se cierran cuando se inicia la contracción del miocardio de los ventrículos (sístole ventricular) para evitar el retroceso de la sangre hacia las aurículas. La válvula auriculoventricular del lado derecho del corazón se llama válvula tricúspide porque posee 3 valvas y la válvula auriculoventricular del lado izquierdo del corazón se llama válvula bicúspide o mitral porque posee 2 valvas. Para evitar que las válvulas auriculoventriculares se inviertan hacia las aurículas, cada una de ellas tiene varias cuerdas tendinosas que se unen a las paredes ventriculares a través de los músculos papilares que tiran de las cuerdas regulando la apertura o cierre de las válvulas. 5 Los vasos sanguíneos del corazón: Hay vasos que llegan al corazón (venas), vasos que salen del corazón (arterias) y vasos que irrigan el miocardio (coronarias): - Vasos que llegan al corazón: A la aurícula derecha llegan las dos venas cavas (superior e inferior), que recogen la sangre de todo el cuerpo menos de los pulmones: la vena cava superior recoge la sangre de la cabeza y de las extremidades superiores y la vena cava inferior del resto del cuerpo. A la aurícula izquierda vierten las 4 venas pulmonares (dos de cada pulmón), que recogen la sangre de los pulmones. - Vasos que salen del corazón: Del ventrículo izquierdo sale la arteria de mayor diámetro del organismo, la arteria aorta, que se curva a la izquierda y hacia atrás formando el cayado aórtico, del que salen ramificaciones hacia la parte superior del cuerpo y continúa hacia abajo formando la aorta descendente. Del ventrículo derecho sale la arteria pulmonar, que se bifurca (cada rama se dirige a uno de los pulmones). Entre los ventrículos y las arterias que salen del corazón, justo en la zona de salida, existen válvulas que impiden el retroceso de la sangre llamadas válvulas semilunares o sigmoideas: la válvula semilunar aórtica y la válvula semilunar pulmonar. - Vasos que irrigan el corazón: El conjunto de pequeñas arterias y venas que llevan la sangre a los tejidos del propio corazón es el sistema coronario (venas y arterias coronarias). El ciclo cardíaco El latido del corazón es el sonido (primer ruido “lub” y segundo “dub”) que se produce cuando las válvulas se abren y cierran durante las fases de contracción o sístole, seguidas de las fases de relajación o diástole. En cada latido, que dura menos de un segundo, sucede una serie de fenómenos que constituyen el ciclo cardiaco: - Sístole auricular: Las dos aurículas se contraen al mismo tiempo e impulsan la sangre a los ventrículos. 6 - Sístole ventricular: Los dos ventrículos se contraen al mismo tiempo y la sangre sale por las arterias aorta y pulmonar ya que la presión que ejerce la sangre abre las válvulas aórtica y pulmonar. Esta misma presión provoca el cierre de las válvulas auriculoventriculares (tricúspide y mitral) evitando el retroceso de la sangre a las aurículas. Este cierre origina el primer ruido cardiaco que escuchamos al principio de la sístole ventricular en cada latido (“lub”). - Diástole: Las aurículas y ventrículos están relajados, pero la sangre de las arterias no retrocede hacia los ventrículos porque se cierran las válvulas aórtica y pulmonar. Este cierre provoca el segundo ruido cardiaco que escuchamos al principio de la diástole en cada latido (“dub”). Al estar relajadas las aurículas, también se produce durante la diástole la entrada de sangre a las aurículas y su llenado. A veces se escuchan en el corazón durante la auscultación ruidos anormales como los soplos, ocasionados por el paso de la sangre a través de válvulas cardíacas que no funcionan bien porque no se cierran del todo o porque son estrechas o rígidas. Hay soplos que no indican patología valvular. Se llama frecuencia cardiaca al número de veces por minuto que se repite este ciclo cardíaco, es decir, el número de latidos por minuto. La frecuencia cardiaca suele rondar entre 60 y 80 veces por minuto en reposo y más de 150 en esfuerzos. Aunque la frecuencia y la intensidad con la que bombea el corazón es regulado por el sistema nervioso (aumenta o disminuye) y hormonas (por ejemplo la adrenalina y noradrenalina aceleran el corazón), el corazón es un órgano autónomo que origina sus propias contracciones (fuera del cuerpo puede estar latiendo si se mantienen en un medio con nutrientes y oxígeno). Otras definiciones son el volumen sistólico que es el volumen de sangre bombeado por cada ventrículo durante un latido y el gasto cardiaco que es el volumen de sangre bombeado por cada ventrículo en un minuto. La circulación de la sangre La circulación sanguínea es el recorrido que realiza la sangre por el aparato circulatorio impulsada por los movimientos del corazón. La estructura del corazón le hace actuar como una doble bomba ya que la parte izquierda y la parte derecha del corazón actúan como bombas distintas e impulsan la sangre por recorridos distintos. La parte derecha del corazón recoge e impulsa sangre pobre en oxígeno y la parte izquierda del corazón recoge e impulsa sangre rica en oxígeno. La circulación humana es cerrada, completa y doble. Cerrada porque la sangre circula siempre por el interior de los vasos, completa porque nunca se mezcla la sangre oxigenada con la sangre pobre en oxígeno (en anfibios y muchos reptiles el tabique interventricular es incompleto y se mezcla la sangre rica en oxígeno del ventrículo izquierdo con la sangre pobre en oxígeno del ventrículo derecho) y doble porque la sangre pasa dos veces por el corazón para dar una vuelta completa, es decir, tiene un doble circuito, uno para 7 llevar la sangre a los pulmones que se oxigene (circulación menor o pulmonar) y otro para llevar la sangre al resto del cuerpo llevando el oxígeno a las células (circulación mayor o sistémica). - Circulación menor o pulmonar: La sangre pobre en oxígeno sale del ventrículo derecho por la arteria pulmonar que se bifurca en 2, una arteria pulmonar a cada pulmón. En los pulmones se produce el intercambio de gases entre los alvéolos pulmonares y la multitud de capilares en las que se ramifican estas arterias. La sangre se oxigena, pierde CO2 y vuelve por al corazón por las venas pulmonares, que llegan a la aurícula izquierda. - Circulación mayor o sistémica: La sangre oxigenada sale del ventrículo izquierdo por la arteria aorta y llega a todos los órganos (excepto a los pulmones). En los capilares se cede el oxígeno y otros nutrientes a los tejidos y se recoge el CO2 y otros desechos producidos en el metabolismo celular. La sangre vuelve al corazón por las venas cavas, que llegan a la aurícula derecha. Fíjate un caso curioso y especial en el hígado al que, además de llegarle una arteria (arteria hepática) y salirle una vena (vena supra-hepática) como a todos los órganos, también le llega una vena (las venas suelen salir de los órganos y no entrar como en este caso) llamada vena porta que ha recogido la sangre de los capilares del intestino y antes de ir al resto del cuerpo pasa por el hígado para eliminar los tóxicos, excesos de glucosa… que hayan entrado por el digestivo. Principales arterias y venas del cuerpo Principales arterias del cuerpo • Aorta: Principal arteria que parte del ventrículo izquierdo. Gira formando el cayado aórtico. • Arterias carótidas: Parten del cayado de la aorta hacia la cabeza. • Arterias subclavias: Parten del cayado de la aorta hacia las extremidades superiores. • Arterias coronarias: Parten de la aorta ascendente. Riegan el corazón. • Arteria hepática: Parte de la aorta descendente. Riega el hígado. • Arteria mesentérica: Parte de la aorta descendente. Riega el intestino. • Arterias renales: Parten de la aorta descendente a los riñones. • Arterias iliacas: Se divide la aorta descendente hacia las extremidades inferiores. • Arteria Pulmonar: Parte del ventrículo derecho. 8 Principales venas del cuerpo • Cava superior: Recoge la sangre de la parte superior del cuerpo. • Cava inferior: Recoge la sangre de la parte inferior del cuerpo. • Vena hepática: Recoge la sangre del hígado. Conecta con la cava inferior. • Venas renales: Recogen la sangre de los riñones. Conectan con la cava inferior. • Venas ilíacas: Recogen la sangre de las extremidades inferiores. Conectan con cava inferior. • Venas yugulares: Cuatro venas que recogen la sangre de la cabeza. Desembocan en las venas braquiocefálicas que confluyen en la cava superior • Venas subclavias: Recogen la sangre de los brazos. Conectan con las braquiocefálicas. • Porta hepática: Sistema venoso aislado que parte de los capilares intestinales formando dicha vena que se ramifica en el hígado. • Venas pulmonares: Cuatro venas que desembocan en la aurícula izquierda. 9 3. SISTEMA LINFÁTICO El sistema linfático está compuesto por los vasos linfáticos, los ganglios linfáticos, los órganos linfáticos (el bazo y el timo), la médula ósea roja, los tejidos linfáticos (como las amígdalas y las placas de Peyer) y la linfa. Las funciones del sistema linfático son 3: defensiva por el alto número de glóbulos blancos que tiene (especialmente linfocitos), recoger y transportar las grasas absorbidas en el intestino y recoger el exceso de líquidos y sustancias que salen de los capilares sanguíneos al espacio intersticial. El exceso de líquido y sustancias que salen de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, son recogidos por los capilares linfáticos formando la linfa, que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos linfáticos que se vacían en las venas subclavias (parte superior del pecho, cerca del cuello), reincorporándose a la circulación sanguínea. A lo largo del recorrido de los vasos linfáticos se presentan engrosamientos que corresponden a los ganglios o nódulos linfáticos. Los ganglios linfáticos son especialmente abundantes en cuello, axilas e ingles, se encargan de filtrar los gérmenes. Los ganglios hospedan linfocitos en su interior, un tipo de glóbulo blanco. Algunos de estos linfocitos fabrican anticuerpos, unas proteínas especiales que luchan contra los gérmenes e impiden que las infecciones se propaguen, ya que atrapan a los gérmenes patógenos y los destruyen. Su tamaño oscila entre 0,5 y 1cm pero puede aumentar debido a procesos infecciosos o tumorales (los médicos palpan en determinadas partes del cuerpo para detectar la presencia de ganglios inflamados bajo la piel que es un buen indicador de infección). Hay unas áreas en la parte inferior del intestino delgado (íleon) llamadas “Placas de Peyer” también conocidas como parches de Peyer o ganglios de Peyer que contienen muchos linfocitos y se encargan de la vigilancia inmune de lo que entra desde fuera al intestino, identificando si son inofensivos o perjudiciales La médula ósea: se encuentra en el interior de los huesos (esternón, costillas, entre otros) y se encarga de la formación de las células de la sangre entre los que se encuentran los linfocitos, cuyo papel en la inmunidad es fundamental. Las amígdalas: se encuentran situadas alrededor de la faringe desempeñando funciones defensivas. El timo: situado detrás del esternón. Tiene un papel importante en el desarrollo y maduración del sistema linfático y en la respuesta inmunitaria del organismo. En él maduran parte de los linfocitos que se han formado en la médula ósea. El bazo: situado en la parte superior izquierda del abdomen entre el estómago y el riñón izquierdo. Actúa como un filtro de la sangre reteniendo y destruyendo las células sanguíneas envejecidas e interviene en la formación de los linfocitos. Destruye glóbulos rojos viejos y otros elementos extraños del torrente sanguíneo para ayudar a combatir las infecciones. El bazo también 10 ayuda al organismo a luchar contra las infecciones. El bazo contiene linfocitos y otro tipo de glóbulos blancos, llamados macrófagos, que tragan y destruyen bacterias, tejido muerto y elementos extraños, eliminándolos del torrente sanguíneo cuando la sangre pasa a través del bazo. Mecanismo del transporte linfático: A diferencia del sistema circulatorio, el sistema linfático no tiene un órgano de bombeo como el corazón, por lo que el flujo de linfa es muy lento e inconstante, pero suficiente como para devolver a la sangre los 3 litros de fluido que se pierden de esta a los espacios intersticiales en 24 horas. El mecanismo que hace fluir la linfa es principalmente la acción de "ordeñado" que hacen los músculos del esqueleto, los cambios de presiones dentro del tórax durante la respiración y las válvulas internas de los vasos para prevenir el contraflujo. El circuito que recorre la linfa nace en los capilares linfáticos ciegos que recogen el exceso de líquidos y sustancias que salen de los capilares sanguíneos al espacio intersticial de los tejidos. Las células epiteliales que forman las paredes de los capilares linfáticos no están unidas de forma compacta, sino que se superponen para formar unas "miniválvulas" de fácil apertura que funcionan como puertas que abren hacia un solo lado (Cuando la presión en el espacio intersticial de los tejidos es más alta que en el interior del capilar linfático empuja la "puerta" y con ello penetra el fluido al interior, pero si es al contrario, es decir, si la presión dentro del vaso es mayor las solapas celulares resultan apretadas unas contra las otras impidiendo que el fluido pueda retroceder al espacio exterior y solo se podrá mover a lo largo del vaso). Los líquidos y sustancias recogidos por los capilares linfáticos forman la linfa, los capilares linfáticos drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos linfáticos que se vacían en las venas subclavias (parte superior del pecho, cerca del cuello), reincorporándose a la circulación sanguínea. Los vasos linfáticos presentan válvulas que evitan el reflujo linfático. La linfa avanza en el único sentido que permite las válvulas por 2 mecanismos: la contracción del músculo liso linfático (el llenado de un segmento hace que éste se contraiga, impulsando la linfa hacia el inmediato superior, el cual al llenarse se contrae automáticamente, y así sucesivamente) y por la compresión que sufren indirectamente los vasos linfáticos por la acción del músculo esquelético y otras causas (cambios de volumen de la cavidad torácica en la respiración, pulsaciones arteriales adyacentes, compresión del cuerpo por objetos externos y movimientos de las diversas partes del cuerpo). La actividad física determina un incremento de la velocidad del flujo linfático en 10 a 30 veces. En el sistema venoso, al igual que en el sistema linfático, también hay válvulas que impiden el retroceso y también la contracción de la musculatura esquelética ayuda a la circulación. 11 4. ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Afectan al corazón y a los vasos sanguíneos, son la primera causa de muerte en países desarrollados. Hay muchos factores de riesgo, por ejemplo, el sedentarismo, la mala alimentación, el estrés, la obesidad, diabetes, el tabaco, la edad… Las enfermedades más importantes son la arterioesclerosis, la enfermedad cardiaca, accidentes cerebro-vasculares, hipertensión e insuficiencia cardíaca. Arterioesclerosis Es un engrosamiento y endurecimiento de las paredes arteriales con lo que disminuye el diámetro del interior de la arteria, lo que dificulta el paso de sangre y aumenta la presión. Se puede producir por el envejecimiento y por acúmulo de placas de colesterol y grasas endurecidas porque se deposita calcio, en este último caso recibe el nombre de aterosclerosis (arterioesclerosis es un término más general: toda la aterosclerosis es arterioesclerosis pero no toda la arterioesclerosis es por aterosclerosis) . Estas placas son las llamadas placas de ateroma causadas por una lesión en la pared arterial, la cual se inflama y se depositan colesterol y grasas sanguíneas que provienen de lipoproteínas transportadoras de lípidos en sangre conocidas como “colesterol malo” o LDL, por lo que se recomienda tener bajos los niveles de LDL en sangre (otra lipoproteína llamada “colesterol bueno” o HDL tiene el efecto contrario al LDL, retirando acúmulos de colesterol y grasas, por lo que se relaciona unos buenos niveles de HDL con menor riesgo de aterosclerosis). Un exceso de LDL (a partir de ahora lo llamaremos indistintamente exceso de colesterol sanguíneo o exceso de grasa sanguínea) en sangre es provocado por un exceso en la dieta de alimentos de origen animal (ricos en grasas animales y colesterol) y exceso de azúcares (el exceso daña las arterias y además se transforma en grasas que aumentan el LDL) unido a falta de ejercicio físico (ejercicio sube HDL y baja LDL, grasas animales suben LDL en sangre). La mala alimentación, el tabaco, estrés y sustancias químicas de la contaminación del aire y de otros orígenes dañan los vasos sanguíneos. La hipertensión y la diabetes también lesionan las paredes arteriales facilitando el depósito de LDL (la diabetes además influye negativamente en las concentraciones sanguíneas de grasas). Las placas pueden obstruir o no la arteria (ver fotos) y pueden reventar liberando su contenido al interior de la arteria. Si revienta una placa de ateroma se produce la coagulación de la sangre con lo que se tapona completamente la arteria. Si esta arteria llevaba sangre al corazón se producirá un infarto y si iba al cerebro se producirá un accidente cerebro-vascular (ACV) o ictus, en ambos casos mueren las células ya que no les llega sangre. Cuando se forma el trombo o coágulo, la enfermedad se llama trombosis, en ocasiones el trombo o coágulo se despega y viaja hasta otra arteria a la que tapona produciendo la llamada embolia. Es más peligrosa la placa de ateroma que no obstruye la luz (por donde va la sangre, es decir, la luz es el interior del vaso sanguíneo) arterial que la placa que obstruye parcialmente la luz arterial porque la 12 primera no presenta síntomas, entonces el enfermo no va al médico, no sabe que presenta aterosclerosis y no se trata la enfermedad. Fotos: izquierda: placa de ateroma que no se orienta hacia la luz de la arteria (no obstruye la circulación de sangre en un principio) por lo que es asintomática, derecha: placa de ateroma que se orienta hacia la luz de la arteria obstruyendo la circulación, por lo que producirá síntomas. La aterosclerosis puede producir hipertensión (más obstrucción al paso de sangre, más fuerza tiene que hacer el corazón para que pase la sangre y por ello el corazón impulsa la sangre con más presión) , enfermedad cardiaca (angina e infarto de miocardio) e ictus. El tabaquismo contribuye a la acumulación de colesterol en las arterias (aterosclerosis) y aumenta la presión arterial (hipertensión), la obesidad lleva consigo malos niveles de colesterol sanguíneo por lo que se relaciona especialmente con la aterosclerosis. Para prevenir la arterioesclerosis hay que llevar una dieta sana, hacer ejercicio y no fumar. Enfermedad cardíaca Se pueden producir por una trombosis o embolia en las arterias coronarias (las arterias que llevan sangre al músculo cardiaco, no confundir con las venas que llevan sangre al interior del corazón para ser impulsada por todo el cuerpo) que tapona totalmente la arteria coronaria que dirige la sangre hacia las células del corazón. Entonces las células mueren produciendo el llamado infarto de miocardio o infarto al corazón. Si la zona infartada es pequeña, la persona no muere porque el resto del corazón sigue funcionando y es suficiente para seguir impulsando la sangre, pero si la zona infartada es grande, la persona muere porque la parte del corazón que queda viva no es suficiente para impulsar la sangre. Por esto, algunas personas mueren con su primer infarto, mientras otras personas han tenido varios infartos y siguen vivas. Cuando las placas de ateroma disminuyen mucho el paso de sangre al corazón (no tapona totalmente), este no va a tener suficiente sangre cuando tenga que hacer una actividad física intensa, en este caso al no llegarle suficiente sangre a las células del corazón se produce un intenso dolor conocido como angina de pecho. Las células no mueren en la angina de pecho porque aunque no les llega sangre suficiente para esfuerzos mayores del corazón (como subir escaleras, levantar un objeto pesado o ejercicio físico), algo les llega y las mantiene vivas. Como las anginas de pecho y los infartos de miocardio son debidos a la aterosclerosis (y todo lo que aumente la aterosclerosis como la mala alimentación, tabaco, hipertensión, diabetes, obesidad) la prevención es la misma que en la aterosclerosis: dieta sana, hacer ejercicio y no fumar. Ejercicio: ¿diferencias entre la angina de pecho y el infarto de miocardio? Accidente cerebro-vascular o ictus Es cuando a alguna parte del cerebro no le llega sangre, puede ser por una trombosis o embolia o porque reviente una arteria, llamándose respectivamente trombosis cerebral, embolia cerebral y derrame cerebral. Si los vasos sanguíneos de un paciente están previamente dañados por la arteriosclerosis (a causa de una mala alimentación, la hipertensión, el tabaco, la obesidad o la diabetes), un aumento repentino de la presión sanguínea puede provocar la rotura del vaso sanguíneo, que si es una arteria del cerebro ocasionará un derrame cerebral. En cualquier caso las neuronas mueren pudiendo producir parálisis o cualquier tipo de alteración relacionado con la 13 muerte de las neuronas. Generalmente se produce parálisis y la respuesta del enfermo los dos primeros días nos indicará su pronóstico, ya que si pronto comienza a dar signos de mejoría como parpadear o mover algún dedo, nos indica que no han muerto todas las neuronas y las neuronas supervivientes poco a poco se desarrollan más (aumentan las ramificaciones) realizando las funciones de las neuronas que han muerto y las personas recuperan su movilidad. Si los primeros días no hay signos de mejoría es probable que no haya neuronas supervivientes, de modo que la parálisis puede ser permanente. Como el ictus es debido a la hipertensión (derrame) y a la aterosclerosis (y todo lo que aumente la aterosclerosis como la mala alimentación, tabaco, hipertensión, diabetes, obesidad) la prevención es la misma que en la aterosclerosis e hipertensión: dieta sana, hacer ejercicio y no fumar. Hipertensión Debe existir un gradiente de presión decreciente desde las arterias hasta las venas, para que se produzca la circulación sanguínea. Esta presión sanguínea producida por el corazón, está regulada por la concentración de sales (cuanto más sales haya en la sangre más líquido habrá, lo que aumentará la presión) y por la musculatura de los vasos (cuanto más se contraiga la arteria o más aterosclerosis haya más resistencia habrá al paso de la sangre por estrecharse el paso, lo que obliga al corazón a latir más fuerte aumentando la presión sanguíneas, de manera esporádica esto no supone ningún problema, pero si esta resistencia al paso de sangre es crónica, por ejemplo por aterosclerosis, la presión siempre será alta y el corazón está siempre con sobreesfuerzo, causando hipertensión y a más largo plazo una posible insuficiencia cardiaca). En conclusión, la presión aumenta si se contraen los vasos o aumenta el líquido sanguíneo o hay aterosclerosis y la presión disminuye cuando se relajan los vasos, disminuye el líquido sanguíneo y no hay aterosclerosis. Si la presión sanguínea es demasiado baja (hipotensión) habría problemas de riego causando debilidad, somnolencia y desconcierto momentáneo, mareos, desvanecimientos… y si es demasiado alta (hipertensión) se incrementa el esfuerzo del corazón, aumenta el riesgo de derrames, aumenta el daño a los vasos sanguíneos y la aterosclerosis… La hipertensión es el aumento de la presión que la sangre ejerce sobre las paredes arteriales. Se considera hipertensión cuando la presión sistólica (la alta) es 140 mm Hg y/o la presión arterial diastólica (la baja) es 90 mm Hg (ver tabla). A menudo la presión arterial alta (hipertensión) no produce síntomas (mucha gente no sabe que tiene hipertensión). Con el tiempo va lentamente lesionando las paredes de las arterias de todo el cuerpo haciendo que sus paredes se endurezcan y se vuelvan rígidas (arterioesclerosis) y se obstruya su luz (aterosclerosis), lo que tendrá como consecuencia una disminución del flujo de sangre hacia los órganos vitales. La arterioesclerosis al disminuir la elasticidad de las arterias y al dificultar el paso de sangre (placas de ateroma) provoca que el corazón tenga que latir más fuerte aumentando la presión sanguínea. A su vez, el aumento de la presión arterial agrava la lesión de las arterias, desencadenando un círculo vicioso (aumenta presión arterial → aumenta la arterioesclerosis → aumenta 14 presión arterial →…). Este círculo vicioso provoca que el corazón se vea forzado a trabajar con más intensidad, pudiendo provocar a largo plazo insuficiencia cardíaca. A largo plazo la hipertensión puede afectar a los riñones, a los ojos y al cerebro (aumenta probabilidad de ictus tanto directamente porque la hipertensión provoca que reviente una arteria produciendo un derrame cerebral, como indirectamente por la arteriosclerosis). El mejor tratamiento (incluido medicamentos) y la mejor prevención contra la hipertensión es un cambio en el estilo de vida: hacer ejercicio (regula el colesterol, controla el peso, regula la tensión), dieta sana que reduzca sobre todo la sal, el colesterol malo y el exceso de calorías (la obesidad se relaciona con hipertensión y aterosclerosis) y no fumar. Insuficiencia cardiaca Insuficiencia cardíaca es una afección en la cual el corazón ya no puede bombear suficiente sangre al cuerpo. Cuando el corazón empieza a fallar, el organismo lo detecta inmediatamente y pone en marcha los mecanismos compensatorios (por lo que muchos pacientes no llegan a percibir los síntomas anormales) como la taquicardia (al no bombear suficiente sangre, el corazón aumenta el número de latidos en cada unidad de tiempo) y el aumento progresivo del tamaño del corazón para conseguir contracciones más fuertes que compensen su deficiencia. Estos mecanismos sólo son eficaces durante cierto tiempo, por lo que llega un momento en el que el organismo no puede remediar el fallo en el bombeo del corazón. Las causas más comunes de la insuficiencia cardiaca son el infarto de miocardio (zonas infartadas no funcionan), la angina de pecho (falta de oxígeno y nutrientes al músculo cardiaco) y la hipertensión y la aterosclerosis (aumentan considerablemente el esfuerzo que debe realizar el corazón). También puede ser causada por un problema valvular (alguna válvula del corazón no cierra bien o está estrechada), por una infección que daña al corazón... Los síntomas más importantes son fatiga, edemas (hinchazón de los tejidos) y problemas para respirar. Si la insuficiencia cardiaca es en el ventrículo derecho la sangre se acumula en las venas cavas y los edemas se notan en algunos de los órganos que su sangre es recogida por las venas cavas (se hinchan las yugulares del cuello, el abdomen, miembros inferiores…). Si la insuficiencia cardiaca es en el ventrículo izquierdo la sangre se acumula en las venas pulmonares y el edema se produce en los pulmones (se llenan de líquido y provoca dificultad respiratoria, especialmente en posición tumbado) . En conclusión, todas estas enfermedades cardiovasculares más importantes y que son la primera causa de muerte en países desarrollados están íntimamente relacionadas y unas agravan las otras. Hemos visto como la aterosclerosis aumenta la hipertensión y viceversa, la aterosclerosis en las arterias coronarias puede producir una angina de pecho e indirectamente por trombosis o embolia un infarto al corazón, la aterosclerosis en las arterias del cerebro puede producir indirectamente por trombosis o embolia un infarto cerebral o ictus, la hipertensión puede producir derrame cerebral porque una arteria cerebral no soporte tanta presión durante largo tiempo y se rompa. Y por último, todas ellas (aterosclerosis, hipertensión, angina e infarto) pueden conducir a una insuficiencia cardiaca. Por lo tanto, dada su peligrosidad es muy aconsejable seguir los hábitos saludables del final del tema para mantener un aparato circulatorio sano, especialmente los 3 más conocidos: dieta sana, ejercicio y no fumar. Otras enfermedades cardiovasculares - Arritmia: La arritmia cardiaca es cualquier alteración del ritmo cardiaco, por ejemplo la bradicardia (cuando la frecuencia cardiaca es muy lenta: menos de 60 latidos por minuto) y la taquicardia (cuando la frecuencia cardiaca es muy rápida: más de 100 latidos por minuto). - Varices: Las varices son dilataciones venosas que se caracterizan por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón. Las más habituales son las de los miembros 15 inferiores. Las venas se ven dilatadas, inflamadas, en la superficie de la piel, de un color morado o azul oscuro y parecer estar torcidas y abultadas. Se desarrollan cuando las válvulas venosas que permiten que la sangre fluya hacia el corazón dejan de funcionar adecuadamente (a menudo es un problema hereditario en las válvulas). Como resultado, la sangre se acumula en las venas y provoca las dilataciones. Son más comunes entre las mujeres que entre los hombres. Las hemorroides o almorranas son un tipo de venas varicosas (varices en las venas perianales). Las várices en araña se parecen a las várices, pero más pequeñas. El ejercicio, la pérdida de peso, la elevación de las piernas al descansar y no cruzarlas al sentarse, evitar los tacones y evitar estar de pie por períodos prolongados pueden ayudar a impedir el empeoramiento de las várices. No son un problema de salud importante (como mucho los síntomas serían pesadez de piernas, dolor e hinchazón y en casos muy avanzados úlceras varicosas), pero son muy antiestéticas. - Tromboflebitis: La tromboflebitis es la inflamación de una vena como consecuencia de una trombosis (flebitis = inflamación de una vena). La tromboflebitis puede producirse por diversas causas como traumas, la administración de un fármaco irritante por vía intravenosa (sonda), o porque las venas ya están enfermas como ocurre en las varices o, en algunos individuos propensos, por estar inmovilizados durante mucho tiempo. Por ejemplo, existe un riesgo de tromboflebitis en los pacientes que deban permanecer durante mucho tiempo en la cama, o en los que viajan en avión y permanecen muchas horas sentados (en este último caso, se habla del síndrome de la clase turística). En los sujetos inmovilizados, los masajes de las piernas y brazos suelen prevenir la aparición de tromboflebitis y en los aviones se recomienda mover las piernas, levantarse del asiento y masajearse los miembros a menudo. Y si ha sido por una sonda, cambiarla a otra vena. En personas operadas se aconseja que se levanten y empiecen a andar lo antes posible. La tromboflebitis no suele producir complicaciones importantes a menos que se desprenda el coágulo de una vena de la pierna y va a la vena cava, de ahí al corazón y de ahí a los pulmones pudiendo producir una embolia pulmonar. - Anemia: Sucede por la falta de glóbulos rojos o de la hemoglobina que contienen. En España la causa más frecuente es la falta de hierro (mineral necesario pues forma parte de la hemoglobina y es al hierro donde se une el oxígeno para ser transportado). Otras causas: derrames, mala alimentación como falta de vitamina B12, factores hereditarios… Los síntomas principales son fatiga incluso con esfuerzos pequeños, palidez y cansancio. - Leucemia: Es uno de los poquísimos cánceres frecuentes en jóvenes (Es el tipo más común de cáncer en niños). Se caracteriza por la proliferación excesiva de leucocitos anormales en la sangre y en la médula ósea. Se puede curar con trasplante de médula ósea de un donante compatible. 5. HABITOS SALUDABLES PARA EL SISTEMA CIRCULATORIO Aunque lo más importante son dieta sana, ejercicio y no fumar, vamos a profundizar un poco más: - No fumar (el tabaco aumenta la presión sanguínea, lesiona los vasos produciendo aterosclerosis, reduce la cantidad de hemoglobina que puede unirse al oxígeno,…). - Practicar algún ejercicio aeróbico de bajo o moderado impacto durante 30 minutos todos los días. Puede ser caminar, andar en bicicleta, nadar, etc. El corazón como todo músculo, necesita entrenamiento para mantenerse en forma, el ejercicio regular fortalece todo el sistema cardiovascular. Evitar ejercicios físicos extremos (de gran intensidad y agotadores), los sobreesfuerzos pueden poner al límite el aparato cardiovascular y dañarlo. - Reducir en la dieta especialmente los azúcares, grasas trans, grasas saturadas, exceso de kilocalorías y sal (muy relacionada la sal con la hipertensión), es decir, reducir los productos procesados que suelen llevar exceso de todos o algunos de los mencionados. 16 - Evitar la obesidad y la diabetes con los dos consejos anteriores (ejercicio y dieta), ya que son factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (aumentan muchísimo la probabilidad de enfermedad cardiovascular). - Beber agua como mínimo 2 litros al día, para ayudar a diluir y favorecer la eliminación de los desechos transportados en sangre. - Evitar situaciones estresantes continuas (llevar una vida tranquila pero activa). - Evitar sustancias que dañan los vasos sanguíneos (además del tabaco por supuesto) como contaminación del aire, tóxicos variados, ciertos aditivos y medicamentos, café, alcohol… - Otros: Si en el trabajo se permanece mucho tiempo sentado o de pie, hay que tomarse unos minutos por hora para moverse. Evitar tener las piernas cruzadas por mucho tiempo, ya que la presión que ejerce una sobre la otra obstaculiza el paso natural de la sangre y favorece la aparición de varices. Optar por ropa suelta, evitando las prendas ajustadas en la cintura o piernas. 5. ADAPTACIONES DEL CIRCULATORIO AL EJERCICIO A) Durante la realización de ejercicio suceden las siguientes adaptaciones: - Aumenta el gasto cardíaco (volumen de sangre bombeado por cada ventrículo en un minuto) y el volumen sistólico (volumen de sangre bombeado por cada ventrículo durante un latido). - Aumenta la frecuencia cardíaca (coincide con los latidos por minuto del pulso). Cuando te ejercitas, es importante asegurarse de que estás esforzándote lo suficiente como para ver resultados pero no con tanta fuerza que experimentes agotamiento. Lo ideal cuando ejercites es que el número de latidos por minuto sea del 50% al 85% de tu frecuencia cardiaca máxima. La frecuencia cardiaca máxima es aproximadamente de 220 menos tu edad (la mujer, por término medio, tiene las pulsaciones más altas que los hombres por lo cual le podemos sumar 15 al resultado anterior si queremos ser más precisos). - Aumenta la fuerza de contracción del corazón y la presión de la sangre. - Se produce una vasoconstricción (se contrae la capa muscular de la pared de la arteria, reduciendo el interior de la arteria y por tanto, el paso de sangre) de las arterias de los órganos y aparatos que son menos necesarios durante el ejercicio como digestivo, excretor, cerebro… y una vasodilatación (se relaja la capa muscular de la pared de la arteria, aumentando el interior de la arteria y por tanto, el paso de sangre) de las arterias que irrigan los músculos más activos durante el ejercicio provocando un aumento del riego sanguíneo a los músculos necesarios para la actividad que se está realizando. - Aumenta la presión media sistémica de llenado debido a la contracción de las venas esto provoca un mayor retorno venoso al corazón. Todos estos aumentos son proporcionales a la intensidad del ejercicio, por ejemplo en la tabla de la derecha se puede observar como aumenta la frecuencia cardiaca al aumentar la intensidad del ejercicio. B) Adaptaciones en personas deportistas. Todo el sistema cardiovascular se adapta al ejercicio que se realice. En individuos sedentarios se vuelve más frágil y es más propenso a sufrir enfermedades, mientras que en personas activas se fortalece todo el sistema circulatorio y se previenen enfermedades del sistema circulatorio. Con el entrenamiento suceden las siguientes adaptaciones: 17 - Se produce un mayor riego sanguíneo en órganos más activos: En tejidos u órganos con más demanda energética se desarrolla más el sistema de vasos sanguíneos (mayor diámetro interior de venas y arterias y mayor cantidad y densidad de capilares sanguíneos). - En personas entrenadas el ritmo cardiaco es menor que las no entenadas tanto en reposo como durante el ejercicio (La frecuencia cardiaca en reposo baja indica que la función del corazón es más eficiente y hay una mejor salud cardiovascular. De hecho, la frecuencia cardiaca en reposo de un atleta puede ser incluso tan baja como 40 latidos por minuto), como se observa en la siguiente tabla: - En personas entrenadas la presión arterial es menor que las no entenadas tanto en reposo como durante el ejercicio (aumenta más lentamente durante el ejercicio que en personas sedentarias). - Las venas y arterias son más robustas en sujetos activos físicamente (se refuerzan capas musculares y conjuntivas). - En personas entrenadas hay un aumento del tamaño del corazón, es decir, se amplia y fortalece el miocardio y aumenta la capacidad de las cavidades cardiacas, permitiendo funcionar de forma más fácil y con menor frecuencia, bombeando más sangre a los tejidos por latido. - En personas entrenadas se aumenta la elasticidad sanguínea permitiendo que la sangre circule con más facilidad. - En personas entrenadas aumenta el número de glóbulos rojos y la hemoglobina (16-17 Mg/cm³) y hay menos lípidos en la sangre. Como se observa en la siguiente tabla los beneficios de la actividad física dependen de la intensidad. Los ejercicios de intensidad muy grande no pueden hacerse durante largo tiempo ya que aparece la fatiga y si excedemos nuestros límites el ejercicio puede ser perjudicial especialmente para nuestro corazón y nuestros vasos sanguíneos. 18