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THE MIDAS ECONOMY: BUDDHIST REFLECTIONS ON THE FINANCIAL CRISIS AN INTERVIEW WITH AND ESSAY BY DAVID LOY La economía de Midas: Reflexiones budistas acerca de la crisis financiera, una entrevista con y un ensayo de David Loy. The following article appears in the Spring 2009 issue of Inquiring Mind David Loy is Besl Professor of Ethics/Religion and Society at Xavier University in Cincinnati. His work is primarily in comparative philosophy and religion, particularly comparing Buddhist with modern Western thought. His many books include The Great Awakening: A Buddhist Social Theory, and Money, Sex, War, Karma: Notes for a Buddhist Revolution. A Zen practitioner for many years, he is qualified as a teacher in the Sanbo Kyodan tradition of Japanese Buddhism. David Loy es professor de Etica/Religion y Sociedad en la Universidad Xavier de Cincinnati, Ohio. Su trabajo es principalmente en filosofía comparada y religión, comparando en particular el Budismo con el pensamiento occidental moderno. Entre sus libros se incluyen “El Gran Despertar: una teoría social budista”, y “Dinero, Sexo, Guerra, Karma: notas para una revolución budista”. Practicante Zen por muchos años, esta calificado como maestro (o enseñante) en la tradición Sanbo Kyodan del budismo japonés. David Loy: Is the current financial and economic crisis a good thing? I wouldn’t want to minimize the suffering it’s creating for many people, but the world economy is an unjust system, and absolutely unsustainable. If we don’t know how else to transform it, maybe it’s better that it collapse sooner rather than later so as to lessen the long-range impact both on people and on the biosphere. Our economic system is devastating the Earth. The financial losses from this collapse may amount to several trillions of dollars, but who can compute the value of the rain forests we have been cutting down? What price do you put on species extinction or global warming? DL: ¿Es la crisis financiera y económica actual algo bueno? No querría minimizar el sufrimiento que está creando para mucha gente, pero la economía mundial es un sistema injusto, y en absoluto sustentable. Si no sabemos de qué manera transformarlo, quizás sea mejor que colapse lo antes posible y alivie el impacto de largo alcance sobre la gente y sobre la biosfera. Nuestro sistema económico está devastando la Tierra. Las pérdidas financieras de este colapso pueden sumar varios trillones de dólares, pero ¿quién puede calcular el valor de las selvas tropicales que hemos talado? ¿Qué precio le pones a las especies en extinción o al calentamiento global? Inquiring Mind: What do you see as a Buddhist approach to this current situation? IM: ¿Qué concibes como propuesta budista para la situación actual? DL: On some level, the Buddhist solution is always the same—awaken yourself and live in harmony with others. In our time, especially, that means learning how to live in harmony with the biosphere. Our economic system has to be ecologically sustainable, and it has to work to the mutual benefit of everyone, rather than to just a small percentage of the Earth’s population. DL: A cierto nivel, la solución budista es siempre la misma: despiértate y vive en armonía con los otros. En nuestra época, específicamente, esto significa aprender como vivir en armonía con la biosfera. Nuestro sistema económico tiene que ser ecológicamente sustentable, y tiene que trabajar para el beneficio mutuo de todos, no sólo para un pequeño porcentaje de la población de la Tierra. IM: The Buddha and his followers chose a form of communalism or socialism: the Sangha. IM: El buda y sus seguidores eligen una forma de comunalismo o socialismo: la Sangha. DL: That’s true. The Buddhist scholar Trevor Ling believed that the Buddha wasn’t just forming a small group of monastics to support their own realization, but that he was modeling a broader, transformative vision for how society should function. Did he perhaps see the Sangha as the example or “vanguard’ for a more egalitarian social order? And more recently, the great twentieth-century Thai reformer Buddhadasa proposed what he called “dhammic socialism.” DL: Es cierto. El erudito budista Trevor Ling creía que el Buda no estaba formando un pequeño grupo de monjes para apoyar su propia realización, sino que estaba modelando una más amplia, transformativa visión de cómo la sociedad debería funcionar. ¿Tal vez él vio a la Sangha como un ejemplo o vanguardia de un orden social más igualitario? Y más recientemente, el gran reformador Thai del siglo 20, Buddhadasa, propuso lo que él llamó “socialismo dhámmico” But what is most distinctive about the Buddha’s social analysis is that the fundamental dichotomy is not between good and evil but between delusion/ignorance on one side and wisdom/enlightenment on the other. The challenge is to understand our economic system not primarily in terms of some people selfishly exploiting others but instead as a system of collective greed and delusion. Some suffer much more than others, of course, but even those at the top are trapped by their own ego-based cravings. Pero lo más distintivo del análisis social del Buda es que la dicotomía fundamental no es entre el bien y el mal, sino entre el engaño/ignorancia de una lado y la sabiduría/iluminación del otro. El desafío es entender antes que nada nuestro sistema económico no en términos de alguna gente explotando egoístamente a otros sino como un sistema de codicia colectiva e ignorancia colectiva. Algunos sufren mucho más que otros, por supuesto, pero aún aquellos en la cima están atrapados por el ansia de sus apetitos egoístas. IM: So the current economic breakdown may be a “heavenly messenger”—a great opportunity for collective insight—as people begin to see more clearly into the fundamental flaws of the system. You say that you would like to see Buddhists step forward more vigorously at this time to offer an alternative perspective to the world. IM: Entonces la quiebra actual de la economía puede ser un “mensajero celeste” –una gran oportunidad para el insight colectivo -en tanto la gente comience a ver más claramente los defectos fundamentales del sistema. Tú dices que te gustaría ver a los budistas involucrarse más vigorosamente en este momento para ofrecer un punto de vista alternativo al mundo. DL: Yes. I’m encouraged by the “gross national happiness” movement inspired by Bhutan, for example. And recently there have been several Buddhist economics conferences, most notably in Thailand. Perhaps this is an idea whose time has come. Unfortunately, the people in politics who are closest to the Buddhist analysis—liberals, progressives and other left-of-center groups—often dismiss the Buddhist approach as simply “religious.” It’s Marxism’s old “opiate of the masses” critique. Maybe now, in the middle of our discontent, they will be encouraged to take a fresh look. DL: Sí. Me alienta el movimiento “gross national happines”, producto bruto de felicidad nacional, (juego de palabras con “gross domestic product”, nuestro “producto bruto interno”) inspirado en Buthan por ejemplo. Y recientemente hubo varias conferencias económicas budistas, particularmente en Tailandia. Tal vez esta es una idea cuya oportunidad ha llegado. Desafortunadamente, la gente más cercana al análisis budista –liberales, progresistas y otros grupos de centro izquierda- con frecuencia descartan el enfoque budista como simplemente “religioso”. Es la vieja crítica marxista del “opio de los pueblos”. Tal vez ahora, sumidos en el descontento estarán más dispuestos a probar una mirada distinta. According to Legend, Midas was a Lydian king who was offered any reward he wanted for helping the god Dionysus. Although already fabulously wealthy, he asked that whatever he touched might turn to gold. Midas enjoyed his new powers, transforming everything in sight—until it came to be dinnertime. He took a bite—cha-ching! The food in his mouth turned to gold. He took a sip of wine—cha-ching! It solidified into gold. He hugged his daughter—cha-ching! She hardened into a golden statue. In despair, Midas pleaded for Dionysus to deliver him from this hateful power. Fortunately, the god obliged; Dionysus sent Midas to wash in the river Pactolus, which cleansed him of what he now realized was a curse. De acuerdo a la leyenda, Midas fue un rey a quien, por ayudar al dios Dionisio, se le ofreció la recompensa que deseara. Aunque ya poseía una riqueza fabulosa, pidió que todo aquello que tocara se convirtiera en oro. Midas disfrutaba sus nuevos poderes, transformando todo lo que veía, hasta que llegó la hora de la cena. Al tomar un bocado, zás! La comida en su boca se vuelve oro. Toma un sorbo de vino, zás! Se solidifica en oro. Abraza su hija, horror! Se endurece en una estatua de oro. Desesperado, suplica a Dionisio que lo libere de este odioso poder. Afortunadamente, el dios estaba agradecido y lo envió a bañarse en el río Pactolus, que lo limpió de aquello que, ahora sabía, fue una maldición. We are all familiar with this story. Despite its simplicity it is one of the most profound of all Greek myths. So why do I retell it now? Because today it is more important than ever: it can help us understand the financial and economic crisis that has just begun and that is about to transform all of our lives. Todos estamos familiarizados con esta historia. A pesar de su simplicidad de todos los mitos griegos es uno de los más profundos. ¿Por qué lo evoco ahora? Porque hoy es más importante que nunca: puede ayudarnos a entender la crisis financiera y económica que recién comenzó y está por transformar todas nuestras vidas. Obviously, the Midas story is about greed, the first of the “three poisons,” or three unwholesome roots, according to the Buddha (the others being ill will and delusion). But the moral of this tale is about much more than greed. Midas valued gold more than anything else, so the great irony is his realization that a golden touch makes everything else worthless. He couldn’t eat or drink gold, and he certainly couldn’t love it the way that he loved his daughter. Obviamente la historia de Midas es sobre la codicia, el primero de “los tres venenos”, o de las tres raíces insalubres, de acuerdo al Buda (siendo las otras la mala voluntad y la ignorancia). Pero la enseñanza de este cuento abarca más que la codicia. Midas valoraba el oro más que cualquier otra cosa, de modo que la gran ironía es su realización de que el toque hacía a cualquier cosa más valiosa de lo que era. Sin embargo no podía comer o beber oro, y por supuesto no podía amarlo de la manera que amaba a su hija. By no coincidence, the same is true of our own currency: even a $100 bill has no value in itself. It’s just a piece of paper—in effect, nothing. We can’t eat it, drink it, live in it, ride on it, etc. When we treat money as the most valuable thing in the world, that’s simply because we have collectively agreed to make it so. We forget that money is a social construct—a kind of group fantasy. The anthropologist Weston LaBarre called it a psychosis that has become normal, “an institutionalized dream that everyone is having at once.” As long as we keep dreaming together, it continues to work as the socially agreed-upon means that enables us to convert something (a day’s work, for example) into something else (bags of groceries, perhaps). No por coincidencia, lo mismo es cierto de nuestra moneda: aún un billete de cien dólares carece de valor en sí mismo. Es sólo un pedazo de papel –en efecto, nada. No podemos comerlo, beberlo, vivir en él, montar en él, etc. Cuando tratamos al dinero como la cosa más valiosa del mundo es simplemente porque hemos acordado colectivamente hacerlo así. Olvidamos que el dinero es una construcción social –una suerte de fantasía social. El antropólogo Weston LaBarre lo llamó una psicosis que se ha vuelto normal, “un sueño institucionalizado que todos tienen al mismo tiempo”. Mientras nos mantenemos soñando juntos, continúa funcionando como el acuerdo social que nos habilita a convertir algo (un día de trabajo, por ejemplo) en algo distinto (bolsas de comestibles tal vez) Yet as Midas reminds us, money can also become a curse. In more psychological terms, the danger is that means and ends become reversed, so that the means of life becomes the goal itself. As Arthur Schopenhauer put it, money is abstract happiness, so someone who is no longer capable of concrete happiness can set his heart on money. Money becomes “frozen desire”—not desire for anything in particular but a symbol for the satisfaction of desire in general. But what does the Buddha say about desire? Frozen or not, it remains the root cause of suffering. Como Midas aún nos advierte, el dinero puede incluso volverse una maldición. En términos más psicológicos, el peligro es que medios y fines se inviertan, de modo que el medio de vida se vuelve la meta misma de vivir. Como lo dijo Arthur Schopenhauer, dinero es felicidad abstracta, de modo que alguien que no es ya capaz de felicidad concreta puede poner su corazón en el dinero. El dinero se vuelve “deseo congelado” – no deseo de alguna cosa en particular sino un símbolo de la satisfacción del deseo en general. ¿Y qué dijo el Buda sobre el deseo? Congelado o no, continúa siendo la raíz de la causa del sufrimiento. The news media have also been telling us that the financial crisis is due to desire—or, as they put it, the excessive greed of Wall Street speculators and the unbridled spending of Main Street borrowers. But the problem goes much deeper, and our predicament is much worse. Our financial and economic system has institutionalized the Midas touch. To use another metaphor, the “Midas problem” is not like a virus that has infected the economic hard drive; rather, it has become the software that runs our economy. Las noticias de los medios también nos han estado diciendo que la crisis financiera es debida al deseo –o, como ellos lo ponen: la excesiva codicia de los especuladores de Wall Street y el gasto desenfrenado de los prestamistas de Main Street. Pero el problema es mucho más profundo, y nuestro apuro es mucho peor. Nuestro sistema financiero y económico ha institucionalizado el “toque de Midas”. Para usar otra metáfora, el “problema de Midas” no es como un virus que ha infectado el disco rígido de la economía, más bien se ha convertido en el sistema operativo (Windows, linux) de nuestra economía. The Buddha’s first noble truth identifies dukkha (“suffering, dissatisfaction”) as inherent to the human condition: it is the nature of an unawakened mind to be bothered by a feeling of lack. Our society conditions us to understand this sense of lack as lack of enough money, so that we always want more, like Midas. Our economic system institutionalizes this lack into a collective craving that can never be satisfied. Consumers never consume enough, corporations are never profitable enough, the GDP can never be big enough, etc. The goal of the system is to end up with more money than we started with, to turn whatever we touch to gold. Those who think like Midas rise to the top. Investors seek increasing returns in the form of dividends and higher share prices. This generalized expectation translates into an impersonal but constant demand for ever more profit and growth, a desire that can never be fully satisfied. La primera noble verdad de Buda identifica a dukkha (sufrimiento, insatisfacción) como inherente a la condición humana: es la naturaleza de una mente no despierta estar afectada por un sentimiento molesto de falta. Nuestra sociedad nos condiciona para entender este sentido de falta como carencia de dinero suficiente, de manera que siempre queremos más, como Midas. Nuestro sistema económico institucionaliza esta falta en una sed colectiva que nunca puede ser satisfecha. Los consumidores nunca consumen suficiente, las corporaciones nunca producen suficiente ganancia, el PBI nunca crece lo suficiente, etc. La meta del sistema es terminar con más dinero que al comenzar, convirtiendo todo lo que tocamos en oro. Aquellos que piensan como Midas ascienden a la cima. Los inversores buscan rendimientos crecientes en forma de dividendos y de acciones con mayor precio. Esta expectativa generalizada se traduce en una demanda impersonal pero constante de más beneficio y acumulación, un deseo que nunca puede ser plenamente satisfecho. But who is responsible for this unrelenting emphasis on profitability and growth? That’s the point: we all participate—as workers, employers, consumers, investors and pensioners. The ultimate irony—or rather, tragedy—of this process is that everything that gives life value is devalued into a means for maximizing something that has no value whatsoever in itself. Everything becomes a means to making more money. “Everything” in this case includes the biosphere (resources), human life (labor), and society itself (we must continually adapt to the changing requirements of the economy). ¿Pero quién es responsable por este énfasis implacable en el beneficio y la expansión? Este es el punto: todos participamos –como trabajadores, empleadores, consumidores, inversores y pensionistas. La ironía final –o más bien, tragedia- de este proceso es que todas las cosas que dan valor a la vida son degradadas a medios para maximizar algo que no tiene valor alguno en sí mismo. Todo se vuelve un medio para hacer más dinero. “Todo” en este caso incluye a la biosfera (recursos naturales), vida humana (trabajo), y la sociedad misma (debemos adaptarnos continuamente a los requerimientos cambiantes de la economía). It is becoming increasingly obvious that this system is unsustainable because it involves a growth obsession that, left to itself, will not cease until the whole of the biosphere has been converted into profit. Capitalism made more sense a couple centuries ago when the Earth seemed infinite and capital (money for investment) was relatively scarce. Today the obvious metaphor is cancer on a planetary scale. Cells become cancerous when they mutate into uncontrolled growth and spread throughout the body to disrupt its healthy functioning. That is not a bad description of what might be called Midas globalization. Es cada vez más obvio que este sistema no es sustentable porque implica una obsesión con el aumento que, librado a sí mismo, no cesará hasta que la totalidad de la biosfera se haya convertido en lucro. El capitalismo parecía más sensato un par de siglos atrás cuando la Tierra se figuraba infinita y el capital (dinero para inversión) era relativamente escaso. Hoy la metáfora obvia es el cáncer a escala planetaria. Las células se vuelven cancerosas cuando mutan a una reproducción incontrolada y se diseminan a través del cuerpo interrumpiendo su funcionamiento saludable. Esto no es una mala descripción de lo que podría llamarse la globalización de Midas. Midas could ask Dionysus to remove his self-imposed curse, but we cannot appeal to a god to remove ours. Individually, meditation practice reduces personal dukkha by reducing desire, but how are we to address the collective dukkha generated by institutionalized desire? Ultimately we must choose between this economic/financial system and the survival of the biosphere. Yet there really is no choice. Our current system is doomed no matter what in the same way that a cancer always ends up destroying its host. From that perspective, the financial meltdown is actually a wonderful opportunity to address a much deeper problem. Such a crisis would be a terrible thing to waste. Midas pudo pedir a Dionisio que quitara la autoimpuesta maldición, pero nosotros no podemos apelar a un dios que remueva la nuestra. Individualmente, la práctica de meditación reduce nuestro dukkha personal reduciendo nuestro deseo, pero ¿cómo haremos frente al dukkha colectivo generado por el deseo institucionalizado? Al final debemos elegir entre este sistema financiero/económico y la supervivencia de la biosfera. Pero no hay elección realmente. Nuestro actual sistema esta condenado de cualquier manera, del mismo modo que un cáncer siempre termina destruyendo a su huésped. Desde esta perspectiva, la crisis financiera es en realidad una oportunidad maravillosa para hacer frente a un problema mucho más profundo. Una crisis así sería terrible desperdiciarla. © 2009 Inquiring Mind