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1. Principio del que parte Para Marcelo Spínola, la educación y la Escuela es la obra más completa que se puede realizar. “Hay una obra, que es de mayor importancia que todas las otras obras, y ésta es la educación de las niñas” “Cierto, pues, que no podemos hacer cosa más grande que instruir al ignorante y enseñarle a conocer a Dios” En el mundo en que le toca vivir -el de final del siglo XIXpiensa que la educación es el medio fundamental para evangelizar la cultura, al mismo tiempo que para preparar sólidamente a hombres y mujeres que logren la transformación de la realidad social. Marcelo Spínola cree en la educación -en una sociedad que tiene especialmente abandonada la de las mujeres-, porque es un convencido de que con ella, “se contribuye a la formación de la generación del siglo que viene” No le desanima que los tiempos sean difíciles o que la labor educativa no se reconozca, cree en ella por encima de todo eso. Y es lo que le va a transmitir a la Congregación. Hoy, nos lo transmite a todos nosotros, Educadores Spínola. Vale la pena educar. 2. Educar: una propuesta integral El modo de entender Marcelo Spínola la educación lo definiríamos hoy como “educación integral”. Con estos términos lo hemos recogido en Nuestra Propuesta Educativa y plasman bien lo que él dice: “...se perfeccionan todas las facultades y aptitudes del hombre” Podemos explicitar esto con cuatro expresiones: Inculcar en el corazón del niño y del joven el Amor a Cristo Es lo que hoy llamamos educación en la fe. Marcelo Spínola habla de, “enseñándoles la ciencia de Dios”, “enseñar las verdades que contiene la fe”, “inculcar en el corazón de los demás el amor a Cristo” Hoy buscamos que nuestros alumnos sean capaces de llegar a hacer una síntesis entre fe y cultura y entre fe y vida, y puedan optar libremente por Jesucristo desde el conocimiento y la experiencia de Él. Queremos que nuestros centros sean “Escuelas en Pastoral”, verdaderas plataformas de evangelización. Somos cauce para hacer presentes otros valores en un mundo demasiado "inhumano". Desarrollar todas sus facultades “Además de la fe debéis enseñarles la ciencia humana” “La enseñanza tiende a la ilustración del entendimiento, enriqueciéndolo con todas las ramas del saber” “La enseñanza tiende a hacemos sabios, la educación pretende hacemos buenos y gratos a nuestros semejantes...” Marcelo Spínola tiene claro que al educar hay que formar y desarrollar todas las potencialidades de la persona. No reduce la educación a la mera enseñanza o transmisión de saberes sino que reconoce que todo es importante: formar la inteligencia y formar el corazón. Hoy, que vivimos en una sociedad que cada vez sabe más cosas, todavía es más necesario formar personas. Formar el corazón Marcelo Spínola llama “formar el corazón” a lo que hoy entendemos por educar en valores y formar actitudes. “…la educación no es otra cosa sino formar el corazón” Es un elemento imprescindible si queremos hablar de educación integral. Y si bien es cierto que lo nombramos mucho en papeles, documentos, reuniones…, y queremos realmente que sea así, no podemos olvidar que nos implica personalmente a los educadores porque, “El mejor modo que hay de enseñar es el ejemplo” Para transformar la sociedad La educación tiene una clara finalidad tanto desde el punto de vista social como cristiano: mejorar la sociedad, transformarla, hacer posible el Reino de justicia, solidaridad, paz... que Jesús vino a instaurar. Dice Marcelo Spínola a la Congregación: “… y si hoy contribuye por medio de la educación que a las niñas da, a la reforma de la sociedad en que mora, mañana contribuirá a reformar la sociedad del mundo entero” En una sociedad en la que a menudo se pide a la Escuela muchas cosas, incluso aquellas que no le corresponden; no podemos olvidar que nuestra labor, más allá de los alumnos concretos, está contribuyendo con su granito de arena a la construcción de ese mundo mejor que deseamos. 3. Un estilo educativo Sin ser en absoluto un pedagogo ni un experto en educación, Marcelo Spínola transmite unos rasgos que para él han de estar en la metodología y sobre todo en nuestro estilo propio a la hora de educar. Planteados hace bastante más de cien años, descubrimos que pueden estar en un tratado de pedagogía de hoy. Apertura a la actualización de métodos y nuevas ciencias Marcelo Spínola reconoce el valor del progreso: “Hoy en día se han ido formando ciencias nuevas, ¿las desecharíamos? No; estúdiense, profundícese en ellas; no sólo no nos oponemos, sino que lo queremos” Educar es preparar para la vida, y en consecuencia estar abiertos para acoger y discernir todo lo que el progreso y el avance de las ciencias y la tecnología nos aportan. Ni en los conocimientos ni en la metodología podemos quedarnos anclados en lo que estamos acostumbrados a hacer, en lo que "siempre se ha hecho"... Educar nos exige prepararnos, estar abiertos a los cambios y buscar constantemente aquello que puede ayudar cada día mejor a nuestros alumnos a aprender y a ser. Motivación como estilo pedagógico “...hacer todo lo posible por no aburrir a las niñas, por estimularlas e interesarlas” Encontramos en sus escritos más de una frase parecida a ésta. Se lo dice constantemente a las primeras religiosas. No es la motivación un tema sólo de la actualidad. No basta con que a menudo formulemos que nuestros alumnos no están motivados. Debemos buscar cauces para que, en la medida de lo posible, esa motivación se dé. No podemos renunciar a nuestras raíces. Atención a los menos dotados Las palabras de Marcelo Spínola hablan por sí solas: “Generalmente los “torpes” abundan más que los listos, se ven más niñas torpes que inteligentes; esto, claro está, no es agradable enseñar a una torpe o a muchas torpes, pero esa es la misión de la Esclava...” Podernos hacer la traducción a las palabras a veces sofisticadas, que empleamos en nuestro sistema educativo; pero clarísimamente nos está diciendo a los Educadores Spínola que nuestra preferencia, nuestras mayores energías, nuestra dedicación… ha de estar siempre volcada en ayudar a aquellos más desfavorecidos dentro del ambiente en el que nos movamos. ¿Hacía falta que llegara una ley educativa para atender a la diversidad? Tal vez no. Esfuerzo por la obra bien hecha . “Es cierto que no podemos hacer cosa más grande que instruir al ignorante, enseñarle a conocer a Dios... Pero esto debe hacerse con grande esmero y no con descuido” Marcelo Spínola no admite el trabajo hecho para salir del paso. Y menos cuando se trata de la tarea educativa que nos pone por delante a una persona en crecimiento. La rutina, el cansancio, las dificultades del día a día no nos pueden convertir en simples “trabajadores que cumplen”. Un educador es mucho más. 4. Los educadores Marcelo Spínola concibe al educador, “como un guía que conduce a su alumno por los senderos de la vida, a fin de que se enriquezca con los tesoros que en ellos se encuentra y los derrame sobre los demás” Para él, el Educador Spínola ha de caracterizarse por unas actitudes que podemos resumir en: Fe y conocimientos “Grande es el bien que puede hacer un maestro cuando la doble luz de la fe y el saber le alumbra” Coherencia de vida A Marcelo Spínola le preocupan los maestros “que en la escuela dicen una cosa y en su vida viven otra totalmente diferente” Preparación y dedicación “Ha de ser una persona entregada, olvidada de sí, servicial…” Bondad, mansedumbre y paciencia “Es necesario pues que reprendamos y que lo hagamos con entereza cuando sea menester, pero siempre con calma, con serenidad, con paz, con humildad” Sencillez en el trato “Sencillez y cordialidad en el trato” Hoy también a nosotros nos diría que fuésemos así. No son características para un momento histórico concreto sino para todo el que quiere realmente educar no sólo con lo que dice, sino con su modo de ser y hacer. Nos han de identificar como educadores, como Colegio… Es un estilo concreto del que hemos ido bebiendo a lo largo de más de un siglo. Lo hemos de hacer realidad entre todos, conscientes de que llevamos entre manos un Proyecto común en el que todos y cada uno somos importantes. ESCLAVAS DEL DIVINO CORAZÓN