Download intolerancia alimentaria
Document related concepts
Transcript
INTOLERANCIA ALIMENTARIA O ALERGIA ALIMENTARIA TIPO III Es conocido que una dieta incorrecta puede ser peligrosa para la salud, sin embargo frecuentemente asociamos una dieta incorrecta a determinado tipo de alimentos y no a la reacción de nuestro cuerpo a toda clase de alimentos incluyendo a aquellos que se consideran “saludables”. Si tenemos algún tipo de intolerancia y/o alergia a cualquier alimento o a la forma de consumirlos debido a nuestros hábitos, estamos sobrecargando nuestro sistema inmunológico. Respuesta inmunitaria Es la forma como el cuerpo reconoce y se defiende a sí mismo contra bacterias, virus y sustancias que parecen extrañas y dañinas. Trastornos del sistema inmunitario y alergias Los trastornos del sistema inmunitario ocurren cuando la respuesta inmunitaria es inadecuada, excesiva o no se presenta. Las alergias involucran una respuesta inmunitaria a una sustancia que los cuerpos de la mayoría de las personas perciben como inofensiva. El sistema inmunológico del intestino es el más grande de todo el cuerpo. Más del 80% de las reacciones de defensa inmunológica se originan en el intestino. El intestino, garantiza una barrera ante las bacterias, virus y demás patógenos, así como contra otras proteínas, extrañas al cuerpo, procedentes de los alimentos. Los alimentos tienen una tolerancia extraordinaria, siempre que se digieran correctamente y atraviesen de forma plana, la membrana de la mucosa intestinal intacta, es decir a través de las células intestinales. En ese caso se habla de “tolerancia oral”. Debido a medicamentos, infecciones, micosis (infecciones causadas por hongos), estrés y contaminantes medioambientales, dicha integridad de la pared intestinal es continuamente atacada provocando que los componentes de los alimentos puedan pasar entre las células intestinales. Normalmente, son reconocidos por el sistema inmunológico, que forma los anticuerpos para luchar contra los correspondientes tipos de alimentos. Sin embargo, si se consumen habitualmente estos alimentos, las continuas reacciones inmunológicas provocan inflamaciones crónicas. La experiencia ha demostrado que los alimentos consumidos regularmente o a diario, ya sea de manera consciente o sin darnos cuenta, son los responsables de las intolerancias. Una dieta monótona, sumado a una permeabilidad aumentada del intestino (hiperpermeabilidad intestinal), es probablemente la principal causa de la alergia alimentaria tipo III. La experiencia ha demostrado que en este caso no basta con no consumir los alimentos a los que se tiene intolerancia, es necesario además, modificar la dieta siguiendo el principio de rotación para evitar generar nuevas intolerancias alimenticias. El principio rotación consiste en consumir alternativamente alimentos compatibles en ciclos de 5 días. Así pues, si se come determinado alimento debe evitarse en los siguientes 4 días y puede consumirse nuevamente al quinto día. Alergia alimentaria tipo III La alergia alimentaria tipo III se sitúa entre lo que se denominan reacciones inmunológicas IgG y ocurren bastante tiempo después de haber consumido el alimento incompatible (en mi caso personal tres días después). Por lo tanto, no siempre se detecta una conexión entre determinadas molestias y la alergia alimentaria tipo III. La indigestibilidad IgG se caracteriza por reacciones que provocan inflamación. Diferenciación de la alergia alimentaria tipo III y reacciones alérgicas clásicas La reacción alérgica típica tiene una reacción inmediata IgE, que aparece inmediatamente después de haber consumido el alimento. Sus efectos son normalmente síntomas bien conocidos como, por ejemplo, fuertes reacciones de la piel (erupción cutánea), trastornos gastrointestinales (náuseas, vómito y diarrea), trastornos respiratorios por inflamación de los tejidos de la mucosa bronquial mediados por la IgE o hinchazones (p. ej. De la lengua o los labios) que también son identificados correctamente por la persona en cuestión como una alergia a un alimento. Síntomas de la intolerancia alimenticia o alergias alimentarias tipo III Síntomas Físicos Subir de 1 a 2 kilos de un día para otro por retención de agua debido a la inflamación. Inflamación: La respuesta inflamatoria se presenta cuando los tejidos son lesionados por bacterias, traumatismo, toxinas, calor o cualquier otra causa. El tejido dañado libera químicos que hacen que los vasos sanguíneos dejen escapar líquido hacia los tejidos, causando inflamación. Esto ayuda a aislar la sustancia extraña del contacto posterior con tejidos corporales. En el caso de la alergia tipo III el alimento al que se reacciona es identificado como una toxina. Sed y/o sensación de lengua pastosa. Sobrepeso. Síndromes de dolor inespecífico: Dolores de cabeza y/o migraña. Dolor en el cuello, dolor de espalda (lumbalgias y pseudociáticas). Dispepsia (término que utilizaban griegos y romanos para referirse a una "mala digestión" e identifica a una serie de dolores y molestias en la zona abdominal similares a la indigestión). Flatulencia y molestias gastrointestinales como diarrea, estreñimiento o la alternancia de ambos estados. Piel reseca y/o acné. En algunos casos puede aparecer simultáneamente piel seca en algunas partes del cuerpo y acné en otras. Psoriasis: Es una afección cutánea común que provoca irritación y enrojecimiento de la piel. La mayoría de las personas con psoriasis presentan parches gruesos de color plateado-blanco con piel roja y escamosa. La psoriasis parece ser un trastorno hereditario. Los médicos piensan que probablemente ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo confunde erróneamente células sanas por sustancias peligrosas. Enfermedades autoinmunes como por ej. Artritis reumatoide. Síntomas emocionales y mentales El paso excesivo de residuos bacterianos y macromoléculas alimenticias no digeribles al torrente sanguíneo, provoca un paulatino “ensuciamiento” del organismo y su consecuente toxicidad, con especial predilección por las células nerviosas, lo que se manifiesta por diversos síntomas. Trastornos de concentración y por lo tanto de memoria operativa. Trastornos del sueño. Depresión, irritabilidad, fatiga. Labilidad emocional, baja tolerancia (realmente estar intolerante con las personas y situaciones) Cómo descubrí mi intolerancia alimentaria En Octubre de 2006 me diagnostican cáncer de seno. A raíz de esto inicié una dieta “saludable” que consistía en consumir únicamente frutas, verduras, pescado y frutos secos. Por supuesto bajé 6 kilos en un mes y me sentí maravillosamente. Como por arte de magia desaparecieron los dolores de cabeza y musculares, el cansancio crónico, se reguló la digestión y mejoró mi atención, memoria y estado anímico. En el segundo mes de esta dieta fui de vacaciones al nivel del mar y me llamó mucho la atención que no se me “hincharon” los pies y manos, como habitualmente sucedía al bajar a nivel del mar. Al tercer mes empezaron a aparecer algunos síntomas de manera tenue como flatulencia, dolores de cabeza, cansancio e irritabilidad. Al cuarto mes sin haber modificado la dieta había recuperado 4 de los 6 kilos perdidos y todos los síntomas habían regresado. Nuevamente tenía dolores fuertes de cabeza, dolor muscular, cansancio, estaba distraída, irritable e intolerante. Como Fonoaudióloga Consultora del Método Tomatis, gran cantidad de mi consulta son personas con Trastorno Generalizado en el Desarrollo dentro del Espectro Autista. Muchas de estas personas tienen intolerancias a alimentos y al modificar su dieta, logran modificar de manera significativa comportamientos típicamente autistas. Así que, al estar mi sintomatología relacionada en gran parte con cambios comportamentales, decidí investigar si yo tenía intolerancia alimentaria. Me realicé un análisis de sangre que midiera intolerancias alimentarias (IgG) y resultó que tenía un alto grado de reacción a más de 70 alimentos todos frutas, verduras y pescados, además de especias (p. ej. Pimenta negra condimento que usaba diariamente), nuez moscada, castañas y al aspergillus niger (se puede encontrar en los frutos secos, las semillas, las especias y tes, especialmente procedentes de Asia) Así inicié una alimentación basada en el principio de rotación, evitando inicialmente y según el grado de reacción (8 semanas, 16 semanas, 32 semanas o todo un año) los alimentos a los que era intolerante. Afortunadamente la naturaleza es rica en variedad. Por ejemplo en el caso de la pimienta negra, existe pimienta blanca, roja, verde. En el caso de los aceites existe aceite de ajonjolí, macadamia, girasol, canola, oliva, etc. Para la cebolla hay cebolla cabezona, cebolla larga, puerro, cebolleta. Pues en la dieta rotativa no se debe repetir ningún alimento: la cebolla, los condimentos, aceites y vinagres, son en general los que más repetimos diariamente sin darnos cuenta consciente de ello. Incluso se detectó intolerancia a la avena aunque nunca comía; sin embargo, usaba diariamente jabón de avena en el baño. De modo que también es importante tener en cuenta la absorción por la piel, cuando el sistema inmunitario está muy dañado por intolerancia alimentaria. He ido aprendiendo a escuchar mi cuerpo, ahora anoto los alimentos que me producen flatulencia en el mismo día de haberlos consumido y observo si a los tres días aparece cualquier síntoma. Típicamente cuando algún alimento “me cae mal” al tercer día amanezco con sensación de “guayabo” como cuando se ha tomado licor. Nunca he tomado demasiado licor así que cuando hablo de guayabo me refiero a dolor de cabeza de leve, sed, sensación de lengua pastosa, sensibilidad a la luz; es decir hipersensibilidad en general, todo me molesta; incluido hipersensibilidad táctil. Me pongo “con la sensibilidad a flor de piel” figurativa y literalmente. El principio de rotación alimentaria es menos complejo de lo que parece, simplemente hay que organizar los alimentos por días y usar la imaginación para variar las recetas. Además con el principio de rotación se garantiza una dieta bastante equilibrada pues al ingerir gran variedad de alimentos, estamos ingiriendo gran variedad de nutrientes.