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“IMPORTANCIA DE LA ALERGIA EN LA RINOSINUSITIS CRONICA” Dr. Ignacio Mendoza Hernández Especializado en Otorrinolaringología en Madrid (1981-84) En la “Clínica del Trabajo” de la Seguridad Social Española Research Fellowship en Otoneurología (1984-85) con el Dr. Jack L. Pulec, en los Ángeles, California Práctica privada de 30 años en H. Matamoros, Tam. Tel. Consultorio: 8688910000, Celular: 8681408692 Casa: 8688120000 E-mail: imendoza56@yahoo.com.mx INTRODUCCION Las rinosinusitis aguda y crónica están entre las enfermedades más comunes en el mundo. Sus síntomas son variados y contribuyen significativamente a la morbilidad del paciente afectando su productividad y calidad de vida. (1) La asociación entre la “inflamación alérgica” de la nariz, los senos paranasales, y los síntomas de rinosinusitis crónica ha sido demostrada por muchos años, aunque la influencia de la enfermedad alérgica en la patogénesis de la rinosinusitis permanece aún como un tema de intenso debate. En esta Tesina reviso la información disponible que relaciona la rinitis alérgica y la rinosinusitis. Y comento la gran utilidad práctica que tiene la realización de Pruebas Alérgicas Cutáneas así como la aplicación del tratamiento integral actual de la alergia, (inmunoterapia específica a alérgenos inhalantes, la dieta rotatoria y de eliminación de alimentos, así como la evitación de químicos ambientales) en los pacientes con rinosinusitis crónica. RESUMEN Esta revisión describe aspectos epidemiológicos y fisiopatológicos de la rinitis alérgica y su impacto en la génesis de la rinosinusitis crónica, resaltando la participación del complejo osteomeatal en ese proceso. Se examinan las evidencias que confirman la asociación de alergia y rinosinusitis, observando los sesgos posibles al no evaluar otros mecanismos de alergia nasosinusal que no sean solo mediados por IgE a inhalantes biológicos o alimentos. Describe las ventajas que el otorrinolaringólogo, con un amplio conocimiento en Alergia en Otorrinolaringología y en las técnicas de Cirugía Endoscópica de Nariz y Senos Paranasales, puede tratar: tanto los factores funcionales, como aquellos de manejo quirúrgico presentes en la rinosinusitis crónica. Palabras clave: rinosinusitis, alergia, crónico, inmunoterapia. EPIDEMIOLOGIA DE LA RINOSINUSITIS CRONICA En una encuesta nacional de la prevalencia de enfermedades crónicas en Estados Unidos de Norteamérica se encontró que la rinosinusitis crónica (RSC) afecta entre el 12.5% al 15.5% de la población total, haciéndola la segunda enfermedad crónica más común en ese país. Con un costo medio directo anual aproximado de 2 billones de dólares (2). En nuestro país la División técnica de Información Estadística en Salud reporta que en el año 2007 se solicitaron 46,686 consultas por motivo de rinosinusitis aguda en la población mayor de 15 años. (3) PATOGENESIS DE LA RINOSINUSITIS CRONICA Los senos paranasales son cavidades aéreas en pares excavadas en el espesor de los huesos del cráneo. Están revestidos por un epitelio de tipo respiratorio cilíndrico, ciliado y pseudoestratificado que es similar y contiguo a la mucosa de la cavidad nasal y la nasofaringe. Las células de Goblet en la mucosa de los diferentes senos secretan moco que baña las membranas y es barrido por un mecanismo activo hacia los orificios sinusales y posteriormente a la nasofaringe. Este mecanismo fisiológico normal es conocido como “limpieza o drenaje mucociliar”. La anatomía de los senos define dos patrones específicos de flujo: anteriormente y posteriormente. Los senos posteriores, como las celdillas etmoidales posteriores, y los senos esfenoidales drenan hacia atrás en dirección del receso esfenoetmoidal y de ahí a la nasofaringe. Los senos anteriores incluyendo los senos maxilares, las celdillas etmoidales anteriores y los senos frontales drenan hacia una área conocida como el infundíbulo, esta región lateral al cornete medio incluyendo la apófisis unciforme es conocida como el “Complejo Osteomeatal” (COM). Este COM se considera que es la región anatómica más frecuentemente involucrada en la patogénesis de la rinosinusitis aguda y/o crónica. (4) La permeabilidad de estos orificios sinusales permite mantener las presiones parciales de oxígeno y de bióxido de carbono en el interior de los senos. La obstrucción de ellos genera: disminución del movimiento ciliar, ectasia de las secreciones y una proliferación bacteriana secundaria. El drenaje mucociliar depende de la morfología y de la calidad del movimiento ciliar y de las propiedades reológicas del moco que lubrica y protege al epitelio subyacente. Las discinesias ciliares primitivas, secundarias y la mucoviscidosis son ejemplos típicos de la alteración del drenaje mucociliar. (5) Es actualmente aceptado pensar que la rinosinusitis aguda es secundaria a una infección viral de vías aéreas superiores. Sin embargo el proceso fisiopatológico de una (RSC) no es tan sencillo de explicar. La explicación más aceptada de esta “refleja una infección bacteriana de larga duración, que no se ha resuelto”. Como ya había comentado, la obstrucción del COM es de importancia central en su patogénesis, y tanto los tratamientos médicos como quirúrgicos tienen que dirigirse para corregir esta obstrucción del complejo osteomeatal. El modelo fisiopatológico que era generalmente aceptado de la RSC representa una infección bacteriana crónica en gran parte debida a obstrucción del COM. La reducción del área transversal de cualquiera de los orificios sinusales crea una resistencia aumentada tanto para el intercambio de aire y del drenaje de secreciones, resultando en una disrupción de la fisiología normal de los senos nasales. Esta disminución en el intercambio de aire resulta en una disminución relativa de la tensión de oxígeno y un relativo incremento en el contenido de bióxido de carbono en los senos paranasales, conduciendo a una función mucociliar disminuida y un reclutamiento aumentado de células inflamatorias. (6) Las rinosinusitis tanto agudas como crónicas han sido tradicionalmente consideradas enfermedades bacterianas. En los episodios agudos predominan el estreptococo pneumoniae, el haemophilus influenzae y la moraxella catarrhalis. En la RSC encontramos un rango más amplio de bacterias incluyendo gram-positivas y gram- negativas aerobias y anaerobias. También se ha encontrado que los hongos pueden jugar un papel más central en la patogénesis de la RSC. (7) Cada día confirmamos que la visión de que la RSC sólo como una infección bacteriana crónica no es práctica. A la vez que observamos como los procesos alérgicos nasales, cuando los buscamos con intencionalidad, están presentes en la gran mayoría de los pacientes con RSC que vemos en nuestra práctica diaria. Cuando hablamos de la génesis de la Rinitis Alérgica observamos que la reacción alérgica se inicia a partir de la inhalación de un alérgeno, que al ponerse en contacto con la mucosa nasal se encuentra con las células dendríticas, las cuales lo fagocitan y procesan. Los antígenos procesados son presentados a las células T cooperadoras a través de un mecanismo en el que intervienen el complejo mayor de histocompatibilidad de clase II de la célula dendrítica y el receptor de las células T. El linfocito Th2, por medio de las interleucinas IL-4 e IL-13, estimula la secreción de IgE. La respuesta linfocitaria varía según el tipo de citocina que produce. El linfocito Th1 secreta, básicamente: IL-2, interferón gamma (INF-γ) y factor de necrosis tumoral (TNF). El linfocito Th2 secreta: IL-4, IL-5, IL-6, IL-9, IL-10 e IL-13 y promueve la síntesis y secreción de IgE, mientras que los Th1 la inhiben. (8, 9) En el concepto tradicional de la Rinitis Alérgica, (no considerando la afectación de la mucosa nasal por los antígenos alimentarios y químicos), sus manifestaciones clínicas corresponden a una reacción de hipersensibilidad tipo I a alérgenos inhalables de origen biológico: polvo, pólenes, hongos, ácaros, etc. Al principio, cuando un paciente sensibilizado se pone en contacto con el alérgeno correspondiente, la IgE específica lo capta y forma un complejo que se une a los receptores de alta afinidad de las células cebadas y de los basófilos, donde ocurre la secuencia de la liberación de mediadores preformados, mediadores secundarios derivados del ácido araquidónico y citosinas. En la fase temprana la liberación de histamina y otros mediadores provocan el estornudo, prurito nasal y rinorrea. Las fibras nerviosas del sistema parasimpático secretan acetilcolina, sustancia que estimula la actividad glandular. Las cininas son potentes vasodilatadores que originan edema y dolor local. En la fase tardía de la reacción alérgica, que se manifiesta 3 a 12 horas después de la exposición al alérgeno, se distingue por la acumulación de células inflamatorias en la mucosa nasal, que desde el punto de vista clínico se caracteriza por congestión nasal. Al inicio aumenta la concentración periférica de neutrófilos, eosinófilos y linfocitos T, y después de 96 horas sólo persiste la eosinofilia y linfocitosis. Las citosinas secretadas por los linfocitos Th2 mantienen y amplifican el fenómeno inflamatorio en la vía respiratoria. La IL-5 estimula la acumulación de eosinófilos y su activación, e inhibe la apoptosis. La IL-4 e IL-13 estimulan la secreción de la proteína CCL5, la eotaxina, el cofactor proteínico de membrana y el factor quimiotáctico de los eosinófilos en los fibroblastos. Estas células tienen receptores para IgE, que al activarse promueven la degradación de la membrana plasmática con la subsiguiente síntesis de leucotrienos y prostaglandinas. Los leucotrienos atraen eosinófilos al sitio de la inflamación, facilitan la permeabilidad capilar, aumentan el edema y la secreción de las glándulas mucosas, y potencian la acción de las cininas. (10) Passali y col. (2006) (11) comentan que este proceso inflamatorio, sí es estimulado por exposiciones repetidas a los alérgenos significativamente disminuye el umbral de los pacientes a otros estímulos. Después de estimulación alergénica crónica, los pacientes alérgicos típicamente reaccionan fuertemente a bajas dosis del alérgeno causal o a otros alérgenos a los cuales son solo medianamente sensibles o a desencadenantes no específicos (aire frío, humos, químicos, etc.). Afirman también que el elemento clave en el desarrollo de una RSC a partir de una inflamación alérgica de la nariz es la obstrucción funcional del complejo osteomeatal, que conduce a una alteración en los flujos de aire y secreciones hacia y desde los senos. La rinitis alérgica contribuye a este proceso causando inflamación de la mucosa y si la estimulación persiste, engrosamiento de la mucosa rinosinusal. La hiperreactividad neurogénica nasal también participa en la patogénesis de la RSC a partir de estímulos postganglionares simpáticos y parasimpáticos, así como otros neurotransmisores como el péptido intestinal vaso activo (VIP), la somatostatina, y el neuropeptido Y. Estas sustancias son liberadas principalmente por las terminaciones nerviosas sensoriales y representan los efectores de la llamada “reacción inflamatoria neurogenica”. La acumulación de secreciones espesas, incapaces de pasar a través de los orificios sinusales estrechos conduce a una mayor obstrucción y al desarrollo de un ambiente anaeróbico que permite el desarrollo bacteriano. La infección bacteriana afecta la función mucociliar, lo cual a su vez induce mayor engrosamiento de la mucosa y obstrucción sinusal. Si este círculo vicioso no se interrumpe, el proceso evolucionara hacia una RSC. (11) DEFINICION DE RINOSINUSITIS En agosto de 1996 la Academia Americana de Otorrinolaringologia y CCC dio a conocer el informe de su Comité de Trabajo sobre “Sinusitis”, publicado por Lanza y Kennedy en 1997, en el cual ofrecen una definición uniforme que ha permitido mejorar la comunicación y las investigaciones sobre este tema. Dando definiciones operativas para rinosinusitis aguda, subaguda, aguda recurrente, crónica y de exacerbación de RSC. Estas definiciones fueron subsecuentemente aprobadas por la Sociedad Rinológica Americana y la Academia Americana de Alergia en Otorrinolaringologia. (12) La “sinusitis” en un sentido amplio puede ser vista como una respuesta inflamatoria de las membranas mucosas de la nariz y los senos, los fluidos en estas áreas o el esqueleto óseo subyacente. Debido a que la mucosa de la nariz y senos es un epitelio en continuidad, los efectos inflamatorios en una área frecuentemente son expresados también en áreas contiguas. Es un hecho que la sinusitis frecuentemente es precedida por una rinitis y raramente ocurre sin involucramiento de la nariz. (13) Debido a esta común asociación entre enfermedades inflamatorias e infecciosas de nariz y senos el comité de trabajo de la AAOHNS concluyó que el término correcto para clasificar este espectro de enfermedades debería ser RINOSINUSITIS en lugar de SINUSITIS. DIAGNOSTICO DE RINOSINUSITIS El Comité de Trabajo sobre Sinusitis (12) describió un grupo de síntomas menores y mayores que son necesarios para confirmar un diagnóstico clínico de rinosinusitis. Los factores o síntomas mayores incluyen: dolor o presión facial, congestión o pesantez facial, obstrucción nasal, rinorrea (en ocasiones purulenta) con o sin secreción retronasal, hiposmia/anosmia, pus en la cavidad nasal al examen y fiebre. Los factores o síntomas menores son: cefalea, fiebre no aguda, halitosis, fatiga, dolor dental, tos, presión y taponamiento o dolor de oídos. Tabla 1.-Tomado de Lanza y Kennedy (1997) CLASIFICACION DE RINOSINUSITIS Basado en una revisión de los signos y síntomas de presentación de los pacientes con Rinosinusitis, el Comité de Trabajo sobre Sinusitis concluyo que hay cinco distintas clasificaciones para RS en adultos: -Rinosinusitis aguda: comprende síntomas de 1 día a 4 semanas, incluyendo 2 o más factores mayores o uno mayor y dos menores. -Rinosinusitis subaguda: se define como la presentación continua de enfermedad aguda más allá de 4 semanas y que dura hasta las 12 semanas. Los síntomas son menos severos que en la aguda. -Rinosinusitis aguda recurrente: episodios recurrentes con curación completa de los síntomas que se presentan 4 o más veces al año. -Rinosinusitis crónica: es una condición inflamatoria de 12 semanas o más. El paciente debe tener dos o más síntomas mayores o uno mayor y dos menores. El dolor facial no constituye un diagnóstico de RSC en ausencia de síntomas y signos nasales. Los cambios en las imágenes de las tomografías computarizadas pueden ayudar para hacer el diagnóstico, pero los criterios del Comité de Trabajo sobre Sinusitis no requieren de anormalidades en TC para hacer el diagnostico de RSC. -Exacerbaciones agudas de Rinosinusitis Crónica: Hay una línea basal de síntomas crónicos de RS con agudizaciones que duran menos de 4 semanas. Tabla 2.-Definicion de Rinosinusitis crónica. PAPEL DE LA ALERGIA EN LA RINOSINUSITIS Como vemos en la tabla siguiente hay múltiples factores que participan en la rinosinusitis crónica: congénitos, funcionales, hongos, infección bacteriana, biofilmes, osteítis, superantigenos y entre ellos la alergia se destaca como un factor determinante en la génesis y mantenimiento de la rinosinusitis. De acuerdo con Krouse (14) y con Passáli (11) la relación entre la enfermedad alérgica nasal y la RSC ha sido extensamente investigada y descrita por numerosos autores: Pant y col. (2009) en un estudio sobre “El papel de la alergia en la rinosinusitis crónica” donde investigan la evidencia actual de los mecanismos de hipersensibilidad Tabla 3.-Factores causales de la rinosinusitis crónica. mediados por Ig E y no-IgE en la rinosinusitis aguda y crónica. Mencionan que los estudios epidemiológicos muestran que la alergia clásica mediada por IgE está presente en una proporción de los pacientes con rinosinusitis aguda. Y que hay evidencia conflictiva sobre si la alergia mediada por IgE es más grande en pacientes con RSC que en individuos sin ella. Mencionan que a pesar de la presencia de alergia clásica mediada por IgE, basada en niveles séricos elevados de IgE alérgeno específicos y pruebas positivas de Prick, actualmente no hay evidencia directa de que la alergia sea una causa mayor de inflamación sinonasal en la rinosinusitis crónica. Y que hay una creciente evidencia de que la hipersensibilidad a hongos no mediada por IgE y la inflamación no asociada a IgE pueden contribuir a la patogénesis en algunos casos de rinosinusitis crónica, incluyendo la sinusitis alérgica por hongos. La IgE específica a superantigenos bacterianos también puede estar elevada en la poliposis nasal y modular la inflamación eosinofilica. Agregando que recientes hallazgos en los mecanismos inmunológicos de la mucosa conducen a intrigantes posibilidades sobre los papeles de la IgE de la mucosa, las células cebadas y los mecanismos de hipersensibilidad no mediados por IgE. Y que se requieren futuros estudios inmunológicos de los mecanismos celulares, sistémicos y de la mucosa sinusal así como de los humorales en grupos bien definidos de pacientes con RSC y controles para una mejor comprensión de los papeles de los mecanismos de hipersensibilidad mediados y no mediados por IgE y de las funciones no hipersensitivas de la IgE en la rinosinusitis crónica. (15) Contreras y col. (2013) en su estudio de el “Papel de la terapia alérgica en la rinosinusitis crónica, una revisión sistemática” encontraron 21 artículos que apoyan el rol de la alergia en la RSC y 16 que no lo hacen. La prevalencia fue de 16 a 85% para alérgenos inhalantes y del 12 al 81% para alérgenos alimentarios. La sensibilización al polvo de ácaros y a los hongos, así como a los alimentos fueron las más comunes en los estudios controlados y aleatorizados sugiriendo su gran importancia en la alergia. (16) Berretini y col. (1999) compararon 40 pacientes con Rinitis Alérgica perene a 30 controles usando TC, endoscopia, frotis nasal y rinomanometria. Los estudios tomográficos evidenciaron sinusitis en 68% de los pacientes alérgicos y en 33% de los controles. (17) Kirtsreesakul y col. (2008) por su parte estudiaron con endoscopia y rayos X simples a 198 pacientes con RSC sin Pólipos Nasales (PN) encontrando que 52% de los pacientes eran alérgicos y 48% no alérgicos. Los alérgicos presentaron más alteraciones en los rayos X sin diferencia en la endoscopia nasal. En estos dos estudios se muestra que los pacientes alérgicos son más propensos a tener inflamación sinusal. (18) Baroody y col. (2008) estudiaron 18 pacientes con alergia a la ambrosia examinándolos durante y después de la estación polínica. Encontrando que una mayor cantidad de eosinofilos se hallaron presentes en los lavados de senos maxilares durante que después de la estación (p=0.02). Evidenciando con esto la mayor propensión en los pacientes alérgicos a cambios sinusales que de agudizarse o complicarse podrían conducir a una rinosinusitis. (19) Alho y col. (2004) en su estudio de 48 voluntarios que fueron examinados al inicio de una infección respiratoria alta y nuevamente 3 semanas después con Tomografia Computarizada, biopsias de mucosa y cultivos. Encontró que 9 eran alérgicos y 39 no. Descubrió que los alérgicos fueron más frecuentemente sensibilizados a la enterotoxina del estafilococo aureus, que los no alérgicos. Mostrando así que los pacientes alérgicos están más predispuestos a cambios sinusales como reacción a bacterias comunes, como el estafilococo dorado. (20) En su trabajo de investigación sobre “Frecuencia de la alergia a la leche en pacientes con rinosinusitis crónica y pólipos nasales” Lill y col (2011) estudiaron 50 pacientes con RSC y PN que fueron comparados con 50 controles sanos. Se realizaron pruebas in vitro. Encontrando que 14% de los pacientes con RSC mostraron alergia a la leche comparado con 0% de los controles (p=0.0125). Hallaron también que 12% de los pacientes con RSC tenían alergia al trigo comparado con 14% de losncontroles. Concluyendo que la alergia a los alimentos y a la leche en particular puede jugar un papel importante en la patogénesis de la rinosinusitis crónica con poliposis nasal. (21) Por otro lado Melaney col. (2006) hallaron en 70% de pacientes con RSC con pólipos nasales que tenían pruebas alérgicas cutáneas positivas a un promedio de 4 alimentos comparado a un 34 % en los controles. Confirmando la importante relación entre alergia alimentaria y rinosinusitis crónica. (22) En un estudio de sobre “La relación entre nuestro medio ambiente y la alergia a alimentos” de Jerschow y col. ( 2006 ) se encontró que en Estados Unidos de Norteamérica hay altos niveles de diclorofenoles en orina asociados con sensibilización a alimentos, dichos químicos se encuentran en: insecticidas, agua clorinada, aromatizantes, bolas de naftalina, etc. Las sensibilizaciones a 1 o más alimentos fue más común en aquellos expuestos a los metabolitos del diclorofenol. Mostrando que la exposición a químicos favorece la aparición de las respuestas alérgicas. (23) En relación también con la sensibilización a químicos ambientales Cochrane y Col. (2015) en su estudio sobre “ Umbrales en la sensibilización química respiratoria” escriben que la principal conclusión hallada es que hay evidencia de que la adquisición de sensibilización respiratoria a alérgenos químicos es un fenómeno dosis dependiente y que existen umbrales, aunque es difícil definir valores numéricos exactos para los niveles umbrales de exposición. Sin embargo basándose en información de investigaciones en el área ocupacional, algunas veces es posible encontrar niveles de exposición en el lugar de trabajo, que son seguros. Dicen que “los sensibilizadores respiratorios comúnmente reconocidos son proteínas (pólenes, polvo, heces de ácaros y caspa de animales, y que es conocido que ciertos químicos de bajo peso molecular (BPM) son capaces de causar sensibilización del tracto respiratorio resultando en alergia respiratoria. Hay químicos y un número limitado de clases de químicos que han sido implicados como alérgenos ocupacionales respiratorios”, algunos se enlistan en la siguiente tabla: Clase Uso/ocupación Disocianatos (disocianato de tolueno; disocianato de difenilmetano; disocianato de hexametileno). Industrias de poliuretano, fundidoras, pintura de automóviles. Anhídridos (anhídrido ftálico; anhídrido trimelitico; anhídrido tetracloroftalico). Resinas epóxicas, adhesivos, limpiadores de pisos. Metales (platino; cromo, cobalto ; carburo de tungsteno). Refinación de platino, placas de metal, tinción de pieles, industria metal pesada. Aminas (piperazina; etillenediamina). Resinas, solventes Tabla 4.- Alérgenos químicos respiratorios seleccionados y ejemplos de uso y potencial exposición ocupacional. (24) La mayoría de los químicos son demasiado pequeños para inducir una respuesta inmune adaptativa. Para adquirir su potencial inmunogénico deben formar asociaciones estables con proteínas (conjugados hapteno-proteína). El nucleótido lisina es uno de los favoritos en la sensibilización del tracto respiratorio. También se ha visto que la sensibilización respiratoria puede ser potencializada por exposición cutánea del alérgeno químico. Parece ser que independientemente de la ruta de exposición los alérgenos químicos inducen respuestas inmunes tipo Th2 selectivas caracterizadas por la expresión de citoquinas tipo 2 (incluyendo interleucinas 4, 5 y 13). Cochrane y col. (2015) también afirman que “los disocianatos que han mostrado causar alergia química respiratoria son: el disocianato de tolueno (TDI), el disocianato de difenilmetano (MDI) y el el disocianato de hexametileno (HDI). Comentan que en un estudio prospectivo de Karol (1981) que “la presencia de anticuerpo IgE TDI (disocianato de tolueno) especifico” fue examinada en un grupo de 96 trabajadores expuestos durante 6 meses a concentraciones de TDI de 20 ppb o menos y en un segundo grupo de 20 trabajadores que habían experimentado sobreexposiciones agudas dentro de un periodo de observación de 3 años. No se encontraron anticuerpos IgE ni síntomas clínicos en los trabajadores expuestos a 20 ppb o menos, mientras que el anticuerpo IgE a TDI que correlacionaba con síntomas respiratorios fue encontrado en 4 trabajadores que habían tenido sobrexposiciones agudas”. (24) De acuerdo al Departamento de Salud de Nueva Jersey en Estados Unidos el tolueno está en la “lista de sustancias extremadamente peligrosas para la salud y que se tiene derecho a saberlo”. (25) Sin embargo no en todos los Países ni Estados se tiene esta información disponible. Y además como vivimos en un mundo cada vez más contaminado por químicos, su potencializacion entre ellos y sus efectos, son factores a tomar en cuenta en la afectación inflamatoria de la mucosa nasal y sinusal en la RSC. En una investigación reciente de Wilson y col. (2014) en el que estudian “la asociación entre Alergia y Rinosinusitis Crónica con y sin pólipos nasales: una revisión basada en evidencias con recomendaciones” revisan un total de 24 artículos, encontrando que 11 de 18 estudios confirman la asociación entre Alergia y RSC con pólipos nasales y 4 de 9 estudios también la demuestran entre Alergia y RSC sin pólipos nasales y concluyen diciendo que el papel de la Alergia en RSC con y sin pólipos nasales continua siendo controvertido con un nivel de evidencia pobre. También afirman que basándose en la información disponible la recomendación es que las pruebas y tratamiento alergológicos son una opción en el manejo de la RSC con y sin pólipos nasales. (26) Como vemos en los diferentes estudios comentados hay evidencias en ellos que confirman la relación entre la alergia y la RSC. Aunque también observamos que hay estudios que aparentemente la niegan, conclusión que puede explicarse por varias razones: Cuando hablamos de “alergia” en general, hay un concepto que confunde y evita la comprensión integral del fenómeno alérgico y esto es: el pensar en alergia o más específicamente en rinitis alérgica solo en las manifestaciones clínicas en las que podemos demostrar la participación de la IgE y considerar rinitis no alérgica a todas las demás. Creando con este último término un “cajón de sastre” en el cual acomodamos o vertemos lo que ignoramos o no sabemos a ciencia cierta. Esto es una gran limitante, dado que en el mundo real, la mucosa nasosinusal de nuestro hipotético paciente que llamaremos “Juan” no solo reacciona con los inhalables de origen biológico (pólenes, polvo, hongos, caspas y pieles de animales), sino que también está expuesta a alérgenos inhalables de origen químico (vapores de cloro, gasolina, perfumes, formaldehido, etc.). Asimismo esa mucosa de la nariz de “Juan” está teniendo actividad inflamatoria por complejos inmunes resultado de la interacción de antígenos alimentarios y anticuerpos previamente formados contra ellos. Hasta aquí estaríamos viendo la interacción de tres diferentes fuentes de estímulos negativos para la mucosa nasosinusal de “Juan” que tienen en común actuar por mecanismos inmunológicos. Pero además, el epitelio de la nariz de “Juan” experimenta el efecto de la temperatura, humedad, presión barométrica, radiaciones ionizantes y electromagnéticas de su medio ambiente y finalmente todo el organismo de “Juan”, nariz incluida, resiente los cambios bioquímicos, hormonales y neurovegetativos que resultan de las variaciones del estado psicológico de “Juan” (problemas, stress, armonía, calma, etc.). Como podemos apreciar, cuando analizamos los estudios disponibles sobre la relación entre Alergia y RSC, en cada estudio concreto solo se investiga una parte, una pieza del rompecabezas, de la correlación Alergia/RSC. Sea que se haga por determinación en suero de IgE a 1, 3, 6 o 10 alérgenos, o pruebas de Prick o Skin Endpoint Titration Test (prueba de determinación de umbrales en piel) a heces de ácaros o epitelio de gato, solo estaremos teniendo una parte de la fotografía completa. Porque estamos ignorando todos los demás estímulos inmunológicos y no inmunológicos a los que “Juan” está sometido antes, durante y después del ensayo clínico. Para mi es fundamental, cuando estamos lidiando con una enfermedad compleja en sí misma como es la RSC, que también abramos nuestra visión profesional de lo que es alergia o hipersensibilidad, no solo a la mediada por IgE con hipersensibilidad inmediata (Gell y Coombs tipo I) sino a todos los demás fenómenos inmunológicos mediados por IgG combinada a células, células K y reacciones activadoras del complemento (Gell y Coombs tipo II), IgG en reacciones mediadas por complejos inmunes (Gell y Coombs tipo III) y reacciones mediadas por células T (Gell y Coombs tipo IV). Es de mencionarse que la Alergia a los Alimentos puede ocurrir por cualquiera de los cuatro mecanismos inmunológicos mencionados. (27, 28) El tener siempre en mente la importancia de la alergia en la patología nasal y sus complicaciones a los senos paranasales, a los oídos, rinofaringe, orofaringe y laringe, me ha permitido en los últimos 15 años poder ofrecer a mis pacientes tratamientos integrales que van más allá de resolverles la molestia circunstancial por la que acuden a consultarme. Y esto ha sido particularmente importante en los pacientes con rinosinusitis crónica. En un estudio retrospectivo mío (2015, aún no publicado) de 30 pacientes diagnosticados con rinosinusitis crónica a quienes intervine quirúrgicamente entre el 2011 y 2015, efectuando cirugía endoscópica funcional de senos paranasales (la mayoría con rinoseptoplastía y turbinoplastía inferior bilateral), cuyas edades fluctuaban entre 20 y 76 años, predominando el sexo masculino en relación 4:1. En 20 de estos 30 pacientes pude efectuar (algunos antes y otros después de la cirugía) pruebas alérgicas cutáneas a aero alérgenos (con la técnica de titulación de umbrales en piel o SET) (29), a alimentos habituales (con la técnica intradérmica dilucional progresiva para alergia cíclica a alimentos) (30) y a químicos ambientales (con la técnica de provocación-neutralización en piel).(31) En la imagen anterior, uno de los casos incluidos en este estudio que demuestra como la conjunción de anormalidades anatómicas asociadas a la noxa alérgica nos dan como resultado la condición avanzada de una Rinosinusitis Crónica. En este paciente, además de las intervenciones quirúrgicas mencionadas arriba, se le indicó el siguiente tratamiento médico: Inmunoterapia específica, dieta rotatoria y de eliminación, así como evitación de químicos ambientales, vitaminas y minerales completos (vit. C 3 gr diarios), probióticos (una toma diaria), fluconazol 150 mg VO c/7 días por 2 meses, así como las siguientes recomendaciones: ejercicio buscando sudar lo más posible; forros anti-ácaros para colchón y almohadas; purificador de aire en la recámara y filtro en la regadera para eliminar el cloro. Durante la evaluación de los alérgenos inhalables de los 20 pacientes del estudio las respuestas fueron en todos positivas, predominando con mayor grado de sensibilización (reacciones a diluciones de 1:12,500 hasta 1:312,500) los ácaros en 15 pacientes, polvo de cucaracha y hongos en 12 pacientes, pelo de perro, polvo casero, epitelio de gato, pólenes de árboles, de hierbas continentales, y de mezquite en 11 pacientes. En las pruebas intradérmicas dilucionales progresivas a alimentos habituales los 20 pacientes fueron positivos de 1 hasta 5 alimentos. Predominando la sensibilización a la leche de vaca en 19 de los 20, al queso de vaca en 15, al trigo en 6, a la carne de res y de pollo en 3, a la naranja en 2 y en casos individuales al frijol, arroz, huevo, ajo, brócoli, maíz, cebolla y azúcar. En la prueba de provocación-neutralización en piel de químicos ambientales encontré en los 20 pacientes sensibilización marcada al formaldehído (dilución 1:500) y leve (dilución 1:100) al cloro, pinol, escape de los coches, humo de cigarro, perfume de mujer y tinta de periódico. Los resultados de dichas pruebas me permitieron diseñar para cada uno de estos pacientes, tratamientos antialérgicos específicos que incluían: Inmunoterapia específica, Dieta rotatoria y de eliminación y Evitación ambiental de químicos. De los 20 pacientes con Cirugía Nasosinusal y Tratamiento Antialérgico Especifico, los síntomas como: la necesidad de sonarse la nariz, obstrucción nasal, rinorrea, tos, rinorrea posterior, moco nasal espeso, taponamiento otico, mareo, dolor de oído, dolor o presión facial, hiposmia/hipogeusia, insomnio, despertares nocturnos, falta de sueño reparador, despertarse cansado, fatiga, productividad reducida, falta de concentración, irritabilidad, tristeza y sentirse apenado, (síntomas evaluados en la prueba de evolución sino-nasal o SNOT-22) (31) en “ todos los casos” han mejorado y “en la mayoría” desaparecieron. El hecho de que podamos resolver con la cirugía los factores adinámicos, (fijos o anatómicos) de la rinosinusitis crónica, como los llama Krouse (14), tales como anormalidades anatómicas, tabique nasal desviado, estenosis osteomeatal, cicatrices postoperatorias, sinequias, reestenosis, recirculación de los orificios sinusales accesorios, lateralizaciones del cornete medio, cuerpos extraños, pólipos nasales y neoplasias obstructivas, etc. Y que podamos con un conocimiento apropiado de la Alergia en Otorrinolaringología, resolver los factores dinámicos (variables o funcionales) de la RSC, en particular la alergia a inhalables, alimentos y a químicos, (además de corregir la infección bacteriana, viral, micótica y los efectos del medio ambiente), nos coloca como profesionales de la Otorrinolaringología en una posición óptima para ayudar y servir eficientemente a nuestros pacientes con RSC. Tabla 5.-Factores dinámicos y adinámicos de la Rinosinusitis crónica. (14) CONCLUSIONES En los casos complicados de rinosinusitis crónica, la multicausalidad que determina la enfermedad, requiere para su curación, igualmente un abordaje múltiple, enfocado a los factores anatómicos y funcionales de la misma. La alergia a inhalantes biológicos, a alimentos, y a químicos ambientales y sus tratamientos específicos, deben tenerse muy en cuenta en los pacientes con RSC. Un tratamiento integral de la rinosinusitis crónica deberá considerar el uso de antibióticos y antimicóticos en algunos casos, la cirugía de anormalidades anatómicas y patológicas, y en los casos que confirmemos alergia, la inmunoterapia específica, la dieta de rotación y eliminación, y el control ambiental de químicos. El mayor conocimiento de las técnicas de diagnóstico y tratamiento alergológico nos ayudará a los otorrinolaringólogos a manejar mejor a los pacientes con enfermedad crónica rinosinusal. REFERENCIAS: 1.-Gliklich RE, Metson R. 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