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Yaelitza Rivera Vargas 1 de octubre de 2015 DMS 201 CA Profesor: Andrés González 1. Aortitis Definición patológica: La aortitis es una enfermedad caracterizada por la afectación inflamatoria y la alteración estructural de la pared vascular aórtica. Síntomas: En los pacientes con aortitis produce debilidad, fiebre, pérdida de peso, erupción de la piel, insuficiencia vascular, sudoración, especialmente en la noche, dolor en las articulaciones y fatiga. Causas: Esta inflamación es originada por las siguientes causas: trauma, infección viral, algunos desordenes inmunológicos e infecciones bacterianas Método de diagnóstico: El diagnóstico de aortitis se basa en la base de la historia, examen físico y cuadro clínico. En la exploración física de aortitis aparece pulso periférico débil, baja y muy difícil de ver la presión arterial en la aorta, que vienen desde el arco aórtico. En aortitis pueden ocurrir también y el estrechamiento de la aorta que conduce a un pulso rápido agudo. Esta condición de aortitis requiere la determinación de la presión arterial y un seguimiento cuidadoso. Para el diagnóstico de aortitis se utiliza rayos X para el pecho, la angiografía para ver el flujo de sangre y el estrechamiento existente, electrocardiograma para el daño al corazón, análisis de sangre debe indicar la presencia de la infección, la angiografía y la MRA para la inspección de la circulación sanguínea. Tratamiento: Fase aguda de aortitis a menudo se puede tratar con corticosteroides. Este tratamiento debe ser intensivo hasta que los síntomas empiezan a disminuir y, a veces, aortitis se trata con corticoides hasta varios meses. La ciclofosfamida se puede aplicar en pacientes que sufren de aortitis y es desarrollar resistencia a los corticosteroides. La hipertensión también deben ser tratados agresivamente, y puede ser particularmente útiles los inhibidores de la ECA. El tratamiento quirúrgico de aortitis es indispensable cuando se necesita para restablecer la circulación a los lugares donde ha habido una oclusión arterial parcial o completa. Esto se realiza mediante endarterectomía o bypass. La angioplastia con balón también puede ser una herramienta útil en tratamientos aortitis ciertas. Ocurriendo aneurisma exige la resección. Imágen Sonográficas: 2. Aneurisma Aortica Definición patológica: Un aneurisma es un ensanchamiento anormal de las paredes de una arteria. Causas: No está claro exactamente qué causa los aneurismas. Algunos están presentes al nacer (congénitos). Los defectos en algunas de las partes de la pared arterial pueden ser responsables. Síntomas: Los síntomas dependen del lugar en el que se encuentra el aneurisma. Si el aneurisma se presenta cerca de la superficie del cuerpo, frecuentemente se observa dolor e hinchazón con una protuberancia pulsátil. Los aneurismas dentro del cuerpo y el cerebro a menudo no presentan síntomas. Los aneurismas del cerebro pueden expandirse sin reventar (ruptura). El aneurisma expandido puede presionar nervios y provocar visión doble, vértigos o dolores de cabeza. Algunos aneurismas pueden ocasionar tinnitus. Si un aneurisma se rompe, se puede presentar dolor, presión arterial baja, frecuencia cardíaca rápida y mareo. El riesgo de muerte después de una ruptura es alto. Métodos de diagnósticos: Los exámenes para diagnosticar un aneurisma incluyen: Tomografía computarizada, Ecografía, Angiografía Tratamientos: El tratamiento depende del tamaño y la localización del aneurisma. Los aneurismas de la aorta pueden reforzarse a través de una cirugía para fortalecer la pared del vaso sanguíneo. Imagen Sonografica: 3. Pseudoaneurisma Definición patológica: El pseudoaneurisma o “falso aneurisma” es una lesión poco frecuente que puede afectar a la pared de una arteria o a la pared cardiaca y que se produce como consecuencia del efecto de algún estímulo lesivo contra esta estructura llevando a la fuga de sangre hacia un compartimiento fibroso externo que contendrá el hematoma. Síntomas: La aneurisma de aorta abdominal puede ser asintomática o sintomático. Aproximadamente 3 de 4 casos de aneurisma de aorta abdominal son asintomáticos y pueden detectarse mediante examen físico de rutina por la palpitación de examen abdominal. También se pueden detectar una aneurisma mediante rayos x, tomografía computarizada o resonancia magnética. Se le es conocido como la enfermedad del asesino silencioso. El dolor es el síntoma más común en el caso de la aneurisma de la aorta abdominal, ubicado en el abdomen, tórax, zona lumbar o la zona de la ingle. El dolor puede ser agudo o sordo. A menudo la aparición de dolor ocurre con la ruptura inminente del aneurisma. Método de diagnóstico: Además del examen físico y la historia clínica completa los procedimientos para diagnosticar una aneurisma son: tomografía computarizada, imágenes de resonancia magnética, ecografía o arteriografía. Imágenes Sonográficas: 4. Oclusión arterial Definición patológica: La oclusión aguda de la aorta abdominal es un evento poco frecuente pero que constituye una real emergencia vascular, siendo potencialmente catastrófica, desde el punto de vista de la morbilidad y mortalidad, si ésta no es tratada precozmente y en forma agresiva desde el punto de vista quirúrgico. Causas: Las causas más frecuentes se mencionan la embolía de origen cardíaco, en segundo lugar la trombosis de la aorta, producto de enfermedad ateromatosa subyacente de ésta, trombosis in situ por síndromes de hipercoagulabilidad y con menos frecuencia, la disección de la aorta torácica extendida a la aorta abdominal, el aneurisma de la aorta abdominal trombosado, trauma y como rareza, embolia proveniente de mixoma cardíaco. Síntomas: Los síntomas más clásicos de la insuficiencia oclusión arterial son dolor y palidez. El dolor es intenso y constante, localizándose en los grupos musculares por debajo de la obstrucción, siendo más intenso en los músculos localizados más distalmente. En ocasiones, predominan alteraciones sensoriales secundarias a neuropatía isquémica, enmascarando el dolor apareciendo parestesias fundamentalmente. La piel de la porción distal a la oclusión es de color blanco y céreo inicialmente, con aspecto cadavérico. Más tarde aparecen áreas moteadas de cianosis, adquiriendo finalmente la coloración oscura típica de la gangrena precoz. La isquemia avanzada, se caracteriza por disminución o ausencia de las funciones motoras y sensoriales distal al sitio de la oclusión, lo que refleja isquemia tanto muscular como nerviosa. El grado de anestesia y parálisis motora de una extremidad constituye un buen indicador de anoxia tisular, teniendo una relación proporcional con el pronóstico final. La conservación de la sensibilidad a la presión ligera es la mejor guía acerca de la viabilidad de la extremidad, debiendo compararse con la de la extremidad no afecta; su ausencia es indicación de cirugía inmediata si ésta es posible. La parálisis es un signo tardío que indica gangrena inminente, representa una combinación de isquemia nerviosa y muscular potencialmente irreversible. Método de diagnóstico: Para la determinación del lugar de la oclusión, es fundamental una exploración física minuciosa. Además del sitio donde el pulso está ausente, suele percibirse una zona con distinta temperatura en la proximidad de alguna articulación distal al punto de oclusión. La utilización del eco-doppler aporta datos de gran interés en la estratificación terapéutica de las extremidades isquémicas. La combinación de una evaluación clínica minuciosa y una determinación de flujo distal venoso y arterial mediante señal doppler, permite clasificar clínicamente a las extremidades isquémicas según la Sociedad de Cirugía Vascular / Sociedad Internacional de Cirugía Cardiovascular. Imágenes Sonográficas: 5. Trombosis Definición patológica: Cuando un coágulo se desprende y se desplaza a través del torrente sanguíneo, se denomina émbolo, el cual se puede atascar en el cerebro, los pulmones, el corazón o en otra área, lo que lleva a daño grave. Causas: Los coágulos de sangre se pueden formar cuando algo disminuye o cambia el flujo de sangre en las venas. Un catéter de marcapasos que se ha pasado a través de la vena en la ingle. reposo en cama o sentarse en una posición por mucho tiempo como un viaje en un avión, antecedentes familiares de coágulos sanguíneos, fracturas en la pelvis o las piernas, haber dado a luz en los últimos 6 meses, embarazo, obesidad, producción excesiva de glóbulos rojos por parte de la médula ósea, lo que provoca que la sangre esté más espesa. Síntomas: La TVP afecta principalmente a las grandes venas en la parte inferior de la pierna y el muslo, casi siempre en un lado del cuerpo. Cambios en el color de la piel (enrojecimiento), dolor de pierna, piel que se siente caliente al tacto, inflamación. Tratamiento: Aunque el tratamiento con warfarina se puede iniciar la misma primera noche de ingreso, se recomienda un tratamiento solapado con heparina y warfarina durante 4 ó 5 días. Los efectos de la warfarina no se harán notar de inmediato porque se necesita tiempo para depurar los factores normales de coagulación ya presentes en el plasma. Este retraso varía de acuerdo con los índices de depuración del plasma de los factores que dependen de la vitamina Método de diagnóstico: El médico llevará a cabo un examen físico, el cual puede revelar enrojecimiento, inflamación o sensibilidad en la pierna. Los dos exámenes que se realizan con frecuencia primero para diagnosticar la TVP son, examen de sangre para determinar el dímero D, ecografía Doppler de las piernas. Se pueden hacer exámenes de sangre para verificar si hay aumento de la probabilidad de coagulación de la sangre, tales como: resistencia a la proteína C activada (verifica la mutación en el factor V de Leiden), niveles de antitrombina, anticuerpos antifosfolípidos, conteo sanguíneo completo (CSC), pruebas genéticas para buscar mutaciones que lo hagan a usted más propenso a la formación de coágulos de sangre, como la mutación en protrombina, anticoagulante lúpico, niveles de proteína C y proteína S. Imágenes Sonográficas: Caso Clínico de pseudoaneurisma: Pseudoaneurisma de arteria hepática derecha postcolecistectomía Sr. Director: Se presenta el caso de un varón de 56 años que ingresó en planta de cirugía para realización de colecistectomía reglada. Como antecedentes presentaba hipertensión arterial y hábito enólico. El paciente había presentado 3 meses atrás un episodio de colecistitis aguda que se trató conservadoramente por presentarse el cuadro muy evolucionado al diagnóstico. Intraoperatoriamente se detectó una colecistitis crónica con absceso en lecho vesicular así como una fístula colecistoduodenal, realizándose colecistectomía y cierre del orificio fistuloso duodenal. El postoperatorio inmediato cursó favorablemente, siendo la paciente alta el 8o día postoperatorio. A las 2 semanas tras el alta el paciente acudió a urgencias por presentar un episodio de hematemesis sin repercusión hemodinámica, realizándose endoscopia en la que no se apreciaron signos de sangrado activo tras exploración hasta segunda porción duodenal. Se solicitó angioTAC en el que se apreció una colección sacular de 5 cm de diámetro con relleno precoz de contraste en fase arterial que dependía de arteria hepática derecha (Fig. 1), diagnosticándose de pseudoaneurisma de arteria hepática derecha. El pseudoaneurisma de la arteria hepática es una causa poco frecuente de hemorragia digestiva alta. La mayoría de estos pseudoaneurismas ocurren extrahepáticamente, habitualmente en la arteria hepática derecha (1). Sus causas más frecuentes son traumatismos, lesiones vasculares iatrogénicas (colecistectomía, biopsias percutáneas...), anastomosis vasculares (se han descrito varios casos en pacientes trasplantados hepáticos), y en fenómenos infecciosos (colecistitis, pancreatitis...) (2). Clínicamente pueden cursar asintomáticos, aunque pueden manifestarse como dolor abdominal, ictericia (por compresión del árbol biliar) o producir sangrado por ruptura del pseudoaneurisma, que se podría manifestar como hemorragia digestiva alta o hemoperitoneo (3). El pseudoaneurisma de arteria hepática postcolecistectomía es una rara complicación de la colecistectomía (0.5-0.8%) (3), y se ha relacionado traumatismos arteriales ocasionados fundamentalmente por lesiones térmicas por electrocauterio o colocación inadecuada de los clips. Su manifestación clínica más frecuente es como hemorragia digestiva alta y se han descrito casos hasta 13 meses postcolecistectomía, de modo que se debe sospechar ante toda hemorragia digestiva alta en un paciente con colecistectomía reciente. La ecografía doppler es la primera técnica que se debe solicitar por su bajo coste y su buena rentabilidad (Sensibilidad 94%, Especificidad 98%) aunque presenta el inconveniente de que es explorador-dependiente. El angio-TAC (Sensibilidad 95.1%, Especificidad 98.7%), permitirá valorar adecuadamente el árbol vascular. La Resonancia magnética presenta sensibilidad y especificidad muy similares al angioTAC, pero sus limitaciones son fundamentalmente su baja disponibilidad, y la imposibilidad de realizarla una vez se han colocado clips o coils metálicos. La arteriografía es el gold standard en el diagnóstico de pseudoaneurismas, permitiendo identificar precisamente el vaso donante y el cuello de la lesión, así como la posibilidad de actos terapéuticos en el mismo acto (4,5). Aunque un pseudoaneurisma se puede trombosar espontáneamente se desaconseja la actitud expectante ya que la ruptura del pseudoaneurisma puede comprometer la vida del paciente. La embolización es el tratamiento de elección, con una eficacia del 75-100% (4,5). La cirugía con resección del pseudoaneurisma se realiza en aquellos casos en los que no es posible la embolización.