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NEURALGIA DEL TRIGÉMINO, OTROS DOLORES FACIALES Y DOLOR CERVICAL NEURALGIA DEL TRIGÉMINO El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define una neuralgia como un dolor continuo a lo largo de un nervio y de sus ramificaciones, por lo común sin fenómenos inflamatorios. La Neuralgia del trigémino es un síndrome caracterizado por crisis repetidas de dolor facial, unilateral y recurrente que tienen características de “descarga eléctrica”, en ocasiones lancinante o punzante de gran intensidad y duración breve (generalmente segundos) que se localizan en el territorio de distribución de una o más ramas del nervio trigémino. Las crisis por lo general ocurren de forma espontánea aunque en muchos casos pueden ser precipitadas por estímulos triviales como lavarse o afeitarse la cara, fumar, hablar, comer, cepillarse los dientes… Estos se denominan estímulos gatillos o zonas gatillo. ANATOMIA El nervio trigémino también es conocido como quinto par craneal o V par craneal. El nervio recibe este nombre por su división en tres ramas principales, la oftálmica, la maxilar y la mandibular. Se trata de un nervio mixto, con funciones motoras encargadas de la masticación y raíces sensitivas que se encargan de la sensibilidad de la cara y parte del cuero cabelludo. El nervio se origina en el tronco del encéfalo, a nivel del puente. Las tres principales ramas son: - El nervio oftálmico o V1, que sale del cráneo por la fisura orbitaria superior y discurre por el techo de la órbita donde da sus ramas. El nervio maxilar o V2, que atraviesa el agujero redondo para pasar a la fosa pterigopalatina, en la que se divide. El nervio mandibular o V3, que atraviesa el agujero oval para llegar a la fosa infratemporal y dividirse. El nervio oftálmico conduce información sensitiva del cuero cabelludo y frente, párpado superior, la córnea, la nariz, la mucosa nasal, los senos frontales y partes de las meninges. El nervio maxilar: conduce información sensitiva sobre el párpado inferior y la mejilla, dorso y punta de la nariz, el labio superior, los dientes superiores, la mucosa nasal, el paladar y el techo de la faringe, los senos maxilar, etmoidal y esfenoidal. El nervio mandibular: conduce información sensitiva del labio inferior, dientes inferiores, alas de la nariz, barbilla, de dolor y temperatura de la boca. Además es el encargado de parte de la musculatura masticadora. EPIDEMIOLOGÍA Los estudios realizados en diferentes países han mostrado incidencias variables, aunque es una afección relativamente rara, con una incidencia entre 4,6-13/100.000 habitantes. La neuralgia del trigémino afecta con mayor frecuencia a mujeres, y con una incidencia que aumenta con la edad, siendo baja en menores de 40 años y máxima a partir de los 60 años. ETIOLOGÍA Los diversos estudios realizados han demostrado que en la mayoría de los casos la neuralgia del trigémino se debe a la compresión de la raíz del nervio por un acodamiento vascular, aunque en muchos casos esto no es demostrable. La forma clásica es la más frecuente, e incluye tanto los casos idiopáticos en los que no se encuentra ninguna causa, como aquellos en los que se ha podido demostrar una compresión vascular. El segundo grupo lo constituyen las neuralgias del trigémino secundarias o sintomáticas, que se relacionan con la existencia de una lesión estructural diferente de la compresión vascular. Aquí los orígenes son múltiples aunque sólo suponen entre un 5 y un 7% de todas las neuralgias del trigémino. Entre las causas descritas, aunque de baja prevalencia, pero que pueden condicionar el desencadenamiento del cuadro se encuentran neurinomas, meningiomas, malformaciones arteriovenosas, tumores y lesiones del tronco cerebral. Una causa posible, sobretodo en menores de 50 años es la esclerosis múltiple, aunque la neuralgia no suele ser el síntoma inicial y en muchos casos puede llegar a ser bilateral. Los pacientes con esclerosis múltiple tienen una incidencia de neuralgia del trigémino más elevada que la población general situándose en torno al 1-5%. Las principales causas de Neuralgia del trigémino se resumen en la siguiente tabla. Tabla 1: Etiología de la neuralgia del trigémino Idiopática (clásica) Secundaria (sintomática) Lesiones compresivas - Vascular: malformación arterio-venosa, trombosis, vasos anómalos… - Tumores: tumor de fosa posterior (meningiomas, neurinomas…) - Quiste epidermoide Lesiones isquémicas: infartos del tronco del encéfalo Esclerosis múltiple Infecciones: aracnoiditis, postherpética… Amiloidosis Traumatismo craneoencefálico Alcohol Diabetes Siringobulbia Colagenopatías Iatrogénica (postlesión con aguja dental, postextracción...) Clínica La neuralgia del trigémino se define por episodios paroxísticos, estereotipados y habitualmente intensos de dolor en el territorio de una o más ramas del nervio trigémino. El dolor tiende a producirse en paroxismos y es de máxima intensidad desde el inicio. En algunos casos pueden observarse hasta espasmos de los músculos faciales. El dolor se describe como descarga eléctrica o calambre y tiene una duración de entre unos segundos y varios minutos. Es común que tras la crisis exista un periodo refractario de varios minutos durante los cuales no se desencadenan nuevos episodios. Se trata de un dolor típicamente unilateral, aunque en algunas ocasiones puede ser bilateral, los territorios más afectados son la segunda y la tercera rama del nervio (V2 y V3). Las zonas gatillo pueden estar presentes y de forma más habitual se sitúan cerca de la línea media. Roces ligeros en esas zonas pueden desencadenar un ataque, lo que lleva a las personas que lo padecen a intentar protegerlas. Estas zonas gatillo en ocasiones se desencadenan al tocar o con maniobras como masticar, hablar, juntar los dientes, el aire frío… Muchas veces los pacientes desarrollan maniobras de evitación que pueden llegar a interferir con la alimentación. El curso puede ser muy variado, las crisis pueden durar semanas o incluso meses y continuarse de un largo periodo sin episodios. La tendencia natural es a la remisión espontánea, aunque la recurrencia es común, y el paciente presenta diferentes épocas en cuanto a recurrencia e intensidad del dolor. Diagnóstico El diagnóstico de la neuralgia del trigémino es clínico y se basa en la descripción del dolor por parte del paciente. El diagnóstico de la neuralgia del trigémino se basa por tanto en las características clínicas, es necesaria una buena historia clínica y una correcta exploración. Tras la confirmación del diagnóstico se buscaran las causas de la misma mediante las pruebas complementarias. Entre ellas las más utilizadas son la neuroimagen y el estudio de los reflejos trigeminales. La clasificación Internacional de Cefaleas en su tercera edición (ICHD-3) ha definido los siguientes criterios diagnósticos: CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LA NEURALGIA DEL TRIGÉMINO A. Al menos tres ataques de dolor unilateral que cumplen los criterios B y C. B. Ocurren en una o más divisiones de nervio trigémino, sin irradiación más allá del territorio del mismo. C. El dolor tiene al menos tres de las siguientes características: - Ataques recurrentes de dolor con una duración entre segundos y dos minutos. - Intensidad severa. - Dolor punzante, agudo con características de descarga eléctrica, disparo o puñalada. - Al menos tres ataques desencadenados por estímulos inocuos en el lado afecto. D. No evidencia clínica de déficit neurológico. E. No atribuible a otra causa. Pruebas complementarias: Pueden no ser necesarias aunque se recomiendan en los casos dudosos o con características atípicas o cuando se sospecha un origen secundario. Las principales pruebas complementarias son: A. Neuroimagen: Los estudios de neuroimagen mediante TC craneal o RMN pueden ser útiles para detectar el pequeño grupo de pacientes con una lesión estructural (tumores, lesiones desmielinizantes…) como causa del dolor neuralgiforme. En algunos casos el estudio mediante angio-RMN puede identificar la compresión vascular como la causante del cuadro, pero la utilidad real de estas pruebas para el diagnóstico no se ha demostrado. B. Test neurofisiológicos: Entre ellos destaca el blink reflex (reflejo de parpadeo) que se obtiene tras estimular los músculos orbiculares de los ojos tras estimular el nervio supraorbitario (primera rama del trigémino o V1) y el reflejo maseterino inhibidor (tras estímulos de nervios de la segunda y tercera rama del trigémino, V2 y V3). Aunque su realización no se considera útil para distinguir entre la forma clásica y las secundarias. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL En el diagnóstico diferencial de la neuralgia del trigémino se incluyen los cuadros de dolor con características trigémino-autonómicas como el SUNCT y otras neuralgias faciales que se comentarán más adelante. TRATAMIENTO El tratamiento inicial en la mayoría de los casos es farmacológico, aunque para casos refractarios al tratamiento existen alternativas como la termocoagulacion del nervio o la cirugía. Durante años el tratamiento de elección ha sido la carbamazepina, ya que es el mejor estudiado y el que ha demostrado su eficacia en los ensayos clínicos. Este fármaco, de la familia de los antiepilépticos se usa a dosis variables que oscilan entre 400 y 1200 mg/día generalmente y su eficacia está cifrada en torno al 70%. El empleo de la carbamazepina se ve limitado por la alta incidencia de efectos secundarios, sobre todo en los pacientes de más edad. La forma habitual de prevenirlos es iniciando el tratamiento con dosis bajas con incrementos lentos graduales hasta el control de los síntomas. Entre los efectos adversos de la carbamazepina destacan: visión borrosa, mareo, náuseas y vómitos. Otros efectos como la leucopenia (descenso del número de glóbulos blancos) o la anemia aplásica son poco comunes. Una alternativa es la oxcarbamazepina que es mejor tolerada en general., aunque los efectos secundarios pueden ser similares, estos presentan una frecuencia mucho más reducida. Existen otros fármacos que han mostrado su eficacia, como el baclofeno, la lamotrigina, el pimozide y la tizanimida. Además como tratamientos alternativos puede considerarse la fenitoina, la gabapentina, el clonazepam, topiramato… Si la monoterapia falla, o si los efectos adversos restringen el aumento de la dosis, se pueden usar dos o más fármacos en combinación. Los casos refractarios a la medicación pueden tratarse con tratamiento quirúrgico. Básicamente existen dos tipos de intervenciones, la descompresión microvascular y los procedimientos ablativos, entre los que se incluyen la rizotomia por radiofrecuencia, la radiocirugía y el bloqueo nervioso. La descompresión microvascular, es la técnica dirigida a la causa concreta de la neuralgia cuando esta se ha demostrado, pero requiere anestesia general y craniectomía suboccipital por lo que se reserva para casos refractarios. En general muestra una eficacia elevada aunque las recurrencias son posibles. Con la ablación se intenta interrumpir la transmisión de impulsos nerviosos con técnicas lesivas o destructivas aplicadas sobre el ganglio de Gasser o la raíz del nervio. Existen diferentes intervenciones en función de la técnica utilizada, así por ejemplo puede lesionarse el nervio mediante la aplicación de calor (termoablación por radiofrecuencia), por fuerzas mecánicas (compresión con balón) o agentes químicos (rizólisis con glicerol). También de una forma no invasiva se puede practicar radiocirugía estereotáxica mediante haces de radiación gamma. Estos procedimientos son eficaces en la mayoría de los pacientes, que experimentan un alivio casi inmediato, pero pueden presentar complicaciones de las cuales la más frecuente es la perdida de sensibilidad en la cara y corneal, con riesgo de cierto componente de debilidad masticatoria. Con el tiempo no es infrecuente que existan recurrencias del dolor. NEURALGIA DEL GLOSOFARINGEO La neuralgia del glosofaríngeo se caracteriza por paroxismos de dolor lancinante, intenso y de breve duración, en la distribución de las ramas auriculares y faríngeas del glosofaríngeo (IX par craneal) y del nervio vago (X par craneal). La incidencia de este tipo e neuralgia es muy baja, en torno a 0,8/100.000 habitantes y se ve incrementada con la edad, siendo al igual que la neuralgia del trigémino más frecuente en las mujeres. De la misma forma que en la neuralgia del trigémino distinguimos una forma clásica (de causa desconocida o por compresión vascular) y una forma sintomática (secundaria a lesiones, infecciones, traumatismos, esclerosis múltiple o anomalías estructurales). Las crisis de dolor son similares a las del trigémino pero se diferencian en la localización, se distinguen formas faríngeas con dolor en la parte posterior de la lengua, la fosa amigdalar y la faringe y las formas otálgicas con dolor en el oído y el ángulo de la mandíbula. También pueden encontrarse zonas gatillo en la faringe, conducto auditivo externo y pabellón auricular que desencadenan el dolor con acciones como deglutir, bostezar, toser o hablar. Hasta el 10% de los pacientes asocian síncopes mediados por el nervio vago. El diagnóstico es clínico y se utilizan los mismos fármacos para el tratamiento que en la neuralgia del trigémino. DOLOR FACIAL PERSISTENTE La expresión “dolor facial idiopático persistente” engloba los casos en los que existe un dolor mantenido en la cara, sin causa aparente, y que no adopta las características de la neuralgia. Anteriormente se usaba el término de algia facial atípica o dolor facial atípico. Se trata de un cuadro más frecuente en mujeres, sobretodo en la cuarta y quita década de la vida. El dolor es diario y continuo aunque fluctuante. Se describe como un dolor sordo y mal localizado, que en un inicio puede limitarse al surco nasolabial o al mentón en uno o los dos lados de la cara. A diferencia de otros tipos de dolor, no se asocia a alteraciones sensitivas y las pruebas complementarias son completamente normales. En ocasiones se ha sospechado un origen psicógeno y los pacientes suelen asociar ansiedad o depresión de forma frecuente, en numerosos casos el dolor se inicia tras una intervención odontológica o de otro tipo, o después de un traumatismo facial. La carbamazepina no suele ser efectiva pero tiende a responder a algunos antidepresivos. DOLOR CERVICAL Las cefaleas de origen cervical son una fuente de debate. La columna cervical es muy rica en terminaciones nerviosas que pueden dar lugar a dolores recurrentes o ser asiento de alteraciones diversas entre las que se incluyen: - Lesiones malformativas: p.e. alteración de la charnela occipito-vertebral. Procesos inflamatorios: artritis reumatoide o espondilitis. Traumatismos: latigazo cervical. Procesos degenerativos: artrosis. La mayoría de cefaleas cervicales son consecuencia de una cefalea de características tensionales subyacente con irradiación cervical. Entre los posibles síntomas asociados más típicos de las cefaleas cervicales se encuentran los mareos, los acufenos, la sensación e inestabilidad e inseguridad. En muy pocos casos las pruebas complementarias demostraran alteraciones que justifiquen la sintomatología. El tratamiento es el del cuadro subyacente.