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Esofagitis Eosinofílica: Estado Actual Eosinophilic Esophagitis: Current Status Resumen La esofagitis eosinofílica (EE) es una infiltración por eosinófilos del esófago presumiblemente de origen alérgico, que se presenta en niños y adultos. En adultos es más frecuente en hombres de edad media y su característica clínica principal en esta población es la presencia de disfagia. Esta enfermedad ha tenido gran desarrollo en los últimos 10 años con mejor entendimiento de su fisiopatología y con estudios crecientes que buscan evaluar diferentes alternativas de tratamiento. Realizamos entonces una revisión de la literatura describiendo la epidemiología, manifestaciones clínicas, fisiopatología, diagnóstico, diagnóstico diferencial y opciones terapéuticas de esta enfermedad. Palabras clave: Esofagitis eosinofílica, eosinófilia, enteropatía eosinofílica Abstract Eosinophilic esophagitis (EE) is an infiltration by eosinophils esophagus presumably allergic origin, presented in children and adults. In adults is more common in middle-aged men and their main clinical feature in this population is the presence of dysphagia. This disease has had great development in the last 10 years with better understanding of its pathophysiology and increasing studies that seek to evaluate different treatment alternatives. We then review the literature describing the epidemiology, clinical manifestations, pathophysiology, diagnosis, differential diagnosis and therapeutic options for this disease. Key words: eosinophilic esophagitis, eosinophilia, eosinophilic enteropathy Introducción La esofagitis eosinofílica (EE) es una infiltración por eosinófilos del esófago, presumiblemente de origen alérgico, que se presenta en niños y adultos, siendo en estos últimos más frecuente en hombres de edad media1, 2. Esta entidad se ha descrito sola o en el contexto de un compromiso gastrointestinal más amplio, que incluye estómago e intestino delgado, que se conoce como gastroenteritis eosinofílica (GE) 3. La EE ha cobrado gran interés en la última década; pues al realizar una búsqueda en pubmed con el término “eosinophilic esophagitis”, se encuentran más de 700 referencias de las cuales solo 37 son previas al año 2000. Epidemiología Aunque la epidemiología de la EE no es clara, se han reportado casos en países como Chile, Suecia, Bélgica, Grecia, Francia, España, Portugal, Alemania, Suiza, Japón, Corea, China, Inglaterra, Italia, Holanda, Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos4. Los primeros casos se describieron entre 1960 y 19705-7 y un aumento en la incidencia y prevalencia se ha presentado en los últimos años, en parte por mayor sospecha clínica, y por otro lado dada su naturaleza crónica, el aumento en la incidencia conlleva a un aumento de la prevalencia8. Otra razón a considerar, es que los pacientes que padecían esta enfermedad, muy posiblemente se diagnosticaban como Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), pues se ha encontrado que muchos de ellos no mejoraban con el tratamiento antisecretor, o no tenían evidencia objetiva de reflujo en la pH Metría3. Estudios poblacionales han encontrado aumento en la incidencia de esta enfermedad, como en Olmsted, Minnesota, donde era 0,35 por 100.000 personas entre 1991 y 1995, y pasó a 9,45 por 100.000 personas entre 2001 y 2005, con una prevalencia estimada en 55 por 100000 personas en el año 20069. En cuanto al género, se ha encontrado sin ninguna explicación, que los hombres son los más afectados, con una relación hombre – mujer de 3 a 19, en edades entre los 20 y 50 años, con una edad media de 34 años 11, aunque el diagnóstico es mayor en niños que en adultos3, 12. La EE es más frecuente en caucásicos que en asiáticos y muy raro en personas de raza negra3, con un tiempo medio entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico de la enfermedad de 54 meses (rango de 0 a 180 meses) 11. Por otro lado, un antecedente familiar de atopia, se encuentra hasta en 74% de los pacientes 12, y 10% de los pacientes tienen un familiar con antecedente de estenosis esofágica, y aproximadamente un 8% de estos parientes tienen EE demostrada por biopsia13. Algunos reportes han considerado variaciones estacionales de la enfermedad, lo cual apoya la asociación con los aero-alergenos en la patogenia de la enfermedad9, 14, 15. También se ha descrito asociación con enfermedad celiaca y mejoría con dieta libre de gluten16. Manifestaciones clínicas Los pacientes adultos usualmente inician síntomas luego de los 13 años12 y se presentan con disfagia, que puede o no ser acompañada por anormalidades morfológicas del esófago17-19, pueden presentar además impactación de la comida e incluso se han reportado perforaciones espontáneas (Síndrome de Boerhaave) 20 , que puede deberse en parte a dismotilidad esofágica, lo cual indicaría compromiso de las capas musculares esofágicas21 23 . Estos síntomas son diferentes a los de la población pediátrica donde se presenta rechazo a la comida, vómito y dolor abdominal. Se ha descrito también eosinofilia periférica e historia de alergia24-26. Entre los hallazgos endoscópicos se encuentran anillos esofágicos, surcos lineales, ulceración, ondulación, pliegues mucosos transversales (“esófago felino”), múltiples pápulas de color blanquecino o exudado granular, que puede ser confundido con cándida y que se deben a la presencia de abscesos eosinofílicos, y menos frecuente se observa la aparición de pólipos11, 27 - 31. La densidad del infiltrado eosinofílico no se correlaciona con la severidad de los síntomas32. Un estudio reciente, muestra como la EE es frecuente en pacientes con disfagia no obstructiva, donde se encontró en 100 pacientes con éste tipo de disfagia, un diagnóstico de EE en el 22% de los casos, por lo que los autores proponen la práctica de biopsias esofágicas de forma rutinaria en toda disfagia en éste grupo de pacientes 33. Fisiopatología Como se ha mencionado, la asociación con alergias es común, sugiriendo que el reclutamiento de eosinófilos puede ser respuesta a antígenos ambientales en individuos predispuestos genéticamente (HLA-DR, locus de susceptibilidad genética en el cromosoma 5q22, gen de la linfopoyetina estromal tímica) 34, 35. Se ha encontrado también niveles altos de IgE en tejido de pacientes con EE, pero no es claro su papel en la patogenia36. Desde el punto de vista inmune, se ha encontrado aumento en la producción de citoquinas de inmunidad celular tipo Th2, con producción de IL-13, IL-5 e IL-1513, 37, lo que se apoya en modelos murinos que muestran que el déficit de IL-13 lleva a disminución de la EE inducida experimentalmente, y en el mismo modelo animal, se ha encontrado que la sobreexpresión de IL-5 farmacológica o en ratones transgénicos, induce la aparición de EE, mientras que su neutralización bloquea la expresión de la enfermedad13. La IL-15 se encuentra aumentada 6 veces en tejidos y 2 veces en suero de pacientes con EE, activando células T para producir citoquinas que estimulan los eosinófilos37. En el esófago normal no hay eosinófilos y su presencia es regulada por el péptido eotaxina 3, que tiene un papel central en el reclutamiento y activación de eosinófilos mediado por antígenos38, 39. Otras sustancias implicadas incluyen la periostina inducida por la IL-13 y sobre-expresada en la EE, y la filagrina, proteína de barrera estructural de la piel, que es regulado a la baja por la misma IL-13 y disminuida por tanto en la EE. La periostina regula la adhesión de los eosinófilos y promueve el reclutamiento eosinofílico inducido por la eotaxina 3, mientras que la filagrina al perder su función, se asocia con aumento de la permeabilidad y susceptibilidad a los alérgenos13, 40 (Figura 1 y 2). Figura 1. Patogénesis de la EE. Modificado de referencia 13. Se ha encontrado también aumento en la expresión del factor de crecimiento de fibroblastos 9 (FGF-9) en la capa subepitelial del esófago en niños con EE, sugiriendo que juega papel en la respuesta fibrogénica41, promovida también por el factor de crecimiento transformante β (TFG-β) 13. Una vez los eosinófilos se encuentran en el tejido, persisten en el mismo por la liberación de quimioatrayentes como IL-3, IL-5 y factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF) (Figura 1) 42 . La eosinofilia causa entonces inflamación local por liberación de productos de sus gránulos como la proteína básica mayor (MBP), la cual es una proteína catiónica citotóxica, la neurotoxina derivada de eosinófilos (EDN), la proteína catiónica eosinofílica (ECP) y la peroxidasa derivada de eosinófilos (EPO) 13 . La respuesta inflamatoria en curso puede ser responsable del desarrollo de disfagia, lo cual es apoyado por un estudio que sugiere que la presencia de eosinófilos intraepiteliales en el esófago, se asocia con disfagia independiente del calibre del lumen del esófago o la presencia de un estrechamiento mecánico42 (Figura 2). Figura 2. Activación y respuesta inflamatoria mediada por eosinófilos. Modificado de referencia 13 Diagnóstico La EE debería considerarse siempre en el paciente con disfagia, con o sin alteraciones morfológicas del esófago, especialmente en niños u hombres jóvenes que tengan historia de alergias a las comidas, ambientales y/o asma o atopia33. No hay marcadores serológicos específicos de EE, pero se puede encontrar niveles de IgE elevados y eosinofilia periférica, aunque ésta última no está en todos los pacientes y si se presenta, en general es leve3, 44. En los últimos años se ha establecido un consenso para el diagnóstico de EE, que incluye hallazgos clínicos característicos (disfagia o impactación de la comida en adultos, e intolerancia a la comida en niños), y la presencia de 15 o más eosinófilos por campo de alto poder (CAP), en al menos una muestra de biopsia, luego de la supresión ácida con un inhibidor de bomba de protones (IBP) por 1 a 2 meses45, además se deben tener biopsias de estómago y duodeno normales para descartar GE; si el paciente tiene estudio de pH normal, no requiere la supresión ácida como criterio diagnóstico45. Sin embargo un estudio reportó que conteos de eosinófilos menor de 15 por CAP, pueden tener síntomas, hallazgos endoscópicos y respuesta al tratamiento similar a aquellos con más de 15 eosinófilos por CAP, además en el seguimiento a 42 semanas, se demostró que el 36% de ellos cumplió criterios de EE46. Otros hallazgos histológicos que apoyan el diagnóstico incluyen la presencia de microabscesos eosinofílicos, eosinófilos en capas superficiales, hiperplasia de la capa basal, alargamiento papilar, eosinófilos degranulados, compromiso del esófago proximal, fibrosis e inflamación subepitelial y de la lamina propia47. La obtención de varios especímenes de biopsia mejora la sensibilidad hasta el 100% con 5 biopsias, mientras que fue 55% con solo una48; por tanto, se recomienda tomar al menos 3 biopsias de diferentes segmentos esofágicos, además de tomar biopsias de la mucosa de apariencia anormal3, 47. Estudios con inmunohistoquímica, sugieren que el número de eosinófilos y su degranulación es subestimado con coloraciones rutinarias, sin embargo no es claro si esto tenga relevancia diagnóstica49. Diagnóstico diferencial Incluye varias condiciones que causan eosinofilia y alteraciones morfológicas esofágicas (Tabla 1)50, aunque se debe tener en cuenta que algunos pacientes pueden tener hallazgos endoscópicos sin encontrar eosinofilia tisular, por infiltración en capas más profundas del esófago, que no quedan adecuadamente representadas en las muestras de biopsia estándar. Tabla 1. Diagnóstico diferencial de EE Reflujo gastroesofágico Alergia alimentaria Gastroenteritis eosinofílica Candidiasis esofágica Enfermedad celiaca Enfermedad inflamatoria intestinal Infección parasitaria Alergia a medicamentos Enteropatía autoinmune Esofagitis viral (herpes, citomegalovirus) Síndrome de Churg Strauss Síndrome hipereosinofílico Dentro de los diagnósticos diferenciales, la distinción de la EE de la ERGE es de particular importancia, para lo cual se pueden tener en cuenta algunos puntos clave: 1. En la ERGE el infiltrado de eosinófilos y los síntomas suelen mejorar con el tratamiento de supresión ácida45, 51, lo que no ocurre en la EE. 2. La EE suele ser de hombres jóvenes con disfagia, en la gran mayoría con antecedente de alergias o atopia, y con anormalidades esofágicas en la endoscopia digestiva superior y menos probable la presencia de hernia hiatal que apoya más el diagnóstico de ERGE52, 53. 3. A mayor número de eosinófilos en el tejido se sugiere una causa no ácida, especialmente si el infiltrado es en esófago proximal3, 47 y se encuentra en varias biopsias tomadas a diferentes niveles51. 4. La presencia de otros hallazgos histológicos como compromiso subepitelial y fibrosis de la lámina propia, hiperplasia y presencia de abscesos eosinofílicos favorece el diagnóstico de EE47. 5. Medición de niveles de eotaxina 3 en las muestras de biopsia, por inmunohistoquímica o reacción en cadena de la polimerasa, se ha sugerido como un parámetro útil en diferenciar la EE de la ERGE54, 55. Tratamiento No hay clara evidencia para el tratamiento de la EE y hasta ahora se ha basado en experiencia clínica, series de casos y pequeños estudios, 13, 56 de otro lado, no es claro si el alivio sintomático es suficiente o si es necesaria la resolución del infiltrado eosinofílico. Supresión ácida: La terapia con IBP suele ser ineficaz o lograr solo respuesta parcial3, 45, sin embargo, la EE y ERGE pueden mimetizarse o coexistir57; además, en el diagnóstico se incluye demostrar eosinofilia luego del tratamiento con IBP (o estudio de pH normal) 45 , por lo que la supresión ácida es una opción de tratamiento. La terapia con IBP también puede ser útil en la EE, pues el esófago inflamado estaría con riesgo de daño tisular aún con exposición fisiológica al ácido58 y un subgrupo de pacientes pueden tener ERGE coexistente57. Terapia dietaria: Los hallazgos de reacciones alérgicas dentro de la fisiopatología de la EE, soportan como una medida racional la eliminación de ciertos alimentos de la dieta como parte del tratamiento, aunque su efectividad a largo plazo no es clara59 - 61. Con ello se trata de evitar el tratamiento farmacológico, sin embargo, esta terapia tiene riesgos potenciales debido al uso de dietas elementales ricas en aminoácidos pero bajas en otros nutrientes, con riesgo de desnutrición, además son difíciles de seguir por los pacientes, más aún cuando requieren sonda nasogástrica2, lo que implica además riesgo de aversión a la comida20. Estas dietas han sido evaluadas principalmente en niños, donde la serie más grande de 146 niños con restricción dietaria con pruebas alérgicas cutáneas, mostraron resolución de la EE en el 77% de pacientes, siendo los huevos, leche y soya los principales alérgenos identificados61. En cuanto a dietas elementales, una serie de 51 niños y adolescentes62, que fueron tratados con una dieta elemental de aminoácidos libres de jarabe de maíz y triglicéridos de cadena mediana, administrados por vía oral en 3 pacientes o por sonda nasogástrica en los 48 pacientes restantes, y que además podían consumir agua y una fruta (uva o manzana) o el jugo puro de estas y quienes tenían IBP concomitante; presentaron mejoría significativa en 49 de los 51 pacientes, tanto clínica como histológicamente al mes de tratamiento, pero no hay resultados a largo plazo, aunque se les iba reintroduciendo alimentos cada 5 a 7 días según la evolución clínica. En otro estudio de 60 niños, que se trataron con dieta elemental o de eliminación de 6 comidas asociadas con alergia (proteína de leche de vaca, soya, trigo, huevos, maní y comida de mar) 63, se encontraron resultados satisfactorios en ambos grupos, aunque con más aceptación y menor costo en la dieta de eliminación de 6 alimentos. Esta misma dieta se evaluó en un estudio de 23 adultos, donde el 94% presentó respuesta sintomática y el 78% histológica64 y en 6 pacientes al reintroducir la comida se encontró un posible alimento que explicaba la EE, siendo el más común la leche y el trigo en 50% de los casos. Esteroides sistémicos: En general mejoran tanto los síntomas como los hallazgos histológicos al disminuir el infiltrado eosinofílico en el tejido; sin embargo, una vez son suspendidos, la mayoría de pacientes presentan reaparición del cuadro, por lo que su papel a largo plazo no es claro2, 3. Esteroides tópicos: Algunos estudios han demostrado utilidad de este tipo de tratamiento. Una serie de 21 pacientes adultos recibió fluticasona 220 µg (1 puff) 2 veces al día sin uso de cámara espaciadora65, con la idea de tragar el aerosol y enjuagar su boca con agua. Todos los pacientes tuvieron mejoría de la disfagia en pocos días de iniciado el tratamiento, que permaneció un mínimo de cuatro meses. Tres pacientes tuvieron recidiva requiriendo tratamiento adicional, aunque no se evaluó el resultado histológico. Su ventaja en el estudio al compararlo con el esteroide sistémico es que el único efecto adverso observado fue la boca seca. Otro estudio, pero en este caso en niños (36 pacientes), administró fluticasona deglutida (440 µg 2 veces al día) o placebo por 3 meses, presentando remisión histológica más frecuente en el grupo de fluticasona (50% vs 9%, p=0.047)66 La seguridad a largo plazo no está bien establecida, pero se ha descrito candidiasis esofágica67 y esofagitis por herpes68, además las dosis de fluticasona mayores a 440 µg al día pueden tener efectos sistémicos como cataratas y supresión adrenal69, 70. Se ha usado también budesonida tópica con respuesta adecuada, así en un reporte de casos de 2 niños que fallaron a tratamiento con fluticasona71 y un reporte posterior del mismo grupo, pero en este caso con 20 niños, presentaron mejoría histológica en el 80% de los casos72, donde la dosis en menores de 1 año fue de 1 mg día y en los mayores de 1 año de 2 mg día. En ambos reportes se uso un preparado de budenosina mezclado con sucralosa para convertirlo en una suspensión. Un estudio adicional con 24 niños asignados a budesonida o placebo, encontró mejoría del 87% en el grupo de budesonida, mientras que en el grupo placebo ninguno respondió clínica o histológicamente73. Otro estudio en adolescentes y adultos (36 pacientes) administró budesonida 1 mg 2 veces al día o placebo por 15 días, y luego de completar el tratamiento se encontró respuesta clínica e histológica en el grupo de budenosina74. La eficacia a largo tiempo se ha evaluado en 2 estudios; en el primero se tuvo un seguimiento medio de 3 años75, donde el 91% de 32 pacientes presentaron recurrencia de los síntomas a los 8,8 meses en promedio después de suspender el esteroide. Un segundo estudio publicado recientemente, evaluando la eficacia a 50 semanas de seguimiento, donde 28 pacientes recibieron budenosida a dosis bajas de 0,25 mg 2 veces al día o placebo, encontró remisión clínica completa en el 35,7% de pacientes y parcial en el 14,3% del grupo de budesonida, mientras en el grupo placebo ninguno logró remisión, además no se presentaron efectos adversos importantes76. Esteroide sistémico vs tópico: Un estudio en niños comparó estos 2 tipos de tratamiento77; 80 pacientes se asignaron a prednisona (dosis de 1 mg/kg/dosis 2 veces al día, máximo 30 mg) o fluticasona deglutida (dosis de 2 puff 4 veces al día de 110 µg por puff en los de 1- 10 años y 220 µg por puff para los mayores de 11 años). Los resultados mostraron mejoría de síntomas en casi todos los pacientes en un promedio de 4 semanas, con mejoría histológica en ambos grupos, aunque siendo más importante en el grupo de prednisona; sin embargo, una vez suspendido el tratamiento, a las 24 semanas, se encontró una tasa de recaída del 45% de los pacientes en ambos grupos. Al evaluar la seguridad de los tratamientos, se encontró que el 40% del grupo de prednisona presentó efectos adversos, mientras que en el grupo de fluticasona un 15% presentaron candidiasis esofágica. Por tanto, si bien la prednisona parece ser mejor para corregir el infiltrado histológico, su menor seguridad y poca efectividad a largo plazo de ambos tipos de terapia, favorecen el uso en primera instancia de la fluticasona deglutida. Análogos de purina: La azatioprina y 6-mercaptopurina mostraron mejoría de síntomas e histológica en 3 adultos que tenían una EE dependiente de esteroides78, pero faltan más datos que permitan recomendar este tipo de tratamiento. Antialérgicos: Hay reportes de tratamiento con cromoglicato de sodio y antihistamínicos2, 3 con poca respuesta, también el antileucotrieno montelukast se usó en un paciente con GE con compromiso esofágico79, presentando disminución de la eosinofilia periférica pero sin mejoría clínica e histológica. Se ha reportado mejoría sintomática con dosis muy altas (100 mg día) sin respuesta histológica, y con reaparición de los síntomas al suspenderlo2. Una serie de 8 pacientes tratados con montelukast (4 a 10 mg día), encontró respuesta clínica completa en 1 paciente y parcial en 2 pacientes, sin efectos adversos en el seguimiento a 32 meses, pero no evaluaron la respuesta histológica80. Terapia biológica El mepolizumab es un anticuerpo monoclonal contra la IL-5, la cual como ya se explicó juega un papel central en la enfermedad, al encargarse del reclutamiento de los eosinófilos; sin embargo hasta el momento son muy pocos los pacientes tratados con este medicamento. Un reporte de 4 pacientes adultos encontró mejoría clínica, histológica y disminución en la eosinofilia periférica81. Un estudio adicional controlado con placebo de 11 pacientes adultos, mostró reducción de la eosinofilia tisular, pero sin mejor respuesta al aumentar la dosis; tenían además disminución en niveles de TGF-β, aunque con poca mejoría clínica82. Por otro lado el omalizumab, que es un anti-IgE, se ha evaluado mostrando disminución de la eosinofilia periférica pero sin disminuir la eosinofilia tisular3. Se ha usado también el anti-TNF infliximab en un grupo de 3 adultos sin mejorar los síntomas o la eosinofilia83. Dilatación esofágica: Puede mejorar la disfagia pero no la inflamación84, 85, además se asocia a complicaciones que pueden poner en riesgo la vida del paciente. En un estudio con 161 pacientes con EE (293 dilataciones), encontraron desgarros profundos de la mucosa en el 9,2%, sangrado mayor en 0,3% y perforación esofágica en el 1%. Los factores de riesgo de complicaciones incluían, la presencia de una luz estrecha en el tercio superior y medio del esófago en comparación al tercio inferior, la estenosis luminal que no podía ser atravesada por el endoscopio estándar y el uso de dilatadores Savary86. Se recomienda esta terapia solo en pacientes con estenosis sin respuesta al tratamiento médico3. En la tabla 2 se resumen las opciones de tratamiento farmacológico87 y en la figura 3 se presenta un algoritmo de tratamiento. Tabla 2. Tratamiento farmacológico de la EE Medicamento Recomendación IBP Puede usarse como terapia complementaria Esteroides tópicos Tratamiento de primera línea Esteroides sistémicos Solo en enfermedad grave, refractaria o urgente Estabilizadores de mastocitos No mejoría clínica ni histológica Antileucotrienos Mejoría clínica?, no mejoría histológica Azatioprina Mejoría clínica, se necesitan más estudios Mepolizumab Reduce eosinófilos pero la mejoría clínica es poca Omalizumab Reduce eosinofilia periférica pero no tisular Infliximab No mejoría clínica, ni de la eosinofilia Terapias con anti-IL-13, anticuerpos anti-eotaxina Terapias futuras 3 o anti FGF-9 podrían valorarse en el futuro Figura 3. Algoritmo de tratamiento de la EE. Modificado de referencia 87 Pronóstico El pronóstico de la EE no está bien establecido, los pacientes no tratados generalmente permanecen con síntomas y en los que reciben tratamiento, generalmente la sintomatología reaparece al suspenderlo2, 3. Datos en adultos reportan progresión de la enfermedad a un compromiso fibroestenótico con disfagia, sin embargo que proporción de pacientes presentan esta enfermedad progresiva no es conocido1. El seguimiento más largo corresponde a un grupo de 30 adultos con 7,2 años de seguimiento promedio88, en los cuales todos los pacientes sobrevivieron con buen estado nutricional, aunque la mayoría persistió con disfagia (29 de 30 pacientes), siendo más común en aquellos con eosinofilia periférica. La eosinofilia tisular persistió en todos los pacientes, aunque el grado de eosinofilia tiende a disminuir. No se encontró progresión a estómago o duodeno, ni tampoco se registro malignidad esofágica. REFERENCIAS 1. Attwood SE, Smyrk TC, Demeester TR, Jones JB. Esophageal eosinophilia with dysphagia. A distinct clinicopathologic syndrome. Dig Dis Sci 1993; 38:109. 2. Bohm M, Richter JE. Treatment of eosinophilic esophagitis: Overview, current limitations, and future directions. 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