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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Seccional Bajo Cauca FACULTAD DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL A: José Roberto Álvarez POR: Cesar Tulio Acuña Benítez. ¿Y donde han estado las ciencias sociales? Abrir las Ciencias Sociales de Immanuel Wallertein, es un placentero ejercicio hermenéutico para poder entender de por qué las Ciencias Sociales es una discusión incesante. Para iniciar ella nace y se postula, según Immanuel Wallertein(2007 p.4) como “la búsqueda de verdad fuera más allá de esa sabiduría recibida o deducida” lo anterior es una clara afrenta a las Ciencias Naturales, tanto a su modelo Newtoniano como al dualismo cartesiano, que quisieron dogmatizar el conocimiento por medio de la razón; el nuevo despertar supuestamente del hombre se convirtió en su peor pesadilla. Los nuevos destinos del mundo estaban en manos de los postulados científicos. Durante los siglos XVI has mediados del siglo XX, las ciencias naturales se a dueño del espacio que esta le había quitado a la teología, lo que se conoce como era “MODERNA” dicha esquematización convirtió a la ciencias naturales como la dueña de la verdad, según Immanuel Wallertein(1995) el “conocimiento cierto” así era considerada la ciencia. A medida que esto se desarrollaba nació también la institución más grande en cuanto a esquematización occidental ha nacido hasta hoy, es decir el Estado, el cual necesitaba herramientas para poder tomar las decisiones más correcta según, Immanuel Wallertein(2007 p.8)”la necesidad del estado moderno de un conocimiento más exacto sobre el cual basar sus decisiones había conducido al surgimiento de nuevas categoría de conocimiento desde el siglo XVIII”.El nuevo interés marcado de los gobernante tenía su esencia que si es cierto que tanta modernidad había generado desarrollo, también es cierto que el hombre estaba pasado por momento de tribulaciones internas, según Wallertein(2007 p.5), citando a Koyré,”Los otros atributos del dios que se había ido eran, por supuesto, los valores morales de un mundo cristiano, como amor, humildad y caridad”. Estos valores separados del hombre y la paradójica frustración que causaba la modernidad, donde el hombre no hallaba la anhelada felicidad que buscaba por medios de los postulados de la ciencias naturales, produjeron fenómenos como la revolución francesa y sus resultados ya conocidos. ¿pero dónde estaban las ciencias sociales entonces? Esta estaba en sus lucha familiar interna fruto de su ambición burocrática, buscando reconocimiento y aceptación, pero los egos de una familia tan grande, no facilitaba dicha búsqueda, la sociología de Comte buscaba ser la reina de la familia, por lo tanto pretendía ser la de mayor representatividad, la economía refugiada con el pariente rico y apuesto de la política matrimonio que luego fracaso(Economia-Politica), no quería a su lado parientes pobres, la antropología con su recorrido histórico se creía de mejor “good will” estas rivalidades debilitaron el objetivo de las nacientes ciencias sociales en dicho periodo histórico, pero también empezó a fortalecer su razón que el tiempo le otorga, es decir es exonerada por un juez familiar como lo es la “historia”. Ciertamente la historia y los hechos marcados durante el siglo XX empezaron como a unificar la familia de las ciencia de los espíritus y ganar nuevos adeptos, pero para que eso aconteciera la humanidad sufrió dos guerras mundiales y conflictos sociales en toda la esfera terrestre, ya tenía esta ciertas bases epistemológicas, logradas por sus primeros pinitos adquiridos en la universidad, uno de los elementos que revive en el Siglo XVIII y XIX; gracias al matrimonio por conveniencia entre parientes de la ciencias sociales y esta. Según Wallerstein, “la diversificación intelectual reflejada en la estructura disciplinaria de las ciencias sociales solo fue formalmente reconocida en las principales universidades, en la forma que las conocemos hoy, en el periodo comprendido entre 1850 y 1914”p15 Ya con el presupuesto teórico desarrollado en el siglo XIX, las ciencias sociales, busca reparar el error histórico de tanto debate, este disminuye en función de su estructura más no en su campo intelectual. Los efectos psicológicos que produjo la segunda guerra mundial, empezó a generar espacios de cuestionamiento acerca de los destinos de la humanidad, es que la división de Europa sectorizada entre Estados Unidos, Inglaterra y Rusia cambio el mapa mundial y además sumándole el denominado clima de tensión entre oriente y occidente la llamada “guerra fría” no auguraban un buen futuro para la humanidad. El pensar que el mundo era Europa era parte del pasado y se empezó a mirar otras partes como África y posteriormente Asia en la década de los 70. Esta vez aunque se trataba del mismo objetivo en común, la familia sigue con sus egos crecido y sus disputas interna, cada una desde su Angulo describe los acontecimientos de la humanidad, tanto la antropología, la sociología, la economía, emiten sus conceptos desde su análisis subjetivo. ¡Pero hacia donde van las ciencias sociales? Cada día trae su afán dice un refrán popular, la ciencia de los espíritu hoy busca también asociar el hombre con la naturaleza, como unas hermanas siameses que comparten órganos vitales, los nuevos desafío así lo indican, más que buscar su estructuración las ciencias sociales debe asumir su compromiso histórico. Así que hay que destatalizarse para recurrir a su núcleo como son los valores, pero esta vez desde la óptica de la independencia y la libertad de pensamiento, le toco cedularse y convertirse en unas ciencias sociales adultas. Los nuevos acontecimientos donde el hombre está prácticamente naufrago y sin bitácora a la vista hacen creer que las ciencias de los espíritus no se va equivocar dos veces. Lo anterior surge debido a que los efectos adverso del modernismo que supuestamente nos iba a traer la felicidad tiene comprometido el futuro de la humanidad; el calentamiento global es un desafío donde las ciencias de los espíritu debe intervenir y lucirse, más que quedar presa de su estructuración y fundamentación teórica, más que describir los hechos debe buscar la manera de como evitarlos, tiene los elementos necesario, su trasegar se lo han aportado, su historia, sus errores, disputas y a la vez diversidad le dan elementos envidiables para que pueda decir que la adolescente ya tiene cedula de ciudadanía. Además las herramientas que ofrece hoy el mundo tecnológico como lo es la internet, ofrece un escenario multiplicador para que las ciencias de los espíritu busque la masificación de sus postulados, en pro del bienestar del hombre, hay que recordar que si es cierto que ella se estatalizo también es verdad que su génesis es altruista y buscar el bienestar del hombre, en esencia esos son los sanos propósitos de las ciencias de los espíritu. Con todo lo anterior lo que quiero decirle a Immanuel Wallertein, es recuerde muy bien donde dejo las llaves o se las entregue a otro para “cerrar las ciencias sociales”, puesto que la discusión también tiene sus límites y que esta cuando se prolonga demasiado suele convertirse en algo estéril. Tanto fundamento teórico suele convertir a la ciencia del espíritu en una disciplina vaga que poco sintetiza, queriendo recordarle que mientras buscaba fundamentos teóricos el hombre se introdujo en un torbellino social que contrajo dos guerras mundiales y muchos conflictos bélicos en el siglo XX. RELACION ENTRE EL TRABAJO SOCIAL Y LAS CIENCIAS SOCIALES La relación existente entre la Ciencia sociales y el Trabajo social, es que la segunda es un apéndice de la primera, es imposible creer que el trabajo social no es un departamento de recursos humano de la denominada “empresa del mundo moderno”. Ambas recurren a la hermenéutica para describir los acontecimientos o conocer la realidad, bajo ningún panorama se ve la filantropía, sino por el contrario son dos disciplina que busca nutrir el juego social del Estado. El trabajo social tiene sus fundamentos esenciales en lo que le puede otorgar al estado en intervencionismo, es decir, su génesis está estrechamente vinculado con los problemas sociales que se derivan de los modelos económicos aplicados por este. Como lo dice P. Netto (1997 p.5) la “cuestión social”. Que en América latina es el escorbuto que ha dejado el modelo económico copiado de occidente, pues dicho elemento a nutrido al trabajo social de elementos que fortalecen su existencia, algo muy similar con lo que paso con las ciencias sociales antes de 1945 y porque no decirlo hasta la década de los 80. Estos elementos que son posibles gracias al juego social del estado que a la vez son los carbohidratos del trabajo social, lo hacen una profesión secuestrada por las estructuras estatales; las denominadas políticas sociales, como se conocen hoy no es más que un reencauche del asistencialismo estatal disfrazado de Pseudo bienestar, el trabajo social cumple una función importantísima en el diseño de estas. No se puede esperar más del hijo cuando ve el ejemplo de su padre, el trabajo social cumple esa función de utilidad que es Estado le brinda por lo tanto el pertenece fiel a este. ¿Acaso tendrá que pasar otro acontecimiento como los de 1945, para que el trabajo social se cuestione? ¿Acaso la hambruna mundial no es otro hongo atómico socialmente hablando? ¿Será que el trabajo social no ha visto que el asistencialismo de los estados no es más una apariencia para que la sociedad no reaccione?, pues si no lo ha hecho, es porque se hace el ciego, creo que el hijo salió peor que el padre o la madre, no veo cuestionamiento alguno ni mucho menos arrepentimiento, de una profesión que tuvo una niñez filantrópica pero que luego muto a la burocracia descarnada, sin atenuante alguno. Lo que la teoría y la profesionalización , daño al niño de buenos sentimientos. El trabajo social debe empezar su cuestionamiento, porque de lo contrario tendrá su deuda moral con las generaciones futura, ese servicio útil que le presta al estado, pero que muy poco beneficia a la sociedad, compromete el bienestar futuro de esta. Queda así planteado según mi pensar y entender una relación poco loable entre las ciencias sociales antes de los 80 y el trabajo social de hoy, con esto no quiero generar un debate estéril, sino por el contrario empezar generar reflexiones dentro de la matriz de una profesión que apenas inicio. Referencias bibliográficas NETTO, José Pablo. Capitalismo monopolista y servicio social. Sao Paulo, Cortez Roda. 1997,p.5 Wallersterin, Immanuel (2007). Abrir las ciencias sociales. Decima edición, traducción de Stella Mastrangelo. Siglo veintiuno editores: México, pp.3 a 114.