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Lectura de MISTICA, DESARROLLO Y REVOLUCIÓN de Juan Pablo Terra. “El subdesarrollo es una enfermedad de la cual se muere tanto como para bajar la esperanza de vida de 70 a 42 años” INTRODUCCION El autor de este libro, Juan Pablo Terra (1924-1991), proveniente de una familia de la elite Montevideana, fue un arquitecto y político perteneciente al Partido Demócrata Cristiano. Tuvo una destacada participación en materia de políticas de vivienda y en la fundación del Frente Amplio, partido del cuál se separó. Su apoyo al voto amarillo en la salida de la dictadura dio lugar a polémica y grandes cuestionamientos. Mística, Desarrollo y Revolución fue publicado por primera vez en 1969 en Montevideo. Publicación enmarcada por un contexto de pre-dictadura, caracterizado por : intensa represión a quienes manifestaban diferencias con el gobierno de turno , estancamiento económico con altos niveles inflacionarios, duras medidas hacia la clase trabajadora como el congelamiento de precios y salarios, guerrillas sociales ,en fin , un contexto donde el deterioro de la democracia era un hecho inminente. En palabras del autor, este no es un libro técnico sino un libro político, que pretende definir su concepción sobre las personas y sobre la mística. Mas allá de este objetivo planteado por el autor, son centraremos más en la exposición de su visión sobre la dinámica de las sociedades y el desarrollo económico y social, teniendo a la política como eje central a lo largo de todo este resumen (cosa que también sucede en el libro). Como demócrata cristiano, Terra fundamenta su posición política en la religión, pero diferencia lo que es la doctrina social de la iglesia (los ideales católicos sobre como debe funcionar la sociedad) de su doctrina política; esta ultima es entendida como un sistema de ideas de carácter permanente que guía la acción política de los hombres. En su opinión la política es una acción que incluye a una doctrina (de carácter intelectual) y a una mística (que es la motivación de la acción política, el impulso subjetivo que orienta el accionar), y a lo largo de las paginas del libro buscará analizar esa mística, aclarando que la mística que a el le interesa es la del hombre común y no la del erudito. DESARROLLO El conflicto social En las sociedades humanas siempre existe el conflicto, las pugnas y luchas entre las personas y entre los distintos grupos sociales. Estas luchas sociales pueden ser moderadas o abiertas, en ocasiones están institucionalizadas (pensemos en la fijación de precios, los consejos de salarios, las negociaciones colectivas, etc), y en ciertos casos puede estar muy institucionalizado: pensemos en las elecciones nacionales y el sistema judicial que “ordena” a la sociedad. Desde el conflicto surge el poder que mantiene en vigencia al sistema institucional, el poder que obliga a los actores de la lucha a jugar con las reglas de juego. Sin embargo, no siempre el sistema se mantiene vigente, sino que la propia lucha entre los grupos sociales puede acabar rompiendo al sistema y cambiándolo por otro (pensemos en las revoluciones). En cuanto a los actores que participan en estos conflictos, pueden haber personas individuales o grupos sociales, y estos últimos pueden estar organizados o no; creemos que es importante esta última aclaración ya que nos lleva a pensar en conflictos que tal vez no son facilmente visibles, como por ejemplo la lucha de clases. El planteo de Terra sobre los conflictos nos pareció muy similar a los planteos marxistas e institucionalistas, ya que la vinculación entre los conflictos sociales y la historia que Terra propone en el libro es muy similar a la planteada por Marx, y especialmente por North. No solamente esto, sino que incluso notamos que el autor considera que los precios y los salarios son determinados en estos conflictos, determinado por la correlación de fuerza de los agentes, algo que es muy institucionalista y llama la atención ya que Terra lo escribió en 1969. De los actores que participan en el conflicto, las clases sociales son uno de los más visibles. Las clases sociales son grupos no organizados, dentro de los cuales existen diversas subclases que incluso podrían tener conflictos entre sí (este punto nos recordó la tesis de Dumenil sobre los manager y los demás trabajadores). La concepción de clase de Terra difiere de la marxista, ya que Terra sostiene que en las sociedades modernas no tiene cabida un esquema tan simple como burguesía – proletariado porque las clases sociales no se dividen solo por la relación con la propiedad sino que también por otros factores (como el nivel de ingresos). El autor plantea que no todas las clases son iguales (cosa obvia) y una diferencia sustancial radica en la capacidad de organización de las clases: las personas de la clase alta tienen vinculos familiares y afectivos muy poderosos mientras que las demás clases no los tienen, en consecuencia será mucho más facil que la clase alta se organice para defender sus intereses e ideología y esto le dá una ventaja por encima de la clase baja. Queremos destacar que este último punto recuerda a la idea smithiana de que los capitalistas pueden reunirse sin dificultades para defender sus intereses y favorecerse respecto a los obreros. En los conflictos no solamente habrían choques de intereses sino también choques de ideologías, y estos últimos son igual de relevantes que los primeros. La ideología es la forma en que un grupo social interpreta su realidad, es la forma de ver al propio grupo y a los demás grupos, por lo que no es objetiva sino apasionada. Muchos grupos que participan en los conflictos sociales tienen una cultura propia y una ideología propia (especialmente las clases sociales) por lo que no es de extrañar que la ideología influya en el curso de la acción política de los distintos grupos. El ideal democrático La palabra democracia es ambigua. En su opinión, democracia no es el régimen republicano actual, ni la dictadura del proletariado propuesta por los socialistas, ni tampoco es un gobierno con respaldo popular; la democracia es un ideal, ideal que necesita de un poder unificador que sea capaz de conducirlo. Como la democracia es un ideal, podremos aproximarnos a ella pero nunca alcanzarla completamente, ya que lo ideal es inagotable. El ideal democrático implica los siguientes cuatro grandes puntos: -Confianza en la sensatez básica del pueblo, y por lo tanto otorgar al pueblo participación real en el gobierno, en los ámbitos de decisión de la sociedad. Cabe aclarar acá que “pueblo” no es “masa”: para que las personas puedan realmente ejercer su poder tienen que tener capacidad crítica, libertad real. Cuando la población carece de información real (porque se ocultan o falsean hechos) o cuando los medios de comunicación inhiben su capacidad crítica, la “democracia” actual se vuelve una mentira. -Ideal de la participación libre y responsable del hombre común en la vida colectiva, ideal que es respaldado por la tendencia a la socialización que se ha dado históricamente. -Tesis pluralista, que implica la aceptación social y política de todas las tendencias políticas, religiosas, culturales y de otro tipo. Cristianos, judíos, homosexuales, negros, anarquistas y todo tipo de tendencia social debe ser respetada y debe respetar, debe tener su espacio en la vida política de la sociedad. -Idea del pacto democrático. Un pacto que institucionalice y limíte los conflictos sociales, tal vez sin suprimirlos, pero que logre que todos los grupos se comprometan a respetar el pacto y la institucionalidad. El ideal democrático es factible en muchos campos de la vida social, por lo que podemos decir que existen distintos campos de democratización. De ellos, uno de los más importantes, y que el sistema “democrático” actual no toma en cuenta es el campo económico; debe democratizarse este campo, democratizarse la toma de decisiones en las empresas, los trabajadores deben tener voz y voto en la toma de decisiones económicas. De este ideal democrático emana un ideal comunitario, ideal que apunta a un tipo de vida social en comunidades de personas responsables y libres que tengan participación democrática en la toma de decisiones. Este ideal comunitario es, según el autor, estrechamente dependiente de las instituciones intermedias de una sociedad (observación: Cuando Terra habla de instituciones no se refiere al concepto que ha adoptado en la teoría económica esta palabra, sino a las organizaciones). El ideal comunitario Para hablar sobre este ideal, hay que empezar definiendo qué es la comunidad, lo comunitario: la comunidad es el convivir compartiendo entre personas integras, es lo opuesto a la oposición entre las personas, es un ideal. Según Terra no podemos acercarnos al ideal democrático si no nos basamos en una distribución más justa e igualitaria de los bienes, por lo que la propia democracia y el ideal comunitario deben apoyarse en formas nuevas de vivir en sociedad y de usar y gozar los bienes sociales. La búsqueda de lo comunitario, de la participación, se opone a la deshumanización del trabajo que deriva de la división social del trabajo. Este punto nos parece relevante porque se opone a la idea de Smith de que la división social del trabajo es la base del desarrollo económico (si bien Smith plantea también la posibilidad de que una excesiva división sea perjudicial para la persona) y consideramos que se acerca a la idea marxista de la alienación. El ideal comunitario, el comunitarismo, apunta a la propiedad compartida, a derechos condicionados al uso que la persona haga de los bienes que están al servicio de todos. Terra se opone a la colectivización “opresiva”, que considera un colectivismo de desposeídos. En este punto critíca fuertemente al socialismo con críticas que a nuestro entender carecen de fundamento valido: en ningún momento el socialismo marxistaleninista plantea eliminar toda la propiedad privada, sino solamente la propiedad privada de los medios de producción que es la causa de la explotación del hombre por el hombre. El comunitarismo por lo tanto no es la liquidación de la propiedad privada ni tampoco es una receta para la organización de la sociedad, el comunitarismo es un ideal de vida social que admite modificaciones para poder cuidar otros valores, que son los tres que planteamos a continuación: -El valor de lo privado en la vida personal es sagrado, por lo que no se admite que todo sea puesto en común (acá nuevamente critíca a las ideologías socialistas, a nuestro juicio cometiendo el mismo error que primero). -Se debe reconocer que la estructura social es compleja, y por lo tanto una misma persona pertenece a distintos grupos. -El ideal comunitario debe cumplirse pero permitiendo la eficiencia económica, que puede ser de la empresa o del sistema económico en su conjunto. Para cuidar la eficiencia es necesario generar incentivos adecuados (nos sorprende el parecido con los planteos de la teoría de contratos) y promover el desarrollo económico. Este desarrollo económico solo es real si hay cambio estructural, por lo que hay que estimular la movilidad de capital y de mano de obra entre sectores. Siguiendo en temas económicos, Terra plantea que una economía moderna, dinámica y que tenga un sentido social tiene que ser una economía planificada, con planes que orienten a la economía y con capacidades reales para hacer cumplir al plan (asociamos su propuesta con el concepto de planificación indicativa). Si bien se opone a las colectivizaciones, sostiene que no se deber considerar “sagrados” a los derechos de propiedad, planteando que hay que modificar en sentido comunitario a la propiedad privada. Desarrollo y revolución Terra adopta la definición de Perroux de desarrollo económico, entendiendolo como la combinación de cambios mentales y sociales de una población, que la vuelve apta para hacer crecer acumulativa y durablemente su producto real global. Si aceptamos esa definición, es clave preguntarnos de que forma se mide el desarrollo. Terra niega que el producto per capita sea un buen indicador (aunque admite que el ingreso per cápita esta correlacionado positivamente con el desarrollo humano de los pueblos) y sostiene que para hacer esta medición hay que preguntarse qué es lo que hace valer más a la vida, y por lo tanto habrá que mirar al valor humano: Más tiempo de vida y mejor vida. La riqueza del analisis a nuestro entender esta en como define a esa “mejor” vida, haciendo concreto al concepto a través de la satisfacción de las necesidades humanas. Existen necesidades de supervivencia, de desarrollo intelectual y moral (saber práctico y aprendizaje social), necesidades de confort (que es necesario satisfacer pero pueden superficializar la vida), y por último necesidades direccionadas hacia el heroismo (hacia la vida sobrenatural, a la elevación espiritual). El desarrollo social es la elevación humana, está compuesto por el desarrollo económico y por la aproximación al ideal democrático. Este desarrollo social puede ser un proceso de crecimiento orgánico (desarrollo continuo) o una ruptura revolucionaria, es desarrollo social es un encadenamiento de procesos revolucionarios y de periodos marcados por el desarrollo orgánico. Por ruptura revolucionaria se entiende a cambios sociales o políticos de gran importancia y que son provocados concientemente, pudiendo comenzar o no con una ruptura del orden jurídico o una rebelión armada. Terra plantea que no todo desarrollo social es crecimiento orgánico, pero no hay desarrollo social sin este; a su vez, la propia dinámica de los cambios orgánicos genera tensiones que desembocan en crisis que solo pueden superarse a través de cambios deliberados, de rupturas. Sobre esto, el planteo es nuevamente muy similar al planteo de Douglas North sobre la dinámica del cambio institucional, y el proceso descripto nos recordó a los procesos dialécticos de Marx. Partiendo de la base anterior, de la intencionalidad de los cambios revolucionarios que son parte importante del desarrollo, cobra especial importancia comprender si se puede planificar el desarrollo o no. Terra plantea que la aspiración de controlar el desarrollo social es una de las aventuras más imperiosas que animan la mística del ser humano. En la época actual, existen posibilidades materiales para planificar el desarrollo: para definir los objetivos finales del desarrollo es necesaria la democracia, pero para definir el camino a ese objetivo es necesaria la técnica (que en los últimos tiempos ha mejorado exponencialmente). Los actores del desarrollo El desarrollo social es una obra política, y por lo tanto los actores centrales de este proceso son las organizaciones políticas. Existen dos tipos de organizaciones políticas: los partidos políticos (que están hechos para luchar por el poder y ejercerlo) y los grupos de presión (que pretenden influir en el gobierno pero sin tomar el poder directamente). Los partidos políticos son los principales actores de la obra política y no pueden “moldearse” a voluntad, con el contenido y perfil político que a cada persona se le ocurra o con un programa o manifiesto: los partidos son una realidad social que tiene historia e inercia, por lo que no pueden ser moldeados a voluntad de los individuos particulares. La adhesión justificada a los partidos políticos depende de cada lugar y momento histórico concreto, en los que los partidos políticos representarán alternativas de solución a problemas concretos que se planteen en ese momento a la sociedad. RESUMEN / CONCLUSIÓN La dinámica de las sociedades humanas está marcada por la existencia de conflictos, que pueden ser entre grupos sociales o entre particulares. Estos conflictos suelen estar institucionalizados (aunque no todos), y las relaciones de poder entre los distintos grupos marcan el camino recorrido por la sociedad. Desde una perspectiva que consideramos idealista, ya que los elementos clave para alcanzar un desarrollo social pleno, son tomados en cuenta como ideas utópicas a las que se debe intentar llegar y acercarse pero que nunca se llegan a alcanzar en un estado “puro” en la realidadJuan Pablo Terra realiza a lo largo del libro un análisis político con el objetivo implícito de exponer sus ideas demócrata-cristianas, dando fundamento a sus ideas políticas con un análisis básicamente filosófico pero que “desembarca” en los campos de la economía y la historia. Sobre esto último y como aspecto positivo, encontramos una cierta semejanza (con diferencias claro) entre el pensamiento de este autor y el de economistas muy importantes como Smith, Marx y North, especialmente en lo referido a la importancia de las instituciones económicas (si bien Terra no usa este concepto) y de la dinámica histórica de los procesos de desarrollo. Como crítica, recalcamos que a nuestro entender su planteo parte de una óptica idealista y el libro mantiene en todas sus paginas un nivel de abstracción importante; por otra parte, a lo largo del texto Terra critíca una y otra vez a las ideologías socialistas y comunistas y a las experiencias históricas del socialismo real, con argumentos y posturas que no se sostienen más allá de su diferencia ideológica con los planteos marxistas. Como valoración personal, nos parece que el libro presenta una concepción muy rica sobre los procesos de desarrollo, por lo que su lectura fue un buen aporte para este curso. BIBLIOGRAFÍA Mistica, Desarrollo y Revolución. Juan Pablo Terra, 1969, Ediciones del Nuevo Mundo ÍNDICE INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………Pág.1 DESARROLLO……………………………………………………………………….Pág.2 El el Conflicto Social………………………………………………………………...Pág.2 El Ideal Democrático……………………………………………………………….Pág.3 El Ideal Comunitario………………………………………………………………...Pág.4 Desarrollo y Revolución……………………………………………………………..Pág.5 Los Actores del Desarrollo…………………………………………………………..Pág.6 RESÚMEN/CONCLUCIÓN…………………………………………………………Pág.6 BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………Pág.7 Luana Méndez, C.I.: 4.559.238-1 Pablo Marmissolle, C.I.: 4.641.849-3