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EVALUACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD Notas para la docencia y educación ambiental I. DEFINICIONES Y CATEGORÍAS La palabra biodiversidad (o también llamada diversidad biológica) ha tomado vuelo en los últimos 20 años, principalmente a partir de la Convención de Diversidad Biológica, celebrada en Río de Janeiro en 1992, también conocida como Cumbre de la Tierra. Se repite hoy en todos los foros internacionales, en los medios masivos de comunicación, en los programas de educación y en el discurso político de los gobernantes o aspirantes a serlo. La razón es obvia: es ahora que el hombre se ha dado cuenta que la vida en nuestro planeta corre un grave peligro y es preciso tomar medidas urgentes para proteger y rehabilitar las condiciones del medio ambiente y de los organismos que forman parte de este. Sin embargo, a pesar de los ingentes esfuerzos de muchas organizaciones científicas o ecologistas y de algunos gobiernos, aún muchas personas no captan el mensaje, debido a que la comunicación masiva no siempre sabe llegar a todos los oídos. Lamentablemente, entre los que no entienden o conocen la magnitud del problema hay personas que, por su posición social, deben adoptar decisiones que afectan directa o indirectamente a la conservación de la diversidad biológica y a la salud del planeta (o al menos a una parte de este). Pero en realidad, de una u otra forma, en mayor o menor medida, todos tenemos una parte de responsabilidad en la destrucción del medio ambiente, y al mismo tiempo todos tenemos la posibilidad y el deber de contribuir a su salvación. Con este trabajo, trataremos de aportar algunos elementos que pudieran contribuir elevar la conciencia y participación pública, y sobre todo de aquellos cuyas decisiones ejercen impactos directos y a veces contundentes sobre el medio ambiente. Lamentablemente, cuando se habla de desarrollo económico (que para muchos es una justificación universal) se olvidan las medidas para proteger el medio ambiente, y el resultado a largo plazo es el de un desarrollo insostenible (si llega a producir algún desarrollo), costoso y con graves consecuencias para el futuro de la humanidad. En muchos casos sin embargo, tales actitudes son resultado del desconocimiento sobre las consecuencias de nuestras acciones, o de la carencia de métodos o recursos para evitar los daños. Es preciso entender el valor y perspectivas de usos de la diversidad biológica y como las actividades humanas pueden afectarla, así como las consecuencias de esos impactos. Ello pudiera ayudar al desarrollo de actitudes más conscientes y a la adopción de medidas eficientes para garantizar el uso sostenible de los recursos naturales. Pero, que se entiende por biodiversidad? A pesar de su constante repetición en los medios de difusión masiva, aun subsisten criterios erróneos o al menos confusos sobre su significado. Muchas personas la consideran una disciplina científica relacionada con la biología, que en algunos casos pobremente documentados, se pretende restringir a los estudios taxonómicos de la fauna y flora, o en el mejor de los casos, como una vía para promover la protección de las especies. Muchos incluso no relacionan la biodiversidad con la gestión ambiental, el manejo de los recursos naturales o los efectos de la contaminación, o los cambios globales, etc. Para algunos políticos es simplemente una palabra de moda que utilizan para promover su imagen y obtener apoyo popular para sus propósitos eleccionistas o populistas. Sin embargo, su significado real va mucho más allá, y guarda relación con una enorme variedad de aspectos relacionados con la vida del hombre, el desarrollo y la economía a todos los niveles. De forma sencilla podemos definirla como toda la variedad de la vida existente en nuestro planeta y de los procesos ecológicos que la soportan, desde el nivel molecular, hasta los más complejos ecosistemas y paisajes, presente desde la cima de las más altas montañas y la atmósfera, hasta las grandes profundidades de los océanos. El Convenio sobre la Diversidad Biológica la define como: “la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos entre otras los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y complejos ecológicos de que forman parte: comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas” y como término más globalizador, en dicho documento también se describe como: …“expresión de la discontinuidad de la vida en la Tierra en sus diferentes manifestaciones: genes, especies, poblaciones, comunidades, paisajes, culturas, así como el reparto de su abundancia y distribución espacial”. La diversidad biológica provee de productos y servicios esenciales para las necesidades vitales y aspiraciones de la humanidad, y permite a las sociedades adaptarse a las cambiantes necesidades y circunstancias. La protección de esos valores y su continuada exploración a través de la ciencia y la tecnología, ofrece el único medio por el cual las naciones del mundo pueden alcanzar un desarrollo sostenible. Los valores éticos, estéticos, espirituales, culturales y religiosos de las sociedades humanas son parte integrante de ese desarrollo y están indisolublemente ligados a la naturaleza. Se reconocen tres niveles esenciales o categorías de organización de la biodiversidad: 1 - Diversidad Genética 2 - Diversidad de organismos 3 - Diversidad ecológica Actualmente se reconoce también la diversidad cultural, como un importante componente de la biodiversidad, que se refiere a las interacciones humanas con todos los niveles anteriores. La Diversidad Genética se refiere a la diversidad de elementos genéticos, que determinan la adaptación de los seres vivos a las condiciones cambiantes del medio ambiente y garantiza la evolución. Esta incluye, dentro de la especie: las poblaciones, los individuos, los cromosomas, los genes y los nucleótidos. El material genético determina cuales especies pueden adaptarse a los cambios en su ambiente. En general, las especies que tienen mayor variación genética (y por tanto mayor tolerancia a cambios ambientales), también tienen mayor tasa de supervivencia y crecimiento. Las nuevas variaciones genéticas se producen en la población o bien por mutación espontánea de un gene, o por la inmigración y mezcla de individuos genéticamente diferentes, de otra población de la misma especie. El número y abundancia relativa de formas alternativas de un gene en la población es una medida de la variación genética (llamada heterozigotismo). La cantidad total de variaciones genéticas en todas las poblaciones de una especie es una medida de su diversidad genética. Finalmente, la diversidad genética es una medida de las habilidades de las poblaciones de una especie a los cambios ambientales o el “stress” y por tanto, de su habilidad para sobrevivir La diversidad genética dentro de las especies ha sido muy poco estudiada, debido a las limitaciones técnicas para ello. Es bien conocida solo para un número muy pequeño de especies, casi exclusivamente de algunas que tienen un impacto importante para la salud humana, la investigación científica o por su valor económico, pero se desconoce las características y potencialidades de la mayoría de las que habitan nuestro planeta. Sin embargo, esta situación está cambiando rápidamente a medida que se desarrollan nuevas y sofisticadas técnicas (biología molecular, análisis de la estructura del Ácido Desoxiribonucleico, más conocido como ADN, etc.) que se aplican ya para la identificación y descripción de patrones genéticos de un número importante de especies. Resulta evidente, a partir de esos estudios, que existe una vasta diversidad genética en las poblaciones e individuos de esas especies. Pero son muchos los aspectos que la ciencia tendría que investigar para establecer la enorme diversidad de factores que intervienen en el problema, por lo que es necesario establecer prioridades. Para ello es necesario contestar a algunas preguntas clave, que aún no tienen una respuesta: Cual es la interrelación entre la diversidad genética y la constante supervivencia y adaptabilidad de las especies? Como esa diversidad se distribuye? Es mayormente en o entre las poblaciones? Es necesario mantener toda la diversidad genética de la especie o son algunos de sus componentes más importantes que otros para la supervivencia y la adaptación? Que procesos o fuerzas pueden conducir a la pérdida o erosión de esa diversidad en las poblaciones silvestres? En que medida la reducción de la diversidad ocurre cuando la especie se ve fragmentada o reducida en su distribución geográfica? Las perspectivas de la ciencia en ese campo son ilimitadas ya que, en gran medida, el desarrollo de la biotecnología se basa en las potencialidades genéticas de los organismos. La conservación de esos valores es indispensable para el futuro de la humanidad. La Diversidad de organismos es el nivel intermedio de organización, que es el más obvio y comprensible. Se refiere al número organismos de cada uno de los niveles taxonómicos de la fauna y flora, en relación con sus correspondientes hábitats o áreas de distribución. Inicialmente este nivel se definió como “diversidad de especies” y personas no expertas erróneamente llegaron a equipararlo con el término “diversidad biológica”. Actualmente se reconoce que la “diversidad de organismos” incluye la diversidad de Reinos, filos, familias, géneros, especies, subespecies, poblaciones e individuos. La cantidad total de especies generalmente se emplea como un indicador de la diversidad biológica de un área determinada o de un hábitat, sobre todo en los ecosistemas terrestres, pero muchos otros aspectos intervienen en tal evaluación. La distribución y magnitud de la diversidad de especies que existe hoy día es producto de más de 3500 millones de años de evolución, que incluye especiación, migración, extinción y más recientemente las influencias humanas. Se estima que existen unos 13-14 millones de especies, de las cuales sólo 1.75 millones han sido descritas por la ciencia, de ellas poco menos de una quinta parte son plantas o vertebrados. Los grupos de organismos menos estudiados incluyen, entre otros: las bacterias, los hongos, los artrópodos, los nemátodos y las especies que habitan bajo la tierra o en el ambiente marino, en particular en las aguas profundas. Aún para el 1.75 millones de especies que han sido descritas, no existen listados adecuados y tenemos un conocimiento muy incompleto y parcial de su biología reproductiva, crecimiento, alimentación, conducta, su fisiología, su demografía, su composición química, sus requerimientos ecológicos, el papel que juegan en el ecosistema y lo más importante, cual es su utilidad potencial para la humanidad. Debido a la pérdida o conversión de hábitats en todo el mundo, decenas de miles de especies están actualmente en peligro de extinción, y no hay acciones preventivas para salvar a la gran mayoría de ellas. Mucho mayor es el número de especies sometidas a algún tipo de amenaza, y que no llegan a clasificar en la categoría anterior, pero que pueden estar en tránsito hacia la misma. Se estima que, del total de especies que viven sobre la tierra, entre 50 y 90% habitan en los bosques tropicales. Sin embargo, anualmente se desmonta unos 17 millones de hectáreas, una superficie mayor que la de Suiza. Se calcula conservadoramente, que a ese ritmo, de 5 a 10% de las especies de esos bosques pueden ser extinguidos en los próximos 20 años. Alrededor de 60 000 de las 240 000 especies de plantas del mundo (25%) y quizá una proporción mayor de vertebrados e insectos podrían desaparecer con tal tasa de deforestación. Similar situación puede encontrarse hoy día en casi todos los ecosistemas de nuestro planeta como resultado del desarrollo insostenible. Para algunos grupos de vertebrados y plantas, entre 5 y 20% de las especies identificadas, ya están listadas como en peligro de extinción en el futuro inmediato. Aun cuando esas especies no se extingan, muchas de ellas perderán poblaciones o sufrirán severas pérdidas de variabilidad genética, como resultado de la fragmentación o deterioro de su hábitat. La mayoría de las especies del planeta aún no han sido descritas y muchas pueden desaparecer antes que la ciencia siquiera las conozca. Se estima que la tasa de extinción actual es de 1 000 a 10 000 veces mayor que la esperada sin la actividad del hombre. Por otra parte, aproximadamente el 80% de la diversidad biológica del planeta se concentra en el trópico, donde solo se encuentra un 6% del personal científico y técnico capaz de evaluarla y manejarla. La especie es el producto de la evolución de los organismos como una adaptación a los cambios constantes de las condiciones ambientales. Sin embargo, unas especies logran adaptarse, y tras nuevos cambios pueden continuar evolucionando y conducir al surgimiento de nuevas especies. Otras no se adaptan, en cuyo caso tienden a desaparecer, es parte de un proceso natural resultado de la evolución del planeta, aunque ese proceso puede ser muy lento, para la escala de tiempo en que se ocurre la vida del hombre, que es nuestro patrón de referencia. Algunas especies tienden a la super-especialización, ya bien sea en cuanto a su alimentación, al sustrato donde habitan, a la temperatura, o a alguna otra particularidad del medio. Otras especies desarrollan aptitudes para utilizar diferentes recursos del ambiente, y se les llama “generalistas” o también “oportunistas”. En un mismo nivel taxonómico (clase, familia, género) el número de especies es muy variable. Por ejemplo, dentro del filo de los moluscos, es mucho mayor el número de especies de caracoles (clase Gastropoda) que de quitones (clase Polyplacophora), entre los peces de la familia Gobidae (sapitos) se conoce una gran cantidad de especies, mientras que en la familia Xiphidae (emperadores) hay muy pocas. La diversidad de organismos también varía enormemente en diferentes localidades, aunque hay algunos gradientes geográficos claramente definidos. Tanto en tierra como en el mar, para muchos grupos (aunque no para todos), la diversidad es considerada mayor en las regiones tropicales que en las regiones más frías, por ejemplo las plantas, los insectos y los vertebrados de las selvas tropicales, los corales, caracoles, cangrejos y peces en los ecosistemas acuáticos. Entre las excepciones se incluyen las estrellas de mar y el kelps (algas pardas del orden Laminariales), las cuales son más diversas en aguas templadas de Pacífico Nordeste (en aguas de Canadá y EUA). Muchos taxones de los trópicos alcanzan una alta diversidad de especies en el Indo-Pacífico oeste (especialmente en el área entre Filipinas, Indonesia y el noreste de Australia), diversidad intermedia en el Pacífico este y en el Atlántico occidental, y la más baja diversidad en el Atlántico este. En los mares hay mucho más especies de animales que de plantas (incluyendo plantas vasculares, algas, y cianobacterias foto-sintetizadoras). Y también como en tierra, la diversidad de pequeños organismos es mucho menos conocida que la diversidad en los gropos de organismos grandes. Grassle y Macrolek (1992) estiman que el océano profundo puede alojar 10 millones de especies que no han sido aun descritas y nombradas, una diversidad de especies comparable con la de las forestas tropicales. El mar posee mayor diversidad biológica de lo que se piensa y aun queda mucho por aprender sobre sus patrones y procesos. La Diversidad Ecológica es el nivel más alto, más complejo y menos comprendido, aunque no menos importante. Incluye la diversidad de condiciones ambientales (biológicas, físicas, químicas, geológicas, etc.) que determinan la composición, la estructura y las funciones de las comunidades que habitan en cada lugar. Es decir, es el nivel que garantiza la realización de los procesos vitales. Aquí, se incluyen los biomas, bioregiones, paisajes, ecosistemas, hábitats y comunidades. La diversidad de especies en la naturaleza en gran medida está condicionada por las condiciones ambientales a las cuales han logrado adaptarse los organismos vivos. Tales adaptaciones, son posibles gracias a la existencia de procesos que garantizan las condiciones para la alimentación, reproducción y crecimiento de una determinada comunidad de organismos, entre las cuales a su vez se establecen intrincadas inter-relaciones. Entre ellas de destacan por su complejidad y alto nivel de organización, los bosques tropicales y los arrecifes coralinos. Los procesos que ocurren en muchos ecosistemas poseen gran importancia ecológica, económica y social. Detener las pérdidas de genes, especies y ecosistemas a causa de la actividad humana, es esencial pero no suficiente. La meta debe ser garantizar que las formas de vida no sean dañadas, o sea mantener la integridad de la vida. Ello significa conservar no solo las partes (genes, especies, ecosistemas) sino también los procesos que generan y mantienen las partes y las conexiones ecológicas entre las cosas vivas. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en su magnífico tratado La Evaluación Global de la Biodiversidad, establece: “la diversidad biológica se define como la diversidad total y la variabilidad entre las cosas vivas y los sistemas de los cuales forman parte. Esto cubre el rango total de variación interna y la variabilidad entre sistemas y organismos a niveles bioregional, de paisajes, de ecosistemas y de hábitats; a varios niveles de organización hasta las especies, poblaciones e individuos; y al nivel de poblaciones y genes. También cubre el complejo juego de interrelaciones estructurales y funcionales dentro y entre esos diferentes niveles de organización, incluyendo las acciones humanas y sus orígenes y evolución en espacio y tiempo” (Heywood y Watson, eds. 1998). Composición y niveles de la biodiversidad. Diversidad Ecológica biomas Diversidad de organismos reinos bioregiones paisajes ecosistemas hábitats nichos poblaciones filos familias géneros especies subespecies poblaciones individuos Diversidad genética poblaciones individuos cromosomas Genes Nucleótidos Diversidad cultural: interacciones humanas a todos los niveles En el ambiente marino debe darse atención priorizada a la conservación de la "diversidad ecológica", ya que protegiendo los ecosistemas se garantiza en gran medida la conservación de la diversidad genética y de especies. El conocimiento de la biodiversidad marina constituye un gran reto para la ciencia y la conservación debido a la gran extensión y limitada accesibilidad de los ecosistemas marinos. En resumen, si profundizamos en el significado y objetivos de la diversidad biológica, comprenderemos que sería un error restringirla al campo de la biología, ya que todos los factores físicos y dinámicos del medio ambiente, así como la cultura y el desarrollo social y económico en todas sus manifestaciones, intervienen en los procesos que sostienen la vida. En todo caso, la biología es una de las disciplinas que intervienen en el conocimiento de la biodiversidad, pero su accionar se apoya en muchas otras disciplinas, incluyendo el marco jurídico (que debe garantizar las condiciones legales para la protección), la planificación física, las ciencias naturales en general (geografía, meteorología, geofísica, química, física, paleontología, etc.), las ciencias sociales (antropología, etnología, arte y literatura, etc.) y muchas otras ramas del conocimiento relacionadas con el medio ambiente. Por tanto, la limitación del concepto de biodiversidad a una disciplina, puede conllevar a limitaciones en su desarrollo al encerrarla en un marco limitado de acción, cuando en realidad debe estar presente en todas las acciones del desarrollo económico, político y social. Por ello, su comprensión debe ser parte integral e indispensable de la formación de todos los miembros de la sociedad, y muy en particular de aquellos que intervienen de alguna forma en la toma de decisiones y en todas las acciones vinculadas al medio ambiente. II. PRODUCTOS Y SERVICIOS DE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA La diversidad biológica provee de productos y servicios esenciales para las necesidades vitales y aspiraciones de la humanidad, y permite a las sociedades adaptarse a las cambiantes necesidades y circunstancias. La protección de esos valores y su continuada exploración a través de la ciencia y la tecnología, ofrece el único medio por el cual las naciones del mundo pueden alcanzar un desarrollo sostenible. Los usos de la biodiversidad pueden ser de diferente tipo: 1. Entre las utilizaciones directas cabe destacar: La alimentación, la primera y más preciada de las necesidades humanas, depende casi exclusivamente de un manejo adecuado de la agricultura, la ganadería, la cría de animales de cualquier tipo, la pesca, el acuacultivo, etc. Muchas plantas, animales y microorganismos son portadores de sustancias biológicamente activas, que constituyen formidables reservas para la producción de medicamentos, reactivos, colorantes, productos para la bio-remediación y otros usos que garantizan la salud y el bienestar. Numerosos productos y artículos domésticos e industriales son obtenidos a partir de plantas y animales, como los muebles, papel, colorantes, ropa, combustibles, energía, etc. El turismo de naturaleza, ha alcanzado niveles inusitados en los últimos años como resultado de las campañas ecologistas por un lado, y por el hecho real de que gran parte de los ecosistemas y recursos naturales están siendo rápidamente devastados. Ello provoca el interés del turista en buscar sitios bien conservados, donde puede encontrar paz espiritual, paisajes destacados y contacto con la naturaleza. Esta industria se ha convertido en la primera fuente de ingresos para muchos países, principalmente en las islas tropicales. 2. Los usos indirectos comprenden una amplia variedad de servicios de los ecosistemas, tales como: El mantenimiento de la calidad gaseosa de la atmósfera. Las plantas constituyen el principal elemento modulador del clima. Los bosques y la vegetación marina (fitoplancton y macrofitobentos) absorben el dióxido de carbono producido por la contaminación y por vías naturales, y a través de la fotosíntesis lo convierten en productos esenciales de las tramas alimentarias y en oxígeno, que constituye el elemento fundamental para la vida en nuestro planeta. El reciclaje de elementos en la naturaleza. Muchos de tales procesos son en gran medida regidos por los microorganismos, incluyendo la descomposición de la materia orgánica en los ecosistemas forestales, la fijación del nitrógeno, la nitrificación y denitrificación, la fijación hemolitotrófica del dióxido de carbono, la formación de los suelos, la regulación del clima y el balance de gas en la atmósfera. La protección de las cuencas hidrográficas y las zonas costeras por la vegetación terrestre; la protección de las costas contra el oleaje y las tormentas por los arrecifes coralinos, los manglares y los pastos marinos y otros procesos que evitan la erosión de los suelos y las costas, que pueden provocar grandes daños a la economía y a los paisajes. El mantenimiento de la fertilidad del suelo y la dispersión, la descomposición y el reciclado de desechos y otros muchos usos. Control de la gran mayoría de las plagas potenciales y de los vectores de muchas enfermedades, Polinización de muchas cosechas y otros servicios a los cultivos que garantizan la alimentación, Mantenimiento de la enorme fuente genética de la cual el Homo sapiens ha obtenido las bases de la civilización, en forma de cosechas, animales domésticos, medicamentos y productos industriales (Ehrlich and Ehrlich, 1981, 1992). 3. Los valores de “no uso” o pasivos, que están basados en consideraciones éticas, estéticas, espirituales, culturales y religiosas de las sociedades humanas: En muchas culturas, estos valores están indisolublemente ligados a la naturaleza y son tan trascendentes, sino más, que los relacionados con la utilización económica. Las tradiciones, religiones y conductas de los hombres son resultado de su interacción con la naturaleza. La educación y el desarrollo de la cultura tienen un basamento esencial en diversidad biológica, su uso y conservación. La literatura, la pintura, el arte, la decoración y muchas otras manifestaciones de la cultura se basan en ella. La investigación científica, en función del progreso de la humanidad, se basa esencialmente en la existencia, uso y conservación de los recursos naturales. III. PRINCIPALES CAUSAS DE LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD “En la actualidad, los seres humanos estamos alterando el medio ambiente en una magnitud sin precedentes y las consecuencias de esas modificaciones para la diversidad biológica están comenzando a plantear graves amenazas para la vida económica y cultural de muchas sociedades. Según las circunstancias, las actividades humanas pueden aumentar, mantener o disminuir la diversidad de las especies, los genes o las comunidades ecológicas en una región determinada y en un momento determinado, pero la tendencia general es a una pérdida creciente de biodiversidad a escala mundial. Algunas de esas modificaciones como la extinción de especies, son irreversibles, otras no lo son, pero el desafío de la ordenación de los recursos naturales sin pérdida de biodiversidad se ha vuelto más difícil. Las transformaciones ya existentes han creado condiciones para que las extinciones continúen aún cuando se detenga la destrucción y degradación de los hábitats Por otra parte, es probable que las presiones sobre la diversidad biológica aumenten más como consecuencia del cambio climático causado por el ser humano” (tomado de Global Biodiversity Assessment, PNUMA). La pesca excesiva ha reducido el número de depredadores como los tiburones por ejemplo, afectando las tramas de alimentación hasta el nivel de los microbios. Los peces que son trasladados a otros mares a través de la pesca de arrastre, cambian la dinámica de los ecosistemas, y según los científicos el cambio climático afectará finalmente la acidez del agua marina. Nadie sabe cual será el impacto de estos cambios. Las causas que provocan la pérdida y degradación de la biodiversidad son muchas, y en cada sitio pueden tener orígenes diferentes. Entre las causas subyacentes más generales cabe mencionar: La demanda creciente de recursos biológicos provocada por el crecimiento demográfico y estimulado por el desarrollo económico. Incremento de las migraciones humanas y el comercio internacional Incapacidad organizativa y de control para regular el uso de los recursos biológicos, en concordancia con las crecientes necesidades, Incapacidad de los gobiernos para considerar las consecuencias a largo plazo de sus acciones y por carencia de conocimientos básicos, Incapacidad para prevenir la sobre-explotación Incapacidad para aplicar valores económicos a la diversidad biológica Desconocimiento de las consecuencias de utilizar tecnologías inapropiadas. Las instituciones no reglamentan la utilización de los recursos biológicos en consecuencia con las modificaciones de los valores humanos relacionados con la urbanización de las sociedades, las instituciones, los derechos de propiedad y las actitudes culturales Entre los mecanismos específicos mediante los cuales los factores causales subyacentes dan por resultado la reducción y pérdida de poblaciones, la extinción de especies y la transformación y degradación de comunidades ecológicas pueden mencionarse los siguientes: 1. Deterioro y fragmentación del hábitat. La superficie de los ecosistemas relativamente no perturbados se redujo extraordinariamente en las últimas décadas a medida que aumentaban la población y el consumo de los recursos naturales. El desarrollo urbano, agrícola e industrial ha provocado la destrucción de muchos manglares, pastos marinos y arrecifes coralinos, provocando la eliminación o deterioro de las comunidades de organismos en las zonas costeras cercanas. Este fenómeno tiende a incrementarse en muchos países. 2- La introducción de especies exóticas provoca muchas de las extinciones de especies autóctonas, especialmente en las islas. En esos ecosistemas aislados, un nuevo depredador competidor o agente patógeno, puede poner en peligro rápidamente a especies que no pueden desarrollarse conjuntamente con los intrusos, debido a que no tienen mecanismos de defensa para evadir su actividad. Además, esas especies pueden producir alteraciones en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas. Por otra parte, las especies foráneas son potenciales portadores de parásitos y enfermedades a las cuales no están adaptadas las especies locales. 3- Explotación excesiva de especies de plantas y animales. Numerosos bosques, zonas pesqueras y muchos otros recursos de vida silvestre han sido explotados en exceso, en algunos casos hasta que se han extinguido. La explotación excesiva de la anchoa peruana entre 1958 y 1970 redujo extraordinariamente las dimensiones de la población y por tanto la captura. Casi todos los caladeros internacionales se encuentran hoy en situación de sobrepesoa lo cual afecta también a los ecosistemas. 4- Contaminación del suelo, el agua y la atmósfera. Los contaminantes deterioran los ecosistemas y pueden reducir o eliminar la población de especies sensibles. Los microorganismos del suelo han sido afectados por la contaminación debido a los metales pesados y a la agricultura de riego, que provocan salinización. La lluvia ácida ha vuelto prácticamente inadecuados para la vida a miles de lagos y estanques en Escandinava y América del Norte. La contaminación marina especialmente de fuentes no puntuales, ha afectado a muchos estuarios y aguas costeras en todo el mundo. 5- Modificación del clima mundial. El incremento causado por el hombre de los "gases que causan el efecto invernadero" en la atmósfera, determinará probablemente un incremento de la temperatura del planeta comprendido entre 1 y 3°C para el año 2100, con lo cual el nivel del mar aumentaría de 0,5 a un metro, si no se detiene ese proceso. Ello puede destruir el hábitat de muchas especies costeras, algunas de las cuales ya están en peligro de extinción. Muchas de las islas del mundo quedarían total o parcialmente sumergidas si se cumplen las proyecciones más extremas sobre el aumento del nivel del mar, y se producirá de ese modo la destrucción parcial o total de su fauna y su flora terrestres. A ello hay que sumar el incremento de las tormentas y otros desastres naturales, con su multitud de consecuencias para la humanidad. Como resultado de la elevación de la temperatura global, ya se han producido mortandades masivas de los arrecifes coralinos, con la consecuente pérdida de diversidad biológica y de recursos que produce o dependen de ese ecosistema. 6- Agricultura, ganadería y deforestación. La agricultura, la ganadería y los cultivos en general están reduciendo rápidamente la diversidad de variedades, por selección de aquellas que mejor reaccionan ante el manejo, y desarrollando monocultivos en todas las esferas. Ello provoca una peligrosa pérdida de material genético, el cual constituye como una "póliza de seguro" contra las enfermedades y las plagas. Esas actividades son además una de las principales causas de desaparición de los bosques donde se concentra gran parte de la diversidad biológica. IV. FORMAS GLOBALES DE LA CONSERVACIÓN Las acciones prioritarias para proteger la diversidad biológica deben orientarse a la creación del conocimiento básico, corregir los errores pasados en la política o el manejo de la naturaleza, y asegurar que la conservación y el uso sostenible de los recursos del planeta y la distribución equitativa de los beneficios sean parte integral de todo desarrollo económico. La conservación y uso sostenible de la diversidad biológica debe ser un componente integral del desarrollo económico, mediante la corrección de la política y los fallos del mercado. Esto requerirá de niveles más altos de cooperación y coordinación que los existentes hasta ahora, para el manejo de los recursos naturales. Existen varios enfoques para la conservación. El primero y más antiguo, consiste en la regulación y manejo de determinadas actividades productivas (por ejemplo: la pesca comercial, la explotación de recursos específicos, la introducción de especies exóticas, etc.) por agencias especializadas, con grado variable de coordinación y regulación con otras agencias. Generalmente no se realiza la necesaria coordinación con el manejo de otras actividades o usos con las zonas adyacentes. Otro enfoque consiste en la creación de áreas protegidas pequeñas, que proveen protección especial a valores naturales específicos o a actividades sujetas a regulaciones como las indicadas en el enfoque anterior. Esta ha sido hasta los últimos años, la forma más común de aplicación del concepto de área protegida. Para la protección de los recursos pesqueros, en los últimos años se ha desarrollado con gran éxito el establecimiento de Reservas de Pesca. Su objetivo es el de proteger segmentos de las poblaciones explotadas de la mortalidad por pesca, de forma que se pueda mantener, en áreas reducidas, comunidades de peces e invertebrados relativamente poco alteradas, así como la estructura por edades de las poblaciones. Estas áreas centrales protegen la diversidad genética intra- e inter-específica y garantizan la biomasa del stock reproductor. La dispersión natural de los huevos y larvas por las corrientes garantizan el suministro de reclutas a las áreas de pesca adyacentes. La experiencia internacional ha demostrado fehacientemente los beneficios que estas reservas ofrecen a la pesca y para otras opciones de manejo de los recursos marinos. En todos los casos en que se ha hecho un manejo adecuado de estas reservas, los resultados son positivos para la pesca. Los beneficios son evidentes ya al cabo de 2-4 años después del establecimiento de la reserva. El tercer enfoque para la conservación es de más reciente desarrollo. Consiste en el establecimiento de Áreas Protegidas de Uso Múltiple, con sistemas de manejo integral, que proveen diferentes niveles de protección en cada región del área. Es decir, un área protegida de uso múltiple, puede contener por ejemplo: reservas estrictas, parques nacionales, reservas de pesca, etc. y además grandes extensiones sometidas a explotación con un sistema de manejo integral, elaborado y controlado con la participación tanto de las agencias que aprovechan los recursos, como de las instituciones científicas y de conservación. Tal integración debe tratar de extenderse a la coordinación del manejo con las áreas adyacentes, que influyen sobre el medio. Las Áreas Protegidas de Uso Múltiple tienen la ventaja de que pueden coordinar la regulación de diferentes actividades humanas integralmente ya que la responsabilidad del manejo recae no solo en una agencia. Este tipo de coordinación del manejo en los ambientes marinos es mucho más importante que en los ecosistemas terrestres, debido al alto nivel de conexión del medio marino. Otra variante no menos importante, aunque menos accesible para muchos países, es la conservación "ex situ", es decir la conservación fuera del medio natural. Aquí se incluyen, bancos de genes, bancos de semillas, zoológicos y jardines botánicos, es decir, instituciones que pueden mantener el ciclo completo de especies seleccionadas (generalmente especies raras o en peligro crítico, así como especies de gran valor o potencial genético) y reproducirlas de forma permanente en cautiverio o en condiciones creadas al efecto. Ello permite no solo mantener especies cuya existencia corre peligro, sino también contribuir a su rehabilitación en su medio natural o mantener características genéticas importantes para el desarrollo de la agricultura, la cría animal o la producción de medicamentos. Otra actividad trascendental, que debe instrumentarse paralelamente a cualquiera de las tres anteriores, es la educación ambiental, a todos los niveles de la sociedad. Esta puede ir dirigida especialmente a los que toman las decisiones (políticos, funcionarios públicos y privados, etc.), para desarrollar en ellos una voluntad política favorable, pero debe abarcar a toda la población, desde la más temprana edad, hasta los tomadores de decisiones, para su participación masiva y comprensión. Una de las opciones para el manejo de la diversidad biológica marina, a la cual se ha brindado mayor atención en los últimos años es el Manejo Integrado de la Zona Costera, que considera, por una parte, los usos y potencialidades de los recursos y hábitats, los factores antrópicos que inciden sobre estos (incluyendo las influencias de origen terrestres), y establece opciones, prioridades y mecanismos para el uso sustentable de cada región. Las decisiones para el manejo de esas áreas, se toman con amplia participación de todas las entidades que intervienen en la explotación, degradación y protección de la zona, sobre la base de conceptos e informaciones científicas y con la participación de las comunidades costeras involucradas. V. INDICADORES PARA EVALUAR LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA (resumido principalmente de Bisby et al., 1995 en Global Biodiversity Assessment) La caracterización de la biodiversidad se basa en dos procesos: la observación y caracterización de las principales unidades de variación (genes, especies y ecosistemas), y la cuantificación de las variaciones en ellas y entre ellas (distancia genética, relaciones taxonómicas, estructura y funciones de los hábitats y comunidades). En realidad son partes del mismo proceso. La selección de los indicadores para evaluar esas unidades depende de los objetivos de la evaluación, pero también depende de las características del medio que se pretende evaluar. La evaluación y caracterización de cada una de las unidades ofrecen una visión parcial de la biodiversidad a diferentes niveles de descripción. Pero es necesario conocer como funciona el sistema como un todo. Aunque los principios de evaluación de la diversidad biológica son universales, es necesario considerar algunas diferencias entre los ecosistemas terrestres y marinos. En los primeros juegan un papel fundamental: la diversidad de especies, la existencia de especies endémicas, raras o amenazadas, los hábitats críticos o exclusivos, la existencia de recursos naturales o socio-culturales que requieren protección, etc. Sin embargo, el medio marino se caracteriza por su alta conectividad a nivel regional y global, la naturaleza dispersa de las larvas, la existencia de notables gradientes espaciales, pobre endemismo, especies con amplia distribución y pocas posibilidades de extinción, alta renovación y mezcla de poblaciones, pocos micro-hábitats específicos y gran extensión y complejidad de los ecosistemas. Por ello, la conservación de la diversidad ecológica, más que la diversidad de organismos, juega el papel relevante en las evaluaciones de la biodiversidad marina. Evaluación de la diversidad biológica La correcta evaluación de la Diversidad Biológica es la base sobre la que descansan los programas dirigidos a conservar y utilizar de modo racional los recursos biológicos, muchos de ellos en franca amenaza debido a la propia actividad humana durante los últimos siglos. Por otra parte, la Diversidad Biológica representa un indicador del estado de los ecosistemas. La notoria complejidad de la Diversidad Biológica hace que no exista un parámetro único que pueda dar una idea de su magnitud. Cada nivel (ecosistema, especie, gen) posee sus propios requerimientos y peculiaridades. Niveles de evaluación de la biodiversidad: Diiversidad alfa () Se refiere a la riqueza de especies, medida como el número de especies en un área, otorgándole igual peso a todas. Por tanto es una medida de la riqueza de una asociación potencialmente interactiva de especies1 Diversidad beta () Se refiere al grado de cambio de especies a lo largo de un hábitat o gradiente fisiográfico. Como tal es una medida de la diversidad entre áreas (a pequeña escala). No puede expresarse en número de especies porque es una tasa o proporción: normalmente se representa como índice de similitud o tasa de cambio de la composición de especies con respecto a la distancia o condiciones ecológicas1. Diversidad gamma (). Es también una medida de la diversidad de un área, pero se refiere a la diversidad total de una región grande, y su comprensión tiene connotación directa con la biodiversidad a nivel de paisaje, región o de país. La diferencia con la diversidad alfa no está bien definida. Diversidad de especies. Es una medida de la riqueza de especies en un área, ajustada al efecto del muestreo y a la abundancia de las especies Diversidad táxica. Es una medida de la dispersión taxonómica de las especies, enfatizando las especies evolutivamente aisladas que contribuyen de forma notable a la asociación, a las características o a las opciones1. Es usual el conteo de todas las especies por igual. Sin embargo, existe el criterio de que todas las especies no contribuyen por igual a la biodiversidad debido a su posición taxonómica y que en consecuencia, la medida de la diversidad ecológica debe incluir una medida taxonómica de la diversidad entre las especies contenidas en el ecosistema. Es decir, dos especies pertenecientes a diferentes géneros aportan mayor diversidad al ecosistema que varias especies de un mismo género o evolutivamente mas cercanas. Las especies aisladas aportan mayor diversidad que igual número de especies evolutivamente cercanas. Diversidad funcional . Se refiere a dos conceptos diferentes: la diversidad de funciones ecológicas que realizan diferentes especies, y la diversidad de especies que realizan una determinada función ecológica1. Como disciplina, evalúa la riqueza de peculiaridades funcionales y las interrelaciones en un área, identificando las tramas alimentarias a través de especies clave y gremios, caracterizada por una variedad de mediciones, estrategias y espectros Diversidad autoecológica. Enfoque de la funcionalidad ecológica que trata a la especie de forma aislada, o sea independientemente de otras especies con las que vive. Diversidad sinecológica de la especie. Enfoque de la funcionalidad ecológica que se concentra en las interrelaciones de las especies de una comunidad. Diversidad sistémica. Se evalúa como la riqueza de sistemas ecológicos en una región o paisaje Riqueza de especies. La medida más simple de la diversidad ecológica es la riqueza de especies o -diversidad. Esta considera solo la presencia de especies en un área independiente de su densidad. Esta simple estadística es útil, pero no brinda una medida plena de la biodiversidad. En primer lugar porque casi nunca se dispone de listados de todas las especies del área, sino solo de las que hemos podido inventariar, que frecuentemente no son la mayoría de las existentes. Por tanto, solo tenemos una riqueza de especies basada en una parte de las que realmente existen. En segundo lugar, la extensión del área puede ser arbitraria, y la riqueza de especies está muy relacionada con el área de forma muy compleja, por lo que no es conveniente comparar la riqueza de áreas con diferente extensión. Tercero, hay componentes que dan diferente peso a la riqueza de especies en correspondencia con el valor que se atribuye a las especies. Por tales razones la riqueza de especies brinda información sobre un aspecto, pero no caracteriza la diversidad de organismos de una región. A tales efectos es necesario considerar tanto la variedad como la abundancia de especies, que si es válido aceptar como “diversidad de especies”. La riqueza de especies puede ser muy útil para comparar la diversidad entre grupos taxonómicos. Si se obtienen buenos datos sobre la distribución de la riqueza, es posible evaluar como la diversidad de un grupo (por ejemplo las mariposas) se correlaciona con la diversidad de otro (por ejemplo las aves). Si la diversidad de un grupo permite predecir la diversidad de otro, entonces la diversidad de un bosque pudiera caracterizarse solo por sus aves o por sus plantas, un arrecife solo por sus corales o la diversidad de un lago solo por sus peces. Patrones de coherencia: comparación de la diversidad a través de grupos de especies. Como los patrones de riqueza de especies en un grupo de especies se correlaciona con los patrones de otro? Si la respuesta fuera: “muy cercana” entonces el desconocimiento de las especies de determinado grupo taxonómico seria menos crítico, ya que podríamos asumir que ambos grupos se rigen por los mismos patrones. Ello permite hacer algunas deducciones generales, por ejemplo, el lago tropical de Milawi tiene 245 especies de peces, mientras que el Lago Windermere (Inglaterra) tiene solo nueve. Conociendo además que en los ecosistemas tropicales hay generalmente mayor diversidad que en climas templados o fríos, es posible deducir menor diversidad total en estos últimos. No obstante, hay muchos ejemplos que indican la necesidad de ser cautelosos con todos los patrones de distribución de la diversidad de especies. Una alta riqueza de especies en un sitio no implica que haya alta riqueza de todos los grupos. Incluso aún cuando puede haber correlación en la riqueza de determinados grupos en un continente o isla, puede que no exista tal correlación en otro sitio. La comparación de la diversidad en áreas de diferente extensión puede conllevar a evaluaciones erróneas. Aún cuando se limite la comparación a un grupo de especies, no siempre es posible hacer comparaciones entre diferentes lugares. No existen acuerdos internacionales en cuanto a las escalas en que debe medirse la riqueza. Los ecólogos de plantas generalmente cuentan el número de especies en 0,1 ha y muchos mapeos de especies se realizan a escala de 10 km2, o a escalas de un grado de longitud por uno de latitud. Los microorganismos pueden ser contados a escala de centímetros. O sea las escalas difieren de un grupo a otro. Aun para grupos de especies bien conocidos, la diversidad se reporta frecuentemente a nivel de país, sin embargo, los países difieren extraordinariamente en extensión. Por tanto, como comparar los conteos de especies cuando son obtenidos a diferentes escalas espaciales? Los muestreos, en áreas más grandes tienen a aumentar el número de especies en función de la extensión del área, ya que ello implica mayor número individuos y de hábitats. Es conocido que la relación entre el número de especies (S) y el tamaño de un área (A) se expresa aceptablemente por la ecuación: S = cAz, donde z = ¼ y c depende del grupo de especies seleccionadas (MacArthur and Wilson, 1967). Así, aproximadamente un área 16 veces más grande que otra debe tener dos veces más especies. No obstante, el valor de z no siempre es iguala ¼ , sino que fluctúa entre 0,15 y 0,8. Por ejemplo, el valor de z es generalmente mayor en islas reales, que en áreas de igual extensión (consideradas también como islas) contenidas dentro de regiones de mayor extensión con similares hábitats (McGuinnes, 1984). No obstante, el simple escalado z = ¼ del área, en muchos casos es suficiente para dar una idea comparativa de la diversidad en diferentes países o regiones. La abundancia relativa de las especies. Una de las características más llamativas de las comunidades ecológicas es que la gran variabilidad de la abundancia de sus especies. Por ejemplo, unas pocas especies son extremadamente comunes, una proporción algo mayor son menos abundantes y el resto (la mayoría) son poco frecuentes o raras. Se asume convencionalmente que la diversidad de una comunidad es mayor cuando la abundancia de las especies es similar (aún si la riqueza de especies no cambia). Así, si tenemos dos comunidades hipotéticas cada una con cuatro especies y 100 individuos, la comunidad A (en la cual cada especie tiene 25 individuos) se considera más diversa que la comunidad B, en la cual la cantidad de individuos de cada especie es muy diferente (por ejemplo 95, 2, 1 y 1). La equitatividad de la comunidad es una medida de cuan semejante es la abundancia de las especies en ella. Un número de medidas, tales como los bien conocidos índices de Shannon y Simpson tienen en cuenta la abundancia relativa de de las especies. Sin embargo, ese tipo de combinación de indicadores puede ser difícil de interpretar. Por otra parte muchos de esos índices se basan en suposiciones sobre el muestreo que frecuentemente son difíciles de satisfacer. Por ello es preferible utilizar estos componentes por separado. Este enfoque puede ser muy fuerte mientras que la información paralela sobre la riqueza de especies y la equitatividad pueden aportar importantes criterios para comprender los cambios ecológicos que ocurren en el tiempo (por eutrofización o deforestación por ejemplo) o sobre las diferencias entre las comunidades. No obstante, la obtención de datos sobre la abundancia puede ser trabajosa y a veces no es posible. Por ello esa medida es útil cuando se dispone de adecuada información, generalmente en áreas pequeñas relativamente bien estudiadas. Cualquier medida de la diversidad (como la equitatividad) que limita el énfasis en la riqueza de especies, implica que las especies raras tienen menor valor que las abundantes. Métodos de medición a escala genética. La diversidad genética está indisolublemente vinculada a las características fisicoquímicas de los ácidos nucleicos. A partir de las mutaciones o cambios que experimenta el ADN (ácido desoxirribonucleico) y la posterior acción sobre ellos de la selección natural y de ciertos procesos azarosos, se conformará la diversidad genética de cada especie que será el resultado de una evolución particular única e irrepetible. Entre los métodos más utilizados para estimar la diversidad a este nivel se halla la medición del polimorfismo del ADN y de las proteínas entre los miembros de una misma especie, la secuenciación del ADN, para lo cual se han diseñado técnicas muy variadas. Métodos de medición al nivel de especies. A este nivel los métodos son muy diversos y no se puede afirmar que uno prime sobre otro. La Diversidad Biológica, con relación a la estructura del paisaje, se puede segregar en tres componentes: diversidad alfa (riqueza de especies de una comunidad que se asume es homogénea), diversidad beta (grado de cambio o reemplazo en la composición de especies entre diferentes comunidades en un paisaje) y diversidad gamma (riqueza de especies del conjunto de comunidades que integran un paisaje, resultante tanto de las diversidades alfa como de las diversidades beta). Medición de la Diversidad alfa. Para medir la diversidad a este nivel se utilizan fundamentalmente dos criterios; uno de los cuales sólo considera el número de especies registradas en los muestreos, lo que se denomina, Riqueza de Especies, y se simboliza con la letra S. Como el valor de esta medida o índice depende del total de individuos registrados a veces se modifica su valor para hacerlo comparativo, por ejemplo: Se estudiaron dos comunidades de reptiles: una en un área natural, con una riqueza de especies de 54 (S = 54) y la otra en un área afectada por la acción del hombre, cuyo valor de riqueza registrado en este caso fue de 22 (S= 22); si queremos comparar ambas comunidades a partir de los valores de riqueza de especies, hay que tener en cuenta el total de individuos observados en la muestra, si este número es similar en ambas comunidades la comparación es válida, pero si en el área natural se registraron 300 individuos y en la afectada sólo se observaron 100 individuos, entonces hay que modificar el valor de S para la comparación. Un segundo método, se basa tanto en la riqueza de especies como en el número de individuos por especies, siendo el índice de Shannon y Weaver una proporción que brinda una idea de la importancia de cada especie en la muestra. Estos valores también pueden ser sustituidos por los de Abundancia Relativa de las especies (cuando lo que se obtienen a través de conteos, capturas y otros métodos de muestreo son estimados de la abundancia y no valores absolutos); por valores de Densidad (Si los métodos de muestreo permiten determinar el valor absoluto de individuos en la muestra); Biomasa (Si se quiere determinar la importancia de cada especie en la comunidad atendiendo a su peso corporal); Cobertura del follaje (Según el método de muestreo de la vegetación que se utiliza, se obtiene información acerca de la heterogeneidad del follaje en una comunidad vegetal dada), entre otros. Medición de la Diversidad Beta. La diversidad entre comunidades distintas se puede medir en términos cualitativos o cuantitativos. En el primer caso, sólo se registra la presencia o ausencia de la especie en la comunidad y se calculan entonces Índices de Similitud o sus complementarios de Disimilitud o Distancia, siendo la más utilizada la de Comunalidad referida como índice de Sorensen. El método cuantitativo considera, además de la cantidad de especies el número de individuos por especies en este caso son varios los índices que existen siendo el más común el de Morisita – Horm. También se utilizan otros como el Índice de Reemplazamiento, que es una medida del grado en que las especies se cambian de una comunidad a otra y el de Complementariedad que indica el grado en que una comunidad se complementa con otra. Medición de la Diversidad Gamma. Esta es la medida de la biodiversidad menos utilizada y se tiene en cuenta el No. promedio de especies en una comunidad, el No. promedio de comunidades ocupadas por una especie y el número total de comunidades. Métodos de medición al nivel de Ecosistemas. A este nivel, se aplican las técnicas de ecología de paisaje, que enfatiza escalas espaciales amplias y los efectos ecológicos del patrón espacial de las comunidades. Considera la estructura, la función y los cambios que estos sufren en el tiempo. Conceptos y terminologías utilizadas para la caracterización y evaluación de la diversidad biológica Los organismos vivos: clasificación y evolución Taxonomía, es la teoría y práctica de la clasificación de los organismos. Contiene cuatro niveles: la clasificación, la nomenclatura, las descripciones y los medios para las identificaciones. Se expresa mediante catálogos, listas de especies, manuales de plantas y animales, herramientas computacionales para la identificación, etc. La biosistemática tiene un sentido más amplio, que incluye la taxonomía, pero también toda la amplitud y riqueza de las disciplinas biológicas asociadas, incluyendo elementos de evolución, filogénia, genética poblacional y biogeografía, medidas taxonómicas de la biodiversidad, etc. (Hawkswosrth and Bisby, 1988, Quicke, 1993). En los años 30 el término Sistemática fue utilizado en Gran Bretaña para enfatizar el abandono de la taxonomía clásica, como el uso de la frase La Nueva Sistemática, y el establecimiento de la Asociación de Sistemáticos. Simpson (1961) y Mayr (1962) definieron: La Sistemática es el estudio científico de las clases y diversidad de organismos y todas las relaciones entre ellos. Sin embargo, la palabra Sistemática se utiliza también en el contexto no biológico, por lo que el término Biosistemática refleja más claramente el contexto biológico. La taxonomía tradicional se basa en el análisis fenotípico para la clasificación. En cambio, las relaciones filogenéticas se basan en el análisis genotípico. Principales categorías taxonómicas: Dominio (categoría informal): Bacteria, Archea, Eucarya, Organismos Eucriotas: aquellos cuyo ADN se encuentra contenido en membranas nucleares. La gran mayoría de las especies son eucariotas. Organismos Procariotas: Organismos celulares sin núcleo distintivo. Las bacterias (dominos Bacteria y Archea) son Procariotas. “El árbol filogenético universal (Fig. ) muestra las posiciones evolutivas relativas de los principales seres vivos. La raíz del árbol universal representa un punto del tiempo evolutivo en el que toda la vida existente en la Tierra compartía un antepasado común. Esa raíz se ha determinado mediante la secuenciación del ARNmt, mediante métodos de secuenciación de macromoléculas relacionados. Indica de manera clara que la evolución inicial a partir del antepasado universal tomó dos direcciones, la del dominio Bacteria y la opuesta de los Archea y Eukarya. Mas tarde, los dominios Archea y Eukarya se separaron para producir dos linajes principales. Estos dos dominios, por tanto, están más próximos entre sí filogenéticamente, que cada uno de ellos con el dominio Bacteria” Reino - es el más alto de los niveles de clasificación. El sistema más usado en la actualidad consta de cinco reinos: Animal, Vegetal, Monera, (bacterias, micoplasmas y todos los organismos procariotas unicelulares, como las algas verde azuladas), Hongos (Fungi) y Protista (eucariotas unicelulares, como la mayoría de las algas y los protozoos, y sus descendientes más inmediatos, como las algas pluricelulares) Filo (en español) = Phyllum ( en latín) = Phylum (en inglés), es la categoría mayor, o taxón de organismos que tienen un diseño u organización común. Este diseño lo comparten todos los miembros del filo, aunque sus detalles estructurales pueden diferir mucho, como consecuencia de la evolución; todos los miembros de un filo tienen un antepasado común. El filo es parte de la jerarquía de la clasificación de los organismos y el nivel más alto de clasificación taxonómica después del Reino o División. Otros niveles de clasificación: Clase, orden, Familia, Tribu, Género, Sección, Especie, Variedad (forma), Cultivo. Los primeros cinco pueden subdividirse en supra o subclase, etc. Otras categorías informales: Forma especial, Pathover, Raza, Generación. Concepto biológico de especie: 1- La especie esta formada por un grupo de poblaciones capaces de reproducirse entre sí, e incapaces de reproducirse con otros grupos (Dobzhansky, 1937; Mayr, 1940; 1969) 2- La especie esta formada por un grupo de poblaciones capaces de reproducirse entre sí, e incapaces de reproducirse con otros grupos, los cuales ocupan un nicho ecológico específico en la naturaleza (Mayr, 1982). Este último concepto introduce el concepto de “nicho” para incluir las especies que tienen reproducción asexual o partenogenética. Concepto morfológico de especie: “Las menores poblaciones naturales permanentemente separadas unas de otras por una discontinuidad distintiva en las series de biotipos”. Muchas escuelas sugieren un mínimo de dos caracteres correlacionados para caracterizar una discontinuidad suficiente. Este concepto es cuestionado actualmente. La “riqueza de especies” es la más simple expresión de la diversidad ecológica. Se refiere al conteo de especies en un área, país, ecosistema, etc., solo por su presencia, sin considerar su abundancia o importancia en el ecosistema. Se conoce como diversidad alfa (). Si bien el valor de la riqueza de especie puede ser útil, es también limitado ya que no refleja una medida completa de la biodiversidad. En primer lugar porque raramente llegamos a conocer el número total de especies en un lugar, incluso con frecuencia no conocemos la mayoría de las existentes. Concepto filogenético de especie: Una especie es el menor grupo de organismos diagnósticamente diferente de otros del mismo cluster y entre los cuales existe un patrón familiar de ancestros y de descendencia. Este concepto se basa en la historia filogenético de los organismos y considera a las especie como la última e indivisible rama de un árbol evolutivo. La especiación es el proceso por el cual se originan nuevos linajes. Son organismos similares, independientemente de la forma de reproducción, que poseen elementos de su apariencia heredados de un ancestro común. La aplicación de este concepto, brindaría más altos estimados del número de especies que el concepto biológico. A medida que los taxones son examinados con mayor detalle (especialmente por biología molecular) aumentan las posibilidades de encontrar diferencias entre pequeños subgrupos, y ello conlleva a la separación de especies. Concepto ecológico de especie: Linaje que ocupa una zona adaptativa diferente a las de otros linajes en su rango y que se desarrolla independientemente de otros linajes fuera de su rango. Población. Conjunto de individuos de una especie con características genéticas diferentes de otros conjuntos de individuos de la misma especie. Los miembros de ese conjunto o población tienden más a reproducirse entre sí que con individuos de otro grupo. Gremio: conjunto de especies que ocupan similar nicho ecológico y tienen similares funciones en el ecosistema. Asociación de organismos: grupo de especies que viven en una misma localidad sin mantener inter-relaciones o dependencia entre sí. Comunidad ecológica: conjunto de especies que habitan en un área determinada y mantienen entre sí relaciones ecológicas y son funcionalmente interdependientes en alguna medida1. Ecosistema: No existe un criterio único sobre el significado del término, aunque en sentido general, los conceptos aceptados internacionalmente coinciden de alguna forma. En la Evaluación Global de la Biodiversidad, se describe como: complejo dinámico de comunidades de plantas, animales hongos y micro-organismos y sus ambientes abióticos asociados, interactuando como una unidad ecológica; -ejemplares, poblaciones y especies que habitan en un área definida; mantienen interacciones funcionales o ecológicas entre sí y con su medio ambiente físico; Se describe como: -sistema dinámico relativamente autónomo formado por una comunidad natural y su medio ambiente físico. El concepto, que empezó a desarrollarse en las décadas de 1920 y 1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos — plantas, animales, bacterias, algas, protozoos y hongos, entre otros — que forman la comunidad y los flujos de energía y materiales que la atraviesan. Resulta más útil considerar a los entornos terrestres y acuáticos como ecosistemas, término acuñado en 1935 por el ecólogo vegetal sir Arthur George Tansley para realzar el concepto de que cada hábitat es un todo integrado. Un sistema es un conjunto de partes interdependientes que funcionan como una unidad y requiere entradas y salidas. las partes fundamentales de un ecosistema son los productores (plantas verdes), los consumidores (herbívoros y carnívoros), los organismos responsables de la descomposición (hongos y bacterias), y el componente no viviente o abiótico, formado por materia orgánica muerta y nutrientes presentes en el suelo y el agua. Las entradas al ecosistema son energía solar, agua, oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno y otros elementos y compuestos. Las salidas del ecosistema incluyen el calor producido por la respiración, agua, oxígeno, dióxido de carbono y nutrientes. la fuerza impulsora fundamental es la energía solar. Hábitat - es el espacio utilizado por un organismo, en unión de otros organismos con los cuales coexiste, y los elementos paisajísticos y climáticos que les afectan. Es el lugar donde un animal o planta normalmente vive y se reproduce1. Biotopo – es un área relativamente pequeña con condiciones biológicas uniformes (clima, suelo, altura, vegetación, profundidad, etc.)1. En sentido literal el término significa ambiente de vida y se aplica al espacio físico, natural y limitado, en el cual vive una biocenosis2. Existe cierta confusión en el uso de estos tres términos, resultado de interpretaciones erróneas sobre su significado. Un arrecife coralino por ejemplo, puede ser catalogado con los tres términos, pero para cada uno tiene un concepto diferente. Por ejemplo, cuando nos referimos al arrecife como el medio físico o sustrato formado por los corales y otros organismos, sin tomar en cuenta las interrelaciones de los organismos con ese sustrato, estamos hablando de un biotopo, o sea del lugar donde viven determinados organismos. Si nos referimos no solo al medio físico sino también a las condiciones de vida necesarias para los peces, gorgonias, esponjas o una biocenosis determinada, estamos refiriéndonos al hábitat. Cuando además de los dos factores anteriores estamos analizando la estructura, interacciones y/o funciones de los miembros de esa comunidad o de esta con el medio físico y que son las que determinan la existencia de un sistema ecológico, entonces estamos hablando de un ecosistema. En ocasiones se confunde el significado de asociación de organismos con una comunidad ecológica. El primer caso se refiere a un grupo de especies que viven en una misma localidad sin mantener inter.-relaciones o dependencia entre sí, mientras que la comunidad ecológica se define como un conjunto de especies que habitan en un área determinada y mantienen entre sí relaciones ecológicas y son funcionalmente interdependientes en alguna medida1. La biodiversidad desde la perspectiva ecológica Niveles o categorías de la diversidad biológica desde la perspectiva ecológica: Las plantas, animales, hongos y microorganismos no están uniformemente distribuidos sobre la tierra, sino que forman patrones espaciales de diferentes tipos. Hay tres razones para ello: 1- de tipo histórico, 2- causales y 3- funcionales. Las razones históricas se estudian principalmente por la biogeografía histórica, que se encarga de describir los efectos de los patrones de distribución de los eventos ocurridos en el pasado. Por ejemplo cuando ocurrió la división de Pangea, muchas especies se quedaron aisladas en diferentes continentes e islas y evolucionaron de forma independiente, dando lugar en cada sitio a diferentes componentes de la diversidad de especies. La temperatura, precipitaciones y condiciones del suelo, son diferentes en cada sitio, y forman intrincados y cambiantes patrones. Las especies en cada sitio siguen esos cambios y evolucionan adaptándose a ellos. Aquellas que se adaptaron a determinadas condiciones, se ven agrupadas espacialmente y separadas de otras que evolucionaron para adaptarse a condiciones ecológicas diferentes. Las especies que habitan en un mismo lugar, interactúan entre sí de alguna manera, formando comunidades en las cuales cada especie desempeña diferente función. Así por ejemplo, algunos son productores primarios, otros son productores secundarios que se alimentan de los anteriores más plantas y bacterias; otros son productores terciarios, depredadores que consumen a los secundarios, hay además parásitos y organismos que provocan enfermedades, etc. A diferentes niveles entran en el sistema las saprofitas y sus contrapartes zoológicas para consumir el material muerto. Todos estos factores determinan diferente composición y niveles de biodiversidad en cada lugar. Clasificación global de los ecosistemas. Los ecosistemas no tienen dimensiones, y sus límites pueden ser definidos de acuerdo con la conveniencia del autor. Debido a que el concepto ecológico de ecosistema se refiere principalmente a procesos tales como el flujo de nutrientes y energía, en su evaluación se da poco el énfasis a la diversidad de especies. Es común reconocer como fisonómicamente iguales (en términos de su estructura) a sistemas cuyas funciones están orientadas en la misma dirección, aún cuando su composición por especies sea muy diferente. Así por ejemplo, los bosques tropicales de América del Sur, África y Asia son claramente del mismo tipo de ecosistema. Una ventaja del enfoque por ecosistemas es que es posible comparar sistemas muy diferentes, con una composición por especies totalmente diferente. A gran escala, las variaciones en la estructura del ecosistema está íntimamente relacionadas con las variables ambientales que lo controlan, principalmente el clima. Así pues, la clasificación de ecosistemas utiliza un amplio rango de parámetros, incluyendo aspectos de la estructura fisonómica de la vegetación, condiciones del clima, régimen hidrológico, etc. Para la clasificación de los ecosistemas se utilizan dos enfoque principales: 1- de acuerdo a la estructura física de la vegetación, y 2_- mediante el análisis de las condiciones ambientales para definir las características abióticas en que se desarrollan determinadas comunidades. El primer enfoque se emplea en ecosistemas terrestres, pero no es útil en ecosistemas acuáticos, donde la vegetación no tiene una diversidad estructural ni la uniformidad a escala regional para permitir tal clasificación. Para los ecosistemas marinos se emplea el principio del sistema de Reinos Biogeográficos y Provincias de Udvardy (1975), adaptado a este medio por Hayden et al. (1984), que combina el formato geofísico basado en variables tales como la salinidad, corrientes superficiales y temperatura (Dietrich, 1993) y los reinos zoogeográficos de Briggs (1974) para producir una clasificación global del medio marino. Otro sistema ha descrito 49 grandes ecosistemas marinos, que incluyen áreas costeras desde las cuencas de los ríos y los estuarios hasta la plataforma continental o las márgenes exteriores de los sistemas de corrientes oceánicas (Sherman, 1994). El 95% de los peces y otros recursos marinos son obtenidos en estos ecosistemas. Los organismos no están distribuidos uniformemente, sino en intrincados mosaicos espaciales, clasificados a escala global en: zonas biogeográficas, biomas, ecoregiones y reinos oceánicos. A una escala menor, dentro de los paisajes, se clasifican en ecosistemas, comunidades y asociaciones. En los ecosistemas terrestres, las comunidades que se encuentra en cualquier sitio pueden ser caracterizadas por el ambiente físico (ecoregión), el tipo fisonómico (bioma) y las zonas florístico/faunísticas (biogeográficas) en las cuales ocurren. En los sistemas marinos las comunidades son caracterizadas en términos de su ambiente físico y la zona faunística (biogeográfica). La biodiversidad dentro de un área puede ser caracterizada por medidas de su riqueza de especies, diversidad de especies, diversidad táxica y diversidad funcional, cada una resaltando diferentes perspectivas. A escalas menores, los paisajes están formados por áreas caracterizadas como ecosistemas o comunidades. La diversidad entre áreas se mide como diversidad beta (β), o sea por el cambio de las especies presentes. La diversidad de sistemas se evalúa como la riqueza de sistemas ecológicos en una región o paisaje. Biodiversidad y funcionamiento de los ecosistemas: principios básicos (Resumido de: Money, Lubchencho, Dirzo y Sala, 1995, en Global Biodiversity Assessment) Uno de los más importantes cuestiones en ecología, y uno de los más importantes que confronta la humanidad, está en cual es el grado requerido, en niveles de biodiversidad, para garantizar los servicios de los ecosistemas (Ehrlich, 1993). El problema se interpreta ordinariamente como “cual es la fracción mínima, del estimado de 13,5 millones de especies existentes, requerido para mantener el funcionamiento de los ecosistemas de forma que estos puedan continuar ofreciendo sus servicios”? En otras palabras, cuanto de la diversidad de especies del mundo es redundante? Está claro que ya muchos servicios de los ecosistemas están afectados: los cambios en la composición de la atmósfera son un ejemplo obvio. La deforestación es responsable en parte, y está asociada a las mayores pérdidas de biodiversidad y hay muchos ejemplos más. El término biodiversidad frecuentemente ha sido equiparado con la diversidad de especies. Sin embargo, la comprensión del significado funcional de la biodiversidad necesita de las ricas y múltiples dimensiones de los conceptos subyacentes del término. Hay cuatro conceptos clave a considerar: 1- los niveles de organización biológica y ecológica y sus interacciones, 2- el número de diferentes unidades biológicas en cada nivel, 3- la influencia y grado de similitud en los rasgos o papeles que juegan las unidades biológicas y ecológicas en cada nivel, 4- la configuración espacial de las unidades en cada nivel. Por ejemplo, al nivel de especie necesitamos considerar si existen consecuencias funcionales del número total de diferentes especies, si el grado de similaridad en sus papeles funcionales o caracteres tienen consecuencias a nivel de ecosistemas, y si la configuración espacial de las especies influye en el funcionamiento del ecosistema. Los sistemas ecológicos pueden ser vistos a niveles crecientes de organización: genético, poblacional, especie, comunidad, ecosistema y paisaje. Los patrones y procesos a cualquier nivel particular afectan no solo al nivel en cuestión, sino también al superior y al inferior. Debido a que los ecosistemas proveen de productos y servicios a la humanidad, la evaluación, en los próximos capítulos se enfocara principalmente en el nivel de ecosistema, pero incluye funcionamientos relevantes a nos niveles superior e inferior. El “funcionamiento de los ecosistemas” incluye la suma de todos los procesos que operan a niveles ecológicos bajos, los cuales impactan sobre patrones o procesos a nivel del ecosistema. Las interacciones entre las especies o la transferencia de material genético son ejemplos de algunos de los procesos de bajo nivel que son inmediatamente relevantes para las consecuencias ecosistémicas de la biodiversidad. El término “sistema ecológico” se refiere y utiliza aquí como las características o funcionamiento de los organismos, poblaciones, comunidades o ecosistemas a un nivel apropiado para el problema particular que es necesario resolver. Por tanto, es análogo al uso de la palabra taxón para los sistemáticos. Las funciones de diferentes especies y la magnitud en que ellas se sobrelapan en funciones ha sido tema común en ecología comunitaria. Conceptos tales como “especie clave”, “redundancia”, “compensación”, “grupos funcionales” y “remaches” todos tienen relación con la magnitud en que los individuos o especies se sobrelapan en funciones, y las consecuencias de ese sobrelapamiento para el sistema. La comprensión de “carácter de especie única", se sobrelapa entre especies y el posible significado funcional de bajo o alto número de especies, aparte de la forma en que difiere en enfoques, resulta relevante para comprender bajo que condiciones la especie es importante. Históricamente, menor atención se le ha prestado a problemas equivalentes relacionados con el sobrelapamiento funcional entre genes o ecosistemas. Sin embargo tal información se reconoce ya como relevante par la conservación y el manejo. Diversidad genética y funcionamiento de los ecosistemas. Para evaluar el significado de la diversidad genética en el funcionamiento del ecosistema, es preciso comprender el papel que juegan los individuos. Son los individuos, no las especies, las que comen o son comidas, las que viven o mueren, las que capturan y transfieren energía. Las especies no interactúan: son los individuos de diferentes especies los que interactúan. Las comunidades no son asociaciones de especies, estas son asociaciones de individuos de la misma o diferentes especies. Afortunadamente una nueva ecología, basada en el individuo, ha emergido (Hogeweg y Hesper, 1990; Rose et al., 1993) y a medida que crece el papel de los individuos gana mayor valor. La variación genética juega un papel particularmente importante en los procesos que ocurren por encima del nivel individual, por lo que es necesario conocer los componentes genéticos de la variabilidad individual. La base material de la variación genética es el ADN, el cual se puede replicar y pasar a las futuras generaciones y a más de un individuo. Por tanto la variación genética tiene una existencia en el tiempo y en el espacio que trasciende al individuo y garantiza la continuidad física y evolución para los procesos evolutivos a nivel de especie. A su vez, los ecosistemas funcionan por una variedad de procesos que están regidos por la adaptación evolutiva. Magnitud y distribución de la biodiversidad. (Resumido de Hawksworth y Kalin-Arroyo, 1995) Magnitud actual de la biodiversidad La magnitud de la biodiversidad puede ser analizada a escalas que fluctúan desde el nivel de ecosistema y hábitat, a través de los organismos y hasta el nivel genético, incluyendo la diversidad domestica. La clasificación de los ecosistemas se basa principalmente en la vegetación, pero es necesario tomar en consideración los cambios introducidos por el hombre, y los las variables climáticas y biogeográficas. Los sistemas designados para el uso a nivel global son de limitado valor a escalas importantes para los propósitos de conservación. Como no es posible inventariar todos los sitios, la clasificación ecológica es un importante componente en la evaluación de los lugares para objetivos de conservación. La biodiversidad de organismos puede ser evaluada a diferentes niveles de clasificación jerárquica, desde el reino y los filos, pasando por órdenes, familias, géneros y especies, hasta los niveles intraespecíficos y genéticos. Diferentes usos de la categoría “especie” y la importancia de la divergencia filogenética, indican que la diversidad de organismos no puede ser medida objetivamente por las diferencias en el número de especies; la “especie”, aunque es la unidad de biodiversidad más comúnmente utilizada, no es una unidad estándar de la biodiversidad. El estimado de 1,75 millones de especies es actualmente la mejor estimación del número de especies vivientes conocidas por la ciencia. Se estima además que la cifra total posible es de unos 13.6 millones, por lo que solo se han descrito un 13% de las especies del planeta. Los estudios moleculares y genéticos demuestran que existe una enorme diversidad a nivele infraespecífico en casi todas las especies que han sido analizadas. Una alta variabilidad genética se ha encontrado en la mayoría de las especies Para los animales, la variabilidad es como promedio mayor entre los invertebrados que en los vertebrados, los cuales tiene poblaciones más subdivididas. En los moluscos, anfibios, reptiles y mamíferos, aproximadamente 25-30% de esa variación es debida a difeencias genéticas entre poblaciones, mientras que en las aves y los insectos, que tienene un mayor flujo de genes entre las poblaciones, esa variación es solo de 810%. En las especies de plantas, existe un rango de variabilidad mas amplio entre diferentes especies. Los sistemas de cultivo son el principal determinante de los patrones de variabilidad genética en las plantas. Como se ha planteado anteriormente, actualmente se evalúa la biodiversidad en términos ecológicos, de organismos (taxonómicos) y genéticos, y dentro de cada una de estas categorías se considera otra variedad de niveles (May, 1994a,b). La unidad clave, tanto en la jerarquía ecológica como en la taxonómica es la población, no los individuos de los cuales están compuestas, o las especies a las cuales pertenecen esas poblaciones. Sin embargo, en la práctica, las especies proveen el principal punto de referencia en la mayoría de los intentos de cuantificar y evaluar la magnitud de los sistemas ecológicos a otros niveles, y constituyen el principal elemento en los estudios de la biodiversidad en general. Tanto los genes como las especies pueden definirse, de forma simple, como unidades identificables que se definen así mismas a través de la replicación o reproducción. Los sistemas ecológicos en los cuales se encuentran los genes y especies, tales como los hábitats y los ecosistemas, no tienen tal identidad: son entidades más conceptuales que los genes o las especies; no existen en unidades discretas, sino que representan partes diferentes de un continuo natural altamente variable; ellos se intergradúan de formas complejas y su percepción es altamente dependiente de las escalas; cambian a través de los procesos de sucesión y degradación y no son perpetuables por sí mismos, sino que mantienen su existencia o son recreados por las especies que en ellos existen y los factores abióticos que les afectan. Así pues, debido a que términos tales como bioma, ecosistema, biocenosis, hábitat y comunidad son ampliamente utilizados, su clasificación, su delimitación precisa y la evaluación de su diversidad global, son comprendidas con dificultad. Esas dificultades están determinadas principalmente por las escalas espaciales y por las diferencias bioticas entre los continentes. No hay una clasificación estándar aceptada internacionalmente para los ecosistemas y fenómenos relacionados a ellos, para una aplicación universal, aunque hay muchas opciones, dependiendo del propósito para el cual se usa la clasificación y la escala a la cual se desea utilizar. Pueden emplearse clasificaciones basadas en diferentes criterios, como la composición florística de especies, la composición faunística (en ecosistemas terrestres) o por las propiedades del ecosistema; todas pudieran ser igualmente útiles; pero no podemos esperar que las clasificaciones basadas en diferentes criterios puedan corresponderse.. INVENTARIO Y MONITOREO DE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA El inventario de la diversidad biológica es el reconocimiento, clasificación catalogación, cuantificación y mapeo de las entidades tales como los genes, individuos, poblaciones, especies, hábitats, biotopos, ecosistemas y paisajes o de sus componentes, y la síntesis de la información resultante, para el analisis de los patrones y procesos. Constituye la línea base del monitoreo. La presencia/ausencia, abundancia relativa, y patrones de variación de entidades biológicas, pueden expresarse a escalas espaciales desde nanómetros hasta paises, continentes, cuencas oceánicas y hasta la biosfera completa. El monitoreo consiste en la repetición del inventario en el tiempo y el espacio y por lo tanto en la medición del cambio. Se trata del reconocimiento intermintente (regular o irregular) para determinar el grado de conformidad con predeterminados estándares o grados de desviación a partir de una norma predeterminada (Hellawell, 1991). Los inventarios proveen la ciencia básica, mientras que el monitoreo mide el cambio y guía el manejo. Dicho manejo debe ser dinámico, ya que debe responder a los resultados del monitoreo de ecosistemas inherentemente dinámicos. Varios aspectos importantes deben ser considerados antes de invertir esfuerzos en el inventario y el monitoreo. Estos determinaran la utilidad de los resultados. Por ejemplo, la escala geográfica y temporal de las operaciones deben ser considerados conjuntamente con otros componentes del diseño de muestreo. Particular atención debe darse a la selección de los taxones a estudiar. (ej. Especies clave, indicadoras, amenazadas, sombrilla , banderas, comerciales o médicinales) y a que niveles (genes, especies, poblaciones, ecosistemas). Escalas, planeamiento y alcance de los inventarios y monitoreos. Durante la elaboración del programa de inventario y monitoreo es importante hacer coincidir los métodos con los objetivos precisos. Aun cunado no exista el plan de realizar comparaciones con otras localidades, el uso de métodos estandarizados garantizará la posibilidad de futuras comparaciones. La selección de los métodos debe basarse en la perspectiva de problema-resuelto, para lo cual se requiere: definición clara del problema, su escala espacial y su alcance, ya sea sistemático, ecológico o de manejo; definición de las metas, incluyendo los intereses de los clientes y los usuarios; identificación de los tipos de información biológica requeridos, la escala e intensidad de las mediciones; determinar la presición de las estadísticas necesarias; definir el tiempo necesario para alcanzar las metas determinar los recursos necesarios (materiales, humanos, financieros); evaluación costo-beneficio del inventario y/o monitoreo (los costos deben ser adecuados a la manginut y calidad de la información. Los datos de línea-base constituyen las unidades básicas del inventario, cruciales para la conservación planeamiento y manejo de la biodiversidad. Estos generalmente incluyen: presencia y/o abundancia de las especies u otras unidades; otros datos bióticos de los cuales depende lo anterior (ej. Cobertura de la vegetación, etc); variables abióticas que influyen en los factores bióticos; variables humanas (factores antrópicos). Las metas y escalas de los programas de inventarios y monitoreos pueden cambiar con el tiempo, por tanto los datos de línea-base deben ser suficientemente robustos para acomodar tales cambios. Inventarios y monitoreos de poblaciones. El término “reconocimiento poblacional” (population surveying) se ha utilizado en dos direcciones: 1- en términos de la tasa intríseca de crecimiento del tamaño de la población, el tamaño de la población en equilibrio y de la abundancia de los individuos de diferentes edades y sexos en un momento o lugar (inventario); y 2- con referencia a los cambios en el tiempo y espacio (su dinámica) que incluye natalidad, mortalidad, inmigración, emigración y cambios en la frecuencia de genes (monitoreo). La evaluación de las diferencias espaciales y temporales de esos parámetros, así como de las causas bióticas y abióticas de esas diferencias, permiten una mejor comprensión de la dinámica de una especie. Por tanto, los reconocimientos poblacionales que aportan estimaciones sobre parámetros demográficos, pueden ser más informativas que aquellas orientadas al tamaño de la población, debido a que permiten comprender la dinámica de la población y facilitan la formulación de modelos predictivos. Inventarios y monitoreos de especies seleccionadas. Algunas especies tienen mayor influencia en los ecosistemas que otras. Sus impactos y abundancias pueden cambiar en el tiempo con otras especies reemplazándolas en su posición de influencia. Hay dos grupos particularmente relevantes para la conservación de la biodiversidad: las especies clave y las especies exóticas invasivas. Especie clave: aquella cuya pérdida de un ecosistema provocaría un cambio mayor que los cambios promedio en otras especies, poblaciones o procesos ecológicos; especies que tienen un efecto desproporcionadamente grande sobre otras especies en una comunidad Tal efecto es generalmente desproporcional a su abundancia. Pueden ser beneficiosas o dañinas. Uno de los objetivos principales del inventario o monitoreo debe ser identificar y evaluar la dinámica de sus impactos, en la medida en que los ecosistemas son alterados directa o indirectamente por la actividad humana. Especie invasiva: especie introducida que invade los hábitats naturales. Pueden ser patógenos, vectores, animales o plantas invasivas. Especies indicadoras: Algunas especies cambian bajo el efecto de las condiciones bioticas o abioticas. Estas reflejan la calidad y los cambios en las condiciones ambientales así como aspectos de la composición de la comunidad. Cuales deben ser seleccionadas depende del objetivo del monitoreo (ver detalles en Soulé y Kohm, 1989; Noss, 1990; Hawskworth y Richie, 1993; Kremen et al., 1993; Samways, 1994). Algunos atributos que deben tener las especies indicadores: estrecha asociación e identificación con las condiciones y respuestas de otras species; alta fidelidad ecológica; alta abundancia y moderadas fluctuaciones (siempre presentes y fáciles de localizar); estrecho endemismo, o si es amplio, bien diferenciado (a nivel local o regional); taxonomía bien conocida y de fácil identificación; buena información básica (sobre su genética, conducta, bioquímica, ecología, biogeografía); grandes muestras aleatorias que abarcan toda la variabilidad posible de la especie; la importancia funcional en el ecosistema es bien conocida; predecible, rápida, sensible, analizable y lineal respuesta a los disturbios. El uso de especies indicadoreas ha sido criticado por sus cuestionables presuposiciones, metodologías deficientes y a veces erróneas aplicaciones (Landres et al., 1988), Noss, 1990), pero sin embargo, aún son útiles para monitorear ciertos cambios que tienen lugar en relación con problemas específicos de la biodiversidad. Alcance del inventario y monitoreo multi-especie. Los inventarios múlti-taxones tienen la ventaja de aportar una mejor comprensión de la diversidad biológica de una región. No obstante en muchos casos están limitados por la existencia de sistemáticos experimentados, apoyo logístico o recursos financieros. Generalmente estos estudios se basan en la separación de diferentes grupos de tallas, que ocupan diferentes nichos espaciales en los sedimentos. Por ejemplo la nanofauna, microfauna, mesofauna, macrofauna. Cada grupo de talla incluye diferentes taxones. Por ejemplo la nanofauna incluye Protozoos, Rotíferos, Nemátodos; la macrofauna incluye crustáceos, moluscos, poliquetos, equinodermos, etc. La información sobre las características de esas asociaciones, conjuntamente con datos geográficos puede ser utilizada para diseñar la distribución de las áreas de conservación. Inventarios rápidos de biodiversidad. Son aplicados a problemas en sítios específicos y se basan en la evaluación de grupos focales de taxones que permitan una medida de la riqueza o singularidad de un área. En ocasiones son aplicados como prospección preliminar de de evaluaciones ambientales más amplias. También para resolver problemas de conservación cuando hay poco tiempo o en estudos de impacto ambiental. Las evaluaciones rápidas, generalmente se basan en la identificaciòn visual de grupos de organismos bien conocidos y de facil identificación en el campo, y deben ser realizadas por personal de gran experiencia profesional. También pueden ser utilizados para inventariar bioindicadores o poblaciones locales de especies focales (especies bandera, especies amenazadas, etc). Estos métodos tienen la desventaja de que no siempre ofrecen estimaciones adecuadas de la densidad de organismos y no son igualmente aplicables a todos los biotopos o microhabitats. REFERENCIAS Bisby, F.A. 1995. Characterization of biodiversity. En V.H. Heywood, y R. T. Watson, Global Biodiversity Assessment. Published for the United Nations Environment Programme. Cambride university Press, pp. 21-106. Briggs, J. C. 1994. Species diversity; land and sea compared. Systematic Biology 43: 130-135. Dietrich, D. 1963. General Oceanography: An introduction. Interscience Publishers, New York. Ehrlich, 1993. Foreword: biodiversity and ecosystem function: need we know more?. En Schulze, E.D. y Mooney, H.A. (eds). Biodiversity and Ecosystem Function, vii-xi, Springer-Verlag, Berlín. Hayden, B. P. Ray, C. G. and Dolan, R. 1994. 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A clasification of the biogeographical Provinces of the world. IUCN Occasional Paper No. 18, IUCN, Morges, Switzerland. Compilado por: Dr. Rodolfo Claro Madruga Instituto de Oceanología Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente La Habana, Cuba. Email: rclaro39@yahoo.es Diciembre de 2006