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Consenso para el Control del Riesgo Cardiovascular en el Pacífico Sur (Ecuador, Perú y Chile) Agosto 2015 Consenso para el Control del Riesgo Cardiovascular en el Pacífico Sur (Ecuador, Perú y Chile) Autores: Alfonso Bryce-Moncloa, Joffre Lara, Leonardo Cobos, Mauricio San-Martín , César LarrauriVigna, Vilma Santiváñez-García, Helard ManriqueHurtado, Félix Medina-Palomino, James Castle, Josefina Medina-Lezama, Julio ChirinosPacheco, Fausto Garmendia-Lorena, José PachecoRomero, Segundo Seclén-Santisteban, Enrique Ruiz, Oswaldo Salaverry, Raúl Rivera, Edmundo Li Kuan, Raúl Villar, Fernando Lanas, Ernesto Peñaherrera, Juan Urquiaga, Germán ValenzuelaRodríguez, Enrique Morales-Villegas, Enrique Melgarejo, Patricio López-Jaramillo, Carlos Ponte N., Ramiro Sánchez, Julio Chirinos, Guillermo Umpierrez, Antonio Coca, Gianfranco Parati, Alberto Zanchetti Colaboradoras: Andrea Tamayo, Alejandra Tamayo Agosto 2015 Coordinación: Coordinador General: Dr Alfonso Bryce-Moncloa Coordinador Perú: Dr Alfonso Bryce-Moncloa Presidente Colegio Panamericano del Endotelio (2013-2015) Coordinador Ecuador: Dr Joffre Lara Presidente Colegio Panamericano del Endotelio (2015-2017) Coordinador Chile: Dr Leonardo Cobos Presidente Colegio Panamericano del Endotelio (2011-2013) ECUADOR: Joffre Lara, Ernesto Peñaherrera CHILE: Leonardo Cobos, Raúl Villar, Fernando Lanas INVITADOS ESPECIALES Enrique Morales-Villegas (MEX), Enrique Melgarejo (COL), Patricio López-Jaramillo (COL), Carlos Ponte N. (VEN), Ramiro Sánchez (ARG), Julio Chirinos (USA), Guillermo Umpierrez (USA), Antonio Coca (ESP), Gianfranco Parati (ITA) , Alberto Zanchetti (ITA) Autores: Alfonso Bryce-Moncloa Cardiólogo, CARDIOGOLF, Clínica El Golf, Lima-Perú Joffre Lara Cardiólogo, Hospital Juan Tanca Marengo, SOLCA, GuayaquilEcuador Leonardo Cobos Cardiólogo, Hospital El Pino, Santiago de Chile-Chile Mauricio San-Martín Medico General, Unidad de Investigación, CARDIOGOLF, Lima-Perú César Larrauri-Vigna Cardiólogo, CARDIOGOLF, Clínica El Golf-Clínica Delgado, LimaPerú Vilma Santiváñez-García Nefróloga, Clínica San Borja, Lima-Perú Helard Manrique-Hurtado Endocrinólogo, Hospital Nacional Arzobispo Loayza, Lima-Perú Félix Medina-Palomino Cardiólogo, Hospital Cayetano Heredia, Lima-Perú James Castle Nefrólogo, Clínica Angloamericana, Lima-Perú Josefina Medina-Lezama Cardióloga, Universidad San Agustín, Arequipa-Perú Julio Chirinos-Pacheco Nefrólogo, Universidad San Agustín, Arequipa-Perú Fausto Garmendia-Lorena Endocrinólogo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, LimaPerú José Pacheco-Romero Gíneco-Obstetra, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, LimaPerú Segundo Seclén-Santisteban Endocrinólogo, Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima-Perú Enrique Ruiz Cardiólogo, Universidad San Martín de Porres, Lima-Perú Oswaldo Salaverry Internista, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima-Perú Raúl Rivera Cardiólogo, Clínica El Golf, Lima-Perú Edmundo Li Kuan Cardiólogo, Universidad Nacional de Trujillo, Trujillo-Perú Raúl Villar Internista, Integramédica, La Serena-Chile Fernando Lanas Cardiólogo, Universidad de la Frontera, Temuco-Chile Ernesto Peñaherrera Cardiólogo, Hospital Luis Vernaza, Guayaquil-Ecuador Juan Urquiaga Cardiólogo, Clínica Delgado, Lima-Perú Germán Valenzuela-Rodríguez Internista, Cardiólogo, Clínica Delgado, Lima-Perú Enrique Morales-Villegas Cardiólogo, Centro de Investigación Cardiometabólica, Águascalientes-México Enrique Melgarejo Cardiólogo, Hospital Militar, Bogotá-Colombia Patricio López-Jaramillo Endocrinólogo, FOSCAL, UDES. Colombia Carlos Ponte N. Cardiólogo, Fundación Venezolana de Cardiología Preventiva, Caracas-Venezuela Ramiro Sánchez Internista, Unidad Metabólica, Fundación Favaloro, Buenos AiresArgentina Julio Chirinos Cardiólogo, University of Pennsylvania, EEUU Guillermo Umpierrez Endocrinólogo, Emory University, EEUU Antonio Coca Internista, Hospital de Barcelona, Barelona-España Gianfranco Parati Cardiólogo, University of Milano-Bicocca, Italia Alberto Zanchetti Internista, Instituto Auxológico de Milán, Italia Colaboradoras: Andrea Tamayo Unidad de Investigación, CARDIOGOLF, Lima-Perú Alejandra Tamayo Unidad de Investigación, CARDIOGOLF, Lima-Perú Correspondencia: Dr. Alfonso Bryce-Moncloa, CARDIOGOLF, Clínica El Golf, Lima-Perú. E-mail: cardiogolf1@yahoo.es cardiogolf_02@hotmail.com Dr. Mauricio San-Martín, Unidad de Investigación, CARDIOGOLF, Lima-Perú. Email: mgsmsm@gmail.com ÍNDICE: Decálogo pág. 8 Introducción pág. 10 Metodología pág. 13 Contenido o Factores de riesgo para enfermedad cardiovascular pág. 14 o ECV E HTA pág. 18 o HTA Y OBESIDAD pág. 21 o ECV Y DISLIPIDEMIA pág. 22 o ECV Y DIABETES pág. 23 Diagnóstico y valoración del paciente o Hipertensión arterial o Dislipidemia pág. 26 pág. 35 Tratamiento o Hipertensión arterial pág. 37 o Dislipidemia pág. 40 Discusión pág. 43 Anexos pág. 46 El Decálogo del Consenso para el Control del Riesgo Cardiovascular en el Pacífico Sur Cortesía: Dr. Enrique Morales-Villegas (México) 1.-Reconoce a la enfermedad cardiovascular aterosclerótica como una epidemia mundial y regional, primera y creciente causa de invalidez, muerte y costo en salud en los países del Pacífico Sur. 2.-Basa sus propuestas en la revisión sistemática de la bibliografía mundial y especialmente en la bibliografía disponible de la región Pacífico Sur (Ecuador, Perú y Chile) y sus sub-regiones (selva, sierra y costa). 3.-Identifica la interrelación entre la obesidad abdominal, la hipertensión arterial, la dislipidemia mixta (lipoproteínas con apo-B altas/lipoproteínas con apo-A1 bajas) y la diabetes mellitus como un clúster que agrupa a los principales factores de riesgo cardiovascular susceptibles de prevención, detección, tratamiento y control. 4.-Alerta sobre la necesidad impostergable de una ‘revolución sociosaludable’ encaminada hacia un estilo de vida caracterizado por patrones dietéticos sanos, actividad física cotidiana y suficiente, erradicación del tabaquismo y reducción del nivel de estrés individual, familiar y social. 5.-Sugiere la estimación universal del riesgo cardiovascular aterosclerótico en cualquiera de sus modalidades (Guías) como la mejor táctica para establecer estrategias de control sobre los factores de riesgo cardiovascular modificables. 6.-Advierte que, independientemente de la implementación de un estilo de vida saludable, existe un porcentaje alto de individuos que requiere farmacoterapia complementaria para el control óptimo de su riesgo cardiovascular. 7.-Identifica a la hipertensión arterial (presión arterial sistémica ≥140 y/o ≥90 mmHg) como un factor de riesgo cardiovascular de prevalencia alta (22% a 29%), susceptible de control (presión arterial sistémica <140 y <90 mmHg) y puntualiza las controversias sobre el nivel de control óptimo en poblaciones específicas (adulto mayor, diabetes mellitus, enfermedad renal crónica, otras). Brinda las estrategias más consolidadas para el control farmacológico de la hipertensión arterial sistémica. 8.-Identifica a la hipercolesterolemia (colesterol total ≥200 mg/dL) como un factor de riesgo cardiovascular de prevalencia alta (promedio 25%), susceptible de control (reducción de c-LDL directamente proporcional al riesgo cardiovascular aterosclerótico) y puntualiza las controversias sobre los puntos de corte óptimos para lograr el beneficio neto máximo a través de la reducción del c-LDL. Proporciona las estrategias más consolidadas para el control farmacológico de la hipercolesterolemia (estatinas) y abre la discusión sobre las estrategias para la reducción de otras fracciones lipídicas como VLDL e IDL (lipoproteínas ricas en triglicéridos) y el incremento de HDL, y postula ya el papel de la inhibición de la PCSK9 con anticuerpos monoclonales. 9.-Reconoce que no existe una Guía perfecta y que en la región, si bien el ideal sería el desarrollo de estrategias de prevención basadas en estudios longitudinales ad hoc, hoy por hoy, la universalidad y el grave impacto de los factores de riesgo cardiovascular obliga a aplicar la evidencia existente, sin abandonar la individualización y la regionalización de la misma. 10.-Nos enseña que es posible el trabajo y el acuerdo entre países latinoamericanos. Introducción: En los últimos años, la primera causa de morbilidad y mortalidad en el mundo ha sido la ateroesclerosis y sus complicaciones.1 La complicación más importante de esta es la enfermedad isquémica coronaria, siendo también la primera causa de mortalidad a nivel global. Además, la enfermedad cardiovascular debida a la aterotrombosis es la primera causa de muerte prematura y de años de vida ajustados por discapacidad en Europa y EE.UU., y es cada vez más frecuente en países en vías de desarrollo. Cabe resaltar que 46% de las muertes ocurridas por enfermedad cardiovascular ocurre en personas menores de 70 años por lo que la prevención, actuando sobre aquellos factores de riesgo modificables, es imperativa.2,3 La ateroesclerosis es una condición progresiva que compromete difusamente los vasos, primordialmente la capa íntima de las arterias de gran y mediano calibres (A. aorta, A. iliacas, A. femorales, A. coronarias, A. carótidas y A. cerebrales). No obstante, hay arterias virtualmente no comprometidas por ateroesclerosis, como las intramiocárdicas y mamarias internas, mientras que otras arterias, como las coronarias, son más vulnerables. 4,5 Las enfermedades cardiovasculares son también la principal causa de mortalidad en los hispano/latinos. Estudios como el NHANES 2009-10 encontraron en dicha población una prevalencia de obesidad de 37% y 41,4% en hombres y mujeres, respectivamente. El estudio NHIS 2012 halló una prevalencia del consumo de tabaco de 16,5% en hombres y 7,5% en mujeres, siendo ambos conocidos factores de riesgo cardiovascular. Por otro lado, el 25,4% de los hombres y 23,5% de las mujeres participantes tenían diagnóstico de hipertensión arterial. Asimismo, el estudio encontró que 74,1% de los participantes conocía ser hipertenso, 63,4% seguía tratamiento para la hipertensión y que solo el 37,5% tenía hipertensión controlada.6 La cardiopatía coronaria (CC), que se puede manifestar como angina estable o inestable, infarto del miocardio o muerte súbita, es la principal causa de muerte en el mundo.7 En 1990, 26% de todas las muertes en América Latina fueron de causa cardiovascular 8 y continuará siendo la causa más común.9 En las últimas décadas, debido a la transición epidemiológica, demográfica y económica, se logró una disminución de la mortalidad global; sin embargo, también se produjo un incremento de la mortalidad por causas cardiovasculares. Por ejemplo, en Chile entre los años 1945 y 2003 se duplicó la mortalidad cardiovascular de 14% a 28%.10 Un escenario similar es el que se aprecia en Perú y Ecuador, donde las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de mortalidad y, específicamente en Chile, la primera causa desde 1969. Por ello existe una necesidad crítica para frenar el aumento mundial de las ECV, requiriéndose una visión poblacional para lograr este objetivo.11,12,13 En la población latinoamericana, en general, existen 9 factores de suma importancia para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares: dislipidemias, obesidad abdominal, tabaquismo, diabetes mellitus, hipertensión, estrés permanente, entre otras (INTERHEART LAT-AM).14 Se debe también tener en cuenta que la mayoría de los factores de riesgo son modificables y, por tanto, si se enfoca de manera adecuada y se logra mitigar la inercia terapéutica se podrá tener gran impacto sobre estos. La etiología de la enfermedad cardiovascular es multifactorial; dentro de las causas se encuentra la edad, género, factores hereditarios, tabaco, dieta inadecuada, actividad física insuficiente, sobrepeso y obesidad, presión arterial elevada, dislipidemias, hiperglicemia, etnia, otras.15,16 Todas ellas causan disfunción endotelial y aceleran el proceso de ateroesclerosis. Esta ocurre por la combinación de factores genéticos y ambientales (factores hemodinámicos, factores de riesgo). Un factor importante no evaluado en los estudios usualmente está representado por las altas tasas de migración urbano-rural que América Latina enfrenta, las cuales han influenciado definitivamente en sus características genéticas, hábitos de vida y nutricionales. La razón de evaluar el proceso ateroesclerótico yace en que las patologías relacionadas a este proceso poseen una alta tasa de morbimortalidad y costo, y es en ellas en que deben centrarse los esfuerzos para lograr una adecuada prevención cardiovascular. 17 La importancia de un factor de riesgo está dada por su prevalencia y fuerza de asociación con la enfermedad, medida como riesgo relativo u odds ratio. Al evaluar el impacto de cada factor de riesgo se debe considerar su severidad y la duración de la exposición, así como la presencia de otros factores, ya que al encontrarse asociados varios factores el riesgo aumenta en forma considerable; por ejemplo, en el estudio INTERHEART el tener hipertensión, diabetes, dislipidemia o tabaquismo aumenta el riesgo de IAM 2 a 4 veces, pero si se presentan todos juntos el riesgo aumenta 42 veces.18 La medicina no solo debe ser dirigida al tratamiento de las patologías, sino principalmente a la prevención de las enfermedades, en este caso, a la prevención de la enfermedad cardiovascular. Se conocen diversos factores de riesgo que son modificables y existen tablas de predicción que permiten estimar el riesgo cardiovascular global; estas pueden ser utilizadas tanto por médicos como otros profesionales de la salud, como lo presentó la Organización Mundial de la Salud el año 2008.19 Es de suma importancia utilizar las herramientas existentes para realizar la prevención primaria en lo que respecta a las ECV. Es importante señalar que además de los factores de riesgo conocidos hay otros muy importantes y que son subestimados, como lo es la etnia hispano andina, la cual está en discusión si podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de patologías como la hipertensión arterial, tema que es evaluado en el consenso. El presente consenso tiene como finalidad remarcar la importancia de los factores de riesgo cardiovasculares y realizar una evaluación conjunta de los más prevalentes en la subregión PACÍFICO SUR (Ecuador-Perú-Chile). Asimismo, busca establecer recomendaciones generales para la prevención de la enfermedad cardiovascular. Metodología: Se llevó a cabo una revisión bibliográfica utilizando artículos publicados en la American Heart Association (AHA), American College of Cardiology (ACC), European Society of Cardiology (ESC), Acta Médica Colombiana, Sociedad Venezolana de Cardiología y otros artículos indizados en PubMed, y también aquellos disponibles en Perú, Ecuador y Chile al respecto de los temas tratados. El grupo redactor del consenso preparó un resumen con la evidencia disponible en las entidades anteriores, los cuales fueron presentados periódicamente en las reuniones del comité médico y editor. El panel incluyó médicos representantes de diversas especialidades (cardiología, endocrinología, medicina interna y medicina general), así como a otros profesionales. Asimismo, todos los participantes presentaron voluntariamente la declaración de sus conflictos de interés. La versión final del consenso fue evaluada por expertos en el tema y por pares internacionales. La revisión se realizó tanto en base al aspecto científico como en la metodología y elaboración de la misma. Contenido: FACTORES DE CARDIOVASCULAR RIESGO PARA ENFERMEDAD A tomar en cuenta en la evaluación cardiovascular Factores de riesgo Modificables Factores de riesgo No Modificables Tabaquismo Presión arterial Género y edad Historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura Grupo étnico, estatus socioeconómico, salud mental y cultura. Lípidos séricos Circunferencia abdominal e IMC Nutrición Nivel de actividad física Ingesta de alcohol Condiciones relacionadas Diabetes Enfermedad renal crónica Hipercolesterolemia familiar Evidencia de fibrilación auricular Adaptado de: National Vascular Disease Prevention Alliance. Absolute cardiovascular disease management. Quick reference guide for health professionals. 2012. Factores de riesgo modificables: La intervención sobre estos resulta indispensable para un adecuado control del riesgo cardiovascular. Tabaco: El riesgo asociado a fumar depende de la cantidad que se fume y la duración del hábito. En el estudio INTERHEART, el OR asociado a fumar fue 2,93, y llegó a 9,16 en quienes fumaban más de 40 cigarrillos al día; pero aún en quienes fumaban entre 1 a 5 cigarrillos día se incrementó en 38% su riesgo; el tabaco fue responsable de 37% del riesgo atribuible poblacional de IAM18. También en los fumadores pasivos hay un mayor riesgo de 13% de IAM. La prevalencia de tabaquismo en América Latina alcanza el 30% según el estudio CARMELA. En el Perú, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2014) realizada en 35 000 familias a nivel nacional, usando el método aleatorio multicéntrico y por conglomerados, la prevalencia de tabaquismo en mayores de 15 años llegó a 20,3%, existiendo predominio en los varones 33,9% sobre las mujeres 8,6%.20, 21 Un punto a considerar es la relación entre tabaquismo y nivel socioeconómico. En la mayoría de países de Sudamérica, a menor nivel socioeconómico mayor es el hábito de fumar. Sin embargo, en Perú, en contraste con otros países, el consumo del tabaco aumenta proporcionalmente con el grado educativo de las personas. 22 El consumo de tabaco es un factor de riesgo importante para el desarrollo de infarto miocárdico, incluso aún más significativo que la angina de pecho, como se detalló en resultados del estudio FRAMINGHAM. Asimismo, fumar es la principal causa de enfermedad arterial periférica, es un factor de riesgo mayor para el desarrollo de ictus y su consumo no solo afecta el aparato cardiovascular sino se asocia al desarrollo de cáncer.23, 24, 25 Dislipidemia: Los riesgos relativos derivados del estudio MRFIT, usando como grupo control aquellas personas con C-total <181 mg/dL, aumentan de 1,3 para aquellos con C-total entre 182 y 202 mg/dL a 3,4 para quienes lo tienen sobre 246 mg/dL.26 En el estudio INTERHEART18 encontramos una relación exponencial, con aumento de riesgo aún entre el primer y segundo decil de la relación apoB/apoA1 y fue el factor con mayor riesgo atribuible poblacional en los pacientes de ese estudio a nivel mundial. En América Latina, la dislipidemia aterogénica tiene una alta prevalencia. Asimismo, en esta hubo también un aumento de riesgo entre el tercil superior e inferior con OR 2,31 (1,83 a 2,94).27 Por otro lado, un estudio prospectivo de 12 años de duración, luego de ajustar para otros factores de riesgo incluidos el HDL y LDL, encontró un riesgo relativo para el desarrollo de enfermedad cardiovascular debido a hipertrigliceridemia de 1,9 para hombres y 1,31 para mujeres.28 El Centro Nacional Nutricional (CENAN) del Instituto Nacional de Salud (INS) en el Perú encontró, para el 2005, una prevalencia de hipercolesterolemia de 19,6% y de hipertrigliceridemia de 15,3%. 29 Es importante considerar que el control de las cifras de colesterol es adecuado. Sin embargo, hoy cobra enorme importancia el tiempo en que el individuo está sometido a dislipidemia, en lo que recientemente se ha denominado lipid years recientes. Un estudio demostró que los adultos con exposición prolongada a elevaciones incluso moderadas en el colesterol elevan su riesgo futuro de presentar enfermedades cardiovasculares y que podrían beneficiarse con estrategias de prevención primaria.30 Presión arterial elevada: El riesgo de IAM en hipertensos en el estudio INTERHEART fue OR 1,9.18 El estudio FRAMINGHAM describe que un aumento de 20 mmHg de la PAS o 10 mmHg de la PAD duplican el riesgo de desarrollar un evento cardiovascular.31 La Encuesta ENDES 2014 en Perú, en mayores de 15 años encontró HTA en el momento de la toma de la presión en 14,8% y con diagnóstico médico de 10,4%, resaltando que en este último grupo solo el 6,3% estaba en tratamiento médico.20 En dicha encuesta se incluyó personas mayores de 15 años y se utilizó la presión arterial de 140/90. Sin embargo, este valor es para mayores de 18 años; para menores, se utiliza todavía percentiles. No existiría un margen de error al considerar la población de 15 a 18 años. Por otro lado, al ser considerado ese grupo etario es entendible que las cifras de HTA se distorsionen para que el porcentaje real sea menor. Circunferencia abdominal e índice de masa corporal (IMC): El sobrepeso es un problema creciente en Chile, América Latina y el mundo.32 Su prevalencia puede variar de 9,9% hasta 35,7% en América Latina, siendo primordialmente afectados aquellos individuos que viven en zonas urbanas.33 Se asocia a un incremento de la prevalencia de otros factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión, diabetes, hiperlipidemia, sedentarismo, por lo que su influencia como factor independiente ha sido discutida. La distribución de la grasa corporal, más que la obesidad misma, es un marcador de metabolismo anormal de glucosa-insulina, hipertensión, C-HDL bajo, triglicéridos elevados y riesgo de CC. La cantidad de grasa intraabdominal, independientemente del IMC, está relacionada en forma más estrecha con las concentraciones de glucosa e insulina en sangre que la cantidad de grasa total. Existen diferentes maneras de medir la distribución de grasa corporal, incluyendo métodos de imagen (resonancia nuclear magnética, tomografía computacional, ultrasonido) y mediciones directas de pliegues y circunferencias. La relación entre perímetro de cintura y caderas que se ha utilizado con frecuencia en estudios epidemiológicos tiene buena relación con los exámenes de imágenes y se relaciona con la frecuencia de CC. En los resultados del estudio INTERHEART de América Latina fue el factor con mayor riesgo poblacional, 45,8% (35,8 a 56,2%).14 El consenso latinoamericano estableció como punto referencial de perímetro abdominal 94 cm en hombres y 88 cm para mujeres.34 No obstante, el consenso peruano, avalado por la Sociedad Peruana de Medicina Interna y la Sociedad Peruana de Endocrinología, establecieron como puntos de corte 94 cm para hombres y 90 cm para mujeres, de acuerdo a los estudios realizados en la región.35 Asimismo, rangos mayores de perímetro abdominal se correlacionan con un riesgo atribuible de 26,5, como detalló el estudio INTERSTROKE.36 Por otro lado, los investigadores de FRAMINGHAM describieron a la obesidad como un factor independiente del riesgo de mortalidad por todas las causas. 30 Es importante resaltar que en el Perú la ENDES 2014, mediante mediciones antropométricas para determinar el IMC, ha encontrado que más de la mitad de la población peruana mayor de 15 años (52,2%) tiene sobrepeso y obesidad, siendo el sobrepeso del orden de 34,7% y la obesidad de 17,5%. La mujer peruana ha aumentado su obesidad en 5,3 puntos porcentuales, de 20,5% en 2013 a 26,2% en 2014, fenómeno preocupante, al igual que lo que sucede en los niños peruanos entre 5 a 9 años, que según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2009-2010 llegan a 15,5% de sobrepeso y 8,9% de obesidad 37; está demostrado que 50% de los niños obesos mayores de 6 años continuarán siendo obesos en la etapa adulta. 38 Sedentarismo: La inactividad es un factor asociado a la obesidad, hipertensión arterial, hipertrigliceridemia, niveles bajos de C-HDL, intolerancia a la glucosa y un mayor acúmulo de grasa a nivel abdominal. En el estudio INTERHEART, los individuos físicamente activos tenían un menor riesgo de IAM de 30%.18 Berlín JA (1990) detalló en un metaanálisis que aquellos individuos en inactividad física tienen 1,9 veces más riesgo de desarrollar un evento cardiovascular a comparación de aquellos físicamente activos. En el Perú, la Encuesta Nacional de Indicadores Nutricionales, Bioquímicos, Socioeconómicos y Culturales, relacionados con las enfermedades crónicas degenerativas, realizada en 2006, resaltó que 40% de los peruanos tiene vida sedentaria y de ellos 72% no hacen ejercicios.20 Nutrición: Se ha identificado posibles factores protectores como los antioxidantes, fibra dietética, estanoles, grasas insaturadas de origen vegetal, alcohol, y factores deletéreos como grasas saturadas, sal, carbohidratos simples, entre otros. El consumo de flavonoides contenidos en los vinos puede tener un efecto protector, pero esto no ha sido consistente en diferentes estudios.39 La Encuesta Nutricional del 2006, en el Perú, demostró que 20,2% de la población le agrega sal extra a las comidas, 87,1% come frituras por lo menos una vez a la semana, 66% de los que viven en Lima consume ‘comida chatarra’ (fast food) y que menos de 50% de la población cumple con los estándares de comer 4 raciones, entre frutas y verduras, para obtener una ingesta adecuada de fibra.29 Condiciones asociadas: Los pacientes diabéticos tienen un riesgo 2 a 3 veces mayor de desarrollar enfermedad cardiovascular que las personas no diabéticas, con peor pronóstico.40 La relación entre glucosa, diabetes e insulina es compleja; la diabetes tipo 1 y 2 se asocian a un mayor riesgo de CC, y las personas con glicemias elevadas en forma moderada, aún no consideradas en rango diabético, tienen un mayor riesgo cardiovascular.41 ECV E HTA, Durante años, diversos autores han publicado estudios acerca de la asociación entre la variación de la presión arterial y la etnia hispano andina. Autores como Rotta 1947, Hurtado y col. 1956, Peñaloza y col. 1963, entre otros, describieron que los nativos de la altura tienen valores de presión arterial más bajos que los nativos a nivel del mar. Por otro lado, años después Makela y col. 1978 concluyeron que un menor sobrepeso se asociaba a la disminución de la presión arterial en los hispanos andinos.42 En un estudio publicado por Rothhammer el año 1987 se describió la correlación entre la presión sistólica con la altura y el índice de adiposidad, así como la diastólica correlacionada con la adiposidad y la edad.43 Medina-Lezama J. (2010) mencionó los límites de circunferencia abdominal (hombres 92 cm; mujeres 85 cm) sobre los cuales se incrementa el grosor de la íntima carotidea y el riesgo cardiovascular en hispano andinos.44 El año 2006 se publicó “Epidemiología de la hipertensión arterial en el Perú”, el estudio sobre prevalencia de la hipertensión arterial más grande en el Perú realizado hasta la fecha. Fue un estudio en 25 regiones del país por el método de convocatoria y por autorreporte de algunos factores de riesgo cardiovascular. Se distribuyó la muestra de acuerdo a grupos etarios y distribución geográfica (costa, selva y sierra mayor a 3 000 msnm y sierra a menos de 3 000 msnm). Se menciona en este estudio la importancia de valorar no solo los aspectos estudiados sino otras variables que pudiesen influir en los factores de riesgo cardiovascular y el desarrollo de la ateroesclerosis (costumbres de trabajo, alimentación, educación y cultura). Asimismo señala que la predisposición genética y los cambios biológicos inducidos por la altura también pudiesen influenciar. Finalmente, las conclusiones detallan que la prevalencia de la HTA en mayores de 60 años es de 48%, valor que contrasta con el 34,9% obtenido de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 201420, y que esta se incrementa con la edad, principalmente en la costa a comparación de otras regiones, probablemente relacionado a factores como el estrés, alimentación, sedentarismo, etc. En las ciudades ubicadas a más de 3 000 msnm se encontró mayor prevalencia (22,1%) que en las ubicadas a menor altitud (18,8%), al contrario de estudios anteriormente realizados, probablemente debido a cambios del modo de vida entre ambas. Sin embargo, en la última ENDES 2014, con diferente y más preciso diseño epidemiológico en 35 000 familias a nivel nacional, se encontró que la prevalencia de HTA en población mayor de 40 años que habita a más de 3 000 msnm fue 11,3%, mientras que la población viviendo a menor altura tenía una prevalencia de HTA de 20,7%.20 Por último, se señala que la prevalencia de hipertensión diastólica es mayor en la sierra.45,46,47 El año 2013, Medina J. reportó que la hipertensión arterial sistodiastólica (42%) y diastólica (30%) son las formas más frecuentes a mediana altitud, mientras que en poblaciones como la estadounidense es más prevalente la hipertensión sistólica aislada.48,49 Dicha tendencia a la hipertensión arterial es similar en la población de afrodescendiente. Un estudio realizado por The National Health and Nutrition Examination Surveys (NHANES) reveló que, en los Estados Unidos, el 71% de la población afrodescendiente y mayores de 60 años eran hipertensos, a diferencia del 60% en personas de raza blanca.50 Y en valores generales, la prevalencia de hipertensión arterial en personas afrodescendientes era 40,5% y 27,4% en los de raza blanca, nuevamente denotando la predisposición de los afrodescendientes a ser hipertensos, como detalló el estudio NHANES III.48 Otra observación al respecto es la elevada mortalidad en la población afrodescendiente a comparación de la blanca, hasta 3,5 veces mayor51. La prevalencia de hipertensión arterial está en aumento. En el Perú, como ha sido estudiado por la la ENDES 2014, 14,8% de los mayores de 15 años tiene HTA, pero esta cifra es un promedio, ya que el análisis por grupo etario demuestra que la prevalencia sube a 22,1% entre los 50 a 59 años y llega a 39,4% en mayores de 60 años.20 Otros estudios en el Perú revelan una prevalencia de 25% a 30% en mayores de 18 años. 52, 53 Los casos de enfermedad hipertensiva atendidos en consulta externa en establecimientos del Ministerio de Salud (MINSA) del Perú han aumentado de 173 634 en 2007 a 232 652 en 2011, y lo mismo sucede con la enfermedad isquémica y cerebrovascular, de manera tal que la tasa ajustada de mortalidad por HTA subió de 15,3/100 000 en 2000 a 28,7/100 000 en 2011, así como la tasa ajustada de mortalidad por enfermedad isquémica actualmente es 26,3/100 000.54 Un panorama distinto es el que se encuentra en Chile: 26,9% de los mayores de 17 años fue hipertenso.55 De los pacientes diagnosticados con HTA en Perú el año 2014, 60,3% recibió tratamiento en el último año.56 El estudio CARMELA (Cardiovascular Risk Factor Multiple Evaluation in Latin America) indicó una prevalencia de hipertensión arterial de 18%, tomando como muestra sujetos de grandes ciudades de América Latina. El control adecuado de la presión arterial traerá diversos beneficios para los pacientes: en personas menores de 60 años reduce el riesgo de ictus en 42% y el riesgo de un evento coronario en 14%, y en personas mayores de 60 años se reduce la mortalidad total en 20%, la mortalidad cardiovascular en 33%, la incidencia de ictus en 33% y la enfermedad coronaria en 15%.57,58 En términos en base a la disminución de los valores medidos de la presión arterial, la disminución de la PAS de 10 a 12 mmHg y la PAD de 5 a 6 mmHg reducen el riesgo relativo de enfermedad cerebrovascular 35% a 40%, enfermedad coronaria 20% a 25%, ICC en 45% a 55% y mortalidad cardiovascular en 20% a 25%.59,60 HTA Y OBESIDAD Otro de los factores de riesgo relacionados a la hipertensión es la obesidad. En un principio, el incremento de la obesidad, a pesar de seguir existiendo deficiencias nutricionales, se ve contribuida por un componente socioeconómico y demográfico en los países en desarrollo. En 1998, la prevalencia de la obesidad en el mundo en desarrollo era 2,3% y ha aumentado a 19,6% en un período de 10 años.61 El aumento de la incidencia de la obesidad está relacionado con la urbanización, la dieta y una reducción de la actividad física.62 Estudios transversales y longitudinales documentan una asociación entre la presión arterial y el peso corporal, en el que el aumento de la presión arterial con el tiempo se relaciona con el aumento de peso.63,64 Entre los mecanismos fisiopatológicos involucrados en el desarrollo de la hipertensión producto de la obesidad se encuentran la retención de sodio, actividad aumentada del sistema nervioso central, incremento de la renina y angiotensina circulante, disfunción endotelial, entre otros. 65 En uno de los primeros estudios realizados en nuestro medio, Seclén y col. (1999) reportaron menor prevalencia de obesidad y comorbilidades conexas en la altura a comparación de la costa y la selva.66 Un estudio realizado en una región de la sierra peruana a más de 3 600 msnm, el año 2010, concluyó que la población estudiada tenía hipercolesterolemia y HDL anormalmente bajo.67 Este último hallazgo concuerda con los resultados del estudio PREVENCION en el que también se halló una alta prevalencia de HDL bajo en mujeres (60,9%), sugiriendo la posibilidad de ser hallazgo frecuente en poblaciones de altura.68 Pajuelo J. menciona que en el año 2008 la prevalencia de obesidad llegó a 6,9%; sin embargo, la prevalencia de la misma variaba sustancialmente según ciudades y, sobre todo, regiones, llegando a ser de 10,1% en Lima Metropolitana (capital de Perú, ubicada en la costa) hasta 4,3% en la sierra urbana, 4,1% en la sierra rural y 2,5% en la selva. Asimismo, menciona que la obesidad es menos prevalente en personas de escasos recursos económicos.69,70 La Encuesta ENDES 2014, en el Perú, demuestra categóricamente que más de la mitad de la población peruana está con exceso de peso, siendo el sobrepeso del orden de 34,7% y la obesidad 17,5%.20 La obesidad y la hipertensión, además del tabaquismo, dislipidemia y la diabetes mellitus, ocasionan disfunción endotelial con aumento de la inflamación y del estrés oxidativo junto con la aparición de células espumosas de manera temprana, estrías grasas y ateromas.71 Los fenómenos mencionados anteriormente se pueden interpretar como el envejecimiento de las arterias, el cual se ve en la población peruana y es producto “de los desfavorables estilos de vida que avanzan en la población desprotegida, fundamentalmente por desconocimiento y falta de educación sobre los riesgos que encierran los llamados estilos de vida del progreso económico”.72 Es importante recalcar el rol de ciertos medicamentos utilizados para el control de la hipertensión. En relación a lo publicado por esta guía, los inhibidores ECA son los medicamentos con mayor cantidad de indicaciones de acuerdo a la evidencia revisada. Asimismo, pero con menor número de indicaciones, se encuentran los bloqueadores de canales de calcio y los antagonistas de receptores de angiotensina. Los tres grupos de medicamentos nombrados son los de elección según la guía para el tratamiento del síndrome metabólico. 73 ECV Y DISLIPIDEMIA: La dislipidemia, o valores anormales de lípidos sanguíneos, es también un riesgo asociado a la enfermedad cardiovascular. Su efecto yace, hasta donde se ha descrito actualmente, en la inducción de disfunción endotelial, cambio de permeabilidad a las lipoproteínas con mayor paso y retención o depósito subendotelial de lipoproteínas que contienen apolipoproteína-B y ello influenciado principalmente por su concentración plasmática y la edad en que se expone el endotelio a estas moléculas.74 En Ecuador, en la población de 10 a 59 años, la prevalencia de hipercolesterolemia (colesterol total >=200 mg/dL) es 24,5%. La prevalencia aumenta a medida que avanza la edad de la población, de manera que para el quinto decenio de la vida es 51,1%75, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Ministerio de Salud del Ecuador. Como se conoce, gracias a los estudios bioquímicos, estudios in vitro, estudios epidemiológicos observacionales, etc., los niveles séricos elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL) se correlacionan con un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular ateroesclerótica y tienen un rol importante en su génesis al igual que en el de la enfermedad coronaria.76 El LDL es un importante factor de riesgo cardiovascular y disminuir su concentración a nivel sérico es el objetivo principal de la terapia hipolipemiante. Sin embargo, es también importante el tratamiento de los niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y de los niveles séricos de triglicéridos para reducir el riesgo cardiovascular remanentes.77 La prevalencia de valores menores a 50 mg/dL de HDL en Ecuador alcanza la cifra de 53,3%, siendo más prevalente en mujeres 61% que en hombres 46,3%. 73 En Ecuador, la prevalencia de colesterol LDL elevado es 19,9% para el grupo de 10 a 59 años. No obstante, cabe mencionarse que el punto de corte utilizado es 130 mg/dL de LDL. Finalmente, el 55,3% de las mujeres y 44,7% de los hombres presentan cuatro factores lipídicos alterados. Por otro lado, la prevalencia de hipertrigliceridemia en Ecuador es 28,7% aumentando progresivamente, al igual que con el LDL y colesterol total, conforme aumenta el grupo etario evaluado. 73 La coexistencia de niveles elevados LDL y triglicéridos promueve la ateroesclerosis en mayor proporción que el LDL solo. El estudio PROVE IT-TIMI 22 demostró que los pacientes con valores elevados de LDL y triglicéridos tenían un mayor riesgo de infarto miocárdico, muerte y síndrome coronario recurrente. También se demostró que aquellos pacientes con valores séricos de LDL y triglicéridos menores a 70 y 150 mg/dL, respectivamente, tenían un pronóstico favorable. 78 ECV Y DIABETES: La prevalencia de diabetes de tipo 2 está aumentando en forma epidémica a nivel mundial79. La encuesta ENS, en Chile y la ENDES, en Perú, describen una prevalencia de diabetes mellitus de 9,4% 55 y 3,2%80, respectivamente. Sin embargo, hay que hacer notar que en el caso peruano la prevalencia de diabetes en la ENDES 2014 fue por autonotificación. Un estudio próximo a publicarse denominado PERUDIAB, investigó en un panel poblacional nacional de 1 677 familias, por el método aleatorio multietápico y por conglomerados, la prevalencia nacional de diabetes mellitus. Se utilizó muestras de sangre en ayunas, encontrándose en mayores de 25 años, una prevalencia de diabetes de 7% y un 23% de hiperglicemia de ayunas, lo cual constituye un elevado factor de riesgo cardiovascular, ya que la hiperglicemia afecta al 30% de la población peruana.81 La prevalencia poblacional de DM en América Latina es de 5 a 9%, siendo menor en zonas rurales y mayor en áreas con altitud por encima de 3 000 m, donde viven 100 000 individuos. La prevalencia de la prediabetes es similar a la de DM. La prevalencia de hipertensión en la población diabética es 1,5 a 3 veces mayor que en los no diabéticos de la misma franja etaria.82 Ciertos grupos étnicos tienen una mayor predisposición para desarrollar diabetes tipo 2, entre ellos, afrodescendientes, nativos americanos, asiáticos e hispanos. La diabetes tipo 2 independientemente es un factor de riesgo cardiovascular y la ECV es causa del 65% de las muertes en pacientes diabéticos.83 Los pacientes diabéticos presentan riesgo 2 a 3 veces mayor de desarrollar enfermedad cardiovascular que las personas no diabéticas y tienen un peor pronóstico.84 En los últimos 5 años, en el Perú, las defunciones por diabetes han aumentado de 4 580 en 2007 a 5 115 en 2011, calculándose una tasa ajustada de mortalidad de 17,7/100,000.54 Por otro lado, en todo paciente diabético la presión arterial debería ser medida periódicamente, en todas las visitas médicas. Los análisis epidemiológicos han demostrado que una PA >115/75 mmHg se asocia a incremento de los eventos cardiovasculares y la tasa de mortalidad. Asimismo, una presión arterial sistólica >120 mmHg predice a largo plazo el desarrollo de enfermedad renal terminal. Un metaanálisis demostró que, en la HTA, conseguir una PA <130/80 mmHg redujo el riesgo relativo de ictus en 35%; sin embargo, redujo el riesgo absoluto en 1% a comparación de un valor objetivo de la PA de 140-160/85-100 mmHg.85 La diabetes tiene efectos negativos de gran magnitud a nivel cardiovascular, entre ellos, enfermedad coronaria ateroesclerótica, ictus, cardiomiopatía diabética. En pacientes diabéticos, la isquemia miocárdica debida a la ateroesclerosis comúnmente es asintomática. Y usualmente, para el momento en que se llega a instaurar un tratamiento y antes de que la aparición de los síntomas de isquemia cardiaca ocurra, ya existe un compromiso ateroesclerótico multivaso. Asimismo, la diabetes es un importante factor de riesgo para desarrollar insuficiencia cardiaca, la principal causa de hospitalización cardiovascular en el mundo.86 La diabetes mellitus y la hipertensión frecuentemente están asociadas, aumentando así su efecto negativo sobre el sistema cardiovascular. Más de 80% de la carga mundial atribuida a estas enfermedades ocurre en países de ingresos bajos y medianos. En América Latina, 13% de las muertes y 5,1% de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) pueden ser atribuidos a la hipertensión. La prevalencia ajustada para la edad de la hipertensión en la población adulta general en diferentes países de América Latina (encuestas nacionales o muestreos sistemáticos aleatorizados) varía de 26 a 42%. En las poblaciones diabéticas, la prevalencia de la hipertensión es 1,5 a 3 veces mayor que en no diabéticos de la misma franja etaria. En la diabetes tipo 2, la hipertensión puede ya estar presente en el momento del diagnóstico o inclusive puede preceder a la hiperglicemia evidente.82 Por otro lado, la diabetes es una condición con diversas consecuencias en el sistema cardiovascular, como la miocardiopatía diabética, ateroesclerosis coronaria severa, hiperglicemia crónica, enfermedad microvascular, glicosilación de las proteínas miocárdicas, hipertensión prolongada y neuropatía autonómica.87 Diagnóstico y valoración del paciente: HIPERTENSIÓN ARTERIAL Siendo la hipertensión arterial uno de los principales factores de riesgo cardiovasculares es necesario realizar un diagnóstico adecuado y temprano. Para lograr lo anterior es importante homologar la técnica de medición de la presión arterial. En las guías de los países del Pacífico Sur se puede encontrar técnicas específicas para la medición de la presión arterial (Anexo 1). El equipo de elección para la medición de la presión arterial es el esfigmomanómetro de mercurio. Es importante recordar la toxicidad del mercurio tanto para el ser humano como para el ambiente; hoy en día existen equipos digitales validados para la medición de la presión arterial. No obstante, guías como las canadienses y la NICE recomiendan el uso de instrumentos digitales oscilométricos. Asimismo, es importante una prevención primaria efectiva para evitar complicaciones cardiovasculares. Entre los posibles métodos a aplicar se encuentran los propuestos por el estudio The Screening for Attack Prevention and Education Task Force, de los cuales algunos coinciden con los sugeridos por la ESH/ESC el 201389, los cuales consisten en utilizar la tomografía como herramienta para cuantificar el puntaje de calcio y el PCR-ultrasensible para elaborar un perfil de riesgo71. Cabe resaltar que un puntaje (score) de calcio de 0 en pacientes asintomáticos confiere un ‘periodo de garantía’ libre de eventos de hasta 15 años, con muy baja exposición a radiación (menor a 1 mSv), como se demostró en un estudio muy reciente.88 Es importante realizar estos estudios, pues 50% de los ataques cardiacos ocurre en personas cuyo riesgo cardiovascular no es elevado, estimado por puntaje de Framingham. Asimismo, la muerte por patología coronaria es la primera manifestación en 64% de las mujeres.90 Las últimas guías para el manejo de los factores de riesgo cardiovasculares han propuesto algunos valores normales o puntos de corte acorde a los estudios realizados. La Sociedad Europea de Hipertensión y la Sociedad Europea de Cardiología publicaron el año 2013 la guía para el manejo de la hipertensión. En esta los valores diagnósticos para hipertensión permanecen a comparación de sus ediciones previas (2003 y 2007). Asimismo, concluye en base a la evidencia existente los medicamentos de mayor utilidad para el tratamiento de la hipertensión de acuerdo a la condición del individuo. 91 El Joint National Committee 8 (JNC8) publicó el año 2014 la guía basada en evidencias para el manejo de la presión sanguínea elevada en adultos. A diferencia de los valores propuestos por la ESH/ESC, el JNC 8 propone, en un grupo particular de pacientes, iniciar tratamiento farmacológico únicamente si la presión arterial sistólica es >= 150 mmHg o la diastólica >= 90 mmHg; este es el caso de individuos >60 años. De utilizarse dicho punto de corte, podría repercutir en un considerable número de pacientes hipertensos que no tendrían tratamiento farmacológico. Para los demás grupos, el punto de corte propuesto para realizar el diagnóstico de hipertensión arterial es un valor >= 140 mmHg de presión sistólica o >= 90 mmHg.89 Un punto crucial que debe ser tomado en cuenta en el manejo de la HTA, basado tanto en la JNC8 como en las guías Europeas, es que antes de empezar el tratamiento es indispensable la modificación del estilo de vida, no fumar, hacer ejercicios aeróbicos regularmente, bajar de peso, disminuir la ingesta de grasas y sal, evitar la ingesta excesiva de alcohol e incrementar el consumo de frutas y vegetales. Las guías Europeas del 2013, el JNC 8 y los Standards of Medical Care in Diabetes 2015 consideran a los pacientes diabéticos como una población de alto riesgo, para quienes sugieren como valores límites de presión arterial 140/85 mmHg y 140/90 mmHg, respectivamente. Aunque falta aún evidencia directa de de los beneficios de valores de presión arterial más bajos de 130/80 mmHg en pacientes diabéticos, es posible que fijar valores límite de 140/85 mmHg deje desprotegido a un grupo de riesgo.90 Con la evidencia disponible, los puntos de corte sugeridos son: Definición y categorización de la presión arterial en mmHg. Categoría Óptima Normal Normal alta Hipertensión I grado Hipertensión II grado Sistólica <120 120 a 129 130 a 139 140 a 159 160 a 179 Y y/o y/o y/o y/o Diastólica <80 80 a 84 85 a 89 90 a 99 100 a 109 Hipertensión III grado Hipertensión sistólica aislada >=180 >=140 y/o Y >=110 <90 Fuente: 2013 ESH/ESC Guidelines. J Hypertens 2013; 31: 1281–1357; 2013 ESH/ESC Guidelines. Eur Heart J 2013; 34: 2159-2219 Es también importante evaluar adecuadamente el nivel de daño orgánico, ya que de ello depende totalmente la estratificación adecuada del paciente, y ello con el fin de prevenir las enfermedades cardiovasculares. Es decir, estratificando mejor a los pacientes se podrá aplicar las medidas preventivas adecuadas para cada individuo. Para lograrlo es necesario realizar estudios de laboratorio complementarios, especialmente en busca de daño orgánico asintomático. La guía menciona las mejores pruebas en base al valor predictivo cardiovascular, disponibilidad, reproducibilidad y costo/efectividad: electrocardiograma, ecocardiografía + Doppler, tasa de filtración glomerular, microalbuminuria, medición del espesor mediointimal carotídeo, velocidad de la onda de pulso, índice brazo tobillo, fundoscopia, dilatación mediada por flujo, entre otros.73 No obstante, no siempre todos los recursos se encuentran disponibles en los centros asistenciales, por lo que dependerá del criterio médico elegir aquellos más adecuados para el paciente de entre los que se encuentren disponibles. Asimismo, es especialmente importante en América Latina dar atención a la condición socioeconómica de los pacientes. Del mismo modo, se debe hacer énfasis en el nivel bajo de educación, a causa del alto porcentaje de población nativa con pocas oportunidades de obtener una educación adecuada.82 Factores pronósticos tomados en cuenta para la estratificación del RCV Factores de riesgo Género masculino Edad (hombre >=55 años y mujeres >= 65 años) Tabaquismo Dislipidemia Colesterol total: >190 mg/dL (4,9 mmol/L) y/o LDL: >115 mg/dL (3 mmol/L) y/o HDL: en hombres <40 mg/dL (1 mmol/L), en mujeres <46 mg/dL (1,2 mmol/L) Triglicéridos >150 mg/dL (1,7 mmol/dL) Glucosa en ayuno 102 a 125 mg/dL (5,6 a 6,9 mmol/dL) Prueba de tolerancia de glucosa anormal Obesidad (IMC >=30 kg/m2) Obesidad abdominal (circunferencia abdominal en hombres >102 cm y mujeres >88 cm) Historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura (hombres <55 años, mujeres <65 años) Daño a órgano blanco asintomático Presión de pulso >60 mmHg EKG: hipertrofia del ventrículo izquierdo según índice de Sokolow; duración del voltaje de Cornell >244 mV*ms); RaVL >1,1 mV ECG: hipertrofia del ventrículo izquierdo Engrosamiento de la pared carotidea (IMT >0,9 mm) o placa Carótida-femoral PWV >10 m/s Índice tobillo-brazo <0,9 ERC con TFGe 30 a 60 mL/min/1,73 m2 Microalbuminuria (30 a 300 mg/24 horas) Diabetes mellitus Glucosa en ayuno >=126 mg/dL (7 mmol/L) en 2 medidas consecutivas HbA1c >7% (53 mmol/mol) y/o Glucosa posprandial >198 mg/dL (11 mmol/L) Enfermedad cardiovascular o renal establecida Enfermedad cerebrovascular Enfermedad cardiaca crónica Insuficiencia cardiaca (todas las clasificaciones) Enfermedad arterial periférica sintomática en extremidades inferiores ERC con TFGe <30 mL/min/1,73 m2; proteinuria >300 mg/24h Retinopatía avanzada: hemorragias o exudados, papiledema. Fuente: 2013 ESH/ESC Guidelines. J Hypertens 2013; 31: 1281–1357; 2013 ESH/ESC Guidelines. Eur Heart J 2013; 34: 2159-2219 Para estratificar al paciente puede utilizarse la tabla propuesta por la ESH; no obstante, dicha estratificación fue diseñada para la población nativa europea. Estratificación de riesgo cardiovascular global del paciente Normal alta PAS 130 a 139 o PAD 59 a 90 mmHg Grado 1 PAS 140 a 159 o PAD 90 a 99 mmHg Grado 2 PAS 160 a 179 o PAD 100 a 109 mmHg Grado 3 PAS ≥ 180 o PAD ≥ 110 mmHg No FRCV Referencia Bajo Moderado Alto 1 o 2 FRCV adicionales Bajo Moderado Moderado – Alto Alto ≥ 3 FRCV Bajo – Moderado Moderado – Alto Alto Alto DOB, ERC estadio 3 o Diabetes Moderado – Alto Alto Alto Alto – Muy alto Muy alto Muy alto Muy alto Muy alto Enfermedad CV clínica, ERC estadio ≥ 4, o Diabetes con DOB/FRCV Riesgo absoluto de muerte CV a 10 años: 8% >8% <4% 4-5% 5- Fuente: 2013 ESH/ESC Guidelines. J Hypertens 2013; 31: 1281–1357; 2013 ESH/ESC Guidelines. Eur Heart J 2013; 34: 2159-2219 Por otro lado, en una reciente publicación en Chile -Enfoque de Riesgo para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares, Consenso 2014-, se publicaron tablas Framingham para la estimación del riesgo coronario a 10 años, las cuales fueron adaptadas a la población chilena, población perteneciente al Pacífico Sur. 2006 Fuente: Enfoque de Riesgo para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares, Consenso 2014. Ministerio de Salud. Gobierno de Chile. Para completar la valoración del paciente con HTA, tener en cuenta la variación de la presión arterial con respecto a la edad, en población de mediana altura. No obstante, dicha variación debe ser evaluada individualmente según el paciente y ser interpretada de acuerdo al juicio clínico del médico tratante. Medina J. Rev Peruana de Cardiología. Suplemento especial 2013 Asimismo, es importante considerar la evaluación de ciertos parámetros dada su utilidad clínica, como lo es el rol de las mediciones de distensibilidad arterial, análisis de la onda de pulso. Distensibilidad arterial: múltiples estudios han demostrado consistentemente que la velocidad de onda de pulso carotídea-femoral (VOPA-cf, una medición de la rigidez de la pared aórtica) es un predictor independiente de la morbilidad y mortalidad cardiovascular. 91 Además, el incremento de VOPA-cf precede la aparición de hipertensión.92 La mayoría de expertos está de acuerdo en que es razonable medir la VOPA-cf en la práctica clínica. La VOPA-cf es un predictor de riesgo bien validado y se puede utilizar en situaciones clínicas en las que los métodos estándar producen estimados de riesgo limítrofes en relación a decisiones clínicas. Análisis de la onda de pulso: La tonometría arterial permite evaluar la morfología de la onda de pulso y las presiones centrales (aórticas). Múltiples estudios han demostrado el valor pronóstico de la presión sistólica central. En un metaanálisis93 de 11 estudios longitudinales que incluyeron 5 648 sujetos seguidos por 45 meses, la presión sistólica central fue un predictor independiente de eventos cardiovasculares. En el estudio MESA, el estudio más grande publicado hasta la fecha en el cual las presiones centrales se han evaluado como predictoras cardiovasculares, las presiones centrales fueron predictores independientes de riesgo.94 En una muestra más pequeña en el estudio Framingham (n=2 232), las presiones centrales no fueron predictoras de eventos.95 Mientras que los estudios disponibles no son definitivos en relación al valor pronóstico de la presión sistólica central, la magnitud del reflejo (rebote) de la onda de pulso es un predictor poderoso de insuficiencia cardiaca. En un estudio reciente98, que incluyó 5 934 participantes en el estudio MESA, seguidos por 7.61 años, cada incremento de 10% en la magnitud de reflexión de la onda de presión estuvo asociada a un marcado incremento de riesgo de falla cardiaca (RR=2,69; P<0,0001) y fue el predictor modificable más fuerte de falla cardiaca entre todos los predictores. La magnitud de la onda de rebote también ha demostrado predecir los eventos cardiovasculares totales96 y la mortalidad total.97,98,99 Estos hallazgos son consistentes con muchos otros estudios que demuestran el rol deletéreo de la sobrecarga de presión en sístole tardía en el desarrollo de hipertrofia ventricular, fibrosis100 y disfunción miocárdica.101,101,102 Una vez estratificado el riesgo del paciente e iniciado el tratamiento, es necesario realizar controles posteriores para evaluar la eficacia de la intervención y en caso de no lograr los valores objetivos estudiar posibles causas responsables. DISLIPIDEMIA El diagnóstico de dislipidemia se realiza netamente con pruebas auxiliares de laboratorio. Entre ellas se debe determinar colesterol total y sus fracciones y los triglicéridos séricos. El perfil lipídico mínimo a evaluar debería incluir colesterol total, colesterol-HDL, colesterol-LDL (calculado por la fórmula de Friedwald) y triglicéridos. En lo que respecta a la evaluación del colesterol, es importante considerar también el colesterol no HDL pues es más predictivo que el LDL, más fácil de calcular y no precisa estar en ayunas. Colesterol total: puntos de corte Normal Límite superior <200 mg/dL (5,17 mmol/L) Alto 200 a 239 mg/dL (5,17 a 6,18 mmol) >240 mg/dL (6 No obstante, el colesterol LDL es más preciso como predictor de enfermedad cardiovascular que el colesterol total. Valores elevados de LDL se correlacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Dependiendo de la fuente utilizada, existen diversos puntos de corte, los cuales varían entre 100 mg/dL y 130 mg/dL de LDL. Colesterol LDL: puntos de corte Óptimo <100 mg/dL Subóptimo 100 a 129 mg/dL Límite superior 130 a 159 mg/dL Alto riesgo Mu 160 a 189 mg/dL > Para realizar la medición del colesterol total y sus fracciones no es necesario estar en ayuno, por lo que la muestra sérica puede ser obtenida en cualquier momento del día. No obstante, es preferible obtener la muestra en ayuno para la determinación de triglicéridos, que inciden en el cálculo del colesterol LDL. El colesterol HDL es el único que disminuye el riesgo cardiovascular. No hay estudios de tratamientos para elevar el colesterol HDL y que hayan demostrado disminuir el riesgo de infarto cardiaco e íctus. Colesterol HDL: puntos de corte Valores adecuados Valores inadecu >60 mg/dL (1,55 mmol/L) <40 mg/dL (1,03 m Por último, los triglicéridos son biomarcadores de LPRT, los cuales elevan también el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular; sin embargo, la importancia de esta asociación suele ser desestimada una vez que aparecen otros factores de riesgo. Para realizar su medición en sangre es necesario un ayuno de 12 a 14 horas.103,104 Triglicéridos: puntos de corte Normal Límite superior Alto Mu (Fisiológico) <150 mg/dL) (1,69 mmol/L) 150 a 199 mg/dL (1,69 a 2,25 mmol/L) 200 a 249 mg/dL (2,25 a 5,63 mmol/L) 50 (5,6 Tratamiento: HIPERTENSIÓN ARTERIAL Para el inicio del tratamiento con fármacos antihipertensivos, es necesario individualizar los objetivos del tratamiento de acuerdo a cada paciente. Medicamentos antihipertensivos en situaciones específicas Condición Medicamentos Daño asintomático a órgano Hipertrofia de ventrículo izquierdo Ateroesclerosis asintomática Microalbuminuria Disfunción renal Inhibidor ECA, ACC, BRA Inhibidor ECA, ACC Inhibidor ECA, BRA Inhibidor ECA, BRA Evento cardiovascular clínico Íctus previo Infarto de miocardio previo Angina de pecho Falla cardiaca Aneurisma aórtico Fibrilación auricular, prevención Fibrilación auricular, control de la FC ERT/Proteinuria Enfermedad arterial periférica Cualquier medicamento que disminuya la PA BB, inhibidor ECA, BRA BB, ACC Diurético, BB, inhibidor ECA, BRA, antagonista de receptor de mineralocorticoide BB Considerar BRA, inhibidor ECA, BB, o antagonista de receptor de mineralocorticoide BB, ACC no dihidropiridínico Inhibidor ECA, BRA Inhibidor ECA, ACC Otros Hipertensión sistólica aislada Sindrome metabólico Diabetes Mellitus Embarazo Etnia negra. Diurético, ACC Inhibidor ECA, BRA, ACC Inhibidor ECA, BRA Metildopa, BB, ACC Diuréticos, ACC ECA: enzima convertidora de angiotensina; ACC: antagonista de canales de calcio, BRA: bloqueador de receptor de angiotensina; BB: betabloqueadores. Adaptado de: 2013 ESH/ESC Guidelines for the management of arterial hypertension. European Heart Journal (2013) 34, 2159–2219 DISLIPIDEMIA En algunos pacientes, para disminuir el riesgo cardiovascular es necesario iniciar tratamiento farmacológico, idealmente con inhibidores de la 3-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A (estatinas). La evidencia que corrobora la elección de este tipo de medicamentos es extensa y consistente; pueden ser utilizadas tanto en prevención primaria como secundaria, a excepción de pacientes en hemodiálisis o los clasificados según la New York Heart Association (NYHA) de clase II a IV de falla cardiaca.105 El tratamiento puede ser de moderada o gran intensidad. En la terapia de moderada intensidad se logra una disminución del LDL de 30% a 50% y en la de gran intensidad una disminución >=50%. Existen 4 grupos principales de pacientes que pueden obtener beneficios importantes de la terapia con estatinas. Entre ellos se encuentran: pacientes con enfermedad cardiovascular ateroesclerótica clínica (como prevención secundaria), individuos con LDL >=190 mg/dL (como prevención primaria), individuos diabéticos de 40 a 75 años de edad con LDL entre 70 y 189 mg/dL (como prevención primaria) y en no diabéticos con riesgo estimado a 10 años de enfermedad cardiovascular ateroesclerótica >=7,5%, cuya edad sea entre 40 y 75 años, con LDL entre 70 y 189 mg/dL. El tipo tratamiento debe ser enfocado de acuerdo a las características de los grupos anteriores (ya sea moderada o gran intensidad), y que están detalladas a continuación: Terapia con estatinas de alta-, moderada-, y baja-intensidad Terapia de alta intensidad Terapia de moderada intensidad Terapia de baja intensidad Reduce el c-LDL, en aproximadamente >= 50% Reduce el c-LDL, en aproximadamente 30% a <= 50% Reduce el c-LDL, en aproximadamente <30% Atorvastatina (40*) a 80 mg Rosuvastatina 20 a 40 mg Atorvastatina 10 (20) mg Rosuvastatina (5) 10 mg Simvastatina 20 – 40 mg ** Pravastatina 40 (80) mg Lovastatina 40 mg Fluvastatina XL 80 mg. Fluvastatina 40 mg BID Simvastatina 10 mg Pravastatina 10 a 20 mg Lovastatina 20 mg Fluvastatina 20 a 40 mg Pitavastatina 1 mg Pitavastatina 2 a 4 mg Estatinas en negritas indican dosis específicas evaluadas en ERCs. Estatinas en cursiva: indican dosis aprobadas por la FDA, mas no evaluadas en ERCs. * Evidencia de solo 1 ERC. ** Si bien la simvastatina en dosis de 80 mg fue evaluada en ERCs, la FDA no recomienda iniciar con dicha dosis y aumentarlas hasta 80 mg, por el incremento en el riesgo de desarrollar miopatías, incluyendo rabdomiolisis. c-LDL: colesterol LDL; BID: dos veces al día; FDA: Food and Drug Administration; ERCs: estudios aleatorios controlados. Adaptado de: Stone et al 2013 ACC/AHA Blood Cholesterol Guideline Para que el tratamiento con estatinas de una enfermedad cardiovascular ateroesclerótica clínica sea clasificada como prevención secundaria, debe cumplir alguno de los siguientes: síndrome coronario agudo, historia de infarto miocárdico, angina estable o inestable, enfermedad cerebrovascular, isquemia cerebral transitoria, íctus, o una enfermedad arterial periférica cuyo origen se presuma ateroesclerótico.106 El uso de estatinas ha aumentado progresivamente gracias a la continua investigación en base a su perfil farmacológico; una de las más estudiadas es la atorvastatina. El estudio PATROL el año 2011 demostró un perfil de seguridad y eficacia similares entre los tres miembros de la familia de inhibidores de la HMG-CoA reductasa: pitavastatina, atorvastatina y rosuvastatina. 107 Turpín-Fenoll, L. 2008 describe en su estudio “Estatinas y patología neuromuscular” a estas como medicamentos con buena tolerabilidad y seguridad, cuyos efectos adversos son infrecuentes, transitorios y en raras ocasiones graves.108 Un estudio comparativo entre estatinas concluyó que la lovastatina eleva en un porcentaje significativamente mayor los niveles de creatinquinasa y alanina aminotransferasa, en comparación con la atorvastatina y simvastatina.109 Gentile, S. 2000 reportó que una dosis de atorvastatina de 10 mg/día producía: descenso significativo del colesterol LDL a comparación de otras estatinas (simvastatina, pravastatina, lovastatina) en dosis equivalentes, aumento del colesterol HDL similar o mayor que las otras estatinas estudiadas, reducción significativamente mayor del colesterol total y disminución de los niveles de triglicéridos en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 e hipercolesterolemia. 110,111 Complementario al uso de estatinas como monoterapia, han surgido asociaciones, las cuales han demostrado eficacia significativa para reducir los valores de colesterol con menos efectos adversos, controlar la presión arterial (al combinarse con agentes antihipertensivos) y mejorar la función endotelial.112,113 Uno de estos casos es la asociación de ezetimiba al tratamiento hipolipemiante, con buen perfil de seguridad.114 Con respecto a los objetivos de la terapia hipolipemiante, en base al LDL, años atrás se creó un debate sobre el objetivo o el valor que se debe alcanzar y mantener. Se propusieron diversos valores referenciales, entre ellos 70 mg/dL de LDL; sin embargo, diversos estudios demostraron que mientras más bajo sea el valor, mejor (LDL cholesterol: the lower the better).115 Por otro lado, en el caso de la hipertrigliceridemia, el tratamiento suele realizarse principalmente con derivados del ácido fíbrico (fibratos), principalmente. La eficacia de estos medicamentos permite disminuir los valores de triglicéridos de 40 a 60%. Sin embargo, es importante recalcar que el objetivo del tratamiento de la hipertrigliceridemia yace en reducir el riesgo cardiovascular.116 Discusión: Existen guías internacionales para el manejo de la enfermedad cardiovascular y sus causas; sin embargo, no existe guía alguna para el manejo de estas en la población altoandina. Por tanto, los editores del consenso consideramos de gran importancia la elaboración de estudios que permitiesen establecer puntos de corte específicos para la población del Pacífico Sur, los cuales idealmente deberían involucrar también a la población altoandina. La creación del consenso tiene como objetivo facilitar las herramientas necesarias para la adecuada evaluación de los habitantes del PacíficoSur. Sin embargo, llegar a crear una guía propia en su totalidad es pragmáticamente imposible. Para ello se debería seleccionar grupos representativos de las distintas poblaciones en las que se pudiera realizar una intervención conductual-farmacológica con seguimiento a largo plazo, manteniéndolas al margen de cualquier otra intervención, lo que no es factible por problemas éticos. Además, tampoco sería factible por la gran inversión económica requerida y porque existe suficiente evidencia de que el impacto sobre los determinantes de riesgo cardiovascular es universal. Durante la búsqueda bibliográfica se hizo evidente la escasez de datos existentes en la región respecto a la realidad del control de los factores de riesgo (FR) en el ejercicio habitual de la medicina y en los datos referentes a su tratamiento. Habiendo descrito todo lo anterior, es necesario establecer metas en el tratamiento de manera general y específica para cada paciente. Para lograrlo es necesario primero estratificar el riesgo cardiovascular del paciente y con ello establecer una terapéutica adecuada y las metas terapéuticas.117,118 La base del tratamiento deberá ser la actuación sobre los factores de riesgo modificables. Es decir, sobre el tabaco, la presión arterial, lípidos séricos, circunferencia abdominal, dieta, nivel de actividad física e ingesta de alcohol. Existen iniciativas en los países del Pacífico Sur entre las que se encuentran alertar a la población sobre el riesgo que representa para la salud la ingesta elevada de sal/sodio, disminuir el contenido de sodio en alimentos elaborados mediante la regulación y los acuerdos voluntarios con la industria, generar información que contribuya al aumento de la disponibilidad y el consumo de alimentos con bajo contenido de sodio.119 Dichas recomendaciones deberían ser aplicadas en todos los países, especialmente en aquellos donde exista alta prevalencia de enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, el uso de fármacos en la prevención secundaria de las enfermedades cardiovasculares es bajo e insuficiente a nivel global, especialmente en países de bajos ingresos económicos y en zonas rurales. Son necesarios enfoques sistemáticos para mejorar, a largo plazo, el uso de medicamentos eficaces y de costo bajo.120 Como se ha comentado previamente, entre todos los fármacos reductores de colesterol-LDL y/o triglicéridos y los incrementadores de HDL, las estatinas ha sido el grupo farmacológico más eficiente en la reducción de la enfermedad cardiovascular aterosclerosa. Sin embargo, las estatinas tienen una eficacia acotada en la reducción de colesterol-LDL. Aún con estatinas de intensidad alta en dosis máxima, 13%, 40% y 78% de los individuos no alcanzan valores de colesterolLDL <100, <70 y <50 mg/dL, respectivamente; este hecho junto con la demostración de que el beneficio terapéutico ‘duro’ (reducción de Enfermedad Cardio-Ateroesclerótica (ECA) con estatinas continúa observándose con cifras de colesterol-LDL <70 mg/dL e incluso <50 mg/dL, ha planteado una nueva hipótesis de trabajo en Cardiología. 121 ¿Es factible que una reducción, sobre estatinas, de colesterol-LDL a cifras <70 mg/dL suceda en un mayor número de individuos en RECA y ello determine una gradiente de beneficio terapéutico superior al alcanzado hasta hoy con los inhibidores de la HMGCoA? Esta es la gran apuesta científica de estrategias como la inhibición de la PCSK9, la cual al incrementar la sobrevida del receptor LDL, tanto en asociación con estatina como en forma aislada, ha demostrado reducir el colesterol-LDL a cifras <100 mg/dL en 100% de los individuos y a <70 mg/dL en 70% de los casos. Sin duda, un excelente resultado en el subrogado bioquímico de la aterosclerosis, el cual tendrá que asociarse a otros subrogados como la regresión de la aterosclerosis, y obviamente a la reducción en la incidencia de ECA. Los programas ODISSEY con alirocumab, PROFICIO con evolocumab y SPIRE con bococizumab son los programas de investigación de fase III que actualmente exploran la posibilidad de este ‘sueño cardiológico’. Es interesante denotar que lo que se inició con el descubrimiento de la mutación ‘ganancia de función’ del gen codificador de la PCSK9 en el año 2003 por el grupo francés de Catherine Boileau 122, tan solo 12 años después se ha convertido en una realidad terapéutica. Al momento de entrar a prensa este consenso y con el soporte de los estudios ODYSSEY long term con alirocumab y OSLER 1-2 con evolocumab, ambos anticuerpos monoclonales 100% humanos versus PCSK9, han sido aprobados por la FDA y la EMA para su uso clínico en el control de la hipercolesterolemia en poblaciones de alto riesgo cardiovascular, específicamente hipercolesterolemia familiar heterocigota, enfermedad cardiovascular aterosclerosa e intolerancia a las estatinas. Lo anterior, cuando en base al juicio clínico, el inicio de estas terapias otorgue un beneficio neto potencial al individuo tratado. 126 La decisión anterior si bien ha sido controversial, ya que aún no se cuenta con los resultados de los estudios de desenlaces cardiovasculares (ODYSSEY outcomes con alirocumab, FOURIER con evolocumab y SPIRE 1-2 con bocozicumab), está respaldada por los resultados positivos de eficacia, seguridad y tolerabilidad obtenidos en 23 estudios de fases I, III y III, hasta julio 2015122, y por la innegable existencia de una necesidad no cubierta en el control de la hipercolesterolemia en subgrupos de riesgo cardiovascular alto y muy alto.123-125 Sera muy interesante seguir de cerca los resultados de los programas mencionados y especialmente definir cuál es el ‘piso terapéutico óptimo’ en la reducción fármaco-biológica del colesterol LDL. En lo respectivo a la valoración integral del paciente, es necesario también tener en cuenta la biomecánica vascular en relación a la rigidez arterial, el índice de aumento, velocidad de onda de pulso, índice tobillo-brazo y, lo que es más importante, la presión aórtica central, la cual evidencia mayor impacto predictor de desenlaces. 96 Anexo 1. Medición indirecta de la presión arterial. (1) Técnica adecuada para una correcta medición: El paciente se encuentra en reposo al menos 5 minutos antes de la medición y no debe haber consumido cafeína o haber fumado durante los 30 minutos previos a la medición. El brazo derecho debe estar apoyado, el paciente en posición sentada y el brazalete debe encontrarse a nivel del corazón. La ropa no debe oprimir el brazo, ya que puede alterar la medición. El brazalete debe medir 13 cm de ancho, cubrir 80% del área del brazo y colocarse de 2 cm a 4 cm por sobre la flexura del codo, de manera que se pueda colocar el estetoscopio sobre la arteria braquial. Ubicar la arterial braquial (o humeral) palpando el pulso en el lado interno del brazo y pliegue del codo (fosa antecubital). Se debe posicionar los tubos de conexión paralelos al trayecto de la arteria braquial. (2) Procedimiento: Ubique la arteria radial por palpación, sin dejar de presionarla, insufle lentamente el brazalete hasta el nivel de presión en que deja de palparse el pulso radial (presión sistólica palpatoria). Una vez hallado el valor de la presión sistólica palpatoria, insuflar 30 mmHg más. Colocar la membrana del estetoscopio sobre la arterial braquial. Desinflar el brazalete a una velocidad de 2 a 3 mmHg / segundo. Determinar el valor de la presión arterial sistólica (o máxima) por la fase I de la escala de Korotkoff y la diastólica (o mínima) por el último ruido (fase V de Korotkoff). Registrar los valores encontrados. Si es necesaria una segunda medición en el mismo brazo, espere 1 a 2 minutos. Consideraciones especiales: 1. De utilizarse aparatos digitales, se utilizará únicamente aquellos que midan la presión arterial en el brazo y deben contar con la validación de la Advancement of Medical Instrumentation o de la British Hipertensión Society. 2. No se debe utilizar equipo automáticos en pacientes con fibrilación auricular. 3. En los casos en que no desaparezcan los ruidos cardiacos (ancianos, niños o en insuficiencia aórtica), para registrar la presión diastólica se hará uso de las fases 4 y 5 de la escala de Korotkoff, registrándolo de la siguiente manera: 140/80/0. 4. En caso no sean fácilmente audibles o identificables las fases de Korotkoff, solicitar al paciente elevar el brazo y que abra y cierre la mano 5 a 10 veces previo a la siguiente medición. 5. En pacientes ancianos o con diabetes mellitus debe considerarse la medición de la presión arterial en bipedestación. 6. En caso de que el perímetro braquial del pacientes sea menor a 26 cm o mayor a 33 cm, debe utilizarse un brazalete de 10 x 24 cm o 16 x 38 cm, respectivamente. Anexo 2. Fármacos para la terapia antihipertensiva. Fármaco Indicaciones Diuréticos tiazídicos HTA sistólica aislada (adulto mayor) Insuficiencia cardiaca Beta-bloqueadores Angina IAM Insuficiencia cardiaca Taquiarritmias Glaucoma Embarazo Antagonistas del calcio (dihidropiridinas) HTA sistólica aislada (adulto mayor) Angina Hipertrofia VI Ateroesclerosis carotidea/coronaria Embarazo Angina Ateroesclerosis carotidea Taquicardia supraventricular Antagonistas del calcio (no dihidropiridinas: verapamilo/diltiazem) Contraindicaciones absolutas Contraindicaciones relativas Gota, Síndrome metabólico, Intolerancia glucosa, Embarazo Asma Bloqueo aurículo ventricular de 2° o 3° Enfermedad vascular periférica, síndrome metabólico, intolerancia glucosa, deportistas, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) Taquiarritmias, Insuficiencia cardiaca Bloqueo aurículo ventricular 2° o 3° Insuficiencia cardiaca Inhibidores de la ECA (Enzima convertidora de angiotensina) ARA II (Antagonistas de los receptores de la angiotensina) Antialdosterónicos Alfa 2 agonistas (metildopa) Bloqueadores alfa 1 (doxazosina) Diuréticos de asa Insuficiencia cardiaca IAM Nefropatía diabética Nefropatía no diabética Hipertrofia VI Ateroesclerosis carotidea Proteinuria/oligoalbuminuria Fibrilación auricular Síndrome metabólico Insuficiencia cardiaca IAM Nefropatía diabética Proteinuria/oligoalbuminuria Hipertrofia ventricular izquierda Fibrilación auricular Síndrome metabólico Tos inducida por IECA Insuficiencia cardiaca IAM Embarazo Embarazo Angioedema Hiperkalemia Estenosis bilateral de la arterial renal Embarazo Angioedema Hiperkalemia Estenosis bilateral de la arterial renal Insuficiencia renal Hiperkalemia Hiperplasia prostática benigna Nefropatía terminal Insuficiencia cardiaca Fuente: Guía Clínica: Hipertensión Arterial Primaria o Esencial en personas de 15 años y más. Chile 2010 Anexo 3. Dosis de fármacos antihipertensivos. Fármaco Rango de dosis total diaria (mg) Frecuencia diaria de uso (dosis) Diuréticos tiazídicos Hidroclorotiazida Indapamida Metolaz45ona 6,25 a 25 1,25 a 5 2,5 a 20 1 1 1 Diurético de asa Furosemida* 20 a 240 1a2 Antialdosterónico Espironolactona 25 a 100 1a2 25 a 100 40 a 160 6,25 a 50 25 a 100 5 a 10 1,25 a 10 40 a 240 200 a 400 100 a 400 200 a 600 1a2 2a3 2 1 1 1 1 1a2 2 1 25 a 100 5 a 40 5 a 20 10 a 20 2,5 a 5 4a8 2,5 a 5 2a3 2 1 1 1 1 1 25 a 100 80 a 320 4 a 32 40 a 80 150 a 300 10 a 40 1a2 1 1 1 1 1 150 a 300 1 Betabloqueadores Atenolol Propanolol Carvedilol Metoprolol Nevibolol Bisoprolol Nadolol Acebutolol Labetalol Celiprolol Inhibidores ECA Captopril Enalapril Lisinopril Quinapril Ramipril Perindopril Cilasapril ARA II Losartán Valsartán Candesartán Telmisartán Irbesartán Olmesartán Bloqueador directo de renina Aliskireno Calcioantagonistas Nifedipino acción 10 a 60 2 retardada 5 a 20 1a2 Amlodipino 20 a 40 1a2 Nitrendipino 5 a 10 1 Felodipino 10 a 20 1 Lercanidipino 180 a 240 3a4 Diltiazem 240 a 360 3 Verapamilo Alfa 2 agonistas Metildopa 250 a 1000 2a3 Clonidina 0,1 a 0,9 2a3 Bloqueador alfa 1 Doxazosina** 1a8 1a2 *Uso solo en pacientes con deterioro de la función renal, con creatinina >2 mg/dL o clearance de creatinina <30 mL/min. ** Puede ser utilizado en el paciente hipertenso con hiperplasia prostática benigna. No usar como monoterapia. Fuente: Guía Clínica: Hipertensión Arterial Primaria o Esencial en personas de 15 años y más. Chile 2010 Anexo 4. Fármacos para la terapia hipolipemiante. Clase Fármacos SAB Colestiramina Acción/Origen Dosis Efectos adversos Efecto lipídico Interacciones 4 a 24 g GI: Dolor abdominal, constipación, náuseas, vómitos y flatulencia CT: 5 a 50% 25% Con 12 a 30 g/día LDL 15 a 30% HDL 3 a 5% TG aumento? Alteran la absorción de drogas: digital, furosemida, gemfibrozilo, betabloqueadores, HCTZ, tiroxina, etc. TG – 20 a 60% CT – 15 a 30% LDL – 5 a 25% HDL +15 a 35% Con estatinas puede producir disfunción hepática y miopatía - 30 a 40% LDL CYP/450, fibratos Secuestradores de ácidos biliares Colestipol 5 a 30 g Niacina cristalina 50 a 500 mg (2-4 g/día hasta 12 g/día) Acido nicotínico Niacina LP Estatinas Pitavastatina Reducción de la síntesis de VLDL por inhibición de la lipólisis 500 a 2 000 mg diarios 1 a 4 mg Enrojecimiento, rash, prurito, elevación de enzimas hepáticas, arritmias, GI, hiperuricemia. Ídem a la formulación cristalina, pero con menor severidad y frecuencias (R)++ Elevación enzimática, mialgias, Fibratos Lovastatina Simvastatina Atorvastatina Rosuvastatina Pravastatina Bezafibrato Fenofibrato Ciprofibrato Gemfibrozil IAC Ezetimibe Combinación fija de IAC más estatinas Ezetimibe más Simvastatina Ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 Inhibidores de la HGM Co-A Reductasa Agonistas de PPAR alfa Activadores de la lipasa lipoproteica Inhibición específica de la absorción de colesterol Agonista receptor PPAR Inhibe síntesis de VLDL 10 a 20 mg 10 a 40 mg 10 a 80 mg 10 a 20 mg 10 a 80 mg 600 mg 300 mg 100 mg 60 a 1 200 mg rabdomiolisis e IR (R) + (R) ++ a +++ (R) ++ (R) ++ (R) + Fatiga, cefalea, impotencia, rash, urticaria, caída del cabello, insomnio - 30 a 35% LDL - 35 a 40% LDL - 50 a 55% LDL - 52 a 58% LDL - 30 a 35% LDL LDL – 5 a 20% TG – 20 a 50% HDL + 10 a 20% CYP/450, fibratos CYP/450, fibratos CYP/450, fibratos Estatinas Niacina Warfarina Estat/Niac/Warfarom NO UTILIZAR EN COMBINACIÓN CON ESTATINAS 10 mg Dolor lumbar, artralgias y dolor abdominal LDL – 18% (M) HDL + 1% (M) TG – 8% (M) Ninguna 10 mg de ezetimibe más 10, 20, 40 u 80 mg de simvastatina 500 a 2 000 mg Igual a los efectos secundarios de cada droga individual Reduce en forma aditiva el LDL en 18% más que la monoterapia con estatina Reducción de triglicéridos Las de simvastatina: CYP/450, fibratos Dispepsia Síntomas GI ND Abreviaturas: CT: colesterol total; GI: gastrointestinal; HTZ: hidroclorotiazida; IAC: inhibidores de la absorción de colesterol; IR: insuficiencia renal; LP: liberación prolongada; ND: no disponible; QT: segmento QT; R: rabdomiolisis; SAB: secuestradores de ácidos biliares; TG: triglicéridos. 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