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IES SIERRA DE GUADARRAMA DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES 1º ESO UNIDAD 6: EL MUNDO ROMANO A lo largo de esta unidad didáctica, vamos a intentar comprender un mundo, el romano, que ha dejado una profunda huella en nosotros, ya que a ellos les debemos no solo una historia común en todo el Mediterráneo, sino también una lengua, unas leyes, una arte y unas tradiciones. HISTORIA POLÍTICA EL ORIGEN El Imperio Romano, como todos los imperios, pasó por una etapa de organización interna y otra de expansión y conquista hasta su desaparición. Muchos pueblos que venían de Oriente llegaron a la Península Itálica durante el segundo milenio antes de Cristo, imponiéndose a los núcleos neolíticos que allí vivían: ligures, vénetos, samnitas, sabinos, latinos. Más tarde, en el siglo IX a.C., apareció un pueblo misterioso del que poco sabemos llamado etrusco. Funcionaron como los griegos, creando ciudades-estado y estableciéndose en el centro y norte de la península. Mantuvieron estrechas relaciones comerciales con la zona sur en donde se encontraban muchas y ricas colonias griegas. En la zona del Lacio, en la parte central de la península cercana al río Tíber, las laderas se confederaron en la Liga de las Siete Colinas y fundaron Roma (753 a.C.). Orgullosos de su pasado y amantes de la Historia, los romanos siempre tendrán la mítica fecha de fundación de su capital como referencia para contar el tiempo y se referirán a cualquier acontecimiento con el latinajo "ab urbe condita", es decir, "desde la fundación de la ciudad". Como puedes comprobar, la leyenda de Rómulo y Remo es mucho más divertida y fantasiosa que la historia real, pero... PERIODO DE LA MONARQUÍA 753 a.C.- 509 a.C. Desde mediados del siglo VI a.C. los reyes del pueblo etrusco gobernaron Roma, los anteriores monarcas habían sido latinos Roma crecía, se construyeron su primera gran muralla y su puerto Ostia (¡se llamaba así!). Crecían sus campos de cultivo, crecía su zona de influencia económica y se organizaba un sistema político más complejo con una reunión de ancianos de las familias propietarias de la tierra (patricios), que aconsejaban al rey. Los intereses económicos en la Monarquía romana serán la causa de su fin. Mientras que las familias patricias basaban su poder en la posesión de la tierra y el ganado, el rey y las familias allegadas se volcaban en las actividades comerciales y artesanas. En el año 509 a.C. los patricios abolieron la Monarquía para defender su posición de privilegio y crearon una nueva forma de organización política llamada República PERIODO DE LA REPÚBLICA 509 a.C.- 27 a.C.). La abolición de la monarquía supuso la creación de un nuevo sistema de gobierno, la Republica (“el asunto del pueblo”), en la que, al menos teóricamente, participaban todos los ciudadanos (hombres libres nacidos en Roma). Pero la realidad es bien distinta, la Republica se dotó de instituciones que impedían el poder personal, pero que al ser ocupadas de manera (casi) exclusiva por los patricios, supuso en la práctica un sistema de gobierno oligárquico. La parte de los ciudadanos romanos que no pertenecían al orden patricio, los plebeyos, lucharon desde el principio de la República para no quedar fuera de las asambleas, del Senado y de los cargos de gobierno republicanos (magistraturas). Los plebeyos pagaban impuestos, formaban parte del ejército pero no tenían acceso al poder. Doscientos años tardaron en conseguir un representante, el Tribuno de la Plebe, e incluso unas leyes que ya les tenían en cuenta, la Ley de las Doce Tablas. A partir de aquí se consiguió la igualdad de derechos con los patricios, lo que benefició sobre todo a los plebeyos más enriquecidos. Las instituciones entorno a las cuales se organizó la vida política de la República fueron básicamente tres: Magistraturas, Senado y Comicios. El Senado era la institución más importante ya que establece las leyes, dirige la política exterior, la religión y controla la actuación de los magistrados. Esta formado por unos 300 miembros, patricios y antiguos magistrados Los Comicios son las asambleas en las que se reunían los ciudadanos para votar las leyes y elegir a los magistrados. Las Magistraturas son los diferentes cargos del gobierno. Solían ser ejercidas por patricios elegidos durante un año. De manera diferente que los griegos, los romanos crearon su civilización a partir de una serie continuada de guerras de conquista. Con un ejército muy eficaz dominaron todo el entorno del Mediterráneo, al que, no sin razón, pusieron el sobrenombre de "Mare Nostrum" (nuestro mar, en latín). La conquista o expansión territorial, había empezado débilmente con la monarquía, pero cuando alcanza un gran desarrollo es durante la República. Tras el dominio de la Península Itálica, en el s III a. C., Roma inicia su expansión por el Mediterráneo, lo que le lleva a enfrentarse a otra gran potencia, Cartago. Hubo tres guerras entre los romanos y los cartagineses, conocidas con el nombre de Guerras Púnicas y que duraron más de cien años. La primera guerra dio a los romanos el control de Córcega, Cerdeña y Sicilia; la segunda, sin duda la más importante, permitió a Roma la incorporación de la península Ibérica a sus dominios; y la tercera, supuso la aniquilación de los cartagineses y el dominio romano de todo el Mediterráneo occidental. A comienzos del s II a. C, Roma se lanza a la conquista del Mediterráneo oriental, que queda bajo su dominio al vencer en las Guerras Macedónicas a las monarquías helenísticas. A lo largo del s II a. C. Roma continua su expansión por la Europa Atlántica, conquistando la Península Ibérica, la Galia, el sur de Gran Bretaña y parte de la Europa Central. Pero la República morirá de éxito. La gran expansión territorial realizada durante los últimos siglos de este periodo, crearon unos dominios muy difíciles de gobernar para una administración pensada para una ciudad. Las provincias eran casi autónomas del poder central de Roma. La falta de reparto en las riquezas creó enormes tensiones sociales porque las diferencias de recursos entre los grupos de población iban en aumento (Revuelta de los Graco siglo II a.C.). Los ejércitos empezaron a defender a sus generales directos, que les recompensaban con botines y tierras, y a preocuparse menos de los intereses comunes de Roma, de manera que la coordinación desapareció y la ambición de poder de los generales se convirtió en el motivo de lucha (Guerras Civiles del siglo I a.C.) El Senado otorgó el poder a estos jefes militares, dictadores que, incapaces de colaborar por el bien de la República y llevados por su ambición, combatieron por el poder. La lucha más famosa fue la de Pompeyo y César. César salió victorioso y reformó el gobierno personalizándolo. Fue asesinado por sus enemigos ante el temor de que se proclamara rey a sí mismo (idus de marzo, 44 a.C.) y su muerte desembocó en una nueva guerra civil que ganó el hijo adoptivo de César, Octavio. El senado le concedió el título de Augusto (elegido por los dioses), y Octavio organizó la concentración de poderes en su persona como emperador, con los títulos de Princeps, (ciudadano principal) e Imperator, (jefe del ejército). Empieza así la última etapa de la Historia de Roma: el Imperio PERIODO DEL IMPERIO 27 a.C.- 476 Augusto supo resolver los problemas que las instituciones republicanas no pudieron. Creó instituciones para pacificar el extenso Imperio y administrarlo más directamente (provincias imperiales y senatoriales), reestructuró el ejército pagando a los soldados y creando colonias para los veteranos, realizó grandes obras públicas y aseguró la distribución gratuita de trigo entre la población y mantuvo el reconocimiento y el respeto hacia el Senado, que se mantiene como institución, aunque ahora más simbólica que operativa. Todo esto provocó una gran estabilidad en todos los campos, periodo que se conoce como Pax Romana y que sirvió para integrar los territorios y profundizar en su romanización. Ejemplo de ello fue la concesión de ciudadanía a todos los habitantes del Imperio por parte de Caracalla. Pero el sistema imperial también tenía sus defectos. Para empezar, no había un sistema sucesorio claro y, aunque el emperador solía nombrar a su sucesor de entre sus familiares, pronto el ejército intervino en este nombramiento provocando enfrentamientos entre familias importantes. A partir del siglo III se empiezan a manifestar síntomas de decadencia. Un imperio como el Imperio Romano no desapareció por una sola causa. Es cierto que la presión de pueblos bárbaros se suele colocar como causa de la caída del Imperio, pero siempre habían estado controlados cuando el poder de Roma había sido fuerte. Durante este siglo III los problemas de fondo se acentuaron: la debilidad del Senado se acentuó por el reforzamiento del poder del ejército de nuevo. Volvieron a aparecer guerras civiles que acabaron con la unidad de acción de la máquina militar romana y las fronteras, lo que llamaban ellos el "limes", se debilitó y se hizo permeable a los pueblos bárbaros. La crisis económica del sistema de producción esclavista y la crisis monetaria ruralizó la economía vaciando las ciudades, trayendo de nuevo el trueque. El ejército no cobraba del estado y los generales se apropiaron otra vez del poder de las legiones para su beneficio propio. En la Galia, en Germania, en Grecia, las fronteras no pudieron resistir la presión y, aunque se ofreció la posibilidad de alianzas a muchos pueblos, finalmente la invasión no se pudo evitar. A todos estos problemas hay que añadir una crisis ideológica muy profunda provocada por la aparición del cristianismo, que con su mensaje de igualdad y de monoteísmo frente al culto imperial, pasará de ser religión perseguida duramente por Diocleciano (catacumbas, siglo II ) a religión admitida por Constantino en 313 ( Edicto de Milán) y a convertirse en religión oficial con Teodosio. A la muerte de este emperador (395) el Imperio se divide para intentar salvarlo por partes. El Imperio Occidental sucumbe ante los bárbaros que nombran su propio emperador: Odoacro en 476. La zona oriental permanecerá como Imperio romano bizantino hasta 1453 con capital en Constantinopla, la actual Estambul. ECONOMÍA Y SOCIEDAD ROMANAS La economía de la sociedad romana fue esclavista, puesto que ellos eran la mano de obra más abundante. Pero si tenemos en cuenta las actividades económicas, su riqueza se basó en la agricultura y el comercio. La combinación de ambas permitió que cada región se especializara en el producto que mejor se adaptara a sus condiciones climáticas: aceite en la Bética, trigo en Egipto, vino en la Galia. La principal aportación de los romanos a la agricultura fue la utilización del arado “romano” tirado por bueyes (hasta ahora eran de tracción humana), los molinos movidos por animales, las norias para el regadío y las prensas para el vino y el aceite. El comercio se vio muy favorecido por la existencia de una misma moneda en todos el imperio, además del desarrollo de la red de carreteras (calzadas) y puertos. Otras actividades económicas importantes fueron la artesanía y la minería. La artesanía se desarrolla en las ciudades, donde se concentran los talleres, normalmente con una pequeña tienda asociada. Las minas eran propiedad el Estado, aunque este las arrendaba a particulares que utilizaban mano de obra esclava. Por otro lado, ya hemos visto que la sociedad romana era una sociedad muy desigual, dividida en dos grandes grupos, ciudadanos y no ciudadanos. Los ciudadanos, podían participar en política, ser propietarios y casarse libremente, pero no eran un grupo uniforme, entre ellos había grandes diferencias económicas. Los no ciudadanos eran hombre libres, pero carecían de derechos. Por otro lado, los esclavos eran propiedad de otra persona, podían recuperar su libertad si su amo así lo decidía, pero no pasaban a ser hombres libres, sino libertos, puesto que quedaban vinculados a su antiguo amo. Las mujeres, independientemente de su riqueza, nunca fueron consideradas ciudadanas y siempre estaban bajo la tutela de un varón (padre, esposo, hermano). No disfrutaban de ningún derecho político, pero si podían tener posesiones, regentar negocios y participar en fiestas y espectáculos. URBANISMO Y ARTE El centro del imperio siempre fue la ciudad de Roma, por ello, a lo largo del imperio surgieron numerosas ciudades a su imagen, que se convirtieron en los principales focos de romanización, es decir, de difusión de la cultura romana. La mayoría de las ciudades “romanas” tiene su origen en los campamentos militares, por ello responden a una minuciosa planificación. Todas ellas parten de un plano regular, con calles que se cruzan perpendicularmente formando una cuadricula regular. En el centro dos calles más anchas, las principales (cardo y decumanus) se cruzan formando el foro o plaza central, que se convierte en el centro de la vida urbana. En torno a este foro se levantan los edificios públicos del mundo romano: basílicas, para administrar justicia; templos, para honrar a los dioses; termas o baños públicos, como centro de reunión social y; teatros o anfiteatros, para los espectáculos que tanto gustaban a los romanos. El resto de la ciudad se llenaba de casas, muy diferentes según el nivel económico del inquilino. Las viviendas humildes eran las insulae, bloques de varios pisos y casas pequeñas, cuya planta baja solía dedicarse a tiendas y talleres. Las viviendas de los ricos eran las domus, casas unifamiliares de una sola planta cuyas habitaciones se distribuyen entorno a un patio interior o atrium. Los romanos eran excelentes constructores y desarrollaron técnicas que aún hoy seguimos utilizando, como grúas u hormigón, además del uso del arco, la bóveda y la cúpula. Sus construcciones tienen un sentido práctico ya que están destinadas a satisfacer las necesidades de la población, pero no por ello dejan de ser monumentales. Estas dos características hacen de las construcciones romanas obra de arte y de ingeniería a partes iguales. Fueron muchas las construcciones romanas, por ello sólo destacaremos aquellas con más personalidad: Las basílicas, donde tenían lugar los intercambios comerciales y se administraba justicia y que se convirtieron en el referente de las primeras iglesias cristianas. El circo, donde se celebraban carreras de caballos y cuadrigas. El anfiteatro, un edificio elíptico, exclusivo del mundo romano, donde se celebraban los combates de gladiadores y fieras. - Los arcos de triunfo, levantados para conmemorar las victorias de los emperadores más distinguidos. Los acueductos, para trasladar el agua salvando los desniveles del terreno Las calzadas, una extensa red de carreteras que permitía el desplazamiento de las tropas y la rápida comunicación del territorio. La escultura romana se inspiró en la griega, pero fue mucho más realista, lo que explica la gran importancia del retrato. Con el imperio la escultura se pone al servicio del poder, por lo que se tiende a la idealización en la representación de los emperadores. También con un sentido propagandístico desarrollan el relieve histórico, a través del cual narran las historias y victorias romanas. De los romanos conservamos también las pinturas que decoraban las paredes de las casas y los mosaicos que cubrían los suelos. RELIGIÓN Y CULTURA ROMANA Para los romanos la religión era algo muy presente en su vida cotidiana y por ello la practicaban de manera pública y privada. Eran politeístas y reconocían como principales dioses a Júpiter, Juno y Minerva, considerados la TRIADA CAPITOLINA. Una peculiaridad de la religión romana era que aceptaba y adoptaba a todos los dioses de los territorios conquistados, por lo que el culto era muy diferente en las regiones del imperio. Los romanos practicaban una religión doméstica, en la que se rinde culto a los lares y penates, protectores del hogar y a los manes, que honran a los antepasados; y una religión oficial en la que se hacían sacrificios en honor a los emperadores, a los que se adoraba como dioses. Los romanos eran muy supersticiosos, por lo que era frecuente que se consultara a los dioses antes de tomar cualquier decisión importante. El método más común era el auspicio, basado en la interpretación del vuelo de las aves que hacían los augures. Pero sin duda, lo más importante que nos ha llegado del mundo romano es su herencia cultural. Roma fusionó lo mejor de la tradición etrusca y griega y las difundió por todo el Mediterráneo. Este proceso, conocido como “romanización” se realizó a través de un idioma común, el latín, del que proceden muchas de las lenguas europeas actuales. Una de las principales aportaciones romanas fue el derecho, ya que sus leyes son la base de las actuales. Lo mismo ocurre con la filosofía, la historia o la medicina.