Download SOCIEDAD – Halloween…
Document related concepts
Transcript
Halloween, ¿moda o imposición? Sección: sociedad Autor: Germán Díaz germansdb@gmail.com ¿Por qué importamos la fiesta de Halloween y no las ideas, el trabajo, la educación, la industria, los planes para avanzar en la economía, la democracia, la república...? Cada vez imitamos más lo de afuera, lo extraño y lo lejano. Lamentablemente, no siempre tomamos como punto de referencia lo mejor de otros pueblos. Teniendo tanto para dar de nosotros mismos, buscamos lo prestado desde afuera y, encima, en muchos casos, lo peor. Nos han quitado las populares fiestas patrias para hacerlas de un partido político o de una agrupación ideológica que hoy lidera el poder gobernante. Ya no son festejos nacionales, sino encuentros de “punteros” políticos y sus seguidores, animando y vivando al Gobierno como a un equipo de futbol, y el acontecimiento cívico, apenas una mirada recortada, acomodada y conveniente. Conforme al engaño con el cual vivimos políticamente en el país, podemos afirmar que estos son los verdaderos buitres, los que vienen a imponer sus ventas comerciales promocionando sus culturas y a traicionar sofisticadamente los principios cristianos, latinoamericanos y los de los pueblos originarios. Vale mucho más una fiesta de culto bien sudamericana como la “Pachamama” que la reconocida cinematográficamente como “Halloween”, con su prepotencia de niños “malcriados” del primer mundo. También se suman a los productos extranjeros, en la Pascua, los conejos y los huevos o, en la Navidad, Papá Noel y sus renos. Todo “inocentemente” formando parte de una estrategia ideológica para derribar las tradicionales fiestas cristianas. Pensando seriamente o quizás jocosamente en la inculturación de un festejo extraño, en nuestro país, es imposible que los niños anden solos por las calles con disfraces golpeando puertas para decir “dulces o trucos”. Primero que nada, por la inseguridad: quién va a atender la puerta de buenas a primeras y quién dejará a sus hijos solos y disfrazados recorriendo el barrio. Segundo por el dinero; quién, de verdad, tendrá dinero para desperdiciar, alquilando o comprando un disfraz (bastante onerosos por cierto, que, si no se rentan, deben fabricarse o comprarse) y qué vecino asumirá el gasto y el trabajo de comprar golosinas para niños con semejantes caprichos. Halloween es la fiesta “for export”, vacía y con el único sentido de desvirtuar y borrar la solemnidad de todos los santos. No tiene nada de popular y menos de cultural. Festejar el cine y los dibujos animados que vemos en la TV es muy distinto de una fiesta popular como la del Chamamé, de la Virgen del Valle, el carnaval o las múltiples fiestas religiosas a lo largo y ancho del país. Pero celebrar Halloween no es otra cosa que un síntoma de la falta de identidad que tenemos algunos de los argentinos. Podemos constatar ciertamente que nuestra identidad, en muchos casos, termina el día que finaliza el mundial de fútbol. Desde ese día y durante cuatro años, las banderas y los gorros patrios duermen en algún cajón. Si bien la identidad está dada también por el fútbol, no es una gesta patriótica ni heroica de nuestra historia actual hacer un gol o atajarlo. Para que haya próceres, héroes y buenos gobernantes, debemos reconocer a los cientos de miles de argentinos que todos los días crean, inventan, producen, piensan y se sacrifican por un país mejor. Halloween puede seguir en Irlanda o en los Estados Unidos, pero, acá en la Argentina, debemos empezar a valorar lo propio para que nos respeten y nos sitúen como un pueblo valioso y original entre todos los pueblos.