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FACULTAD: CIENCIAS Y HUMANIDADES ESCUELA: TEOLOGÍA GRUPO: 01, 02 CICLO, AÑO: II, 2010 ASIGANTURA: INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA HORARIO DE CLASES: VIERNES 2:00-6:00 PM. CONTACTO CON EL DOCENTE: rafael.sanchez@udb.edu.sv PROFESOR: RAFAEL ERNESTO SÁNCHEZ LÓPEZ DESCRIPCIÓN DE LA ASIGNATURA: Esta asignatura es una introducción al estudio de la teología, por tal motivo trataremos de ofrecer todas las bases posibles para una posterior profundización. La primera unidad se centra en los elementos fundamentales: conceptos, fuentes, metodologías, finalidades de la teología; la segunda unidad será dedicada a la teología en la edad patrística y la edad media; y la tercera unidad tendrá como contenido el estudio de algunos teólogos más destacados del siglo XX. CONTENIDOS UNIDAD I: ELEMENTOS INTRODUCTORIOS FUNDAMENTALES 1. Elementos fundamentales. Aproximación al concepto de Teología 1.1. Revelación, fe y teología a) ¿Qué es la revelación de Dios? b) La Historia concreta de la Revelación de Dios en Cristo 1.2 Teología y teologías a) Aproximación al concepto de teología b) Una fe, varias teologías 2. Las fuentes de la teología a) Los “lugares” teológicos b) La liturgia como lugar teológico 3. Las mediaciones de la teología a) Mediación histórico-hermenéutica b) Mediación racional o filosófica c) Mediación socio-analítica d) Otras mediaciones 4. Las fuentes de la teología: Biblia, Tradición, Magisterio. 4.1 La Escritura, “alma” de la teología a) La escritura libro de la Comunidad de la Fe. La interpretación de la Biblia en la Iglesia b) Exégesis y teología. La lectura teológica supone el trabajo exegético c) La Palabra de Dios, “alma” de la Teología sistemática d) Diez principios para el uso teológico de la Escritura 4.2 La Tradición y el Magisterio a) El principio de la Tradición y las tradiciones apostólicas 1 b) Datos relativos al Magisterio c) Los dogmas en la Iglesia d) El teólogo en la Iglesia y ante el Magisterio 5. La teología como ciencia a) La teología como ciencia deductiva e inductiva b) La teología como ciencia según Santo Tomás 6. El método en teología a) La investigación: la interpretación b) Diversos métodos teológicos en la historia de la Teología c) La época posconciliar: modelos especiales UNIDAD II: LA TEOLOGÍA PATRÍSTICA Y MEDIEVAL 1. Teología Patrística a) San Ignacio de Antioquía b) Orígenes c) San Ireneo. d) Los primeros Concilios: Nicea, Éfeso, Calcedonia, Constantinopla. e) San Agustín: el tema del pecado y la antropología 2. Teología Medieval a) Santo Tomás de Aquino: la teología como ciencia de la fe. b) San Anselmo: el problema de la redención. c) Teología postridentina. UNIDAD III: TEOLOGÍA DEL SIGLO XX 1. Karl Barth: teología de la palabra. 2. Rudolf Bultmann: la desmitificación y el nuevo debate sobre el Jesús histórico. 3. Yves Congar: de la teología al ecumenismo. 4. Karl Rahner: teología trascendental. 5. Oscar Cullmann: teología de la historia de la salvación. 6. Paul Tillich: La Nueva Teología. Conclusiones Anexo1: El lenguaje de la teología Anexo 2: Inculturación 2 UNIDAD I: ELEMENTOS INTRODUCTORIOS FUNDAMENTALES I. Revelación, fe y teología1 1. ¿Qué es la revelación de Dios? 2. La Historia concreta de la Revelación de Dios en Cristo 1. La Revelación de Dios a) A Dios nadie le ha visto. Jn 1,18; 1Tm 6,16. No podemos ver la esencia misma de Dios con los ojos del rostro o de la mente. Olvidar este principio nos puede llevar a dar lugar a formas antropomórficas de concebir la revelación; puede dar lugar a confundir a Dios con sus mediaciones, de suerte que se confunda a Dios con la traducción humana de lo divino. b) El misterio se revela permaneciendo escondido. Dios es apertura y comunicación, “diálogo”. Si Dios es acción de conocimiento y de amor (en el interior de sí mismo y hacia lo otro-que-no-es-Dios), quiere decir que eso “otro” está relacionado con él y puede reconocer las huellas del Amor cuando ese Amor da testimonio de sí mismo. (cfr Is 45,15). c) Dios para comunicarse necesita un interlocutor cuya dimensión sea análogamente espiritual, inteligente y amante: de ahí la importancia de considerar al hombre como imago Dei capaz de recibir esa comunicación de Dios. d) Revelación es por tanto: comunicación del infinito Amor a su imagen creada, humana. La estructura más sencilla de revelación imaginable: la palabra de Dios dirigida a los profetas. Ej: Ez 11,14; 14,9; 15,1). “Dios habló por medio de los profetas” (Hb 1,1). e) Pero Dios más que comunicar palabras a los hombres, se comunica a sí mismo: su Voluntad, su Palabra, su Amor. «Se ha revelado el amor de Dios» (Tit 2,11)2. 1 J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 3-46. DV 2: «Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana 2 3 f) El Dios que se revela es un Dios «personal», inteligente, libre y amante: Personal aplicado a Dios quiere decir que Dios se comunica, entiende y ama, con Palabra de Verdad y con Aliento de Amor. g) El ámbito en el que se manifiesta Dios es doble: el escenario de la Creación y el drama de la Historia: el templo del cosmos y el acontecer en el que el hombre es el sujeto de la acción y Dios es el peso suave del amor providente (Cfr. DV 3). h) La creación del ser intelectual y amante, imagen de Dios, establece la posibilidad de la revelación divina. Esta dimensión antropológica (capacidad o apertura humana a lo divino que quiere dársele) constituye la posibilidad real de la revelación de Dios al hombre. i) La acción de Dios desborda toda mediación religiosa: es más grande que cualquier área confesional. El Verbo de Dios ha asumido como carne suya la mediación de Cristo, y Cristo ha asumido y amado a la Iglesia hasta presentársela a sí mismo sin mancha ni arruga (Ef 5,27). Sin embargo, respecto al área eclesial se da el fenómeno del Deus semper maior: Dios es mayor incluso que las mediaciones visibles por El mismo elegidas. j) La revelación trinitaria: en el Cristianismo el hombre tiene un modo de recibir a Dios correlativo al modo divino de comunicarse. La Trinidad «económica» ha movido a la fe cristiana a creer y a expresar con lenguaje siempre deficiente que en Dios mismo, Amor infinito y Acción por excelencia, se pronuncia la Palabra eterna y se expresa el Espíritu de Amor que une al Padre con la Palabra. k) La Revelación en sentido estricto -—como comunicación personal y absolutamente gratuita de Dios— coincide con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Revelación es esta Trinidad personal dándose a los hombres en la Encarnación del Hijo, en la Cruz y en la donación del Espíritu por Jesús glorioso. Por eso, por ser un acto de donación personal y divina, la revelación es gratuita e imprevisible, no necesaria: ya que pudo no darse. Todo esto no impide que en la Creación tengamos ya una primera manifestación de Dios que nos dice, como en una parábola o analogía, cuán alto es su amor. l) Acontecimiento y Palabra anticipan en el tiempo y en el espacio humano los dones de Dios que se revela: Escatología incoada. 2. La Historia concreta de la Revelación de Dios en Cristo a) La teología cristiana es ciencia de la Revelación de Dios en Cristo: «Habría que entender por “revelación” el acontecimiento salvífico de la auto comunicación de Dios, que empieza con la creación, se establece de nuevo en la historia de Israel, alcanza su consumación en la persona, vida, ministerio, muerte, resurrección [de Jesucristo] y envío se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación». 4 del Espíritu de Jesucristo (el Verbo de Dios encarnado), y por obra del mismo Espíritu Santo conduce a la comunión liberadora con Dios»3. b) Nos lo dice también DV 4: «Después que Dios habló muchas veces y de muchas maneras por los Profetas, "últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo". Pues envió a su Hijo, es decir, al Verbo eterno, que ilumina a todos los hombres, para que viviera entre ellos y les manifestara los secretos de Dios; Jesucristo, pues, el Verbo hecho carne, "hombre enviado, a los hombres", "habla palabras de Dios" y lleva a cabo la obra de la salvación que el Padre le confió. Por tanto, Jesucristo -ver al cual es ver al Padre-, con su total presencia y manifestación personal, con palabras y obras, señales y milagros, y, sobre todo, con su muerte y resurrección gloriosa de entre los muertos; finalmente, con el envío del Espíritu de verdad, completa la revelación y confirma con el testimonio divino que vive en Dios con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos a la vida eterna. La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará, y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Tim., 6,14; Tit., 2,13)». c) Por tanto Jesucristo es el ápice más alto en el panorama procesual revelatorio. Jesucristo es la el centro y la cumbre de la revelación. El paradigma de la revelación está en su muerte y resurrección. d) El acceso que podemos tener a esa revelación se da sólo si nos sumergimos en él como creyentes y si recibimos de Jesucristo el mismo Espíritu de Verdad y Amor. e) La resurrección o el futuro de Dios anticipado en lo humano: Pero este futuro se anticipa ya en nuestro mundo y en nuestro tiempo presente: la Cruz de Cristo ha sido el punto límite y el punto abierto a través del cual ese núcleo del Reino de Dios que es Cristo glorioso se ha introducido en este mundo para anticipar la nueva creación, el reino de Dios en el Espíritu Santo que nos ha sido dado como gracia y como anticipación de la gloria que esperamos. Literalmente, el futuro de Dios se ha anticipado (escatología anticipada, por Cristo Jesús). Esta es la revelación cristiana: la anticipación del futuro de Dios en el hombre y en el tiempo de la Iglesia. f) Desde el punto de vista antropológico, la resurrección representa la participación más alta posible en la vida de Dios que puede recibir el hombre. g) Toda la vida de Jesús tiene unidad a la luz de la Resurrección. h) El motivo para creer en la Resurrección de Jesús es la fe apostólica. Es escuchando a los testigos como llegamos a creer, pues la fe viene de escuchar la palabra de los Apóstoles. Es una elección positiva de la persona. La fe, como fruto de nuestra decisión personal, nos abre los ojos para descubrir las razones interiores al hecho de creer. Estando en la comunidad, formando un solo cuerpo… 3 P. EICHER, Diccionario de conceptos teológicos, II (Barcelona 1990), p.386. 5 i) ¿Cómo conocieron y vivieron los Apóstoles el hecho de la Resurrección: - El signo que da lugar a la tradición del sepulcro vacío (Jn 20,8). - Los signos de las apariciones en Judea (Lc 24,36-53; Jn 20,19-29), en Galilea (Mt 28,1620). - El signo memorial de la fracción del pan (Hch 2,42). - La dinámica de la promesa al cumplimiento. - La luz del Espíritu Santo, recibida en Pentecostés. j) El contenido del kerigma en Hch 2,32: Jesús vive, ha sido elevado a la derecha del Padre y nos da su Espíritu Santo. II. Teología y teologías4 1. Aproximación al concepto de teología 2. Una fe, varias teologías 3. Diversas teologías en la historia 4. Teologías diversas por su finalidad La Teología no puede olvidar que su punto de partida está en la iniciativa de Dios. W. Beinert lo ha dicho con una frase incisiva: El hombre dice su teología porque, previamente, Dios ha tomado la Palabra y ha hablado. De manera que la teología tiene dos realidades previas: la revelación de Dios que toma la iniciativa y la fe por la que el hombre se adhiere a Dios que se revela. La acción de Dios es el acontecimiento de la fe objetiva (fides quae) que desperatará la fe subjetiva (fides qua) de las personas creyentes. El acontecimiento narrado y así se transmite, también es contemplado y conceptualizado por quien busca entender en claroscuro su inteligibilidad escondida. Pues bien: la narración es ya teología, como es así mismo teología el intento humilde, arriesgado, siempre inacabado de conceptualizar el misterio. 1. Aproximación al concepto de teología a) ¿Por qué hay teología en el cristianismo?: El punto de partida es que el cristianismo se desarrolla en la historia como acontecimiento y como doctrina (cfr. Jn 3,16). La doctrina supone un acontecimiento que puede ser compartido. La doctrina depende del acontecimiento. Por la necesidad de dar cuenta narrativamente del acontecimiento de la fe y la necesidad de expresar conceptualmente lo que significa este acontecimiento, en sí y para nosotros. b) Creer y saber: 4 J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 47-77. 6 Anselmo de Canterbury y Ricardo de San Víctor, teólogos del siglo XII, siguiendo a San Agustín, creyeron que la inteligencia que acompaña la fe podía descubrir las razones necesarias que vertebran el misterio creído, y que se inscriben y se ocultan en él. El Vaticano I llama ratio fide illustrata y, viceversa, intelligentia fidei a esa claridad, otorgada por Dios en la fe, que ayuda a entender el misterio ya sea por analogía con las cosas que conocemos, ya sea por el nexo que los misterios tienen entre sí, ya sea por la relación que tienen con nuestro fin último. W. Pannenberg: el papel principal de la teología es explicar racionalmente los contenidos de la fe en Dios a los creyentes de la comunidad y a los increyentes del mundo. Sin embargo afirma que debe ser la razón sola, sin tener la fe como premisa…? c) Un concepto estricto de teología: San Agustín: es el hablar humano acerca de Dios. Ciencia de la revelación de Dios. d) El término “teología” en los Padres de la Iglesia: Origenes: la teología como conocimiento cristiano de Dios Hay que destacar la distinción que hace Eusebio de Cesarea: Teología y economía. Teología sería el conocimiento de Dios Uno y Trino en sí mismo, mientras que la economía o divina dispensación sería el conocimiento de Dios que se ha manifestado en su imagen: Jescucristo. e) De la economía se llega a la teología5. Sobre todo cuando se formula el dogma clásico de la Santísima Trinidad. f) «El fundamento y centro de la teología es la revelación de Dios en Jesucristo. Su objetivo particular es la inteligencia crítica del contenido de la fe para que la vida creyente pueda ser plenamente significativa»6. El término ha tenido una evolución. No es de origen cristiano, pero poco a poco se incorporó en el uso cristiano. Para Clemente de Alejandría, theologhía será el “conocimiento de las cosas divinas”; para Orígenes indica la verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como salvador. Y Eusebio de Cesarea fue el primero que dio el título de theologos al evangelista Juan, por haber escrito en su evangelio una doctrina eminentemente sobre Dios. Por eso, desde Eusebio, theología indicará la verdadera doctrina, la cristiana, que se opondrá a la falsa doctrina enseñada por los paganos7. 2. Una fe, varias teologías 5 J. WOLINSKI, «De la Economía a la “Teología”», en B. SESBOÜÉ – J. WOLINSKI, El Dios de la Salvación, Historia de los Dogmas, Paris: Desclée, 1994, pp.143-185. 6 R. FISICHELLA et al., «Teología», en R. LATOURELLE – R. FISICHELLA, Diccionario de Teología Fundamental, Madrid: San Pablo, 1992, p. 1411. 7 Cfr. Idem. 7 a) Según la perspectiva desde la que se conciba la revelación de Dios, tendremos un modelo u otro de teología. Por ejemplo: Revelación concebida de un modo mántico, como inspiración a través de sueños o de trances provocados por el poder de Dios: repercute en las narraciones veterotestamentarias en las que domina el poder amante de Dios desplegado en una situación conflictiva vivida por el justo. Revelación concebida como encuentro con Dios, por ejemplo con los Patriarcas: da lugar a la corriente personalista que traspasa toda la tradición judía, hasta el cristianismo con las apariciones del Resucitado. Revelación como entrega de un memorial por parte de Dios: da lugar a una perspectiva de teología simbólica que desembocará en la oración y en los sacramentos cristianos. Revelación como manifestación de la voluntad de amor de Dios que sostiene el obrar del hombre: alumbrará la perspectiva teológica presidida por la llamada imperativa de Dios que constituye al hombre y a la mujer como sujetos éticos. Revelación como presencia del Espíritu de Dios en los profetas, hasta que éstos llegas a identificarse con la Palabra de Dios que ilumina una situación humana: tendremos el tipo más común de revelación, entendida como comunicación de la Palabra y del Espíritu de Dios a los profetas. b) También se puede descubrir en el NT distintas cristologías, dependiendo de la faceta de la vida de Jesús en la que se fundamenta. Ejemplo: Cristología de la predicación: corpus paulinum Cristología especulativa histórico-escatológica: 4º Evangelio, ¿Lucas? Cristología mesiánica, centrada en el Jesús histórico: Mateo, Marcos, Lucas Cristología centrada en Cristo como Señor y Eschaton inscrito ya en la eternidad de Dios: Apocalipsis. c) También puede hacerse la siguiente clasificación8: Cristología del «maranatha» o de la parusía: Jesús portador de la salvación futura como Señor del futuro (Credo de la tradición Q, tradición de Marcos) Cristología del «theois aner»: Jesús taumaturgo divino (tradición galilea, con proyección cristiana posterior en los evangelios de Marcos y de Juan) Cristologías sapiensiales: Jesús sabiduría preexistente, encarnada, humillada, exaltada (Filipenses, Colosenses) Cristologías pascuales: Jesús muerto y resucitado… d) La gran ventaja que ofrece la diversidad de teologías del NT consiste en que la diferente letra que las diversifica queda compensada por el único Espíritu que las hace inteligibles y que las reúne en un único acorde: Jesucristo. A lo largo de la historia, de acuerdo a la finalidad, los objetivos y los métodos, de acuerdo al espacio y al tiempo, han surgido distintos tipos de teología: 8 E. SCHILLEBEECKX, Jesús. La Historia de un viviente, Madrid: Cristiandad, 1981, p. 373. Citado por ROVIRA BELLOSO J. M., Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, p. 57. 8 3. Diversas teologías en la historia a) Teología patrística (s. II-VIII): las obras de los padres de la Iglesia normalmente nacen en ocasión de de un hecho circunstancial: la aparición de una herejía o la necesidad de aclarar una cuestión relativa a la fe. b) Teología monástica (s. IX-XII): escuelas bíblicas, dialécticos, que usan la razón humana y filosófica e las afirmaciones de la fe. c) Teología escolástica (s. XIII-XV): la teología se convierte en ciencia, usando la filosofía aristotélica. Tiempo de las grandes Summae y de las Quaestiones disputatae, con método dialéctico. Despertar de las universidades. d) Teología controversística (s. XVI): con la intención de combatir la herejía luterana. e) Teología postridentina. La «segunda» escolástica: es la teología académica, comentando la Summa Theologiae de Santo Tomás. Comienza a hablarse de teología histórica. f) Teologías del siglo XIX Escuela de Tübingen: valorizan la tradición mediante el retorno a los santos Padres, que contempla la Iglesia como comunidad de fe centrada en Cristo vivo y que supera el sabor a racionalismo. La Escuela Romana: fuerte inclinación al intelectualismo, valoró tanto la función de la razón en el interior de la fe. J. H. Newman: valora la intuición que surge de la investigación metódica de los signos que llevan al sentido (“gramática del sentimiento”); con él adquiere vigencia y relieve el método inductivo aplicado a la teología. g) Teología neoescolástica: elevó el tomismo al rango de teología perenne. h) Teologías del siglo XX La crisis modernista: deseo de libertad total, sentimiento subjetivo, autenticidad; crítica demoledora, contraria al convencionalismo de la sociedad burguesa. «Nouvelle Théologie»: hacia finales de la S. Guerra mundial; intento de situar los hitos del pensamiento teológico en su propio marco histórico que explica y de alguna manera relativiza ese pensamiento, porque lo pone en relación con la cultura de su tiempo, y – lo que es más importante para el tema de Dios – entendiendo la revelación mucho más como historia y automanifestación que como sistema de ideas transmitidas por Dios al hombre. Teología de la «muerte de Dios»: intento de una amalgama de cristianismo y ateísmo. 4. Teologías diversas por su finalidad 9 4.1 Teología fundamental: no sólo entendida en la línea de pura apologética sino como obra de “la recta razón que demuestra los fundamentos de la fe” (DS 3019). La teología fundamental surge como “respuesta a los nuevos planteamientos de la modernidad que marcan decisivamente la teología y la Iglesia hoy” (Salvador Pié-Ninot). Se sitúa por tanto en la frontera entre fe y razón, entre revelación y el sujeto que la recibe, y tiene por cometido garantizar la credibilidad y, por tanto, la razonabilidad de la fe. Por tanto, “dar razón de la esperanza” (1Pe 3,15). 4.2 Teología «positiva»: los ejes señalados por san Agustín: buscamos en las Escrituras cuál es nuestra fe (teología positiva) y luego buscamos la verdad que impide dudar incluso a los raciocinadores (teología reflexiva o especulativa). La teología positiva se pregunta, entonces, cuál es la fe de la Iglesia, qué es lo que creemos. El adjetivo positivo va relacionado a un tema de estudio objetivo, de un texto, bíblico, patrístico, de un teólogo o del magisterio. 4.3 Teología sistemática: se pregunta cuál es el significado de lo que creemos. Es un nivel de pensamiento más sintético que analítico. Es un nivel más alto, racional y sintético. Se trata, pues, de entender el significado y la conexión de los artículos de la fe entre sí. En su sentido más específico se esfuerza por penetrar el sentido global e inteligible de aquellos dogmas que la Iglesia cree, organizándolos alrededor de una síntesis racional. a) Teología narrativa: primer estadio o esbozo de la teología sistemática, porque a ella conduce. Quiere expresar de modo más sencillo el núcleo central de la revelación de Dios en Cristo. Es el lenguaje del acontecimiento, capaz de expresar los hechos y las palabras de la revelación. La narración trata de atestiguar el acontecer revelador, evitando así que quede reducido a un sistema de verdades abstractas. El lenguaje es intelectual y testimonial, es transmisión de una noticia, es eficaz. b) Teología de la Palabra: llamada también teología kerigmática; nace en el contexto de la teología dialéctica (K. Barth), la cual muestra la imposibilidad de hablar de Dios a no ser partiendo de la misma palabra que Dios dirige a los humanos. Se llama teología dialéctica porque aquí se juega la infinita trascendencia de Dios en contraste con su cercanía a la humanidad que escucha su Logos. La teología de la Palabra está totalmente basada y pendiente del anuncio de la fe (kerigma), cuyos efectos provocadores de la respuesta de la fe los continúa esta teología. Su material de estudio es la Palabra de Dios centrada en la proclamación central de la fe: Cristo – Palabra de Dios – se ha encarnado, ha muerto y ha resucitado. «Como teólogos debemos hablar de Dios; pero somos hombres y, como tales, no podemos hablar de Él. Hemos de saber ambas cosas: nuestro deber y nuestro no poder, y así dar gloria a Dios. Esa es nuestra tribulación»9. 9 K. BARTH, Das Wort Gottes und die Theologie (Munich 1924), p. 158. Citado por J.M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, p. 76. 10 III. La teología como ciencia10 1. La teología como ciencia deductiva e inductiva 2. La teología como ciencia según Santo Tomás «En el ámbito de la fe, la teología deduce, articula y organiza lógicamente las distintas verdades; y así podemos afirmar que es ciencia en sentido aristotélico aunque su estatuto como reflexión de la fe no entra sin más en la visión de ciencia que hoy se tiene. Pero el rigor científico de la teología se cifra en su función hermenéutica. Debe discernir la experiencia cristiana fundamental y la experiencia humana de cada época»11. 1. Hacia un concepto válido de ciencia W. Beinert: «Ciencia es el conocimiento general y sistemático de la realidad, bajo un determinado objetivo formal»12. - Es necesaria la existencia de un objeto formal, o perspectiva desde la cual se contempla la realidad. Por su misma naturaleza, en efecto, cada ciencia parcializa la realidad, al escoger y determinar un solo ámbito de la misma. - Cada ciencia se lo juega todo en la elección del método adecuado para alcanzar su objetivo real. De ahí viene el observable rigor científico con el que procede cada disciplina. 2. ¿Ciencia en los comienzos de la teología patrística? Después del NT: - Las formulaciones doctrinales están escritas con un gran rigor. Son escritos teológicos, puesto que reflexionan sobre la verdad contenida en la propia fe cristiana. Su norma: la verdad de la fe. - La teología como ciencia empezará cuando una reflexión filosófica se constituya como método de reflexión habitual sobre la revelación cristiana. - Allí donde se adopte un itinerario filosófico, allí tendremos seguramente un inicio de scientia fidei. - En Occidente, es san Agustín el primero que expresará la importancia que tiene la teología cristiana como un saber o un conocer. Es el primero en que de una manera refleja y consciente llamará ciencia al conocimiento de Dios y del hombre. - El estilo de la época patrística será: una teología histórico narrativa. 10 J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 79-121; Cfr. M. SECKLER, «Teologías y ciencias», en R. LATOURELLE – R. FISICHELLA, Diccionario de Teología Fundamental, Madrid: San Pablo, 1992, p. 1411. 11 J. ESPEJA PARDO, Para comprender mejor la fe, una introducción a la teología, Salamanca: Editorial San Esteban, 1997, p. 137. 12 W. BEINERT, Introducción a la teología, Barcelona: Herder, 1981, p. 48. Citado por J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 80. 11 - Pero también se debe señalar el uso de la filosofía desde el siglo II-III. 3. En la ciencia aristotélica: La ciencia consiste en acercarse cognitivamente al ser, de tal modo que se llegue a entender a través de los conceptos y de las definiciones. La ciencia es conocimiento esencial de una substancia. Conocer la universal en lo particular. 4. La teología como ciencia deductiva e inductiva: - El esquema de la ciencia aristotélica, aplicado a la teología, abre el campo a la perspectiva deductiva. Así lo comprendieron los autores escolásticos. Para ellos, la teología, a partir de los principios conocidos por la Revelación, debe deducir conclusiones ciertas. Para esto, la premisa mayor debe ser siempre revelada; en cambio, la premisa menor puede ser una verdad cierta, conocida por la verdad natural. - La teología se acerca al modelo de la ciencia argumentativa que tiene como objetivo establecer conclusiones ciertas: con la certeza de la razón que deduce, pero con el respaldo de la Revelación que ofrece a la teología los primeros principios como un reflejo de la sabiduría divina. - El pensamiento de san Agustín es típicamente inductivo: el entendimiento humano penetrando en profundidad a través de los hechos o acontecimientos que propone la Sagrada Escritura y que, por ello, pertenecen a la fe, puede llegar a encontrar las rationes aeternae inscritas en estos hechos. - Dos condiciones para el itinerario inductivo: 1º) Que el entendimiento creyente proceda a partir de la observación atenta de los hechos que pertenecen a la fe. 2ª) los acontecimientos observados se han de comparar con los principios más generales conocidos por la Revelación: son las grandes verdades reveladas. 5. La edad de oro de la teología como ciencia: La Universidad Siglos XII-XIII - Sobre todo la universidad de París: con su dialéctica aristotélica. - La universidad de Oxford: tradicionalismo agustiniano; dedicación a la ciencia empírica. - Universidad de Salamanca: la teología como reina de las ciencias. 6. La teología como ciencia según Santo Tomás13: La teología: - Está fundada en la Revelación divina - Es ciencia, pero sus principios no son evidentes al teólogo sino a Dios y a los bienaventurados. Por eso se trata de una ciencia subordinada a la de Dios y los bienaventurados. - Tiene unidad: debido a l unidad de su objeto formal (lo divinamente revelado) - Es ciencia práctica: la moral - Es superior a las demás ciencias: por su objeto material y formal (Dios) - Es sabiduría: a la cual pertenece ordenar y juzgar desde la causa primera que es Dios - Su “sujeto” es Dios: Dios es el argumento central, único… - Es argumentativa: según el modelo aristotélico de ciencia deductiva. 13 Cfr. TOMÁS DE AQUINO, Summa Theol., I, q.1 a.1-10. 12 - Emplea metáforas: lo natural del entendimiento es llegar a lo inteligible por medio de lo sensible. - Conoce los diversos sentidos de la Escritura: histórico o literal, alegórico, tropológico o moral y el anagógico. Por tanto, «la teología cristiana está ligada a la autorreflexión y articulación de la fe cristiana, representando en este aspecto una realización vital funcional de la misma religión»14. IV. Las fuentes de la teología15 1. Los “lugares” teológicos 2. La liturgia como lugar teológico 1. Según Santo Tomás de Aquino, en II-II, q. 1, a. 10 Hace una división tripartita, que ha tenido más fama en la historia de la teología: a) La Sagrada Escritura, a la cual pueden reducirse las demás autoridades de la Iglesia (Tradición, Concilios, Papa…) b) La autoridad de los “otros doctores de la Iglesia” (Los Padres y Teólogos, que —en los casos de unanimidad— aportan un argumento que no puede dejar de ser cierto ya que también ellos expresan la fe de la Iglesia). c) La razón natural y la autoridad de los filósofos. De este tercer lugar tomista, el teólogo puede extraer argumentos probables. Esto se verá reflejado después en DV del Vaticano II, explicando la implicación y la diferencia mutua entre Escritura, Tradición y Magisterio16. 2. Los “lugares” teológicos según Melchor Cano (1509-1560) y Juan de Santo Tomás (1589-1647). M. Cano fue quien dibujó de modo genial el concepto formal de “lugar teológico”, que equivale a decir las fuentes de los contenidos. Punto de partida: Cano se basa en las clasificaciones que hace Aristóteles para definir los actos primordiales de entendimiento: la percepción, el juicio y el raciocinio, como lugares comunes del conocimiento humano. M. SECKLER, «Teología y ciencias», en LATOURELLE R.- FISICHELLA R., Diccionario de Teología Fundamental, Madrid: San Pablo, 1992, p. 1425. 15 J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 123-150. 14 16 Cfr. DV 7-10. 13 M. Cano piensa en las fuentes que testifican las verdades de la revelación; es decir, piensa en los “lugares” que contienen los principios de la teología. Los “loci theologici” son 10: A) Los primeros siete están basados en la autoridad, son los “lugares” donde puede hallarse la fe católica, de acuerdo con la autoridad de los testimonios de la revelación. Son “sedes” o “capítulos” de los que se puede extraer autorizadamente los contenidos de la revelación y, por tanto, los contenidos de la confesión de fe, la cual es simplemente recepción de la revelación. Por tanto las “autoridades” de las que podemos extraer la fe que confiesa la Iglesia: 1. La autoridad de la Sagrada Escritura, que se contiene en los Libros canónicos; 2. La autoridad de la Tradición de Cristo y de los Apóstoles; 3. La autoridad de la Iglesia Católica; 4. La autoridad de los Concilios, sobre todo de los Ecuménicos o Generales, en los que reside la autoridad de la Iglesia Católica; 5. La autoridad de la Iglesia Romana, que, por divino privilegio, se llama y es apostólica; 6. La autoridad de los Padres (los “santos antiguos”); 7. La autoridad de los teólogos escolásticos, a los que hay que añadir los peritos pontificios; B) Es el instrumento que el teólogo no puede dejar de usar. 8. La razón natural que se ejerce por el cultivo de todas las ciencias naturales; C) Las autoridades extrínsecas al quehacer teológico, pero que sin duda son mediaciones legítimas: 9. La autoridad de los filósofos que siguen el criterio de la naturaleza; 10. La autoridad de la historia humana, ya sea escrita por autores dignos de crédito, ya sea transmitida de generación en generación, pero no de modo supersticioso sino con grave y constante razón. Valoración positiva…. (trabajo de grupo) Valoración negativa… Según J. Wicks: - La liturgia - La vida de los santos. - La experiencia de la Iglesias locales o regionales ¿Nuevos lugares teológicos en la actualidad? GS 4: 14 Para cumplir esta misión es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas. Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza. He aquí algunos rasgos fundamentales del mundo moderno. La liturgia como lugar teológico… V. Las mediaciones de la teología17 1. Mediación histórico-hermenéutica 2. Mediación racional o filosófica 3. Mediación socio-analítica 4. Otras mediaciones: psicoanalítica, el arte, la música… La teología cristiana asume los resultados de las ciencias o los métodos de esas mismas ciencias (filosofía, antropología, historia, sociología, psicología…), con la finalidad de conseguir que la verdad de la teología llegue a tener un sentido para la vida del cristiano. Esas ciencias y sus métodos son las mediaciones. 1. Mediación histórico-hermenéutica Hermenéutica: del griego hermeneuein, que quiere decir “expresar, interpretar, traducir”; generalmente significa que se quiere aclarar un lenguaje oscuro, y se aplica más directamente a la interpretación de los textos antiguos y en particular de los textos bíblicos… a) Trata de contestar a dos preguntas: - ¿Qué significaron los acontecimientos y las ideas que son objeto de investigación en relación con la cultura de su tiempo: un tiempo pasado y lejano? Es decir, se trata de descubrir el sentido que tuvieron. - ¿Cuál es el significado que tienen “hoy” los hechos y las ideas que acontecieron en el pasado? b) Se trata pues de una interpretación que tiene como finalidad acercar para comprender. Y tiene como objetivo también la fusión de horizontes. c) C. Dumont, en 1970 decía que las tres dimensiones de la teología son: 17 J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 151-193. 15 - Escatología: relación entre eternidad de Dios y tiempo de los hombres - Ortopraxis: conexión de la revelación del amor de Dios y la realización en el pueblo - Hermenéutica: la reconstrucción del sentido de los textos y de los acontecimientos antiguos d) Tipos de hermenéutica: - Hermenéutica bíblica: sentido literal, alegórico, tropológico y anagógico. - Hermenéutica en la exegesis protestante: desmitologización relevancia del kerigma. - Influjo de la filosofía hermenéutica moderna en la teología: el papel del lenguaje y el círculo hermenéutico que comprende: Pre-comprensión, como pregunta Comprensión, como respuesta - Hermenéutica conciliar, con los criterios siguientes: Partir de una investigación histórica exhaustiva Fase retrospectiva: determinar de modo preciso y adecuado el sentido de las fórmulas antiguas. Fase introspectiva: la afinidad del intérprete con el texto interpretado Síntesis: llegar a la intencionalidad el Concilio Interpretación espiritual: que el intérprete se coloque en el fundamento y en la comunión de la fe eclesial. Criterio de la totalidad de la fe: porque la realidad de la revelación es unitaria. Fase prospectiva: que se pregunta ¿qué sentido tiene hoy para nosotros tal declaración o definición conciliar? Es entonces que sucede la verdadera fusión de horizontes culturales. - La hermenéutica conciliar también propone el siguiente círculo hermenéutico: o La génesis del acontecimiento conciliar o El acontecimiento en sí mismo o El entorno social y cultural o La consecuencias históricas más directas y próximas o Las consecuencias remotas o La situación de sujeto que investiga o La persona del investigador, son su pre-comprensión, su campo de intereses, etc. 2. Mediación racional o filosófica a) El ideal del solo dato bíblico: entre la fidelidad al kerigma y el purismo Es una postura sobre todo de O. Cullmann, quien sostiene que la filosofía existencialista y también la antigua metafísica son contrarias a la historia de la salvación. Esta postura es una variante de la postura de Sola Scriptura. b) Necesidad de una razón mediadora que sirva para entender a fondo el mensaje W. Pannenberg reconoce esta necesidad: 16 «La teología cristiana, para clarificar su discurso sobre Dios y sobre la realidad creada en relación con Dios, depende de su diálogo con la filosofía. Los teólogos, de su parte, en la historia de la metafísica, también han contribuido al desarrollo del pensamiento filosófico»18. «El discurso teológico sobre Dios, si quiere reivindicar para sí un valor veritativo, necesita sobre todo de una relación con el pensamiento metafísico, en cuanto tal discurso sobre Dios depende de un concepto de mundo que sólo puede ser garantizado mediante la reflexión metafísica»19. Se habla por tanto de un pensamiento metafísico. c) La filosofía que brota del mismo texto bíblico - La categoría de irrupción discontinua de lo divino: de lo trascendente en lo empírico; de la escatología en la historia; de lo divino en el hombre. - La categoría de participación: la teología joánica de la comunicación de la gloria. - La categoría de presencia y de encuentro, sobre todo de las escenas de Resurrección. Son categorías personalistas. - La anticipación o “prenda” de la trascendencia futura trasmitida por los símbolos cristianos. - Los binomios “cielo/tierra”, “carne/espíritu”. - La categoría acción (ética y creadora a la vez): Jesús cumple la voluntad del Padre. - La categoría plenitud de la vida a través de la Cruz. d) Vaticano I: la razón iluminada por la fe. 3. Mediación socio-analítica Es el caso de la Teología de la Liberación. Que tiene como caracteres epistemológicos: la primacía de la praxis, una teoría del conocimiento ultra-realista en la que importa más la realidad que el concepto, la prioridad del evento sobre cualquier formulación doctrinal, la solidaridad con los pobres es lugar privilegiado para pensar teológicamente y la mediación socio-analítica para llegar a la realidad. Las claves para entender esta corriente teológica son: a) La necesidad de una teología no puramente deductiva: por eso busca la mediación sociológica. b) El hecho brutal del contraste entre riqueza y pobreza: por eso se debe hacer teología desde la solidaridad con el pobre. c) La necesidad de una mediación socio-analítica: análisis social científico de la sociedad real. d) La mediación socio-analítica marxista: no es del todo totalizante. e) Advertencia del Vaticano: 1984, 1986 f) La dirección de la fe y la mediación de las ciencias profanas 18 W. PANNENBERG, Metaphysik und Gottesgedanke, Gotinga, 1988. Citado por J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, p. 167. 19 Idem. 17 4. Otras mediaciones: psicoanalítica, el arte, la música… a) La mediación psicoanalítica: el psicoanálisis es instrumento para el conocimiento teológico porque es instrumento para conseguir la unidad vital b) El arte: la obra de arte es algo concreto que puede simbolizar algo trascendente. El arte puede ser mediador de una expresión teológica no conceptual. VI. La Escritura, «alma» de la teología20 1. La escritura libro de la Comunidad de la Fe. La interpretación de la Biblia en la Iglesia 2. Exégesis y teología. La lectura teológica supone el trabajo exegético 3. La Palabra de Dios, «alma» de la Teología sistemática 4. Diez principios para el uso teológico de la Escritura DV 24: «La Sagrada Teología se apoya, como en cimientos perpetuos en la palabra escrita de Dios, al mismo tiempo que en la Sagrada Tradición, y con ella se robustece firmemente y se rejuvenece de continuo, investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el misterio de Cristo. Las Sagradas Escrituras contienen la palabra de Dios y, por ser inspiradas, son en verdad la palabra de Dios; por consiguiente, el estudio de la Sagrada Escritura ha de ser como el alma de la Sagrada Teología. También el ministerio de la palabra, esto es, la predicación pastoral, la catequesis y toda instrucción cristiana, en que es preciso que ocupe un lugar importante la homilía litúrgica, se nutre saludablemente y se vigoriza santamente con la misma palabra de la Escritura». 1. LA ESCRITURA LIBRO DE LA COMUNIDAD INTERPRESTACIÓN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA. 20 DE LA FE. LA J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 195-227. 18 La Escritura es el libro que expresa la fe de la Iglesia de Jesucristo. Aunque su lectura está abierta a toda la comunidad, los cristianos lo valoran como mediación auténtica de la revelación del Logos de Dios, y entiende, por tanto, que expresa su fe: la fe la Iglesia. Esto nos lleva a los siguientes temas: la interpretación de la Biblia en la Iglesia, la Escritura como ámbito de estudio común de exégetas y teólogos y la función de la Sagrada Escritura en el seno de la Teología Sistemática. 1.1 La Biblia, ¿Palabra de Dios? a) Es una pregunta de la TF: ¿por qué nos atrevemos a llamar palabra de Dios a la serie de los libros de la Biblia, constituida por un conjunto de palabras extraídas del lenguaje común? Dicho de otra manera: ¿por qué nos atrevemos a llamar palabra de Dios a los escritos formados según un lenguaje humana limitado (ya que el concepto no puede contener a Dios); un lenguaje, además, que se refiere a unos temas particulares: a un pueblo particular o a los hechos y al significado de la vida de Jesús? b) La respuesta: porque creemos en la posibilidad de que el Logos divino pueda expresarse en términos extraídos de la experiencia común, de decir, de la historia humana. c) La posibilidad de la revelación depende de la capacidad encarnatoria del Logos de Dios. Entre el Logos eterno de Dios y nuestra capacidad de recibir la comunicación de la Palabra divina en el tiempo, se constituye la doble mediación reveladora, divino-humana: El «Verbo hecho carne» y, análogamente, la Sagrada Escritura, expresión fehaciente de la Palabra hecha «carne», que es Jesucristo. d) Por eso, el Sujeto último al que nos atrevemos a atribuir esa Escritura Sagrada es el Logos divino, el cual se comunica con nosotros mediante todo el conjunto de términos del que nos valemos en y para la comunicación humana. e) La Palabra de Dios hecha hombre es distinta de las palabras de Dios hechas lenguaje. La Escritura, como testimonio de revelación, depende de la persona de Cristo: el acontecimiento revelatorio primordial. AT y NT son una expresión, mediada por el lenguaje humano, del Logos de Dios. f) El NT nos dice cómo llega el Logos de Dios hasta la humanidad creyente, y cómo lo recibe la Iglesia. g) DV 7: «Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total del Dios sumo, mandó a los Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, comunicándoles los dones divinos. Este Evangelio, prometido antes por los Profetas, lo completó El y lo promulgó con su propia boca, como fuente de toda la verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres. Lo cual fue realizado fielmente, tanto por los Apóstoles, que en la predicación oral comunicaron con ejemplos e instituciones lo que habían recibido por la palabra, por la convivencia y por las obras de Cristo, o habían aprendido por la inspiración 19 del Espíritu Santo, como por aquellos Apóstoles y varones apostólicos que, bajo la inspiración del mismo Espíritu, escribieron el mensaje de la salvación. Mas para que el Evangelio se conservara constantemente íntegro y vivo en la Iglesia, los Apóstoles dejaron como sucesores suyos a los Obispos, "entregándoles su propio cargo del magisterio". Por consiguiente, esta sagrada tradición y la Sagrada Escritura de ambos Testamentos son como un espejo en que la Iglesia peregrina en la tierra contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta que le sea concedido el verbo cara a cara, tal como es (cf. 1 Jn., 3,2)». h) La Escritura es norma perfecta de la fe en Cristo, es norma discernible y objetivada. La Revelación de Dios en Cristo se realiza en el tiempo de la Iglesia. La revelación pública de Cristo acaba con los Apóstoles: termina con la muerte del último apóstol. Se debe tomar en cuenta que con la Iglesia Apostólica se ha creado la capacidad hermenéutica de acceder a Cristo vivo. i) K Rahner21: hablando de la inspiración Los libros del AT y del NT son fuente y norma de la fe cristiana. Es así porque han sido inspirados por el Espíritu Santo. El fundamento último de la inspiración se halla en la voluntad de Dios de revelarse en Jesucristo, donador el Espíritu. Para ello, Dios ha movido a los hagiógrafos para que expresaran por escrito y de manera fehaciente la verdad de Jesucristo. Dios aparece, pues, como autor de la Escritura, lo que supera incluso la noción de inspiración profética transeúnte, ya que en nuestro caso se atribuye a Dios, como Autor principal, la objetividad de un escrito. 1.2 La Palabra de Dios expresa la vida de Jesucristo. Expresa asimismo nuestra propia vida en el Espíritu. a) La Escritura contiene la Palabra de Dios. No es un «contener» material y mecánico. Se trata de la cualidad del símbolo que anticipa en su frágil ser material el bien escatológico que esperamos. b) La riqueza del NT se unifica en un solo argumento central que lo informa todo: Dios ha visitado a su pueblo en la persona de Jesús, Maestro y Señor. Además, coincide en presentar como momento central de la vida de Jesús su paso de Pascua. c) Lo que se manifiesta en la «carne» de Jesús no es otra cosa sino el modo de ser mismo de Dios. La revelación de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, sintetiza todos los demás momento de la historia de la salvación, porque trasluce o trasparenta quién es Dios en sí mismo, en su unidad perfecta como Amor fontal, como Palabra, como Espíritu de comunión y gozo incontenible. 21 K. RAHNER, L’ispirazione della Scrittura, en AA. VV., Discussione sulla Bibbia, Brescia, 1966, pp. 19-31. 20 d) Esa anticipación e irrupción de Dios en el hombre Jesús, de la que da testimonio todo el NT, constituye la esencia del cristianismo. e) No hay necesidad, por tanto, de postular una nueva revelación pública de Dios a la humanidad. Pero sí continúa hoy el diálogo vivo de Dios con sus hijos. f) La oración de la comunidad cristiana «se vale» del testimonio auténtico de la Palabra de Dios que es la Escritura a fin de decir al Padre la acción de gracias y la alabanza perfecta. 1.3 La lectura de la Biblia en la Iglesia a) Toda la Biblia es expresión del paso de Dios en la historia, es decir, toda la Biblia es expresión de la anticipación de lo último de Dios en el ahora de los hombres. Paradigma de la escatología en la historia. b) La Escritura es don anticipado del Dios escondido. Así la Escritura tiene nuestra atención, nuestra lectura amante. c) El Magisterio no se impone sobre lo Escrito, sino que evita las interpretaciones de lo Escrito al margen de Cristo22. d) ¿Cómo se resuelve la doble polaridad que presenta el texto de la Escritura, que por su objetividad está al alcance de todos pero que está pidiendo una lectura realizada en la Iglesia y según el Espíritu que Cristo dio? f) Los cristianos y los católicos tenemos la lectura proclamada y comentada en la comunidad de fe que celebra los misterios de Jesús Maestro y Señor. Ahí el texto está, más que en cualquier otra ocasión, al alcance de la comprensión de cada fiel y la comunidad eclesial garantiza una interpretación correcta con el consiguiente entendimiento cristológico del texto. g) Pero también está la lectura en el ámbito científico, aquella que realiza la teología. 2. EXÉGESIS Y TEOLOGÍA. LA LECTURA TEOLÓGICA SUPONE EL TRABAJO EXEGÉTICO. 22 DV 10: «Pero el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo. Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que la sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer». 21 La lectura de la Biblia en el seno de la Teología sistemática tiene muchos pasos previos. Tan importantes que bien pueden llamarse los «estudios bíblicos» o ciencia bíblica: arqueología, historia de la redacción, historia de las formas, exégesis, teología bíblica… 2.1 Historia y fe cristiana. El método histórico-crítico a) ¿Cómo puede accederse de manera objetiva y profunda al texto bíblico, de manera que ese texto pueda ser meditado tanto por la comunidad confesional como por teólogos sistemáticos y por los estudiosos en general? ¿Cuál es la lectura científica? ¿Con qué medios y con qué método debe buscarse este sentido? ¿Cómo podrá el investigador dar ese salto enorme de nuestra época a la historia antigua? ¿Cómo penetrar en ella? b) La Revelación cristiana es mediada por la historia. El método de acercamiento al texto bíblico no podrá ser, por tanto, un método ajeno a la historia. c) En la cultura bíblico-teológica actual, la interpretación científica consiste en el método histórico-crítico, que tiene como elementos esenciales: - la filología, es decir, los idiomas antiguos; - la historia, que contextualiza el texto en el proceso que el Pueblo realiza; - la arqueología. d) Este método histórico-crítico tomó carta de naturaleza en la Iglesia con la Encíclica de Pio XII Divino Afflante Spriritu (1943), que declaró este método como apropiado y necesario. e) Otro tema al cual se hace referencia con este método es: el tema de la relación de la fe cristiana con la historia, captada científicamente. Ya que la fe cristiana está estrechamente relacionada con la historia, puesto que la revelación de Dios no se realiza fuera de la historia, sino en ella. 2.2 La historia y la intelección de la historia conducen a la exégesis y a la teología a) No sólo buscar los hechos históricos, sino las razones necesarias inscritas en los mismos hechos (San Agustín). Los hechos en su mera facticidad no son el soporte sobre el que descansa la fe. Hay una mediación: la figura formal de los hechos, la trama inteligible inscrita en ellos. Porque cada hecho importante tiene un paradigma formal de comprensión. b) Ejemplos: El ciclo de Moisés, ¿por dónde pasó con el pueblo?, no sabemos. Pero sí hay un paradigma formal: paso de muerte a vida y de opresión a liberación. El sermón de la Montaña: conocemos su forma y sentido La Pasión y cruz: las razones teológicas. c) Se trata de pasar de la facticidad contingente a la revelación del plan de Dios en la historia, es decir, a la lectura de su voluntad salvífica. 22 d) Entonces la bisagra entre exégesis y teología: la necesidad de formalizar los hechos desde el punto de vista teológico. e) Resumiendo en tres tesis: La revelación de Dios tiene lugar en la historia. Pero “no es la materialidad de los hechos la que nos revela a Dios”. El AT no debe entenderse como una serie de anécdotas o hechos desligados unos de otros, sino como un proceso de maduración hacia una plenitud. El término de este proceso es la plenitud del hombre nuevo, Hijo del hombre y Mesías, en el que se plasma toda la intención de Dios respecto del hombre. 2.3 Exégesis, Teología bíblica y Teología dogmática. Delimitación - La Pontificia Comisión Bíblica del 1993: «Sin ser el único locus theologicus, la Sagrada Escritura constituye la base privilegiada de los estudios teológicos. Para interpretar la Escritura con exactitud científica y precisión, los teólogos tienen necesidad del trabajo de los exegetas. Por su parte, los exegetas deben orientar sus investigaciones de tal modo que "el estudio de la Sagrada Escritura" pueda efectivamente ser como "el alma de la teología" (Dei Verbum, 24). Con esta finalidad, es necesario que concedan una particular atención al contenido religioso de los escritos bíblicos. Los exegetas pueden ayudar a los teólogos a evitar dos extremos: por una parte el dualismo, que separa completamente una verdad doctrinal de su expresión lingüística, considerada como no importante; y por otra el fundamentalismo, que confundiendo lo humano y lo divino, considera como verdad revelada aun los aspectos contingentes de las expresiones humanas. Para evitar ambos extremos, es necesario distinguir sin separar, y aceptar una tensión persistente. La palabra de Dios se expresa en las obras de autores humanos. Pensamiento y palabra son al mismo tiempo de Dios y del hombre, de modo que todo en la Biblia viene a la vez de Dios y del autor inspirado. No se sigue de ello, sin embargo, que Dios haya dado un valor absoluto al condicionamiento histórico de su mensaje. Este es susceptible de ser interpretado y actualizado, es decir, de ser separado, al menos parcialmente, de su condicionamiento histórico pasado para ser trasplantado al condicionamiento histórico presente. El exegeta establece las bases de esta operación, que el teólogo continúa, tomando en consideración los otros loci theologici que contribuyen al desarrollo del dogma»23. Tres niveles clásicos a) Exégesis: 23 PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, III. D 2. 23 Es la intelección de un fragmento del texto en relación con su contexto próximo. Busca el sentido literal, exigido por el texto y por su autor. Y lo busca mediante el método histórico-crítico. El gran objetivo de la exégesis es conseguir la intelección más correcta del sentido literal, y, para entender el sentido literal, es imprescindible establecer el género literario de la unidad textual en cuestión. Pasos del método histórico-crítico, según la PCB: 1) Crítica textual 2) Análisis lingüístico: morfología y sintaxis; 3) Análisis semántico: filología histórica; 4) Crítica literaria: unidades literarias, géneros literarios, ambiente sociocultural, origen, rasgos específicos, evolución; 5) Crítica de las tradiciones y la redacción. b) Teología bíblica: Es histórica y presenta las ideas de los autores bíblicos. Es teológica, en cuanto que da cuenta de la situación de la revelación de Dios y de la forma que toma esta revelación divina. Por tanto, abarca la historia, la evolución y la realidad actual del texto. Y también abarca los diversos temas teológicos que aparecen en los diversos libros. Pone en evidencia revelación divina y cultura humana. En el caso del AT: tenemos una teología centrada en el paradigma: Dios, amor fiel, que ha prometido estar con su pueblo, se encuentra una y otra vez con él. c) Teología sistemática: Entiende los datos bíblicos a base de situarlos en el marco diacrónico de la Tradición. Por tanto, se trata de realizar la lectura teniendo en cuenta la tradición patrística y eclesial. Retoma los temas que arrancan de la Biblia y examina su intelección a lo largo de la historia de la Iglesia y de la teología. «La experiencia cristiana fundamental sólo es perceptible como interpretación de interpretaciones o comprensiones distintas en la historia bíblica y en la historia de la Iglesia. El acontecimiento Jesucristo es referencia clave para una recta interpretación, pero ese mismo acontecimiento se nos entrega ya interpretado por las primeras comunidades cristianas. Una teología que pretenda ser hermenéutica científicamente seria, debe conocer bien la experiencia fundamental cristiana en sus distintas percepciones y contextos 24 culturales. Una vez más no se puede hacer teología sin el conocimiento de la exégesis y la historia»24. 3. LA PALABRA DE DIOS, «ALMA» DE LA TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 3.1 El «alma» de la teología DV 24: «La Sagrada Teología se apoya, como en fundamento perenne en la palabra escrita de Dios, al mismo tiempo que en la Sagrada Tradición, y con ella se robustece firmemente y se rejuvenece de continuo, investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el misterio de Cristo. Las Sagradas Escrituras contienen la palabra de Dios y, por ser inspiradas, son en verdad la palabra de Dios; por consiguiente, el estudio de la Sagrada Escritura ha de ser como el alma de la Sagrada Teología». - Tres metáforas importantes: fundamento, alma. Y la tercera la da la PCB: guía. Si la Escritura contiene la Palabra de Dios, si la fe es la adhesión a esa Palabra, y si la teología es la ciencia de la fe, se comprende que la teología se apoye sobre el fundamento de la fe que es la Palabra de Dios expresada en la Escritura. - DV 24 presenta una asimetría: establece que la Escritura es fundamento de la teología y, a continuación, sin transición alguna, afirma que la teología se rejuvenece continuamente «investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el misterio de Cristo». En efecto, en el misterio de Cristo se concentra la verdad de la Escritura. - ¿Por qué la Escritura es el «alma» de la teología?: Porque ella es la única capaz de estructurar y animar todo el cuerpo del saber teológico, orientándolo hacia su centro y fin, que es Jesucristo vivo, revelador de Dios. - Fue León XIII, en Providentissimus Deus, quien inició la analogía de la Escritura como «alma» de la teología. Es curioso que fue el mismo León XIII, en otra Encíclica (Divinum illud munus) haya que atribuir esta otra analogía: El Espíritu Santo es el «alma» de la Iglesia. Sin precisar el lenguaje. Cosa que el Vaticano II trata de precisar diciendo «como el alma» (quasi anima) de la Iglesia. - Dejando tales precisiones, se puede decir que la fórmula «la Escritura es el alma de la teología» es una verdadera analogía más real que una simple metáfora mental. - La teología es, a la luz del Espíritu, la actualización continuada del Logos divino en la cultura. 24 J. ESPEJA PARDO, Para comprender mejor la fe, una introducción a la teología, Salamanca: Editorial San Esteban, 1997, p. 137. 25 - Hay que aceptar las llamadas dos fases del método teológico, una profundamente receptiva, auditiva, contemplativa, del misterio de Cristo expresado en las Escrituras (y en la Tradición), y otra, más creativa y constructiva, pero siempre subordinada a la primera, que consiste en ofrecer a nuestro tiempo, es decir, a nuestra cultura, el contenido y el significado real de lo que hemos recibido y escuchado acerca de Cristo, a la luz de su mismo Espíritu que nos hará recordar cuanto dijo Jesús (Jn 14,26). - Entonces se puede contemplar la teología como un saber puramente derivado de la Escritura. - La Comisión Teológica Internacional decía: «la teología tiene en la Iglesia no solamente una autoridad profana y científica, sino también una autoridad eclesial: ella [la teología] se inserta evidentemente en el orden de las autoridades que se derivan de la Palabra de Dios y que están confirmadas por una misión canónica»25. - La teología es una expansión de la Escritura. Es la Escritura en cuanto ha asumido el estado científico, con la finalidad de que pueda ser entendida e inculturada en cada una de las áreas culturales del espacio y del tiempo. - La teología es escucha, intelección y exposición de la Palabra de Dios en estado de ciencia y con intención pastoral26. - La teología es una función eclesial, derivada de la fuente y norma de la teología que es la Escritura Sagrada, entendida en el surco de la Tradición. Pero, precisamente por eso, por su origen y su misión, ha de tener el rigor científico (objetivo) necesario para dar cuenta de los contenidos y del sentido real del mensaje de Jesús, el Cristo. La cientificidad de la teología enlaza con su función pastoral, toda ella al servicio del anuncio y de la inculturación del Evangelio. 3.2 Aporte de los estudios escriturísticos a la Teología sistemática ¿Qué es lo que la Teología sistemática debe conocer y asumir de los estudios bíblicos actuales (exégesis y teología bíblica)? Según san Agustín, en De Trinitate: primero, tratar qué es lo que cree la Iglesia según las Escrituras; segundo, tratar de hallar las razones que pudieran convencer incluso a los pocos dispuestos27. Consecuencias de todo lo dicho anteriormente: 25 COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, Magisterio y Teología, 1975, Tesis 6. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, Magisterio y Teología, 1975, Tesis 3,4: «Es necesario hablar también de una obligación común nacida de la responsabilidad pastoral y misionera con relación al mundo. Sin duda alguna, el Magisterio del Sumo Pontífice y de los obispos es pastoral por un título específico, pero los teólogos no están exonerados, por el carácter científico de su trabajo, de una responsabilidad pastoral y misionera. Este aspecto pastoral del trabajo teológico debe ser hoy tanto menos olvidado cuanto que los medios modernos de comunicación favorecen una divulgación muy rápida de cuando concierne a la ciencia. Además en razón de la función vital que debe realizar en el seno del Pueblo de Dios y en su beneficio, la teología debe tender a un fruto pastoral y misionero, y debe realizarlo efectivamente». 27 Cfr. SAN AGUSTÍN, De Trinitate, I,2,4; OT 16. 26 26 Desde el punto de vista de los contenidos: - Corresponde a la exégesis la determinación, lo más clara posible, del género literario de los fragmentos bíblicos que la teología sistemática estudia. - La exégesis también aporta el sentido literal de los mismos fragmentos. Y de algún modo, también el sentido tipológico. - La exégesis, además, determina el contexto histórico, religioso, social, cultural, de los textos principales. - También pueden servir al teólogo los estratos redaccionales de un texto, sobre todo para saber cuál es el núcleo originario. Desde el punto de vista formal: Corresponde al teólogo asumir los materiales que le han ofrecido la exégesis y la teología bíblica para establecer un estado de la cuestión desde la perspectiva de los estudios bíblicos recientes: el teólogo debe tener en mente, y a veces puede ser muy bueno exponerlo, un resumen personal y solvente del estado actual de los estudios bíblicos. Conclusiones de esta cuestión: El teólogo ha de sumergirse en la Escritura con mucha más riqueza y altura que si tan sólo buscara en ella argumentos para sus tesis preestablecidas. El teólogo sistemático enlaza así con la tradición teológica de los Padres de la Iglesia y de los teólogos medievales. La Teología sistemática, arraigada en la Escritura «tiene que presentar de forma sistemática y metódica el sentido de la acción de Dios que se manifiesta en la revelación, así como el conocimiento de este sentido logrado en la Iglesia de Cristo a través de los tiempos, con el fin de poder aplicarlos a la vida práctica»28. La Teología dogmática no es solamente el estudio de los puros dogmas de la Iglesia, sino el estudio diacrónico, en estado de ciencia, de la fe de la Iglesia, en el conjunto de su Tradición viva, con la finalidad de encontrar en ella la inteligencia de los misterios. c) Un ejemplo: de la exégesis a la teología. Mt 4,1-11. 4. DIEZ PRINCIPIOS PARA EL USO TEOLÓGICO DE LA ESCRITURA29 En el estado actual de la teología se constata que algunas veces las Escrituras han sido usadas de modo incoherente, o también a veces de modo impreciso. Por eso se presentan los siguientes principios, que se recomienda tener en cuenta a la hora de pasar de la Biblia a la teología. 28 W. BEINET, Teología Dogmática, en W. BEINET, Diccionario de Teología Dogmática, Barcelona, 1990, p.691, citado por J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, p. 218. 29 Cfr. G. O’COLLINS – D. KENDALL, Bibbia e teologia, Milano: Edizioni San Paolo, 1999, pp. 13-62. 27 4.1 El principio de la escucha fiel: - Las Escrituras exigen que los teólogos sean fieles oyentes de los textos inspirados. - Se trata de descubrir y recibir el sentido de las Escrituras, y no tanto del sentido que construyen los teólogos. - Es decir, no hacer decir al texto bíblico lo que uno quiere que diga; como algunos que sostienen que el lector es libre para hacer la interpretación que quiera. - No se puede ni manipular arbitrariamente el sentido de los textos, ni hacer violencia al sentido que quisieron comunicar los autores. - Se debe respetar la prioridad absoluta de la revelación divina frente a cualquier opinión o juicio humano. El teólogo debe ponerse frente a frente al texto bíblico, sabiendo que allí está la presencia de Dios, la revelación de Dios. Cfr. DV 25 Ejemplo: San Agustín, que cita, por lo menos, dos tercios de la biblia. 4.2 El principio de la escucha activa: - Los teólogos responsables son intérpretes activos de las Escrituras y las asimilan en el interior de un contexto hecho de oración, estudio y acción. No sólo oyentes pasivos y receptivos. - La escucha de la Palabra permite a los textos preservar la autoidentidad de la teología cristiana, y al mismo tiempo estos textos son constante y nuevamente asumidos como la palabra viva de Dios para el presente. - La actividad teológica debe elegir el método apropiado para los diferentes textos, según el género literario. - Además, la interpretación activa de las Escrituras de parte de los teólogos implica el conocimiento de tres temas importantes: los propios intereses, contextos y destinatarios (del teólogo). - Los teólogos encuentran e interpretan las Escrituras en diversos contextos: la oración litúrgica, la biblioteca, la vida (las experiencias de crueldad, de muerte, de sufrimiento…) 4.3 El principio de la comunidad y de sus Símbolos de fe: - Las Escrituras son teológicamente interpretadas y asimiladas en el seno de la comunidad de fe y a la luz de sus clásicos Símbolos de fe. - El símbolo de los apóstoles y el Símbolo nicenoconstantinopolitano, formulados y modelados en primer lugar en base a las Escrituras, resumen la historia de la salvación e iluminan los textos bíblicos resaltando las verdades centrales transmitidas en las Escrituras, sobre el Dios Trino y el destino humano. - San Ireneo: sostenía que una inteligencia teológica válida es posible solamente al interno de la comunidad oyente y lectora de fe; los Símbolos no son sustitutos de las Escrituras, sino esquemas esenciales y normativos que orientan la inteligencia y la interpretación teológica en el surco de la tradición. - San Cirilo de Jerusalén: “La fe que la Iglesia les transmite tiene a las propias espaldas toda la autoridad de las Escrituras… Esta síntesis de nuestra fe no es sólo una composición humana; los dichos más importantes de las Escrituras han sido puestas juntas para formar una afirmación completa”. 28 - Las verdades afirmadas en la Escritura no pueden ser sistemáticamente aclaradas, si no son puestas en relación con la tradición acumulada de la comunidad cristiana. - Los cristianos tienen necesidad de una hermenéutica unitaria, de un modo común de escuchar las Escrituras, que cure las divergencias y que ponga fin a las divisiones. 4.4 El principio de la convergencia bíblica: - La convergencia de los testimonios bíblicos puede tener su relevancia para las cuestiones teológicas que se examinan. - La necesidad de dejar que la más amplia y la más variada cantidad de testimonios bíblicos pueda decir lo suyo, a propósito de una cuestión teológica en discusión. Lo contrario sería construir una posición en base a un texto escriturístico aislado. - Se enfatiza la unidad de las Escrituras canónicas más que la diversidad; aquella unidad efectuada por el Espíritu Santo, no obstante la diversidad de autores humanos y las complejas diferencias entre el AT y el NT. - Se trata del origen divino por obra del único Espíritu, que forma la unidad cristológica. - Ruperto de Deutz: “las muchas palabras” de las Escrituras son en realidad “sólo una Palabra”, es decir Cristo. 4.5 El principio del consenso exegético: Cuando existe, este consenso guía la teología sistemática. - Tomar en cuenta el consenso de los biblistas famosos, o por lo menos de la mayoría. No se debe ignorar lo que los exégetas expertos han dicho. - Puede suceder que ese consenso no se dé nunca. Sin ambargo eso no debe llevar a proponer tesis atrevidas, basadas en exégetas aislados. - Los teólogos deben respetar el trabajo de sus colegas profesionales de los estudios bíblicos. - Cuatro factores que se deben tener en cuenta: a) El sentido literal no necesariamente debe ser sólo uno y único, es decir pueden haber diversos niveles de significado, y por tanto, varias respuestas a la pregunta ¿qué quiso decir el autor?; b) El método histórico-crítico debe ser completado con otros métodos, que pueden ayudar a descubrir significados más allá de los que quiso decir el autor original, que cada texto tiene vida propia y puede tener significados de acuerdo al contexto en que se lee; c) Hay cuestione que son más fundamentales que otras; d) Aun sobre cuestiones fundamentales pueden haber diferencias entre los exégetas, pero debe buscar un consenso “diferenciado”. 4.6 El principio de los «metatemas» y las «metanarraciones»: La apropiación teológica debe tener en cuenta los metatemas y metanarraciones. - Se trata de temas singulares y de largas narraciones, que van más allá de sus contextos originales, recorriendo otros contextos, teniendo en esos contextos nuevos su desarrollo y sus modificaciones. 29 - Ejemplo de grandes temas: la alianza, la creación, la fe, la ley, la liberación, la vida, el amor, la misericordia, la profecía, el pecado (idolatría), la sabiduría… - Ejemplo de grandes narraciones: el éxodo de Egipto, la sabiduría de la cruz, la resurrección del Jesús crucificado (que junta la Escritura con nuestra historia, y ayuda a la teología a centrarse en el misterio pascual). - Los grandes temas y grandes narraciones hacen de la biblia una única narración acumulada. En la biblia entonces hay modelos de la actividad y de la promesa divina, delineando un cuadro de comprensión, evocando respuestas humanas y dando luz sobre la actividad y la identidad de Jesús. - Estos grandes temas y grandes narraciones deben ser entendidos en modo flexible, como principios que permiten la discontinuidad en la continuidad. 4.7 El principio de la continuidad en la discontinuidad: Varias discontinuidades dentro de continuidades caracterizan la «asunción» teológica de la Biblia. - Para iluminar este principio, el ejemplo es: el paso clásico de Jesús a Pablo. - Más allá de la terminología distinta, Jesús y Pablo dicen sustancialmente lo mismo: ambos son hebreos, pero explican su hebraísmo de modo diverso y mediante diversas preocupaciones. Ambos hablan de “Abbá”, el amor como cumplimiento de la ley, la ley alimentaria. Un cambio importante es que Pablo raramente habla del Reino de Dios, en cambio Jesús lo tiene como tema central; el tema del “ya, pero todavía no”. - El misterio de Jesús, el evento pascual, único, tiene nueva interpretación en Pablo, reconociendo el gran don pascual (el Espíritu Santo) y la nueva familia creada desde la resurrección y del poder del amor divino (la Iglesia). 4.8 El principio de la precariedad escatológica: La precariedad escatológica de las Escrituras regula el rol teológico. - Se trata de la precariedad escatológica que los textos bíblicos ofrecen a la teología. - La promesa divina ordena el modo cómo comprendemos el presente. No pretendemos hacer girar todo alrededor de la situación actual de la Iglesia y del mundo. - Ninguna palabra bíblica, ninguna palabra teológica puede dar algo más que una pálida idea de la forma de la cosas futuras. - Todo pasará (la acción, el culto, el conocimiento) y dará paso a la visión de Dios en un universo transformado. - Por tanto toda idea sobre Dios no es suficiente. Mientras estamos aquí conocemos solo en parte (1Cor 13,12). 4.9 El principio de la asistencia filosófica: El paso de la Biblia a la teología acontece en diálogo con la filosofía. - Se trata de sintonizar y usar bien la razón histórica. Se debe poner la Escritura en diálogo con la filosofía. - La filosofía a precisar las preguntas que se deben proponer, ayuda a organizar los métodos y los materiales, ilumina en parte la condición de los seres humanos y de su mundo y ayuda a traducir en conceptos claros los textos bíblicos, que son casi siempre prefilosóficos. 30 - La filosofía también se ocupa de cuestiones relativas al status del lenguaje filosófico. ¿el lenguaje reflexiona y explica sólo nuestra experiencia interior? ¿O también las afirmaciones literales y metafóricas sobre Dios producen un verdadero conocimiento? - La filosofía también ofrece algo respecto al tipo de certeza que debemos esperar en la interpretación bíblica. 4.10 El principio de la inculturación: El compromiso de la inculturación ayuda a modelar cualquier apropiación teológica de la Escritura. - Se necesita de la valentía intelectual y espiritual de inculturar los testimonios bíblicos y de enriquecer su teología con diferentes culturas en los países tradicionalmente cristianos, en los países donde por siglos los cristianos han sido minoría, en los países donde mayorías cristianan se han convertido en minorías y en los países de reciente evangelización. - Hay un solo Cristo, una sola biblia, pero muchas culturas. - La traducción del pensamiento escriturístico en el lenguaje y en las culturas modernas, requiere un profundo conocimiento de las experiencias culturales y una fidelidad innovadora. - La cultura incluye no sólo el lenguaje, sino que también toma en cuenta todo un complejo sistema de valores, de modos de pensar, de orientaciones hacia Dios, de estilos tradicionales de vida y de formas de celebración seculares y religiosas. - Es una realidad compleja - Toda cultura goza de una universalidad potencial. Y la inculturación dependerá de cómo se haga el discernimiento de esa potencialidad de la cultura. - La atención a la inculturación implica la fe y la razón: - un fe para creer que Cristo, Palabra y Sabiduría de Dios, está presente al menos seminalmente y anónimamente en todas las culturas humanas y que la Biblia, en cuanto centrada en El, es un libro para todas la culturas. - una mente sensible para discernir y establecer el modo por el cual debería funcionar la inculturación para un determinado periodo, pueblo y lengua. Resumiendo: El cristocentrismo es el punto clave que une los diez principios. A modo de tesis: 1. Los teólogos son oyentes de la Escritura, sensibles al sentido y a la verdad que encuentran en toda la Biblia. 2. Los teólogos son intérpretes activos y críticamente auto conscientes de las Escrituras, que asimilan en un contexto de oración, de estudio y de acción. 3. Los teólogos interpretan y asimilan las Escrituras en el seno de la comunidad viva de fe con sus clásicos Símbolos de fe. 4. Los teólogos tienen en cuenta el testimonio bíblico convergente sobre los temas en discusión. 31 5. Los teólogos, sabedores que ni siquiera una fuerte mayoría es necesariamente garantía de verdad, dan por norma la preferencia al consenso de los exégetas centristas. 6. También los “metatemas” (por ejemplo, la alianza, la profecía, la sabiduría) y las “meta narraciones” (sobre todo la resurrección de Jesús crucificado), ayudan a definir una historia acumulativa de las Escrituras, y guían la apropiación teológica. 7. Los teólogos reconocen en las Escrituras frecuentemente la discontinuidad al interno de la continuidad, un fenómeno que tiene como ejemplo clásico el paso de la resurrección del Jesús terreno a la situación del apóstol Pablo. 8. Un sentido de precariedad escatológica caracteriza también la apropiación teológica de las Escrituras. 9. Los teólogos, en el hacer suyas las Escrituras, tienen necesidad de hacer un diálogos con los filósofos y de buscar su ayuda. 10. Los teólogos, en el hacer suyas las Escrituras, deben también ofrecer su ayuda a la inculturación de los testimonios bíblicos. Aplicación de los Diez Principios a un tema particular: Tema: LA DIVINIDAD DE CRISTO Ha sucedido que algunos escritores con el interés de revelar la humanidad de Cristo, han eliminado la divinidad de Cristo. En dichas cristologías se ha olvidado la enseñanza de Calcedonia, y se ha enfatizado el “verdadero hombre” y se ha eliminado al “verdadero Dios”. J. Hick, llega a decir que el lenguaje “puramente” poético del NT sobre Jesús y su filiación “divina” que se transformó gradualmente en la prosa de la metafísica y de las afirmaciones griegas sobre el Dios Hijo, que es “consustancial” al Padre. ¿Cómo aplicar los diez principios? - Los teólogos deben escuchar los testimonios bíblicos antes de sacar sus conclusiones; además deben reconocer que en sus reflexiones son mediadores de la que el Espíritu Santo quiere decir. El teólogo debe ser abierto para preguntar qué cosas dicen los testimonios y no hacer la pregunta en el sentido de decir: no es posible que digan tal cosa. Para eso se debe estar en sintonía espiritual con el mensaje espiritual de la Escritura (1Cor 2,10-16). 32 - La escucha activa exige a los teólogos a situarse conscientemente sobre el donde, cuando y con quien se están escuchando los datos cristológicos. La cristología involucra toda la vida del teólogo. Lo invita a ver modelos a su alrededor de cristianos que siguen al Cristo divino. - En el ambiente litúrgico, sobre todo en los Símbolos encontramos tres títulos principales de Jesús: “Cristo”, “Señor”, “único Hijo de Dios”. Son títulos que ofrecen una luz sobre Jesús, sobre su identidad divina. Mediante los Símbolos de fe la comunidad intérprete establece modelos y criterios de lectura de los textos bíblicos relativos a la cristología. - La profesión de fe en la divinidad de Jesús, se expresa de diversos modos, y con diversos testimonios neotestamentarios, por lo cual se aplica el principio de la convergencia. Y también el principio del consenso que hacen los estudiosos de la biblia sobre los testimonios bíblicos. Ej: llamar a Jesús “Señor” tantas veces. - Hablando de grandes temas y grandes narraciones en la biblia, se debe destacar las conexiones y explicar los elementos de la expectativa mesiánica del AT y lo que los cristianos decidieron decir (y escribir) al llamar a Jesús “el Cristo”. También llama la atención la personificación como “Palabra” y como “Sabiduría”. Pero la gran narración cristológica y bíblica es la resurrección del Jesús crucificado, “el evento pascual”. - La Pascua efectuó el paso desde el ministerio de Jesús al ministerio de la Iglesia. Aquí se da la continuidad en la discontinuidad. El Predicador del reino se convierte en aquel que es Predicado por Pablo y otros misioneros. El Revelador se convierte en el Revelado (Bultmann). La comunidad de discípulos supieron reconocer en Jesús la divinidad y no dudaron en ponerlo al mismo nivel del Dios a quien adoraban los hebreos del AT (Fil 2,911; Rm 1,7; 1Cor 1,3; 8,6). - El NT recuerda repetidas veces que la plenitud de la divina revelación no es aquí, sino que debe llegar todavía (Rm 8,19; 1Pe 1,5.7.13; 1Jn 3.2). Por eso la cristología anima a cultivar una viva expectativa. El Hijo del hombre vendrá al final para el juicio divino, aquel será el “Día del Señor” (1Cor 5,5; 1Pe 4,13; Tt 2,13), por eso se hace oración a Jesús, considerándolo como divino, Ap 22,30. - Sin el diálogo con la filosofía, la cristología no puede aclarar lo suficiente sobre el ser divino de Cristo o sobre doctrinas relacionadas, como la preexistencia. Desde Justino los teólogos han intentado traducir el lenguaje simbólico de la biblia para explicar el lenguaje divino. La filosofía, al hablar de Dios, trata de explicar las imágenes y los simbolismos bíblicos, con lo cual se trata de responder a cuestiones cristológica que son claves. - Los teólogos también se empeñan en un acto de diálogo. Los teólogos necesitan hoy superar la división entre fe y cultura, necesitan una imaginación poética y creativa para pasar de la Escritura y la tradición a exponer la verdad de Cristo en el mundo de hoy. En la cultura de hoy se necesita un lenguaje sobre Dios para hablar sobre la divinidad de Cristo, enfatizando el aspecto relacional, su verdad y su luz iluminan nuestra vida y el sentido de nuestra vida. 33 VII. La Tradición y el Magisterio 1. El principio de la Tradición y las tradiciones apostólicas 2. Datos relativos al Magisterio 3. Los dogmas en la Iglesia 4. El teólogo en la Iglesia y ante el Magisterio 1. EL PRINCIPIO DE LA TRADICIÓN Y LAS TRADICIONES APOSTÓLICAS30 1.1 Nuestra época y las sociedades socialmente configuradoras. - Nuestra época está marcada por una superficial nostalgia de las tradiciones. Aunque es difícil la implantación profunda de una tradición que dé arraigo y que dé identidad. 30 J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 129-243; Cfr. H.J. POTTMEYER, «Tradición», en en LATOURELLE R.- FISICHELLA R., Diccionario de Teología Fundamental, Madrid: San Pablo, 1992, pp. 1560-1568. 34 - Ciertamente se valoriza la función de la tradición, como enlace entre las generaciones y como signo de identidad cultural abierta a nuevas asimilaciones. - Un ejemplo clave de una sociedad configurada por la tradición: En el pueblo hebreo, como en todos los pueblos, la tradición está ligada al recuerdo. A la anamnesis. A esa operación mediante la cual los pueblos se remontan a sus antepasados; apuntan a matrices míticas o históricas que explican, a través de una etiología sagrada, sus modos de ser y de hacer. Este es el sentido del memorial en los pueblos orientales, y en particular en el pueblo hebreo, en el cual creer equivale a recordar la acción de Dios desde los antepasados y fundadores del pueblo: desde el principio. Creer, recordar, confesar. He aquí lo que hace el israelita que, ante el altar del Señor desgrana una historia, es decir, confiesa una tradición: «Mi padre era un arameo errante…» 1.2 La tradición en el AT - El pueblo de Israel se consideró sostenido y traspasado por un mensaje revelado (oral y escrito) importantísimo para la identidad del pueblo, es decir, para que ese pueblo permanezca unido y fiel a su ser y a su misión. - Los elementos esenciales de una tradición, que se destacan en el AT: El mensaje revelado como un cuerpo de doctrina y de práctica (Torah). Ese mensaje se refiere siempre a un bereshit (a un principio), es decir a los (primeros) padres que recibieron las promesas de Dios; Su función configuradora, puesto que confiere la identidad al pueblo; La existencia de un aparato transmisor (sacerdotes, sacerdotes escribas, doctores); El culto, elemento importante de la trasmisión del mensaje convertido en memorial que se puede celebrar; El carácter doctrinal o edificante (hagadda) y moral o jurídico del mensaje, tiene una doble dimensión: teórica y práctica; La forma escrita de la tradición no anula la forma oral, que envuelve a la escrita como una interpretación, lo que mantiene el mensaje en permanente actualización; El carácter fiel, repetitivo, de la transmisión; Su compilación en una confesión de fe que se remonta a un pasado en el que germinan las promesas. Esta confesión de fe no es necesario que tome la forma de un cuerpo doctrinal, ya que puede tomar la forma de un cuerpo doctrinal, ya que puede tomar la forma de la narración (Cfr. Dt 26,5). 1.3 Origen de la tradición cristiana - En el paso del AT al NT debemos hacer referencia a la plenitud cristológica: es decir, el Señor convive entre los hombres para autocomunicarse a través de esta convivencia. - En este sentido, el principio de la Tradición no será tanto la transmisión de unas verdades, o la transmisión de los segmentos de verdad contenidos en las tradiciones apostólicas, cuanto el acto originario de la traditio Christi Ecclesiae (la entrega de Cristo a su Iglesia), es decir, la comunicación de la Palabra viva de Dios recibida por la Iglesia en la luz y en la intelección del Espíritu Santo. - La “traditio Christi” es el hecho primordial y básico del que fluye toda ulterior transmisión oral o escrita. Porque la transmisión de Cristo a la Iglesia da lugar a la 35 recepción apostólica del misterio de Cristo. Tradición y recepción son las dos caras de la misma moneda: la transmisión del don gratuito de Dios. - la recepción del misterio de Cristo por parte de los Apóstoles da lugar, a su vez, a la traditio apostolica, que primero se expresa como predicación oral y, luego, en forma de “regla de fe” escrita, implantada en la tradición e interpretada por la conciencia viva de la Iglesia. - La Escritura nace de la primera Tradición apostólica de la fe. Ambas manan de la misma fuente original: Cristo totalmente entregado a los suyos. - El principio objetivo de la Tradición es la autoentrega de Cristo. Esta entrega marca la conciencia viva de la Iglesia. La conciencia, que bien podemos identificarla con la fe la Iglesia, es el organismo vivo, subjetivo, que queda marcado por la entrega del Señor, desde el principio hasta el fin. - La Palabra dicha por el Padre se ha expresado en la humanidad de Jesús de Nazareth. Esto no puede entenderse como una legitimación de todas las tradiciones. Quiere decir que, desde el principio hasta la Iglesia actual, dondequiera que esté la Palabra, junto con sus mediaciones –Escritura, tradiciones, magisterio, etc.– allí está subyacente la Tradición, que es precisamente transmisión de la Palabra y, por consiguiente, la transmisión de la única fe de la Iglesia, como acto eclesial de recepción creyente de esa Palabra. 1.4 La predicación apostólica, cauce visible de la Tradición - La Iglesia, en el NT, por su naturaleza, será una comunidad transmisora e intérprete de la Palabra de Cristo. - San Pablo es consciente de estar predicando una palabra que proviene de Dios y que engendra la fe de quienes la escuchan: “La palabra de la fe que predicamos” (Rm 10,8). - La Palabra que estaba en el principio, pide ser predicada, y la predicación se convierte en una transmisión o tradición de esa Palabra que se hará carne en la historia. 1.5 El contenido y las formas - El contenido se identifica con el acontecer de la fe y éste es la entrega de Cristo, donador del Espíritu a los hombres. - “Una cosa es el depósito mismo de la fe, es decir las verdades que contiene nuestra venerada doctrina, y otra la manera como se expresa” (Juan XXIII, en la apertura del Vaticano II). - Para discernir al hereje que muta la tradición, hay algunos criterios, según Vicente de Lérins: lo que daña la continuidad de la tradición es la novedad que aumenta, cercena o muta esencialmente del depósito de la tradición. Ejemplo: Marción con su lectura literal del AT, propone un Dios desconocido y espiritual - Una diferencia entre tradiciones apostólicas y tradiciones particulares: hay que enfatizar, según Trento, el principio original (la autoentrega de Cristo a su Iglesia) y decir que las tradiciones apostólicas son tradición viva de los Apóstoles de Cristo, y aquellas tradiciones que no pueden apelar a un origen de revelación divina son particulares y humanas. 36 1.6 La Tradición como interpretación cierta y auténtica - la Tradición es algo más que pura transmisión de un mensaje. No es cuestión sólo jurídica, que se puede hacer al margen de la confesión de fe. - El acto mismo de la transmisión de la fe ha de ser un hecho religioso y, concretamente, una confesión de esa misma fe recibida. Ejemplo: la Eucaristía y la Resurrección (1Cor 11,23; 15,3), que San Pablo ha recibido por Tradición y, por eso mismo, las ha transmitido, continuando la traditio Evangelii. - En efecto, el hecho de definir la fe, precisando sus contenidos y sus límites, podría, a primera vista, parecer un acto principalmente jurídico. Pero, en realidad, ha de ser ante todo un acto religioso, consistente en que los pastores del Pueblo de Dios, como portavoces dotados de autoridad, confiesan la fe de la Iglesia. Asimismo, toda explicitación e interpretación de la fe se realiza principalmente por medio de la confesión creyente: y, de esta manera, se transmite. 1.7 La Tradición y conciencia viva de la Iglesia - En sentido subjetivo, la transmisión está profundamente ligada a la conciencia de los discípulos y a la conciencia del conjunto de la comunidad creyente: - «La conciencia del discípulo, se tornará después memoria de todo lo que Jesús había enseñado y de todo lo que había pasado a su alrededor, y se desarrollará y se precisará en la comprensión de quién era El y de qué había sido Maestro y Autor» (Pablo VI)31. - «El nacimiento de la Iglesia y el desvelarse de su conciencia profética son los dos hechos característicos de Pentecostés y progresarán juntos». - Por tanto, el nexo entre Fe, Tradición y Conciencia de la Iglesia como «congregatio fidelium» es evidente: la fe de la Iglesia se transmite en la continuidad de la conciencia que cree. - Lumen Gentium, n. 12, habla de un sentido de la fe de todo el pueblo de Dios: «El pueblo santo de Dios participa también del don profético de Cristo, difundiendo su vivo testimonio, sobre todo por la vida de fe y de caridad, ofreciendo a Dios el sacrificio de la alabanza, el fruto de los labios que bendicen su nombre (cf. Hb. 13,15). La universalidad de los fieles que tiene la unción del Santo (cf. 1Jn., 2,20-17) no puede fallar en su creencia, y ejerce ésta su peculiar propiedad mediante el sentimiento sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando "desde el Obispo hasta los últimos fieles seglares" manifiestan el asentimiento universal en las cosas de fe y de costumbres. Con ese sentido de la fe que el Espíritu Santo mueve y sostiene, el Pueblo de Dios, bajo la dirección del magisterio, al que sigue fidelísimamente, recibe no ya la palabra de los hombres, sino la verdadera palabra de Dios (cf. 1Tes., 2,13), se adhiere indefectiblemente a la fe dada de una vez para siempre a los santos (cf. Jds., 3), penetra profundamente con rectitud de juicio y la aplica más íntegramente en la vida». 1.8 Las mediaciones de la Tradición - La predicación oral - La Escritura - La Celebración litúrgica - Las profesiones de fe 31 Cfr. PABLO VI, Encíclica Ecclesiam Suam, n. 15-17. 37 - Las costumbres atribuidas a la Iglesia apostólica - La serie de los Concilios Ecuménicos - La serie de los Padres griegos y latinos… - La fe del pueblo de Dios. Aunque ninguno de estos elementos puede pretender ser el principio de la Tradición, todos derivan sin embargo de él: todos son eco multiforme de Cristo único transmitido y recibido por la vida de fe de la Iglesia. Más aún: sin tales mediaciones, la Iglesia católica de Oriente y Occidente carecerían de la vitalidad y de la riqueza que no sólo le es precisa para interpretar la Escritura o para conservar la doctrina, sino simplemente para ser y para vivir en la enseñanza y en la vida de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios. 2. DATOS RELATIVOS AL MAGISTERIO32 2.1 El Magisterio surge en la Iglesia porque existe la Tradición - El Magisterio no es algo independiente del acto de fe de toda la Iglesia y del acto de la confesión de la fe: «Yo he rezado por ti para que tu fe no desfallezca, y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos» (Lc 22,32). - Hay una continuidad entre esta promesa de Jesús, según la cual Pedro, una vez convertido a la fe, la guardaría fielmente y confirmaría en ella a sus hermanos, y el Magisterio de la Iglesia, que debe estar totalmente en función de la Revelación y de la fe. - LG 25: «Cuando el Romano Pontífice o con él el Cuerpo Episcopal definen una doctrina lo hacen siempre de acuerdo con la Revelación, a la cual, o por escrito, o por transmisión de la sucesión legítima de los Obispos, y sobre todo por cuidado del mismo Pontífice Romano, se nos transmite íntegra y en la Iglesia se conserva y expone con religiosa fidelidad, gracias a la luz del Espíritu de la verdad. El Romano Pontífice y los Obispos, como lo requiere su cargo y la importancia del asunto, celosamente trabajan con los medios adecuados, a fin de que se estudie como debe esta Revelación y se la proponga apropiadamente y no aceptan ninguna nueva revelación pública dentro del divino depósito de la fe». - ¿Cuáles son los órganos autorizados para expresar la Tradición de la Iglesia?: El Papa El Concilio Ecuménico El conjunto de los Obispos El conjunto del Pueblo de Dios que posee el sensus fidelium. 2.2 Magisterio extraordinario del Concilio Ecuménico y del Papa a) El Concilio Ecuménico: 32 Cfr. J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 257-269; Cfr. F.A. SULLIVAN, «Magisterio», en en LATOURELLE R.- FISICHELLA R., Diccionario de Teología Fundamental, Madrid: San Pablo, 1992, pp. 841-849. 38 - Reunión del Papa y los Obispos: forma más normal para ejercer el Magisterio extraordinario. - Sujeto normal de las definiciones del Magisterio extraordinario, por su constitución colegial, sinodal y comunional. - Cuando se reúne para expresar la fe de la Iglesia, es decir, para confesar su fe, goza de la prerrogativa de la infalibilidad. - Según J. Alfaro: En el ejercicio de su función, el Magisterio eclesial sólo puede definir verdades mediante un verdadero acto de fe, que expresa la fe de la Iglesia, con un alcance mucho más religioso que jurídico: no se trata de que la Iglesia docente “impone” una fe a la Iglesia discente, desde el exterior; ambas son la Iglesia creyente. b) El Papa: - También el Papa, por sí mismo, como supremo Pastor de la Iglesia, es sujeto del Magisterio extraordinario. - Cuando habla ex cathedra (desde la cátedra, desde el puesto del maestro, con autoridad) y sobre alguna materia de fe y de costumbres (Cfr. LG 25)33. 2.3 Magisterio ordinario a) El Papa: - El Papa es sujeto también del magisterio ordinario, siempre que su enseñanza no tenga las formalidades de la enseñanza ex cathedra, propia del magisterio extraordinario. - El magisterio ordinario de los Papas se ejerce sobre todo a través de las Encíclicas o Documentos de rango parecido, pero también a través de la predicación ordinaria de la doctrina católica. - Un acto del magisterio ordinario y definitivo, aunque no infalible, lo constituiría una decisión práctica o disciplinar del Romano Pontífice que tuviera como objeto mantener la comunión eclesial alrededor de una verdad disputada cuyo acceso común es muy difícil. Ej: La Iglesia carece de facultad para conferir el ministerio sacerdotal a las mujeres34. - LG 25,1: «Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento de modo particular se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según el deseo que haya manifestado él mismo, como puede descubrirse ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con que repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas». b) Los obispos: - Unidos al Papa con sujeto del Magisterio extraordinario. 33 CONCILIO VATICANO I, Const. Pastor aeternus, 18/07/1970: « El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son irreformables en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia». (DS 3074). 34 Cfr. JUAN PABLO II, Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis, 22 de mayo de 1994. 39 - Pero también de Magisterio ordinario, con estas condiciones: Estar en comunión con el Romano Pontífice Coincidir universalmente en su enseñanza a través del tiempo y del espacio. - LG 25,1: «Entre los oficios principales de los Obispos se destaca la predicación del Evangelio. Porque los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maestros auténticos, es decir, herederos de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de creerse y ha de aplicarse a la vida, la ilustran con la luz del Espíritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelación las cosas nuevas y las cosas viejas (cf. Mt., 13,52), la hacen fructificar y con vigilancia apartan de la grey los errores que la amenazan (cf. 2Tim., 4,1-4). Los Obispos, cuando enseñan en comunión por el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como los testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte tienen obligación de aceptar y adherirse con religiosa sumisión del espíritu al parecer de su Obispo en materias de fe y de costumbres cuando él la expone en nombre de Cristo». 2.4 Magisterio ordinario infalible Las seis condiciones que presenta LG 25,2: «Aunque cada uno de los prelados por sí no posea la prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, - si todos ellos, - aun estando dispersos por el mundo, - pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el Sucesor de Pedro, - convienen en un mismo parecer como maestros auténticos que exponen - como definitiva una doctrina - en las cosas de fe y de costumbres, en ese caso anuncian infaliblemente la doctrina de Cristo. La Iglesia universal, y sus definiciones de fe deben aceptarse con sumisión. Esta infalibilidad que el Divino Redentor quiso que tuviera su Iglesia cuando define la doctrina de fe y de costumbres, se extiende a todo cuanto abarca el depósito de la divina Revelación entregado para la fiel custodia y exposición». Vale la pena recordar aquí también, lo que dice DV 10,2: «…el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo. Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que la sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer». 40 3. LOS DOGMAS EN LA IGLESIA35 3.1 Definición de un dogma de fe «Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que está contenido en la Palabra de Dios, escrita o transmitida por Tradición, y que la Iglesia propone para creer como divinamente revelada, ya sea por un juicio solemne, ya sea a través de su Magisterio ordinario y universal» (Conc. Vat. I). Esta definición supone dos cosas: - La revelación divina - La presentación por la Iglesia. Dos características más, que son muy importantes: - Irreformabilidad: Los dogmas son «enunciados de verdades reveladas […] que es necesario mantener siempre en el sentido determinado de una vez por todas por nuestra madre la Iglesia» (Y. Congar). - Perfectibilidad: Se puede prolongar hacia adelante su sentido; esta perfectibilidad es posible por dos razones: a) Porque en las fórmulas dogmáticas no puede ni es deseable erradicar del todo la envoltura cultural propia del tiempo en que el dogma se formuló. b) La fe, lejos de ser “dogmatista”, está dotada de un dinamismo abierto hacia la Verdad primera. Se trata, pues, de lograr el equilibrio entre la fidelidad a la referencia dogmática y la atracción de la Verdad primera; obediencia (el doble acto de escuchar y de dejarse atraer) y libertad (autodeterminación y riesgo en la elección del camino apropiado). «De ordinario, “dogma” se refiere a un declaración dogmática, a una proposición que expresa alguna parte del contenido de la revelación divina y que es públicamente propuesta como tal por la Iglesia y, por lo tanto, a la que se ha de asentir por la fe. Esta declaración se hace, bien a través del magisterio ordinario y universal de la Iglesia, bien del magisterio extraordinario e infalible. Por eso los artículos de los credos, así como los cánones de los concilios ecuménicos, deben ser reconocidos como expresión de los dogmas» (G.F. Mansini) 35 Cfr. J. M. ROVIRA BELLOSO, Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 269-274; G.F. MANSINI, «Dogma», en AA. VV., Teología y Magisterio, Salamanca: Sígueme, 1987, pp. 338-349. 41 3.2 Calificaciones teológicas 1. Dogmas de fe: contenido explícita o implícitamente en las Herejía formal: Escrituras y definición eclesial. El dogma no puede ser negado sino que ha de ser entendido en el mismo sentido de las palabras con las que lo definió la Iglesia, pero puede ser explicado, completado, perfeccionado… Dogma formal 2. Verdades de fe: no hace falta que hayan sido definidas por la Herejía manifiesta Iglesia. Basta que consten en los testimonios de la revelación, Escritura y Tradición. Ej: la proposición «Dios existe». Dogma material 3. Doctrina católica: es la Enseñanza de los Concilios o de las Herejía Encíclicas del Papa, que no contiene definiciones dogmáticas propiamente dichas. Verdad revelada, enseñada 4. Enseñanza de un Obispo: a la cual, según el Vaticano II, se ha Próxima de prestar «religiosa sumisión del espíritu» (LG 25). herejía Próxima a la fe a la UR 11: «Los teólogos católicos […] al comparar las doctrinas, han de recordar que existe un orden o “jerarquía” de las verdades de la doctrina católica, puesto que es diversa su conexión con el fundamento de la fe cristiana». Las CDF, en la Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo, n. 23: «Cuando el Magisterio de la Iglesia se pronuncia de modo infalible declarando solemnemente que una doctrina está contenida en la Revelación, la adhesión que se pide es la de la fe teologal. Esta adhesión se extiende a la enseñanza del magisterio ordinario y universal cuando propone para creer una doctrina de fe como de revelación divina. Cuando propone “de modo definitivo” unas verdades referentes a la fe y a las costumbres, que, aun no siendo de revelación divina, sin embargo están estrecha e íntimamente ligadas con la Revelación, deben ser firmemente aceptadas y mantenidas. Cuando el Magisterio aunque sin la intención de establecer un acto “definitivo”, enseña una doctrina para ayudar a una comprensión más profunda de la Revelación y de lo que explícita su contenido, o bien para llamar la atención sobre la conformidad de una doctrina con las verdades de fe, o en fin para prevenir contra concepciones incompatibles con esas verdades, se exige un religioso asentimiento de la voluntad y de la inteligencia. Este último no puede ser puramente exterior y disciplinar, sino que debe colocarse en la lógica y bajo el impulso de la obediencia de la fe». 42 3.3 Evolución del dogma Originalmente, la posibilidad de afirmaciones dogmáticas reside en: - La enseñanza de Jesús mismo, es decir, en la palabra escatológica de Dios hablada en las palabras humanas de Jesús; - La afirmación, al menos implícita, sobre la persona y significación de Jesús hecha por Jesús, cuya pretensión se hace ya explícita en el NT mediante afirmaciones sobre Jesús; - La confirmación de su enseñanza y pretensión en el acontecimiento de su resurrección, que es ella misma una palabra para ser dicha. La palabra escatológica ha sido pronunciada en un tiempo determinado, pero esa palabra debe seguir siendo interpretada para que siga teniendo significado para todos los tiempos. El producto de la interpretación de la palabra escatológica de Cristo expresada en otro tiempo es “dogma”. En Nicea se expresa de modo claro el dogma de la fe, como regla de fe, con una enseñanza expresada como una proposición, propuesta por la autoridad de la Iglesia: homoousios. La evolución del dogma se da propiamente de la siguiente manera: a) Sagrada Escritura, Tradición, Magisterio: Si se entiende la escritura como el testimonio inspirado, materialmente suficiente, de la comunidad apostólica sobre la palabra de Dios encarnada, Cristo, y por tanto como norma non normata de la fe; y si la tradición, cuyo principio es el mismo Espíritu que inspiró las Escrituras y cuyo sujeto global es la Iglesia, es el contexto formalmente necesario en el que leer e interpretar correctamente la Escritura, puesto que incluye la experiencia de las auténticas realidades de las que la Escritura habla (DV 8), entonces una declaración dogmática deberá relacionarse con la Escritura y con expresiones previas de la tradición como interpretación normativa suya, y papel del magisterio en la elaboración de esta interpretación será simplemente el de un reconocimiento infalible, en virtud del don del Espíritu Santo que se le ha dado, de que tal interpretación es realmente exacta (DV 10). b) Cuatro teorías de la evolución del dogma: - Evolución como reafirmación o afirmación más clara de lo que ya se posee y conoce conceptualmente. - Evolución como la actividad lógica de sacar conclusiones a partir de premisas reveladas. - Evolución como la transformación material de la expresión didáctica de la fe según el pensamiento científico y filosófico de la época. - Evolución como contemplación propiamente teológica de la realidad revelada por una razón necesariamente condicionada por la historia e iluminada por la fe. De estas cuatro teorías parece que la cuarta es la más apropiada para entender que se da la evolución en un contexto de fe. 43 c) Interpretación del dogma: Normalmente debe ser interpretado según las mismas normas con que se interpretan las Escrituras: - La objetividad histórico-crítica - Dentro del horizonte de la fe y la tradición. La “irreformabilidad” de las declaraciones dogmáticas (DS 3074) no significa que no requieran interpretación e incluso reformulación; significa que, en el sentido en que fueron entendidas en la época y el contexto de su definición, deben ser afirmadas como verdaderas. 3.4 Negación del dogma - Herejía: negación de la doctrina. Ya en el NT hay algunos ejemplos (1Cor 1,10.12; Hch 4,14; 23,7), pero el más claro es: 2Pe 2,1 - Con la elaboración nicena del dogma es posible una noción correlativamente exacta de herejía como la negación de una declaración dogmática. 3.5 Problemas y perspectivas a) Presupuestos antropológicos: El presupuesto fundamental es: que existe un deseo natural humano de la visión de Dios (Santo Tomás). El deseo es subordinado a la naturaleza de la mente humana: La mente humana es realmente capaz de comprender algo sobre Dios o, más exactamente, de lo que no es Dios, y las palabras humanas pueden hablar de las cosas divinas (Analogía). b) Problemas modernos: - La reforma: el dogma es insuficiente para participar de la autoridad de la revelación misma, sólo es una “confesión”. - La ilustración: el dogma contradice la libertad del hombre, contradice el espíritu de la libertad de investigación, se opone a la apertura del método científico. - La índole divisoria del dogma: que no se supera sólo por el simple reconocimiento de la jerarquía de verdades. c) Propuestas modernas: - La noción experiencial-expresivista de dogma: Los dogmas son mal entendidos si los tomamos como portadores de información sobre alguna realidad que trascienda a nuestra experiencia ordinaria; más bien, los dogmas son expresiones y evocaciones de un tipo de experiencia única, la experiencia de «dependencia absoluta», nuestra «consciencia de Dios». - Pragmatismo, modernismo: El significado de cualquier afirmación es sólo la expectación de la experiencia que implica y la acción que impone. El progreso libre de la ciencia y de la filosofía puede pedir una reformulación del dogma. Su verdad radica, no en una correspondencia presente con la 44 realidad, sino en la capacidad de mantenernos en el camino de una orientación hacia una verdad que no podemos poseer ahora por medio del lenguaje, sino de la que nuestro lenguaje puede expresar sólo la esperanza. - Antifundamentalismo, constructivismo: Se siguen dos líneas: a) Se considera que los dogmas son afirmaciones hechas dentro de unas estructuras capaces de la verdad sólo dentro de ellas y presuponiédolas. b) Los dogmas son las meta-afirmaciones que constituyen las estructuras. Las afirmaciones dogmáticas son ejemplos de una delimitación de aquello que es importante. El dogma mismo es verdadero, no en el sentido de corresponder, sino según que las categorías (unidad divina, distinción real, máxima importancia de Jesús) estén adecuadas al propósito del discurso cristiano como un todo, que está para ayudarnos a entrar en la relación adecuada con la realidad esencial. El dogma no solamente no se opone a la libertad del evangelio y a la libertad del cristiano, sino que positivamente la sirve, manteniendo la presencia de la palabra del evangelio en el tiempo; y que la heteronomía del dogma, como de la revelación misma, es el instrumento de una libertad humana más grande que la que el hombre puede imaginar o alcanzar por sí mismo. 45 4. EL TEÓLOGO EN LA IGLESIA Y ANTE EL MAGISTERIO36 (7 MAYO) 4.1 El teólogo en la Iglesia El punto de partida: El objetivo deseado es la comunión intelectiva y afectiva entre Pastores y Teólogos. Se trata de poner en claro el estado de la cuestión sin pretender agotar el tema. a) Sobre la eclesialidad y la cientificidad de la fe: - Eclesialidad: el teólogo debe sentirse atraído por la fe y trabajar en función de la fe que le precede y le ilumina. Lo que existe es el advenimiento de la fe: la donación de Dios (el Padre) por Cristo en el Espíritu. Este acontecimiento real y objetivo (aunque no se puede objetivar porque es divino) trasciende a los Obispos y teólogos y nos sitúa a todos en el nivel de la adhesión de la fe y de la confesión. - Cientificidad: el teólogo debe tener la capacidad analítica y objetiva del científico, ya que simultáneamente a su dimensión creyente y eclesial, la teología es «ciencia», es decir, está relacionada con el análisis objetivo, racional e histórico, que tiende a la evidencia. Análisis objetivo: descubrir o desvelar la realidad verdadera escondida en la letra de la Escritura, en la historia de la Tradición, en definitiva en el misterio cristológico. Análisis racional: tendencia a expresarse en conceptos, proposiciones y razonamientos, de forma que puedan ser comprendidos universalmente. Análisis histórico-hermenéutico: La teología es la investigación cuya finalidad es la de llegar a entender una Palabra que nosotros no hemos generado sino que nos precede. El teólogo es el hombre que, en la fe de la Iglesia, intenta entender el Logos que habla y se comunica. b) Función del teólogo en la Iglesia de la Comunión: - La Iglesia es una comunión con vocación universal. La unidad de la Iglesia no es uniformidad, consistente en que todos deban hacer lo mismo, sino la unidad según la cual la Iglesia puede asumir como propias y legítimas las opciones y actitudes diversas que toman sus miembros. Esta es la unidad de la pluriformidad eclesial. - Tres niveles de la comunión: Sensus fidelium: lo que creen todos sus miembros; A nivel del pensamiento existe lo que se llama consensus theologorum, como instancia doctrinal que en su unanimidad no puede dejar de expresar la fides Ecclesiae; 36 Cfr. J. M. ROVIRA BELLOSO, «El Magisterio y la libertad del teólogo», en AA. VV., Teología y Magisterio, Salamanca: Sígueme, 1987, pp. 205-226; Idem., Introducción a la Teología, Madrid: BAC, 1996, pp. 274-287; CDF, Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo, 1990. 46 Fides Ecclesiae: la instancia de los pastores, expresada en el magisterio ordinario y extraordinario. - El teólogo ante la infalibilidad pontificia: El teólogo católico acepta cordialmente la infalibilidad pontificia y está tranquilo y en paz ante ella. La infalibilidad pontificia está supremamente regida por dos grandes principios: el de la encarnación y el de la soberana iniciativa de Dios. 4.2 El teólogo ante el Magisterio «Dado que la jerarquía tiene por misión mantener íntegro el testimonio auténtico mientras el trabajo de teólogo busca siempre “un más allá” en la compresión del misterio, es natural que a veces surjan tensiones y conflictos. Pero la integración cristiana de los mismos no se logra por “autoritarismo” de la jerarquía ni por “obediencia ciega” del teólogo que niegue análisis, razonamientos y conclusiones que conlleva la ciencia teológica; es preferible que mantenga un obsequioso silencio. Tampoco se arregla con abdicación de autoridad jerárquica ni por rebeldía de autosuficiencia en el teólogo. También aquí el único criterio para salvaguardar la comunión eclesial es la primacía del dato revelado que, si bien tiene una mediación eclesial y necesita formulaciones precisas, trasciende todas las expresiones concretas e inspira siempre nueva comprensión que no rompa sin embargo la comunión eclesial»37. a) La libertad del sujeto - En la modernidad se ha llegado a una verdadera percepción refleja del hombre: constituirse en sujeto de conocimiento, en sujeto ético y en sujeto con capacidad de iniciativa libre. - Al hombre moderno hemos de pensarlo y de valorarlo con esa su cualidad típica: su curiosidad por ver el revés de la trama, su deseo de comprender la comprensión. - Imperativo kantiano: sapere aude, atrévete a dar el primer paso, atrévete a saber por ti mismo, mediante tu libertad. - El hombre moderno hace una larga marcha de la libertad hacia adelante. - En nuestro mundo no podemos dejar de reconocer la necesidad de construir el sujeto: cada hombre que viene a este mundo está llamado a constituirse en sujeto y ése es, evidentemente, un proceso de libertad. - Debe reconocerse también que el hombre actual desarrolla su existencia en múltiples condicionamientos: cada hombre es hijo de su tiempo. b) La libertad de la fe La libertad de la revelación: la revelación es un acto libre de Dios mismo. Dios es Amor expansivo y libremente se da a conocer porque quiere y «tanto como puede». 37 J. ESPEJA PARDO, Para comprender mejor la fe, una introducción a la teología, Salamanca: Editorial San Esteban, 1997, p. 114. 47 Las Escrituras son vestigios de ese Amor, son «cifras» codificadas del que nos amó hasta el fin, que esperan ser descodificadas por los ojos del hombre interior. La libertad de la fe: es respuesta libre a la revelación. Es un caminar libre, una búsqueda incesante hasta situarse en sintonía con el auténtico modo de ser y de amar de Jesús (Käsemann). Un caminar libre que muchas veces se hace por donde no hay camino previamente trazado. La fe es experiencia viva de Dios, mucho más que un acto de pura obediencia jurídica exterior. Ella es saber y gustar lo que Dios hace y es. San Juan de la Cruz, al hablar como la fe nos «da» a Dios, nos dice: «Porque es tanta la semejanza que hay entre ella y Dios que no hay otra diferencia sino ser visto Dios o creído. Porque así como Dios es infinito, así ella nos lo propone infinito; y así como es trino y uno nos propone ella (la fe) trino y uno; y así como Dios es tiniebla para nuestro entendimiento, así ella también ciega y deslumbra nuestro entendimiento. Y así, poe este sólo medio, se manifiesta Dios al alma en divina luz, que excede todo entendimiento. Y, por tanto, cuanta más fe el alma tiene, más unida está con Dios»38. - La libertad fiel y creativa precisamente de aquellos caminos que han de llevar al encuentro ya la comunión. - La fe es una aventura: que debe enfrentar frecuentemente la problemática de la teología fundamental. c) La libertad del creyente - La Escolástica habló de la fe como un conocer que tiende a la evidencia, esto hace entrar en el doble ámbito de la lucidez y la libertad: la luz de la evidencia y la libre búsqueda del camino riguroso de una certeza a la que Dios mismo nos quiere atraer. - Los dogmas son una expresión de la fe. Es más importante el contenido y el horizonte de la fe que su propio enunciado. - Resumen: 1) Atracción que la veritas prima ejerce sobre el corazón (libre) del creyente; 2) Lumen activo en el entendimiento, en cuya iluminación, la «inteligencia de la fe» tiende a la «evidencia». - Por tanto el creyente hace un peregrinaje libre hacia la luz verdadera que ilumina y libera a todo hombre que viene a este mundo. d) La libertad del teólogo La teología católica después del Vaticano II ha aprendido algunas cosas básicas que le confieren modestia, realismo y libertad. Cuatro líneas que se afianzan en el trabajo de los teólogos de hoy: 38 La larga marcha hacia el realismo: incluye el respeto hacia la conflictividad del ser; el respeto a los «agudos conflictos sociales». Se necesita un método riguroso para estar con Dios y con los pobres. SAN JUAN DE LA CRUZ, Sudida al Monte Carmelo, Lib. II, Cap. 9, 1. 48 Ser libres y creativos para actualizar la fe: la teología, como ciencia teórica y práctica, ha de mostrar en qué condiciones la fe permanece viva, presente y activa, en el pueblo de Dios, con toda su carga, capaz de cambiar la vida del hombre en el seguimiento de Jesús y en la identificación con su forma de vida. Ha de buscarse una alternativa al inmanentismo radical: enfatizando la trascendencia de Dios, la realidad sacramental de Jesucristo y la densidad creyente del pueblo de Dios. Dos buenos aliados: el método histórico y el lenguaje del símbolo (incluso la filosofía). El valor del contexto social: el contexto social del teólogo y el de toda la Iglesia en su conjunto. La comunión vertical con Dios exige intrínsecamente la comunión horizontal con los «privados-de-bienes», ya que la koinonia del Reino incluye como una esfera todos los radios de la comunión. e) La libertad para recibir el Magisterio El Magisterio se identifica con el órgano eclesial capaz de realizar autorizada y genuinamente el acto de la fides Ecclesiae. Ejemplo concreto es el Símbolo Niceo Constantinopolitano. Así el Magisterio se enmarca dentro del la Tradición autorizada. En la historia, el acto magisterial se llega a cristalizar en «dogmas», cuya función es la de descartar herejías. Pero el Magisterio también intenta salvaguardar (por vía de la autoridad) el contenido genuino de la fe, así como la unidad de esa misma fe, en relación con las oleadas ideológicas que, sucesivamente, impregnan a la sociedad. La teología también intenta mantener el contenido genuino, el vigor y la unidad de la fe, pero no por vía de la autoridad, sino por la de una peculiar experiencia intelectual: aquella experiencia que sabe captar el realismo, la racionalidad y el significado de los contenidos de la fe. Por tanto: - Ya que existe diálogo entre la fe y las culturas, se necesita la acción intelectual de los teólogos. - La teología no tiene una simple función repetitiva del Magisterio. - La teología es un servicio desde la comunidad creyente a esa misma comunidad creyente. f) Condiciones para el diálogo entre la teología y el Magisterio - El teólogo intérprete: Interpretar no quiere decir tergiversar. Quiere decir situar los textos del Magisterio, analizarlos partir de claves de intelección correctas: hasta que aparezca en ellas el sentido de la tradición de la fe. Cuando se logra situar un texto en el conjunto de la Tradición, aparece entonces en él la orientación recta de la fe y, al mismo tiempo, las peculiaridades culturales que acompañan al texto: el ethos y el pathos de la época. - El teólogo, hombre de síntesis: 49 El teólogo tiende a una labor de síntesis que le ha de permitir llegar al «intellectus fidei»: a entender la fe de alguna manera. Tiene que hallar la síntesis entre la positividad bíblica y la conceptualización de la realidad que se vive. Además debe contrastar sus investigaciones y sus resultados con los datos del Magisterio. - La crítica: La «crítica» es también un acto teológico que busca cuál debe ser la «figura» (el modo de ser y de actuar) del Pueblo de Dios en una sociedad determinada. g) El perfil del teólogo católico: Las indicaciones de CDF (tarea personal y grupal) El teólogo: o Tiene la función especial de lograr, en comunión con el Magisterio, una comprensión cada vez más profunda de la Palabra de Dios contenida en la Escritura inspirada y transmitida por la tradición viva de la iglesia (n.6; cfr. n. 12). o Puesto que el objeto de la teología es la Verdad, el Dios vivo y su designio de salvación revelado en Jesucristo, el teólogo está llamado a intensificar su vida de fe y a unir siempre la investigación científica y la oración (n. 8). o A lo largo de los siglos la teología se ha constituido progresivamente en un verdadero y propio saber científico. Por consiguiente es necesario que el teólogo esté atento a las exigencias epistemológicas de su disciplina, a los requisitos de rigor crítico y, por lo tanto, al control racional de cada una de las etapas de su investigación (n. 9). o El teólogo, sin olvidar jamás que también es un miembro del pueblo de Dios, debe respetarlo y comprometerse a darle una enseñanza que no lesione en lo más mínimo la doctrina de la fe (n.11). o Los teólogos, en virtud del propio carisma, también les corresponde participar en la edificación del Cuerpo de Cristo en la unidad y en la verdad y su colaboración es más necesaria que nunca para una evangelización a escala mundial, que requiere los esfuerzos de todo el pueblo de Dios (n. 40). o La recta conciencia del teólogo católico supone consecuentemente la fe en la Palabra de Dios cuyas riquezas debe penetrar, pero también el amor a la Iglesia de la que ha recibido su misión y el respeto al Magisterio asistido por Dios (n. 39). 50 VIII. El método en teología 1. La investigación: la interpretación 2. Diversos métodos teológicos en la historia de la Teología 3. La época posconciliar: modelos especiales 1. LA INVESTIGACIÓN: LA INTERPRETACIÓN39 Para entrar en el tema de los métodos en teología queremos ahora presentar un tema introductorio para poner bases sólidas en el quehacer teológico. Se trata del tema de la interpretación como especialización funcional. La interpretación se relaciona con la investigación, la historia, la dialéctica, la explicación de los fundamentos, el establecimiento de las doctrinas, la sistematización y la comunicación, ya que depende de ellas y, a su vez, éstas dependen de la interpretación. La interpretación tiene su fin propio y su manera específica de operar, eso nos permite describirla en sí misma. Siguiendo una terminología bastante extendida, se entiende por «hermenéutica» los principios de interpretación y por «exégesis» la aplicación de esos principio a una tarea particular. La tarea que se pretende realizar es la interpretación de un texto; aunque se debe afirmar que no todos los textos necesitan una exégesis. En general, mientras un texto es más sistemático en su concepción y redacción, tiene menos necesidad de ser interpretado. El problema de la interpretación: el modo sistemático de las operaciones cognitivas, el modo del sentido común… Hay cuatro factores que concurren a hacer más difícil el problema de la interpretación: El surgimiento de una conciencia a la vez mundial e histórica: somos conscientes de que hoy existen muchas y muy diferentes culturas y de que grandes diferencias separan las culturas actuales de las antiguas. El progreso de las ciencias humanas para las cuales la significación es una categoría fundamental y, en consecuencia, la interpretación es una tarea fundamental. La confusión reinante en la teoría del conocimiento de lo que significa un texto; se sigue de aquí que la confusión que afecta al conocimiento implica una confusión en la interpretación. La modernidad: el hombre moderno se ha esforzado en por crear su propio mundo, liberándose de la tradición y de la autoridad, elaborando su propia visión del mundo y reinterpretando así las visiones del pasado. Por todo esto, se necesita el desarrollo y la aplicación de un método teológico. Para poder distinguir y separar los problemas de la historia, la dialéctica, la explicitación de los fundamentos, las doctrinas, la sistematización y la comunicación. 39 Cfr. B. LONERGAN, Método en Teología, Salamanca: Sígueme, 2006, pp. 51 Veamos a continuación… Operaciones exegéticas básicas - Hay tres operaciones exegéticas básicas: Comprender el texto: - Comprender el objeto al cual se refiere el texto; - Comprender las palabras empleadas en el texto; - Comprender al autor que empleó las palabras; - Llegar a tal comprensión a través de un proceso de aprendizaje, a veces, como resultado de una conversión. Juzgar la exactitud de la propia compresión del texto: Tomar en cuenta - El problema del contexto, - El círculo hermenéutico, - La realidad del conjunto de los datos pertinentes, - La eventual importancia de las investigaciones más profundas, y - Los límites que hay que reconocer en la meta de la propia investigación. Establecer lo que uno juzga que es la comprensión correcta del texto: Hace surgir la cuestión de: - La tarea exacta del exegeta, - Las categorías que ha de emplear, - El lenguaje que debe utilizar. Cada uno de los puntos mencionados anteriormente en los cuadros merecen una aclaración más detallada, para tener una comprensión más amplia. A continuación se desarrolla cada uno de los puntos. 1.1 Entender el objeto - Hay que distinguir entre el exegeta y el estudiante. Ambos aprenden, pero lo que aprenden es diferente. Esto implica una diferencia de acentos: a) El estudiante: lee un texto para aprender algo acerca de objetos que aún no conoce. Necesita un bagaje de significaciones de las palabras, como punto de partida. b) El exegeta: su tarea no consiste en conocer los objetos, sino en saber qué objetos, reales o imaginarios, tenía en mente el autor del texto. - Mientras mejor conozca el exegeta los objetos, mejor cumplirá su tarea. Mientras mayores son los recursos del exegeta, más elevada es la probabilidad de que será capaz de enumerar todas las interpretaciones posibles y asignar a cada una su propia medida de probabilidad. 52 - Se rechaza por tanto lo que se llama principio de la cabeza vacía, el cual dice que uno será tanto mejor exegeta cuanto menos sepa. - Los dos puntos de vista anteriores son a la vez correctos y erróneos: correctos en cuanto denuncian un peligro muy conocido: los intérpretes tienden a atribuir a los autores opiniones que los autores no expresaron. Son erróneos en cuanto al remedio que proponen, porque dan por supuesto que todo lo que un intérprete tiene que hacer es mirar el texto y ver lo que está allí. Esto es totalmente equivocado. - Mientras menor sea la experiencia, menos cultivada será la inteligencia, menos formado el juicio y mayor será la probabilidad de que el intérprete atribuya al autor una opinión que éste nunca sostuvo. - Por otra parte, mientras más amplia sea la experiencia del intérprete, más profunda y plena será su comprensión, más equilibrado su juicio y mayor probabilidad de que pueda descubrir exactamente lo que el autor quiso decir. - El intérprete tiene como imperativo observar los signos. Luego, guiados por esos signos, pasar de su conocimiento habitual y general a un conocimiento actual y más particular. 1.2 Entender las palabras - Basta entender el objeto para captar el sentido llano de un texto, el sentido que es obvio porque tanto el autor como el intérprete entienden una misma cosa de la misma manera. - Se debe diferencias entre: El controversista: suponiendo erradamente que el autor está hablando de otra cosa, el controversista emprende su triunfante demostración de los errores y absurdos del autor. El intérprete: considera la posibilidad de su propia equivocación; lee y relee; eventualmente entrevé la posibilidad de que el autor estaba pensando no en Q sino en P y con esa corrección el sentido del texto se hace claro. - Es el proceso auto-correctivo del aprendizaje: Es la forma como adquirimos y desarrollamos el sentido común. Entender este sentido común es preconceptual: Luego viene la formulación de la significación del texto que se acaba de entender. Luego vienen lo juicios que uno hace acerca de la verdad de la intelección y su formulación. Cada una de las partes del proceso es necesaria, en ese orden. Entender el sentido común La formulación de la significación Los juicios acerca de la intelección 53 - Es este entender lo que rompe el círculo hermenéutico. Se trata de un proceso autocorrectivo del aprendizaje, que, a manera de una espiral, penetra en la significación de la totalidad valiéndose de cada nueva parte para completar, matizar y corregir la intelección a que se llegó en la lectura de las partes anteriores. - Reglar de la hermenéutica y la exégesis: analizar la comprensión del texto, determinar la intención del autor, conocer el medio humano para el cual escribió, la ocasión en que lo hizo, la naturaleza de los medios lingüísticos, gramaticales y estilísticos. No se comprende el texto porque se han observado las reglas, sino que, por el contrario, se observan las reglas para llegar a comprender el texto. - Lo esencial es caer en la cuenta de todos nuestros fracasos en el esfuerzo por entender con claridad y exactitud, y leer y releer hasta que la propia imaginación o la buena suerte hayan eliminado los fracasos de la comprensión. 1.3 Entender al autor - Cuando el sentido de un texto es obvio, entendemos con el autor y a través de sus palabras el objeto al cual se refiere con ellas. Si surge un mal entendido, basta con releer pacientemente. - Pero también está el reto de entender al autor: su país, su lengua, su época, su cultura, su manera de vivir y su mentalidad. - El proceso de auto-corrección del aprendizaje no es solamente el modo como adquirimos nuestro proprio sentido común, sino también el modo como adquirimos una intelección del sentido común de los demás. - Entender el sentido común del otro es entender lo que él diría en cualquiera de las situaciones que se presentan comúnmente en su lugar y tiempo. 1.5 Entenderse a sí mismo - Los grandes textos exigen: ampliación del horizonte, conversión intelectual, moral o religiosa: El intérprete no llegará a conocer el objeto en cuestión sino en la medida en que impulse el proceso auto-correctivo de aprendizaje hasta llegar a una revolución en sus propios puntos de vista. Dimensión existencial del problema de la hermenéutica: diversas concepciones de la realidad, la moralidad, la religión… - Friedrich Schlege: «Un escrito clásico no tiene que poder ser nunca comprendido del todo. Pero los que son cultos y se cultivan tienen que querer aprender de él cada vez más». 54 - Los clásicos inauguran una tradición, crean un medio en el cual se los estudia e interpreta; esta tradición cultural crea a su vez en el lector una mentalidad, a partir de la cual se lee, estudia e interpreta a los clásicos. Por tanto, Se pasa ahora de la especialización funcional de la interpretación a las especializaciones funcionales de la historia, la dialéctica y la explicitación de los fundamentos. Si el intérprete no se interesa únicamente en lo que su autor ha querido decir, sino que se interroga sobre la realidad misma, tiene que mostrarse crítico no solamente con relación al autor, sino también con relación a la tradición que modeló su propio espíritu. Con esta etapa se deja de escribir historia y se comienza a hacer historia. 1.6 Juzgar si la propia interpretación es correcta - Este juicio tiene el mismo criterio que cualquiera de los juicios sobre la corrección de las intelecciones del sentido común. - El criterio consiste en preguntarse si las intelecciones son invulnerables, si alcanzan el punto neurálgico, si tocan todas las cuestiones pertinentes, de tal manera que se pueda afirmar que no quedan cuestiones ulteriores susceptibles de conducir a ulteriores intelecciones que completen, maticen o rectifiquen las intelecciones ya adquiridas. - El proceso: Comenzó con las propias interrogantes, a medida que se estudia y se aprende, se descubren los intereses y preocupaciones del autor, para reconstruir el contexto de su pensamiento y su discurso. - Contexto: Significación heurística que una palabra tiene al comienzo de la investigación y que nos indica en qué dirección hay que buscar. La significación actual que la palabra adquiere a medida que pasa del horizonte inicial a un horizonte más amplio, susceptible de coincidir en buena parte con el del autor. - Sentido actual, el contexto está formado por el movimiento ondular de preguntas y respuestas en un grupo humano limitado. El contexto es un nido de preguntas y respuestas interconexas y entretejidas; Es limitado en cuando todas la preguntas y respuestas se refieren directamente o indirectamente a un mismo tema. - Tres consejos: Estudie los problemas, no los períodos Para entender las respuestas es necesario entender igualmente las preguntas. Prestar atención a lo que aún no se ha entendido. - Es necesario llegar a reconocer la interrelación de preguntas y respuestas y la integración final de esta interrelación compleja en una unidad superior limitada. Porque el surgir de 55 esta integración es lo que nos hace capaces de reconocer que la tarea se ha cumplido, y de declarar que nuestra propia interpretación es probable, altamente probable y, quizá, en algunos aspectos, cierta. - Al intérprete le toca: la reconstrucción del proceso, lograr la visión de conjunto. 1.7 Establecer la significación del texto - En la interpretación, exegeta (en cuanto exegeta) experimenta, entiende, juzga y decide. Pero hace todo esto con una finalidad específica: entender. - La intelección lo que busca no es entender los objetos que pertenecen a la sistematización de la segunda fase, sino entender los textos que pertenecen a la primera fase de la teología; es decir entender la teología, no en cuanto se dirige al presente, sino en cuanto escucha el pasado. - La crítica textual se fija en lo que el autor escribió. Los textos se deben entender en la historia. - El lector está invitado a un encuentro personal en sus divergencias, con las personas del pasado. - La intelección de los textos es importante para la dialéctica, que invita y reta al teólogo a una conversión, pero también es muy importante para la explicitación de los fundamentos, que objetivizan la conversión. - Se pide que el exegeta exprese el sentido de un texto, utilizando una metodología completa, no parcial. - Hay tareas teológicas distintas que se realizan de manera completamente diferentes. Esas tareas deben ayudar a una intelección del texto antes de llegar a la especialización funcional de la comunicación y decirle a la gente la significación precisa que el texto tiene para sus vidas. - Dos procedimientos: Fundamental: descriptivo, de las fuentes. Suplementario: complementario, explicativo. - Ejercitarse: usando una multiplicidad de fuentes, llegar a conclusiones ciertas y comunes. 56 2. DIVERSOS MÉTODOS TEOLÓGICOS EN LA HISTORIA DE LA TEOLOGÍA Introducción: Los métodos teológicos se integran siempre dentro de dos grandes funciones básicas en la teología, son dos movimientos que hace la teología en su esfuerzo por comprender la fe: Función positiva: auditus fidei Función especulativa: intellectus fidei Coordinados entre sí y mutuamente necesarios. Sin uno de ellos la teología no existiría. Fides et Ratio confirma la centralidad de estas dos funciones, diciendo: «La teología se organiza como ciencia de la fe a la luz de un doble principio metodológico: el auditus fidei y el intellectus fidei» (n. 65). a) Función positiva: auditus fidei = escucha de la fe - Asume los contenidos de la Revelación tal y como han sido explicados progresivamente en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio. - Se busca conocer con la precisión la fe misma: según y como ha sido revelada por Dios y conservada, transmitida y enseñada auténticamente por la Iglesia. - Abordando histórica y sistemáticamente textos: escriturísticos (exegesis bíblica), documentos de la Tradición (Patrística, liturgia, historia de la Iglesia, fe popular), documentos del Magisterio. - Dos grandes métodos propios de la teología positiva: Regresivo: s. XIX - Parte del presente, de lo que enseña el Magisterio; - Retrocede en la historia; - Fin: justificar la doctrina actual a la luz de la SE y la T; - Apoyo de la apologética: demuestra continuidad. Genético: del CV II hasta hoy - Parte de la Revelación; - Desarrollo ascendente a lo largo de la historia; - Más común; - Fin: reconstruir la historia para comprender el sentido original dentro de su contexto histórico y cultural. b) Función especulativa: intellectus fidei = inteligencia de la fe - En respuesta a las exigencias propias del pensamiento, usa la reflexión especulativa. - Una vez conocido, se procede a comprender los datos de la Revelación, organizarlos, relacionarlos y sistematizarlos en una visión global de fe. - Esto es posible ya que la Verdad divina goza de una inteligibilidad propia con coherencia lógica. 57 - Tareas básicas de la teología especulativa: Comprender: definir, argumentar, explicar, realizar analogía; el Magisterio que muestre el significado de la Revelación para el individuo y la humanidad. Sistematizar – organizar: orden establecido por la Historia de la salvación; esquemas de tipo filosóficos. Juzgar – sintetizar: no una opinión, seguir el criterio del Magisterio; por la cantidad de datos es muy difícil; pero se debe tratar de sintetizar no sólo datos sino sistemas. c) Relación de ambas: - Riesgos del péndulo: Sólo teología positiva: reducir la Revelación a un texto y/o reducción a un método científico. Sólo teología especulativa: reduce la Revelación a una filosofía o simple especulación filosófica. - La teología especulativa tiene necesidad de la teología positiva para que le dé los datos, sino le faltaría base. Tiende al método deductivo – sintético. - La teología positiva tiene necesidad de la teología especulativa pues de poco sirve tener muchos datos valiosos si no fuera posible profundizar en lo creído. Tiende al método inductivo – analítico. d) En la historia de la teología: - El Cristianismo ante el Judaísmo: - La Patrística: Ej.: San Agutín: credo ut intelligam (teología), intellego ut credam (filosofía) Monasterios: lectio, oratio, meditatio, contemplatio, operatio. - La Escolástica: Universidades: lectio, questiones, disputatio. - Teología post-tridentina: Método: Enunciar una tesis dogmática Opiniones: Pruebas positivas: de la SE, los Padres, los Concilios, las propuestas teológicas Resolver dificultades Conclusiones para la vida espiritual Surgimiento de las Enciclopedias… - La Manualística: s. XIX – hasta la primera mitas del s. XX 58 Características: Dar una respuesta a las corrientes racionalistas. Finalidad apologética. Se tiende a yuxtaponer los datos de la fe a las exigencias de la fe racional Eleva la autoridad del Magisterio al primer puesto, en la escala de las diversas autoridades. Definiciones dogmáticas - Apologética 3. Formulaciones y avances en la teología del siglo XX (S. Pié-Ninot, La Teología Fundamental, Salamanca: Secretariado Trinitario, 20025, pp. 119- 157) - Las razones del corazón: B. Pascal - Método inmanencia: M. Blondel - Antropología trascendental: K. Rahner - La fenomenología del amor: H.U. von Balthasar - El método de correlación: Paul Tillich - La inteligencia de la religación del hombre: Xavier Zubiri - De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios: Juan Alfaro - La articulación práctica y crítica: J.B. Metz - Teología de la liberación: G. Gutiérrez, L. Boff 59