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PASOS PARA VIVIR EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA 1. Reconocer la misericordia que el Padre Dios nos tiene y que se ha manifestado en su Hijo: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su único Hijo… Leer y meditar la Palabra de Dios Hacer oración Estudiar el tema en Catecismo de la Iglesia y otros documentos de la Iglesia 2. Expresar el deseos de cambiar (Conversión) Hacer un sincero examen de conciencia Reconocer con humildad y arrepentimiento las faltas: contra Dios, contra el próximo, contra mí mismo y contra la creación Propósito de cambiar aquello que no está bien. Confesión sacramental. Reparar las faltas haciendo obras de misericordia. Solicitar la gracia de la indulgencia para mí o algún difunto. 3. Realizar los actos para ganar la indulgencia: Hacer una peregrinación a una Iglesia Jubilar Confesión Sacramental Visita al Santísimo Sacramento y Comunión Sacramental Hacer actos de penitencia (Ayuno, limosna, oración) Orar por la intenciones del Santo Padre Realizar obras de misericordia para expresar la alegría del perdón. LAS OBRAS DE MISERICORDIA IGLESIAS JUBILARES CORPORALES En la Diócesis de Valparaíso, las Iglesias Jubilares, es decir, aquellos templos en que se podrá ganar la Indulgencia del Jubileo de la Misericordia son: 1. Dar de comer al hambriento 2. Dar de beber al sediento 3. Dar posada al necesitado 4. Vestir al desnudo 5. Visitar al enfermo 6. Socorrer a los presos 7. Enterrar a los muertos ESPIRITUALES 1. Enseñar al que no sabe 2. Dar buen consejo al que lo necesita 3. Corregir al que está en error 4. Perdonar las injurias 5. Consolar al triste 6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás 7. Rogar a Dios por vivos y difunto ¿Qué hacer en una Iglesia Jubilar? Al entrar y persignarme con el agua bendita, recordar el inicio de mi vida cristiana. Al detenerme ante el confesonario dar gracia porque Jesús me ha dejado un remedio para reparar mis faltas y fortalecer mis debilidades. Al detenerme ante la Cruz contemplar el gran amos que Dios me ha manifestado Al contemplar las imágenes de los santos reconocer en ellos un modelo de vida cristiana: han amado a Dios y al próximo Al visitar el Santísimo Sacramento tomar conciencia de que Cristo se ha quedado para acompañarme en mi peregrinar por este mundo Pedir la gracia de la indulgencia y orar por las intenciones del Santo Padre y de la Iglesia. Catedral (Parroquia "Espíritu Santo") Parroquia La Matriz Parroquia San Juan Bosco (Av. Argentina) Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes de Los Placeres Parroquia Ntra. Señora de la Purificación (Algarrobo) Santuario de Ntra. Sra. de Lo Vásquez Parroquia Ntra. Señora de los Dolores ("Parroquia de Viña") Parroquia Virgen del Carmen (Av. Libertad) Parroquia Santa María de los Ángeles ("Parroquia de Reñaca") Parroquia Ntra. Sra. de las Mercedes ("Parroquia de Concón") Parroquia Ntra. Señora del Rosario (Quilpué) Parroquia San Felipe Neri (Villa Alemana) Parroquia Ntra. Sra. de las 40 Horas (Limache) Parroquia San Martín de Tours (Quillota) Parroquia San José (La Calera) Parroquia "La Santa Cruz de Rapa Nui", Isla de Pascua Capilla "San Juan Bautista", Isla Robinson Crusoe, Archipiélago de Juan Fernández (pertenece a la Parroquia "Espíritu Santo") ¿QUÉ SON LAS INDULGENCIAS? La palabra indulgencia significa bondad o favor. En el lenguaje teológico se emplea para significar la bondad o el favor de Dios. Pero en sentido estricto del término "indulgencia" es la remisión extra-sacramental de la pena temporal debida -según la justicia de Dios- por el pecado que ha sido ya perdonado, remisión que es otorgada por la Iglesia por el poder de las Llaves, mediante la aplicación de los méritos sobreabundantes de Cristo y de los santos. Una indulgencia, por lo tanto, no es un permiso para pecar, ni un perdón para pecados futuros. No es tampoco el perdón de la culpa del pecado, y supone que el pecado ha sido ya perdonado con anterioridad en el Sacramento de la Reconciliación. Al contrario, significa una satisfacción más completa de la deuda que el pecador tiene ante Dios. Para lucrar las indulgencias, tanto plenarias como parciales, es preciso que, al menos antes de cumplir las últimas exigencias de la obra indulgenciada, el fiel se halle en estado de gracia. La indulgencia plenaria sólo se puede obtener una vez al día. Pero, para conseguirla, además del estado de gracia, es necesario que el fiel - tenga la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial; - se confiese sacramentalmeпte de sus pecados; - reciba la sagrada Eucaristía (ciertamente, es mejor recibirla participando en la santa misa, pero para la indulgencia sólo es necesaria la sagrada Comunión); - ore según las intenciones del Romano Pontífice. Las indulgencias siempre son aplicables o a sí mismos o a las almas de los difuntos, pero no son aplicables a otras personas vivas en la tierra. ASPECTOS PROPIOS DEL AÑO JUBILAR Obras de piedad o religión hacer una peregrinación piadosa a un santuario o lugar jubilar participando en la santa misa o en otra celebración litúrgica (Laudes o Vísperas) o en un ejercicio de piedad (vía crucis, rosario, rezo del himno «Akáthistos», etc.), hacer una visita piadosa, en grupo o individualmente, a uno de esos lugares jubilares, participando en la adoración eucarística y en meditaciones piadosas, concluyéndolas con el «Padrenuestro », el « Credo » y una invocación a la Virgen María. Obras de misericordia o caridad: visitar, durante un tiempo conveniente, a hermanos necesitados o que atraviesan dificultades (enfermos, detenidos, ancianos solos, discapacitados, etc.), como realizando una peregrinación hacia Cristo presente en ellos; apoyar con un donativo significativo obras de carácter religioso o social (en favor de la infancia abandonada, de la juventud en dificultad, de los ancianos necesitados, de los extranjeros que, en los diversos países, buscan mejores condiciones de vida); dedicar una parte conveniente del propio tiempo libre a actividades útiles para la comunidad u otras formas similares de sacrificio personal. Obras de penitencia. Al menos durante un día abstenerse de consumos superfluos (fumar, bebidas alcohólicas, etc.); ayunar; hacer abstinencia de carne (u otros alimentos, según las indicaciones de los Episcopados), entregando una suma proporcional a los pobres. ORACIÓN DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. ¡Dad gracia al Señor porque es bueno! ¡Porque es eterna su Misericordia! ¿QUÉ ES UN AÑO SANTO O AÑO JUBILAR? En la tradición católica, el Jubileo es un gran acontecimiento religioso. Es el año de la remisión de los pecados y de sus penas. Es el año de la reconciliación, de la conversión y de la penitencia sacramental. Es el año de la solidaridad, de la esperanza, de la justicia, del empeño por servir a Dios en el gozo y la paz con los hermanos. El Año Jubilar es ante todo el Año de Cristo, portador de la vida y de la misericordia y de gracia a la humanidad.