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Campbell et al., Revista de la Sociedad Internacional de Nutrición para el Deporte, 2013, 10:1
http://www.jissn.com/content/10/1/1
Revisión Journal of the International Society of Sport Nutrition 2013, 10:1
Postura de la Sociedad Internacional de Nutrición para el Deporte:
bebidas energéticas.
Bill Campbell1†, Colin Wilborn2†, Paul La Bounty3, Lem Taylor2†, Mike T Nelson4, Mike Greenwood5†, Tim N. Ziegenfuss6, Hector L.
Lopez6, Jay R. Hoffman7, Jeffrey R. Stout7, Stephen Schmitz8†, Rick Collins9†, Doug S. Kalman10, Jose Antonio11† y Richard B. Kreider5*
Resumen
Declaración de postura: La Sociedad Internacional de la Nutrición para el deporte (ISSN) basa la siguiente postura en
un análisis crítico de la literatura sobre la seguridad y eficacia del consumo de bebidas energéticas (BE) o ampolletas
energéticas (AE). La ISSN ha concluido lo siguiente: 1) Aunque las BE y AE contienen diversos nutrientes que
supuestamente influyen en el rendimiento físico y(o) mental, los principales nutrientes ergogénicos presentes en la
mayoría de las BE y AE parecen ser carbohidratos y(o) cafeína. 2) El valor ergogénico de la cafeína sobre el rendimiento
físico y mental se ha demostrado con buenas bases, pero quedan por determinar los posibles efectos aditivos de otros
nutrientes contenidos por las BE y AE. 3) Consumir BE de 10 a 60 min antes del ejercicio puede mejorar la
concentración, la vivacidad mental, el rendimiento anaeróbico y(o) la resistencia. 4) Muchas BE y AE contienen
numerosos ingredientes; estos productos en particular ameritan más estudios para demostrar su seguridad y posibles
efectos sobre el rendimiento físico y mental. 5) Existen pruebas limitadas de que el consumo de BE con bajo contenido
calórico durante el entrenamiento y(o) pruebas de pérdida de peso, puede proporcionar un beneficio ergogénico y(o)
fomentar una pequeña pérdida adicional de grasa. Sin embargo, la ingestión de BE con mayor contenido calórico puede
fomentar la acumulación de peso si no se considera cuidadosamente la ingesta de energía derivada del consumo de BE
como parte de la ingesta diaria total de energía. 6) Los atletas deben considerar los efectos de la ingestión de
carbohidratos con elevada carga glucémica sobre la salud metabólica, la glucosa en sangre y los niveles de insulina, así
como los efectos de la cafeína y otros estimulantes sobre las habilidades motoras. 7) Los niños y adolescentes sólo
deberían consumir BE o AE con la autorización de sus padres, no sin antes considerar la cantidad de carbohidratos,
cafeína y otros nutrientes presentes en las BE y AE, y entender bien cuáles son los posibles efectos colaterales. 8) El uso
indiscriminado de BE y AE, especialmente si se consume más de una porción por día, puede causar incidentes adversos y
efectos secundarios dañinos. 9) Los diabéticos y las personas con enfermedades cardiovasculares, metabólicas, hepáticorenales y neurológicas pre-existentes que estén tomando medicamentos y puedan ser afectados por alimentos con
elevada carga glucémica, cafeína y(u) otros estimulantes, deben evitar el uso de las BE y(o) AE, a menos que reciban la
aprobación de su médico.
Introducción
Según los estudios publicados, las bebidas energéticas (BE) son el suplemento alimenticio más popular —además de los
suplementos multivitamínicos— entre la población adolescente y de adultos jóvenes de Estados Unidos [1-3]. Las bebidas
energéticas también son el suplemento alimenticio más popular entre los atletas británicos [4]. Últimamente se ha
supuesto que las ampolletas energéticas (AE) poseen un valor ergogénico sobre la concentración y(o) rendimiento mental
[5]. Es importante hacer una distinción entre bebidas o ampolletas energéticas y bebidas para deportistas (o isotónicas).
Las bebidas para deportistas son una categoría única dentro de la industria de las bebidas, comercializada con la función
principal de fomentar la hidratación, reemplazar electrolitos y alargar la resistencia. Por lo general aportan una pequeña
cantidad de carbohidratos (6-8 g/100 ml) y electrolitos (sodio, potasio, calcio, magnesio). Por otro lado, las bebidas
energéticas suelen contener mayores cantidades de carbohidratos junto con nutrientes que supuestamente mejoran la
percepción de la capacidad de atención y(o) vivacidad mental. También se anuncia comercialmente que las bebidas
energéticas con bajo contenido de calorías mejoran el rendimiento, aceleran el metabolismo de la energía y aumentan la
vivacidad mental. Las ampolletas energéticas suelen ser porciones de 2-4 oz (59-118 ml) de fluido concentrado de varias
supuestas sustancias ergogénicas. Debido a que las bebidas y ampolletas energéticas contienen carbohidratos, cafeína
y(o) nutrientes que pueden influir en la atención y la concentración mental, también tienen el potencial de afectar la
capacidad física y la percepción del nivel de energía. El propósito de esta postura es evaluar la literatura científica y
Colaboradores imparciales.
Exercise and Sport Nutrition Lab, Department of Health and Kinesiology, Texas A&M University, College Station, Texas, TX 778434243, USA. [Laboratorio de Nutrición para el Ejercicio y el Deporte, Departamento de Salud y Kinesiología, Universidad A&M de Texas,
Estación Universitaria, Texas, TX 77843-4243, Estados Unidos]
* Enviar correspondencia a: rkreider@hlkn.tamu.edu
†
5
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emitir recomendaciones respecto al papel que pueden tener las bebidas y(o) ampolletas energéticas sobre el rendimiento
físico y el gasto de energía (metabolismo). Además, discutiremos cuestiones de seguridad respecto al uso de las mismas.
Métodos
Este análisis es una revisión sistemática de la literatura acerca de los efectos de las «bebidas energéticas» sobre el
ejercicio y el rendimiento cognitivo, así como de los principales ingredientes de las BE más populares. Se llevó a cabo una
búsqueda exhaustiva en la base de datos Medline de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de
Salud de Estados Unidos. La estrategia de búsqueda consistió en introducir la frase «bebidas energéticas» y nombres
comerciales de las mismas y(o) de bebidas con cafeína, así como una búsqueda de los principales nutrientes contenidos
por bebidas energéticas populares (por ejemplo, cafeína, carbohidratos, taurina, glucuronolactona, guaraná, yerba mate,
etc.). Es importante señalar que desde el punto de vista de las leyes norteamericanas, varias de estas BE se
comercializan como suplementos alimenticios, no como bebidas, y que la etiqueta indica en qué categoría de la
Administración de Alimentos y Medicamentos entra el producto. Cada categoría tiene su propio conjunto de leyes y
reglamentos. Por ejemplo, dependiendo de la categoría, las etiquetas deben incluir información sobre el complemento
(suplementos alimenticios) o información nutricional (bebidas). En la reunión anual de la Sociedad Internacional de la
Nutrición para el Deporte (ISSN, por sus siglas en inglés) se presentó un documento que resume la literatura
relacionada con las bebidas energéticas. A partir de ese momento se organizó un equipo para escribir la postura
presentada en este documento. Posteriormente la postura fue revisada por todos los autores y por el Comité de
Investigación de la Sociedad Internacional de la Nutrición para el Deporte (ISSN). La versión final de este documento se
adoptó como postura oficial de la ISSN.
Consideraciones ergogénicas y sobre el rendimiento
La ingestión de nutrientes antes, durante y(o) después del ejercicio puede influir en el rendimiento físico y(o) las
adaptaciones producidas por el entrenamiento [6]. Las BE suelen contener agua, carbohidratos (por ejemplo, glucosa,
maltodextrina), vitaminas, minerales y «mezclas patentadas» de diversos nutrientes que supuestamente incrementan la
energía, la atención, el metabolismo y(o) el rendimiento (por ejemplo, cafeína, taurina, aminoácidos, glucuronolactona,
guaraná, Ginkgo biloba, carnitina, Panax ginseng, té verde, yerba mate, etc.). Por lo tanto, la ingestión de bebidas o
ampolletas energéticas antes, durante y(o) después del ejercicio podría tener algún valor ergogénico. Las tablas 1 y 2
presentan una lista de ingredientes presentes en varias BE y AE comercializadas en Estados Unidos. La siguiente
sección presenta una visión general del posible valor ergogénico de algunos de los nutrientes más encontrados en bebidas
y ampolletas energéticas.
Cafeína
La cafeína es el ingrediente más común de las bebidas energéticas. Se extrae del fruto crudo de más de sesenta especies
de plantas de café (coffea Arabica), todas pertenecientes a la familia de la metilxantina. También se extrae del té, las
nueces de cola y el cacao. La cafeína se absorbe rápidamente y puede observarse un incremento de las concentraciones de
la misma en sangre entre 30 y 60 min después de su ingestión [7]. La diferencia en el tiempo de absorción depende de las
propiedades físico-químicas de la dosis de la fórmula [8]. La cafeína es un potente estimulante cardiovascular que
incrementa la producción de epinefrina, más cuando se ingiere en estado anhidro que con una cantidad igual de café de
grano o instantáneo sin descafeinar [9,10]. Además, la vida media de la cafeína va de 2-10 h aproximadamente, y de 0.53.5% de su contenido se excreta sin cambios a través de la orina, mientras que las cantidades seleccionadas se eliminan
por vía de la transpiración [11]. En una reciente postura de la Revista de la Sociedad Internacional de la Nutrición para
el Deporte [7] se compendian así los efectos de la cafeína sobre el rendimiento físico:
1. La cafeína es eficaz para mejorar el rendimiento deportivo de atletas entrenados si se consume en dosis pequeñas
a moderadas (~3-6 mg/kgmc-1) y en general no mejora el rendimiento si se consume en dosis más altas (> 9
mg/kgmc-1).
2. La cafeína ejerce mayor efecto ergogénico si se consume en estado anhidro que en café.
3. Se ha visto que la cafeína puede mejorar la vivacidad mental durante períodos prolongados de ejercicio exhaustivo
o de privación del sueño.
4. La cafeína es ergogénica cuando se realiza ejercicio sostenido a máxima capacidad, y se ha visto que es muy eficaz
en pruebas contra reloj.
5. La cafeína como complemento es benéfica para quien hace ejercicio intenso, incluidos los deportes en equipo, como
fútbol soccer y rugby, caracterizados por actividad intermitente durante períodos prolongados.
6. La literatura es dudosa en lo que respecta a los efectos de la cafeína en los ejercicios de fuerza, por lo que se
justifica realizar más investigación en esa área.
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7. La literatura científica no respalda la teoría de la diuresis inducida por la cafeína durante el ejercicio, ni ningún
cambio dañino en el balance de fluidos que pudiera afectar negativamente el desempeño.
Tabla 1 - Lista de ingredientes descritos en las etiquetas de algunas bebidas energéticas
(Tabla)
Tabla 2 - Lista de ingredientes descritos en las etiquetas de algunas ampolletas energéticas
(Tabla)
Como se demuestra más adelante, en varios estudios se han obtenido mejoras significativas tanto en ejercicios aeróbicos
como de resistencia con una dosis aproximada de 2 mg/kgmc-1 de cafeína. Esta cantidad es menor a la recomendada (3-6
mg/kgmc-1) para mejorar el rendimiento [7], y puede contribuir a la hipótesis de que los efectos sinérgicos de los diversos
ingredientes de las BE y AE son responsables las mejoras obtenidas en el rendimiento físico.
Carbohidratos
Otro ingrediente común en la mayoría de las bebidas energéticas es algún tipo de fuente de carbohidratos (por ejemplo,
glucosa, sacarosa, maltodextrina, etc.). Las bebidas energéticas también suelen contener glucuronolactona, un
ingrediente que participa en la síntesis del ácido ascórbico y que se metaboliza en xilulosa [12]. La evidencia proveniente
de varios estudios indica que la alimentación con carbohidratos durante períodos de ejercicio de 45 min o más puede
mejorar el rendimiento y la capacidad de resistencia [13,14]. Entre los mecanismos por los cuales la ingestión de
carbohidratos antes y durante el ejercicio mejora la resistencia, se incluye el mantener los niveles de glucosa en sangre,
sostener niveles elevados de oxidación de carbohidratos y economizar el uso de glucógeno del hígado y, posiblemente, del
músculo esquelético [15]. Las tasas más altas de oxidación de carbohidratos suelen andar alrededor de 1 g de
carbohidratos por minuto, o 60 g/h-1. La glucosa, la sacarosa, las maltodextrinas y la amilopectina se oxidan
rápidamente, mientras que la fructuosa, la galactosa y la amilosa se oxidan a tasas más bajas (aproximadamente de 25 a
50% más bajas) [16]. En consecuencia, las bebidas isotónicas suelen contener una mezcla de varios tipos de carbohidratos
diseñada para optimizar la oxidación de carbohidratos exógenos [17].
Las BE contienen aproximadamente entre 25 y 30 g de carbohidratos por cada porción de 240 ml. Esta cantidad casi
alcanza el nivel mínimo de 30 g/h recomendado para ejercicios de resistencia, pero no alcanza el nivel máximo de
60 g/h-1. Para poder alcanzar el nivel máximo durante una sesión de ejercicios de resistencia, tendrían que consumirse
aproximadamente 530 ml/h de una bebida energética típica. El contenido total de carbohidratos de una bebida energética
es bastante alto, y existe un problema respecto a la concentración de las bebidas energéticas disponibles en el mercado.
El Colegio Norteamericano de Medicina del Deporte [18] y la ISSN [6,17] recomiendan ingerir carbohidratos en una
solución de 6-8% (6-8 g por cada 100 ml de líquido) durante sesiones de ejercicios de resistencia. Una BE típica provee
carbohidratos en concentraciones mayores, típicamente en soluciones de 11-12%. Se ha informado que la ingestión de
porcentajes mayores (>10%) de carbohidratos en líquidos retrasan el vaciamiento gástrico y aumentan el malestar
gastrointestinal [19,20]. Por consiguiente, los atletas que deseen utilizar bebidas energéticas en lugar de bebidas
deportivas deberían diluirlas o alternarlas con el consumo de agua durante el ejercicio.
Otros nutrientes
Las tablas 3, 4 y 5 presentan una lista de nutrientes adicionales que suelen encontrarse en las BE o AE, la mayoría de
las cuales también contienen una pequeña cantidad de vitaminas (por ejemplo, tiamina, riboflavina, niacina, vitamina
B6, vitamina B12, ácido pantoténico, vitamina C) y electrolitos (por ejemplo, sodio, potasio, fósforo, etc.). Aunque la
adición de estos nutrientes puede incrementar la densidad nutricional de estos productos, hay pocas pruebas de que la
ingestión de dichas vitaminas y minerales en las cantidades encontradas en bebidas y ampolletas energéticas produzcan
algún beneficio ergogénico en sujetos bien nutridos al hacer ejercicio [17,18]. Además, las BE y AE suelen contener
nutrientes que supuestamente fomentan la cognición y la concentración mental (por ejemplo: taurina, Ginkgo biloba,
L-tirosina, citocolina, 5-hidroxitriptófano [5-HTP], hierba de San Juan, etc.), estimulantes (por ejemplo: cafeína,
guaraná, té verde, sinefrina, yerba mate, yohimbina, tiramina, vinpocetina, etc.) y(o) varios supuestos nutrientes
ergogénicos (por ejemplo, Panax ginseng, L-carnitina, D-ribosa, β-alanina, inositol, citrulina, quercetina, etc.). Aunque
hay datos que respaldan el posible valor ergogénico de algunos de estos nutrientes sobre la función cognitiva y(o) la
capacidad física [17,18], las cantidades encontradas en las bebidas y ampolletas energéticas por lo general son mucho
menores que las concentraciones típicas relacionadas con un efecto ergogénico. En consecuencia, es poco claro si el hecho
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de agregar estos nutrientes a las BE y(o) AE produce un efecto sinérgico que se sume al de los carbohidratos y la cafeína
encontrados en dichos productos. Además, agregar esos nutrientes a la cafeína encontrada en bebidas y(o) ampolletas
energéticas podría cambiar el perfil de efectos adversos de dichos productos terminados, justificando la realización de
más estudios.
Rendimiento físico
Se han hecho varios estudios para investigar los efectos del consumo de bebidas energéticas antes del ejercicio. Entre los
tipos de actividad física evaluados se incluyen el ejercicio de resistencia [167,168], el ejercicio anaeróbico [169] y el
ejercicio aeróbico y(o) de resistencia [62,170-172].
Ingestión previa a la realización de ejercicio anaeróbico
Recientemente se han realizado muchos de estudios sobre los efectos de la ingestión de bebidas energéticas en el
rendimiento anaeróbico. En un estudio cruzado (con siete días de separación), Forbes y colegas [168] dieron a quince
estudiantes universitarios físicamente activos una bebida energética comercial estandarizada con 2 mg/kgmc-1 de cafeína
o un placebo isoenergético, isovolumétrico, sin cafeína, 60 min antes del ejercicio. La actividad consistía en tres series de
prensas de banco de una repetición con peso máximo (1RM) realizadas hasta el cansancio en cada serie con un minuto de
descanso entre cada una. Después del ejercicio de resistencia se realizaron también tres pruebas Wingate de capacidad
anaeróbica con duración de 30 s, y 2 min de descanso entre una y otra.
Tabla 3 – Posibles nutrientes ergogénicos que pueden influir en la cognición y(o) el rendimiento mental y que están
presentes en bebidas energéticas
(Tabla)
Las bebidas energéticas aumentaron significativamente el total de repeticiones de prensa de banco sobre tres series
(aproximadamente 6% más repeticiones terminadas), pero no tuvieron efecto sobre el pico Wingate ni sobre la potencia
promedio.
En un estudio diseñado de forma similar, dar una bebida energética comercial (un promedio de 2.1 mg de cafeína por
kilogramo de masa corporal) a participantes masculinos y femeninos físicamente activos 45 min antes del ejercicio dio
por resultado un aumento significativo del volumen de levantamiento con las piernas (12% comparado con el resultado
de quienes recibieron un placebo de carbohidratos), pero no tuvo ningún efecto en el volumen total de levantamientos de
prensa de banco [167] ni en sprints cíclicos múltiples tipo Wingate de 20 s [173]. Hoffman y colegas [169] dieron a atletas
de fuerza o potencia una bebida energética con 1.8 mg/kgmc-1 de cafeína o una bebida placebo con sabor y apariencia
similares pero con un contenido de sustancias inertes solamente. Después de la ingestión de la bebida energética se
llevaron a cabo tres pruebas Wingate con duración de 20 s, separadas por unos 15 min. Los resultados revelaron que no
hubo diferencias significativas entre las pruebas en ninguna medición de la potencia anaeróbica. En una publicación
reciente, doce participantes sanos sin entrenamiento en ejercicios de resistencia ingirieron una bebida energética
comercial estandarizada en 1 o 3 mg/kgmc-1 de cafeína, o una bebida placebo (sin contenido de cafeína), y se siguió un
diseño de mediciones aleatorias repetidas [65]. Sesenta minutos después haber ingerido la bebida, cada participante hizo
una prueba de potencia de carga de una repetición máxima (1RM) a entre 10 y 100% con prensas de banco y medias
sentadillas.
Tabla 4 - Estimulantes que pueden influir en la capacidad física y que están presentes en las bebidas energéticas
(Tabla)
Tabla 5 - Otros nutrientes ergogénicos que pueden afectar el rendimiento y que están presentes en las bebidas
energéticas
(Tabla)
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La ingestión de la bebida energética con 1 mg/kgmc-1 de cafeína no fue suficiente para elevar la potencia durante las
pruebas de potencia de carga. Sin embargo, la ingestión de una bebida energética con 3 mg/kgmc-1 de cafeína incrementó
la potencia máxima en 7%, tanto en las medias sentadillas como en las prensas de banco, en comparación con la
ingestión de un placebo [65]. Un estudio reciente llevado a cabo por González y colegas [174] indicó que una matriz
energética consistente en cafeína, taurina y glucuronolactona, consumida 10 min antes de una sesión de ejercicio, dio por
resultado un mejoramiento de 11.9% (p < 0.05) en el número de repeticiones realizadas en cuatro series del ejercicio de
sentadillas o prensa de banco al 80% de la 1-RM del sujeto. Además, la producción media de potencia durante la sesión
fue significativamente más alta en los sujetos que consumieron la bebida energética, en comparación con quienes
consumieron el placebo.
Además de los efectos de la ingestión de bebidas energéticas en ejercicios de resistencia y de alta intensidad anaeróbica,
también se han investigado sus efectos en cuanto a velocidad y agilidad. Jugadoras universitarias de fútbol soccer
ingirieron una bebida energética con un contenido de 1.3 mg/kgmc-1 de cafeína y 1 g de taurina, o un placebo sin cafeína
ni taurina, 60 min antes de realizar pruebas repetidas de agilidad tipo t [175]. No se encontró ninguna diferencia en las
pruebas de agilidad tipo t entre quienes tomaron la bebida energética y quienes tomaron el placebo. Específicamente, la
mayor diferencia entre ambos grupos se presentó durante la tercera serie de ocho pruebas de agilidad tipo t, llegando
apenas a 1.15%. Es poco probable que el contenido de carbohidratos de la bebida energética sea el único responsable del
mejoramiento del desempeño en el ejercicio de resistencia. En apoyo a esta opinión, la mayoría de los estudios donde se
ingirieron carbohidratos como complemento antes de una rutina de entrenamiento de resistencia no produjeron
aumentos de la resistencia [176-178].
Conclusión
Las bebidas energéticas (con un contenido aproximado de 2 mg/kgmc-1 de cafeína) consumidas de 45-60 min antes de
realizar ejercicio anaeróbico o de resistencia, pueden mejorar el volumen total de levantamiento ejercido por las partes
inferior y superior del cuerpo, pero no tienen efectos en sprints repetidos, ni en la agilidad.
Ingestión previa a la realización de ejercicios de resistencia
En varios estudios se han investigado los efectos de la ingestión de BE antes de realizar ejercicio aeróbico
[62,170,172,179]. En uno de los más antiguos, Alford y colegas [172] investigaron los efectos de la ingestión de bebidas
energéticas sobre la resistencia aeróbica. Con un diseño cruzado de mediciones repetidas, se dio a participantes jóvenes y
sanos 250 ml de una BE comercial (con 80 mg de cafeína y 26 g de carbohidratos), una bebida carbonatada, o ninguna
bebida en absoluto, 30 min antes de realizar una prueba de resistencia. En un período de una semana se establecieron
los días de prueba para los diferentes tratamientos. Se analizó el rendimiento aeróbico y se registró la cantidad de
tiempo que podía continuarse el ejercicio sobre un cicloergómetro a 65-75% de la frecuencia cardíaca máxima. Con el
tratamiento de bebidas energéticas se produjeron mejoras significativas del rendimiento aeróbico. La duración del
esfuerzo aeróbico después de haber ingerido la BE, aumentó 8% y 14% en comparación con la ingestión de la bebida
carbonatada o de la no ingestión de bebidas, respectivamente.
En uno de sólo dos estudios existentes acerca de los efectos de la ingestión de una bebida energética sin azúcar o sin
carbohidratos sobre el rendimiento, Candow y colegas [170] informaron no haber obtenido mejoras en una carrera de alta
intensidad hasta el agotamiento, realizada a 80% del VO2max sobre una caminadora, por sujetos en edad universitaria
físicamente activos. La bebida energética sin azúcar contenía 2 mg/kgmc-1 de cafeína y se ingirió una hora antes de la
prueba [170]. En contraste, Walsh y colegas [179] informaron haber obtenido mejoras significativas en una carrera hasta
el agotamiento sobre caminadora después de la ingestión de una BE sin carbohidratos. En dicho estudio cruzado y
aleatorio, quince participantes que solían hacer ejercicio por recreación ingirieron una BE 10 min antes de realizar una
carrera hasta el agotamiento sobre una caminadora a 70% del VO2max [179]. La BE utilizada en este estudio no contenía
ningún carbohidrato, y a diferencia de otras bebidas energéticas, contenía casi ocho gramos de los aminoácidos L-leucina,
L-isoleucina, L-valina, L-arginina y L-glutamina. Desafortunadamente, en el estudio publicado no se reveló la cantidad
precisa de cafeína contenida por la BE, sólo se hace referencia a una «mezcla patentada» de cafeína, taurina y
glucuronolactona. El placebo utilizado como comparación era agua endulzada con un color y volumen similares. Se
informó que cuando consumieron la BE, los participantes fueron capaces de correr 12.5% más tiempo que cuando
tomaron el placebo [179].
Los dos protocolos más comunes utilizados para evaluar el rendimiento aeróbico son el tiempo hasta el agotamiento a
una intensidad de ejercicio dada (por ejemplo, ejercicio hasta el agotamiento a 70% de la captación máxima de oxígeno) y
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el rendimiento en pruebas contra reloj para una distancia dada (por ejemplo, prueba contra reloj de 40 km). Estas
últimas tienen mayor validez que las de tiempo hasta el agotamiento porque implican una buena simulación fisiológica
del rendimiento real y se correlacionan con el rendimiento en situaciones reales [180,181]. Ivy y colegas [62] fueron el
primer grupo de investigadores en utilizar un componente de prueba contra reloj en conjunción con el consumo de
bebidas energéticas. En dicha investigación, hombres y mujeres ciclistas entrenados realizaron dos pruebas de diseño
cruzado y mediciones repetidas con una separación de una semana. Después de un ayuno de 12 h, los ciclistas ingirieron
una bebida energética disponible en el mercado con un contenido aproximado de 2.3 mg/kgmc-1 de cafeína, o un placebo
de agua endulzada, colorante y saborizante artificial, 45 min antes del ejercicio. El rendimiento se midió como el tiempo
necesario para terminar una cantidad de trabajo estandarizada equivalente a una hora de andar en bicicleta a 70% de la
capacidad máxima. Los resultados revelaron una diferencia significativa entre los tratamientos con relación al
desempeño posterior a la ingestión de la bebida energética, con la cual se llevó a cabo la prueba ~4.7% más rápido que
con el placebo [62].
Conclusión
El consumo de la BE con 2 mg/kgmc-1 de cafeína, de 10 a 40 min antes de realizar ejercicio aeróbico, mejoró el
rendimiento al correr y al andar en bicicleta tanto en ciclistas como en participantes que hacían ejercicio por recreación.
En el estudio donde no se obtuvo una mejora del rendimiento aeróbico, la BE (con 2 mg/kgmc -1 de cafeína) se ingirió 60
min antes de la evaluación. A la luz de los otros resultados, 60 min entre la ingestión de BE con cafeína y la realización
de ejercicio pueden ser un período demasiado largo como para lograr un aumento del rendimiento aeróbico.
Humor, tiempo de reacción y vivacidad mental
El tiempo de reacción, la concentración, la vivacidad mental y la sensación subjetiva de energía o vitalidad son
importantes en muchas actividades competitivas como al golpear una bola de béisbol, contestar un saque en el tenis o
esquivar golpes y patadas en un torneo de artes marciales. Personas que compiten en ciertas pruebas atléticas buscan
estrategias para mejorar esos atributos. En años recientes, los científicos han investigado los efectos de la ingestión de
BE sobre estas (y otras) variables.
Seidl y colaboradores [31] llevaron a cabo un estudio utilizando tres ingredientes comunes (es decir, cafeína, taurina,
glucuronolactona) que suelen encontrarse en las BE, comparándolos con un grupo de control que ingirió un placebo. Por
la noche se evaluó a los participantes para ver si la ingestión de dichos nutrientes había afectado el humor y las
funciones motoras de los participantes fatigados. Es interesante saber que los investigadores descubrieron que al final
del experimento, el tiempo de reacción fue significativamente más largo en el grupo que ingirió el placebo, pero
permaneció sin cambios en el grupo que consumió los ingredientes de la bebida energética. De forma similar, las
puntuaciones de la vitalidad, la sensación de bienestar y la extroversión disminuyeron significativamente en el grupo del
placebo, pero no cambiaron en el grupo de la bebida energética [31].
Scholey y colegas [182] investigaron los efectos de una BE (cuyos principales ingredientes son cafeína, glucosa, ginseng y
Ginkgo biloba), o un placebo, sobre cinco aspectos del humor y el rendimiento cognitivo. Treinta minutos después de
haber consumido la BE, dos de las cinco variables (es decir, «memoria secundaria» y «velocidad de atención») mejoraron
significativamente en comparación con el placebo [182]. Otros investigadores también informaron que al combinar
cafeína con carbohidratos en una bebida carbonatada, el rendimiento y el humor mejoraban y(o) se mantenían durante la
realización de tareas agotadoras y cognitivamente exigentes, en comparación con la ingestión de un placebo [183].
También se ha visto que bebidas energéticas con contenido de cafeína y glucosa mejoran el potencial relacionado a
eventos (es decir, una medida de actividad cerebral en tiempo real obtenida mediante un electroencefalograma), que
puede traducirse en mejoras del tiempo de reacción [184].
Hoffman y colegas [169] informaron que cuando atletas masculinos de fuerza o potencia consumieron 120 ml de una
bebida energética comercial, o un placebo, el tiempo de reacción y la sensación subjetiva de energía y concentración
mejoraron significativamente en quienes consumieron la BE. Además, los investigadores también notaron una tendencia
estadística (p=0.06) hacia el aumento de vivacidad mental. En un estudio similar, Walsh y colegas [179] examinaron los
efectos de ingerir (10 min antes de hacer ejercicio) una «matriz energética» [(2.05 g de cafeína, taurina y
glucuronolactona), aminoácidos (7.9 g de L-leucina, L-isoleucina, L-valina, L-arginina y L-glutamina), citrato de
dicreatina (5 g) y β-alanina (2.5 g), mezclados en 500 ml de agua], o un placebo, sobre el rendimiento aeróbico y las
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mediciones subjetivas de concentración, energía y fatiga en hombres y mujeres físicamente activos a nivel recreativo. Los
resultados revelaron que los participantes que ingirieron la BE aumentaron en 12.5% (p=0.012) su tiempo hasta el
agotamiento al correr a 70% de su VO2max, dijeron tener mejor concentración (p=0.031), más energía (p=0.016) y menos
fatiga (p=0.005) antes de ejercitarse; y que su puntuación de concentración (p=0.026) y energía (p=0.004) aumentaron
tras 10 min de ejercicio [179]. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en los niveles de energía, fatiga y
concentración entre los grupos inmediatamente después del ejercicio [179].
Howard y colaboradores [185] evaluaron los efectos que la ingestión aguda de una BE con glucosa tiene sobre el control
del comportamiento. En este estudio, se pidió a ochenta participantes al azar que consumieran 1.8, 3.6 o 5.4 ml/kg de
una bebida energética, un placebo, o ninguna bebida, de manera contrapesada. Los participantes realizaron una tarea de
control de la conducta tras la cual dieron sus mediciones subjetivas de estimulación, sedación y fatiga mental antes de
ingerir las bebidas asignadas y 30 min después de ingerirlas. Los resultados revelaron que quienes consumieron la BE
presentaron una reducción de su tiempo de reacción en la tarea de control conductual, un incremento en la puntuación
subjetiva de la estimulación y una reducción de su medición de fatiga mental. Las mejoras más grandes en los tiempos
de reacción y las mediciones subjetivas se observaron con la dosis más baja, y las mejoras fueron disminuyendo conforme
se aumentaba la dosis. Estudios anteriores realizados por Alford y asociados [172] respaldan estos descubrimientos al
demostrar que individuos que ingirieron 250 ml de esa misma bebida energética habían mostrado mejor tiempo de
reacción, concentración, memoria y sentido subjetivo de vivacidad mental, en comparación con quienes ingirieron el
placebo. Smit y colaboradores [183] sugirieron que la cafeína podría ser, con muchas probabilidades, el principal
ingrediente que mejora el humor y el rendimiento durante la realización de tareas extenuantes y cognitivamente
exigentes, mientras que los carbohidratos juegan un papel de poca importancia. Sin embargo, la cafeína y los
carbohidratos pueden actuar de forma sinérgica [182]. Para apoyar esta opinión, un documento reciente de Pettit et al.
[186] indica que aunque la ingestión de una bebida energética antes de hacer ejercicio influyó en el metabolismo aeróbico
durante y después de hacer ciclismo, los ingredientes secundarios encontrados en la bebida energética no tuvieron
efectos aditivos.
Conclusión
Hasta la fecha, la mayoría de los estudios sobre BE han mostrado mejoras de humor, tiempo de reacción y(o) marcadores
de vivacidad mental, aunque aún no se entiende la importancia relativa de los diversos ingredientes. El principal valor
ergogénico parece deberse a la cafeína y(o) los carbohidratos contenidos por estas bebidas. Quienes deseen mejorar su
tiempo de reacción, vivacidad mental y(o) concentración pueden beneficiarse con el consumo de una BE antes de hacer
ejercicio.
Bebidas energéticas y su papel en el gasto de energía y la pérdida de peso
Como se muestra en la Tabla 4, las BE y otras bebidas comerciales diseñadas para acelerar el metabolismo suelen
contener diversos estimulantes (por ejemplo, cafeína, guaraná, té verde, sinefrina, yerba mate, yohimbina, tiramina,
vinocetina, etc.). Varias de estas bebidas bajas en calorías se han anunciado como «mezclas termogénicas» enfocadas a
acelerar el metabolismo. En teoría, la ingestión de una BE antes de hacer ejercicio puede aumentar el gasto de energía,
lo que con el tiempo podría ayudar a controlar y(o) fomentar la pérdida de peso. En apoyo a dicha teoría, algunos
estudios han mostrado que la ingestión de cafeína (por ejemplo, 200-500 mg) puede incrementar el gasto de energía de
forma aguda (1-24 horas) [187-193], el gasto de energía de forma crónica (28 días) [194], y elevar los niveles de ácidos
grasos libres y glicerol en el plasma sanguíneo [187,194,195]. Colectivamente, estos descubrimientos sugieren que las
propiedades estimulantes de la cafeína contenida por las BE pueden elevar el índice metabólico y el índice de lipólisis del
cuerpo. Sin embargo, en dichos estudios se utilizaron diferentes tipos de cafeína, estimulantes o café enriquecido con
vitaminas [189-193], un suplemento con una mezcla de cafeína y estimulantes [187-189,193] y varias BE termogénicas
bajas en calorías [190-194-197]. Además, la dosis de cafeína utilizada en algunas de estas bebidas anunciadas como
suplementos termogénicos suele ser más alta (por ejemplo, 200-500 mg) que las concentraciones encontradas en las BE y
AE comercializadas como estimulantes del rendimiento atlético o la vivacidad mental (es decir, 80-200 mg). Dicho esto,
algunos datos indican que la ingestión aguda de BE mejora el gasto de energía, el índice metabólico, la secreción de
catecolamina y(o) la lipólisis [187,198].
En términos de pérdida de peso, Roberts y colegas [194] informaron que el consumo, durante 28 días, de una BE baja en
calorías (336 ml/día) fomentó pequeñas (18.9 + 1.5 a 18.3 + 1.5 kg) pero estadísticamente significativas reducciones
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(p<0.05) de la masa grasa en comparación con los sujetos de control (18.1 + 1.3 a 18.4 + 1.2 kg). Del mismo modo, Stout y
asociados [199] evaluaron los efectos del consumo de una BE, o un placebo, 15 min antes de entrenar, hacer una
actividad a placer o no hacer nada, durante 10 semanas, sobre la composición corporal y la condición física. Los
resultados revelaron que quienes consumieron la BE experimentaron mayores cambios en la masa grasa (-6.6% vs. 0.35%, p<0.05), la capacidad aeróbica máxima (+13.8% vs. 5.4%, p<0.01) y el tiempo hasta el agotamiento sobre una
caminadora (+19.7% vs. 14.0%, p<0.01). Estos resultados sugieren que el consumo de una BE durante el entrenamiento
y(o) sesión de ejercicio para la pérdida de peso puede producir algunos beneficios ergogénicos aditivos. Sin embargo, debe
hacerse notar que en un reciente análisis de las BE realizado por Higgins y asociados [200] se encontró que muchos de
los ingredientes adicionales (por ejemplo, Ma Huang, corteza de sauce, sinefrina, calcio y extractos de pimienta de
cayena y pimienta negra) de las «mezclas termogénicas» de varios de estos productos no están presentes en algunas de
las bebidas energéticas más utilizadas. También es importante advertir que el consumo diario de BE con alto contenido
calórico podría fomentar la acumulación de peso. En consecuencia, es necesario hacer más estudios para determinar si la
ingestión de BE o AE con bajo contenido de calorías puede influir en la pérdida de peso y(o) las adaptaciones producidas
por el entrenamiento.
Conclusión
Se ha informado que el consumo de BE y bebidas termogénicas con bajo contenido calórico aumenta el gasto de energía
en reposo y el metabolismo de las grasas en forma aguda. Estudios preliminares sugieren que la ingestión de algunos
tipos de bebidas energéticas y termogénicas antes de hacer ejercicio podría fomentar adaptaciones positivas en la
composición corporal. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar si el uso diario de BE influye en el
balance energético y la composición corporal a largo plazo.
Consideraciones sobre seguridad
Las bebidas energéticas han tenido una connotación negativa en los medios de comunicación y, más recientemente, en la
comunidad médica, principalmente por preocupaciones relacionadas con la ingestión excesiva de cafeína [201,202] y(o)
los posibles efectos nocivos de mezclar BE y alcohol [203]. En términos del uso de las BE en el sentido tradicional, la
mayoría de las preocupaciones se han basado en estudios de caso o informes de eventos adversos que han servido sólo
para documentar una posible relación, pero no se ha establecido causalidad. En realidad, actualmente hay pocos estudios
(sobre efectos agudos o a largo plazo) que se hayan ocupado de investigar los efectos colaterales de las BE [204-209].
Parece haber dos nutrientes activos principales en la mayoría de las BE y AE (es decir, carbohidratos y cafeína) que
pueden causar preocupación respecto a la seguridad entre algunos sectores de la población. Muchas BE contienen de 25 a
50 g de azúcares simples, por lo tanto, la ingestión de BE antes del ejercicio podría incrementar rápidamente la
producción de insulina con el fin de mantener los niveles normales de glucosa en sangre. Por esta razón, los diabéticos y
pre-diabéticos deben evitar las BE con alta carga glucémica o considerar el consumo de versiones con bajo contenido de
carbohidratos [201,202].
Con mucha frecuencia, las BE también contienen diversos estimulantes, entre los cuales el más común es la cafeína. Han
surgido algunas preocupaciones acerca del consumo excesivo de cafeína a través de la ingestión de muchas BE y(o) por
falta de conocimiento de que algunos ingredientes de las bebidas energéticas pueden contener cafeína [201,202].
Actualmente en Estados Unidos, la FDA ha reglamentado que el límite de cafeína en refrescos debe ser de 0.02 por
ciento (10mg/oz) del producto, pero actualmente esta norma no se hace cumplir igualmente para las BE o AE. A partir de
diciembre de 2012, la FDA, junto con el Congreso de Estados Unidos, ha empezado a estudiar los productos
comercializados como BE o AE; sin embargo, no se han publicado nuevos lineamientos formales. No es obligatorio que el
recuadro de Información Nutricional incluido en las etiquetas de alimentos enumere siempre la cafeína, ya que ésta no
es un nutriente. Sin embargo, si la cafeína se agrega a un alimento, entonces si debe incluirse en la lista [210]; por lo
tanto, es posible que muchos individuos estén consumiendo más cafeína de la que tienen consciencia [201,202]. En
Canadá, los niveles de cafeína se limitan a 180 mg por bebida [211]. Se ha informado que el contenido de cafeína de las
BE y AE comunes oscila entre los 100 y 286 mg [202]. En comparación, la taza promedio de café contiene entre 40 y
150 mg de cafeína, mientras que se ha descubierto que un vaso de 20 oz (591 ml) de café regular por goteo de Starbucks
contiene hasta 480 mg de cafeína [212].
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Entre los probables efectos secundarios de la cafeína se incluyen: insomnio, nerviosismo, inquietud, irritación gástrica,
náuseas, vómito, taquicardia, temblores y ansiedad (los cuales se han visto en dosis tan pequeñas como 250 o 300 mg
[5,201-204,209]. La cafeína está disponible en casi cualquier parte y es una de las sustancias más estudiadas en el
suministro de alimentos, con una larga historia de haberse considerado generalmente como segura si se consume con
moderación [61]. Sin embargo, cualquier sustancia puede ser tóxica bajo ciertas condiciones, y la toxicidad está en
función de la interacción de muchas variables fisiológicas, entre las que se incluyen las siguientes: dosificación aguda y
crónica, vía de administración, genética, edad, sexo, ambiente y salud intrínseca de la persona expuesta. Se ha
encontrado arterioesclerosis coronaria sub-clínica en adultos jóvenes [213]. Además, una evaluación post mortem de
personas jóvenes (<35 años) muertas repentinamente por ataque cardíaco revela una variedad de anormalidades
anatómicas de las arterias coronarias, el miocardio, las válvulas y el sistema de conducción [214]. Tales factores de riesgo
pre-existentes y desconocidos pueden aumentar el riesgo de sucesos adversos —particularmente cardiovasculares— en
individuos que consuman BE. De hecho, incluso el agua puede ser tóxica dadas ciertas condiciones, con una LD 50 (dosis
letal para el 50 por ciento en especies de prueba) de más de 90 ml/kg en ratas [215]. Las sobredosis de cafeína son
posibles, y existe un puñado de casos en la literatura [5,209,216-218]. Típicamente, una dosis letal de cafeína es de más
de 5 g [217], lo que equivale a unas 42 tazas de café a 120 mg de cafeína por taza. Recientemente, Sepkowitz [201]
sugirió que una ingesta de 3 g de cafeína (equivalente a ingerir más o menos doce BE con alto contenido de cafeína en el
lapso de unas horas) podría provocar efectos adversos significativos. La dosis promedio de cafeína por porción para la
mayoría de las BE y AE oscila entre 75 y 200 mg, una cantidad similar a la cafeína encontrada en un vaso de café
Premium [202].
Nawrot y colegas [219] declararon que en una población adulta sana, hasta 400 mg de cafeína tomados diariamente no
tuvieron efectos adversos. En otro análisis, Higdon y otros [220] presentaron datos relacionados con niños, y declararon
que no hubo efectos adversos con dosis inferiores a 3 mg/kgmc-1 por día-1. Como en el caso de la mayoría de las drogas, la
cantidad exacta de cafeína necesaria para causar efectos secundarios varía de persona a persona según la genética, edad,
función del citocromo P450-CYP1A2 en el hígado o la ingestión simultánea de medicamentos o sustancias que puedan
afectar el metabolismo hepático, la masa corporal y la sensibilidad. Además, no se sabe si la inclusión de otros
estimulantes en las BE y(o) AE puede ampliar o reducir el umbral para la experimentación de efectos colaterales. Por
esta razón, algunos grupos no recomiendan las bebidas o ampolletas energéticas a atletas que se ejerciten durante menos
de una hora [200], a pesar de que se ha admitido que algunos datos a largo plazo son inadecuados. Los estudios de mayor
duración sobre BE y AE que pudimos encontrar fueron de diez semanas, y no hablaban de ningún cambio en los
marcadores de seguridad clínica [199,206]. No obstante, debido a que las BE y AE suelen contener otros estimulantes
cuyos efectos pueden hacer sinergia con los de la cafeína, es necesario hacer más investigación sobre los efectos a largo
plazo de la ingestión habitual de bebidas y ampolletas energéticas para poder sacar conclusiones definitivas.
En varios informes se ha expresado preocupación respecto a la seguridad al ingerir BE [5,200,205,221]. Por ejemplo,
Worthley y asociados [222] hicieron pruebas con cincuenta adultos jóvenes del sexo masculino y femenino una hora antes
y una hora después de consumir 250 ml de una BE sin azúcar con un contenido aproximado de 80 mg de cafeína. Los
investigadores detectaron que la presión arterial media se incrementó en aproximadamente 3.8 mmHG, aunque el ritmo
cardíaco en reposo no mostró cambios. Además, la aglutinación plaquetaria aumentó en 13.7%, comparada con un
cambio de sólo 0.3% en el grupo de control, mientras que la función endotelial disminuyó. Los investigadores señalaron
que no quedo claro cuál fue el componente de la BE asociado con estos resultados. Sin embargo, sugirieron que debido a
que la disfunción endotelial y la alteración de la función plaquetaria están relacionadas con niveles elevados de glucosa,
es posible que la glucuronolactona contenida en la BE pudiera haber contribuido a la aparición de los efectos dañinos
observados tras la ingestión de bebidas energéticas [222]. Se requiere más investigación para corroborar estos hallazgos
así como para determinar si estos cambios agudos representarían algún riesgo de salud a largo plazo.
Bichler y otros [26] investigaron una combinación de cafeína y taurina (dos ingredientes comunes de las BE) en un
estudio doble ciego con estudiantes universitarios. Los sujetos consumieron píldoras de cafeína y taurina, o un placebo, y
luego se sometieron a una evaluación de la memoria mientras que su ritmo cardíaco y presión sanguínea eran
monitoreados. La combinación causó un declive significativo del ritmo cardíaco y un aumento de la presión arterial
media. Steinke et al. [223] estudiaron a quince adultos sanos que se abstuvieron de tomar cafeína durante 48 horas
antes del estudio y durante el mismo, además de hacer ayuno durante la noche. Se tomaron mediciones de referencia de
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la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. El primer día del estudio, cada participante consumió 500 ml (2 latas) de una
BE y las mediciones se repitieron 30 minutos, 1 hora, 2 horas, 3 horas y 4 horas después. Los participantes también
tomaron 500 ml diarios de la BE durante los siguientes cinco días, y después de siete días se repitió el experimento. Los
investigadores descubrieron que el máximo ritmo cardíaco medio ocurrió a las 4 horas, con aumentos significativos de
7.8% y 11.0% el primero y el séptimo día, respectivamente. La presión sanguínea se incrementó aproximadamente 7%
después de la ingestión aguda de la BE el primer día (aumento significativo), pero no se observaron diferencias en el
séptimo día. Finalmente, en un reporte de caso, Usman y colaboradores [221] informaron que un joven mostró
palpitaciones y alta presión arterial después de consumir una bebida energética con carbohidratos (40 g), citrato de
sodio, taurina (124 mg), cafeína, inositol (17 mg), Panax ginseng (6.98 mg), y otros nutrientes. La taquicardia y la
hipertensión desaparecieron después de cesar el consumo de la BE.
Conclusión
Los individuos con ciertas condiciones médicas (por ejemplo, síndrome metabólico o diabetes mellitus) deben evitar el
consumo de bebidas y(o) alimentos con alto contenido glucémico y, por lo tanto, no deben ingerir las versiones de BE con
alto contenido calórico. Sería prudente que los individuos con enfermedades cardiovasculares diagnosticadas evitaran
por completo el uso de bebidas y(o) ampolletas energéticas u otros productos con efectos cardio-estimulantes conocidos.
Aunque las BE que contienen cafeína y otros estimulantes pueden producir efectos nocivos sobre la salud y los
parámetros cardíacos de personas con tales condiciones de salud pre-existentes, la evidencia actual (aunque escasa)
sugiere que el consumo de bebidas y ampolletas energéticas es seguro para poblaciones sanas y es similar a ingerir otros
alimentos y bebidas con cafeína. Por último, aunque se calcula que la FDA recibe reportes de tan sólo del 1% de todos los
incidentes adversos relacionados con la ingestión de suplementos alimenticios [224], dado el número de porciones de
estos productos que se consumen diariamente, el índice de incidentes adversos parece bajo entre la población de
consumidores. Sin embargo, se admite que son necesarios más estudios a corto y largo plazo para determinar con mayor
precisión si hay algún factor que aumente el riesgo de incidentes adversos. Además, debido a que las BE suelen incluir
varios nutrientes que contienen cafeína y(o) otros estimulantes, debe tenerse cuidado de no consumir un número excesivo
de BE en un período corto.
Conclusiones y recomendaciones
Con base en un análisis de la literatura científica y médica disponible acerca de la seguridad y la eficacia del uso de BE o
AE, el Comité de Investigación de la Sociedad emite las siguientes conclusiones y recomendaciones.
1. Aunque las BE y AE contienen una serie de nutrientes que supuestamente influyen en el rendimiento mental y(o)
físico, los principales nutrientes ergogénicos presentes en la mayoría de las bebidas y ampolletas energéticas
parecen ser los carbohidratos y(o) la cafeína.
2. El valor ergogénico de la cafeína sobre el rendimiento mental y físico se ha definido con buenas bases, pero
quedan por determinar los posibles beneficios aditivos de otros nutrientes presentes en las BE y AE.
3. El consumo de BE de 10 a 60 min antes de hacer ejercicio puede mejorar la concentración, la vivacidad mental, el
rendimiento anaeróbico y(o) la resistencia física.
4. Muchas BE y AE contienen una diversidad de ingredientes; dichos productos en particular ameritan la realización
de más estudios para determinar si son seguros e investigar sus posibles efectos sobre el rendimiento físico y
mental.
5. Existe un número limitado de pruebas de que el consumo de BE con bajo contenido calórico durante el
entrenamiento y(o) pruebas de pérdida de peso aporte algún beneficio ergogénico y(o) fomente una ligera pérdida
adicional de grasa. Sin embargo, la ingestión de BE con un contenido más alto de calorías puede fomentar la
acumulación de peso si no se consideran dentro del cálculo total de calorías ingeridas diariamente las calorías
contenidas por las BE.
6. Los atletas deben considerar el efecto de la ingestión de carbohidratos con alta carga glucémica sobre la salud
metabólica y los niveles de glucosa e insulina en sangre, así como los efectos de la cafeína y otros estimulantes
sobre las habilidades motoras.
7. Los niños y adolescentes deben pedir la aprobación de sus padres para consumir BE y AE, no sin antes considerar
la cantidad de carbohidratos, cafeína y otros nutrientes contenidos por las BE y AE, y entender bien cuáles
pueden ser los efectos secundarios.
8. El uso indiscriminado de BE y AE, especialmente en el caso de consumir más de una porción diaria, puede
provocar incidentes adversos y efectos secundarios dañinos.
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9. Los diabéticos e individuos con enfermedades cardiovasculares, metabólicas, hepático-renales o neurológicas preexistentes que estén tomando medicamentos y puedan resultar afectados por alimentos con una alta carga
glucémica, cafeína y(u) otros estimulantes, deben evitar el consumo de BE y(o) AE, a menos que reciban la
aprobación de su médico.