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Mabe se prepara para el ‘efecto
Trump’
El grupo mexicano, uno de las mayores fabricantes de
electrodomésticos de América Latina, mira hacia el sur de la región
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ÓSCAR GRANADOS
Madrid 8
ABR 2017 - 19:00 ART
Dos de los modelos de cocinas equipadas comercializados por la compañía.
Para Mabe, las fronteras nunca han sido un problema. Fundada en 1946, en la
Ciudad de México, por un egipcio, Egón Mabardi, y un español, Francisco
Berrondo, la compañía se ha convertido en un titán de los electrodomésticos en
toda América. Pero hoy, después de 71 años de vida, los nacionalismos podrían
lastrar su crecimiento. El discurso proteccionista del inquilino de la Casa Blanca,
Donald Trump, ha despertado al viejo fantasma de las barreras comerciales y ha
acongojado a las grandes firmas mexicanas, como Mabe, que deben parte de su
éxito internacional al NAFTA, el espacio de libre de aranceles inaugurado hace
23 años entre los tres gigantes norteamericanos: Estados Unidos, México y
Canadá.
La firma, con ventas en 70 países del mundo, enfrenta un panorama incierto. En
caso de que el Gobierno de Trump llegase a cumplir sus promesas de campaña
—entre las que destaca imponer un gravamen a los productos importados del país
azteca— el perfil crediticio de Mabe se vería afectado, asegura Jay Djemal,
director de la calificadora Fitch, a través de un análisis. El desgaste no sería
menor, pues aproximadamente un 30% de los ingresos de la sociedad depende de
las exportaciones al mercado estadounidense (si se suma a Canadá la cuota es de
un 46%), donde comercializa neveras, lavadoras, cocinas y microondas.
La devaluación del peso ha hecho que la firma haya
reducido en la práctica su facturación
Para Laura Martínez, analista de la calificadora Standard & Poor’s, las amenazas
del magnate, mientras no se hagan efectivas, no serán un desasosiego para el
balance de la compañía. “Aún es prematuro saber cuáles serán las implicaciones
para las grandes corporaciones en México, principalmente para las empresas de
manufactura de exportación”, añade Luis Manuel Martínez, también analista de
S&P. Sin embargo, las cuentas de Mabe (que eludió dar su punto de vista a este
periódico) han sentido, de manera indirecta, la furia de las palabras de Trump.
En el último año, las monedas latinoamericanas, en particular el peso mexicano,
han acrecentado su diferencia frente al billete verde, debido al discurso
nacionalista del presidente estadounidense, indica Montserrat Antón, analista de
la firma financiera Invex. “Cada vez que Trump hace alguna declaración
[defendiendo su política proteccionista], el peso sufre cierta presión, aunque sea
temporal”, arguye. Este efecto se aderezó con la caída de los precios de las
materias primas, el alza en las tasas de interés en EE UU y la contracción
económica de algunas naciones sudamericanas, que añadieron fuerza al dólar.
Resultados
En 2016, la facturación de Mabe cayó un 0,4% respecto a un año antes, hasta
llegar a los 2.736 millones de dólares (unos 2.565 millones de euros), a pesar de
que el volumen de electrodomésticos se disparó un 5%. Sin el efecto del tipo de
cambio, el dato facturado se hubiese disparado un 9% y la firma hubiera
acumulado ventas por 2.985 millones de dólares (cerca de 2.800 millones de
euros), según las cifras de la compañía. “Mabe está en una situación compleja”,
asegura Hugo Javier Fuentes, director del departamento de economía del
Tecnológico de Monterrey. “La empresa no solo enfrenta la revalorización del
dólar, también ha perdido presencia en todo el mundo por la expansión de las
marcas asiáticas y americanas”, asegura el académico.
De acuerdo con los datos de Euromonitor, la industria de electrodomésticos, una
de las más competidas y pulverizadas del mundo, está en constante movimiento.
Mabe continúa siendo una de las 10 insignias favoritas del sector en la zona,
donde la sueca Electrolux, la francesa SEB y la estadounidense Whirlpool van a
la cabeza de la lista.
La firma nació como una pequeña empresa de lámparas, que después se
transformó en una montadora de muebles empotrados. Para los años cincuenta
del siglo pasado, la compañía incursionaba en la producción de cocinas de gas y
neveras y apenas tenía 20 trabajadores (hoy tiene más de 20.000). Para 1960, la
sociedad era la mayor exportadora de electrodomésticos en México. Sin
embargo, las crisis económicas desatadas durante los años 70 y 80 (que incluían
devaluaciones continuas, deudas gubernamentales galopantes y falta de inversión
extranjera) forzaron a la compañía a buscar un socio que pudiera curar las
cuentas y a la par abrir nuevos mercados.
Mercado estadounidense
Los candidatos fueron Whirlpool, Philips y General Electric (GE). Esta última
sociedad resultó elegida por los empresarios establecidos en México y les
permitió llegar así al mercado estadounidense con sus productos. Para los años
90, más del 66% de las cocinas y neveras que vendía GE en la primera economía
del mundo eran fabricadas por Mabe, según una investigación realizada por
Fuentes, del Tecnológico de Monterrey. En 1993, de la mano de Ceteco, una
firma holandesa, la empresa mexicana saltó a los mercados latinoamericanos.
Venezuela fue el primer país en ser explorado.
A principios de este siglo, los artículos de la compañía estaban en casi todos los
rincones de América desde Canadá hasta Chile, pasando por Brasil, Colombia,
Ecuador, Perú y los países de Centroamérica. Incluso sus productos han llegado a
Europa y Medio Oriente. A principios de 2016, GE vendió su participación de
48,8% de Mabe a la empresa china Haier, por 5.400 millones de dólares. Dos
años antes, la estadounidense puso en marcha una campaña para comercializar
las acciones de la empresa mexicana y había anunciado que el comprador sería
Electrolux, pero las autoridades americanas frenaron la operación por cuestiones
de competencia.
El nuevo socio, dice Fuentes, abre una nueva ventana de oportunidades. “Así
como General Electric dio paso a que Mabe se expandiera a lo largo de
Norteamérica, Haier será clave para que la compañía pueda llevar sus productos
a Asia”, asegura el experto.