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LICEO N°1 JAVIERA CARRERA DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA DOCUMENTO DE APOYO TERCERO MEDIO COMÚN UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 01: HORMONAS y REPRODUCCIÓN. Tema 2: Hormonas y sexualidad humana. SISTEMAS REPRODUCTORES La mayoría de los vertebrados y todos los mamíferos se reproducen sexualmente. La reproducción sexual implica dos acontecimientos: la meiosis y la fecundación. Las gónadas de los mamíferos son órganos en pares que producen células sexuales: espermatozoides y óvulos En los vertebrados, la meiosis produce gametos, únicas células haploides del ciclo vital. Los gametos están especializados en la movilidad (espermatozoides) o en la producción y almacenamiento de nutrientes (óvulos). Se producen en las gónadas de los individuos de los dos sexos separados, el macho y la hembra. En muchos invertebrados así como en las plantas anuales, las generaciones no se superponen. En cambio en los vertebrados, los padres no solo sobreviven después de producir su progenie, sino que frecuentemente son indispensables para que estas sobrevivan. La tendencia evolutiva hacia un creciente cuidado parental se vuelve más pronunciada entre las aves y alcanza su expresión máxima entre algunos de los mamíferos, entre los que se incluye el hombre. Aunque casi todas las especies de mamíferos se reproducen únicamente durante ciertas épocas del año y, por tanto, solo producen espermatozoides y óvulos en ese momento, la reproducción humana no está restringida por la época del año. Los hombres producen espermatozoides de forma más o menos continua y las mujeres ovulan aproximadamente una vez al mes. SISTEMA REPRODUCTOR MASCULINO: El sistema reproductor masculino está compuesto por los órganos sexuales primarios: los testículos, las gónadas que cumplen por función producir gametos masculinos: espermatozoides, como también la síntesis de hormonas sexuales masculinas: andrógenos. Además el Aparato Reproductor masculino también incluye estructuras sexuales secundarias las que son los conductos genitales y excretores, las glándulas anexas y el pene. TESTÍCULOS: las funciones de los testículos son las de producir las células germinales (espermatozoides) y las hormonas sexuales. Los testículos se desarrollan en la cavidad abdominal del embrión masculino y, en el hombre, descienden en un saco externo, el escroto. Este descenso suele ocurrir antes del nacimiento. La función del escroto aparentemente consiste en mantener a los testículos en un ambiente más frío que la cavidad abdominal. Se necesita una temperatura 3° C más baja que la del cuerpo para que los espermatozoides se desarrollen. Los espermatozoides no se producen en un testículo que no haya descendido y se sabe que inmersiones aun temporales de los testículos en agua caliente – como ocurre con un baño caliente – han dado por resultado una esterilidad temporal. (Sin embargo, este efecto no es tan confiable para recomendar su uso como medida de control de natalidad.) Cuando la temperatura fuera del saco escrotal es cálida, el saco se adelgaza y cuelga laxo formando múltiples pliegues. Cuando la temperatura exterior es fría, los músculos que se encuentran por debajo de la piel del escroto se contraen y acercan los testículos al cuerpo. De esta manera se mantiene una temperatura testicular relativamente constante. Cada testículo está subdividido en unos 250 compartimientos (lóbulos) y cada uno de ellos se encuentra lleno de túbulos seminíferos (“portadores de semillas”) apretadamente enrollados. Estos son los productores de espermatozoides. Entre los túbulos se encuentran las células de Leydig o Intersticiales que son las que sintetizan la hormona sexual masculina, testosterona. Cada túbulo seminífero tiene alrededor de 80 cm de largo y los dos testículos juntos contienen un total de aproximadamente 500 m de túbulos. Los espermatozoides se producen continuamente dentro de los túbulos. Los túbulos contienen dos tipos de células: espermatogénicas (productoras de espermatozoides) y células de Sertoli, que cumplen la función de sostén y nutrición. La producción de espermatozoides comienza en la pubertad (aproximadamente 13-14 años) y continua de manera ininterrumpida. Un varón adulto humano joven puede producir varias centenas de millones de espermatozoides por día. TRAYECTO DEL ESPERMATOZOIDE: ADQUICISIÓN DE LA CAPACIDAD FERTILIZANTE Desde cada testículo, los espermatozoides son llevados al epidídimo un tubo enrollado de 7 m de longitud que yace sobre cada testículo. El epidídimo está rodeado por una capa delgada, circular, de fibras de musculo liso, cuyas contracciones contribuyen al transporte de los espermatozoides. Durante su paso por el epidídimo los espermatozoides van ganando una movilidad progresiva y la potencialidad de unirse al ovocito y fertilizarlo. Del epidídimo, los espermatozoides pasan al conducto deferente o vaso deferente donde la mayoría de ellos son almacenados. Cada conducto deferente –una extensión de los túbulos fuertemente arrollados del epidídimo- se interna en la cavidad abdominal. Los vasos deferentes están cubiertos con una gruesa envoltura formada por tres capas de musculo lizo, cuyas contracciones impulsan a los espermatozoides. El corte de los vasos deferentes (vasectomía) ofrece un método relativamente de control de la natalidad. En resumen el trayecto que siguen los espermatozoides desde su formación en los túbulos seminíferos hasta su eyaculación es: conducto deferente – epidídimo – conducto eyaculador y uretra. GLANDULAS ANEXAS: Las principales glándulas anexas son la próstata, las vesículas seminales y las glándulas bulbo uretrales, cuya actividad depende totalmente de la hormona testosterona. Los vasos deferentes se enrollan alrededor de la vejiga, donde se fusionan con los conductos de las vesículas seminales. Esas vesículas secretan un líquido rico en fructosa que nutre a los espermatozoides. Este líquido también contiene una alta concentración de prostaglandinas, que estimulan las contracciones de la musculatura del útero y de los oviductos y, de este modo, ayudan a los espermatozoides a alcanzar al ovocito. El vaso deferente de cada testículo entra luego en la glándula próstata. Esta glándula añade un líquido lechoso y ligeramente básico, así neutraliza el pH normalmente ácido del tracto reproductor femenino. Las glándulas bulbouretrales proporcionan moco al semen otorgándole la característica de lubricación. Luego de atravesar la próstata, cada vaso deferente se fusiona con la uretra, que se extiende a lo largo del pene. La uretra sirve tanto para la excreción de orina como para la eyaculación de los espermatozoides, por lo tanto cumple función en el Sistema Excretor como en el Sistema Reproductor. ERECCIÓN DEL PENE Y ORGASMO EN EL MACHO El pene está formado por tres partes que cierran una red rica en vasos sanguíneos: dos cuerpos cavernosos, cada uno atravesado por una arteria profunda, y un cuerpo esponjoso atravesado por la uretra. El pene tiene la capacidad de depositar los espermatozoides dentro del tracto reproductor de la hembra. La erección del pene, que puede ser generada por una variedad de estímulos, ocurre como consecuencia de un aumento en el flujo de sangre que llena los tejidos eréctiles esponjosos. El flujo de sangre es controlado por fibras nerviosas que inervan los vasos sanguíneos que desembocan en los tejidos eréctiles. Cuando los tejidos se distienden comprimen las venas y de este modo inhiben el flujo de sangre hacia afuera de los tejidos. Con estimulación continuada, el pene se endurece y aumenta de tamaño. La erección es acompañada por la descarga en la uretra de una pequeña cantidad de líquido desde las glándulas bulbouretrales, órganos con forma de arveja que se encuentran en la base del pene. Este líquido sirve de lubricante, que favorece el movimiento de los espermatozoides a lo largo de la uretra del macho y ayuda a la penetración del pene en la hembra. La estimulación continuada de los receptores nerviosos del pene y del escroto provocan una serie escalonada de impulsos nerviosos, estos llegan a la medula espinal que envía una respuesta a los diferentes músculos del sistema reproductor. Entre los primeros músculos en contraerse se encuentran los del escroto, que elevan los testículos acercándolos al cuerpo, y los que rodean a cada epidídimo y vaso deferente, impulsando a los espermatozoides hacia la uretra y dentro de ella. Estas contracciones impulsan a los espermatozoides y al líquido acompañante hacia a fuera de la uretra (eyaculación) y produce algunas de las sensaciones asociadas con el orgasmo. Los espermatozoides, juntos con las secreciones de las vesículas seminales, de la próstata y de las glándulas bulbouretrales, constituyen el semen. El volumen del semen es de 2 a 3 ml por eyaculación. Aunque los espermatozoides constituyen menos del 10% del semen, en cada eyaculado de un varón adulto normal se encuentran presentes alrededor de 200 millones. La mortalidad de los espermatozoides en el tracto reproductor femenino es enorme: de los 200 millones de células originales, solo unas pocas sobreviven y alcanzan el tercio superior de los oviductos, donde ocurre la fecundación. Aunque es suficiente que un solo espermatozoide haga contacto con un ovocito para que se produzca la fecundación, las posibilidades son tan limitadas que la fecundación requiere la liberación de números enormes cada vez. Los varones que producen menos de 20 millones de espermatozoides por ml de líquido seminal generalmente son estériles. REGULACIÓN HORMONAL Los testículos también son la fuente principal de hormonas masculinas, que se conocen colectivamente con el nombre de andrógenos. El principal andrógeno, la testosterona, es necesario para la formación de los espermatozoides. Los andrógenos se producen por primera vez en el desarrollo embrionario temprano y hacen que el feto masculino se desarrolle como macho y no como hembra. Después del nacimiento, la producción de andrógenos continúa en un nivel muy bajo. Luego ocurre un incremento en la testosterona, cuyo resultado es el comienzo de la producción de espermatozoides (que señala el inicio de la pubertad), que se acompaña por el agrandamiento del pene y de los testículos y también de la próstata y otros órganos accesorios. En el varón sano, un nivel elevado de producción de testosterona continua hasta los 40 años y luego comienza a declinar gradualmente. La producción de hormonas que controlan el funcionamiento del testículo esta reglada por un sistema de retroalimentación negativa. La hormona producida en el hipotálamo GnRH u hormona liberadora de gonadotrofina, actúa sobre la hipófisis anterior (adenohipofisis) estimulando la producción de hormona luteinizante (LH) y hormona folículo estimulante (FSH). La LH estimula la producción y la liberación de testosterona por las células intersticiales del testículo o células de Leydig. A medida que la testosterona aumenta, la producción de GnRH por el hipotálamo queda inhibida. La FSH actúa sobre las células de Sertoli. SISTEMA REPRODUCTOR FEMENINO Los órganos productores de gametos son los ovarios, cada uno de los cuales es una masa solida de células de aproximadamente 3 cm de largo. Se encuentran suspendidos en la cavidad abdominal por ligamentos. Los ovocitos, a partir de los cuales se desarrollan los óvulos, se encuentran en la capa externa del ovario. Además son secretores de hormonas sexuales: estrógenos y progesterona. Otras estructuras corresponden a los Oviductos o Trompas de Falopio, el que capta al ovocito ovulado gracias al movimiento de la abertura en forma de embudo de la trompa sobre la superficie del ovario y por el batir de los cilios que tapizan las proyecciones digitiformes: fimbrias, que rodean esta abertura, el ovocito puede descender lentamente por el oviducto, impulsado por las ondas peristálticas producidas por los músculos lisos de las paredes. El recorrido del ovario al útero toma aproximadamente 3 días. La fecundación si es que ocurriese, esta se realiza en la porción denominada ampolla o el primer tercio superior de las trompas de Falopio u oviducto. El útero es un órgano hueco, muscular, con forma de pera, de tamaño inferior a un puño ( de unos 7,5 cm de largo y 5 cm de ancho). Yace casi horizontalmente en la cavidad abdominal, en la parte superior de la vejiga. El útero consta de tres capas musculares: el Perimetrio, el Miometrio y el Endometrio. El endometrio es la capa que se regenera cada ciclo sexual. y musculoso en el que se desarrollará el feto. La pared interior del útero es el endometrio, el cual presenta cambios cíclicos mensuales relacionados con el efecto de hormonas producidas en el ovario, los estrógenos. Vagina: es el canal que comunica con el exterior, conducto por donde entrarán los espermatozoides. Su función es recibir el pene durante el coito y dar salida al bebé durante el parto. Órganos externos: Región externa del aparato reproductor femenino. En conjunto se conocen como la vulva y están compuestos por: a) Clítoris: Órgano eréctil y altamente erógeno de al pene masculino, concretamente al glande. la mujer y se considera homólogo b) Labios: En número de dos a cada lado, los labios mayores y los labios menores, pliegues de piel salientes, de tamaño variables, constituidas por glándulas sebáceas y sudoríparas e inervados. c) Monte de Venus: Una almohadilla adiposa en la cara anterior de la sínfisis púbica, cubierto de vello púbico y provisto de glándulas sebáceas y sudoríparas. d) Vestíbulo vulvar: Un área en forma de almendra perforado por seis orificios, el meato de la uretra, el orificio vaginal, las glándulas de Bartolino y las glándulas parauretrales de Skene. Ciclo sexual La producción de ovocitos en todas las hembras de vertebrados es cíclica. Implica tanto la interacción de hormonas como los cambios en las células foliculares y el tapiz uterino. Este patrón recurrente de niveles hormonales variables y de cambios en los tejidos en los seres humanos se conoce como ciclo menstrual o ciclo sexual. Su producción y control está a cargo del Hipotálamo. Las hormonas que participan están los Estrógenos y Progesterona (hormonas ováricas), las gonadotrofinas hipofisiarias (Hipófisis Anterior o Adenohipófisis): FSH (hormona folículo estimulante) y LH (hormona luteinizante) más la el factor liberador del hipotálamo GnRH. El ciclo comienza con el primer día de flujo menstrual, causado por el desprendimiento del endometrio, el revestimiento interno del útero. El aumento de la concentración de FSH y HL cuando comienza el ciclo estimula a un folículo ovárico para que crezca y secrete estrógenos. Bajo la influencia de los estrógenos, el endometrio se regenera. El aumento brusco de la concentración de estrógenos antes de alcanzar la mitad del ciclo dispara un incremento súbito de LH desde la hipófisis, lo que produce la expulsión del ovocito (ovulación). Después de la ovulación, la concentración tanto de LH como de FSH cae. El folículo ahora se convierte en el cuerpo lúteo, que produce progesterona y estrógenos. La progesterona continúa estimulando el endometrio, preparándolo para la implantación del óvulo fecundado. Si la fecundación no se produce, el cuerpo lúteo se degenera, la producción de progesterona entonces se detiene y el endometrio comienza a desprenderse, las concentraciones de LH y de FSH vuelven a subir, y comienza un nuevo ciclo. Los ciclos duran 28 días, sin embargo pueden existir ciclos de mayor número de días. Se consideran días fértiles a los tres días antes y tres días después de la ovulación, si consideramos un ciclo de 28 días, en el que la ovulación ocurre el día 14, entonces sus días fértiles comprenden el intervalo del día 11 al día 17 del ciclo.