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EL PAPA FRANCISCO ADOCTRINA SOBRE LA MISERICORDIA Los que no tienen Misericordia son: "rígidos en la piel, pero putrefactos en el corazón" "El cristiano es misericordioso, la rigidez es signo de debilidad" Jesús nos hace misericordiosos con la gente, mientras que quien tiene el corazón débil porque no está fundado en Cristo corre el riesgo de ser rígido en la disciplina exterior, pero hipócrita y oportunista dentro. En el centro de la homilía del Papa explicó el Evangelio, en el que los jefes de los sacerdotes preguntan a Jesús con qué autoridad actúa de esta forma. Es una pregunta que demuestra el "corazón hipócrita" de esta gente: "a ellos no les interesaba la verdad", buscaban sólo sus intereses e iban "según el viento: ‘Conviene ir aquí, conviene ir allí ...' ¡eran banderillas, ¿eh? ¡Todos! Todos". "Jesús al contrario, nos enseña que el cristiano debe tener el corazón fuerte, el corazón firme, el corazón que crece sobre la roca, que es Cristo, y después en el modo de ir, ir con prudencia: "En este caso hago esto pero...": es la forma de ir, pero no se negocia el corazón, no se negocia la roca. ¡La roca es Cristo, no se negocia!". Este es el drama de la hipocresía de esta gente. Y Jesús no negociaba nunca su corazón de Hijo del Padre, sino que era muy abierto a la gente, buscando caminos para ayudar. ‘¡Pero esto no se puede hacer: nuestra disciplina, nuestra doctrina dice que no se puede hacer!' decían ellos. ‘¿Por qué tus discípulos comen el trigo en el campo, cuando caminan, el día del sábado? ¡No se puede hacer!'. Eran tan rígidos en sus disciplinas: ‘No, la disciplina no se toca, es sagrada'". "Y estos fariseos eran así ‘nuestra disciplina'- rígidos en la piel, pero, como Jesús les dice, ‘putrefactos en el corazón, débiles, débiles hasta la podredumbre, tenebrosos en el corazón", prosiguió. "Este es el drama de esta gente" y Jesús denuncia la hipocresía y el oportunismo. "También nuestra vida puede volverse así, también nuestra vida . Y algunas veces os confieso una cosa, cuando he visto a un cristiano, a una cristiana así, con el corazón débil, no firme, no firme en la roca -Jesús- y con tanta rigidez fuera, he pedido al Señor: ‘Señor, tírale una piel de banana delante, para que se pegue un buen resbalón, se avergüence de ser pecador, y así te encuentre, que Tú eres el Salvador'". "Eh, muchas veces un pecado nos hace avergonzar tanto y encontrarnos con el Señor, que nos perdona como estos enfermos que estaban aquí e iban al Señor para curarse". 1