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Anatomía de las Fibras Blancas del Lóbulo Temporal en 3D Resumen Objetivo: aplicar la técnica de disección de fibras blancas para la comprensión tridimensional de las diferentes estructuras localizadas en el lóbulo temporal. Material y Métodos: se utilizaron 5 cerebros humanos normales los que fueron sometidos a la técnica de preparación de Klinger para disección de fibras blancas. Se utilizó microscopio de luz con aumentos de 5 y 20X. Resultados: las fibras del lóbulo temporal pueden dividirse dependiendo de la cara que examinemos. En la cara lateral y superior se destacan el fascículo longitudinal superior, el stratum sagital, el fascículo uncinado, el fascículo occipito-frontal, fascículo amígdalo-insular, la comisura anterior y el tapetum. En la cara inferior observamos el fascículo longitudinal inferior, banda diagonal de Brocca, ansa peduncularis y estrías olfatorias y en la cara mesial las estructuras del lóbulo límbico, el fascículo del cingulum, el giro dentado, el giro fasciolar, la fimbria del fornix, y la estría terminalis. Conclusiones: la técnica de disección de fibras blancas es una herramienta útil para la comprensión tridimensional de la estructuras neurales localizadas dentro del lóbulo temporal. El entendimiento de la disposición de estas estructuras ayuda al neurocirujano a lidiar con patologías localizada en la cara mesial como los tumores y la esclerosis mesial temporal, entidades que requieren claros conocimientos anatómicos para su adecuada resolución. Palabras clave: fibras blancas, lóbulo temporal, anatomía. Introducción El lóbulo temporal es de importancia para el neurocirujano por que las patologías que puede alojar son múltiples. La comprensión de esta estructura neural es compleja, especialmente en su cara mesial. La distribución de las fibras blancas localizadas en su interior son numerosas y su conocimiento nos ayuda en la comprensión de ciertos estudios complementarios actuales como la resonancia magnética por tensión de la difusión; y es de utilidad en la programación de abordajes quirúrgicos. Material y Métodos Se disecaron 5 cerebros adultos normales, 10 mitades, los cuales fueron fijados con formol al 10% y posteriormente fue aplicada la técnica de Klinger1 para disección de las fibras blancas. Para la disección se utilizaron espátulas de maderas, microdisectores y microscopio óptico con aumentos de 4 y 20X2. Resultados El lóbulo temporal presenta 4 caras con un polo anterior y su límite posterior está delimitado por una línea imaginaria que se extiende desde el surco parieto-occipital por arriba hasta la escotadura preoccipital hacia abajo. El límite superior está marcado por la cisura silviana y su proyección posterior hasta la mitad de la línea que marca el límite posterior del lóbulo temporal mencionada. Las fibras blancas se clasifican en a) fibras de asociación que une giros o lóbulos de un mismo hemisferio, por ejemplo el fascículo longitudinal superior (FLS); b) fibras comisurales que unen un hemisferio con el otro, por ejemplo el cuerpo calloso y c) fibras de proyección que une estructuras hemisféricas con el resto de las estructuras del sistema nervioso central, por ejemplo la vía piramidal. Para su mayor comprensión estudiaremos el lóbulo temporal desde cada una de sus caras y la disposición respectiva de las fibras blancas desde la superficie hasta el cuerno temporal del ventrículo lateral, siendo ésta, la estructura que ocupa el eje central del lóbulo. Cara superior Se encuentra enfrentado a la mitad inferior de la ínsula formando el opérculo temporal, presenta 3 estructuras: el planum polar que se extiende desde el polo temporal hasta el giro transverso de Heschl, el giro trasnverso de Heschl que representa el área auditiva primaria y por último el planum temporal por detrás del giro de Heschl hasta la porción mas posterior del opérculo temporal. Las fibras de esta cara son las que corresponden a las fibras del tronco temporal, también conocido como alba stalk3 nombre de su denominación original. Dispuestas desde posterior hacia anterior las radiaciones auditivas localizadas en el interior del giro transverso de Heschl nacen desde el cuerpo geniculado medial, las radiaciones ópticas, el fascículo occipito-frontal (FOF), que une la cara lateral del lóbulo frontal con la cara lateral y basal del lóbulo occipital, y en una localización más anterior están las fibras del fascículo uncinado (FU)4. El FOF nace de la cara lateral del lóbulo frontal, converge hacia el tronco temporal cubriendo el tercio inferior de la cara lateral de la cápsula externa que cubre a los ganglios de la base, formando un haz grueso de fibras. A medida que se desplaza sobre el lóbulo temporal nuevamente sus fibras de abren como un abanico. El FU tiene la forma de las 2 hojas enfrentadas de una hélice, se extiende desde la cara basal del lóbulo frontal y termina en la cara lateral y polo temporal, cabalga sobre la porción M1 de la arteria cerebral media. Debajo del tronco temporal pueden observarse las fibras amígdalo-insulares y en profundidad la comisura anterior que llega hasta la cara superior de la amígdala y presenta proyecciones posteriores formando parte del stratum sagitale localizado en la cara lateral del lóbulo temporal. Si continuamos en profundidad nos encontramos con el techo del cuerno temporal del ventrículo temporal formado por el tapetum del cuerpo calloso en la porción más posterior y las radiaciones ópticas en la mitad anterior. Las radiaciones ópticas provenientes del cuerpo geniculado lateral se extienden sobre el techo del ventrículo en sentido ánterosuperior para después curvarse en sentido inferoposterior y cubrir la cara lateral del cuerno temporal del ventrículo lateral. El asa formada sobre el cuerno temporal es conocida como asa de Meyer. Cara lateral La cara lateral presenta 3 giros el temporal superior, medio e inferior divididos por los surcos temporales superior e inferior. Una vez removida la sustancia gris las primeras estructuras de sustancia blanca encontradas son los fascículos en U que unen cada giro temporal entre sí. Pordebajo de este plano y proyectado sobre el giro temporal medio se encuentran las fibras del FLS, este fascículo de asociación une los lóbulos frontal, parietal, occipital y temporal entre sí. En un plano más profundo hacia arriba se destacan las fibras del FOF y en un plano más profundo las radiaciones ópticas formando la pared lateral del ventrículo lateral. Hacia atrás este grupo de fibras (radiaciones ópticas, FOF y la proyección posterior de las fibras de la comisura anterior) se fusiona formando el stratum sagitale1, estas fibras tienen una disposición transversal en sentido ánteroposterior. Siguiendo en profundidad en la mitad posterior del lóbulo temporal y formando parte de la pared lateral del atrio y porción posterior del cuerno temporal del ventrículo lateral, se encuentran un grupo de fibras verticales correspondientes al tapetum; éstas son fibras de la región más profunda y posterior del cuerpo calloso5. Cara inferior La cara inferior está compuesta por 3 giros separados por 2 surcos. Los giros dispuestos de lateral a medial son el témporo-occipital, el fusiforme y el parahipocampal. El surco occipito-temporal divide el giro témporo-occipital del fusiforme y el surco colateral divide el giro fusiforme del giro parahipocampal. El primer grupo de fibras que se encuentran una vez retirada la sustancia gris son los fascículos en U que asocia cada giro con su correpondiente vecino. Por debajo de este plano se encuentra el fascículo longitudinal inferior (FLI), un fascículo de asociación, que une la cara basal y mesial del lóbulo temporal con la cara basal y mesial del lóbulo occipital, posee también conexiones con la amígdala y el hipocampo6. Este fascículo se encuentra proyectado sobre el giro fusiforme y sus fibras tienen una proyección longitudinal en sentido anteroposterior. Si seguimos en profundidad llegamos al piso del cuerno temporal del ventrículo lateral formado por el hipocampo medialmente y la eminencia colateral por fuera. En el plano del espacio perforado anterior se encuentra la banda diagonal de Broca que sirve de conexión del área paraolfatoria con la amígdala. El ansa peduncularis también es otro de los grupos de fibras blancas que conectan la amígdala con el tálamo y núcleos para olfatorios y constituyen parte del circuito de Papez del sistema límbico. Cara mesial La cara mesial o interna presenta una anatomía muy compleja, está compuesta principalmente por el uncus del hipocampo hacia delante y el giro parahipocampal; por encima del giro parahipocampal se encuentra el giro dentado y por arriba de éste la fimbria del fórnix y lateral a éstas dos últimas estructuras, el hipocampo. El surco hipocampal divide el subiculum (cara superior del giro parahipocampal) del giro dentado y el surco fimbriodentado divide el giro dentado de la fimbria del fórnix. Por arriba de la fimbria del fórnix se encuentra la fisura coroidea. Por delante del giro parahipocampal se encuentra el uncus del hipocampo en cuyo interior se encuentra la amígdala, el uncus no posee estructuras ventriculares en su interior. Todas estas estructuras neurales forman parte del sistema límbico, en el interior del giro parahipocampal se encuentran las fibras del fascículo del cingulum que lo une con el giro del cingulum. El giro dentado se continua hacia atrás formando el giro fasciolar que rodea al rodete del cuerpo calloso, para luego seguir por arriba del cuerpo calloso con el nombre de induseum griseum. Discusión El conocimiento de la disposición de las diferentes fibras localizadas en el lóbulo temporal colaboran con el neurocirujano para su planeamiento quirúrgico, de tal manera de poder evitarlas. Se han descrito diferentes trastornos asociados a lesiones de estos sistemas de conexión. Tal es así que las radiaciones ópticas pueden ser lesionadas cuando se planean amígdalo-ipocampectomías por vía transsilviana, dejando al paciente con cuadrantopsias que habitualmente son altitudinales. Debido a lo expresado previamente, existen múltiples publicaciones que proponen diferentes vías de abordajes (vía de Niemeyer, subtemporal, transurco colateral, etc.)7,8,9. Las lesiones del tronco temporal se vieron asociada a patologías como la amnesia, el síndrome de Kluver Bucy, el traumatismo encéfalo craneano, la epilepsia del lóbulo temporal y la enfermedad de Alzheimer. También la lesión de ésta estructura puede provocar trastornos del aprendizaje y alteraciones en las funciones visuoespaciales y verbales4. El FU es sabido por medio de estudios experiementales en monos que es un fascículo monosináptico córtico-cortical de interacción entre el lóbulo temporal y frontal. La lesión del FU puede ocasionar trastornos severos de la memoria, especialmente la amnesia retrógrada post-traumática. Los trastornos clínicos asociados a la lesión del FOF son poco descriptos, podría desencadenar alucinaciones visuales y al asociarse a lesiones de otras vía provocaría afasia global. Se lo incrimina más comúnmente como responsable de la diseminación de lesiones neoplásicas y del edema cerebral. La función y en consecuencia la lesión del FLI no está del todo aclarada. Se presume que esta vía participa en el aprendizaje visual. Es reportado un caso de un paciente que presentaba lesión de esta vía y que no era capaz de aprender estímulos visuales y era incapaz de explicar los estímulos visuales a los que era sometido4. Conclusión El conocimiento de la anatomía de las fibras blancas del encéfalo es de gran utilidad para el neurocirujano ya que da una mejor interpretación tridimensional del encéfalo. La capacidad de poder comprender la localización de las diferentes vías ayuda a programar vías de abordaje al encéfalo más seguras optimizando el éxito quirúrgico. Los estudios complementarios actuales como la resonancia magnética por tensor de la difusión que nos permiten saber la localización exacta de estas vías y su relación con estructuras patológicas no obliga a profundizar nuestro conocimiento anatómico para alcanzar mejores resultados quirúrgicos. Referencias 1. Ludwig E, Klingler J. Atlas cerebri humani. Boston: Little, Brown; 1956. 2. 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