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La Enseñanza Moral de la Iglesia Sobre la Anticoncepción
Esta es la primera homilía de una serie de tres predicadas por el Padre Anthony Kopp,
O Praem, grabada en la Parroquia de St. Kilian, en Mission Viejo, CA en enero del año
2000. Esta homilía fue traducida de inglés a español por Brian Murphy y Claudia Diaz.
Jesús nos da una severa advertencia esta mañana cuando nos dice que aquel que se
niega a escuchar a la Iglesia, entonces se le debe tratar como se trataría a un gentil o
a un recaudador de impuestos. En otras palabras, Jesús nos estaba diciendo que si
nos negamos a escuchar a su Iglesia, entonces estamos en un grave problema. Hay
un tema moral en particular, el cual examina, o por lo menos demuestra que muchos
católicos no piensan o actúan de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia, y esto es
realmente una desgracia. Como sacerdote, por supuesto, siguiendo la advertencia del
profeta de la primera lectura de hoy, tengo que advertirles de un hecho en este tema
moral en particular, en el que muchos católicos están en un error. Ellos están
haciendo lo que es incorrecto y pecaminoso.
¿Ahora, cual es este tema moral? Probablemente muchos de ustedes piensan que
este servidor va hablar sobre el aborto. No, no lo haré. Voy a hablar sobre un tema
que es más fundamental que esto, el cual es moralmente maléfico, el cual abre las
puertas al aborto en nuestro país. Es un tema moral que pienso es probablemente el
tema más importante de nuestra época. Este mal ha destruido insidiosamente nuestra
sociedad y nuestra Iglesia más que cualquier otro mal. De hecho, es tan importante
que voy a dedicar muchas homilías consecutivas a este tema en particular. Así pues,
probablemente se preguntan ustedes cual es este tema moral.
Pues, para presentarlo quiero darles un pequeño examen. Es un examen de tres
preguntas y un examen de falso o verdadero. Solamente contesten a sí mismos; no
contesten en voz alta. La primera pregunta es esta: ¿Es falso o verdadero?
Ninguna iglesia cristiana ha aceptado la anticoncepción como moralmente permitida
antes de 1930. ¿Es falso o verdadero?
Los protestantes, en un Estados Unidos principalmente Protestante, pasaron las leyes
anticonceptivas del siglo XIX. ¿Falso o verdadero?
Los líderes de la Reforma Protestante se oponían fuertemente a los métodos de
anticoncepción antinaturales. ¿Falso o verdadero?
Seamos honestos. ¿Cuantos contestaron “verdadero” a las tres preguntas? Esto es lo
correcto. Las tres son verdaderas. Es un hecho histórico que ninguna iglesia cristiana
aceptaba la anticoncepción antes de 1930. De hecho, hasta 1930 toda iglesia cristiana
condenaba fuertemente el uso de métodos anticonceptivos antinaturales. Fue hasta
1930 cuando el Congreso Lambeth de la Iglesia Anglicana primero permitió el uso de
tales cosas en ciertos casos específicos. Es un hecho histórico en el último siglo, que
nuestras legislaturas Protestantes pasaron leyes que prohibían, bajo pena de ley, la
compra y fabricación o aun la posesión de dispositivos anticonceptivos. Esto era
contra la ley. Finalmente, los líderes de la Reforma Protestante y en particular, Martín
Lutero, firmemente condenaron el uso de métodos antinaturales de anticoncepción.
Así es que, podemos ver que por lo menos por mil novecientos treinta años de
cristianismo, la anticoncepción fue condenada por todos los cristianos y fue vista como
un gran mal.
¿Ahora, por qué enseñaban esto los cristianos y por qué la Iglesia Católica ahora
continua enseñando que el uso de métodos antinaturales de anticoncepción es un mal
grave moralmente? Es de hecho, un pecado mortal. ¿Por qué enseña esto la Iglesia?
Pues, por lo que Dios ha revelado, lo cual se encuentra en la Revelación de Dios. Y
ahora en lo que resta de esta homilía, quiero trazarles un bosquejo donde Dios nos
habla exactamente sobre este tema. Pues, primeramente, necesitamos tener en
mente qué es lo que Dios nos enseña sobre la vida humana y el valor de la vida
humana y su deseo de ver el traer la vida humana al mundo. Primero, quizás
recuerden en el libro de Génesis, en el primer capítulo después que Dios había creado
a Adán y Eva, Dios les dio un mandato que está anotado en el primer capítulo,
versículo 28 del Génesis. Dios les dice lo siguiente a Adán y Eva. Dios los bendice
diciéndoles, “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla.” “Sean
fecundos y multiplíquense” y si leen los 150 Salmos, Dios frecuentemente nos dice allí,
que los hijos son sus regalos para nosotros. Son algo que debemos guardar como
tesoros. Por ejemplo, en el Salmo 127 versículo 3, Dios dice esto, “Un regalo del
Señor son los hijos, recompensa, el fruto de las entrañas.” En otras palabras, los hijos
son una bendición. Ahora, tenemos que tener esto en mente porque obviamente
estamos viviendo en una sociedad que no promueve semejante punto de vista. De
hecho, nuestro Santo Padre nos ha dicho muchas veces que estamos viviendo,
tristemente, en una cultura de muerte, una sociedad que promueve la muerte.
Justamente ayer, estaba leyendo algo sobre una decisión de la Corte Suprema en mi
estado de Wisconsin. Wisconsin es ahora el primer estado, que ha pasado una ley
que requiere que una mujer tenga un periodo de espera de 24 horas antes de tener un
aborto. Y la ley en el estado de Wisconsin dice que una mujer cuando va a la clínica
de abortos se le tiene que brindar una oportunidad para escuchar el latido del corazón
de su hijo no nacido. Tienen que permitirle que oiga ese latido, y luego darle tiempo
para tomar una decisión. Pues, los pro abortistas llevaron esto a la Corte Suprema de
Wisconsin, diciendo que esto era una conspiración pro vida coercitiva por parte de
ellos para eliminar los abortos. Por supuesto esto es ridículo, pero demuestra qué tan
lejos hemos llegado con nuestra mentalidad pro muerte, que por algún motivo u otro,
favorecemos la muerte sobre la vida.
Así que vemos que Dios desea que nosotros seamos generosos trayendo la vida al
mundo y que esto es un regalo de Dios. Pero se nos podría ocurrir la siguiente
pregunta. ¿Dios dijo algo en concreto sobre el uso de los medios antinaturales de la
anticoncepción? ¿Hay alguna mención de ello en las Sagradas Escrituras? La
respuesta es sí. Sí la hay.
De nuevo, la encontramos en el Libro de Génesis, capítulo 38. Primero necesito
ponerlos en antecedentes antes de leerles esta narración. En el Antiguo Testamento
había una ley particular, la cual decía que si un hombre tomaba una esposa y el
hombre moría antes que nacieran los hijos, el hermano de ese hombre debía tomar a
esa viuda como esposa, y tener hijos con ella y que entonces esos hijos se le
atribuirían al hombre que había muerto. Esa era la ley en el Antiguo Testamento. En
este caso en particular vemos en el capítulo 38, un hombre llamado Er. Él tomó como
mujer a Tamar y antes que tuvieran hijos, Er murió. Y entonces, Judá, quien es el
padre de Er le dice a su hijo Onán, que él tiene que tomar a Tamar como esposa, y
tener hijos para que luego se le atribuyan a Er. Luego sigue la narración así.
“Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y entonces, cuando tenía
relaciones con su cuñada, derramaba el semen en la tierra, para no darle un hijo a su
hermano.”
Noten que desperdiciaba ese semen en la tierra. Lo que hizo ofendió gravemente a
Dios y Dios tomó su vida. Como castigo de ese pecado, el acto antinatural que Onán
estaba cometiendo, Dios tomó su vida. Dios lo vio como un mal moralmente grave, y
en consecuencia como castigo para ese pecado, Dios tomó la vida de Onán. Y es muy
interesante saber…pienso que algunos de ustedes no están conscientes de
esto…hasta recientemente en la historia de la Iglesia, métodos antinaturales de
anticoncepción se llamaban - ¿Cómo? – actos de Onanismo. ¿Y por qué? Por esta
narración aquí en el libro de Génesis… este acto antinatural del control natal practicado
por Onán. La raíz para esa palabra “Onanismo” se encuentra aquí en este verso. Nos
demuestra claramente lo que Dios encuentra desfavorable - que Dios está firmemente
opuesto a este acto, a este acto antinatural del control natal.
Actualmente en los tiempos modernos, con la presión del uso de anticonceptivos,
ciertos sabios de las escrituras han tratado de reinterpretar este pasaje diciendo que
Onán no fue castigado por Dios por su acto particular, pero que se le castigó por que
no aceptaba cumplir con la ley. Sin embargo, como está anotado en el libro del
Deuteronomio, capítulo 25, el castigo por no cumplir con la ley no era la muerte, si no
avergonzar a la persona enfrente de la comunidad. Así es que se demuestra que Dios
estaba impartiendo un castigo particular al pecado de Onán, porque ese acto en lo
particular, era abominable a los ojos de Dios. Y por supuesto esa ha sido la
interpretación de la Iglesia desde el principio – que demuestra que Dios está muy
disgustado con actos de métodos antinaturales del control natal. Podríamos
preguntarnos, ¿Hay en el Nuevo Testamento alguna referencia al control natal?
Algunos sabios de las escrituras piensan que sí la hay. En el libro del Apocalipsis,
capítulo 21, versículo 8, Dios habla y nos dice esto, “Pero para los cobardes, los
renegados, los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en
una palabra, para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de
azufre, que es la segunda muerte.” En otras palabras Dios nos está diciendo aquí que
si practicamos estas cosas y no nos arrepentimos, ese infierno será nuestra suerte
para toda la eternidad. Ahora, si estaban escuchando cuidadosamente, por supuesto
que no escucharon la palabra “anticoncepción” o algo por el estilo. Pues, la palabra
aquí referida, o la palabra que se podría usar por la palabra “anticoncepción” es la
palabra “hechiceros.” Esto es porque en el griego original, la palabra que se usa allí es
“pharmacaea”, y “pharmacaea” suena como la palabra en inglés “pharmacy” o
“pharmaceutical” que significan “farmacia” o “farmacéutico.” Y piensan algunos sabios
de las escrituras que a lo que se refiere aquí es la práctica de anticoncepción del
primer siglo. Veamos, la anticoncepción ha existido desde hace mucho tiempo. No es
algo solamente del siglo XX. Existe desde los tiempos de Cristo, aun antes. En esos
días las mujeres mezclaban ciertas hierbas que se tomaban, pensando que les
causaría un aborto o que les impediría la concepción. Veamos, ese tipo de cosa
ocurría en esos días y algunos sabios de las escrituras creen que esta palabra
“pharmacaea” o hechicero, se refiere a esa práctica – la práctica de hacer esas
mezclas de hierbas para impedir una concepción o causar un aborto. Así es que
algunos piensan que eso es mencionado en el Nuevo Testamento. El punto es, mis
queridos hermanos y hermanas, que por 2000 años la Iglesia Católica, y por 1930 años
la mayor parte de las iglesias cristianas, han condenado firmemente estos actos en lo
particular, estos métodos antinaturales como forma del control natal. Y eso está
basado sobre el testimonio de la revelación que se encuentra en las Sagradas
Escrituras.
Hay muchos hoy en día en la Iglesia Católica que están militando por un cambio en
este tema en particular, y yo les diría, “¿Qué no creen como Católicos, que el Espíritu
Santo guía la Iglesia? Después de todo, esta es una creencia fundamental de nuestra
fe, que Cristo y su Espíritu guían la Iglesia Católica. ¿Pues, piensan ustedes que el
Espíritu Santo se equivocó sobre este tema? ¿No guió el Espíritu Santo la Iglesia por
2000 años? ¿Y hoy de repente vamos a decir que mientras el Espíritu Santo va a guiar
la Iglesia, antes estábamos equivocados y ahora el Espíritu Santo ha cambiado de
opinión? ¿Tiene esto sentido o algo de lógica? No. La Iglesia guiada por el Espíritu
Santo ha enseñado el mal de estos actos por 2000 años y continuará haciéndolo. Y la
razón es, por supuesto, que Dios nos ha enseñado que estas cosas están moralmente
equivocadas.” Ahora, cuando yo les enseño estas cosas a mis alumnos en mis clases
de religión, inmediatamente levantan las mano y dicen, “¿Bueno, Padre, esto quiere
decir que si yo quiero ser una buena madre Católica, debo intentar tener 25 hijos?
¿Debo de tener cuantos hijos pueda? ¿Es esa la enseñanza de la Iglesia?” Bueno,
para la respuesta a esa pregunta, mis hermanos y hermanas, tendrán que esperar
hasta la siguiente homilía.
Para recibir más información, favor de comunicarse con God’s Plan for Life a
bgmurphy@cox.net o al (949) 235-4045.