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transversalidad@enfoqueseducativos.es www.enfoqueseducativos.es REVISTA DIGITAL TRANSVERSALIDAD EDUCATIVA Nº 17 1/07/2009 LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL Arroyo Escobar, Mª Virginia 1. INTRODUCCIÓN: Entendemos por Educación Intercultural: Un método de enseñanza y aprendizaje que se basa en un conjunto de valores y creencias democráticas y, que busca fomentar el pluralismo cultural dentro de las sociedades culturalmente diversas en un mundo interdependiente. (Bennett). Un modelo educativo que propicia el enriquecimiento cultural de los ciudadanos, partiendo del reconocimiento y respeto a la diversidad, a través del intercambio y el diálogo, en la participación activa y crítica para el desarrollo de una sociedad democrática basada en la igualdad, la tolerancia y la solidaridad. (Sales, Auxiliadora. García Rafaela.) 2. FAVORECER INTERCULTURALES. LA COMUNICACIÓN Y COMPETENCIA La persona competente interculturalmente es, según las consideraciones de Aguado Odiana (1996), aquella que tiene la habilidad de interactuar con “otros”, de aceptar otras perspectivas y percepciones del mundo, de mediar entre diferentes perspectivas y de ser consciente de sus propias valoraciones sobre la diversidad (Byram, Nichols y Stevens). La competencia intercultural se compone de conocimientos, habilidades y actitudes, complementados por los valores que cada uno tiene por su pertenencia a una sociedad y a unos grupos sociales determinados. Las actitudes (apertura, voluntad de relativizar las propias creencias y comportamientos, empatía, etc.) constituyen la base de la competencia intercultural. Los objetivos de la educación intercultural derivados de la meta de favorecer la comunicación y competencia intercultural serían: - Potenciar a los estudiantes de grupos victimizados y ayudarles a desarrollar la confianza en su habilidad para tener éxito académico y para influir en las instituciones sociales, políticas y económicas. - Ayudar al alumnado a desarrollar habilidades de toma de perspectiva y a considerar las perspectivas de diferentes grupos. - Ayudar a los estudiantes a comprenderse mutuamente, a través del desarrollo de una perspectiva amplia de la sociedad en que viven. - Ayudar al alumnado a desarrollar el conocimiento, las actitudes y las habilidades necesarias para funcionar en su propia microcultura, en la macrocultura, en otras microculturas, y en la comunidad global. - Facilitar a todo el alumnado las herramientas más adecuadas y el acompañamiento personalizado necesario para realizar una construcción identitaria crítica, libre y responsable que se prolongará a lo largo de toda su vida. - Facilitar los contactos e interacciones entre grupos culturales diversos dentro y fuera de la escuela para desarrollar la capacidad de funcionar eficazmente en medios La EDUCACIÓN INTERCULTURAL, atendiendo a las consideraciones de Galino y Escribano (1990), surge como la necesidad de lograr desde la escuela actitudes transformadoras en un ambiente de convivencia en la colaboración, la tolerancia y el respeto ante la diversidad. Actitudes que nos lleven a propiciar nuevas formas de enseñar y de aprender, promoviendo formas CRÍTICAS Y CREADORAS de pensar, aumentando la AUTONOMIA del educando para la construcción de su proyecto de vida personal y comunitario. Para que pueda tomar decisiones basadas en sus propios juicios y valores desde el ámbito del propio grupo cultural y del grupo cultural dominante. Una de las tareas del maestro en la EDUCACIÓN INTERCULTURAL en el contexto de la GLOBALIZACIÓN es, según la LOE 2/2006, el Decreto 428/2008, el Decreto 230/2007, la Orden 5/8/2008 y la Orden 10/8/2007, primeramente reconocer la gran diversidad lingüística y cultural de las comunidades. También comprender que a pesar de las diferencias individuales que como seres humanos tenemos; como son: las condiciones materiales, el medio ambiente, la alimentación, el vestido entre otras, todos poseemos las mismas capacidades intelectuales, susceptibles de ser desarrolladas. De tal manera que los procesos educativos, se traduzcan en acciones tales como: flexibilidad de criterios, creación de ambientes positivos, aprendizajes autónomos, formación de habilidades, hábitos de conciencia reflexivas, críticas y creadoras, accionando nuevas estrategias de presentar los contenidos, considerando la manera en como las comunidades producen y transmiten los conocimientos. 3. LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL Y LA NUEVA ALFABETIZACIÓN. Una de las áreas a las que se refiere la nueva alfabetización, es la interculturalidad. En la medida en que somos más conscientes de la pluralidad cultural existente a nuestro alrededor (en nuestro barrio, escuela, ciudad, país), buscamos respuestas que nos faciliten la convivencia. Las respuestas han sido muy variadas, y se suele hablar de distintos enfoques de atención a la diversidad cultural; Elizabeth Coelho diferencia cuatro estrategias o enfoques, que no siempre resultan fáciles de delimitar en la práctica: - Segregación: consiste en la separación de diferentes grupos culturales, ya sea formalmente (con políticas gubernamentales diseñadas para limitar la participación de las minorías en la toma de decisiones y asegurar la dominación política y económica de unos grupos sobre otros) o informalmente (sin el apoyo explícito del gobierno). Esta ideología se enraíza en la creencia de que los grupos racial o étnicamente diferentes deberían separarse por el bien de cada uno. - Asimilación: consiste en la absorción de las culturas minoritarias por parte de la cultura mayoritaria, de modo que, al menos públicamente, las minorías abandonan su identidad étnica (incluyendo el lenguaje). - Fusión cultural: también llamado “melting pot” o e pluribus unum, supone un proceso de adaptación y aculturación bidireccional, en el que la diversidad cultural se incorpora en la cultura mayoritaria, cambiando también ésta y dando lugar a una nueva identidad cultural que contenga elementos de todas las culturas presentes. - Pluralismo cultural: también llamado “interculturalismo”, “mosaico cultural” o “ensaladera”, supone la creación de una sociedad cohesionada donde todos los individuos interaccionan y participan igualmente a la vez que mantienen sus propias identidades culturales. De los cuatro enfoques, el último es el único en el que la diversidad se percibe como un valor y no como un problema, y es el que vamos a asumir en esta comunicación. Bajo este modelo subyacen valores como la igualdad, el respeto por las minorías, o el intercambio cultural enriquecedor. La educación intercultural parte de esta misma concepción. Desde nuestra perspectiva, la nueva alfabetización, que habría de sentar las bases de lo que ha de ser la educación en el siglo XXI, será adecuada para todos y logrará formar ciudadanos capaces de convivir en sociedades culturalmente heterogéneas si se utiliza un enfoque educativo de carácter intercultural. Otros paradigmas de atención a la diversidad cultural en educación, como el asimilacionista o el segregador, están privando a un sector de la sociedad de su derecho a ser educados con las mismas garantías que el resto de ciudadanos, es decir, buscando el desarrollo de sus capacidades y su preparación para la vida adulta. Se trata pues de una cuestión de justicia, de tener como principios educativos los valores fundamentales de las personas (libertad, igualdad). 4. CONCLUSIÓN: La diversidad cultural y étnica es una característica de nuestra sociedad, según las consideraciones de Marchesi y Martín (1998), y por lo tanto también del sistema educativo. La respuesta educativa a esta diversidad supone un reto que nuestro sistema, lejos de evitar, ha de asumir y afrontar para poderse constituir en oferta educativa de calidad para todos y cada uno de los alumnos y alumnas. En una “enseñanza de calidad” un aspecto básico será la inclusión de elementos culturales de cada grupo, según lo establece Aguado Odina (1991). Ello será más fácil en un enfoque donde se recuperan en el aula y en el centro las culturas de los distintos grupos sociales (mujer, infancia, juventud, pobreza, emigración... y minorías étnicas) y se establece el diálogo entre ellas, es decir, en un planteamiento intercultural que permita a los alumnos y alumnas aprender a desenvolverse y ser competentes en una sociedad compleja desde su propia realidad, de manera que se haga realidad el principio de igualdad de oportunidades. El hablar de educación intercultural no implica la creación de una nueva materia o área, ni consiste sólo en añadir contenidos a cada área sino en un cambio en el enfoque de cada área, en los objetivos, en la selección y secuenciación de los contenidos, en las estrategias metodológicas, en la evaluación... Podemos plantear los siguientes principios de educación intercultural: Educar para la comprensión y el respeto de la pluralidad lingüística y cultural de una forma crítica; Educar para ejercer de una manera crítica, la libertad, el respeto y la solidaridad, avanzando en la lucha contra la discriminación y la desigualdad; Educar para satisfacer las necesidades de los diferentes grupos y personas dotándoles de los recursos necesarios para ser competentes y poder integrarse en una sociedad compleja; Promover la igualdad de oportunidades.