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LINFANGITIS NODULAR EN UNA PACIENTE INMUNODEPRIMIDA. CASO 590 Mujer de 74 años de edad acude a Urgencias refiriendo un cuadro de dolor e inflamación en miembro inferior izquierdo (MII). Entre sus antecedentes personales se encuentran alergia a AINEs, dislipidemia, cirugía protésica (fractura de cadera derecha) y artritis reumatoide con enfermedad de Sjogren, en seguimiento y tratamiento por Reumatología. El tratamiento de dichas enfermedades lo realizaba con simvastatina, tramadol y prednisona. La paciente acude a Urgencias por tercera vez en las últimas dos semanas refiriendo un cuadro de dolor e inflamación en MII que no mejora a pesar de haber realizado tratamiento con analgésicos y antibióticos (eritromicina durante siete días y amoxicilina/clavulánico otros siete días). No sólo no presenta mejoría, sino que existe un evidente empeoramiento: mayor dolor, más inflamación y exudado purulento múltiple sobre lesiones de discontinuidad en forma de sacabocados, localizadas en la piel y superficiales a un cordón linfático que se extiende desde la región posterior de la pierna hasta el territorio inguinal (figura 1), con adenopatía inguinal izquierda de 3 cm de diámetro y de consistencia intermedia. En la exploración física tan sólo llama la atención febrícula (37,6ºC). En las pruebas complementarias destaca leucocitosis (12.800 leucocitos/mm3 con 77% de neutrófilos), elevación del fibrinógeno (549 mg/dl), elevación marcada del dímero-D (7.222 ng/ml), hiperglucemia (314 mg/dl) y PCR de 59 mg/dl. Se realizó una Eco-Doppler del MII que mostró edema en tejido celular subcutáneo sin datos de afectación ósea, junto con adenopatías múltiples en todo el trayecto hacia la ingle izquierda. Con el juicio clínico de celulitis exudativa de probable causa infecciosa y adenopatías reactivas se decide recoger muestra del exudado para Microbiología, extraer hemocultivos, suspender corticoterapia e iniciar tratamiento con una cefalosporina de tercera generación asociada a levofloxacino, recomendando curas locales en el centro de salud. A los 4 días de incubación se observaron en la placa de agar sangre unas colonias blancas rugosas muy adheridas al agar, con superficie aterciopelada y olor a tierra húmeda (figura 2). La tinción de Gram mostró bacilos grampositivos filamentosos y ramificados, y parcialmente ácido-alcohol resistentes tras la tinción de Ziehl-Neelsen modificada. Así mismo, a los cinco días de pautar el nuevo tratamiento, se revisa a la paciente, observándose franca mejoría. Se encuentra afebril, con menor exudado de la herida y menos dolor, con persistencia del cordón ganglionar y con los reactantes de fase aguda (VSG y PCR) en descenso. Figura 1. Figura 2. ¿Cuál es el posible agente etiológico, según los datos clínicos y microbiológicos, y cuál es su epidemiología? La presencia de bacilos ramificados y filamentosos grampositivos en la tinción de Gram encuadró el agente etiológico en el grupo de los actinomicetos. El carácter parcialmente ácido-alcohol resistente y el olor característico a tierra húmeda nos orientó hacia el género Nocardia. El género Nocardia pertenece a la familia Nocardiaceae, del orden Actinomycetales. Las especies patógenas predominantes en seres humanos son el complejo N. asteroides (que incluye N. asteroides sensu stricto, N. farcinica y N. nova), N. brasiliensis, N. otitidiscaviarum y N. transvalensis. Son bacterias grampositivas aerobias estrictas, parcialmente ácido-alcohol resistentes, que originan formas filamentosas y/o ramificadas y que pueden fragmentarse en elementos cocobacilares muy pleomórficos. Las especies del género Nocardia se encuentran ampliamente distribuidas en la naturaleza en suelo, materia orgánica en descomposición y agua. Se han detectado especies patógenas en polvo, arena de playa y piscinas. Además, N. asteroides puede formar parte de la microbiota habitual de la cavidad oral y el tracto respiratorio superior. La nocardiosis es una infección habitualmente oportunista que aparece en pacientes inmunodeprimidos con déficit de inmunidad celular. Se ha descrito en pacientes con neoplasias como leucemia, linfoma o carcinoma, receptores de trasplante de órgano sólido o médula ósea, enfermos tratados con glucocorticoides o inmunosupresores, y en inmunodeficiencias congénitas como la enfermedad granulomatosa crónica o adquiridas como el SIDA. También es más frecuente en pacientes con EPOC, bronquiectasias, asma bronquial, proteinosis alveolar, tuberculosis o sarcoidosis. Entre los factores predisponentes no relacionados con estados de inmunodepresión están diabetes, alcoholismo, cirrosis hepática, lupus eritematoso sistémico, hemocromatosis, artritis reumatoide, enfermedad de Whipple, colitis ulcerosa, enfermedad de Paget, traumatismo, cirugía, embarazo y drogadicción endovenosa. ¿Cuáles son las principales manifestaciones clínicas y con qué microorganismos establecerías el diagnóstico diferencial en el caso que nos ocupa? La presentación clínica de la nocardiosis depende del estado inmunológico del hospedador y de la especie de Nocardia que causa la infección. Las formas clínicas más frecuentes son la pulmonar, cutánea y cerebral. El caso que nos ocupa se trata de una nocardiosis cutánea. La nocardiosis cutánea primaria es poco frecuente, representando sólo el 5% del total de casos de infección por Nocardia. Normalmente se produce por inoculación directa mediante pinchazos, traumatismos, erosiones, heridas abrasivas o punzantes contaminadas con materia orgánica, aunque también puede aparecer tras una picadura de insecto, mordedura de animales o arañazos de gato, e incluso tras cirugía o inserción de un catéter vascular. La localización más habitual de las infecciones cutáneas producidas por especies de Nocardia es en las extremidades superiores e inferiores. Suele estar causada por especies como N. brasiliensis, la cual reside habitualmente en suelo, agua o materia orgánica de zonas tropicales. Sin embargo, en España la nocardiosis cutánea ha sido atribuida habitualmente a N. asteroides y de forma más rara a N. brasiliensis. La nocardiosis cutánea se divide en cuatro grupos: infección cutánea superficial, infección linfocutánea o linfangitis nodular, micetoma, e infección diseminada con afectación cutánea. Nuestro caso clínico consiste en una linfangitis nodular, aunque a continuación describimos brevemente los cuatro grupos. La infección cutánea superficial puede ser en forma de úlcera, celulitis, absceso, pústula, pioderma o nódulos. Es clínicamente indistinguible de las lesiones producidas por bacterias piógenas. Debe sospecharse en pacientes con lesiones nodulares o ulcerosas de evolución tórpida que no responden al tratamiento antibiótico habitual. La forma linfocutánea o linfangitis nodular también se denomina esporotricoide. Se presenta normalmente como un absceso o lesión ulcerativa en el lugar de inoculación, seguido por una extensión proximal en forma de linfangitis y nódulos eritematosos subcutáneos a lo largo del trayecto de los vasos linfáticos que drenan la zona, a menudo con linfadenopatía regional profunda. Su localización más frecuente es en la cara y las extremidades. Este síndrome linfocutáneo puede estar producido por una amplia variedad de patógenos. Entre ellos se encuentran hongos como Sporothrix schenckii, Aspergillus spp., Cryptococcus spp., y Scedosporium apiospermum; micobacterias no tuberculosas como Mycobacterium marinum, M. chelonae, M. fortuitum, M. abscessus; bacterias como Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes, Francisella tularensis y Erysipelothrix rhusiopathiae; parásitos como Leishmania; y algunos virus. El micetoma es una infección crónica, profunda, progresiva y destructiva de la piel que se manifiesta como áreas de tumefacción, nódulos o placas con múltiples trayectos fistulosos, zonas de drenaje y presencia de gránulos macroscópicos de coloración blanca-amarillenta. Suele aparecer en las extremidades inferiores, sobre todo el pie, seguido por el tronco, espalda y miembros superiores, tras un traumatismo local, y se caracteriza por una afectación supurativa y granulomatosa progresiva de la piel que puede extenderse a los tejidos subcutáneo, muscular y óseo. La enfermedad sistémica con afectación cutánea se define cuando la infección afecta a dos o más órganos no contiguos. Los sitios más frecuentemente afectados son SNC, piel, ojos y riñones. ¿Qué procedimientos llevarías a cabo para identificar este microorganismo? El diagnóstico se establece por cultivo de las muestras clínicas de los órganos afectados. La tinción de Gram muestra bacilos grampositivos filamentosos ramificados o formas bacilares y cocoides. Son parcialmente ácido-alcohol resistentes, con lo que se tiñen con la tinción de Kinyoun o Ziehl-Neelsen modificada. Nocardia es un microorganismo de crecimiento lento que crece bien entre 3-7 días para la mayoría de las especies en medios convencionales, como agar sangre, y en medios específicos enriquecidos como Sabouraud, Lowestein-Jensen, BCYE o Thayer Martin. Los cultivos se incuban a 32-37ºC en atmósfera de CO2. Las colonias son de aspecto variable, opacas, secas y rugosas, de superficie irregular y aspecto característico de yeso. La mayoría son pigmentadas, de color blanco, rojo, rosa o anaranjado, tienden a incrustarse en la superficie del agar y presentan un olor característico a tierra húmeda. Es aerobio estricto, inmóvil, de crecimiento lento, productor de catalasa y ureasa y resistente a lisozima. La distinción de las especies de Nocardia puede efectuarse por pruebas bioquímicas, como la descomposición de caseína, xantina, hipoxantina y tirosina. También por la sensibilidad a antibióticos, la temperatura de cultivo, la resistencia al fluorouracilo, la positividad de la arilsulfatasa a las 2 semanas o la lisis inducida por algunas levaduras. También se pueden identificar por la composición de los ácidos micólicos de la pared celular mediante HPLC. Por último, las técnicas de genética molecular, como son el estudio de polimorfismos en la longitud de los fragmentos de restricción (RFLP) o mediante secuenciación genómica del ARNr 16S son muy útiles para la identificación definitiva, aunque no están al alcance de todos los laboratorios. En nuestro caso clínico el microorganismo fue identificado mediante secuenciación genómica del ARNr 16S por el Laboratorio de Taxonomía de Instituto de Salud Carlos III como N. brasiliensis. Se han empleado varios métodos para determinar la sensibilidad de Nocardia a los antimicrobianos, como son disco-difusión, dilución en caldo, microdilución en agar y E-test, siendo el único método aprobado por el Clinical and Laboratory Standards Institute (CLSI) la microdilución en caldo MuellerHinton suplementado con cationes. ¿Cuál sería el tratamiento de elección en este caso? La terapia de la nocardiosis se basa en el uso de antimicrobianos junto con un adecuado drenaje quirúrgico. La elección del tratamiento dependerá de la especie implicada, la gravedad y localización de la infección y el estado inmunológico del huésped. Las sulfamidas siguen siendo el tratamiento de elección, y el cotrimoxazol el más utilizado en la práctica clínica. Otros fármacos activos frente a Nocardia son amikacina, imipenem y cefalosporinas de tercera generación. Así, la asociación de imipenem, cefotaxima o ceftriaxona con amikacina es recomendada por la mayoría de expertos en las formas graves de nocardiosis, ya que se ha observado actividad sinérgica. También son activos frente a gran variedad de especies de Nocardia otros β-lactámicos como cefuroxima o amoxicilina-clavulánico, así como tetraciclina, doxiciclina y minociclina, que tienen una excelente actividad in vitro. Así mismo han demostrado actividad in vitro frente a Nocardia las fluoroquinolonas, macrólidos, tigeciclina y dapsona. El linezolid es también muy efectivo y constituye un excelente agente de segunda línea en pacientes alérgicos a las sulfamidas. En pacientes que responden clínicamente el tratamiento parenteral puede secuenciarse a vía oral a las 3-6 semanas. La duración óptima del tratamiento de la nocardiosis no está establecida. En infecciones cutáneas suele ser suficiente una pauta de 1-3 meses, a excepción del micetoma, que debe ser de 12 meses. En las formas graves, como la nocardiosis pulmonar, en pacientes inmunocompetentes se recomienda una duración mínima de 6 meses. En la nocardiosis cerebral, la nocardiosis diseminada y en todas las formas clínicas del paciente inmunodeprimido el tratamiento debe ser de al menos 12 meses. Caso descrito y discutido por: 1 2 Alicia Beteta López , Antonio Vizuete Calero e Iván Cervigón González 1 2 3 Servicios de Microbiología , Medicina Interna y Dermatología Hospital Ntra. Sra. del Prado Talavera de la Reina. Toledo Correo electrónico: alicia.beteta@hotmail.com Palabras Clave: Nocardia, Infección piel/partes blandas. 3