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LA RESTAURACIÓN DE LA CATEDRAL DE LEÓN *Facultat de Geografia i Història *Asignatura: Historia y Gestión del Patrimonio Artístico *Grupo: 3ºB *Profesor: Luís Arciniega García *Alumna: Uxía Iglesias Álvarez ÍNDICE: *INTRODUCCIÓN……………………………………….3 *CONCEPTO DE PATRIMONIO Y SU DEGRADACIÓN…………………………………………..……3 *CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO…………………………………………………..4 * LA CATEDRAL DE LEÓN……………………………..5 *LA RESTAURACIÓN DE LA CATEDRAL DE LEÓN...7 * EL PROYECTO DE MATÍAS LAVIÑA BLASCO…...10 * JUAN DE MADRAZO COMO ARQUITECTO DIRECTOR DE LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN………..11 -El proyecto de encimbrado de la Catedral*………..13 * DEMETRIO DE LOS RÍOS: LA CONTINUACIÓN DE LOS PROYECTOS DE JUAN DE MADRAZO y JUAN BAUTISTA LÁZARO: ARQUITECTO QUE CONCLUYÓ LAS OBRAS…………………………………………………………17 *BIBLIOGRAFÍA………………………………………..21 2 INTRODUCCIÓN: El objetivo de este trabajo es realizar un estudio de la catedral de León desde el punto de vista del patrimonio artístico. Para ello he dividido mi trabajo en diferentes apartados, en primer lugar una introducción con un pequeño resumen acerca del contenido del trabajo y en segundo lugar otra introducción de la obra concreta que se va a tratar en este trabajo, con una previa explicación sobre la conservación y restauración del patrimonio. A continuación nos encontraremos con el groso del contenido, donde se explica el proceso de transformación y restauración de la Catedral de León. He tratado de estudiar de forma minuciosa todos los cambios que sufrió la Catedral, y las técnicas que fueron empleadas para llevar a cabo dichos cambios. He elegido esta Catedral porque opino que fue una arquitectura muy polémica que ha estado en continua transformación durante un amplio período de tiempo. Se inició con un proyecto ideal, pero que duró muy poco tiempo, y se ha buscado substituirla por la Catedral que debió ser desde un principio, es decir una catedral primitiva. Estudiare por tanto la Catedral de León, atendiendo a todas las reformas y cambios, en definitiva a su restauración teniendo en cuenta los proyectos de los diferentes arquitectos que participan en ella y las teorías de restauración de Viollet- Le- Duc, quien influyó mucho sobre los arquitectos. CONCEPTO DE PATRIMONIO Y SU DEGRADACIÓN: Los bienes que integran el patrimonio cultural existen desde el mismo momento en que el hombre deja testimonios materiales de su presencia y actividad, dando lugar a objetos de todo tipo. Estos objetos que componen el patrimonio cultural de los pueblos han existido, por consiguiente, desde los primeros tiempos de la humanidad. El concepto de “patrimonio histórico” no existe, en sentido estricto, hasta el siglo XIX, cuando este patrimonio cultural se simboliza en los llamados “monumentos nacionales”, expresión propiamente decimonónica.1 Todos los objetos artísticos están realizados en un soporte y en una materia y, como tal materia, son efímeros. Degradar es descomponer la materia de una manera natural o accidental. Las causas que provocan esta degradación hasta hacer desaparecer los objetos, son múltiples, pero podemos reducirlas a dos grupos: causas humanas y causas naturales2. El deterioro causado por el hombre puede venir dado por diversos factores: políticos, religiosos, económicos, cambios de gusto, falta de medios económicos, el turismo masivo, etc. Los hechos bélicos son otro factor muy importante, ya que muy pocos parecen darse cuenta de las pérdidas. El “turismo cultural de masas” es otro factor 1 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio: Conservación de bienes culturales, teoría, historia, principios y normas, Manuales Arte Cátedra, Madrid, 1999, pag.21 2 FERNANDEZ ARENAS, José: Introducción a la conservación del patrimonio y técnicas artísticas, Ariel, Barcelona, 1996, pag.139 3 que afecta en gran medida al patrimonio en lugares concretos como pueden ser las cuevas (p.ej. Altamira), teniendo que limitar las visitas, reducir los grupos, e incluso llegar a eliminarlas por el deterioro. Los dos factores que cobran una especial importancia son la emigración, ya que el despoblamiento de un lugar ocasiona el abandono de iglesias, ermitas, casas, etc. y esto supone a su vez una pérdida de todos los elementos artísticos que albergan; y la contaminación atmosférica y el aire ácido que destruyen de forma inevitable los edificios con el “mal de piedra”, causado por el aire ácido y contaminado.3 Cuando hablamos de causas naturales, debemos pensar en causas que residen en el mismo objeto y su materialidad, así como el ambiente en que se encuentran`, ya que este está compuesto por elementos físicos (agua, luz y calor), elementos químicos (como el agua o la misma contaminación) y elementos biológicos (microorganismos, plantas, animales o termitas entre otros) CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO: Una vez visto en el apartado anterior las posibles causas de degradación del patrimonio y antes de meternos con el grueso del trabajo veremos de forma breve las distintas formas de actuar respecto a una obra de arte para su conservación y restauración. Con la ayuda del manual de Fernández Arenas veremos de forma breve los criterios fundamentales de la restauración de una obra de arte. En primer lugar, está el criterio de anticuario, galerista o propietario, los cuales fundamentan la comercialización de la pieza en la integridad de la misma, ya que la falta de parte de la obra no sería lo adecuado para su comercialización. Se difunde cada vez más el criterio llamado museográfico, arqueológico o científico a favor de una reintegración que cumpla unas condiciones de respeto total a la obra original, tal y como ha llegado, sin recrear nada.4 Estamos pues ante dos casos, por un lado el de restaurar, que es reinventar lo que falta, son operaciones cuya finalidad es la restitución o mejora de la legibilidad de la imagen y el restablecimiento de su unidad potencial, si esta se hubiera deteriorado o perdido. Y por otro lado está la intervención de conservación, cuya finalidad es prolongar y mantener el mayor tiempo posible los materiales de los que está constituido el objeto. Los criterios que habría que seguir para llevar a cabo la conservación son los siguientes: -La mínima intervención posible para que la obra se conserve tal como ha llegado, con pleno respeto al original. 3 FERNANDEZ ARENAS, José: Introducción a la conservación del patrimonio y técnicas artísticas, Ariel, Barcelona, 1996, pag.140 4 Ibidem, pag.152 4 -La legibilidad o diferenciación de las reintegraciones realizadas. Siempre debería distinguirse lo original de lo restaurado o añadido. Lo más próximo a la falsificación es la no legibilidad de la intervención. No se debe tampoco de ninguna manera proceder de manera que el original sea distorsionado por los retoques. -La reversibilidad de los materiales, es decir, que cualquier material añadido debe tener una cualidad: que pueda quitarse en un momento dado. -La compatibilidad, esto es, que los materiales empleados no deben causar daños de ningún tipo a la pieza original. Para cerrar este apartado es necesario hacer una matización acerca del concepto de conservación. Este concepto se puede aplicar a todo tipo de objetos, incluidos, por supuesto las obras de arte, es decir, se aplica a los “bienes culturales”. De este modo, distinguimos entre “conservación de bienes culturales” y “conservación y restauración de obras de arte”. La conservación puede ser de dos tipos, preventiva o indirecta o directa5, pero no voy a entrar en una explicación de dichos tipos, puesto que considero que no es necesario en este trabajo. LA CATEDRAL DE LEÓN Un primer acercamiento de la catedral de León lo llevaré a cabo mediante la definición que nos propone la wikipedia: “Es un templo de culto católico, sede episcopal de la diócesis de León, España. Está dedicada a Santa María de Regla. Iniciada en el siglo XIII, es una de las grandes obras del estilo Gótico, de influencia francesa. Conocida con el sobrenombre de Pulchra leonina, se encuentra en pleno Camino de Santiago. La catedral de León es conocida sobre todo por llevar al extremo la «desmaterialización» del arte Gótico, es decir, la reducción de los muros a su mínima expresión para ser sustituidos por vitrales coloreados, constituyendo una de las mayores colecciones de vidrieras medievales del mundo”. La Catedral de León es un buen ejemplo de los aprovechamientos, reconstrucciones y modificaciones llevadas a cabo en la época. Es una iglesia visigótica que fue dañada en tiempos de Almanzor, por lo que se construyó otra en 1065 en estilo románico, 6siendo cada remodelación cimentada sobre la anterior, lo cual, junto con la mala calidad de la piedra, fue la causa de los muchos daños que ha surgido a lo largo de la historia. Construida como tal catedral en el siglo XIII, presenta en sus elementos decorativos el aprovechamiento de materiales de otras procedencias: así, el Retablo Mayor se forma con tablas procedentes de Santa María del Mercado y del antiguo retablo desmembrado. 5 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio: Conservación de bienes culturales, teoría, historia, principios y normas, Manuales Arte Cátedra, Madrid, 1999, pags 77 y 100 6 MACARRÓN MIGUEL, Ana María.: Historia de la conservación y la restauración: desde la Antigüedad hasta finales del siglo XIX., Tecnos, Madrid, 1995. pag.62 5 El siglo XIX fue un siglo clave en la restauración de la catedral, y a su vez la catedral un auténtico mito del siglo XIX. Fue un siglo atravesado e inundado por el romanticismo literario, un siglo que continuamente miraba al pasado, buscaba sus ideales en el valor del pasado. La Catedral de León es por tanto, un edificio emblemático que representa la moral de la época, “su regeneración”. No hay que olvidar además que el siglo XIX fue el siglo de la Revolución industrial, el siglo del progreso, del positivismo, etc., y todo esto se ve reflejado en la restauración. El templo mayor leonés inició desde el año 1859 un trepidante proceso de transformación que en poco menos de medio siglo supuso la metamorfosis del edificio que renovó completamente su estructura y decoración.7 Lo que marcó de forma definitiva la dirección de los trabajos de restauración fue la recuperación de la idea de Catedral ideal, la búsqueda del primitivo esplendor de la arquitectura gótica. El gobierno de Isabel II también tuvo relevancia a la hora de iniciar el proceso de restauración8. La primera necesidad que surge en el estudio de esta catedral es distinguir “lo nuevo de lo viejo”, para ello es necesario un estudio minucioso, teniendo presentes planos, imágenes y bocetos de la misma, y esto será el objetivo principal que intentare desarrollar después de esta introducción. En un principio, el primer arquitecto restaurador efectivo de las obras de la catedral fue Matías Laviña Blasco que era un gran especialista en arquitectura clásica, motivo por el cual, desconocía el comportamiento físico de las estructuras constructivas góticas. Llevó a 7 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio.: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. Había una necesidad inaplazable de intervenir, si se quería mantener físicamente el edificio, por lo que se convirtió en el centro de las instituciones estatales. 8 6 cabo una intervención excesivamente rigorista gracias a la cual evitó el derrumbe de la catedral. Buscó la unidad de estilo pero cometió fallos técnicos y formales en su actuación. Fallecido Matías Laviña Blasco, la Academia de San Fernando nombraría como substituto a Juan de Madrazo y Kuntz quién presentaría su renuncia al cargo dos días después. Será por este motivo que, pasados unos días, una Real Orden nombraba director de las obras al arquitecto Andrés Hernández Callejo. Diez meses después de su nombramiento sería cesado en el cargo tras una injuriosa campaña contra su persona acusándosele de una inutilidad tanto técnica como administrativa. Tras el cese de Hernández Callejo, se le encomienda a Ricardo Velázquez Bosco (delineante de obra y aparejador de Laviña) la dirección de las obras de restauración, cargo que nunca llegará a asumir. El siguiente en ponerse al frente de las obras de restauración de la catedral fue Juan de Madrazo y Kuntz, un buen conocedor de las teorías de Lassus, Vitet y Viollet-Le-Duc (éste último lo influiría especialmente). Deshará parte de lo que había hecho mal Laviña y proyectará en la obra un espíritu racional, romántico e historicista. Uno de sus principales méritos fue la proyección de un complejo sistema de encimbrado en las bóvedas altas, controlando los empujes, para mantener el edificio en pie y de ese modo poder restaurarlo. El objetivo de Madrazo fue devolverle al templo su estado primigenio de gótico puro y llevó a cabo un cierto “afrancesamiento” en búsqueda del ideal de catedral francesa. A Madrazo lo sustituiría Demetrio de los Ríos que se había formado en el conocimiento de la arquitectura medieval y de la doctrina de Viollet-Le-Duc. Demetrio seguirá en la misma línea que Madrazo buscando darle a la catedral su aspecto gótico primitivo. El último arquitecto encargado de la restauración de la catedral de León fue Juan Bautista Lázaro. Él llevó las restauraciones de la catedral al estado suficiente para permitir la reapertura del templo al público. Además, a parte de su importante intervención arquitectónica, hizo un excepcional trabajo de restauración de las vidrieras. En cuanto a su intervención arquitectónica, cabe destacar su proyecto para la nueva pavimentación del atrio, la ubicación del coro en el presbiterio, la canalización de aguas pluviales, la rejería catedralicia o el importante proyecto de restauración de la torre norte. Esta es una explicación a grandes rasgos por lo que en el siguiente apartado explicaré de forma más minuciosa todo este proceso. LA RESTAURACIÓN DE LA CATEDRAL DEL LEÓN La restauración de la catedral de León se vincula con la “restauración en estilo” pues las ideas violletianas influyeron en los arquitectos restauradores de la catedral que pretendían conseguir la unidad del estilo y convertir a la catedral en la Pulchra Leonina. Seis siglos después del inicio de la construcción de la Catedral de León, es decir, llegado ya al siglo XIX, había un presentimiento catastrófico de ruina que ya se barruntaba, esto se hacía notar también desde el desastre de 1743 y los efectos del terremoto de Lisboa de 1755, que pusieron en evidencia la debilidad de la construcción 7 de la catedral. En los últimos años del siglo XVIII se realizaron algunas reparaciones, pero que no fueron suficientes para parar el debilitamiento, es más, causaron nuevos estragos en las bóvedas. En el último lustro del siglo XVIII se levantó la verja que circunda el edificio por delante de la fachada principal y por el costado meridional. Las obras de consolidación realizadas por Fernando Sánchez Pertejo no fueron suficientes para impedir el progresivo desplome de la fachada meridional, cada vez más alarmante, por lo que hubo que tomar parte del Cabildo. La solicitud del Cabildo, ante el “deplorable estado de la fachada y crucero meridional”, estaba acompañada de un informe sobre las causas del estado de la catedral y una propuesta de obras de reparación elaborada por el jesuita Manuel Ibañez. “El reconocimiento de Manuel Ibáñez detectaba serios daños en la fachada meridional: esta se encontraba “con un pie de desplome en los dos cuerpos del medio”, “reventada y llena de quiebras por todas partes a causa de su poco grueso” y lamentaba “el poco enlace que se nota en los trabazones por su construcción” indicados por el padre Ibáñez en la ventana geminada y lienzo del hastial reconstruidos en 1755, así como la propuesta de restitución del rosetón en la fachada:“se nota haber tenido donde hoy tiene dos huecos de vidriera un óvalo circulo semejante al del costado opuesto, y al deshacerle y hacer los que hoy existen no enlazaron bien la nueva sillería con la vieja, y es donde están las mayores quiebras”.9 Finalmente se dieron cuenta de que estas reparaciones parciales realizadas entre 1830-1848 no solucionaron los problemas estructurales que ya se venían arrastrando. El difícil equilibrio de la cúpula y la gravitación de los pilastrones seguían siendo un desafío a la estabilidad general del templo, y un resentimiento para las partes más débiles, por lo que el Cabildo de nuevo tomó parte; pero la causa inmediata que motivó al Cabildo a iniciar sin dilación la tramitación del expediente fue el desprendimiento de fragmentos de la fábrica a través de las grietas abiertas en la cúpula. El desprendimiento de fragmentos hacía presagiar una ruina inminente si no se actuaba con rapidez y contundencia. Finalmente el informe que se pondría en marcha sería el llevado a cabo por Narciso Pascual y Colomer10 Retrato de Narciso Pascual y Colomer Los objetivos del reconocimiento eran tres: realizar el examen del estado de las fábricas, establecer las causas de su inseguridad y proponer en consecuencia el tipo de reparación que debía ejecutarse, “para volver a esta preciosa joya de las artes españolas, su primitiva estabilidad y la completa seguridad 9 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio.: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. pag.108 10 Narciso Pascual y Colomer se trasladó el día 29 de octubre de 1858 a León para cumplir el encargo expresado por la Real Orden de 6 de julio, es decir, efectuar el reconocimiento del edificio y emitir el consiguiente informe que remitió a la Academia de San Fernando y al Obispo Joaquín 8 que exige el sagrado uso al que se halla destinada”. Por consiguiente juzgaba innecesario en este informe proceder al desmonte de la cúpula, limitándose solo a la reparación y consolidación de las partes deterioradas. Y sin más demora comenzó los preparativos con la adquisición de madera para los andamios. El 17 de noviembre 1858 Perfecto Sánchez Ibáñez y Mariano Álvarez emitieron un nuevo informe como consecuencia de un temblor de tierra que sacudió al templo el día 11 y que afectó sobre todo a las bóvedas de crucería de la nave y presbiterio contiguas a la cúpula, con grietas desde la clave hasta el arranque de las bóvedas. En enero se crea una Junta y esta le encarga las obras a Perfecto Sánchez Ibáñez Durante los dos meses siguientes se trabajó en la preparación de los andamios para el apeo y reparación de las bóvedas de la nave central sobre el coro y presbiterio, contiguas al crucero. Sin embargo, seguía sin nombrarse al arquitecto por la Academia que habría de ocuparse de la dirección de los trabajos y del levantamiento de los planos, con lo que no se podía realizar todavía un estudio detallado ni proponerse en consecuencia un plan integral de reparación. Efectivamente, estas obras provisionales de apeo de las bóvedas resultaron pronto insuficientes para contener la ruina del edificio, pues el día 31 de enero de 1859 sobrevino el temido desplome de la bóveda situada sobre el coro mientras se trataba de proveer de los andamios necesarios para su apeo Se temía también por la ruina inminente del primer tramo de bóveda del presbiterio que con su hundimiento ocasionaría cuantiosos daños en el pavimento. Para evitar este previsible desplome se dispuso en la tarde del 17 de febrero su desmonte. Pese al vivo interés mostrado por estas influyentes personalidades para llegar a una rápida decisión, todavía a finales del mes de abril continuaba sin saberse el nombre del arquitecto designado, ni en qué momento podría llegar a la capital leonesa. Mientras tanto se terminó de colocar el andamio para reponer las bóvedas arruinadas y sostener las contiguas. Finalmente el día 3 de mayo se había nombrado por Real Orden al arquitecto Matías Laviña Blasco, arquitecto director de las obras de restauración de la catedral de León. A continuación me centrare en los arquitectos más relevantes y en su trabajo de forma más detallada. EL PROYECTO DE MATÍAS LAVIÑA BLASCO Matías Laviña es considerado como el arquitecto del antiguo sistema11, comenzó a ocuparse de las obras de restauración a los sesenta y tres años, parece sorprendente 11 Definición que le otorgó Demetrio de los Ríos, o también “Educado en ideas y con preceptos muy distintos de aquellos en que se funda el arte de construir durante toda la Edad Media” 9 pero no es un caso aislado. Entre 1859 y 1860 se dedicó a examinar la catedral, y a acometer los trabajos de mayor urgencia y realizar los primeros preparativos del andamiaje para comenzar rápidamente el desmonte de los pilastrones de la cúpula del crucero. Esta va a ser la primera intervención llevada a cabo. A posteriori se realizarán más reconocimientos y se hará una planificación de los trabajos de más urgencia. El proyecto que expone el 22 de diciembre de 1860, da lugar a la alternativa entre la conservación y la restauración radical. Finalmente después de más de dos siglos de desequilibrios, quebrantos, desajustes y deterioros plantea el inmediato derribo de la cúpula, el elemento más problemático y de los demás elementos debilitados. Así que con una gran precisión, celeridad y agilidad pasmosas se introduce en un proceso de desmonte de la cúpula, el brazo sur del crucero, la fachada meridional y las bóvedas altas. Todas estas operaciones fueron determinantes para el futuro del edificio, pero los problemas de estabilidad seguían ahí y se vieron agravados al trastocarse la estructura con los desmontes. Pero esto no se quedo aquí, sino que tuvo que aguantar las críticas al “sistema seguido en la restauración de la catedral de León” por parte de Gregorio Cruzada Villamil y Viollet-Le-Duc. Entre 1863 y 1868 llevó a cabo la reconstrucción de las portadas meridionales hasta la galería del triforio, será un proceso lento, pero equívoco, escaso y que denota un acusado desconocimiento de las formas y funcionamiento de la arquitectura gótica.12 Además dos años después comenzaron los problemas económicos que sumados al mal tiempo impidieron la continuación las obras, en definitiva, su proceso fracasó y su obra quedo Ortografía de la fachada sur de la detenida una vez cubierta la galería del triforio, Catedral de León (brazo crucero) que se que finalmente sería desmontada propone para su reconstrucción. (1863). posteriormente por Juan de Madrazo. JUAN DE MADRAZO COMO ARQUITECTO DIRECTOR DE LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN Su nombramiento se confirmó el 21 de febrero de 1869 y comenzó a trabajar en la catedral, pero las obras siguieron un ritmo muy lento durante siete años, hasta que en 1876 se comenzó de modo efectivo la construcción del encimbrado llevado a cabo por 12 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. pag.143 10 Madrazo. Su intervención en la catedral tuvo una amplia repercusión nacional y fue seguida con gran expectación. Juan de Madrazo realiza un tipo de lectura “constructiva” como punto de partida en sus proyectos de restauración de la Catedral de León. “La actividad de Juan de Madrazo en la catedral de León, por el estado en que recibía el edificio, le llevó hacia estas amplias consideraciones; más que propiamente una restauración desarrolló una labor de reconstrucción: en sus proyectos de encimbrado y reconstrucción de la fachada meridional puso en juego el sistema de bóvedas, los tipos de arcos y contrarrestos, la función del hastial en relación con las cubiertas, es decir, la totalidad estructural del edificio[…]; Madrazo discernió en la catedral de León los principios de una construcción racional donde todas las fuerzas debían ser compensadas; el monumento era el resultado de un meditado equilibrio que el arquitecto se encargó de poner en evidencia al descifrar la manera en que las estructuras de la catedral entraban en relación para “construir”, “reconstruir” el edificio.13 Sistema de encimbrado 13 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I.: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. pag.175 11 Planta del encimbrado general al nivel de los capiteles de las bóvedas altas. (1874). Ejemplo del encimbrado de las bóvedas 12 *El proyecto de encimbrado de la Catedral* Hacia el último tercio del siglo XIX (1869), el estado de la catedral estaba totalmente debilitado, surgía de forma urgente la necesidad de un sistema de apoyo y entibaciones, este estado lastimoso, como hemos visto en el apartado anterior venía dado por los desmontes de Matías Laviña. Juan de Madrazo ideó entonces un impresionante sistema de encimbrado a modo de armazón de madera que respondía a las necesidades del momento para evitar la ruina, la cual era inminente tras la falta de equilibrio, grietas, presiones desiguales, etc. De todos los cambios y restauraciones que sufrió la catedral este fue el más importante, que permitió mantener viva la catedral. Realizó durante 10 años grandes obras de cantería, fundamentalmente en los dos botareles y los pilares interiores, pero este trabajo debería ir a la par del sistema de abovedamiento, puesto que este tendría que asegurarse previamente. El sistema de encimbrado no solo era útil para poder llevar a cabo la restauración, sino que las cimbras eran necesarias en este momento para controlar las presiones, los desequilibrados empujes que había dejado Matías Laviña. Por tanto el trabajo de restauración tenía una doble vertiente, por un lado asegurar la estabilidad del edificio y crear los medios necesarios de carpintería, y por otro lado llevar a cabo los trabajos de restauración como tal, que determinarían la imagen del edificio tanto de forma constructiva como formal, recuperando las formas góticas del siglo XIII. Este modelo de interpretación de “la catedral gótica” es de suma importancia como explicativo de la imagen formal que adopta la Catedral tras la restauración. La elaboración por Juan de Madrazo de su sistema de encimbrado es fruto de un estudio teórico previo del “sistema constructivo gótico” y sus “principios arquitectónicos”14 Si hablamos de teorías de restauración, debemos apuntar que el método seguido por Madrazo es la directa aplicación de doctrinas “racionalistas” de explicación del funcionamiento del sistema gótico, llevadas a cabo por el arquitecto francés Viollet-LeDuc que ya habría puesto en práctica en Francia. Esta teoría tuvo un gran éxito a lo largo de todo el siglo XIX, al ser un método de validez universal. Por tanto Madrazo adopta y desarrolla el método para resolver el complejo problema de contención de la ruina y reconstrucción de la catedral del León. La teoría de Viollet-Le-Duc se basa en concebir la evolución de la historia de la arquitectura, no tanto como una sucesión de formas sino como una transición gradual de unos “principios” constructivos a otros. Para Viollet-Le-Duc “La construcción es el medio, la arquitectura el resultado”, para él el resultado es algo más que la aplicación razonada del medio. Dice también que para conocer la parte científica de la disciplina arquitectónica es necesario el conocimiento de los principios constructivos; y entiende como principal principio 14 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I.: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. pag.182 13 constructivo en la Edad Media el principio de la “elasticidad”. Este método de interpretación de la arquitectura gótica coordina todo el sistema y permite al arquitecto restaurador englobar toda la variedad de edificios góticos. Este es el punto de partida que adopta Juan de Madrazo para plantear la reconstrucción de las partes desmontadas de la catedral. Organiza el sistema de restauración desde la distinción previa de los dos tipos de fábrica que intervienen en la estructura gótica15. Según la interpretación violletiana, el método de interpretación del edificio gótico consistía en hacer derivar las plantas y la disposición de los alzados de la estructura proyectada para las bóvedas, por tanto la arquitectura empleada debían ser las bóvedas de crucería con sus correspondientes contrarrestos. De manera que, el sistema de encimbrado reposa sobre una base teórica, es decir hay un estudio detrás de todo este proceso. La afirmación de un método que puede coordinar toda la estructura de la arquitectura gótica permitió a los arquitectos del siglo XIX intervenir de una manera “lógica” en los edificios góticos. Todo el sistema de encimbrado llevado a cabo por Madrazo quedó recogido en diferentes fuentes documentales, donde se explica su función y descripción.16 El sistema de cimbras será totalmente necesario para levantar el sistema de bóvedas de crucería que recorren las altas naves de la catedral, es decir, para su restauración y reconstrucción, pero está claro que no se limita ahí, por ello como ya he dicho en otras ocasiones es el sistema más importante y destacado del proceso de restauración de la catedral de León, tanto que sin él, es posible que la restauración no hubiera sido posible de manera tan efectiva. Son pues, necesarias para la reconstrucción de los nervios, se aplican también a todo tipo de arcos17 y arbotantes exteriores. Madrazo comenzó la restauración por los botareles que flanquean la fachada meridional, puesto que el equilibrio y estabilidad dependían de los empujes ejercidos por las bóvedas altas. 15 Estos dos tipos de fábrica serían por un lado la obra gruesa, el armazón y el esqueleto del edificio, y por otro lado la obra fina que no desempeña ninguna función activa en la construcción. 16 GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, I.: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. pags.187-189 17 Arcos torales del crucero, arcos fajones, formeros y nervios u ojivas de las bóvedas altas. 14 El sistema de encimbrado presenta una doble dimensión, es decir, hay una doble adaptación interrelacionada y definida por dos tipos estructurales activos del edificio gótico: las bóvedas de crucería y los arcos apuntados que componen estas bóvedas. Madrazo indica en su proyecto que para iniciar la reconstrucción de las bóvedas es necesario iniciar la construcción de los arcos, puesto que los arcos forman el esqueleto de las bóvedas y su sistema de encimbrado es totalmente inseparable y dependiente de la disposición de las mismas. Estas características que deben seguir los arcos apuntados determinan totalmente la cualidad principal del sistema de encimbrado. “con estas premisas la conclusión que se deduce es que hay que preparar, más bien que un encimbrado propiamente dicho, un sistema en rigor de entibaciones o acodalados, un sistema destinado principalmente, y como puntos de vista casi exclusivo, a neutralizar empujes horizontales, y que realice los efectos de apresamiento (mero temple) y aflojamiento, con tanta mayor sensibilidad cuanto más bajo esté el punto del arco sobre el que se opere” Esquema de encimbrado de una bóveda Modelo de apeo y encimbrado15 de una bóveda El sistema de encimbrado es un proceso demasiado complejo, para explicar de forma minuciosa en este trabajo por lo que no puedo detenerme más en esta cuestión, simplemente apuntar que este sistema aseguraba el fácil descimbrado de todas las carpinterías una vez terminados los trabajos de reconstrucción de las bóvedas y partes superiores del edificio. Juan de Madrazo llevó también a cabo la reconstrucción del brazo sur del crucero y lo hizo a la altura del triforio, incluyendo también los contrafuertes que flanquean el triforio de la fachada. Pero se encontró con el problema de que anteriormente Matías Laviña había comenzado la reconstrucción de la fachada meridional, donde construyó el triforio y elevó las primeras hiladas hasta el arranque del rosetón. Por ello en primer lugar Madrazo debía analizar estas estructuras para demostrar la imposibilidad de mantener activo el trabajo de Laviña. Madrazo tomaba la definición de Viollet- Le-Duc que decía que la cara exterior no era otra cosa que la expresión de las disposiciones interiores, es decir, el exterior de alguna manera nos traduce el interior, esto es lo que se conoce como el principio de la transparencia, y que Juan de Madrazo tomaría como punto de partida para la reconstrucción del hastial. Los términos básicos del programa a partir de este proyecto serían: un arco de bóveda, que inscribiría al rosetón y se enmarcaría por las pilas del hastial, y un tímpano de armadura, el gablete. Proyecto de restauración de la parte superior de la fachada occidental, de Juan de Madrazo. Proyecto de Madrazo para el hastial sur de la catedral de León. Alzado exterior e interior del Hastial (1879) 16 DEMETRIO DE LOS RÍOS: LA CONTINUACIÓN DE LOS PROYECTOS DE JUAN DE MADRAZO y JUAN BAUTISTA LÁZARO: ARQUITECTO QUE CONCLUYÓ LAS OBRAS. El delicado estado en que había quedado la catedral de León exigía la textual continuación del pensamiento arquitectónico de Madrazo. Como ya dije en la introducción Demetrio se formo en la doctrina de Viollet-Le-Duc, por lo que tampoco le resultó muy complicado continuar con los proyectos de Madrazo. Su faceta como historiador y arqueólogo va a influir en su actividad en la catedral: la fluida utilización de la historia siempre será un argumento fundamental en sus proyectos de restauración. En este momento los proyectos de restauración irán encaminados en conseguir “la pureza del estilo” de la arquitectura gótica del siglo XIII, también seguirá el eje rector del principio de la “unidad de estilo”. Realizó obras parciales de reconstrucción y sustitución en todo el templo y proyectos para el remate del hastial oeste, para el coro y para los pavimentos de la catedral. Él hacía esta distinción entre “presupuestos de obras parciales de restauración”, lo cual estas estaban sujetas únicamente al presupuesto, dependían de los precios, y por otro lado los “proyectos” que constaban de una memoria artístico-científica, y se ejecutaban planos a gran escala para poder ponerlos en práctica. Uno de los problemas más comprometidos que debía resolver el arquitecto restaurador del siglo XIX se refería al siguiente dilema: ¿debía adoptarse la unidad de estilo para el conjunto del edificio sometido a restauración o, por el contrario, debía restaurarse cada parte del edificio en su estilo propio? Y como ya hemos visto Demetrio de los Ríos ha decidido hacer restauraciones parciales. El debate por el criterio de “restaurar con arreglo a lo primitivo que es de ordinario lo más bello y genuino” fue seguido por Demetrio, recuperando la “idea” original de sus primeros constructores, el “primitivo esplendor” de la construcción gótica renacía. Los primeros presupuestos elaborados por Juan de Madrazo y continuados por Demetrio afectaban directamente a estructuras que estaban en relación inmediata con la estabilidad general de la Catedral. Demetrio de los Ríos llevo a cabo pues la restauración de los elementos activos en el exterior como botareles, contrafuertes, torres de contención y arbotantes. Estas restauraciones de elementos sustentantes y activos por todo el perímetro exterior fueron la preparación necesaria para unir todas estas estructuras con las bóvedas superiores que debían reconstruirse junto con el crucero y su brazo meridional, que inicialmente había presentado Madrazo y ahora seguiría Demetrio de los Ríos. Destaca también su intervención en el hastial occidental, pues procedió al desmonte del hastial existente para reconstruirlo en estilo neogótico, tomando como modelo el hastial meridional de Juan de Madrazo. De los Ríos restauró también la galería del triforio, las naves laterales y capillas absidiales, las bóvedas de crucería etc. e incorporó elementos neogóticos en muchas de sus intervenciones, como por ejemplo en la parte inferior del edificio, en 17 gabletes, cornisas, antepechos o pináculos, entre otros. Restauro también pilares y muros como sistema de apoyos interiores de la Catedral. De los Ríos hizo un gran trabajo pero el amplio proceso de reconstrucción-restauración de la catedral de León comenzó y culminó por las bóvedas de crucería, que fue la estructura dominante de la arquitectura gótica. A continuación tendría lugar pues la culminación de la restauración integral18 y el descimbre de la Catedral. Si la reconstrucción de los nervios de las bóvedas era una actividad sumamente delicada, el descimbre de la Catedral era la prueba de fuego de la restauración, era el momento de saber cuan bien había sido hecho su trabajo. Demetrio en 1888 comenzó a aflojar las cimbras y codales que habían sujetado y contenido todas las estructuras activas de la Catedral durante el extenso proceso de reconstrucción y restauración que duró alrededor de 15 años. Cuando por fin se quitaron las cimbras se escuchó un gran ruido y por fin la Catedral se había asentado. En las restauraciones parciales del interior que ya funcionaban como complemento, en el sentido que no eran elementos activos, llevó a cabo la restauración del pavimento, gradas y zócalos. También llevó a cabo labores de recuperación del coro, así como otros complementos que a priori no parecen tan importantes pero que son también necesarios, como verjas, puertas y cancelas, portadas y sepulcros. Finalmente para darle unidad al estilo derribará y reconstruirá de nuevo el hastial occidental, e introducirá también elementos neogóticos como será en este caso el gablete. Finalmente se lleva a cabo una propuesta de traslado del coro y se crea una polémica, quedando el proyecto de Demetrio de los Ríos inconcluso. Planta. Demetrio de los Ríos (1885). 18 Estamos hablando en cuanto a “estructura esencial” del edificio, no de todo el conjunto arquitectónico. 18 Diseño neogótico de Demetrio de los Ríos (ca. 1890) Proyecto de restauración de los pilares (1885) Planta y alzados del encimbrado del ábside (1880) Pilares de la nave mayor después de la restauración 19 Como último arquitecto debemos nombrar a Juan Bautista Lázaro quien sucedió a Demetrio de los Ríos tras su muerte. Fue seguidor de las enseñanzas contenidas en el pensamiento racionalista de Juan de Madrazo, y sus labores en la catedral estuvieron condicionadas por un criterio de conservación que el mismo defendía como principio rector y dominante en las intervenciones. Concluyó las intervenciones en la estructura de la catedral, restauró la torre de las campanas y reparó las vidrieras, que habían sido una preocupación constante a lo largo de todo el proceso de restauración. Para ello contó con la colaboración de Juan Crisóstomo Torbado y consiguió crear en León un taller de vidrieras para la restauración de las de la catedral. Además, ambos arquitectos realizaron también una serie de demoliciones de edificios situados alrededor de catedral, creando así una explanada que realza al templo leonés. Se preocupó también por las cubiertas y desagües de las naves laterales y la pavimentación y reparación del claustro también con la ayuda de Torbado. Y finalmente se procede de nuevo a la apertura oficial y solemne de la Catedral de León en 1901. Cabecera de la catedral antes y durante el proceso de restauración (Ca. 1881) 20 Cabecera con las vidrieras desmontadas (ca.1887) BIBLIOGRAFÍA: * FERNANDEZ ARENAS, José: Introducción a la conservación del patrimonio y técnicas artísticas, Ariel, Barcelona, 1996 * GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio: Conservación de bienes culturales, teoría, historia, principios y normas, Manuales Arte Cátedra, Madrid, 1999 * GONZÁLEZ-VARAS IBÁÑEZ, Ignacio.: La catedral de León. Historia y Restauración (1859-1901), León, 1993. * MACARRÓN MIGUEL, Ana María.: Historia de la conservación y la restauración: desde la Antigüedad hasta finales del siglo XIX., Tecnos, Madrid, 1995. 21