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10 .Prevención de la salud Infecciones virales en gatos Algunas enfermedades infecciosas importantes en gatos son la Panleucopenia felina, Herpesvirosis, Calicivirosis, Clamidiasis, Leucemia felina, la Inmunodeficiencia felina y las infecciones por Coronavirus felinos. 11 PANLEUCOPENIA FELINA La Panleucopenia felina o enteritis infecciosa felina está producida por un virus parvovirus que causa una gastroenteritis grave. Produce fiebre, depresión, anorexia, vómitos y deshidratación. El tratamiento para la enfermedad es solo de sostén con fluidoterapia intravenosa, antibióticos de amplio espectro, antieméticos y suplementación con vitamina B. Los gatos que sobreviven los primeros días en general se suelen recuperar de la infección, pero si los signos son intensos y se complican con infecciones secundarias, la enfermedad puede ser mortal. El control de la panleucopenia felina es posible con la combinación de un buen manejo sanitario y ambiental junto con un buen programa de vacunación. HERPESVIROSIS, CALICIVIROSIS Y CLAMIDIASIS Desde un punto de vista clínico es muy difícil diferenciar la enfermedad causada por el herpesvirus, calicivirus y Chlamydophila felis, aunque sean entidades distintas. Dependiendo del signo predominante puede hacerse un diagnóstico clínico presuntivo. Los signos clínicos en general duran de dos a tres semanas y consisten en depresión, estornudos, falta de apetito, fiebre, secreción nasal y ocular, salivación, conjuntivitis, queratitis ulcerativa y raramente ulceración de la mucosa oral y de la piel. En algunos casos puede producirse daño de la mucosa y cornetes nasales predisponiendo a infecciones respiratorias secundarias crónicas y rinosinusitis crónica. La terapia se basa en aplicar medidas de sostén como mantener una adecuada nutrición, hidratación y en evitar las infecciones bacterianas secundarias. Deben hidratarse las vías respiratorias con nebulizaciones, limpiarse las secreciones y administrarse alimentos sabrosos y muy aromáticos. Para tratar las infecciones bacterianas secundarias deben administrarse antibióticos vía sistémica. 12 INMUNODEFICIENCIA FELINA La inmunodeficiencia felina es una enfermedad vírica producida por el virus de la Inmunodeficiencia Felina (FIV). Provoca en el gato afectado un cuadro parecido al que produce el virus del SIDA humano. Se transmite principalmente por mordedura de un gato infectado a otro sano. El contacto no agresivo, casual, entre gatos que conviven en un mismo entorno, aunque compartan bebederos, comederos, juguetes y otros enseres personales, no parece ser una vía de contagio de este virus. En raras ocasiones, la enfermedad se transmite durante la gestación cuando la madre es portadora del virus, o bien al atravesar el canal del parto o cuando los gatitos recién nacidos comienzan a mamar leche infectada. El gato muestra síntomas como fiebre y aparece un considerable descenso de leucocitos o glóbulos blancos. La anemia (bajo recuento de glóbulos rojos) también puede manifestarse, especialmente cuando la enfermedad ya está muy avanzada. Los gatos infectados pueden parecer normales durante años. Pero de pronto, cuando comience a mostrar signos de inmunodeficiencia, la capacidad del gato para protegerse contra las infecciones se verá comprometida. La misma bacteria, virus, hongo o protozoo que los gatos normalmente encuentran cada día en el ambiente y que por lo general no afecta a su salud, puede causar una enfermedad muy grave en los gatos cuyo sistema inmunológico ha sido dañado por este virus. Estas infecciones secundarias son responsables de la mayoría de signos clínicos asociados y la principal causa de muerte en los gatos afectados. También pueden desarrollar tumores como linfomas. Un cuadro muy frecuente que desarrollan gatos infectados por este virus es el de gingivoestomatitis (infección de boca y encías). También pueden aparecer problemas neurológicos, diarrea crónica, adelgazamiento, problemas renales, oculares, en piel, etc. No existe tratamiento curativo para este virus y actualmente no existe ninguna vacuna. Los gatos infectados con el FIV pueden vivir mucho tiempo pero requieren revisiones y controles periódicos y medidas especiales de atención por parte de propietarios y veterinarios. La mejor manera de evitar la infección es mantener a los gatos protegidos de los factores de riesgo. La castración, para reducir la agresividad y, por tanto, las mordeduras y evitar los contactos con gatos no controlados que pueden ser portadores de este virus y de otras enfermedades son buenas vías para impedir el contagio. prevención de la salud.13 CORONAVIRUS FELINOS La infección por coronavirus no provoca enfermedad clínica o provoca cuadros intestinales leves. Los coronavirus presentan una alta tasa de mutaciones de forma continua y en la última década se ha demostrado que una de estas mutaciones que se dan de forma espontánea en los coronavirus, es la que le da la capacidad de infectar al gato y provocar la enfermedad conocida como peritonitis infecciosa felina (PIF). Existen dos presentaciones de la enfermedad, la efusiva y la no efusiva; en la primera se observa ascitis y/o efusión torácica, fiebre, pérdida de peso, alteraciones respiratorias, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria), sonidos cardíacos apagados y mucosas pálidas o ictéricas. En la forma no efusiva los signos son más vagos con fiebre moderada, pérdida de peso, depresión, mucosas ictéricas y en la palpación abdominal aparece aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, etc. LEUCEMIA FELINA El virus de la leucemia felina (FeLV) es un virus de distribución mundial. Produce una serie de enfermedades muy graves en el gato que se relacionan con problemas del sistema inmunitario y con la formación de tumores. El virus de la leucemia felina se transmite fundamentalmente por la saliva y puede contagiarse a través de secreciones nasales de gatos infectados, al lavarse o compartir platos de agua o comida y por mordedura. El contagio será posible siempre que exista un contacto directo y estrecho entre gatos. También puede ocurrir la transmisión de la madre a los cachorros, a través de la placenta o durante la lactación. La infección por este virus va a ser muy distinta en cada gato, va a estar muy influenciada por la respuesta inmune que tiene el gato al virus, por la edad del animal (los gatos jóvenes son más propensos a infectarse) o por la cantidad de virus y tiempo al que se ha estado expuesto. Los signos clínicos son muchos y muy variados ya que pueden aparecer síntomas debidos directamente al virus o por infecciones oportunistas debidas a las alteraciones del sistema inmune que produce. Puede aparecer pérdida de apetito, adelgazamiento, problemas dentales o de encías, alteraciones respiratorias, alteraciones nerviosas, alteraciones oculares. Se pueden administrar terapias de soporte e intentar tratar las enfermedades que aparecen como consecuencia del debilitamiento del gato aunque cada gato debe valorarse individualmente según su cuadro clínico y condiciones. La Leucemia Felina es una enfermedad frente a la que es posible vacunar.