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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954” TESIS MÓNICA EUNICE ESCOBAR GARCÍA Carné: 11054-07 Guatemala, febrero de 2012 Campus Central UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954” TESIS Presentada al Consejo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Por: MÓNICA EUNICE ESCOBAR GARCÍA Carné: 11054-07 Previo a optar al título de: INTERNACIONALISTA En el grado académico de: LICENCIADA Guatemala, febrero de 2012 Campus Central AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR RECTOR Padre Rolando Alvarado, S.J. VICERRECTORA ACADÉMICA Dra. Lucrecia Méndez González de Penedo VICERRECTOR DE INVESTIGACION Y PROYECCION Padre Carlos Cabarrús Pellecer, S.J. VICERRECTOR DE INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA Padre Eduardo Valdés Barría, S.J. VICERRECTOR ADMINISTRATIVO Lic. Ariel Rivera Irías SECRETARIA GENERAL Licda. Fabiola Padilla Beltranena CONSEJO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DECANO Dr. Víctor Gálvez Borrell VICEDECANO Lic. Luis Andrés Padilla Vassaux, M.A. SECRETARIA ACADÉMICA Licda. Lourdes Balconi Villaseñor, M.A. DIRECTORA DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES Licda. Guisela Elizabeth Martinez Chang DIRECTORA DE TRABAJO SOCIAL Licda. Miriam Colindres Wolter DIRECTOR DE POSGRADOS Lic. Yan Yanín López Chinchilla DIRECTOR DE INTRAPAZ Lic. Byron Morales Dardón DIRECTOR DE INGEP Dr. Fernando Valdez Gordillo REPRESENTANTES DE CATEDRÁTICOS Licda. Alejandra Medrano Licda. Vanessa Plihal REPRESENTANTE DE ESTUDIANTES Br. Ángel Estuardo Ramírez de León TUTOR DE TESIS Lic. Yan Yanín López Chinchilla REVISOR FINAL DE TESIS Licda. Alejandra Medrano, Lic. Mario Castañeda, Lic. Sergio Parilla DEDICATORIAS Mi investigación la dedico con todo mi amor y cariño. A DIOS por hacer mí sueño realidad, por darme la sabiduría, paciencia y fuerza para llegar hasta donde estoy. A mis padres Eddy y Mirna que me dieron la vida y han estado conmigo incondicionalmente. Gracias por darme una carrera para mi futuro, por creer en mí y por ser mis pilares a lo largo de mi vida. A mi hermano Eddy, gracias por acompañarme en todo momento, ha sido un gran compañero de vida. A ti Erwin, te agradezco por estar conmigo en las buenas y en las malas, por ser mi mejor amigo y mi compañero del alma. Y al resto de mi familia abuelita, tíos y primos, va con un cariño muy especial. A todos mis amigos, en especial a Joselyne, Steph, Víctor, Pollo, Lili, Andrea, y Hugo, a cada uno de ustedes muchas gracias por estar a mi lado en esta etapa tan importante y maravillosa de mi vida. A ti mi Joss, especialmente porque has estado incondicionalmente conmigo, te quiero mucho. Kevin, a ti te la dedico con cariño muy especial, por demostrarme que con fuerza y fe todo se puede lograr y sé que muy pronto vas a estar muy bien, animo. Y por último, a mi asesor Yan Yanin por acompañarme en la etapa final para cerrar este camino, gracias por su asesoría, sus conocimientos y todas las pláticas que ayudaron a reafirmar mi pensamiento. “Las oportunidades no son producto de la casualidad, más bien son resultado del trabajo” (Tonatihu) Contenido “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954” ____________________________ 6 Resumen Ejecutivo ________________________________________________ 7 Capitulo 1, Introductorio: El objeto de estudio __________________________ 8 1. Justificación del tema ____________________________________________ 8 2. Descripción breve del problema ___________________________________ 10 3. Objetivos de la investigación _____________________________________ 12 Objetivo General: _________________________________________________________ 12 Objetivos Específicos: ______________________________________________________ 12 4. Límites de la investigación _______________________________________ 12 5. Metodología __________________________________________________ 14 Capítulo 2: La soberanía y el Ejército en el estudio de las relaciones internacionales. ____________________________________________________ 16 1. El derecho internacional en las relaciones internacionales y la soberanía __ 16 2. La soberanía en la arena internacional ______________________________ 17 3. Estado-Nacional, Soberanía y la teoría realista _______________________ 24 4. El rol del Ejército en el cuidado de la soberanía en los Estados modernos __ 27 5. Recorrido histórico del funcionamiento del Ejército de Guatemala _______ 29 6. Contexto internacional del año 1954 _______________________________ 31 Capitulo 3: La intervención de Estados Unidos en 1954 y el papel del Ejército de Guatemala: la visión de Piero Gleijeses. _________________________________ 34 1. ¿Quién es Piero Gleijeses? _______________________________________ 34 2. Gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán _______________________________ 35 3. Árbenz y su relación con el Ejército guatemalteco antes de la intervención 37 4. Estados Unidos y su conflicto con Árbenz ___________________________ 40 5. Estados Unidos y sus acciones para derrocar a Árbenz: PBSUCCESS _______ 43 6. Las relaciones de Estados Unidos con el Ejército de Guatemala __________ 49 7. La OEA y la ONU al servicio de la estrategia de los Estados Unidos _______ 52 8. La soberanía guatemalteca _______________________________________ 58 La soberanía guatemalteca en los Organismos Internacionales: ____________________ 59 Violación a la soberanía por medio de PBSUCCESS: ______________________________ 60 9. El papel del Ejército días antes de la renuncia de Árbenz _______________ 62 Capitulo 4: La soberanía de Guatemala en la intervención de Estados Unidos en 1954: la visión de Susanne Jonas. ______________________________________ 68 1. ¿Quién es Susanne Jonas? ________________________________________ 68 2. Guatemala y su relación con Estados Unidos _________________________ 69 3. Intereses de Estados Unidos en Guatemala __________________________ 72 4. Estados Unidos y su estrategia y tácticas para derrocar a Árbenz ________ 74 5. La preparación de la operación contra Guatemala: Desde sus inicios _____ 75 6. La prensa y el Congreso estadounidense: “Campaña antiguatemalteca” ___ 77 7. El clímax de la estrategia estadounidense: PBSUCCESS _________________ 80 Reflexiones finales: La última mirada al Ejército y la soberanía de Guatemala durante la intervención de Estados Unidos en 1954 en el relato de Piero Gleijeses y Susanne Jonas. _____________________________________________________ 93 1. Piero Gleijeses y Susanne Jonas ___________________________________ 93 Susanne Jonas ____________________________________________________________ 94 Piero Gleijeses ____________________________________________________________ 96 2. La soberanía y el papel del Ejército guatemalteco durante la intervención estadounidense ________________________________________________________ 100 Bibliografía ____________________________________________________ 107 “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954” Una mirada a la historiografía estadounidense contemporánea sobre la intervención en la soberanía guatemalteca… 6 Resumen Ejecutivo La historia no es simplemente el pasado de los hechos, es la moraleja del presente, para construir un mejor futuro. La siguiente investigación desea establecer cómo fue visto y registrado el papel del Ejército y la violación a la soberanía de Guatemala durante la intervención de Estados Unidos en 1954, según la visión de Piero Gleijeses y Susanne Jonas; desde la historiografía estadounidense contemporánea. Siendo de gran importancia la historiografía, porque a partir de hechos históricos entre Estados y actores internacionales, se han establecido y consolidado las relaciones internacionales en el mundo, por ello la historia debe considerarse la base para comprenderlas. Por tanto, las relaciones internacionales rigiéndose por el derecho internacional se establecen para evitar conflictos. Sin embargo, en 1954 los estadounidenses ejecutaron una operación clandestina para dar fin a la administración de Jacobo Árbenz; durante esta operación uno de sus objetivos primordiales era el Ejército de Guatemala, ya que solo ellos podían sacarlo del poder. Para ello, los estadounidenses realizaron una serie de tácticas para manipular a los oficiales militares, sin importar que estas tácticas violaran la soberanía guatemalteca; Guatemala trato de defenderse, pero la estrategia de Estados Unidos fue superior. El 27 de junio de 1954 el Presidente Árbenz renunció al poder; Estados Unidos fue determinante en los formas para conseguir sus intereses. Por consiguiente, la investigación desde la visión de los autores extranjeros, relata el papel de los Estados Unidos y evidencia como se viola la soberanía, utilizando al Ejército guatemalteco para conseguir sus fines determinados. 7 Capitulo 1, Introductorio: El objeto de estudio 1. Justificación del tema El tema de “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954”, surgió de un gusto muy particular por la historia de Guatemala; la curiosidad personal por el hecho controversial de 1954, que generó gran impacto a nivel nacional e internacional incluyéndose hasta nuestros días; el alto valor histórico de Jacobo Árbenz en la policía nacional y el sentido de la construcción de sentimientos nacionalistas al conocer cada vez más la historia de nuestro país. Muchas personas no le dan importancia a los acontecimientos del pasado; sin embargo, en este caso este suceso cambió la vida de muchas personas. Hasta el día de hoy se perciben esas consecuencias y es por ello que quiero hacer notar la importancia que tuvo esa intervención en la historia guatemalteca. En referencia a ello cito textualmente las palabras de la autora estadounidense Victoria Sanford (2003) “Es el pasado guatemalteco que no deja de ser presente, una historia que no tiene sentido del tiempo, donde nada cambia, todo siempre es igual”. El pasado nunca deja de ser importante, aun más cuando ese pasado es injusto y afecta el presente. La intervención estadounidense de 1954 perjudicó en varios aspectos el presente de los guatemaltecos; en lo político se desestabilizó el sistema, se puso fin a los logros democráticos conseguidos durante la Revolución de 1944 y una soberanía nacional hipotecada; en lo social se dio inicio a una represión y dictadura que duraría más de 30 años, así como la muerte de miles de personas; y en la actualidad todavía algunos se atreven a dudar si existió participación de los estadounidenses, aun cuando un Presidente estadounidense (Bill Clinton) ya pidió disculpas por este hecho irrefutable. Es por ello que intelectuales guatemaltecos como Mario Roberto Morales, reconocen la importancia de este acontecimiento y del personaje que fue Jacobo 8 Árbenz Guzmán en la historia de Guatemala, “pues consideró el derrocamiento de Árbenz como un crimen histórico que hundió a Guatemala en la desgracia que todavía vive” (Morales, 2011). Además de tener importancia nacional, este tema tiene una especial relevancia en las relaciones internacionales. Las relaciones internacionales son relaciones entre actores, que interactúan sobre temas alrededor del mundo, para configurar políticas, que refuercen el sistema internacional. Es decir, las relaciones internacionales, van más allá de las fronteras, dando lugar a relaciones políticas, económicas y culturales que los Estados conservan entre sí, con el objeto de buscar nuevas manera de poder prevenir aspectos relacionados con la guerra. (Arenal, 1990). Las relaciones internacionales buscan tener un ambiente favorable para que los Estados consigan mutuos beneficios para el bienestar de cada Estado y de esta manera mantener paz en el sistema internacional. Sin embargo la intervención de los estadounidenses en 1954 en Guatemala violó el significado de las relaciones internacionales al intervenir en asuntos de otros Estados, no respetando el principio de no intervención, violando tratados internacionales y contribuyendo a generar una guerra civil dentro del Estado intervenido que duro más de 30 años, siendo una de las partes más oscuras de la historia de Guatemala. La importancia de realizar esta investigación surge de un interés en saber como la historia de un país puede cambiar abruptamente cuando se vulnera su soberanía para obtener o mantener beneficios, sin importar las acciones que se deben de ejecutar. Tal es el caso de Guatemala en la intervención de los estadounidenses en 1954, que vulneró la soberanía y su paz para los próximos años. El interés de presentarlo como un estudio historiográfico es narrar los hechos desde la mirada de los propios estadounidenses y con esto contribuir a recuperar algo de la dignidad del pueblo guatemalteco. En perspectiva, esta etapa es indispensable en la historia democrática de Guatemala, y marca un antes y un después. Siendo significativa investigarla, estudiarla y contrastarla para dar a conocer la influencia que tuvo el país 9 estadounidense durante muchos años en Guatemala, desde la óptica de la historiografía estadounidense contemporánea. 2. Descripción breve del problema En 1954 se produjo en Guatemala la primera intervención de parte de los Estados Unidos en América Latina después de la Segunda Guerra Mundial, planificada y ejecutada durante el gobierno del Presidente norteamericano, Dwight D. Eisenhower y un grupo especial “Grupo 54/12”1 (Jonas, 1981). En ese año Estados Unidos se encontraba inmerso en la Guerra Fría, enfrentándose ideológicamente ante la Unión Soviética, considerada como una amenaza para la democracia por sus “influencias comunistas”. Influencias que parecían aplicarse en Guatemala por las reformas implementadas en el gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán, especialmente la Reforma Agraria. En función de las acciones tomadas por el gobierno de Jacobo Árbenz, Estados Unidos mediante su política exterior de contención y firmeza ante las influencias de la Unión Soviética, puso en marcha la operación “PBSUCCESS” en Guatemala, basándose en una sola premisa: “(…) solo el Ejército guatemalteco podría derrocar a Árbenz” (Gleijeses, 2008). La operación tenía como objetivos: Encontrar a un líder guatemalteco que pudiera unir a las fuerzas de oposición y dirigir la “liberación”; suministrar armamento y preparación militar a las fuerzas de “liberación”; preparar el terreno en Guatemala mediante una guerra psicológica; neutralizar a oficiales importantes en el Ejército de Guatemala, o lograr su apoyo para la “liberación” y respaldar la invasión por tierra con bombardeos aéreos, y así obligar al Presidente Jacobo Árbenz renunciar al poder (Jonas, 1981). Así mismo, Estados Unidos contó con otras estrategias para presionar a Jacobo Árbenz, e hizo presión internacional, llevando el caso a la Conferencia de Caracas de 1 El Grupo 54/12 estaba formado por: Director de la CIA: Allen Dulles; Subsecretario de Estado: Walter Bodell Smith; Representante del Secretario de Defensa; Asesor especial “para la guerra fría”: C.D. Jackson y asesor especial para Asuntos de Seguridad Nacional: Robert Cutler. 10 la OEA, donde se discutió el caso de Guatemala y el papel que estaba ejerciendo Estados Unidos. Sin embargo, Guatemala solamente obtuvo una victoria moral2, de manera que Estados Unidos consiguió los votos para “castigar” a Guatemala. La estrategia más importante fue la presión psicológica hacia miembros del Ejército de Guatemala para que éstos lo traicionaran y así ser ellos quienes sacaran definitivamente al Presidente guatemalteco del poder. El Presidente Jacobo Árbenz Comandante en Jefe del Ejército, ordenó al Ejército proteger al territorio guatemalteco de la invasión de las fuerzas de “liberación”, como lo dictaba la Constitución Política de la República de 1945. Sin embargo, el Ejército guatemalteco se reveló, bajo la presión que Estados Unidos ejerció sobre él y no obedeció al Presidente Árbenz, argumentando que la amenaza norteamericana era en contra de Árbenz y los comunistas y no contra el país. En función de ello, si él Presidente Árbenz no renunciaba, el Ejército lo depondría, y llegaría a un trato con Castillo Armas. Árbenz renunció al poder y se originó la contrarrevolución con ayuda estadounidense (Cullather, 2004). Bajo estos preceptos, el Ejército aceptó la violación a la soberanía política del país, al no defender el territorio nacional ante la intervención extranjera por parte de los Estados Unidos y desobedecer al Comandante en Jefe del Ejército, legitimidad otorgada en la Constitución Política de la República de Guatemala. Este hecho fue trascendental en la historia política de América Latina ya que fue el primer país después de la Segunda Guerra Mundial, que frente al imperio estadounidense, puso prioridad los asuntos internos del país. Estados Unidos no peleaba en nombre de la “democracia” si no por el “mal ejemplo” que Guatemala daba a sus países vecinos de nacionalismo e independencia. La intervención de 1954 de Estados Unidos fue el detonante para 36 años de guerra civil en Guatemala y sus costos se viven hoy en día; así mismo fue una burla para las relaciones internacionales, organismos internacionales y tratados internacionales, ya que Estados 2 Expresión utilizada por Piero Gleijeses. 11 Unidos los controló de tal manera que los favorecieran a ellos y poner en desventaja a Guatemala a nivel internacional. Es por ello que el significado que tuvo la intervención de los Estados Unidos en 1954 no se puede ni se debe olvidar. 3. Objetivos de la investigación Este estudio sobre la “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954”, se propuso: Objetivo General: Contribuir a la recuperación histórica de las relaciones internacionales de Guatemala en 1954, a través de un estudio historiográfico. Objetivos Específicos: Establecer cómo fue visto y registrado por Piero Gleijeses y Susanne Jonas el papel del Ejército y la violación a la soberanía de Guatemala durante la intervención de Estados Unidos en 1954. Relatar los principales acontecimientos que se produjeron alrededor de la Operación PBSuccess en 1954, que tuvieron como desenlace el derrocamiento del Presidente Jacobo Árbenz. 4. Límites de la investigación La investigación sobre “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954”, está basado en la historiografía estadounidense, específicamente en las obras “La Esperanza Rota: La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944-1954” y “Guatemala, plan piloto para el continente” de Piero Gleijeses y Susanne Jonas, respectivamente. El motivo por el cual esta investigación está basada en la historiografía estadounidense se debe a que muchos autores de diversas nacionalidades (Roberto García Ferreira, José Luis Valdés-Ugalde, Guadalupe Rodríguez de Ita) han hablado sobre este hecho. Sin embargo, es de mayor interés indagar en los escritos de los 12 propios estadounidenses, quienes obtuvieron de fuentes primarias detalles de la intervención de 1954 en Guatemala. Los autores estadounidenses que se consultaron para la investigación han sido varios: Nicholas Cullather, Stephen C. Schlesinger, Stephen Kinzer, Susanne Jonas, Victoria Sanford y James D. Cockcroft, entre otros. Sin embargo, me concentraré en dos autores específicamente, Piero Gleijeses y Susanne Jonas por el corto tiempo que se tiene para la investigación. Piero Gleijeses y Susanne Jonas han hecho una carrera importante referente al estudio de la historia de Guatemala. En sus obras como “La Esperanza Rota: La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944-1954” de Piero Gleijeses, “Guatemala: Plan piloto para el continente” y “La batalla por Guatemala” de Susanne Jonas, demostraron de una manera confiable los detalles de la intervención, siendo ellos quienes recurrieron a diversas fuentes para elaborar su investigación. Piero Gleijeses es de origen italiano, sin embargo su carrera académica se ha desarrollado en los Estados Unidos, siendo catedrático de una universidad de ese país y ha hecho diversas publicaciones acerca de su política exterior; sus publicaciones valieron para que le fuera otorgado el Premio Robert Ferrell de la Asociación de Historiadores de Política Exterior de los Estados Unidos (JHU, 2011). De igual manera, Susanne Jonas es de origen estadounidense y es especialista en América Central. Jonas forma parte del cuerpo profesoral de la Escuela de Estudios de América Latina en la Universidad de California; desde 1967 se ha dedicado en la investigación de la historia y política económica guatemalteca y las relaciones entre Guatemala y Estados Unidos (FLACSO Guatemala, 2009). La investigación se enfoca en ambos autores por sus capacidades y la confiabilidad de sus publicaciones por la documentación que respalda sus investigaciones, referentes a la historia de Guatemala y su relación con Estados Unidos. 13 5. Metodología El proceso para la elección del tema “Ejército y Soberanía en Guatemala, 1954”, se derivó del interés que despierta leer, en diversas obras sobre los hechos de 1954, que al ejército se le atribuye un papel de traidor, lo que convierte el hecho en uno de los puntos más sensibles cuando se aborda la intervención de Estados Unidos en 1954. Además, de ser el Ejército uno de los actores principales en la guerra interna en Guatemala, posterior al derrocamiento de Jacobo Árbenz Guzmán. Por tanto, es importante analizar el rol del Ejército guatemalteco durante la intervención, al ser la institución que posteriormente se torna en contra de la población civil de 1960 a 1996, justificado por la Doctrina de Seguridad Nacional. Asimismo, siendo las Relaciones Internacionales un tema esencial en la investigación, era obligatorio abordar la intervención de Estados Unidos en 1954 desde la soberanía, siendo esta característica fundamental para la independencia de los Estados-nacionales en el sistema internacional. Conjuntamente, la soberanía y el Ejército de Guatemala se complementan en la Constitución Política de la Republica de Guatemala, al legitimar al Ejército como garante ultimo de la soberanía nacional. Siendo el papel del Ejército y la soberanía de Guatemala los ejes principales de la investigación, se abordó desde la perspectiva de dos autores extranjeros −anteriormente mencionados− Piero Gleijeses y Susanne Jonas; Quienes en sus respectivas obras investigaron la verdad sobre la intervención de Estados Unidos en 1954; Piero y Susanne recrearon los hechos ocurridos con base en documentación oficial, entrevistas, medios de comunicación escritos y documentos extraoficiales, para darle confiabilidad al lector sobre lo ocurrido previo, durante y posterior a junio de 1954 en Guatemala. Además de contar con las obras de Piero Gleijeses y Susanne Jonas, resultó importante ampliar la investigación con bibliografía adicional a la que iba abordarse específicamente en la monografía. De tal cuenta se apoyó en otros autores específicamente estadounidenses tales como James Cockcroft, Nicholas Cullather, Stephen Schlesinger y Stephen Kinzer, por ser una investigación enfocada en la 14 historiografía estadounidense contemporánea. Por ende, se escogieron a los autores principales y de apoyo por la temporalidad en que se publicaron sus obras, dicha temporalidad abarcó desde los ochentas hasta la actualidad. Siendo de gran importancia documentar la investigación con bibliografía actual. 15 Capítulo 2: La soberanía y el Ejército en el estudio de las relaciones internacionales. 1. El derecho internacional en las relaciones internacionales y la soberanía El Derecho Internacional Público resulta clave para el entendimiento de la regulación de las relaciones internacionales así como para la creación de los propios organismos internacionales. El autor Matthias Herdegen lo define como “la totalidad de las reglas sobre las relaciones (soberanas) de los Estados, organizaciones internacionales, y otros sujetos del derecho internacional entre sí, incluyendo los derechos o deberes de los individuos relevantes para la comunidad estatal (o parte de ésta)” (Herdegen, 2005: 3). En ese sentido, el derecho internacional juega un papel importante en el ordenamiento mundial para la coexistencia pacífica y de cooperación entre los Estados. El derecho internacional público tomó fuerza a finales de la Segunda Guerra Mundial, mediante la creación del organismo internacional más importante alrededor del mundo: La Organización de las Naciones Unidas en octubre de 1945; entrando en vigencia la Carta que da vida a dicha organización. Siendo la creación de esta organización un elemento importante para las relaciones internacionales, ya que en función de ésta los Estados se comprometían a regirse bajo un mismo reglamento. Tomando en cuenta que las organizaciones internacionales están compuestas por Estados y regidas por el derecho internacional, cada Estado acciona bajo su soberanía y ésta es importante ya que es un elemento fundamental para la institucionalidad del mismo. Por ende, la soberanía se constituye el marco general y básico de acción del Derecho Internacional, ya que cada acción que toma (firma de un tratado, negociación o Declaración) a nivel internacional, tiene el componente de que no puede eliminar o poner en duda la soberanía del Estado, o de lo contrario pierde su estatus como “sujeto” del Derecho Internacional por ser la soberanía un elemento 16 principal para la existencia del Estado (Andrino, presentación en clase, Abril 22, 2010). Por ello, es indispensable comprender el derecho internacional como el marco legal para el buen funcionamiento de las relaciones internacionales, sus organismos y la soberanía de cada Estado en el sistema internacional. 2. La soberanía en la arena internacional La soberanía no es un término cuyo origen se restrinja a las relaciones internacionales. Podríamos rastrear que entre los griegos, soberanía significaba “el control de sí mismo”. Es decir, si yo tenía el control de mis acciones, de mis pensamientos, de mi conducta yo era una persona soberana. Sin embargo, autores como Michel Foucault quien han planteado este tipo de ideas, dice que “en primer lugar (…) no hay un sujeto soberano” (Lanceros, 1994: 175). Dado que existen “tecnologías” u otro tipo de factores o variables que transforman, modifican, dominan o controlan nuestro “yo”. Modificando a los individuos en sus habilidades, así como en sus actitudes Es por ello, que ante la posibilidad de que el individuo pierda o no tenga la capacidad de gobernarse a sí mismo, se fueron creando diversos tipos de reglamentos, códigos de conductas, normas, instituciones, etc. que controlaran los diversos “yo” para que pudieran coexistir dentro de un espacio. “Quiere decir que el individuo somete una parte de sí mismo y de sus actos a la circunscripción moral” (Lanceros, 1994: 186). Un ejemplo de ello plantea Foucault en el caso del rey de Chipre, Nicocles; “Porque soy rey, y porque soy alguien que domina y gobierna a los otros, debo mostrar que soy capaz de gobernarme a mí mismo” (Lanceros, 1994: 185). Desde esta interpretación basada en el sentido tomado de los griegos, de “la soberanía como el control de sí mismo”, podemos decir que las entidades supraestatales, como la ONU, OEA, etc., en cierto sentido nacen de la constatación de que el mundo necesita ciertos límites y reglas, regulándose bajo el derecho internacional. Ante la evidencia de que ciertos Estados son más fuertes que otros y no 17 son capaces por sí mismos, de modular y ser racionales en las acciones que desarrollan para alcanzar sus intereses; surge la necesidad de entidades que estén por encima de estos Estados y que vigilen el orden internacional, respetando la soberanía de todos los países, tanto de los débiles como de los mismos poderosos. De manera, que estas instituciones, protegen la soberanía de los Estados, siendo esta la que le proporciona vida independiente a cada Estado en la arena internacional. Asimismo, bajo la misma lógica que existen Estados más fuertes que otros, es importante como los Estados se van consolidando en el capitalismo a partir del surgimiento de la economía-mundo, su peculiaridad (…) es el aspecto político de la forma de organización económica llamada capitalismo. El capitalismo ha sido capaz de florecer precisamente porque la economía-mundo contenía dentro de sus límites no uno, sino múltiples sistemas políticos”. (Wallerstein, 1979: 491). De esta forma, “(…) el capitalismo como modo económico se basa en el hecho de que los factores económicos operan en el seno de una arena mayor de lo que cualquier entidad política puede controlar totalmente. Esto les da a los capitalistas una libertad de maniobra que tiene una base estructural. Ha hecho posible la expansión económica constante del sistema mundial, aunque con una distribución muy desigual de sus frutos” (Wallerstein, 1979: 491) En función de los planteamientos de Wallerstein, se puede definir que a mayor capacidad económica del Estado, tiende a ser más fuerte que otros y a someterlos. Los Estados que cuentan con menos posibilidades económicas, carecen de la suficiente soberanía. Un Estado débil se va volviendo dependiente de un Estado más fuerte; ello se relaciona al funcionamiento de países centro, semi-periferia y periferia. En función de ello, países que poseen altas cuotas de poder económico pueden ejercer control en países más débiles. Por eso no es casual que entidades como la Santa Alianza, Organización de las Naciones Unidas, Organización de los Estados Americanos y otros organismos vigilantes del ordenamiento internacional, hayan surgido en momentos históricos en los que se sentían amenazado el orden internacional (en el que se aseguraban los 18 intereses de las potencias hegemónicas de turno), y se mantengan vigentes para resguardar el control total de los países del centro. Algunos autores contemporáneos de las relaciones internacionales, como Henry Kissinger, que se sitúa en el paradigma realista, plantean que la realidad mundial no es paz y amor; que no existe una armonía de intereses entre los Estados, y muchas veces se debe de llegar a la guerra si es necesario para defenderse o luchar por intereses. Esta lucha de intereses conlleva a muchos conflictos internacionales, que se derivan de las metas políticas que tiene cada estado. Estas metas se reflejan en la política exterior del Estado mediante el interés nacional. Para que la política exterior sea un éxito, buscan conseguir influir en el comportamiento de otro Estado para su propio beneficio y la soberanía es la que les proporciona esa independencia de actuar (Dougherty y Pfaltzgraff, 1993). Por ende, los Estados cuando poseen intereses en otros Estados tienen medios para conseguir su fin: Negociar diplomáticamente intereses mutuos; medios de coacción; o, violar la soberanía del otro Estado. Estos medios se observarán mediante la política exterior que ejerza el Estado. En función de ello, Kissinger así como otros autores realistas plantean cuatro principios básicos que aplican los Estados en su política exterior para alcanzar los intereses deseados (Padilla, 1994): 1. La política internacional se basa en leyes objetivas basadas en la naturaleza humana: “(…) el realismo político supone que la política, al igual que toda la sociedad obedece a leyes objetivas que arraigan en la naturaleza humana” siendo este el principio básico de su teoría. (La política debe de verse “tal cual es”, es decir Estados en constantes luchas por el poder). Es decir, que enfocaran la estrategia basándose en el poder que posee cada Estado. 2. La política exterior debe basarse en el interés nacional (la soberanía ordena el interés nacional). 19 3. El interés de los Estados de conservar y acrecentar el poder no es inmutable y se modifica según las diferentes situaciones históricas. (El interés puede variar y este se adapta a las coyunturas). 4. Los principios morales universales no puede aplicarse a la política exterior de una manera abstracta y general, ya que los Estados se guían fundamentalmente por la raison d’etat. No importará los medios a utilizar para alcanzar el fin deseado. Con los principios anteriores, en el manejo de la política exterior de los Estados se ve como objetivo el “interés nacional”, el cual comprende la defensa de la soberanía, ya que esta le da independencia frente a otros estados. Además de lo anterior, para que la política exterior complemente el éxito, Kissinger plantea que ésta debe estar en función de tener objetivos limitados; una excelente diplomacia; una estructura estable; un equilibrio de poder; separación de la política interna de la política externa (para no tener que dar cuentas a la opinión pública); mantener un interés nacional inmediato y legitimidad. Sin embargo, por muy fuerte que sea un Estado, Kissinger argumenta que “ningún país tiene la capacidad de imponer todas sus preferencias al resto de la humanidad” (Kissinger, 1998: 21). Es así como “los Estados soberanos se guían en sus relaciones con los otros por lo que entienden son sus propios intereses” (Muñoz, 2006). Para que estos intereses no afecten a otro Estado, las relaciones internacionales rigiéndose por el derecho internacional, tienen tres objetivos centrales: Impedir la guerra; preservar la paz; y mantener el orden internacional. Para poder alcanzarlos, los Estados han creado organizaciones supranacionales para que estas sean los que controlen el desempeño de los Estados soberanos entre sí. Las organizaciones supranacionales en conjunto con los Estados han firmado tratados internacionales de tipo: Pactos, acuerdos, protocolos, convenciones, declaraciones y cartas, con el propósito de lograr que los Estados, se rijan por el derecho internacional. De tal manera, que las instituciones, documentos, instrumentos y otros 20 medios que de ello se deriven sean respetados y cumplidos, para el mantenimiento de la paz y armonía en el sistema internacional. La soberanía es el eje de la vida independiente de cada Estado en la arena internacional. Es por ello que, según la Carta de las Naciones Unidas en el artículo 2, inciso uno: “La Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros”. Es decir, que la Organización reconoce que todas las naciones son iguales y no existe un orden jerárquico entre ellas, todas las naciones poseen los mismos derechos y obligaciones, y deben practicar la tolerancia y la convivencia como buenos vecinos para la preservación de la paz y la seguridad internacional. Además del artículo anterior, “El principio de igualdad soberana de todos los miembros se refleja sobre todo en la Asamblea General, en donde rige la norma de un voto por cada Estado miembro y equivale grosso modo al principio de igualdad jurídica. La igualdad soberana de los Estados supone los siguientes elementos: a) que los Estados son jurídicamente iguales; b) que cada Estado goza de los derechos inherentes a la completa soberanía; c) que se respeta la personalidad del Estado así como su integridad territorial y su independencia política; d) que el Estado debe, conforme al Derecho Internacional, respetar fielmente sus deberes y obligaciones internacionales” (Padilla, 2009:291). De esta manera, la Carta de las Naciones Unidas reconoce que los Estados son independientes y deben mantener un vínculo amistoso para beneficio del sistema internacional. Guatemala es miembro de las Naciones Unidas desde el 21 de noviembre de 1945 y Estados Unidos es miembro desde el 24 de octubre de 1945, ambos han ratificado la Carta y Estados Unidos es miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 21 Además de la Organización de las Naciones Unidas, hay organismos regionales que hacen énfasis en el respeto por la soberanía. Guatemala y Estados Unidos pertenecen a la Organización de los Estados Americanos (OEA), en donde establece en la Carta por medio de diversos artículos esa importancia al respeto hacia la soberanía e independencia de los Estados. Artículo 1: “Los Estados americanos consagran en esta Carta la organización internacional que han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”. Articulo 2, inciso b: “Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención”. Artículo 3, inciso b: “El orden internacional está esencialmente constituido por el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de los Estados y por el fiel cumplimiento de las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional”. Inciso e: “Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado”. Artículo 20: “Ningún Estado podrá aplicar o estimular medidas coercitivas de carácter económico y político para forzar la voluntad soberana de otro Estado y obtener de éste ventajas de cualquier naturaleza”. Artículo 28: “Toda agresión de un Estado contra la integridad o la inviolabilidad del territorio o contra la soberanía o la independencia política de un Estado americano, será considerada como un acto de agresión contra los demás Estados americanos”. Artículo 29: “Si la inviolabilidad o la integridad del territorio o la soberanía o la independencia política de cualquier Estado americano fueren afectadas por un ataque armado o por una agresión que no sea ataque armado, o por un conflicto extracontinental o por un conflicto entre dos o más Estados 22 americanos o por cualquier otro hecho o situación que pueda poner en peligro la paz de América, los Estados americanos en desarrollo de los principios de la solidaridad continental o de la legítima defensa colectiva, aplicarán las medidas y procedimientos establecidos en los tratados especiales, existentes en la materia”. Se puede observar en los artículos, que la Carta de la OEA hace un especial énfasis en el respeto por la soberanía de cada Estado y su independencia, así como en la igualdad y el derecho. Guatemala y los Estados Unidos son miembros fundadores de la Organización desde mayo de 1948. Estas dos organizaciones son las más importantes para Guatemala en la defensa de la soberanía y su independencia, ya que son los que proporcionan la protección legal. Además de las organizaciones existen tratados internacionales que protegen la soberanía de los Estados. Ejemplo de ello es el “Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca” (TIAR) conocido como el Tratado de Río, suscrito el 2 de septiembre de 1947. Este tratado está en función de la defensa mutua de los Estados firmantes, su objetivo principal es mantener la paz y la seguridad de la región Americana. El artículo 6 da un énfasis especial en la soberanía: “Si la inviolabilidad o la integridad del territorio o la soberanía o la independencia política de cualquier Estado Americano fueran afectadas por una agresión que no sea ataque armado, o por un conflicto extra continental o intracontinental, o por cualquier otro hecho o situación que pueda poner en peligro la paz de América, el Órgano de Consulta se reunirá inmediatamente, a fin de acordar las medidas que en caso de agresión se deben tomar en ayuda del agredido o en todo caso las que convenga tomar para la defensa común y para el mantenimiento de la paz y la seguridad del Continente”. Guatemala y Estados Unidos son Estados firmantes desde la fecha de suscripción del tratado, 2 de septiembre de 1947, en Rio de Janeiro. 23 Los organismos internacionales y los tratados son parte fundamental de las relaciones internacionales; ambos, en sus acuerdos escritos le otorgan especial énfasis al respeto por la soberanía de los Estados. De manera, los Estados soberanos complementan las relaciones internacionales, y viceversa, integrando el sistema internacional. Sin embargo, para que todos los organismos supranacionales y tratados que de ellos se deriven, sean cumplidos y respetados debe prevalecer el “principio de la buena fe” de los Estados Nacionales. 3. Estado-Nacional, Soberanía y la teoría realista Eric Hobsbawm en la introducción de su texto “Naciones y Nacionalismo desde 1780”, utiliza una manera muy particular para expresar la importancia del Estado moderno. Hobsbawm escribe desde la óptica de una metáfora galáctica: “Supongamos que un día, después de una guerra nuclear, un historiador intergaláctico aterriza en un planeta muerto con el propósito de investigar la causa de la lejana y pequeña catástrofe que han registrado los sensores de su galaxia. El historiador o historiadora (…) consulta las bibliotecas y los archivos terrestres que se han conservado, toda vez que la tecnología del armamento nuclear avanzado se ha pensado para destruir a las personas en lugar de las propiedades. Nuestro observador, después de estudiar un poco, sacará la conclusión de que los últimos dos siglos de la historia humana del planeta Tierra son incomprensibles si no se entiende un poco el término de <<nación>> (…). Este término parece expresar algo importante en los asuntos humanos” (Hobsbawm, 2000: 9). De esta manera Hobsbawm elabora una narrativa utilizando diversos autores que han escrito sobre <<la nación>>. Hobsbawm plantea que <<la nación>> es un fenómeno moderno de los últimos siglos de la historia “el sentido moderno de la 24 palabra, en principio, nos remonta no más allá del siglo XVII, con algunas excepciones precisas” (Hobsbawm, 2000: 11). Para ello, Hobsbawm va rastreando en los escritos de autores que la nación “es básica y fundamental para la existencia social de sus miembros, o incluso para su identificación individual” (Hobsbawm, 2000: 13). Además, “es una entidad social en la medida en que se refiere a cierta clase de estado territorial moderno” (Hobsbawm, 2000: 18). Por ello, la importancia que tiene el Estado-nación que plantea Hobsbawm se deriva en que la nación es una entidad social del cual los miembros que lo integran deben de identificarse con ella, es decir que le son leales a un Estado protector. En función de la metáfora sobre la importancia del Estado-nación, se continuará bajo la misma lógica del historiador intergaláctico que nos plantea Hobsbawm para explicar la importancia de la soberanía en el Estado-nación. Al continuar investigando sobre el Estado-nación el historiador intergaláctico encontraría que los seres humanos de los últimos tres siglos vivíamos en un mundo compuesto por numerosos Estados-Nacionales que a su vez conforman un sistema internacional. Cada Estado Nacional tiene su propia formación, conteniendo tres elementos fundamentales para que este pueda existir: Soberanía, población, y territorio. Sin estos elementos un Estado Nacional no podría existir. Con tal información el historiador intergaláctico comprendería que la soberanía es el elemento intangible que hace vivir a un Estado Nacional dentro de un sistema internacional. En función de ello, se sabría rápidamente, que la soberanía tiene un especial énfasis, ya que es la manta invisible que protege al territorio frente a otros Estados. Lo que conlleva a una lucha de poder entre Estados soberanos que buscan resguardarla. De esta manera, la soberanía es el alma de una nación, le da el poder de escoger su sistema político, su sistema económico, su cultura, y protegerlo ante las intromisiones de otras naciones; la soberanía debe cuidarse y protegerse externa e 25 internamente, de manera que no se puede prestar, hipotecar y muchos menos ceder. Siendo estas las características que hacen que la soberanía constituya un eje de la lucha del poder en la arena internacional. Dada esta interpretación de soberanía, el historiador intergaláctico busca en el diccionario de política de Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino la definición de soberanía y encuentra que ésta se define como “(…) un poder originario, que no depende de otros; es absoluta dado que no está limitada por las leyes; es perpetua porque mientras exista territorio, población y Estado existe soberanía; es inalienable ya que no se puede ceder o transmitir y por último, es un poder adormecido que se manifiesta solo cuando se rompe la unidad y la cohesión social “ (Bobbio, Matteucci y Pasquino, 1991: 1484). Con base en ello, el historiador analiza la soberanía como un poder intangible que le da vida independiente al Estado dentro del sistema internacional. Así también, el historiador, se refugia en los escritos del autor realista Hans Morgenthau y reconoce el planteamiento que las naciones soberanas “están forzadas a proteger su identidad física, política y cultura contra la intrusión de otras naciones” (Dougherty y Pfaltzgraff, 1993: 107). A pesar de los choques de intereses y los conflictos que se pueden derivar por la lucha por el poder, los Estados siempre deben proteger su seguridad ante cualquier amenaza. Y para complementar el estudio de la soberanía, el historiador intergaláctico encuentra escritos sobre la “teoría realista”, que lo pueden ayudar a comprender mejor cómo los Estados Nacionales manejan la soberanía. Dentro de su búsqueda en la teoría, descubre que los realistas estudian el comportamiento de los Estados, los Estados buscan aumentar su poder y en esa búsqueda prevalece el interés nacional y la seguridad de su soberanía; ya que, dentro del interés nacional se comprende la defensa de la soberanía, siendo esta la que le da la autonomía al Estado para actuar. La teoría realista dominó el estudio de las relaciones internacionales en Estados Unidos desde los años cuarenta a los años sesenta. Más aun, lo que se llama el paradigma tradicional del sistema internacional se basa en los presupuestos que se 26 encuentra en la teoría realista: 1) que las naciones-estados, en un sistema “centrado en los estados”, son los actores claves; 2) que la política interna puede separarse de la política exterior; 3) que la política internacional es una lucha de poder en un entorno anárquico; 4) que hay gradaciones de capacidades entre las naciones-estado –grandes potencias y estados menores- en un sistema internacional descentralizado de estados que poseen igualdad legal o soberanía (Dougherty y Pfaltzgraff, 1993: 91). En función de ello, la teoría realista se enfoca en analizar el actuar de los Estados “tal cual son”. La mayor parte del tiempo los Estados no poseen una armonía de intereses, lo que genera pensar que “la humanidad es mala, pecadora y busca el poder (…) La naturaleza humana no es innatamente buena o perfectible” (Dougherty y Pfaltzgraff, 1993: 92). Por ello, los Estados buscan obtener los mayores beneficios posibles sin importarles, a veces, las consecuencias o resultados que de ello se derive. Depende del poder con que cuentan y la correlación internacional de fuerzas; las ambiciones de ciertos Estados, en algunas oportunidades, los conducen hacia caminos en donde sobrepasan los límites de la soberanía nacional de otros Estados y entran en constantes conflictos. 4. El rol del Ejército en el cuidado de la soberanía en los Estados modernos La formación del Estado moderno, ocurrió en Europa entre los siglos XVIII y XIX, por determinados cambios económicos y sociales. Esa transición se originó durante la época del Renacimiento, lo que derivó diversos cambios del ordenamiento político. Se desarrolló posteriormente un sentimiento de identificación cultural y nacional en un territorio con fronteras establecidas. En el Estado moderno ya se empieza a reconocer nuevos Estados territoriales, más o menos delimitados, cada uno tomando en cuenta los siguientes elementos: ejército, burocracia y monarca absoluto, entre otros (Sanabria, 1981). Con la Revolución Francesa, es el hecho histórico que condensa el simbolismo del tránsito hacia un Estado más democrático, constitucional y con división de 27 poderes. Este Estado engloba otros elementos, entre ellos: La territorialidad, la soberanía, la constitucionalidad, la burocracia pública, el poder legítimo, la ciudadanía, los impuestos centrales y la formación de un ejército nacional (Clavero, 1981). La soberanía es un elemento muy particular para el Estado moderno, que radica en el pueblo. Jorge Carpizo, al respecto señala: El Estado nacional nació con una característica antes no conocida: La idea de soberanía. La soberanía es el fruto de las luchas sostenidas por el rey francés contra el imperio, la Iglesia y los señores feudales; este nacimiento del Estado soberano ocurrió a finales de la alta Edad Media; la presencia del Estado moderno originó el nacimiento a una concepción nueva de ese poder (Fernández, 2004). Por lo tanto, la soberanía nace del Estado-nación; nación es “un pueblo que vive bajo un único gobierno central lo suficientemente fuerte para mantener su independencia frente a otras potencias” (Rozo, 1993: 21). Y para cuidar de ese pueblo, esa soberanía, el Estado moderno cuenta con el elemento de la formación de un ejército nacional. Este ejército cambio de ser señorial a ser estatal, al servicio exclusivo del monarca, tenía a su cargo: La defensa del territorio nacional; conseguir la paz y la seguridad nacional; la expansión del territorio; y la defensa ante otros Estados invasores, y estaba compuesto por mercenarios, profesionales de guerra, extranjeros; que lo hacían a cambio por una retribución económica. Para que estos elementos funcionen, el Estado moderno cuenta con un espacio físico claramente definido. De manera que dentro de ese territorio habitan los poderes entre gobernantes y gobernados. Si los Estados modernos no contaran con el elemento territorial, no podrían ejercer poder, por esa razón tienen al ejército como garante último. Estos elementos componen al Estado moderno, sin embargo el Estado es transitorio y está sujeto a la evolución de las naciones (Sanabria, 1981). 28 5. Recorrido histórico del funcionamiento del Ejército Guatemala de Para analizar el papel que jugó el Ejército guatemalteco en 1954, se establece un breve recorrido histórico sobre su papel en épocas previas. Anterior a 1871 no existía un ejército como tal, eran escasas las unidades militares que se encontraban organizadas. “Todos los estudiosos del tema (Cruz Salazar, Rosada Granados, Schirmer) coinciden en que, en su forma actual, el Ejército de Guatemala aparece con la Revolución Liberal de 1871. Previo a esta situación, desde la independencia, los ejércitos se habían ido estructurando en dependencia de las circunstancias políticas, y normalmente, a base de unidades formadas por lealtades personales o regionales: No era un Ejército institucional (…) sino milicias voluntarias o grupos armados obedientes a algún cacicazgo militar emergente (…) ejércitos de terratenientes reclutados por sus propios capataces” (Bastos, 2004: 39). A partir de los cambios políticos de 1871 en base al decreto dictado el 8 de junio de 1872, aparece el ejército permanente como institución nacional (Rosada, 1999). “En 1871 el régimen liberal crea su propio Ejército. A través de medidas como la instalación de la Escuela Politécnica en 1873, para formar profesionalmente a los oficiales, y el reclutamiento obligatorio universal, se establece como una institución con una estructura establecida, profesional y estable, como una fuerza organizada permanente (…) Esta institución es vista ahora como un “Ejército Nacional”: orgullo, responsabilidad y eje de la nación (…) durante los setenta años que dura esta primera fase del régimen liberal (…) el Ejército es una de las bases fundamentales del poder Ejecutivo” (Bastos, 2004: 40-41). En los primeros años posteriores a la muerte de Justo Rufino Barrios (1885), modularon a un ejército coparticipe del poder, pero sin participación de derechos políticos. 29 Durante los 22 años de dictadura de Manuel Estrada Cabrera de 1898 a 1920, el ejército tuvo un proceso en detrimento de su institución. Fue “un proceso sistemático de debilitamiento, empobrecimiento, humillación, abandono y desgaste, […] por las temidas policías del régimen Cabrerista” (Rosada, 1999: 62) Posterior a la caída del dictador Estrada Cabrera, y al asenso del General José María Orellana, el ejército se reestructuró sobre las bases tradicionales heredadas de los primeros años del período liberal. Durante la administración del dictador Jorge Ubico Castañeda, el ejército se reorganizó. El dictador los vistió y los remuneró, los mantuvo con severa disciplina, se militarizó hasta el último rincón del país, y sin embargo el ejército estuvo carente de una participación política. Pese a toda la disciplina impuesta durante el régimen de Ubico, en octubre de 1944, el ejército “representó en la historia de Guatemala un brusco rompimiento con el pasado” (Rosada, 1999: 63), logrando derrocar a la dictadura de Jorge Ubico y abriendo paso a la revolución guatemalteca y otorgándole el nombre del “Ejército de la Revolución”. Desde 1871 hasta 1944, el Ejército de Guatemala tuvo un desempeño fluctuante. No se fortaleció, y se mantuvo en constantes cambios. Su imagen era débil. Sin embargo, en 1945 este da un cambio radical y se le otorgó un nuevo papel dictado por la nueva Constitución de la República de Guatemala decretada por la Asamblea General Constituyente el 11 de marzo de 1945. En esta constitución según el artículo 149: “El Ejército Nacional está instituido para defender la integridad territorial de la Nación, sostener el cumplimiento de la Constitución y el principio de alterabilidad en la Presidencia de la República. Es apolítico, esencialmente profesional, obediente y no deliberante. Se organiza como institución garante del orden y de la seguridad interior y exterior” (Constitución Política de Guatemala, 1945). Y según el artículo 151: “El Presidente de la República es el comandante en Jefe del Ejército, e 30 impartirá sus órdenes por medio del Ministro de la Defensa Nacional y del jefe de las Fuerzas Armadas” (Constitución Política de Guatemala, 1945). A partir de esta Constitución el ejército tuvo un papel preponderante y de controversias durante la administración de Jacobo Árbenz Guzmán. 6. Contexto internacional del año 1954 Al terminar la Segunda Guerra Mundial, se da el declive de las potencias europeas (Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia) y el auge de los Estados Unidos y la Unión Soviética, estas emergieron como las principales potencias hegemónicas en el nuevo orden internacional. Sin embargo, siendo ambas potencias incompatibles ideológicamente el mundo se torno bipolar, “de esta manera, los líderes norteamericanos, entendedores de que comunismo y capitalismo eran definitivamente incompatibles, delinearon una nueva política exterior menos conciliatoria y mucho más firme ante la Unión Soviética” (Carbone, 2005: 2). Ante el expansionismo del comunismo soviético, Estados Unidos valiéndose de ello ejerció medidas para contenerlo y expandir la “democracia” alrededor del mundo. El país norteamericano basó su política exterior en tres factores interrelacionados: el mantenimiento y expansión del complejo militar-industrial, el acuerdo entre capital y trabajo, y la expansión a escala mundial de las grandes empresas norteamericanas (Carbone, 2005). Para ello, ejercieron influencias políticas y diplomáticas alrededor del mundo, para expandir su hegemonía. Cuando llegó al poder en enero de 1953 el nuevo Presidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower, da un especial énfasis hacia las políticas aplicadas para América Latina. Para ello, el NSC 144/13 establecía que “(…) si el sistema interamericano no protege los intereses nacionales vitales de los Estados Unidos en 3 National Security Council (Consejo para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos). El NSC 144/1 expresaba las acciones que se tomarían para la región latinoamericana. 31 este hemisferio, se reconoce que puede ser necesaria una acción unilateral por parte de los Estados Unidos” (Gleijeses, 2008: 369). Para 1954, Guatemala constituía un punto importante en la política exterior norteamericana; “en febrero (…), un memorándum del Departamento de Estado había planteado: El objetivo mínimo de los Estados Unidos en Caracas4 respecto a la cuestión comunista es lograr la adopción de una resolución que siente las bases para una acción positiva posterior de la Organización de Estados Americanos contra Guatemala. El objetivo máximo sería, si lo permiten las condiciones, la adopción de medidas multilaterales efectivas contra Guatemala” (Gleijeses, 2008: 371). Al aprobarse la resolución propiciada por los Estados Unidos en la Décima Conferencia Interamericana realizada en Caracas (aunque no se aprobó la propuesta inicial de E.E.U.U), establecía para la región latinoamericana que el control de las instituciones políticas de cualquier estado americano por parte del movimiento comunista internacional era considerado una amenaza a la soberanía política de los estados americanos y se pondrían en marcha medidas de acuerdo con los tratados existentes. Para establecer dicha amenaza, se exigiría una acción apropiada conforme a los tratados existentes y una reunión de consulta por parte de los ministros de relaciones exteriores de la OEA para considerar la adopción de la acción apropiada (Carbone, 2005) y (Gleijeses, 2008). En función de ello, Estados Unidos mediante la resolución aprobada en mayo de 1954 establecía legítimamente un control sobre la región latinoamericana para contener el expansionismo comunista y posibles intervenciones en pro de la seguridad hemisférica. Basándonos en la realidad del sistema internacional y en las relaciones internacionales, se plantea la interrogante: ¿Qué medios utilizó Estados Unidos de 4 Se refiere a la Décima Conferencia Interamericana realizada en Caracas, Venezuela del 1º al 28 de marzo de 1954. 32 América para alcanzar sus intereses en Guatemala durante 1954, en el gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán? 33 Capitulo 3: La intervención de Estados Unidos en 1954 y el papel del Ejército de Guatemala: la visión de Piero Gleijeses. 1. ¿Quién es Piero Gleijeses? Como se menciona en el capitulo introductorio, Piero Gleijeses nació en 1944 en Venecia, Italia. Posee un doctorado en Relaciones Internacionales, en la Universidad de Ginebra. Se especializó en la política exterior estadounidense, lo cual lo llevó a trabajar como profesor en la Escuela de Estudio Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad de Johns Hopkins, Estados Unidos. Dentro de sus publicaciones se encuentran: La Esperanza Rota: La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944 – 1954 (1991 versión en inglés y 2008 versión en español). La Habana, Washington y África, 1959 – 1976 (2002). Politics and Culture in Guatemala (1988). Tilting at Windmills: Reagan in Central America (1982). The Dominican Crisis: The 1965 Constitutionalist Revolt and American Intervention (1978). Investigaciones que lo llevaron a la obtención de reconocimientos como: El Premio Robert Ferrell de la Asociación de Historiadores de Política Exterior de los Estados Unidos en el 2002; Medalla de la Amistad otorgada en el 2003, por el Consejo de Estado de la República de Cuba; y en el 2008 obtención de la Beca Guggenheim para continuar investigaciones sobre la política de Cuba y los Estados Unidos hacia el sur de África durante las administraciones de Jimmy Carter y Ronald Reagan (Gleijeses, 2008). 34 En sus publicaciones, se enfoca de manera insistente en el papel que juega Estados Unidos en diversas partes del mundo, especialmente cómo ha sido la política exterior de ese país. Esta es una de las razones para haber elegido a este autor. Por tanto, Piero Gleijeses nos abre un panorama acerca del rol que jugó Estados Unidos desde 1944 hasta 1954 en Guatemala, incluyendo el derrocamiento de Jacobo Árbenz; suceso que hoy en día se encuentra en debate en la historiografía, existiendo diversas argumentaciones sobre Estados Unidos en la intervención de 1954. Sobre este debate Piero escribe una obra ampliamente documentada: “La esperanza rota: La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944 – 1954”; texto cuya inquietud original nació de una conversación que sostuvo con Alfredo Guerra Borges. En esa conversación Borges le narró a Piero lo que fue aquella época, los anhelos y esfuerzos de jóvenes comunistas en crear una nueva Guatemala. A raíz de esas conversaciones nace en Piero Gleijeses el interés que lo lleva a nueve años de investigación para entender la revolución guatemalteca y la intervención de Estados Unidos. En función de esta obra, se relatará como Piero Gleijeses vio y registró el papel del Ejército de Guatemala y la violación a la soberanía durante la intervención estadounidense de 1954. 2. Gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán Jacobo Árbenz Guzmán nació el 14 de septiembre de 1913, en la ciudad de Quetzaltenango, Guatemala. Forma toda una carrera militar y en 1951 es electo cómo Presidente de la República de Guatemala. Su administración fue muy controversial, dado los problemas que generó parte de su plan de gobierno. Estos estuvieron marcados por tres puntos fundamentales según Piero Gleijeses: La reforma agraria (Decreto 900); los estrechos vínculos con el Partido Comunista; y el obstinado desafío a los Estados Unidos de América. Estos elementos contribuyeron a su renuncia a la presidencia, el 27 de junio de 1954, dejando atrás los logros conseguidos durante la Revolución de 1944 y abriendo 35 paso a la contrarrevolución. “Jacobo Árbenz traicionó las esperanzas de la administración Truman (administración estadounidense). Si hubiera sido el oportunista que los estadounidenses anticipaban, si hubiera sido el cínico que esperaban, hubiera usado el poder de la presidencia para cortejarlos. Si hubiera elegido ese camino, no hubieran podido detenerlo” (Gleijeses, 2008: 177). Durante su mandato Jacobo Árbenz quería transformar a Guatemala, dejar a un lado la economía semicolonial y adentrar a una economía capitalista e independiente. Para ello, se trazó un programa muy ambicioso: “La reforma agraria” o Decreto 900, el cuál consistía en que toda la tierra ociosa de las fincas, fueran expropiadas en propiedad particular o usufructo vitalicio, para que las familias de escasos recursos pudieran trabajarla. Sin embargo, los dueños de las tierras expropiadas no se quedarían con las manos vacías porque el gobierno les pagaría una indemnización, valorada según el monto que los propietarios habían establecido en sus declaraciones de impuestos. La reforma agraria fue aprobada el 27 de junio de 1952, por el Congreso y la distribución de la tierra comenzó en agosto del mismo año. La aplicación de ésta reforma propició gran oposición de diversos sectores, entre ellos: Los terratenientes y la transnacional estadounidense United Fruit Company5. Por el poder que se le había otorgado en años anteriores, la compañía estadounidense gozaba de muchos privilegios, por lo que ejerció un enorme control sobre Guatemala. Pero en octubre de 1953 y febrero de 1954, estos privilegios caducaron. El gobierno guatemalteco inició con las expropiaciones a tierras de la UFCO y el pago por las mismas fue bajo, ya que el monto por el cual estaba registrado el pago de impuestos era inferior al precio real. Factor que finalmente encendió el fosforo del conflicto entre Estados Unidos y Guatemala. 5 “La UFCO había sido durante años la compañía que ofrecía más empleos en Guatemala así como el mayor terrateniente y exportador, y durante los años de 1930 sus posiciones aumentaron aún más” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 81). 36 Este fue un suceso de autonomía que los estadounidenses y otros grupos guatemaltecos utilizaron para categorizar al Presidente y su administración como “comunista”. En función de ello, se inició toda una operación para derrocar al Presidente Jacobo Árbenz y sus “reformas radicales”. A partir de ese momento se agudizaron aun más las controversias con los Estados Unidos. 3. Árbenz y su relación con el Ejército guatemalteco antes de la intervención Jacobo Árbenz tenía un gran conocimiento sobre la vida militar. Sus credenciales militares eran impresionantes: “(…) un cadete brillante, un profesor muy estimado de la Escuela Politécnica y un héroe de la Revolución de 1944” (Gleijeses, 2008: 274). Además, ya había tenido experiencia en el manejo militar, fungiendo como Ministro de Defensa en la administración de Juan José Arévalo. Por ello, tenía una vasta experiencia en la vida militar y sabía cuál era el funcionamiento de la institución. Además, la constitución guatemalteca le otorgaba el poder de ser comandante en Jefe del ejército. Desde su participación como Ministro de Defensa en el gobierno de Arévalo, marcó su papel cuando dirigió el grupo antiaranista, dejando en claro que era un líder nato y tenia habilidades extraordinarias. A raíz de su papel en la sublevación “muchos oficiales se sentían atraídos hacia él por un sentimiento de lealtad o de amistad. Le inspiraba respeto a sus amigos y miedo a sus enemigos. Cuando sucedió a Arévalo en marzo de 1951, muchos oficiales veían a Árbenz como su Presidente; otros eran indiferente pero no hostiles; solo una minoría se le oponía secretamente” (Gleijeses; 2008: 274). Durante su administración Árbenz inicio poniendo oficiales leales y obedientes en puestos claves: Jefe de las fuerzas armadas: Carlos Enrique Díaz (Árbenz lo consideraba una personas muy leal, pese a que no era un oficial brillante); y el Ministro de defensa: Coronel José Ángel Sánchez (la Embajada estadounidense lo describía como bebedor y leal a Árbenz); de esta manera, Árbenz se cuidaba de alguna sublevación o ataque en su contra. 37 El ejército estaba compuesto desde inicios de la administración con aproximadamente 6,200 hombres mal entrenados y equipados; una marina insignificante de 150 hombres, una fuerza aérea de unos cuantos aviones decrépitos y 350 hombres (Gleijeses, 2008)6. Por las cifras, se puede calcular que el ejército comandado por Árbenz estaba compuesto por 6,000 hombres7. Pese a que no era un ejército sumamente numeroso, con el paso del tiempo y la aplicación de sus reformas, lo fueron apartando del ejército. El ser fiel a sus creencias políticas hizo que el apoyo de los militares se fuera debilitando. “Gobernaría el país con un gabinete privado de comunistas, aunque el ejército era firmemente anticomunista; impondría reformas sociales sin precedentes, aunque la mayoría de sus oficiales no simpatizaban con el cambio social y temía al poder de los sindicatos. Árbenz sabía, que incluso entre los oficiales arbencistas más devotos, el fervor revolucionario tenía limites severos y su lealtad, que nunca era incondicional, era para Árbenz el coronel, no para Árbenz el amigo de los comunistas” (Gleijeses, 2008: 277). De esta manera las relaciones de Árbenz con el ejército estaban un tanto flojas, porque su atención estaba más enfocada en las reformas sociales. Esto no significaba que Árbenz no le diera importancia al ejército. En entrevistas separadas hechas por Gleijeses a María de Árbenz y Manuel Fortuny, ellos le dijeron que desde que Árbenz llegó a la presidencia tenía la intención de dirigirse “a menudo” a los oficiales del ejército. Sin embargo, en otras entrevistas hechas al Coronel Gonzales Siguí, este relató que Árbenz “les habló una y otra vez y después ya no volvió” (Gleijeses, 2008). La brecha que había entre Árbenz y el ejército cada vez se hacía más grande. Temía un poco por lo que pensaran sobre sus creencias, lo que provocaba un temor a 6 Piero Gleijeses consideraba estos datos como una evaluación exagerada a la realidad. 7 Para junio de 1954, se estima que Árbenz decidió colocar su ejército de 6,000 hombres y su fuerza policiaca de 3,000 (Schlesinger y Kinzer, 1987). 38 la hora de la comunicación hacia ellos, porque sentía que debía ocultar esas verdaderas creencias políticas. “Árbenz ha sido criticado por abandonar el intento (acercarse al ejército, M.E), pero es muy poco probable que las simples palabras hubieran logrado gran cosa” (Gleijeses, 2008: 277). Posteriormente, con el avance de la reforma agraria los oficiales ya no eran tan afines al presidente, consideraban que Árbenz ya estaba entregado a los comunistas. Al notar esto, Árbenz tomo cartas en el asunto e inició acciones para conservar la lealtad de los oficiales, entre las cuales se conoce que envió regalos de cumpleaños a los oficiales, hijos y esposas de ellos; el aumento de salarios; la expansión de las cooperativas militares (los militares podían comprar artículos importados a precios más bajos); la proporción de viáticos generosos y cargos lucrativos en la burocracia; la construcción de casas para oficiales en zonas preferenciales de la capital y la obtención de créditos fáciles del Instituto de Fomento de la Producción (INFOP) (Gleijeses, 2008). Todas estas acciones estaban en función de mantener la lealtad del ejército. Sin embargo, todos estos beneficios no disminuyeron la desconfianza que tenían los oficiales por la reforma agraria, ya que sentían desprecio por los “indios” y al aplicarla se fomentaría la influencia comunista en ellos, lo cual provocaba bastante intranquilidad al ejército; a pesar de esto, estaban a gusto con los privilegios que se les otorgaba; inclusive la reforma agraria no llegó a tocar los intereses de los oficiales, ya que estos eran de una clase media y los que eran dueños de fincas, estas no eran de gran tamaño, por lo que la aplicación de la reforma no afectó sus intereses. Pero ello, no quería decir que el ejército fuera partidario de la reforma agraria y muchos menos del comunismo. En diversas entrevistas que Piero Gleijeses realizó a oficiales, dentro de ellos el Coronel Lorenzana y el Teniente Coronel Cruz Salazar y otros oficiales, que se oponían al régimen de Árbenz; concluyeron que no había ninguna influencia comunista dentro de las fuerzas armadas. A pesar de ser muy afín al Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), Árbenz no compartía su información sobre el ejército, porque sabía que más que él, ellos no 39 podrían saber sobre cuestiones militares. De manera que el tema del ejército no estaba en la mesa con el PGT. Sin embargo, la brecha entre Árbenz y la política militar se ensanchaba cada vez más, y dejaba todo en manos del Jefe de las Fuerzas Armadas Carlos Enrique Díaz y el Ministro de Defensa Coronel José Ángel Sánchez. Por ese distanciamiento, Árbenz debía pagar: Las prebendas, el monopolio de las armas y la ausencia de los comunistas en la tropa. Sin embargo, ante cualquier situación de descontento que mantenían algunos oficiales, ninguno estaba dispuesto a perder los privilegios que se les proporcionaban. De manera que a pesar de cualquier situación, seguían siendo leales al Presidente Árbenz. “Sin embargo, a principios de 1954 se produjo una nueva situación. El peligro proveniente de los Estados Unidos estaba minando la tolerancia del ejército hacia Árbenz. Los oficiales guatemaltecos, especialmente los más jóvenes, no eran inmunes al nacionalismo. Mucho no tomaban a mal […] la firmeza del presidente ante los Estados Unidos, siempre y cuando la ira de Washington no los amenazara” (Gleijeses, 2008: 283). A partir de entonces, las relaciones entre oficiales guatemaltecos y el gobierno estadounidense empezaron a ser más frecuentes. Y mientras el conflicto entre Árbenz y Estados Unidos se acrecentaba, Árbenz fue perdiendo contacto con el ejército, su base original del poder (Gleijeses, 2008). 4. Estados Unidos y su conflicto con Árbenz A raíz de los problemas que iniciaron en el gobierno de Jacobo Árbenz por la aplicación de la reforma agraria (decreto 900), con las tierras de la United Fruit Company; Estados Unidos encendió la alarma contra el “comunismo”. Durante la aplicación de la reforma agraria en Guatemala, el contexto internacional se debatía ideológicamente entre Estados Unidos y la Unión Soviética, 40 contexto conocido como “la Guerra Fría”. La Guerra Fría inició en 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial; Estados Unidos y la Unión Soviética tenían tensiones ideológicas, económicas, sociales y tecnológicas, entre otras. Estos dos bloques peleaban por implementar su modelo de gobierno alrededor del mundo. Ideológicamente, Estados Unidos defendía la “democracia” y la Unión Soviética defendía el comunismo. El mundo se torno bipolar y la conflictividad cada vez se acrecentaba más entre estos dos bloques. En el interior de Estados Unidos el comunismo llegó a ser un término muy peligroso, ya que este podría ser algo expansivo. Entre 1950 y 1954, el senador Joseph McCarthy protagonizó una campaña en contra directamente de los americanos que él pensaba que apoyaban o simpatizaban con las ideas comunistas; argumentando que tales americanos no podían ser patriotas y que eran realmente espías o traidores (Bart-Tal, 1995), a esto se le conoce en la historia de Estados Unidos como “macartismo” y/o “caza de brujas”. Posteriormente, Dwight D. Eisenhower asumió la presidencia el 20 de enero de 1953, y trazó su política exterior en función de una política de contención y de firmeza ante la Unión Soviética. Por la coyuntura internacional tan conflictiva que se vivía por el expansionismo del comunismo internacional, Estados Unidos detectó ciertos elementos que a su juicio tachaban a Guatemala como un gobierno comunista o procomunista, estos elementos eran: Las estrechas relaciones con el Partido del Trabajo (PGT); la aplicación de la reforma agraria (decreto 900), afectando los intereses de la transnacional estadounidense United Fruit Company; las acciones de emancipación económica ante los Estados Unidos; la creación de leyes que protegen los intereses nacionales ante los intereses extranjeros; y el mal ejemplo para la región centroamericana por el expansionismo comunista. Por estas razones, Estados Unidos tomó la decisión de derrocar al Presidente Jacobo Árbenz y con ayuda de diversos sectores estadounidenses elaboraron un plan que contenía una serie de acciones que harían renunciar al Presidente. 41 Para ello, el gobierno de Dwight D. Eisenhower necesitó de tres elementos fundamentales: El congreso y la prensa estadounidense y el Derecho Internacional (Gleijeses, 2008). “El nivel de consenso sobre la política de Eisenhower hacia Guatemala dentro del Congreso de EE.UU. fue impresionante: Los Republicanos y los Demócratas hicieron coro con una armonía bipartidista impresionante. Ningún demócrata cuestionó la política; ningún demócrata ni siquiera sugirió que podría valer la pena explorar la posibilidad de coexistir con Árbenz” (Gleijeses, 2008: Prólogo). Este mismo consenso se da en la prensa de ese país, de manera que los periódicos estadounidenses no se inmiscuyeron en los asuntos que Estados Unidos hacía en Guatemala, por la sencilla razón que era un deber de autodisciplina, así como de seguridad nacional. El sentimiento compartido consistía en que Estados Unidos era la víctima y Guatemala el agresor. “Esta habilidad de echarle la culpa a la víctima es un comportamiento clave del idealismo Jeffersoniano y de la política exterior de Estados Unidos hasta hoy” (Gleijeses, 2008: Prólogo). Y por último el derecho internacional, fue el elemento que jugó a favor de Estados Unidos, de manera que ayudó a bloquear que Guatemala pudiera alzar su voz internacionalmente ante los organismos correspondientes. Además de estos elementos, Estados Unidos con sus diversos grupos (CIA, Departamento de Estado, United Fruit Company, elites económicas, prensa, congreso y organismos internacionales) contribuyeron con una operación que “liberaría” a Guatemala del “comunismo”. Sin embargo, “no existe un villano conveniente de la pieza, sino más bien una interacción compleja entre un orgullo imperial desmedido, asuntos de seguridad e intereses económicos. […] Los registros –guatemaltecos y estadounidenses, orales y escritos− demuestran que Fortuny tenía razón: Nos hubieran derrocado aunque no hubiéramos sembrado bananos” (Gleijeses, 2008: Prólogo). De esta manera, Estados Unidos abiertamente declaró que habría una intervención, para derrocar al Presidente Árbenz y al comunismo en Guatemala. 42 5. Estados Unidos y sus acciones para derrocar a Árbenz: PBSUCCESS Tras la decisión del gobierno estadounidense de intervenir “silenciosamente” para derrocar al gobierno de Jacobo Árbenz, y tras varios intentos fallidos (Operación Fortuna); en septiembre de 1953, el secretario adjunto para asuntos interamericanos John Moors Cabot y Bedell Smith llegaron a la conclusión que la mejor solución en Guatemala era un golpe organizado por la CIA. Fue allí donde comenzó la Operación éxito (Operación Success o PBSUCCESS) en el país centroamericano. Esta operación fue organizada de una manera muy discreta. Eran pocas las personas que realmente la conocían, todo bajo la cautela que nadie se enterará que Estados Unidos estaba planeando intervenir en otro país. No quería que ni su propio país se enterará, mucho menos en la arena internacional. Esta operación clandestina era conocida por el Presidente Eisenhower, los hermanos Dulles: John Foster, quien era el Secretario de Estado y Allen quien fungía como Director de la Agencia Central de Inteligencia; y unos pocos altos funcionarios de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y de la CIA sabían que se estaba pensando en una operación, pero no conocían a fondo los detalles; Frank Wisner fue la persona encargada de PBSUCCESS8. Para que esta operación tuviera éxito, los planificadores de PBSUCCESS necesitaban de la oposición guatemalteca pero no se hacían ilusiones con ella, su atención estaba concentrada en el ejército. (Gleijeses, 2008). Tras varios intentos fallidos de esta oposición, debido a su falta de organización y liderazgo, Gleijeses comprobó mediante un informe estadounidense de junio de 1953 que el ejército era la clave de la estabilidad del régimen de Árbenz. 8 Para esta operación, “se creó una unidad especial, con sus propias facilidades en comunicaciones, oficiales financieros, persona de apoyo, agentes secretos y autoridad especial para solicitar fondos confidenciales” (Powers, 1981: 108). 43 “Desde un principio, PBSUCCESS se basó en una premisa: sólo el ejército guatemalteco podía derrocar a Árbenz9. La guerra psicológica sería el arma principal de la CIA para convencer a los oficiales guatemaltecos de que su seguridad y su bienestar estaban en juego, e incitarlos así a la traición. Como parte de este esfuerzo, los Estados Unidos intentarían aislar a Guatemala y agitarían el espectro de las sanciones multilaterales. Andando en el tiempo, las fuerzas civiles leales al régimen se desmoralizarían y la oposición cobraría fuerza” (Gleijeses, 2008: 339)10. De esta manera la Operación Éxito tomaba ciertos ejes centrales: El ejército de Guatemala y la opinión internacional. Para el primer eje utilizarían a los exiliados guatemaltecos, no para derrotar al ejército guatemalteco, sino para ejercer presión: “El propósito de la invasión –que se produciría después de meses de desestabilización psicológica− era enfrentar a los oficiales guatemaltecos a dos opciones: Podían derrotar a los rebeldes y hacer frente a la ira de los Estados Unidos, o podían ponerse en contra de Árbenz y salvarse.” (Gleijeses, 2008: 339). Según el autor, la amenaza sólo podía ser verídica si los estadounidenses persuadían a los oficiales de que los exiliados, eran enviados de los Estados Unidos, cuya derrota provocaría que los estadounidenses invadieran. En el segundo eje, el Presidente estadounidense Eisenhower y el Secretario Dulles querían proteger la imagen de los Estados Unidos en el extranjero, para que no se creyera que se estaba violando el principio de no intervención. “Los gobiernos de Europa Occidental y de América Latina estaban dispuestos a pasar por alto las violaciones estadounidenses del derecho internacional, siempre que se mantuviera una apariencia de acatamiento” (Gleijeses, 2008: 341). 9 Subrayado propio. 10 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Division of Reserch for Latin America, “Effect upon Guatemala of Arms Procurement by El Salvador, Honduras y Nicaragua”, Special Paper no. 21, 12 de junio de 1953, págs. 2 y 4, incluido Armstrong to Cabot, 16 de junio de 1953, NA 714. 00. 44 Sin embargo, existía un porqué estos países se harían de la “vista gorda”. En el caso de Gran Bretaña, Londres no consideraba que el gobierno de Jacobo Árbenz fuera una amenaza; pero, tuvo que apoyar a los Estados Unidos por un intercambio de beneficios políticos11. En ese momento, Londres necesitaba que Washington lo ayudara para cortar el acceso a municiones al líder egipcio Mohammed Naguib, y Estados Unidos necesitaba que Londres bloqueara la venta de armas y que no se pronunciara en contra de la intervención de Estados Unidos en Guatemala. De manera que si Londres no ayudaba a Estados Unidos con Guatemala, Estados Unidos no ayudaba a Londres con Egipto. Así mismo, “los gobiernos latinoamericanos buscaban la ayuda de Estados Unidos en forma de préstamos para el desarrollo, precios más altos por sus materias primas y acceso más fácil al mercado estadounidense” (Gleijeses, 2008:367). De manera que en la balanza de intereses, Estados Unidos representaba mayores beneficios que Guatemala, aunque no estaban de acuerdo con las acciones que los estadounidenses realizarían, no tenían diversas alternativas, más que apoyarlos por beneficio propio. “En los Estados Unidos, la ignorancia, el anticomunismo y la arrogancia se mezclaban perfectamente para generar en las elites políticas e intelectuales, en la prensa, en el Congreso y en el público en general, la reconfortante certeza de que Guatemala era el agresor y los Estados Unidos, la sufrida victima” (Gleijeses, 2008: 341). Dado que la oposición guatemalteca no daba esperanzas de poder derrocar al Presidente Árbenz, ni el ejército guatemalteco de traicionar a su comandante en jefe, Estados Unidos empezó a desarrollar ciertas estrategias para desestabilizar al gobierno arbencista. En junio 1951, los Estados Unidos interrumpieron la ayuda 11 “Londres necesitaba la cooperación estadounidense en Egipto, y Guatemala ofrecía una solución de bajo costo. Ante la posibilidad de tal intercambio, Londres ofreció en forma entusiasta su ayuda cuando Washington extendió su red por todo el mundo a fin de impedir cualquier envió de armas con destino a Guatemala. Las embajadas británicas en todo el mundo se vieron inundadas por las solicitudes de Washington para obstaculizar aun el envío más reducido de armamento” (Meers, 1997: 45) 45 económica para la construcción del tramo guatemalteco de la Carretera Interamericana. En 1952, la presión diplomática iba acompañada de la denegación de ayuda económica. Los estadounidenses continuaron la negación de venta de armas a Guatemala e inició una exitosa campaña para impedir que Árbenz adquiriera armas en otros países occidentales (Gleijeses, 2008). En octubre, Estados Unidos intensificó la campaña del miedo en contra de Guatemala. Los estadounidenses produjeron un linchamiento mediático mediante la prensa estadounidense en contra del gobierno de Árbenz. John Peurifoy quien fungía como embajador de Estados Unidos en Guatemala dijo a la revista Time: “(…) podría obligarnos a tomar ciertas medidas para impedir que Guatemala caiga en manos del comunismo internacional. No podemos permitir que se establezca una república soviética entre Texas y el Canal de Panamá”. Así también, en octubre, los funcionarios estadounidenses iniciaron una campaña interrumpida de denuncias públicas en contra el gobierno de Árbenz. (Gleijeses, 2008). “Todo era parte de PBSUCCESS. La Agencia de Información de los Estados Unidos (United States Information Agency, USIA) y la CIA ayudaron a escribir y difundir artículos que atacaban al régimen de Árbenz” (Gleijeses, 2008: 353). La revista U.S. News and World Report publicó que Árbenz probablemente no era un comunista, sin embargo este era muy manipulable por ellos. Posteriormente, publicaban “El gobierno actual de Guatemala, y la reforma agraria, son un ejemplo alarmante de actividad al estilo ruso en el hemisferio occidental”12. Otra revista estadounidense Newsweek publicó que el PGT tenía “tropas de asalto armadas en cada ciudad, pueblo y aldea”, y que “hordas de indios armados” estaban invadiendo plantaciones “en toda la república”13. Esto según Gleijeses era una distorsión mayúscula que repetía las historias inventadas en los cafés de moda de la Ciudad de 12 Piero Gleijeses lo obtuvo de: “Communists Get New Toe Holds”, U.S. News and World Report, 16 de enero de 1953, págs. 31-32 y “When Communists Take Over”, U.S. New and World Report, 20 de feb. de 1953, págs. 14-16. 13 Piero Gleijeses lo obtuvo de: “Reads at the Polls”, Newsweek, 26 de enero de 1953, pág. 59 y “The Fog Lifts”, Newsweek, 9 de feb. de 1953, pág. 46. 46 Guatemala. Y por último, estaba bajo la misma lógica imaginativa la revista American Mercury, en ella se afirmaba que en Guatemala “una gran organización de espionaje, sabotaje y propaganda trabajan día y noche para la Unión Soviética” en donde existían pruebas documentales que mostraban que la legislación laboral y agraria había sido “planeada concienzudamente [por los comunistas] para provocar el lento estrangulamiento de la economía… [y] para crear caos económico” (Gleijeses, 2008: 320)14. Muchos de esos artículos de prensa estadounidense, fueron publicados por la prensa de oposición guatemalteca como evidencia que Estados Unidos “estaba enojado” y se le agotaba la paciencia con el gobierno guatemalteco. Otra medida para presionar a Guatemala, fue la presión psicológica que emprendieron hacia los oficiales del ejército. Estados Unidos sabía que la única manera de poder derrocar a Árbenz, era mediante la utilización del ejército guatemalteco, solo ellos tenían las armas para poderlo sacarlo y para luchar contra ellos. PBSUCCESS requería de un pequeño ejército de liberación de exiliados guatemaltecos para hacerle frente y hacerles notar que Estados Unidos estaba con el “ejército de liberación”. Para este “ejército”, Estados Unidos analizó diversos personajes guatemaltecos para liderar el movimiento; dos personajes encabezaron la elección de Washington: El General Ydígoras Fuentes y Castillo Armas. Para conversar con el General Ydígoras lo visitaron un antiguo ejecutivo de la UFCO Walter Turnbull y otras dos personas más. Durante la conversación los estadounidenses le plantearon al General Ydígoras que por ser una figura popular en Guatemala, lo ayudarían para derrocar a Árbenz, siempre y cuando prometiera: Favorecer a la UFCO y a los Ferrocarriles Internacionales de Centroamérica; destruir el sindicato de los ferroviarios; la suspensión de las reclamaciones contra Gran Bretaña por el territorio de Belice; la aplicación de un gobierno de mano dura, como Jorge Ubico; y el pago total que se invirtiera en la operación; a lo que Ydígoras 14 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Ralph de Toledano, “The Soft UNDERBELLY of the U.S.A.”, American Mercury, feb. de 1953, págs. 114-28, cita de págs. 114 y 115. 47 contesto que debía darle tiempo para que pudiera preparar sus condiciones, ya que las que ellos presentaron eran desfavorables para Guatemala. Posterior a esa respuesta, los estadounidenses dijeron que regresarían y ya no lo hicieron (Gleijeses, 2008)15. “La explicación de Ydígoras es clara: Prescindieron de él a causa de su nacionalismo inquebrantable; Castillo Armas debe haber sido más complaciente” (Gleijeses, 2008: 343). Castillo Armas era un candidato con mayores posibilidades, fue un cadete muy capaz y mostro valentía en la sublevación contra Ponce Vaides y su escape de la cárcel; estaba dispuesto a todo para derrocar a Árbenz. Desde septiembre de 1953 sabían que el candidato perfecto era Castillo Armas, por ser una persona más acorde a sus intereses y con hambre de poder, “la ambición, el anticomunismo y las frustraciones del exilio lo compelían a avanzar. Estaba dispuesto a aliarse con cualquiera que quisiera derrocar a Árbenz. (…), como presidente toleraría la corrupción y defendería el status quo” (Gleijeses, 2008: 344). Era él la persona elegida por los Estados Unidos para encabezar el “ejército de liberación”, que lucharía contra el ejército guatemalteco. Sin embargo, Estados Unidos estaba claro que el “ejército de liberación” era una campaña psicológica hacia el ejército de Guatemala, no para ganarles en combate, únicamente deseaban que percibieran que Estados Unidos estaba ayudando detrás del otro ejército. Y por último, como una medida, Estados Unidos ejerció presión sobre los organismos internacionales, todo en función de no proyectar ante los otros países del mundo, una imagen de intervencionismo en otro estado. Para ello, Estados Unidos elaboró una campaña, con el fin de que estos organismos no le dieran la importancia necesaria al caso guatemalteco. De esta manera, Estados Unidos fue ejerciendo estrategias para lograr sus metas: Derrocar al gobierno de Jacobo Árbenz y al comunismo guatemalteco, en nombre de la “democracia”. 15 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Ydígoras Fuentes, My War with Communism, págs. 49-50. 48 6. Las relaciones de Estados Unidos con el Ejército de Guatemala Al ser el Ejército guatemalteco leal a su Comandante en Jefe, el garante de la seguridad territorial, del cumplimiento de la Constitución, el resguardo de la soberanía y el guardián de la seguridad interior y exterior del Estado, ejerce un papel importante dentro del Estado moderno. Consciente de que la revolución guatemalteca pretendía avanzar más en su modernidad y hacer valer ese rol en su propio ejército, Estados Unidos detectó que éste (…), era la columna vertebral del gobierno [y] que apoyaba a Árbenz” (Gleijeses, 2008: 95). Se dio cuenta que el ejército era una de las bases de su poder, y le brindaba respaldo total al gobierno de Árbenz. Estados Unidos estaba claro que sólo el ejército guatemalteco podía derrocar a Árbenz y convirtió en objetivo primordial de la operación, concentrarse en manipularlo. En diciembre de 1953, tras una conversación que sostuvo el Embajador John Peurifoy con el Presidente Árbenz, los estadounidenses confirmaron que aunque el presidente no era comunista, seguramente interpretaría muy bien el papel hasta que llegará realmente uno. Desde esa conversación las relaciones entre Árbenz, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Embajador estadounidense se deterioraron. “Sin embargo, hubo una excepción. Los funcionarios estadounidenses intensificaron sus contactos con el ejército guatemalteco” (Gleijeses, 2008: 351). Estados Unidos ya mantenía relaciones con oficiales guatemaltecos mediante las misiones militares. A principios de 1953 el Departamento de Estado había decidido mantener las misiones militares en Guatemala, esto si Árbenz no pedía que las sacaran. A John Peurifoy le pareció correcta esta decisión. En noviembre de 1953 escribió que “si el ejército es anticomunista… tal vez no esté muy lejos el día en que necesitemos amigos donde hace falta tenerlos” (Gleijeses, 2008). Esta decisión no le parecía lógica a algunos congresistas, porque se le estaba haciendo favores a un gobierno que era comunista, pero realmente lo que ellos no sabían es que estas misiones estuvieron “en contacto 49 constante con los oficiales guatemaltecos”, a quienes incitaban a traicionar a Árbenz (Gleijeses, 2008)16. Con el fin de que los oficiales guatemaltecos traicionaran al Presidente Árbenz, los Estados Unidos iniciaron una campaña psicológica específica dirigida a ellos. De esta manera, mediante PBSUCCESS planeaba implantar el miedo en los oficiales guatemaltecos, para que estos vacilaran en defender a Árbenz cuando se produjera la invasión, o ser ellos mismos quienes lo hicieran renunciar. Como se ha mencionado anteriormente: El bloqueo de armas; la difamación de la prensa estadounidense; las escasas acciones de los organismos internacionales; acercamiento del “ejército de liberación” auspiciado por los Estados Unidos para luchar contra ellos; el congreso estadounidense, etc.; contribuyeron para que el ejército guatemalteco se hiciera la idea de que Estados Unidos tenía en la mira a Guatemala y que estaba dispuesto a todo [incluso la invasión de los marines estadounidenses] para liberar a Guatemala del comunismo. Por todas las acciones psicológicas que los estadounidenses efectuaron a lo largo de la administración de Jacobo Árbenz: “El ejército estaba profundamente confundido”, “a las amenazas que llovían de Washington, se añadieron las amenazas de los funcionarios estadounidenses en Guatemala” (Gleijeses, 2008: 419). “La Embajada y la misión militar estadounidense”, recuerda el Coronel Rubén Enrique González Siguí, “hicieron contacto con muchos oficiales”. El mensaje implícito o explicito, era siempre el mismo: Los Estados Unidos ya no podían tolerar a Árbenz; si el ejército guatemalteco no actuaba, Washington recurriría a medidas extremas. “Estábamos”, se lamenta el Coronel Ernesto Paiz Novales, “bajo una inmensa presión. 16 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Citas de Peurifoy to SecState, no124, 19 de nov. De 1953, NA 611.14, y de entrevista con el Coronel Siguí. Peurifoy vacilaba acerca de esta cuestión: ver Peurifoy to SecState, 23 de dic. De 1953, FRUS, 1952-1954, 4:1094; y Peurifoy to Fisher, 24 de mayo de 1954, NA 714.58. 50 La misión militar estadounidense hasta insinuó que los Estados Unidos invadirían”. Bill Krieg coincide: La posibilidad de una intervención militar directa “solo se insinuó, pero estoy seguro de que los oficiales guatemaltecos comprendieron bien e infirieron mucho más de lo que estaba implícito: Exageraron todo lo que les dijimos” (Gleijeses, 2008: 419). Esto evidentemente causó miedo entre los oficiales del ejército guatemalteco y sus familias. La presión psicológica que Estados Unidos estaba implantando en el ejército se hacía efectiva; lo que causó que muchos de los oficiales se vieran en la disyuntiva de continuar con la lealtad hacia Árbenz. “Los hombres detrás de PBSUCCESS sabían que el miedo se estaba propagando entre los oficiales guatemaltecos, aunque no podían determinar su impacto. Solo habían logrado conseguir algunos colaboradores del cuerpo de oficiales –ninguno de ellos en una posición clave− y no estaban seguros de cómo respondería el ejército guatemalteco ante a la invasión de Castillo Armas” (Gleijeses, 2008: 420). De esta manera, Estados Unidos logró confundir a oficiales guatemaltecos, poniendo en duda su seguridad personal con su lealtad hacia Árbenz, es decir su nacionalismo, a la hora de defenderlo de la invasión y las consecuencias que esta derivaba. Para los Estados Unidos la semilla ya estaba sembrada, solo faltaba ver si iba a florecer. Toda la relación de Estados Unidos y los oficiales guatemaltecos estuvo basada en la manipulación para que estos estuvieran dispuestos a traicionar, y las misiones militares que tenia Estados Unidos en Guatemala fueron la conexión clave para ello. 51 7. La OEA y la ONU al servicio de la estrategia de los Estados Unidos Pero no solo fue el ejército guatemalteco el eje central de los Estados Unidos, del papel que jugarán la Organización de los Estados Americanos y la Organización de las Naciones Unidas dependía el éxito de la operación PBSUCCESS. El 6 de octubre de 1953 se ejerció la primera acción de Estados Unidos en contra de Guatemala en el marco de la estrategia PBSUCCESS, ante un organismo regional. El Departamento de Estado pidió de manera imprevista al Consejo de la Organización de Estados Americanos que incluyera un punto nuevo referente a la “Intervención del comunismo internacional en las repúblicas americanas”, en la agenda de la X Conferencia Interamericana, que se realizaría en marzo de 1954 “todos entendieron que Guatemala, único país que votó en contra de esa petición, era su objetivo” (Gleijeses, 2008: 352)17. Todos los dardos de Estados Unidos apuntaban a la Organización de Estados Americanos OEA, para sancionar a Guatemala por su régimen pro-comunista. Para que Estados Unidos pudiera salir victorioso en la Conferencia de Caracas, debía contar con el apoyo de diversos países y sabía que América Latina lo necesitaba por su dependencia económica. El Consejo para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos −órgano administrativo que se encarga de temas sobre políticas exterior, seguridad nacional y asuntos estratégicos− indicó que Estados Unidos debía estimular a “(…) los gobiernos latinoamericanos para que reconozcan que la mejor forma de conseguir el mayor volumen del capital requerido para su desarrollo económico es la empresa privada y que su propio interés exige la creación de un clima que atraiga a la inversión privada” (Gleijeses, 2008: 369). De esta forma, Estados Unidos estaba diciendo: “(…) yo te ofrezco cooperación económica, sin embargo si no existe un clima anti-comunista yo no puedo hacerlo”, de manera que Estados Unidos manipulaba para que los países latinos le dieran su apoyo, y posteriormente ayudarlos 17 Piero Gleijeses lo obtuvo de: OEA, Annals, págs. 293-302. 52 a ellos solo si ellos lo ayudaban; Estados Unidos ya estaba preparando el terreno ante otros países. El Secretario de Estado John Foster Dulles de los Estados Unidos sería el encargado de dar el discurso de apertura en la X Conferencia Interamericana, y el Ministro de Relaciones Exteriores Guillermo Toriello expresaría un discurso18 por parte de Guatemala. La delegación de Guatemala, confiaba en que los países latinoamericanos no apoyarían la resolución que plantearía el Secretario de Estado Dulles, porque era la única manera de preservar el sistema interamericano. Guillermo Toriello en una entrevista que le realizó Gleijeses dijo: “México, Argentina, Chile, Uruguay y probablemente Bolivia votarían con Guatemala, otros países se abstendrían y la resolución de Dulles no alcanzaría la mayoría de dos tercios requerida” (Gleijeses, 2008:373). Esta opinión también la compartía Árbenz y su administración, por la presión tan feroz que ejercía Estados Unidos contra Guatemala. “Caracas le demostraría a los estadounidenses, y a los guatemaltecos cuya lealtad se desgastaba cada vez más, que América Latina apoyaba a Guatemala en su firme defensa del principio de no intervención” (Gleijeses, 2008: 373). El 4 de marzo de 1954, el Secretario de Estado Foster Dulles, dio su discurso en el cual expresaba la preocupación del Presidente Eisenhower por el bienestar económico de América Latina; la conspiración comunista internacional, amenazadora para el hemisferio y presentó la resolución anticomunista. En esta última, el pasaje clave decía: ”La dominación o el control de las instituciones políticas de cualquier estado americano por el movimiento comunista internacional… constituiría una amenaza para la soberanía y la independencia política de los estados americanos, poniendo en peligro la paz de América, y exigiría una acción apropiada conforme a 18 Existe una controversia sobre el discurso expresado en Caracas, ya que, se realizaron dos versiones una débil y otra fuerte. 53 los tratados existentes” (Gleijeses, 2008: 374)19. El tratado que Dulles se referían era: El Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR), en el cual se planteaba que las sanciones diplomáticas y económicas eran de carácter obligatorio cuando las apoyaba una mayoría de dos tercios. Al finalizar Dulles, el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala Guillermo Toriello, respondió con un discurso en el que se refirió a los siguientes temas: Historia de Guatemala en época de regímenes esclavistas; la inspiradora revolución de 1944 y sus logros conseguidos; su deseo de independencia y autodeterminación política y económica; las políticas económicas y sociales implementadas durante el gobierno de Árbenz; la implementación de la reforma agraria y sus beneficios y resultados; y la amenaza que Estados Unidos estaba ejerciendo sobre Guatemala y su injerencia en los asuntos internos de las repúblicas latinoamericanas; cerró diciendo que la resolución de Dulles, era únicamente para legitimar su agresión, y que el único pecado de Guatemala, era su intento por hacer valer su soberanía (Gleijeses, 2008). Su discurso fue un éxito, salió de allí como un héroe, por decir muchas cosas de los cuales nadie se atrevía a decir. “El New York Times escribió que los aplausos que acogieron el discurso de Toriello fueron casi dos veces más prolongados que los que recibió Dulles. “Dijo muchas de las cosas que algunos de nosotros nos gustaría decir si nos atreviéramos”, observó un delegado sudamericano” (Gleijeses, 2008:375)20. “El brillante Torriello, elogiaba una revista mexicana, interpretó la música que nos gusta oír, y atacó las cosas que odiamos” (Gleijeses, 2008: 376)21. Posterior a los debates, las representaciones de Uruguay, Chile, México y Argentina, no estaban del todo impresionadas con los argumentos del Secretario de Estado Dulles. Entre los que apoyaban a Estados Unidos estaban los dictadores 19 Piero Gleijeses lo obtuvo de: “Address by the Secretary of State at the Second Plenary Session”, en DOS, Tenth Inter-American Conference, pág. 157. 20 Piero Gleijeses lo obtuvo de: “Guatemala Lays Plotting to U.S.”, NYT, 6 de marzo de 1954, pág. 1, cita de pág. 6. Y de “Keeping Communists Out”, Time, 15 de marzo de 1954, pág. 30. 21 Piero Gleijeses lo obtuvo de: “Guatemala en Caracas”, Humanismo, Ciudad de México, marzomayo de 1954, págs. 11-16, cita de págs. 13 y 15. 54 Trujillo, Somoza, Pérez Jiménez y Batista. Muy contradictorio el que un país como Estados Unidos que está peleando contra Guatemala por la democracia, sea apoyado ciegamente por las dictaduras más duras de la región latinoamericana. Finalmente, países como México, Uruguay y Argentina realizaron enmiendas a la resolución de Dulles, ya que, “la resolución de Caracas no especificaba cómo determinar si un país estaba dominado por el comunismo internacional. Los Estados Unidos podían invocar la resolución para convocar una reunión de cancilleres de la OEA y exigir la imposición de sanciones multilaterales hoy contra Guatemala, más tarde contra otro país descarriado” (Gleijeses, 2008: 379), pero estas enmiendas fueron rechazadas. Sin embargo, Dulles, acepto hacerles un cambio, que había introducido la delegación colombiana, esta consistía en “(…) la ultima cláusula de su párrafo clave (“… y exigiría una acción apropiada conforme a los tratados existentes”) rezaría “… y exigiría una reunión de consulta [de los ministros de relaciones exteriores de la OEA] para considerar la adopción de una acción apropiada conforme a los tratados existentes. También le añadió un párrafo final a la resolución: “Esta declaración de política exterior formulada por las repúblicas americanas en relación con los peligros que se originan fuera de este hemisferio, está destinada a proteger y no a menoscabar el derecho inalienable de cada estado americano a elegir libremente su propia forma de gobierno y sistema económico, y a vivir su propia vida social y cultural” (Gleijeses, 2008: 377-378)22. El 13 de marzo se aprobó la resolución, Estados Unidos salía victorioso, 17 países votaron a favor, únicamente México y Argentina se abstuvieron, Costa Rica se ausentó y Guatemala fue el único que votó en contra. 22 Piero Gleijeses lo obtuvo de: DOS, Tenth Inter-American Conference, págs. 156-58. 55 Finalmente, de nada sirvieron los aplausos que llenaron el auditorio cuando terminó el discurso de Toriello. “Caracas, se lamentó el destacado jurista mexicano Isidro Fabela, marca un descenso lamentable en el principio de la no intervención que parecía una conquista definitiva del panamericanismo […] hay dictadores en nuestra América Latina que están obligados (apoyar) por gratitud con Washington” (Gleijeses, 2008:379)23. “Le robaron el pago a los latinoamericanos que habían vendido a Guatemala por la tentación del dólar” (Gleijeses, 2008: 380); la victoria en Caracas, fue un resultado exitoso para la guerra psicológica que los estadounidenses le estaba haciendo a los guatemaltecos, entre ellos el Ejército de Guatemala. La victoria de Estados Unidos en Caracas evidenció el poder y control sobre la OEA24. Posteriormente, a principios de junio de 1954 cuando estaba a días de caer el régimen de Árbenz, se rumoreaba que los Estados Unidos estaba tratando de que fuera nuevamente convocada una conferencia especial de la OEA para proponer sanciones a Guatemala. Esta se celebraría el 1 de julio en Montevideo y para esta conferencia Estados Unidos confiaría con el apoyo de las otras repúblicas latinoamericanas (Gleijeses, 2008); todo con el fin de demostrar que se seguía ejerciendo presión internacional sobre Guatemala. “De los miembros de la OEA, sólo Guatemala había sido excluida de los preparativos. Ningún gobierno latinoamericano le informó a la administración de Árbenz sobre la naturaleza de las sanciones que se discutieron” (Gleijeses, 2008: 432). Al iniciar la invasión, una vez agotada la posibilidad de revertir la operación en la OEA, los días de Árbenz estaban contados, la operación PBSUCCES estaba funcionando: La victoria de Estados Unidos ante la OEA; la prensa estadounidense 23 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Fabela, “La conferencia de Caracas”, págs. 32 y 12. 24 “La resolución presentada por Dulles en Caracas era una especie de Doctrina Monroe recalentada. Su propósito era en realidad condenar a Guatemala sin mencionarla, así como establecer la autoridad jurídica necesaria para defender la Operación Éxito de las protestas anticipadas. Según expresó después el Presidente Eisenhower en sus memorias: Esa resolución constituyó un aval legal para el contraataque anticomunista que vino después” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 160). 56 más brutal que nunca; los dictadores de la región mostraban su apoyo incondicional a los Estados Unidos; los buques estadounidenses patrullando el Golfo de Honduras, el sobrevuelo de aviones en cielo guatemalteco y el ejército de liberación acercándose más; Árbenz y su gabinete pensaron que la Organización de Naciones Unidas y la presión internacional frenarían a Eisenhower. Las evidencias eran bastante obvias sabían que la ONU podría intervenir y parar la invasión; el 18 de junio, Guillermo Toriello cablegrafió al Consejo de Seguridad en Nueva York y argumentó que Estados Unidos acusaba a Guatemala de un supuesto comunismo, así también, de ser el responsable de los incidentes militares de los pasados días y le imploraba a este consejo que ordenará el cese del fuego y la retirada de los “gobiernos agresores” (Honduras y Nicaragua) de suelo guatemalteco25. El 20 de junio “(…) el Consejo de Seguridad aprobó una moción francesa pidiendo el fin inmediato de cualquier acción que pudiera ocasionar derramamiento de sangre y solicitando que todos los miembros de las Naciones Unidas se abstengan… de prestar ayuda a cualquier acción de este tipo” (Gleijeses, 2008: 451)26. Ante tal acción de los franceses, Estados Unidos reaccionó e inmediatamente el Secretario de Estado argumentó que este conflicto debía tratarse en la Organización de Estados Americanos, ya que la ONU no era el ente adecuado para resolverlo, para ello Honduras y Nicaragua no vacilaron en apoyar a los Estados Unidos. Nuevamente, el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala Guillermo Torriello recurrió el 21 de junio al Consejo de Seguridad de la ONU, para detener la invasión de los rebeldes apoyados por los Estados Unidos. Sin embargo, Guatemala no tenía oportunidad, la persona que presidía el Consejo de Seguridad era un estadounidense Henry Cabot Lodge y Estados Unidos estaba dispuesto a utilizar su poder de veto, aunque ese veto lo pondría al descubierto. 25 El 20 de junio Toriello volvió a mandar otro mensaje a la ONU, relatando los últimos incidentes y advirtiendo que Guatemala se vería forzada a actuar en defensa propia bajo la Carta de las Naciones Unidas (Schlesinger y Kinzer, 1987). 26 Piero Gleijeses lo obtuvo de: United Nations, Security Council Official Records, 20 de junio de 1954, pág. 38. Para el debate, ver págs. 1-41. 57 Como Francia e Inglaterra apoyaban que el Consejo de Seguridad analizará el caso de Guatemala por las consecuencias que esto podría traer para las Naciones Unidas, Estados Unidos inmediatamente, bajo la mesa, por medio de sus embajadores en Francia e Inglaterra amenazó, que si ellos llegaban a tomar una posición independiente en apoyo a la gestión guatemalteca, se sentirían totalmente libres sin considerar su posición respecto a asuntos tales como cualquiera de sus problemas coloniales en Egipto, Chipre, etc. (Gleijeses, 2008: 453). El 25 de junio, el Consejo de Seguridad se había negado a considerar el tema de Guatemala; la Unión Soviética, Dinamarca, Líbano y Nueva Zelanda votaron a favor; entre cinco que votaron en contra, estaban dos países latinos: Colombia y Brasil; e Inglaterra y Francia se abstuvieron de votar27. Estados Unidos ganó rotundamente, en los dos organismos internacionales en los que Guatemala habría tenido oportunidad. La Organización de Estados Americanos OEA no tomó ninguna decisión que no favoreciera a los Estados Unidos. En la Conferencia de Caracas, por muy héroes que fueron los delegados guatemaltecos, los aplausos no les dieron votos y evidentemente Estados Unidos supo cómo manejar las voluntades de otros países, mediante el interés. Y en la Organización de Naciones Unidas ONU, coincidió casualmente la presidencia de un estadounidense en el Consejo de Seguridad y la invasión de Guatemala, para desvincular a la ONU del caso, además del trabajo bajo la mesa que Estados Unidos ya había efectuado para conseguir o manipular votos. Guatemala no tenía oportunidad en los dos organismos, Estados Unidos salió triunfante y el sistema internacional no pudo hacer nada por el asunto guatemalteco, a pesar de existir tratados internacionales. 8. La soberanía guatemalteca Después de haber analizado cada punto que Estados Unidos utilizó para interferir en los asuntos guatemaltecos y derrocar al gobierno de Árbenz, la violación a la 27 “Lo más que dio el mandato de la ONU a Guatemala fue alguna credibilidad diplomática. Sin embargo, no tuvo efecto en el campo de batalla. La democracia guatemalteca seguía en peligro” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 39). 58 soberanía por parte de los Estados Unidos estaba más clara que el agua. Además de manipular el derecho internacional, el cual establece en distintos tratados internacionales que los países son iguales jerárquicamente, poseen los mismos derechos y obligaciones; Estados Unidos durante la operación PBSUCCES mediante hechos concretos violó el “principio de no intervención”, y ellos estaban consientes de la violación. La soberanía guatemalteca en los Organismos Internacionales: Guatemala defendía su soberanía en dos organismos internacionales La OEA y la ONU (organismos que velan por la soberanía de los Estados), para defenderse de la intromisión que estaba ejerciendo los Estados Unidos, mas no tuvo éxito. - Durante la X Conferencia Interamericana realizada en Caracas por parte de la Organización de Estados Americanos: Guatemala, por medio del discurso que brindó el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala Guillermo Toriello, denunció injerencia de los Estados Unido; a pesar de que la Carta que da vida a la OEA manifiesta en el artículo 3, inciso e: “Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado”, no da importancia a la denuncia y los países latinoamericanos votaron a favor de la resolución anticomunista de Estados Unidos. - Posteriormente, al no conseguir resultados de la OEA, se denunció ante la Organización de Naciones Unidas por medio del Consejo de Seguridad, y a pesar que en la carta que le da vida a esta organización menciona en el artículo 2: “La Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus miembros”. Estados Unidos poseía la presidencia del Consejo de Seguridad, y manipuló para que no se le prestará atención al caso guatemalteco. 59 Violación a la soberanía por medio de PBSUCCESS: “En febrero de 1954, la CIA abrió dos campos de entrenamiento en Nicaragua […] para un puñado de pilotos guatemaltecos que se entrenaban para la fuerza aérea de Castillo Armas, mientras la CIA conseguía los aviones a través de compañías ficticias. Como planificadores de PBSUCCESS querían a toda costa dar la impresión de que los rebeldes habían comprado los aviones en el mercado internacional […] La mayoría de los pilotos eran estadounidenses contratados por la CIA.” (Gleijeses, 2008: 401). “PBSUCCESS requería doscientos o trescientos hombres para invadir Guatemala el Día D” (Gleijeses, 2008: 402), estos hombres eran entrenados por estadounidenses. “La administración Eisenhower trató de impedir que congresistas demasiado celosos forzaran la aceptación de medidas que violaran abiertamente el principio de no intervención, mientras que les insinuaban a los congresistas claves que están en curso actividades más discretas para eliminar la amenaza guatemalteca” (Gleijeses, 2008: 416). “El 26 de mayo, un avión C-47 desconocido sobrevoló Ciudad de Guatemala y dejo caer volantes informando a los guatemaltecos que su liberación estaba muy próxima […] Durante los días siguientes, otros “aviones misteriosos” aparecieron sobre la capital en lo que parecía ser un evidente ensayo de bombardeos28” (Gleijeses, 2008: 425). “Uno de los grupos de comandos entrenados por la CIA en Nicaragua ya había entrado en acción. El 20 de mayo, un tren que transportaba las armas del Alfhem (barco que traía armas de Checoslovaquia para el ejército de Guatemala) desde Puerto Barrios hacia la capital estuvo a punto de ser volado 28 Piero Gleijeses lo obtuvo de: William Krehm, “A Victory for the West in Guatemala?” International Journal, otoño 1954, pág. 300. 60 […] el ataque fue alabado por la Voz de la liberación controlada por los Estados Unidos” (Gleijeses, 2008: 425). En mayo de 1954, “la administración Eisenhower había impuesto una cuarentena naval. No se permitiría que llegaran a Guatemala armas o municiones” (Gleijeses, 2008: 429). Los Estados Unidos si era necesario revisaría cada barco, y dañarlos y fuera necesario para que estos no llegarán a Guatemala, sin importar el derecho internacional. Estados Unidos registró barcos franceses, británicos, etc. “Durante la cuarentena, que terminó con la caída de Árbenz, los buques de guerra estadounidenses […] patrullando el Golfo de Honduras se burlaban descaradamente del derecho internacional, despertaba recuerdos inquietantes de los marines desembarcando en las costas de América Central” (Gleijeses, 2008: 430). Finalmente, todos estos factores de injerencia de Estados Unidos en Guatemala dieron resultados el 27 de junio de 1954, el Presidente Jacobo Árbenz renunció a la presidencia. Y “casi una década después […] Eisenhower reconoció que los Estados Unidos le había proporcionado ayuda material a Castillo Armas: “Considere el asunto cuidadosamente […] me pareció que negarnos a cooperar proporcionando apoyo indirecto a una facción estrictamente anticomunista en esta lucha sería contrario a la letra y el espíritu de la resolución de Caracas” […] Eisenhower afirmó solapadamente que los aviones originales habían sido proporcionados a Castillo Armas por otro país (no nombrado)” (Gleijeses, 2008: 465)29. Mediante estas evidencias que nos muestra Piero Gleijeses, Estados Unidos violentó la soberanía guatemalteca manipulando el derecho internacional y poniéndolo al servicio de la Operación PBSUCCESS. Por ello, las evidencias que nos mostró Piero, dejó en claro que las intenciones de Estados Unidos fueron injerir en el sistema guatemalteco, sin importar el “principio de no intervención”. 29 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Eisenhower, Mandate, págs. 425-26. 61 9. El papel del Ejército días antes de la renuncia de Árbenz Posterior a todas las acciones que Estados Unidos realizó clandestinamente mediante la operación PBSUCCESS, estaba claro que no se sabía como el ejército guatemalteco iba a reaccionar; si continuaría con la lealtad hacia Árbenz o si el miedo se apoderaría de ellos y se aliarían con Estados Unidos. El ejército guatemalteco estaba desconcertado. Durante la mayor parte de la administración de Árbenz, los oficiales guatemaltecos estaban presionados políticamente y psicológicamente por Estados Unidos; el miedo por su seguridad y el de sus familias era inevitable, así como la desmoralización por todos los bloqueos que tenía Guatemala (para la compra de armas y municiones, ayuda de parte de los organismos internacionales, y de países vecinos, etc.). Algunos oficiales ya estaban colaborando con Estados Unidos, pero no se podía garantizar anticipadamente el funcionamiento de la presión que se ejercía sobre ellos. Temían la destitución, la deshonra y existían sentimientos nacionales y de respeto por su Presidente. Se sabía que la relación Ejército–Árbenz se había deteriorado por el énfasis que éste hizo en los programas sociales, y que efectivamente Estados Unidos estaba presionando al gobierno arbencista y estaba planeando una operación clandestina. En la arena internacional, Árbenz no encontraba apoyo en otros países. Por factores como estos se presentía que pronto llegaría su fin. Estados Unidos invadiría Guatemala, con Castillo Armas figurando a la cabeza de la invasión, y en ese momento se pondría a prueba al ejército, se sabría si este tomaría la decisión de defender a su presidente o se haría a un lado para que Estados Unidos saliera triunfante. Puesto que Estados Unidos sabía que el instrumento primordial para derrocar a Árbenz era el ejército, se enfocó en campañas psicológicas para meterles miedo y que estos lo traicionaran, “La lealtad del cuerpo de oficiales empezó a vacilar desde la llegada de Peurifoy” (Gleijeses, 2008: 418). 62 Gleijeses basado en un documento que había escrito Bill Krieg, (Jefe Adjunto de Misión de la Embajada estadounidense) en donde decía: “No se puede decir que los oficiales hayan abandonado la lealtad que a menudo se informa le tienen a Árbenz, pero en este momento están preguntándose y especulándose más que antes acerca de las acciones del presidente” (Gleijeses, 2008: 418)30. Muchos oficiales ya empezaron a dudar sobre el desempeño que estaba ejerciendo Árbenz, ellos pensaban que sus acciones molestaban a los Estados Unidos, podrían traer consecuencias muy graves para Guatemala. Cuando se da el resultado de la X Conferencia Interamericana en Caracas, la moral del ejército se vino en detrimento, cada factor de amenaza por parte de Estados Unidos desmoralizaba más a los oficiales guatemaltecos. “El mensaje implícito o explicito, era siempre el mismo: Los Estados Unidos ya no podían tolerar a Árbenz; si el ejército guatemalteco no actuaba, Washington recurriría a medidas extremas (…) estábamos bajo una inmensa presión. La misión militar estadounidense hasta insinuó que Estados Unidos invadiría”, éstas fueron palabras del Coronel Ernesto Paiz Novales (Gleijeses, 2008: 419)31. Amenazas que ejercían gran presión sobre los oficiales guatemaltecos. Ante estas decepciones, y al presentir que en cualquier momento Estados Unidos podía invadir Guatemala por medio del “ejército de liberación”, Árbenz quería darle incentivos para tenerlo de su lado. Debido al bloqueo de armas y municiones que Estados Unidos le había impuesto desde 1949, Árbenz no tuvo opción de buscar la compra de armas en otros países, y finalmente consiguió hacer una compra con Checoslovaquia. La compra se realizó de manera silenciosa, ya que Árbenz quería guardar ciertas armas para las milicias obreras, en caso el ejército no reaccionara ante la invasión. “Las armas fortalecerían la moral de un ejército cuyos deseos de nuevo material de guerra habían sido frustrados durante mucho tiempo. También aumentaría 30 Pero Gleijeses lo obtuvo de: Krieg to DOS, no. 443, 23 de nov. De 1953, pág. 3, NA 714.00. 31 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Entrevista con Paiz Novales (quien afirma que él soporto la presión). 63 su capacidad para derrotar una invasión en Guatemala patrocinada por los Estados Unidos” (Gleijeses, 2008: 394). Sin embargo, esta compra silenciosa no salió del todo bien, puesto que salió a relucir a la vista de Washington y éste lo utilizó como escusa para ejercer presión sobre Guatemala. “Altos oficiales guatemaltecos, informados del cargamento por los Estados Unidos, aparecieron en el muelle para hacerse cargo del mismo. Árbenz tuvo que dar su aprobación. Las armas, explicó, eran para las fuerzas armadas; su procedencia comunista se debía sólo al embargo estadounidense” (Gleijeses, 2008: 417)32. Los militares estaban emocionados, y le dieron su gratitud a Árbenz, ya que esta era una necesidad importante que tenían los oficiales guatemaltecos desde hacía mucho tiempo, era definitivamente un incentivo. Pero el miedo que tenían los oficiales guatemaltecos por las disputas de Árbenz con Estados Unidos, era imborrable. Árbenz mantenía una esperanza sobre el ejército guatemalteco. “Durante los meses anteriores, había creído que el ejército permanecería leal si se enfrentaba con un ataque de los exiliados en el que los Estados Unidos no participara directamente. La debilidad militar de la invasión reforzó sus ilusiones. Árbenz, recuerda su esposa, “pensaba que el ejército defendería la patria. Nuestro ejército se negaría a someterse a Castillo Armas […] el ejército no se deshonraría. Los oficiales no capitularían ante un traidor” (Gleijeses, 2008: 440). El primero de junio, Árbenz realizó una reunión con los oficiales del ejército, su objetivo era fortalecerles la moral y los invitó a que compartieran con él sus dudas y comentarios al respecto de todo lo que estaba pasando. Como ninguno tuvo el valor de hacerlo de frente, Árbenz les dio la oportunidad de hacerlo por escrito, que realizaran una lista de preguntas y él con mucho gusto iba a resolver sus dudas. El 32 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Entrevistas con Fortuny, María de Árbenz y dos altos oficiales guatemaltecos que pidieron ser no identificados. 64 documento que los oficiales habían redactado era muy respetuoso y le hacían ver su obediencia; entre algunas preguntas estaban (Gleijeses, 2008: 422): ¿Creía el Presidente que la influencia comunista en Guatemala era excesiva?; ¿Concordaba el Presidente con que los comunistas, “que difaman e insultan a gobierno extranjeros”, eran una amenaza para el bienestar del país?; ¿No podría el Señor Presidente confiar única y exclusivamente en su Ejército –que le es incondicionalmente leal− y eliminar a los comunistas de los puestos influyentes que ocupaban?; ¿No se serviría mejor a las políticas interior y exterior del país si el Partido Comunista era marginado? Ante tales interrogantes era evidente la preocupación que invadía al Ejército de Guatemala, su miedo era inminente y querían hacer algo para parar la furia de Washington. “Mientras la moral del ejército flaqueaba, y los periodistas y los congresistas estadounidenses exigían que Eisenhower detuviera la agresión roja, sólo los ciegos y los crédulos no se hubieran percatado de que era inminente un ataque armado contra Guatemala” (Gleijeses, 2008: 423). El 17 de junio comenzó la invasión a Guatemala, Árbenz sabía que su ejército fácilmente podía derrotar a los hombres de Castillo Armas. Sin embargo, a lo que temían era qué podía pasar con Estados Unidos cuando estos fracasaran. Árbenz mando gente clave –personas leales para dirigir las tropas. Escogió Zacapa para ser punto central de la contraofensiva. En la capital la presión era fuerte, aviones rebeldes ametrallaban la capital durante varios minutos cada día, e incluso dejaban caer bombas y esto generaba mayor tensión. El 21 de junio se da el primer ataque en Puerto Barrios y la policía y civiles armados los derrotaron (Gleijeses, 2008). Árbenz estaba tranquilo pensando que el ejército lucharía contra ellos. Sin embargo, el 23 de junio, el Jefe del Estado Mayor Parinello, fue al cuartel de Zacapa y no regresó con buenas noticias, sino “(…) convencido de que el ejército no lucharía […] no era que le tuviera miedo a Castillo Armas; le tenía miedo a los Estados Unidos. Creía que Eisenhower había decidido que Árbenz tenía que renunciar y los estadounidenses, probablemente enviarían a los marines si Castillo Armas renunciaba” (Gleijeses, 2008: 448). El 25 de junio Árbenz 65 recibió la noticia de que el ejército se había sublevado en Zacapa, Octavio Reyes miembro del Comité Central del PGT “informó que los oficiales en Zacapa estaban desmoralizados y temerosos y no estaban dispuestos a luchar” (Gleijeses, 2008: 454)33. Posteriormente, al Presidente Árbenz se le envío un mensaje de los oficiales en Zacapa: “Centenario, el alto mando me pide que le diga que debe renunciar. La situación es insostenible. Los oficiales no quieren pelear. Piensan que los americanos están amenazando a Guatemala por causa suya y de sus amigos comunistas. Si usted no renuncia, el ejército marchará contra la capital y lo derrocará34” (Gleijeses, 2008: 455). Árbenz tuvo que renunciar el 27 de junio de 1954 y se abrió paso a la contrarrevolución poniendo fin a los logros conseguidos desde 1945. La mayoría de los oficiales habrían defendido la patria de Árbenz y los guatemaltecos. Sin embargo el miedo hacia los Estados Unidos los carcomía. Esta reacción pasiva del ejército fue algo que durante toda la administración de Árbenz preparó Estados Unidos –como se ha mencionado anteriormente− mediante su guerra psicológica, ellos desmoralizaron al ejército, pero no sabían hasta qué punto. “La razón del comportamiento del ejército era más prosaica: “los venció el miedo”, explica un oficial guatemalteco. “Los aterrorizaba la idea de que los Estados Unidos estuviera detrás de Castillo Armas”. El agregado militar estadounidense está de acuerdo: los oficiales guatemaltecos sin duda alguna temían a la posibilidad de una intervención estadounidense contra Árbenz, y con razón. Ese miedo fue la 33 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Entrevista con Guerra Borges (citado), Pellecer, Alejandro y Fortuny. Ver también Fortuny, “Observaciones”, pág. 68. 34 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Entrevista con Fortuny, Getella, Tte. Coronel Mendizábal y otro oficial de alto rango. Guerra Borges, Fortuny, Charnaud y María de Árbenz relataron lo que habían sabido por Árbenz. Los coroneles Parinello, Mendoza y Lorenzana relataron lo que supieron por otros oficiales. 66 influencia estabilizadora que les impidió acudir en ayuda de Árbenz cuando la suerte estaba echada” (Gleijeses, 2008: 463)35. Aun no existe mejor explicación que la ofrecida por Gleijeses, los oficiales guatemaltecos les dio más temor la victoria, que la derrota. Árbenz renunció y hoy en día es una figura que trascendió silenciosamente a pesar de la gran contribución que le hizo a la historia guatemalteca, al ser un ejemplo de un verdadero líder revolucionario. 35 Piero Gleijeses lo obtuvo de: Citas de entrevistas con el Tte. Coronel Mendizábal y el Coronel McCormick. 67 Capitulo 4: La soberanía de Guatemala en la intervención de Estados Unidos en 1954: la visión de Susanne Jonas. 1. ¿Quién es Susanne Jonas? Susanne Jonas es una cientista social estadounidense, especializada en historia y política de Centroamérica, profesora de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de California, Santa Cruz. Es fundadora y directora del Institute for the Study of Labor and Economic Crisis, de San Francisco, California. En 1967 comenzó a estudiar la sociedad guatemalteca, cuando el país estaba inmerso en la primera ola de insurgencia/contrainsurgencia; desde entonces se ha dedicado a investigar la historia y política económica guatemalteca, y las relaciones entre Guatemala y Estados Unidos (FLACSO Guatemala, 2009). Gracias a su deseo por estudiar la historia de Guatemala, en 1983, Susanne Jonas prestó su testimonio ante el Tribunal Permanente del Pueblo, y al año siguiente produjo, como coautora, la versión inglesa de los procesos del Tribunal, con el título de “Guatemala: Tyranny on Trial (Guatemala: Juicio a la tiranía)”. Jonas ha publicado diversas obras, especialmente numerosos trabajos sobre la vida política de la región centroamericana, tales como: Contradictions of “Guatemala political opening”, coautora, en 1990. De centauros y palomas: El proceso de paz guatemalteco. Guatemala: Plan piloto para el continente, en 1981. Democracy in Latin America: Visions and realities, en 1990. El Mercado común y la ayuda norteamericana, en 1974. La batalla por Guatemala: Rebeldes, escuadrones de la muerte y poder estadounidense, en 1994. 68 La ideología social demócrata en Costa Rica, en 1984. Las dimensiones de la democracia en Guatemala, en 1997; entre otros. De manera que, por sus extensas investigaciones en la historia de Guatemala y su relación con Estados Unidos, Jonas nos plantea como los estadounidenses trabajaron internamente para derrocar al gobierno guatemalteco de Jacobo Árbenz en 1954, para posteriormente utilizar ese derrocamiento como un plan piloto para el continente. Dada su nacionalidad estadounidense, es de gran ayuda para aclarar el papel que jugó su país durante la intervención en Guatemala en 1954; papel que muchos estadounidenses ponen en debate hoy en día. Es por ello, que se relatará como Susanne Jonas Bodenheimer vio y registró la violación a la soberanía guatemalteca y el papel del ejército durante la intervención de Estados Unidos en 1954. 2. Guatemala y su relación con Estados Unidos “Para entender la Guatemala de hoy, hay que entender cómo esa realidad ha sido condicionada por la acción del imperialismo norteamericano” (Jonas, 1981: 7). Para analizar las palabras de Susanne Jonas, debemos hacer un corto recorrido histórico de cómo han sido las relaciones bilaterales de Guatemala-Estados Unidos: Guatemala y Estados Unidos iniciaron relaciones diplomáticas el 4 de junio de 1862. “Desde el inicio del siglo XX, la compañía [United Fruit Company M.E.] desempeñó el papel principal en la economía guatemalteca” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 77). Durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera (18981920), llegaron los primeros inversionistas estadounidenses en pos de la riqueza bananera, con la formación de un monopolio que quedó en manos de la United Fruit Company. El dictador llegó a otorgar a la UFCO una concesión de 99 años para operar y terminar la construcción de la línea férrea principal del país, que corría de la capital a Puerto Barrios en el Atlántico; así también, confirió a la empresa estadounidense, el contrato de llevar correo de 69 Guatemala en sus barcos en enero de 1901 (su primera injerencia autentica en el país) (Schlesinger y Kinzer, 1987). La UFCO recibió 170.000 acres de las mejores tierras guatemaltecas convirtiéndola en la principal latifundista del país, además de ser propietaria de ferrocarriles, muelles, puertos y los barcos que transportaban la fruta. La UFCO se constituyó en un poderoso enclave económico estadounidense que intervenía en las decisiones de gobierno (Exordio, 2004). Años posteriores al gobierno del dictador Cabrera, asume la presidencia el General Jorge Ubico (1931-1944), otro presidente que le brindó importantes concesiones a la compañía bananera. Durante el período de gobierno de Ubico, el 70% de las exportaciones guatemaltecas lo constituían la producción bananera y cafetalera, estas últimas en manos de empresarios alemanes. Ubico ejerció una férrea dictadura represiva, donde la protesta se pagaba con una golpiza, la cárcel o la muerte, pero logró la estabilidad económica. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue forzado por EEUU a confiscar las propiedades cafetaleras alemanas y en 1941 Washington le obligó a declarar la guerra a los países del Eje (Exordio, 2004). Así mismo, “en 1936 la compañía firmó un acuerdo por 99 años (…) para abrir una segunda plantación, esta vez en la costa del Pacífico, en Tiquisate. Ubico concedió (…) exención total de impuestos internos, importación libre de impuestos de todos los bienes necesarios y una garantía de salarios bajos” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 8182). “Tras la caída del dictador Jorge Ubico y en pleno proceso de la Revolución de Octubre de 1944, las transnacionales estadounidenses comenzaron a medir su poder con procedimientos ocultos” (Solano, 2005: 15). En 1945 es electo democráticamente Juan José Arévalo Bermejo. Durante su gobierno se modificó la legislación a favor de los intereses guatemaltecos y se disminuyó los privilegios a las transnacionales estadounidenses, acciones nacionalistas que pusieron en peligro la relación positiva que tenía Guatemala y Estados Unidos en gobiernos anteriores. Dentro de estas legislaciones 70 estaba: La elaboración del Código de Trabajo, la cual era un obstáculo para la UFCO, ya que le restaba privilegios que años anteriores habían disfrutado. La relación Arévalo-Estados Unidos culminó cuando el Presidente Arévalo declaró persona “non grata” al embajador de los Estados Unidos Richard C. Patterson Jr., en 1950, por las presiones que esté ejercía para retomar los privilegios que gobiernos anteriores le habían concedido a las transnacionales estadounidenses. “Desde los años cincuenta, igualmente, Guatemala ha sido campo experimental para una variedad de políticas estadounidenses para frenar el cambio revolucionario y para proteger las inversiones privadas estadounidenses” (Jonas, 1981: 14). A partir del gobierno de Juan José Arévalo las relaciones amistosas que habían mantenido los Estados Unidos con Guatemala, se deterioraron debido a que aquel país no acogió los ideales de la Revolución de 1944, interesada en construir la democracia y la independencia en Guatemala. Ideales nacionalistas que años posteriores significaron el derrocamiento del Presidente Árbenz, por medio de una operación clandestina efectuada por Estados Unidos. Cuando Jacobo Árbenz llegó a la presidencia, electo democráticamente el 15 de marzo de 1951, las relaciones con Estados Unidos se encontraban en deterioro, sin embargo, los estadounidenses tenían la esperanza que con Árbenz podían recuperar los privilegios perdidos durante la administración de Arévalo, mas estaban equivocados. Árbenz continuó bajo la misma lógica nacionalista de Arévalo, pero realizando reformas que para Estados Unidos fueron más radicales, “el objetivo de la “Revolución” de 1944 a 1954 era permitir el desarrollo de una economía capitalista moderna, a partir de la reforma agraria, y desafiar abiertamente al imperialismo norteamericano” (Jonas, 1981: 17). En respuesta a esto, los estadounidenses tildaron de “comunista” al gobierno y sabían que debían intervenir inmediatamente para que este nacionalismo no se extendiera a países vecinos. La relación entre Guatemala y Estados Unidos estaba en juego y muchos intereses estaban de por medio en el país centroamericano; se vislumbraba desde ya un conflicto de trascendencia internacional. 71 3. Intereses de Estados Unidos en Guatemala Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba consolidando su hegemonía sobre el mundo no-comunista y entrando en conflicto con el comunista. “Las corporaciones privadas estadounidenses iniciaron una expansión sin precedentes en el extranjero, expansión que obligaba al gobierno de E.E.U.U. a jugar un papel más activo –en especial mediante la ayuda económica y militar− para estimular y proteger estas inversiones y mantener un “clima favorable” (…) en América Latina” (Jonas, 1981: 36). Durante esa misma coyuntura Guatemala también estaba viviendo momentos importantes; en octubre de 1944 se da la primera revolución democrática y se planteaban objetivos nacionalistas para los gobiernos de Juan José Arévalo (19451951) y Jacobo Árbenz (1951-1954), dentro de estos objetivos estaban las reformas, que a pesar de ser de corte capitalista, los intereses de los Estados Unidos llegaron a considerarlas como una “amenaza”, por diversas razones: La primera, la expropiación (con indemnización) de algunas propiedades ociosas estadounidenses de la United Fruit Company; la segunda, “los inversionistas privados estadounidenses y el gobierno de E.E.U.U. se inquietaron por la creciente radicalización de la “Revolución” guatemalteca bajo Árbenz (aplicación de la reforma agraria en 1952, M.E.)” (Jonas, 1981: 37); y tercero, “La revolución guatemalteca se daba en un momento en que E.E.U.U. estaba en lo más acentuado de la paranoia macartista de la Guerra Fría, y en que los intereses privados estadounidenses se estaban expandiendo rápidamente en el extranjero y por consiguiente eran muy susceptibles acerca de cualquier amenaza de expropiación” (Jonas, 1981: 37). Los intereses económicos de Estados Unidos estaban representados en tres monopolios: La United Fruit Company (UFCO), la International Railways of Central America (IRCA) y la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEG), manteniendo cierto control de Guatemala por lo que representaban en la economía guatemalteca36. 36 Estas transnacionales mantenían privilegios de trabajar bajo libertad de impuestos de todos los bienes necesarios; el pago de bajos salarios a los trabajadores; el dominio del comercio internacional del país (por ser dueños de las instalaciones portuarias), etc. (Schlesinger y Kinzer, 1987). 72 La United Fruit Company, era un poder económico importante en Guatemala37, por ello, el pensar en expropiación o la disminución de los privilegios, Estados Unidos activo la luz de intervención. Y más aún durante el gobierno de Árbenz, cuando éste “(…) aclaró que, aunque los inversionistas extranjeros serían bienvenidos, no se les otorgaría ningún privilegio especial y se esperaba que acataran las leyes guatemaltecas y se abstuvieran de intervenir en la política interna de Guatemala” (Jonas, 1981: 39). Los intereses de las transnacionales estaban en peligro, sin embargo, ¿Por qué tendría que intervenir el gobierno estadounidense para la protección de los intereses de las compañías transnacionales, aparte de protegerse de los supuestos comunistas? En parte esto se explica porque varios funcionarios del gobierno estadounidense eran figuras muy cercanas a la United Fruit Company: John Moors Cabot, secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, cuya familia poseía acciones en la compañía bananera (su hermano Thomas había sido presidente de la corporación en 1948); Henry Cabot Lodge, Embajador ante las Naciones Unidas, poseía de igual manera acciones y había defendido pública y enérgicamente a la UFCO cuando era senador por Massachusetts; Anne Whitman, secretaria personal de Eisenhower, su esposo Edmund Whitman era director de relaciones públicas de la compañía; Bedel Smith, subsecretario de Estado, estaba tratando de conseguir un cargo ejecutivo en la compañía mientras contribuía a planear el golpe contra Guatemala; y Robert Hill, Embajador en Costa Rica en el momento del golpe, era un hombre vinculado a la jerarquía de la compañía (Jonas, 1981). De manera que, no solo estaban en riesgo los intereses de la compañía, también estaban los intereses personales de miembros del gobierno estadounidense. Al tocar Árbenz los intereses de la United Fruit Company mediante la expropiación de sus tierras ociosas en 1952, estalló la bomba, provocando ira por los 37 “(…) controlaba directa o indirectamente cerca de 40,000 empleos. Sus inversiones en el país estaban valuadas en 60 millones de dólares. Funcionaba como un estado dentro de un estado, poseía los teléfonos y telégrafos de Guatemala, administraba el único puerto de importancia en el Atlántico y monopolizaba sus exportaciones de plátano” (Schlesinger y Kinzer, 1987). 73 intereses privados estadounidenses, no solo de las mismas transnacionales sino también de funcionarios gubernamentales estadounidenses, y desencadenó una serie de incidentes entre los dos gobiernos (Jonas, 1981). Los Estados Unidos querían al gobierno de Árbenz afuera, sus intereses estaban en riesgo y sabían que debían montar una operación para que esas acciones de nacionalismo e independencia no se convirtieran en un ejemplo para sus vecinos centroamericanos. Sin embargo, debían de tener la cautela para no aparentar ante el mundo que estaba a punto de violar el principio de no intervención. Es por ello, que las estrategias para desgastar al gobierno de Árbenz y luego derrocarlo, eran fundamentales. 4. Estados Unidos y su estrategia y tácticas para derrocar a Árbenz Antes de iniciar a describir la estrategia que utilizó Estados Unidos, es necesario precisar y tener claro ¿qué es una estrategia?, para entender que se deriva de ella. La estrategia “es el arte y la ciencia de desarrollar y usar las fuerzas políticas, económicas, psicológicas y militares de una nación, durante la paz y durante la guerra, para brindar el apoyo máximo a las políticas nacionales, a fin de aumentar las probabilidades y las consecuencias favorables de la victoria y disminuir las probabilidades de derrota” (COSEDE, 2009). Dentro de esta estrategia se derivan las tácticas, parte fundamental de la estrategia que utilizó Estados Unidos en Guatemala. La táctica es la “maniobras, acuerdos y líneas de acción del gobierno (…) para alcanzar sus objetivos” (COSEDE, 2009). En función de lo anteriormente descrito, Estados Unidos tenía claro qué hacer ante la situación en Guatemala: Realizar una operación para revertir el proceso revolucionario, y su estrategia: Derrocar al gobierno de Jacobo Árbenz. La operación tenía muy claras las tácticas a utilizar para mejorar la posición de Estados Unidos: “(…) la primera, una serie de incidentes en Guatemala; la segunda, una suspensión de toda ayuda estadounidense a Guatemala; la tercera, una campaña de presión y propaganda antiguatemalteca en E.E.U.U., especialmente en la prensa y en el Congreso de ese país; y, finalmente, una serie de maniobras conducentes a la “Liberación” en junio de 1954” (Jonas, 1981: 38); tácticas que, como veremos, 74 tuvieron éxito puesto que terminaron con la renuncia de Árbenz el 27 de junio de ese mismo año. 5. La preparación de la operación contra Guatemala: Desde sus inicios Como ya dijimos, desde la administración de Juan José Arévalo los Estados Unidos mantenían una relación tensa con Guatemala, por los ideales que se implementaron a raíz de la revolución del 20 de octubre, los cuales colisionaban con los intereses de Estados Unidos; sin embargo, no accionaron radicalmente contra su gobierno, y fue finalmente durante la administración de Jacobo Árbenz cuando los estadounidenses decidieron revertir el proceso revolucionario por medio de una operación que lo sacaría del poder. Esta operación inició desde la Administración de Harry S. Truman y concluyó en la de Eisenhower. Desde 1952, se habían iniciado diversas operaciones que finalmente llevaron a la contrarrevolución. Los preparativos se iniciaron hacia el final de la Administración de Truman (entre los años de 1952 y 1953). Las primeras iniciativas las dio a conocer el periodista Hubert Mathews del New York Time; le fueron proporcionadas por Edward G. Miller, hijo, Secretario Adjunto de Estado para la Oficina Interamericana; éste le transmitió a Mathews que a principios de 1952 Anastasio Somoza Presidente de Nicaragua, le planteó al Departamento de Estado que únicamente le proporcionaran armas y él se encargaba de hacer limpieza en Guatemala, pero únicamente lo tomaron como una broma; posteriormente, hizo otros intentos para conseguir el apoyo de Estados Unidos y finalmente ante la insistencia Truman aceptó poner en práctica la idea. En agosto de 1952, Somoza buscó apoyo con el Presidente de República Dominicana Rafael Trujillo, Pérez Jiménez en Venezuela y Fulgencio Batista en Cuba; posteriormente con los países centroamericanos, dentro estos se unió El Salvador y Honduras y a este apoyo se articuló la United Fruit Company y la CIA (Jonas, 1981). Sin embargo, esta iniciativa no se concluyó, y la administración de Truman se terminó en 1953 sin el derrocamiento de Árbenz. 75 “(…) esta iniciativa indica el tipo de operación que estaba considerando la Administración Truman (…); esta operación no hubiera sido de grandes proporciones ni tan costosa, y hubiera logrado el derrocamiento de Árbenz con un mínimo de intervención directa y abierta de E.E.U.U., ya que se basaría principalmente en otros actores (extranjeros) como Somoza” (Jonas, 1981: 71). Posterior a esta iniciativa, al iniciar la administración Eisenhower se presentó una nueva; estaba en manos de Adolf A. Berle, en la cual se proponía una acción directa en contra de Guatemala, con el respaldo de algunos gobiernos centroamericanos. El 31 de marzo de 1953 Berle redactó un memorando al Comité Jackson38 en donde se establecía que Estados Unidos no podía tolerar a un gobierno comunista y debían intervenir para eliminar el comunismo. Para ello, tenían ciertas alternativas: 1. Una intervención armada norteamericana (como la de 1915), pero como último recurso y 2. Organizar un contramovimiento capaz de usar la fuerza en caso de que fuera necesario, con su base en una república de Centroamérica que estuviera dispuesta a cooperar (Nicaragua); este plan de acción, consistía en una “defensa política” centroamericana, utilizando a los tres Estados de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica como elementos principales, y con la ayuda que pudiera brindar Honduras, para esto se necesitaría u nuevo equipo de embajadores de E.E.U.U. en Centroamérica. “No está claro que sucedió con el memorándum de Berle. Sin embargo (…) varias de sus recomendaciones parecen haber sido tomadas en serio, aunque no el plan completo” (Jonas, 1981: 82). Este memorando fue hecho poco después que el gobierno de Árbenz aplicará la reforma agraria en las tierras de la UFCO. Además de estas iniciativas, otras ya estaban en práctica, tales como “la campaña anti-guatemalteca” en el interior de Estados Unidos; de manera que, no importando cual fuera la operación, el interior del país estuviera de acuerdo. 38 Susanne Jonas explica: El Comité Jackson era el Comité de Actividades de Información Internacional, este era un comité selecto y estaba formado por las elites de Wall Street. Fue establecido a principios de la Administración de Eisenhower para estudiar el problema de unificar la guerra psicológica para darle impulso dinámico en la guerra fría (Jonas, 1981:74). 76 6. La prensa y el antiguatemalteca” Congreso estadounidense: “Campaña Dentro de sus tácticas se encontraba la campaña que ejerció Estados Unidos al interior de su país, esto fue fundamental para que pudieran continuar con la operación. Si su propia gente no apoyaba la intervención, Estados Unidos quizá no hubiera tenido éxito. La prensa estadounidense jugó un papel importante dentro de esta campaña. Todas estas tendencias de la prensa estadounidense, comenzaron de una forma menos acentuada durante el gobierno de Arévalo a finales de los años cuarenta, crecieron aceleradamente y con gran fuerza en los años cincuenta, durante el gobierno de Árbenz y especialmente a raíz de la aplicación de la reforma agraria. En ese momento, se incrementaron los artículos que hablaban sobre Guatemala y su acercamiento con el comunismo. “Un análisis de contenido de los artículos periodísticos proporciona evidencia adicional de que la repentina abundancia de reportajes sobre Guatemala en la prensa estadounidense no fue espontánea. Con pequeñas variantes, la mayoría de los artículos planteaban unos pocos temas centrales: 1) la UFCO era una de la empresas más progresistas y esclarecidas de toda América Central en cuanto a sus políticas laborales; 2) el gobierno guatemalteco simpatizaba con los comunistas, estaba infiltrado por ellos o había caído bajo su dominación; 3) una prueba de sus tendencias comunistas era el trato injusto dado a los inversionistas estadounidenses; 4) los comunistas guatemaltecos eran controlados directamente por Moscú, y la Internacional Comunista estaba enviando agentes extranjeros para facilitar la toma del control total sobre Guatemala; 5) como Guatemala era solamente una base a punto de apoyo para la avanzada comunista sobre el continente, los comunistas guatemaltecos evidentemente eran los 77 responsables de problemas en otros países” (Jonas, 1981: 50). Estados Unidos quería dar a entender que Guatemala era o se estaba convirtiendo en comunista; ya que, la aplicación de la reforma agraria era una medida utilizada en países detrás de la Cortina de Hierro. Pero no todos pensaban así, “(Un periodista británico, por el contrario, comentó que la ley hubiera hecho sonreír a un conservador francés; en todo caso, la ley era menos radical que la reforma agraria mexicana (…) y era fundamentalmente una medida capitalista)” (Jonas, 1981: 51)39. Estas publicaciones tenían cierto objetivo: Primero, iniciar el proceso de legitimar y obtener aceptación pública de la intervención en Estados Unidos; y segundo, obligar a la administración de Árbenz “a relevar el Estado policíaco comunista tras la fachada democrática en Guatemala” (Jonas, 1981)40. Las publicaciones se produjeron durante todo el gobierno de Árbenz; ante ello, se tomaron medidas para detener el linchamiento mediático por parte de la prensa estadounidenses. En febrero de 1954 (fecha para la cual ya había clara evidencia de una conspiración contra el gobierno de Árbenz), el gobierno expulsó a dos periodistas estadounidenses, Sydney Gruson del New York Times y Marshall Bannell de la NBC, por redactar artículos que difamaban al gobierno de Guatemala (Jonas, 1981); expulsiones que contribuyeron para la difamación del gobierno de Árbenz41. La prensa estadounidense tuvo éxito, les hicieron creer a su propia gente que su gran amenaza era un pequeño país llamado Guatemala. De manera, que su papel estaba completo para la creación de apoyo público para la intervención. 39 Susanne Jonas lo obtuvo de: Washington Post, 13 Abr. 1973; Miami Herald, 22 Nov. 1973. 40 Susanne Jonas lo obtuvo de: Cámara de Representantes de E.E.U.U., Comité de Asuntos Internacionales, Subcomité de Asuntos Interamericanos, U.S. Assistance to Central American Regional Organizations Briefing. (Washigton: GPO, 196) pág. 13. 41 “Muchos de esos artículos, publicados antes y después del golpe, justificaban la intervención contra el régimen de Árbenz aduciendo la inminencia de una toma del poder por los soviéticos. Los artículos produjeron una vívida impresión en la comunidad liberal norteamericana, que no estaba bien informada sobre Guatemala” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 101). 78 Así como la prensa estadounidense fue una táctica vital, el Congreso de ese país también lo fue. Desde la administración de Juan José Arévalo, el Congreso ya mantenía una posición sobre el contexto en Guatemala, desde 1949 los senadores Henry Cabot Lodge (republicano por Massachusetts, accionista de la UFCO, y en años posteriores fue el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU durante la invasión), Owen Brewster (republicano por Maine) y el representante John McComack (demócrata por Massachusetts) habían utilizado al congreso para ventilar las quejas de la UFCO contra el gobierno de Arévalo (Jonas, 1981)42. Cuando Árbenz asumió el poder y sus acciones empezaron a desfavorecer a los intereses estadounidenses, la campaña de presión y propaganda por parte del Congreso se incrementó considerablemente; senadores demócratas y republicanos coreaban una sola voz, el comunismo en Guatemala. “En febrero de 1954 los representantes Jackson y Bolton del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de E.E.U.U. (hicieron) hizo un llamado para que se tomaran “medidas” contra la expulsión de dos periodistas norteamericanos por parte de Guatemala. Al mismo tiempo, el Senador Smith propuso establecer un impedimento legal a la importación de café guatemalteco a E.E.U.U. como nueva forma de castigo” (Jonas, 1981: 56)43. Para junio de ese mismo año, el Congreso estadounidense solo deseaba una cosa, que Estados Unidos accionara rápidamente contra el comunismo en Guatemala; el 25 de junio, cuando la fuerzas invasoras estaban en Guatemala, el senado de E.E.U.U. “(…) aprobó por 69 votos contra 1 una resolución en la cual se declaraba que el comunismo no debía 42 BLA, 25 Mar. 1971, pág; entrevistas. 43 Susanne Jonas lo obtuvo de: V.g., BLA, 30 Ene. 1969, pág.34 y Entrevistas; BIRF, Report of the Industrial Finance Mission to Central America, Annex (Informe de la Misión de Financiamiento Industrial a Centroamerica; Anexo), pág. 9. 79 ser tolerado en el continente americano y se reafirmaba la Declaración de Caracas (…) y, en forma implícita, la doctrina Monroe (…) y contaba con la bendición del Departamento de Estado” (Jonas, 1981: 56). Además, de la ayuda del Congreso, políticos destacados como: El exSubsecretario Adjunto de Estado para Asuntos Hemisféricos Spruillo Braden, colaboró con presiones y campañas para la intervención en Guatemala, en grandes empresas y el Consejo de Relaciones Exteriores (CRE); el Secretario Adjunto de Estado para Asuntos Interamericanos John Meers Cabot contribuyó para la preparación del terreno para acciones diplomáticas en contra de Guatemala en todo el hemisferio; y los grandes sindicatos estadounidenses (la Federación Estadounidense del Trabajo AFL y el Congreso de Organizaciones Industriales CIO) aprobaron la campaña intervencionista; inclusive, le enviaron en febrero de 1954, una carta a Árbenz de parte del Consejo Ejecutivo de la AFL en la cual le exigía que purgara a los comunistas (Jonas, 1981)44. Ya no solo eran las difamaciones, si no, la intervención en asuntos internos del gobierno de Árbenz. Gracias a la campaña antiguatemalteca que efectuaron la prensa, el Congreso y otros políticos, se legitimó la intervención en Guatemala, “los estadounidenses no querían saber de qué manera estaban hechas las cosas, únicamente querían resultados, es decir el derrocamiento de Árbenz”. 7. El clímax de la estrategia estadounidense: PBSUCCESS Al ya tener preparados psicológicamente al interior de los Estados Unidos, una serie de iniciativas de operaciones para revertir la revolución y la aplicación de la reforma agraria en las tierras de la UFCO, “en 1953, unos meses después, se tomó en los más altos círculos de la Administración Eisenhower la decisión de intervenir en Guatemala para derrocar al gobierno de Árbenz” (Jonas, 1981: 82). Esta decisión 44 Susanne Jonas lo obtuvo de: Haissman, op. Cit., 1.1. 80 estuvo bajo el Grupo 54/12 que estaba conformado por: El director de la CIA, Allen Dulles; el subsecretario de Estado, Walter Bodell Smith; un representante del Secretario de Defensa; el asesor especial “para la Guerra Fría” C.D. Jackson; y el asesor especial para Asuntos de Seguridad Nacional, Robert Cutler (Jonas, 1981). Al tener clara la decisión de intervenir, el planteamiento y ejecución estuvieron a cargo de la CIA y el Departamento de Estado a fines de 1953 y principios de 1954. En la jerarquía de la operación estaban John Foster Dulles como Secretario de Estado y Allan Welsh Dulles como director de la CIA; el segundo de la operación era el subdirector de Planes, Frank Wisner, quien manejaba las operaciones clandestinas de la CIA; le seguía J.C. King, quien jugó un papel clave en la organización de la operación, pero fue reemplazado por Tracy Barnes, por la incapacidad de King y el puesto requería alguien más capaz; Richard Bissell entró a reemplazar a Frank Wisner, y era el asesor especial de Dulles.”Este equipo de alto nivel responsable de la política de la CIA (especialmente Dulles-Bissell-Barnes) trabajó en forma conjunta no sólo en Guatemala sino también en operaciones posteriores, la más notable de las cuales fue Bahía Cochinos” (Jonas, 1981: 90). Así también, el papel que jugó el vicepresidente Richard Nixon en la operación fue importante, no por su papel personal, sino por el bloque al que representaba; él ejercía gran influencia en el Congreso estadounidense, colaborando con la campaña antigualtemalteca a lo largo de toda la administración de Árbenz; y por último el papel de la United Fruit Company, consistió en ser parte de una red entrelazada de poder, entre Wall Street y Washington, tan amplia que incluía a casi todos los grupos con alguna importancia para la formulación de la política exterior (Jonas, 1981). Estos fueron los personajes que apoyaron la formulación y ejecución de PBSUCCESS, entrelazando a diversos sectores de Estados Unidos, sin embargo, por ser una operación clandestina muy poco sabían los detalles a fondo. Estas personas, tenían clara la estrategia. Como anteriormente se menciona, derrocar a Árbenz, pero no directamente sino con lo que pareciera ser un movimiento nacional guatemalteco; de manera que, Estados Unidos pudiera afirmar que no participó en la intervención. Por ello, “la clave era utilizar un país vecino como base 81 de entrenamiento para una fuerza de exiliados que “liberaría” a Guatemala, y paralelamente preparar el terreno y obtener la aceptación del resto del continente” (Jonas, 1981:99), las tácticas eran las siguientes: La primera táctica: lograr la cooperación de los demás países centroamericanos e instalar un equipo de embajadores estadounidenses en Centroamérica escogidos específicamente para llevar a cabo la operación. Esta táctica, se asemejó a la recomendación propuesta por Adolf A. Berle, en la cual era necesario formar un equipo de embajadores estadounidenses para que ellos lograran la cooperación con los gobiernos centroamericanos. Dentro del equipo de embajadores estaban Whiting Willauer, Embajador en Honduras, delegado a principios de 1954, y fue escogido por sus 15 años de experiencia práctica en la lucha contra el comunismo internacional y parte de su papel en la operación PBSUCCESS fue ayudar al movimiento de liberación que estaba siendo preparado en Honduras (Jonas, 1981)45; Jack Peurifoy, Embajador en Guatemala, fue el jugador estrella, experto en operaciones anticomunistas, “su misión consistía evidentemente, en encontrar maneras y medios de derrocar al gobierno de Árbenz y reemplazarlo con un gobierno más favorable a las políticas estadounidenses” (Jonas, 1981: 104); Robert Hill fue el Embajador en Costa Rica, nombrado en 1953; Embajador Tom Whelan en Nicaragua, país en donde se llevó buena parte de la actividad; era embajador de ese país desde 1951; y Michael McDermott, era el Embajador en México, desde 1953 y era un experto del Departamento de Estado. De esta manera, Estados Unidos se aseguraba de tener la cooperación de los gobiernos centroamericanos, para entrenar al “ejército de liberación”. La segunda: Encontrar un líder guatemalteco (fuera de Guatemala) que pudiera unificar a las fuerzas de oposición y dirigir la “liberación”. Para ello Estados Unidos tenía tres candidatos, todos en el exilio: Juan Córdova Cerna, el Coronel Carlos Castillo Armas y el Coronel Miguel Ydígoras Fuentes. Córdova, era un abogado y terrateniente guatemalteco, fue asesor legal de la UFCO; 45 Susanne Jonas lo obtuvo de: Testimonio de Whiting Willauer, Communist Threat, págs. 865-66. 82 “Córdova huyó a Honduras cuando fracasó una revuelta armada contra Árbenz en Salamá en marzo de 1953, que él había ayudado a organizar (…) Una vez en el exilio, en Honduras, Córdova era considerado posible líder de las fuerzas de “Liberación” y futuro Presidente de Guatemala para reemplazar Árbenz; como lo recuerda el agente de la CIA E. Howard Hunt en sus memorias (…). Según Hunt (…) Córdova fue hospitalizado en el momento decisivo para una operación quirúrgica, y eso lo eliminó de la lista. Otra fuente afirma que Córdova era en un principio el enlace entre la CIA y Castillo Armas, y que en una fase posterior hubo serios desacuerdos entre él y Castillo Armas, de modo que él no participó en la invasión” (Jonas, 1981: 106)46. Castillo Armas, era un Coronel del ejército que había recibido su preparación militar en la Escuela del Estado Mayor y el Comando del Ejército de E.E.U.U. en Fort Leavenworth, Kansas, “(…) había estado en Honduras desde que escapó de una prisión guatemalteca después del fracaso de su levantamiento unos días después de las elecciones de 1950. Fue presentado por primera vez a la CIA como posible líder de la “Liberación” (…) en 1952” (Jonas, 1981: 107). Y por último, Ýdigoras Fuentes, fue visitado por dos estadounidenses para entablar una conversación y establecer los intereses que tenía Estados Unidos en Guatemala, intereses que él debía ayudar, posterior al derrocamiento de Árbenz, cuando asumiera el poder; sin embargo, Ýdigoras consideró que los intereses estadounidenses desfavorecían a Guatemala y se los comentó, después de ello los estadounidenses lo descartaron. Finalmente, Castillo Armas fue escogido para liderar la invasión. La tercera táctica, consistió en suministrar armamento y preparación militar a las fuerzas de “liberación”. El suministro de armas y preparación de fuerzas 46 Susanne Jonas lo obtuvo de: Hunt, op. cit. Pág. 37. Y Marta Cehelsky, “Discontinuities in the Politics of Guatemala: The Liberation Movement of 1954” (Interrupciones en la continuidad de la política guatemalteca: El Movimiento de Liberación de 1954) (manuscrito: 1967), págs. 64-65. 83 provenía de parte de Estados Unidos. “Según una versión, un abogado de Nueva Orleans era el enlace que hacía los pagos para el equipo; las armas eran suministradas por medio de un negociante de Dallas, Texas. Buena parte del equipo, incluyendo los aviones P-47, explosivos y otras municiones, y equipo de comunicaciones, era del tipo que podía transportarse sólo con la autorización expresa del gobierno E.E.U.U.” (Jonas, 1981: 110)47. Esta táctica, era parte de la estrategia para combatir al enemigo comunista de una manera, en donde Estados Unidos intervendría pero no descaradamente; “Los reclutas para el “Ejército de Liberación” no eran solo exiliados guatemaltecos si no también mercenarios reclutados abiertamente en Honduras y Nicaragua, que recibieron $300 mensuales. El entrenamiento militar fue dirigido por un miembro de la CIA que usó el nombre de “Coronel Rutherford”, y que había estado en Corea con las fuerzas estadounidenses” (Jonas, 1981: 111)48. El centro de operaciones estaba posicionado en Honduras, y en un principio se entrenaba en Nicaragua, Estados Unidos estuvo presente en todo. La cuarta: preparar el terreno en Guatemala mediante la guerra psicológica. Esta táctica fue esencial en los días que se acercaba la fecha de invasión, esta consistió en: sistemas de rumores organizados por psicólogos profesionales; distribución de hojas volantes sobre Guatemala desde aviones; y la operación de una radioemisora clandestina en la frontera entre Honduras y Guatemala (Jonas, 1981)49. La radioemisora fue preparada por estadounidenses de una manera tan profesional desde el punto de vista psicológico, que los guatemaltecos que dirigieran la radio supieran cuál era el mejor tipo de música de fondo, cuál era el momento adecuado de 47 Susanne Jonas lo obtuvo de: Guillermo Toriello, La Batalla de Guatemala (México: Cuadernos Americanos, 1955), págs. 73-75. 48 Susanne Jonas lo obtuvo de: Toriello, op. cit. Págs.. 185-86, 190. Y Wise y Ross, op. cit., págs. 185-86, 190. 49 La distribución aérea de los volantes se efectuó en tres fechas: 26 de mayo, 6 de junio y 18 de junio de 1954, estos contenían mensajes amenazadores expresando que el Presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz, debía renunciar inmediatamente; primordialmente, los mensajes iban dirigidos al Ejército de Guatemala, advirtiendo a los oficiales sobre un supuesto plan secreto del Presidente para reemplazarlos con una nueva fuerza ciudadana e incitándolos a levantarse en contra del él (Schlesinger y Kinzer, 1987). 84 mayor atención de oyentes, todo en función de llegar más a los oyentes guatemaltecos infiltrándoles miedo. La quinta táctica y una de las más importantes: Neutralizar (en contra de Árbenz) a oficiales importantes en las Fuerzas Armadas de Guatemala, o lograr su apoyo para la “liberación”. Esta fue una de las primordiales para que la “Liberación” tuviera éxito. “Los funcionarios estadounidenses comprendieron que su “Liberación” solo podía tener éxito si lograban neutralizar al ejército guatemalteco, de manera que no saliera en defensa de Árbenz contra el ejército irregular de “Liberación”, y obtener apoyo de individuos de importancia central en las fuerzas armadas” (Jonas, 1981, 112). Esto se logró principalmente por los lazos que establecieron los estadounidenses con oficiales guatemaltecos, mediante la misión militar estadounidense que permanecía en Guatemala. “Como lo señaló un periodista desde mediados de 1953, en tanto que las relaciones entre los funcionarios del gobierno guatemalteco y los funcionarios de la embajada estadounidense eran “frías y distantes”, “importantes oficiales del ejército guatemalteco y los agregados [militares] del servicio diplomático norteamericano eran amigos y mantenían contactos sociales así como de negocios”. Además de cultivar estas amistades, según una fuente, la misión militar estadounidense compensó la falta de ayuda militar abierta mediante pagos (sobornos) a oficiales militares individuales para socavar el apoyo del gobierno de Árbenz. Y en el período justo antes de la “Liberación”, la CIA envió agentes especiales a Guatemala para convencer a destacados oficiales de que abandonaran al gobierno de Árbenz y desertaran. Dadas estas actividades de parte E.E.U.U. para “hacer más blando” al ejército guatemalteco, no es sorprendente que, poco después de su llegada a Guatemala, el Embajador Peurifoy pudo informar a la CIA de una 85 “debilidad” en el régimen de Árbenz: Que no sería respaldado por su ejército en el caso de una revuelta anticomunista” (Jonas, 1981: 112)50. Resultado de ello, la alianza entre oficiales militares estadounidenses y oficiales militares guatemaltecos, dividió a la institución militar en los últimos días de la operación, ejemplo de ello, el antiguo Jefe de la Fuerza Aérea decidió desertar y unirse a las fuerzas de de “Liberación”; la actuación del ejército guatemalteco fue decisiva, finalmente se desmoralizó por la fuerza que ejercía Estados Unidos y decidió no defender al Presidente Árbenz y arrodillarse ante los estadounidenses y Castillo Armas. Sin embargo, “no podemos seguir presentando el derrocamiento de Árbenz simplemente como producto de la intervención de Estados Unidos; los actores guatemaltecos, especialmente los oficiales militares, por sus propias razones, desempeñaron un papel activo. Algunos analistas hacen énfasis en la negativa del ejército a defender a Árbenz como el factor determinante de su caída (Handy, 1984, 113 y 1986b, 391). A pesar de que es una parte importante de la historia, la interacción con Estados Unidos siempre es clave: Incluso las divisiones dentro del ejército fueron deliberadamente estimuladas por Estados Unidos como parte de la estrategia de la “liberación”. Años después, Árbenz expresó la opinión de que la situación interna se habría podido controlar (Cehelsky, 1974). Efectivamente, es dudoso que las fuerzas de oposición interna hubieran sido lo suficientemente fuertes y cohesivas por sí mismas como para haber podido enfrentar a las del gobierno de Árbenz. Al final, 50 Susanne Jonas lo obtuvo de: Gruson, “Guatemalan Army Apathetic to Reds” (Ejército guatemalteco no simpatiza con los rojos), NYT, 5 Ago. 1953; Entrevista; y HAR Jul. 1954, pág. 12. 86 la intervención norteamericana fue decisiva” (Jonas, 1994: 62) En ese sentido, el papel que jugó el ejército fue definitivo para que Árbenz decidiera renunciar, su desmoralización llegó al tope cuando los jefes de las fuerzas armadas desertaron o se negaron a defender al gobierno y le pidieron que renunciará (Jonas, 1994). La sexta: Respaldar la invasión por tierra con bombardeos aéreos, y así obligar a Árbenz a renunciar. La operación debía cubrir todos los aspectos para poder derrocar a Árbenz, no era suficiente con tener preparados psicológicamente al ejército, la población guatemalteca y estadounidense, y la preparación de un ejército de oposición, se debía realizar un bombardeo aéreo. “Durante la invasión la tarea fue dejar caer hojas volantes sobre la Ciudad de Guatemala, y luego bombardear y ametrallar objetivos estratégicos de la ciudad, para desmoralizar a los dirigentes” (Jonas, 1981: 114)51; dentro de los objetivos estratégicos estaban las reservas de petróleo del gobierno, pueblos guatemaltecos, cuarteles militares y las municiones del ejército; la gasolina, se bombardeó con el fin de impedir que el gobierno pudiera movilizar a los tropas y los cuarteles, con la esperanza de volver al ejército en contra de Árbenz. Los bombardeos se iniciaron los últimos días de la renuncia de Árbenz, el 18 de junio iniciaron atacando el puerto de San José en el Pacifico, allí ametrallaron edificios y agujerearon tanques de almacenamiento de gasolina, así también, dispararon en la ciudad interior de Retalhuleu; el 19 de junio, ametrallaron el aeropuerto internacional (específicamente la sección militar), atacaron sobre una escuela llamada Instituto de Jóvenes en Chiquimula, la capital provinciana de Zacapa, los tanques de almacenamiento de gas en Puerto Barrios y los cuarteles de Jutiapa con 51 Susanne Jonas lo obtuvo de: Wise y Ross, op. Cit, pág. 186, 190. 87 fuego de artillería (Schlesinger y Kinzer, 1987)52; así, los bombardeos continuaron para causar daño psicológico y físico. “Los bombardeos aéreos (…) resultaron decisivos para obligar a Árbenz a renunciar” (Jonas, 1981: 115). La séptima: Obtener el apoyo de gobiernos latinoamericanos y la legitimación diplomática. Primero, para que Estados Unidos no se viera como violador del principio de no intervención, hizo parecer que quien quería derrocar a Árbenz era un movimiento nacional, además, de realizar un frente diplomático bien elaborado; “(…) E.E.U.U. tenía que aislar diplomáticamente Guatemala del resto de América Latina, una tarea especialmente difícil debido a que la mayoría de los (…) gobiernos latinoamericanos consideraban necesarias y progresistas las reformas “revolucionarias” en Guatemala, y no tretas comunistas además, E.E.U.U. tenía que establecer un nuevo principio en el derecho internacional del hemisferio occidental que permitiera alguna forma de intervención (preferiblemente colectiva) por lo menos en circunstancias extremas” (Jonas, 1981: 116)53. Para ello Estados Unidos inició su primera fase de la ofensiva diplomática en la Decima Conferencia Interamericana de la Organización de Estados Americanos, en Caracas en marzo de 1954. Meses antes de la Conferencia se hizo evidente que Estados Unidos tenía la intención de usarla para aislar a Guatemala y la manera para hacerlo era mediante una resolución anticomunista, para ponerla a discusión en la citada conferencia. “Finalmente, en la conferencia de marzo, 1954, E.E.U.U. logró, con el Secretario de Estado Dulles como representante oficial, que se aprobará la siguiente resolución [esta es un párrafo sobre dicha resolución M.E.]: … La… Conferencia… declara: Que la dominación o control de las instituciones políticas de cualquier Estado americano por el movimiento comunista internacional, para extender a este hemisferio el 52 Stephen Schlesinger y Stephen Kinzer lo obtuvieron de: Telegrama de Peurifoy al secretario Dulles, núm. 1045, 19 de junio de 1954; Telegrama de Peurifoy al secretario Dulles, núm. 1048, 19 de junio de 1954; Krieg al Departamento de Estado, Despacho 1028, 29 de junio de 1954. 53 Susanne Jonas lo obtuvo de: Westerfield, op. cit., pág. 431. 88 sistema político de una potencia extra-continental, constituiría una amenaza a la soberanía e independencia política de los Estados americanos… y haría necesaria una Reunión de Consulta para considerar la adopción de una acción adecuada de acuerdo con los tratados existentes” (Jonas, 1981: 117)54. En el discurso de Estados Unidos, no se nombró concretamente a Guatemala, sin embargo, el mensaje era evidente. El “tratado existente” que menciona se refiere al Tratado de Río de Janeiro de 1947, en el cual se menciona una consulta hemisférica para determinar las medidas necesarias para la defensa común contra la agresión comunista; Adolf A. Berle fue una de las personas que ayudó a redactar ese tratado (Jonas, 1981). Finalmente, la resolución fue aprobada, pero conseguir los votos para la aprobación fue un trabajo arduo que realizó Estados Unidos. “El precio para lograr los dieciséis votos fue alto, se necesitaron dos semanas de maniobras y fuertes presiones de parte de E.E.U.U. Además, E.E.U.U. dejó bastante claro que sólo las naciones que [adoptaran] los puntos de vista aprobados acerca del comunismo internacional [podrían] esperar que obtendrían ayuda económica o asistencia técnica sin objeciones de parte de E.E.U.U. (…) En síntesis, las naciones latinoamericanas fueron casi literalmente sobornadas para lograr que fuera aprobada la resolución” (Jonas, 1981: 118)55. Claramente, los gobiernos derechistas por parte de Venezuela, República Dominicana, Cuba y Perú estaban totalmente a favor de Estados Unidos, apoyándolo gustosamente, el resto de países indicaron su inconformidad con E.E.U.U., sabían que se estaba cometiendo una injusticia con Guatemala, y esto lo hicieron ver cuando ovacionaron el discurso de la delegación de Guatemala por parte de Guillermo Toriello; Estados Unidos dejó en claro en esa conferencia cuáles eran 54 Susanne Jonas lo obtuvo de: Citado de Idem. 55 Susanne Jonas lo obtuvo de: Taylor, op. cit., pág. 792; ver también NYT, 7 Mar. 1954. 89 sus intenciones y que no le importaría presionar para conseguir sus intereses56. Posterior a la aprobación de la resolución, Estados Unidos hizo uso de ella, y lo aplicó en el embargo de armas a Guatemala por parte de todos los “aliados” de E.E.U.U. desde 1948 y había frenado todos los intentos guatemaltecos de comprar armas en países del “mundo libre”, e incluso había capturado en Nueva York un embarque de armamento suizo para Guatemala (Jonas, 1981). Este arrinconamiento provocó que Guatemala comprara armas en países de Europa oriental y Estados Unidos utilizó esta compra para señalar que Guatemala tenía vínculos con países “comunistas”. De esta manera, “E.E.U.U. tomó medidas para impedir futuros embarques de armas a Guatemala, y llegó al extremo de presionar a otros miembros de la OTAN para que le permitieran inspeccionar sus buques en altamar” (Jonas, 1981: 120). Y la fase final, comenzó con la invasión de Guatemala por el “ejército de liberación” el 18 de junio de 1954, dentro de este ejército eran entre 160 a 200 hombres; el gobierno de Árbenz, el 19 del mismo mes protestó formalmente contra la agresión que provenía de Honduras y Nicaragua en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero esta protesta no transcendió ya que Henry Cabot Lodge (senador que anteriormente había atacado a Guatemala y defendido a la UFCO) ocupaba la presidencia del Consejo de Seguridad, “Lodge arguyó que no era un caso de agresión internacional sino de “guerra civil” interna y que por lo tanto no concernía al Consejo de Seguridad. (…) Después que el Consejo de Seguridad se negó a discutir el caso guatemalteco, el asunto fue discutido en la OEA (que había condenado indirectamente a Guatemala en marzo y, según Toriello, bien podría haber preparado una intervención colectiva en Guatemala si no hubiese caído el gobierno de Árbenz)” (Jonas, 1981: 121)57. 56 “Las palabras de Toriello no sirvieron de nada. Dulles, acompañado por un impresionante batallón de funcionarios norteamericanos, se pasó dos semanas enteras en Caracas retorciendo brazos, amenazando con retirar la ayuda a las naciones que no cooperaran y repitiendo sus sermones sobre el peligro comunista. Finalmente se aseguró 16 votos para la resolución, que fue aprobada el 26 marzo” (Schlesinger y Kinzer, 1987: 162). 57 Susanne Jonas lo obtuvo de: Toriello, op. cit., pág. 182. 90 “El 23 de junio, el Comité Interamericano de Paz de la OEA votó a favor de enviar una comisión de investigadores a Guatemala. Con esto Lodge esperaba calmar a Dixon (embajador británico), pero éste insistió en que el Consejo de Seguridad no debía abandonar Guatemala. El Presidente Eisenhower se enfureció al enterarse de la postura de Dixon. “[Los ingleses] pretenden tener carta abierta con nosotros, así como nuestro apoyo en el caso de Chipre; sin embargo, ni siquiera nos brindan apoyo en Guatemala” declaró encolerizado. Según el Presidente, los estadounidenses habían sido demasiado buenos. Sin embargo, Lodge lo consoló diciéndole que “[si] estos nos da la libertad de hacer lo que queramos en el asunto del colonialismo, entonces no es un mal arreglo”. Dulles estuvo de acuerdo. A las 11:30 del día siguiente, Lodge presentó a Dixon (embajador británico) y a Hoppenot (embajador francés) un mensaje bastante amenazador. Con autorización del Presidente, Lodge hizo saber claramente a Dixon y a Hoppenot decidían “tomar una postura independiente de la de Estados Unidos en una región vital” para estos, Washington no vacilaría en “asumir una posición independiente en aéreas vitales para Gran Bretaña, como Egipto, y para Francia, como el Norte de África”. Impresionado por las airadas palabras de Lodge, Dixon explicó que Londres deseaba cooperar, y expresó su disposición de apoyar la moción de referir el asunto de Guatemala a la OEA” (Meers, 1997: 49)58. En la segunda reunión del Consejo de Seguridad el 25 de junio, se votó cinco contra cuatro, con la abstención de Inglaterra y Francia, para que se rechazará la 58 Sharon I. Meers lo obtuvo de: R. Immerman, 1982: 171; Lodge a Dulles. Memorándum telefónico. JFDP, 25 de junio de 1954; y Dixon al FO, 24 de junio de 1954, FO 371/ 108743/2. 91 acción directa, ya que la OEA era el ente investigador del caso guatemalteco y la ONU debía esperar el informe. Estas fueron las medidas que tomó Estados Unidos para evitar que el caso guatemalteco trascendiera en los organismos internacionales. Sus amenazas fueron tan contundentes, reflejándose en las votaciones referentes a los temas relacionados con Guatemala. Y la octava táctica: Generar oposición contra Árbenz en la opinión pública estadounidense (ésta era la función de la campaña de propaganda). Esta táctica ya estaba en marcha desde el gobierno de Truman, los encargados de ejecutarla fueron la prensa y el Congreso estadounidense, “aunque la campaña no era parte de una estrategia gubernamental estadounidense, el gobierno la aprovechó para exaltar los sentimientos del público estadounidense, y se habría tenido que inventarla si no hubiera existido ya” (Jonas, 1981: 123). De esta manera Estados Unidos realizó un trabajo detallado para sacar a Árbenz del poder. “(…) el gobierno estadounidense se movilizó en todos los frentes para la operación guatemalteca. Una fuente ha calculado que solo el entrenamiento de la fuerza invasora costó a E.E.U.U. cerca de $7 millones. Otra fuente declara que la CIA había separado $20 millones para toda la operación. En cualquier caso, el costo de la “Liberación” misma fue mucho menos que la cantidad (en “ayuda” estadounidense) que sería necesaria para dar fuerza a la Contrarrevolución después de 1954” (Jonas, 1981: 123)59. Las presiones de Estados Unidos y de la UFCO encontraron un fuerte eco en Guatemala. La reforma agraria de Árbenz había polarizado la opinión pública y destruyó la coalición revolucionaria de 1944. Como resultado de esta intervención Susanne Jonas consideró que la participación y los intereses de Estados Unidos en Guatemala aumentaron considerablemente para el futuro, así como el inicio de una guerra 59 sangrienta. Susanne Jonas lo obtuvo de: Cehelsky, op. cit., pág. 58. Y Smith, op. cit., pág. 376. 92 Reflexiones finales: La última mirada al Ejército y la soberanía de Guatemala durante la intervención de Estados Unidos en 1954 en el relato de Piero Gleijeses y Susanne Jonas. 1. Piero Gleijeses y Susanne Jonas Uno de los aportes principales de esta investigación era relatar cómo fue visto y registrado el papel del ejército y la violación a la soberanía en 1954, por Susanne Jonas y Piero Gleijeses, tomando en cuenta, que ambos autores forman parte del cuerpo profesoral de distintas universidades estadounidenses. Susanne Jonas imparte clases en la Universidad de California, Santa Cruz, y sus publicaciones tienen un especial énfasis en estudios latinoamericanos; Piero Gleijeses aunque no es estadounidense, ha vivido la mayor parte de su vida en ese país y se ha dedicado a investigar sobre él, su especialidad es la política exterior de los Estados Unidos e imparte clases sobre ese tema, en la Universidad de Johns Hopkins, Washington, D.C. En ese sentido, han sido autores que investigaron objetivamente sobre lo sucedido en Guatemala durante la dictadura de Jorge Ubico, la época revolucionaria, la contrarrevolución y los inicios de la guerra interna. Ofreciéndole al lector un análisis profundo del papel del Ejército y la soberanía guatemalteca durante la intervención de los Estados Unidos en 1954, además de otros sucesos, como los que se mencionan anteriormente, que han sido importantes para el país. Por ser los sucesos tan controversiales, cada autor tuvo una experiencia diferente en la elaboración de sus investigaciones, por ello, es importante conocer el contexto en el cual cada uno de ellos se desarrolló; ayudándonos a explicar de mejor forma la perspectiva desde la que escribieron. Esto es obligatorio, puesto se trata de las dos fuentes principales en las que se basa esta monografía. 93 Susanne Jonas La estadounidense Susanne Jonas publicó su investigación “Guatemala: Plan piloto para el continente” en 1981, 27 años después del derrocamiento de Árbenz; y en 1994 publicó “La Batalla por Guatemala”, en el cual nuevamente hace un énfasis en la época revolucionaria como antecedente de la guerra interna en Guatemala; siendo los rebeldes, escuadrones de la muerte y los Estados Unidos, su tema central. Jonas tuvo un tiempo estimado de 20 años para la realización de la investigación; durante sus exploraciones, el contexto internacional era crítico, por lo que tuvo que tener cierta cautela y discreción en ellas, para poder obtener la información necesaria para evidenciar el papel de los Estados Unidos. Aunque el acceso estuvo limitado por toda la confidencialidad que se manejaba en la política exterior, Jonas obtuvo su información por medio de: Entrevistas; informes de: Hispanic American Report de la universidad de Stanford y el Noveno Informe Interino de las Audiencias ante el Subcomité sobre América Latina del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre la Agresión Comunista; publicaciones de: Hispanic American Historical Review de la Universidad de Duke; Economic Development and Cultural Change; Public Administration Review; Middle American Research Records, de la Universidad de Tulane y American Political Science Review. Documentos provenientes del: Senado estadounidense, North American Congress on Latin America (NACLA) y Congressional Record. Boletines por parte de Federal Reserve Bulletin, trabajos de asesoría para el gobierno de E.W. Kemmerer. Así también, artículos de periódicos del: Washington Post, New York Time, The Nation y Miami Herald.; y de las revistas: Business Week, New York Time Magazine, Neewsweek, Reader’s Digest, Life, New Leader, The Reporter, National Guardian, The New Republic y Saturday Evening Post. Por último, un programa de televisión de la cadena NBC: “La ciencia del espionaje”. Y como fuentes secundarias, utilizó sesenta y cinco libros de diversos autores, la mayoría para profundizar sobre los personajes que tuvieron un rol importante en la “Liberación”. 94 Posterior a sus exploraciones, en 1981 cuando Susanne Jonas finalmente publicó su libro “Guatemala: Plan piloto para el continente” generó un gran impacto en los Estados Unidos y Guatemala por el contexto del momento. A nivel internacional: La Guerra Fría estaba en su clímax, Ronald Regan asumía la presidencia de Estados Unidos y su política exterior estaba en función de frenar el expansionismo soviético (poniendo especial énfasis en Centroamérica), la doctrina de seguridad nacional como parte de esa política, era aplicada en los gobiernos latinoamericanos en función de eliminar el enemigo “comunista”, y la Escuela de las Américas educaba asesinos militares para matar a los supuestos enemigos. En el contexto nacional: Se daba una agudización del conflicto armado en el gobierno del General Fernando Lucas García, aumentando significativamente las violaciones a los derechos humanos hacia la población guatemalteca por parte del Ejército, justificado por la Doctrina de Seguridad Nacional que se convirtió en la razón del ejército y política de Estado, provocando que las fuerzas armadas se apartara de su misión específica de cuidar al territorio ante un enemigo externo y buscaran ese enemigo en el interior de su territorio. En ambos contextos −nacional e internacional− se justificaba por la defensa de la “democracia” y la lucha contra el “enemigo comunista”. Sin embargo, la publicación del libro emergió información que evidenciaba que los Estados Unidos “protector de la democracia” realizó una operación clandestina en Guatemala para derrocar a un gobierno con ideales democráticos en 1954; publicando detalles de los verdaderos intereses de Estados Unidos en Guatemala, la estrategia y tácticas para derrocar al Presidente guatemalteco Jacobo Árbenz; la preparación de la “liberación” y la posición de la prensa y el Congreso estadounidense, en sí todo el despliegue de diplomacia y política exterior intervencionista dirigido a revertir el proceso revolucionario en Guatemala. Investigación que mostraba públicamente que Estados Unidos no estaba actuando en pro de la democracia, si no bajo sus propios intereses e irrespetando la soberanía de un país, generando gran incomodidad a nivel internacional. Por ello, en Guatemala 95 la publicación de Jonas se leía de manera clandestina, ya que, por la época de los militares en el poder, el querer leer este tipo de información se consideraba “comunista”, aun así, por tratarse de una intelectual estadounidense el libro era muy apetecido. Los de izquierda progresistas lo conseguían hasta fotocopiado por ser una importante fuente de consulta, ya que el libro quitaba toda duda de la descarada intervención de Estados Unidos en nuestro país. Piero Gleijeses Posterior a la publicación de Jonas, Piero Gleijeses publicó la edición en inglés: “Shattered Hope: The Guatemalan Revolution and the United States, 1944-1954” en 1991, editado por la Universidad de Princeton de Estados Unidos. La edición en español: “La Esperanza rota: La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 19441954” se publicó en el año 2005, por parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y esta misma versión se reimprimió en el 2008. Como puede verse, entre la versión en inglés y la de español hay 14 años de diferencia. Muchas cosas habían cambiado no sólo en Estados Unidos, sino especialmente en Guatemala durante ese tiempo. La edición en inglés, en los años noventa, circuló escasamente entre algunos intelectuales y fue de conocimiento en el ámbito universitario. Puede afirmarse que Piero Gleijeses y ese primer libro no eran muy conocidos en el contexto guatemalteco y tuvieron que pasar algunos años para que la obra fuera ganando un lugar en la historiografía que se dedicaba a estudiar la contrarrevolución de 1944. Eso obedeció en gran medida al contexto, puesto que el gobierno de Guatemala y la URNG todavía estaban en negociaciones y no se había avanzado en la agenda de la firma de la paz. Puesto en números, esto significa que la obra de Piero Gleijeses, posiblemente la más completa que se ha escrito sobre la intervención de Estados Unidos, tardó 51 años después del hecho para empezar a conocerse en Guatemala, especialmente en los ámbitos intelectuales y universitarios. Durante más de 30 años, Gleijeses tuvo la oportunidad de enriquecer mucho su investigación, puesto que tuvo a su disposición otras investigaciones de diversos 96 autores, que ya se habían realizado con relación a la temporalidad revolucionaria; además, la información sobre esa época ya no estaba tan restringida como en los años anteriores, y se contaba con la desclasificación de documentos por parte de Estados Unidos; así, como el relato de los hechos, por parte de algunos personajes que participaron en la época revolucionaria. Al tener una mayor perspectiva, Gleijeses pudo realizar una investigación más elaborada. Su posición fue a favor de la revolución y en contra de la intervención estadounidense y sus formas de intervenir en los asuntos de Guatemala; desde la portada de su libro se puede evidenciar su posición, por el título que le otorgo a la investigación y la foto rota del Presidente Árbenz; y su tendencia al escribir mostró que no estaba sesgado por términos ideológicos, al contrario de Susanne Jonas. Para la obtención de información, Piero lo realizó de una manera silenciosa, ya que el contexto no permitía que se evidenciara que se estaba investigando el papel que Estados Unidos había ejercido en Guatemala en 1944 a 1954. Para ello, el autor entrevistó a personajes claves que tuvieron vinculación con la temporalidad revolucionaria. Así también, tuvo acceso a la utilización de archivos, tales como: La biblioteca Eisenhower de Kansas, biblioteca Truman de Missouri, Archivos Nacionales de Washington, Archivos Nacionales de Suitland de Maryland, Guatemalan Transcripts provenientes de la Library of Congress en Washington D.C. y Archivo General de Centro América de la ciudad de Guatemala. Además, contó con documentos de Freedom of Information Act, Steve Schlesinger y Blanche Wiesen Cook, cartas personales de Jacobo Árbenz y su esposa, así como de otros guatemaltecos. Conjuntamente, utilizó artículos de prensa guatemalteca, entre ellos: Diario de Centro América, El imparcial (oposición de Árbenz), La Hora (oposición de Árbenz), seminario comunista Octubre y el Diario Comunista Tribuna Popular. Entra la prensa estadounidense estaban: New York Times y el Christian Monitor. Y por último, ya contaba con publicaciones de diversos autores, que realizaron años anteriores, que respaldaron y proporcionaron un contexto más amplio para su investigación, utilizando quinientas publicaciones. 97 Finalmente, cuando se publicó su libro en 1991 generó cierta amenaza o/y incomodad, ya que nuevamente salen a la luz nuevas evidencias donde se pone en tela de juicio el comportamiento de Estados Unidos hacia el país centroamericano en 1954. El contexto de la publicación a nivel internacional era victorioso: El Muro de Berlín había caído en 1989; la Unión Soviética se está disolviendo y con ella la desaparición del Movimiento Comunista Internacional; Estados Unidos salía victorioso ante la derrota del comunismo, desapareciendo el enemigo principal, por lo tanto Estados Unidos empieza apoyar en América Latina las “democracias de baja intensidad”, y le retira el apoyo a los gobiernos militares. A nivel nacional: Jorge Serrano Elías precedía Guatemala, administración que intentaba abrir paso hacia la consolidación democrática por medio de una reconciliación social; intentando iniciar un diálogo entre empresarios, sindicatos y gobierno, sin embargo, este intento fue fallido, puesto que los sindicatos denunciaron que no incluían temas de fondo como la reforma agraria. En julio de ese mismo año, se firmó el Acuerdo Marco de Democratización para la búsqueda de la paz por medios políticos, en Querétaro, México, con el propósito de la búsqueda para la conciliación por parte del gobierno de la República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG); en dicho acuerdo ambas partes, acuerdan la importancia de hacer funcionar el Estado de Derecho. Y por último, el gobierno de Serrano tomó la decisión de reconocer al Estado de Belice, acción que tuvo reconocimiento internacional, pero desagrado a nivel nacional. Si bien el contexto nacional e internacional estaba focalizado a fortalecer la democracia, y ya habían emergido textos en donde se evidenciaba la participación de Estados Unidos en el derrocamiento de Árbenz (como el de Susanne Jonas), aun continuaba −a pesar de haber pasado 37 años− el debate sobre la participación de Estados Unidos en 1954. El texto de Piero Gleijeses, confirmaba que la intervención de los estadounidenses no podía seguir siendo vista como un hecho interno de los guatemaltecos, si no como una intervención militar; y esto no solo era debatido por 98 los estadounidenses, sino también por las propias elites económicas de Guatemala (al deteriorarse sus intereses en la época de Árbenz, mostraron su apoyo a los E.E.U.U.). La publicación de las obras de ambos autores, causó un impacto en su debido momento, ya que se revelaron detalles profundos y verdades incomodas de la participación de Estado Unidos en el derrocamiento de Árbenz. Sin lugar a duda, ambos autores conocen a profundidad lo sucedido en 1954 y sus antecedentes, y como este utilizó al Ejército de Guatemala, sin importar la soberanía y las relaciones internacionales. Cada autor le dio un toque específico a sus investigaciones, si bien, era el mismo hecho, la perspectiva de cada uno fue distinta; Piero Gleijeses realizó una exploración mucho más completa para efectos de esta investigación, profundizo en: La relación del Presidente Árbenz con el ejército guatemalteco antes y después de la intervención; los problemas entre Estados Unidos y Jacobo Árbenz, las acciones estadounidenses para derrocarlo, la relación que mantenían con el ejército guatemalteco; el papel de la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos y la caída de Árbenz en 1954. Mientras que, Susanne Jonas profundizó primordialmente desde el interior de los Estados Unidos, y los inicios de la guerra interna en Guatemala. Desde el objeto de estudio que en esta investigación se está abordando, ambas investigaciones se complementaron, Piero profundizó más en el papel que jugó el Ejército de Guatemala y Susanne Jonas enfatizó en el tema de la soberanía, ya que documentó todas aquellas acciones que violaban el principio de no intervención. Finalmente, ambos autores concuerdan que hubo intervención y violación a la soberanía guatemalteca y que no era necesaria la operación estadounidense, el gobierno de Árbenz no era tan radical como ellos lo hicieron ver. Ante tales argumentos por parte de ambos autores, desde la perspectiva de la teoría realista Estados Unidos actuó de una manera muy particular; esta teoría postula tratar a los Estados tal cual son, sin embargo en 1954 Estados Unidos no trató a Guatemala tal cual era: Un país que trataba de desprenderse de sus ataduras 99 coloniales, semifeudales, una sociedad que se esforzaba por construir su propio Estado moderno y buscaba un lugar digno en el escenario internacional y procuraba constituirse como una economía capitalista independiente. Estados Unidos intervino en Guatemala de una manera clandestina para legitimar la intervención, para ello tuvo que presentarlo ante la comunidad internacional como un país “comunista”. ¿Esto qué significa? Esta búsqueda de independencia y autonomía por parte de Guatemala, era considerada por los Estados Unidos como una amenaza y un mal ejemplo y, por lo tanto, afectaba los intereses nacionales estadounidenses, imperialistas, descritos en los capítulos anteriores, provocando que el país norteamericano tuviera que actuar en defensa de esos intereses. Para ello, Estados Unidos aprovechó la cercanía de Árbenz con los comunistas, y presentarla al mundo como la única realidad. De esta manera, ellos podían justificar su intervención en pro de la democracia. El hecho empírico que constata que esa no era la realidad de Guatemala, fue que Estados Unidos tuvo que ejecutar una operación clandestina “PBSUCCESS”, dado que no se podía condenar al país por su verdadera realidad. Estados Unidos fue realista en términos de cómo actuó, sin embargo, no fue realista en las condiciones en las que presentó a Guatemala ante el mundo. En ese sentido, el papel que jugó Estados Unidos fue determinante para el derrocamiento de los ideales revolucionarios y el inicio de un conflicto interno que cobró miles de vidas, desaparecidos y heridos, reforzando la cultura del miedo en “el país de la eterna tiranía”. 2. La soberanía y el papel del Ejército guatemalteco durante la intervención estadounidense ¿Qué amenaza le representaba a los Estados Unidos una revolución en Guatemala? ¿De qué forma afectó Guatemala los intereses de Estados Unidos? ¿Cuáles fueron los intereses estadounidenses que se vieron afectados que ameritaron una intervención extrajera en Guatemala? varias preguntas, para una sola respuesta: 100 Rompimiento del status quo; Estados Unido al salir victorioso de la Segunda Guerra Mundial estaba expandiendo su poderío, tenía el status quo en el sistema internacional. Sin embargo, Guatemala queriendo romper con el sistema colonial se convirtió en una piedra en el zapato para los intereses estadounidenses, representando límites para sus políticas imperialistas (políticas que estaban en función de expandir su poder alrededor del mundo). En ese sentido, al ser Guatemala el país que le puso límites al poder estadounidenses por medio de su legislación interna, los intereses personales de miembros claves del gobierno de los Estados Unidos reaccionaron y derrocaron los intereses de una nación. Después de relatar cómo fue visto y registrado la soberanía y el papel del Ejército de Guatemala, según investigaciones de Piero Gleijeses y Susanne Jonas, se concluye que desde la administración de Juan José Arévalo, la política exterior de los Estados Unidos fue intervencionista, pero no llegó a convertirse en una intervención militar, si no hasta en 1954. Entre los años de gobierno de Arévalo y Árbenz, Estados Unidos ejecutó diversas fases, en las que con el paso del tiempo se fueron radicalizando, al punto extremo de derrocar al Presidente Árbenz por medio de una operación clandestina “PBSUCCESS”. Las últimas fases de la estrategia de Estados Unidos, evidenciaron que no importando la soberanía de Guatemala debían conseguir su fin, para poder continuar con el status quo del imperialismo. Dentro de estas fases, una de las más importantes que vincularon la violación a la soberanía y el papel del Ejército, es la neutralización de oficiales importantes en las Fuerzas Armadas guatemaltecas, para que fueran estos los que cooperaran con los Estados Unidos en el derrocamiento o bien no se interpusieran en él; para ello, como se menciona en los capítulos anteriores, los estadounidenses ejercieron presiones psicológicas y sobornos para neutralizarlos. Estas acciones intervencionistas por parte de Estados Unidos hacia una institución guatemalteca, violaban acuerdos internacionales en los que se defiende el respeto por las no injerencias extranjeras en asuntos de otros Estados. 101 Así también, dentro de las fases hubo acciones tácitas que violaban continuamente la soberanía. Los bombardeos aéreos hacia territorio guatemalteco por parte de las fuerzas estadounidenses, quebrantaron tratados internacionales, específicamente: El artículo 6, del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca; y los artículos 2, 28, 29, entre otros, de la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA); que prohibía la agresión de un Estado hacia otro. Y finalmente, la fase de la obtención de apoyo de gobiernos latinoamericanos y la legitimación diplomática para el derrocamiento, fue el descaro estadounidense que mostró su intervención en otro país ante el sistema internacional, mas, no hicieron nada por impedir la intervención militar en 1954. Estados Unidos efectuó un trabajo de lobby tan elaborado en diversos países, que obtuvo sin ningún problema su apoyo. Su primera victoria fue en la X Conferencia Interamericana realizada en Caracas, en la cual consiguió el soporte de la mayoría de países para aprobar una resolución que condenó indirectamente a Guatemala, pese que algunos países le mostraron su apoyo, el billete del dólar estadounidense traducido en ayuda económica, fue mayor. Guatemala trato de defenderse y hacerles ver a los países latinoamericanos que estaba en riesgo ante el poder imperialista, sin embargo, Estados Unidos ya tenía control sobre la conferencia, ¿Por qué la delegación estadounidense fue la que abrió la conferencia con su discurso inaugural, siendo Venezuela el país anfitrión? Esta interrogante es una de las muchas que se tienen duda sobre la objetividad con la que se llevo a cabo la conferencia, en la cual, se condenó a Guatemala y disimuladamente se autorizó intervenir en un país que fuera una amenaza para la democracia (pero en términos reales, amenaza para Estados Unidos). Sin embargo, la legitimación diplomática no quedo allí, Estados Unidos continuó ejerciendo presión ante la comunidad internacional para sancionar a Guatemala o bien ignorar su caso, ejemplo de ello fue en los últimos días del Presidente Árbenz cuando se pidió ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas su mediación para detener la invasión de Honduras y Nicaragua, pero esto no trascendió, ya que un estadounidense presidia el Consejo y evitó que el caso fuera tratado ante ese órgano, y se remitió a la OEA donde Estados Unidos mantenía el control. 102 Ante tales acciones, era indiscutible que Estados Unidos estaba inmerso en los asuntos internos de Guatemala, sus maniobras transgredían cada vez más la soberanía guatemalteca, al punto de manipular a los organismos internacionales para que esta soberanía no fuera respetada y se permitiera intervenir legítimamente en el país. Fases concretas ejecutó Estados Unidos, en donde se mostró que la defensa de sus políticas imperialistas pesó más que la verdadera democracia. La legitimación de sus acciones ante la arena internacional, mostró la debilidad de un sistema en donde prevaleció el status quo imperialista, que la igualdad soberana de todos sus miembros. El comportamiento estadounidense fue realista frente a Guatemala, se valió de cualquier medio para conseguir su fin: Cuidar el interés nacional, en esa época el interés nacional radicaba en la eliminación de cualquier amenaza de corte comunista o lo que se pareciera, y mantener el estatus quo obtenido por la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ¿era realmente de interés nacional derrocar al Presidente Jacobo Árbenz o era simplemente un interés personal? Estados Unidos derrocó al presidente guatemalteco el 27 de junio de 1954. Guatemala no pudo evitarlo, Estados Unidos transgredió la soberanía para poder obtener su fin deseado; la Carta de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos no pudieron defenderla, y en su efecto, tampoco la pudo defender el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (Tratado de Río), todos los medios internacionales de los que podía valerse Guatemala, fueron controlados por el poder estadounidense. El proceso de “liberación” fue tan bien planificado, que abarcó desde la opinión pública nacional hasta la internacional a favor de los intereses estadounidenses, convirtiendo la imagen de Guatemala en un país “comunista”. La manta más importante que cubre a una nación de una intervención extrajera se fue deteriorando con el paso del tiempo, hasta disolverse en el derrocamiento de Árbenz. En ese sentido, el ejército siendo el último recurso para defender el territorio de un Estado, fue manipulado por el imperio estadounidense, para anular por completo la soberanía guatemalteca. 103 Siendo el Ejército guatemalteco la carta principal de los Estados Unidos durante la intervención en Guatemala en 1954, tuvo un desempeño acorde a su historia, ¿Esto qué quiere decir? como se menciona en los capítulos anteriores, el ejército históricamente ha tenido un desempeño inestable, durante cada administración se le formo de una manera distinta, aunque este fuera fuerte, la debilidad de un Estado hizo que su desempeño fuera inconsistente. En 1944, se mostró un ejército fuerte y revolucionario, que controló la rebelión contra Ubico y la junta provisional que reemplazó a Ponce (Arana, Toriello y Árbenz). En la constitución de 1945 se le otorgó un nuevo papel al Ejército y se consideró como la institución más poderosa de Guatemala; por primera vez, se empoderaba al ejército guatemalteco, pero en 1949 este empoderamiento se revirtió en contra de quienes le habían dado un nuevo rol; el jefe de las fuerzas armadas, Francisco Javier Arana, lideraría el derrocamiento contra Arévalo y una parte considerable del ejército estaba con él. Sin embargo, en una emboscada el 14 de julio de 1949, accidentalmente se da muerte a Francisco Javier Arana (muerte controversial que hoy en día continúa siendo un debate) y se capturaron a los oficiales aranistas que colaborarían con el derrocamiento. Finalmente, la muerte de Arana contribuyó para que el gobierno recuperara el control del ejército. En función de ello, el ejército demostraba que continuaba siendo una institución inestable, que no era precisamente leal a las autoridades que le habían dado mayor poder, y que en cualquier momento este podría dar golpes de estado. Con base en ello, el papel que realizó el Ejército de Guatemala durante la intervención de Estados Unidos en 1954 fue desleal, como sus actuaciones pasadas. Aunque Árbenz los hubiera contemplado con mayores beneficios para mantenerlos a su lado, estos no hubieran respondido a favor de él. Si bien, estos no fueron el autor intelectual del derrocamiento, no apoyaron a su Comandante en Jefe cuando se necesitaba, sus intereses personales prevalecieron, y aunque no se pueden tacharlos de traicioneros, si podrían ser desleales. No se les adjudica el derrocamiento, ya que Estados Unidos ejerció una presión psicológica inminente ante ellos, haciéndoles creer que si ellos no cooperaban o se hacían a un lado, el gobierno de Árbenz tarde o temprano los sacaría y colocaría a los comunistas en sus puestos; o bien mandarían a 104 los marines a intervenir en Guatemala. Estados Unidos los acorraló mediante el miedo de ser destruidos o depuesto por ellos. El ejército, que recibe el mandato por medio de la constitución de defender el territorio, no pudo preservarlo ante la invasión extranjera, si bien era su función, reaccionaron de una manera realista, prefirieron aliarse al poder más grande, que ser aplastados por él. Finalmente, el 27 de junio de 1954, los objetivos estadounidenses estaban cumplidos: Destituir a Jacobo Árbenz Guzmán y los comunistas, anular la reforma agraria, colocar a un presidente guatemalteco anticomunistas y proestadounidense, hacer de Guatemala su patio trasero. Y como concluyen Piero y Susanne, se abrieron las puertas de la represión y el miedo, que no solo duro 36 años, sino continúa hasta nuestros días. Posiblemente, Estados Unidos no tienen toda la responsabilidad de nuestra historia, pero una parte muy importante de ella sí. En 1944 se da el primer intento de revolución en Guatemala, se conmemoran verdaderos ideales en pro de la democracia, sin embargo, al ser estos ideales un obstáculo a sus a su políticas imperialistas, contribuyeron para que la revolución fuera interrumpida y olvidada en el tiempo. Después de tantos años, se había podido empezar a cambiar el sistema colonial de dominación que por cuatrocientos años perduró en Guatemala, pero el proyecto revolucionario perduró solamente una década, ya que, fue interrumpido, desatando una guerra interna por más de 36 años. A raíz de ello, se regeneraron los factores que hacen de Guatemala una sociedad violenta y violentada, una cultura del miedo, en donde se privilegia la violencia para mantener el estatus quo. Eso, escasamente ha cambiado hasta nuestros días. Para muchos, la historia es pasada y tiene poca importancia, pero ésta nos ayuda a conocer el porqué de los procesos (sus fallas y aciertos) y aprender de ellos para revertir todo aquello que detiene el desarrollo. Visto históricamente, la revolución existió solamente como un proyecto truncado, fue un intento de hacer una, lastimosamente no se pudo derrotar el sistema de dominación, y se continúa empoderando a unos cuantos. 105 Esta monografía pretende que se reconozca que durante el período de la revolución existieron verdaderos ideales democráticos, que hoy en día se deberían de imitar, perseguir y desarrollar. 106 Bibliografía Andrino Grotewold, Jorge Mario. (2010, abril 22). 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