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Corazón pulmonar crónico – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 Corazón pulmonar crónico Dr. Hugo Silva1, MTSAC y Dr. Carlos Bruno2, MTSAC Contenidos – Adaptación del ventrículo derecho a la sobrecarga de presión en la hipertensión pulmonar – Funcionamiento normal del ventrículo derecho – Desarrollo, anatomía y fisiología del ventrículo derecho – Comparación entre el ventrículo derecho y el izquierdo en cuanto a las condiciones de carga – Diferencias en la estructura macroscópica entre ambos ventrículos – Disposición de las fibras miocárdicas en los ventrículos – Diferencias metabólicas entre ambos ventrículos – Diferencias en las características del flujo coronario – Diferencias en la composición de las fibras miocárdicas – Secuencia de contracción de los ventrículos izquierdo y derecho – Diferencias en el ciclo cardíaco de ambos ventrículos – Comportamiento del ventrículo derecho en el corazón pulmonar crónico – Corazón pulmonar crónico – Introducción – Etiología – Pronóstico – Características clínicas – Síntomas – Hallazgos físicos – Evaluación de los pacientes con corazón pulmonar crónico – Tratamiento – Tratamiento de la sobrecarga y disfunción del ventrículo derecho – Reseña general sobre etiologías individuales en los pacientes con corazón pulmonar crónico – Enfermedad pulmonar – Trastornos de la circulación pulmonar – Enfermedades neuromusculares – Deformidades torácicas – Trastornos ventilatorios – Conclusión – Bibliografía Médico cardiólogo Médico de Planta del Servicio de Cirugía Cardíaca y Trasplante Cardíaco del Hospital “Dr. Cosme Argerich” 2 Médico cardiólogo Miembro del Comité de Investigación y Docencia de la Clínica y Maternidad Suizo-Argentina MTSAC Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología 1 1 2 – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 Abreviaturas AMP Adenosín monofosfato AMPc Adenosín monofosfato cíclico ARNm Ácido ribonucleico mensajero ATP Adenosín trifosfato ATPasa Adenosín trifosfatasa CO2 Dióxido de carbono DlCO Capacidad de difusión del monóxido de carbono ECGElectrocardiograma ELA Esclerosis lateral amiotrófica Emáx Elastancia máxima EPOC Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Se denomina “corazón pulmonar crónico” al desarrollo de cambios funcionales (inicialmente) y morfológicos (a posteriori) a nivel de las cavidades derechas y que son el resultado de la elevación sostenida de la presión en el circuito vascular pulmonar. Es decir, cualquier patología que produzca un aumento sostenido de la presión en la arteria pulmonar puede desencadenar el cuadro clínico de corazón pulmonar crónico. Esta secuencia de acontecimientos afecta la morbimortalidad de los pacientes. Sin embargo, los estudios realizados han mostrado que el nivel de hipertensión en el circuito pulmonar no es el factor que más afecta la evolución clínica. De hecho, el grado de hipertensión pulmonar (HP) sólo se ha correlacionado en forma leve con la evolución a largo plazo, pero se ha demostrado que la forma en que el ventrículo derecho (VD) se adapta al aumento de la poscarga tiene un papel importante tanto en la capacidad funcional como en la supervivencia de los pacientes. –––––––––––––––––––––––––––––––– Se conoce como corazón pulmonar crónico a los cambios funcionales y estructurales de las cavidades derechas, que son consecuencia del aumento de la presión en el circuito pulmonar, de manera prolongada en el tiempo. –––––––––––––––––––––––––––––––– Adaptación del ventrículo derecho a la sobrecarga de presión en la hipertensión pulmonar ___________ Funcionamiento normal del ventrículo derecho Desarrollo, anatomía y fisiología del ventrículo derecho Durante muchos años, el estudio de la fisiología cardíaca se centró en el análisis de la función EVOP HIV HP HVD MHC OMS pCO2 PO2 PSAP VD VEF1 VI Enfermedad venooclusiva pulmonar Virus de la inmunodeficiencia humana Hipertensión pulmonar Hipertrofia ventricular derecha Cadena pesada de miosina Organización Mundial de la Salud Presión parcial de dióxido de carbono Presión parcial de oxígeno Presión sistólica de la arteria pulmonar Ventrículo derecho Volumen espiratorio forzado en un segundo Ventrículo izquierdo del ventrículo izquierdo (VI). La mayoría de los datos conocidos sobre el funcionamiento cardíaco se basa en los resultados de las investigaciones realizadas en esta cámara, que de manera universal fueron extrapolados al resto de las cavidades. En tanto, la atención centrada en el VD ha sido poca. Por otro lado, la mayor parte de los escasos estudios realizados sobre el VD se llevaron a cabo en condiciones patológicas, principalmente en el modelo de HP, tanto a nivel preclínico como clínico, lo que produjo dificultades de interpretación y datos imprecisos. El resultado fue que a lo largo del tiempo se han “homologado” los datos de la circulación sistémica a la circulación pulmonar, en el supuesto de tener como cierto que la función del VD era muy similar a la del VI, aun cuando siempre fue bien conocido que las condiciones de carga de ambos ventrículos son sumamente diferentes. Sin embargo, si se considera que existe, al igual que en el resto de los aparatos y sistemas, una relación entre la estructura anatómica y la función, resulta poco convincente aceptar que el funcionamiento de ambas cavidades ventriculares es similar. De hecho, durante los últimos años algunos estudios han mostrado que ambas cavidades no son del todo “homologables”. –––––––––––––––––––––––––––––––– Son pocos los estudios que han evaluado la fisiología del ventrículo derecho en condiciones normales. –––––––––––––––––––––––––––––––– Para poder entender cuál es el funcionamiento normal del VD y, posteriormente, su funcionamiento en condiciones patológicas, resulta inevitable comparar la información disponible sobre ambas cavidades ventriculares. Corazón pulmonar crónico Comparación entre el ventrículo derecho y el izquierdo en cuanto a las condiciones de carga En relación con las diferencias y similitudes entre ambos ventrículos desde el punto de vista de las condiciones de carga, la primera diferencia que surge a la vista es que, por un lado, el VI es una cámara que se encuentra adaptada para manejar grandes variaciones de presión, pero no de volumen. Esto ocurre porque debe “expulsar” la sangre a la circulación sistémica, con una presión suficiente para que se transmita por todo el circuito arterial sistémico y, de esa manera, mantener una presión de perfusión adecuada. Es así que, normalmente, las presiones del VI oscilan entre 120 y 130 mm Hg durante la sístole (el sistema circulatorio es un sistema cerrado y compartimentado en el que durante la sístole el VI presenta “continuidad” con la aorta) y muy cercanas a 0 mm Hg durante la diástole (la “continuidad” diastólica del VI se mantiene con la aurícula izquierda y el circuito venoso pulmonar). Por su parte, si bien el VD durante la etapa fetal y neonatal eyecta sangre hacia la circulación pulmonar a una presión relativamente alta, durante el proceso de maduración la circulación pulmonar se transforma en un circuito de baja presión, y el VD involuciona para convertirse en una cámara de paredes delgadas, que se adapta así, en condiciones normales, al desarrollo durante la niñez y la etapa adulta. De esta manera, el VD queda involucrado en un circuito de baja presión, con valores que también son cercanos a 0 mm Hg durante la diástole (cuando el VD se encuentra comunicado con la aurícula derecha y el sistema venoso sistémico), pero que no superan los 30 mm Hg durante la sístole (cuando el VD está comunicado con el circuito pulmonar). Es decir que el VD maneja durante la sístole presiones que oscilan entre el 20% y el 25% de los valores del circuito sistémico. Esto le permite adecuarse a grandes variaciones de volumen, ya que eyecta a un circuito de baja presión y baja impedancia (baja resistencia), como es el circuito pulmonar. Sin embargo, la estructura anatómica del VD, tanto macroscópica como microscópica, no le permite adecuarse a cambios importantes en la poscarga. 3 –––––––––––––––––––––––––––––––– El ventrículo derecho es una cámara que maneja presiones bajas durante todo el ciclo cardíaco y que puede adecuarse con facilidad a las variaciones de volumen. –––––––––––––––––––––––––––––––– Diferencias en la estructura macroscópica entre ambos ventrículos Otro aspecto interesante para comparar entre ambos ventrículos es la configuración anatómica macroscópica que presentan. Por un lado, el VI muestra una forma cilíndrica o cónica, en la que los tractos de entrada y de salida se encuentran dispuestos en forma paralela, con un ángulo de separación entre ellos que no supera los 30°. El VD, por su parte, tiene forma de medialuna y sus tractos de entrada y de salida se encuentran dispuestos entre sí en un ángulo que es de aproximadamente 90°. Pareciera que esta disposición subdivide al VD en dos “hemicavidades” claramente distinguibles: una en relación con el tracto de entrada (o canal auriculoventricular) y el cuerpo del VD, que se conoce como “seno”, y otra en relación con el cono proximal y el cono distal (o tracto de salida), que en conjunto reciben la denominación de “infundíbulo”. Estas dos porciones del VD se hallan separadas por la cresta supraventricular. El resultado de esta disposición es una estructura tridimensional en forma de “tubo” (a diferencia del cilindro o cono que forma el VI). Incluso se ha descripto como un tubo que rodea al VI. –––––––––––––––––––––––––––––––– El ventrículo derecho presenta un tracto de entrada o “seno” y un tracto de salida o “infundíbulo”, con un ángulo de separación entre sí de 30°. –––––––––––––––––––––––––––––––– La disposición anatómica y geométrica del VD se acompaña de una activación de la contracción que se desplaza desde el seno hacia el infundíbulo. Es decir que, en condiciones fisiológicas, el estímulo eléctrico que desencadenará la contracción del VD se dirige desde la “cavidad de entrada” (seno) hacia la “cavidad de salida” (infundíbulo), lo que genera una contracción “peristáltica” que impulsa la sangre para que circule por la cavidad 4 ventricular derecha más que eyectándola como normalmente ocurre en el VI. Este mecanismo de contracción no es más que el resultado de la función que debe cumplir el VD, haciendo circular la sangre entre dos territorios de baja presión, desde el territorio venoso sistémico hacia el lecho arterial pulmonar. –––––––––––––––––––––––––––––––– Ambas porciones del VD se contraen de manera secuencial, permitiendo la circulación de la sangre entre dos territorios de baja presión. –––––––––––––––––––––––––––––––– También resulta interesante analizar el origen de la disposición anatómica peculiar del VD, que se relaciona tanto con particularidades filogenéticas (origen y desarrollo evolutivo de las especies) como ontogenéticas (desarrollo embrionario de los individuos). Desde el punto de vista evolutivo de las especies, el infundíbulo del VD es la porción muscularizada del tracto de salida del VD y es la “hemicámara” de la que se tienen los primeros registros. Data de hace aproximadamente 430 a 450 millones de años y se hallaba presente ya en los cordados más primitivos. Hace alrededor de 400 millones de años, ciertos tipos de tiburones desarrollaron un infundíbulo con fibras musculares circulares claramente diferenciables y hace unos 340 millones de años, la salamandra (un anfibio) presentaba un grado de desarrollo del infundíbulo similar al observado en la estenosis pulmonar. Sin embargo, el seno del VD comienza a aparecer en forma más reciente, hace unos 275 millones de años, en los reptiles y en coincidencia con la aparición de esbozos de “septación” de los ventrículos y la separación anatómica de la circulación sistémica de la circulación pulmonar. De esta manera, pareciera que el seno del VD es una adaptación en las especies que comienzan a respirar aire. La incorporación de ambas cámaras (seno e infundíbulo) como “hemicámaras” del VD, con separación completa de ambas circulaciones, aparece por primera vez en el cocodrilo y se hace total en las aves y en los mamíferos. Este desarrollo independiente de ambas “hemicámaras” del VD también se observa en los seres humanos desde el punto de vista ontogénico, ya que el – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 infundíbulo se forma en un estadio muy precoz del tubo cardíaco recto (alrededor de los 23 días del desarrollo), mientras que el seno del VD se forma a partir de la expansión de la porción caudal del infundíbulo, en forma simultánea con el desarrollo del tabique interventricular durante el pliegue del tubo cardíaco (aproximadamente a los 27 días del desarrollo). Disposición de las fibras miocárdicas en los ventrículos Es de conocimiento clásico que las células miocárdicas forman un sincitio funcional por el que se extienden los estímulos eléctricos que generan la contracción miocárdica. Sin embargo, este concepto no está del todo completo si no se considera que la distribución de los haces de fibras miocárdicas en la pared ventricular no es aleatoria, sino ordenada y sigue un trayecto definido por la función que cada cámara deberá cumplir. Trabajos que datan de la primera mitad del siglo xx realizados en diferentes especies mostraron que las fibras miocárdicas (es decir, los haces de células miocárdicas) se encuentran dispuestas formando una banda muscular que parte desde el esqueleto cardíaco, en el nacimiento de los grandes vasos, se dirige desde la derecha hacia la izquierda (desde el nacimiento de la arteria pulmonar hacia el nacimiento de la aorta), formando la banda o “lazada” basal, y origina haces circulares que dan forma a toda la base cardíaca (Figura 1). Posteriormente, desde esta banda circular basal, las fibras miocárdicas (dispuestas en forma transversal a lo que es el eje cardíaco longitudinal) adquieren un trayecto oblicuo y se dirigen en dirección descendente, siguiendo un trayecto helicoidal, hacia el ápex del VI. Dan lugar, de esta manera, a la denominada banda o lazada apexiana. En este trayecto descendente, la banda muscular apexiana se ubica en lo que será el subendocardio, mientras que al llegar al ápex del VI las fibras miocárdicas forman un vórtice y cambian de dirección para continuar un trayecto ascendente, oblicuo y en forma helicoidal, que se ubica en posición externa (subepicárdica) con respecto a la banda descendente (subendocárdica). De esta manera Corazón pulmonar crónico 5 – Las fibras miocárdicas de la porción media y apical se hallan dispuestas en forma longitudinal y siguen en forma helicoidal el eje largo del VI. – Las fibras que originan las paredes libres del VD son una “extensión” de las fibras que forman el VI, desprendiéndose de ellas para conformar un VD que así queda “anexado” al VI con una pared libre propia del VD, pero con un tabique interventricular que no le pertenece, ya que anatómica y funcionalmente forma parte del VI. Fig. 1. Obsérvese la disposición de las bandas musculares que forman el VI. La secuencia de contracción es la siguiente: 1. fibras circulares, 2. fibras descendentes, y 3. fibras ascendentes. Las fibras que formarán la pared libre del VD parten como prolongación de las bandas circulares y apexianas. queda formado el tabique interventricular (que en su mayor parte pertenece a la banda o lazada basal), mientras que las bandas descendente (subendocárdica) y ascendente (subepicárdica) helicoidales dan lugar al resto del tabique interventricular y a la pared libre del VI. En lo que respecta al VD, sus paredes (en su mayor parte, la pared libre) están formadas por fibras que se desprenden de la banda circular o basal (para formar la parte basal del VD) y de las bandas apexianas (descendente y ascendente) para dar lugar al resto de las paredes. De este modo, quedan en evidencia una serie de hechos que son de fundamental importancia para comprender la contracción cardíaca en general y de cada ventrículo en forma individual: – El tabique interventricular, desde el punto de vista anatómico y funcional, es parte del VI, ya que las fibras circulares que originan estos segmentos ventriculares forman una concavidad hacia la luz del VI y se contraen en simultáneo con el resto de la banda basal circular. – Las fibras miocárdicas en la base cardíaca tienen una disposición circular, dispuestas en forma transversal al eje largo del VI. Diferencias metabólicas entre ambos ventrículos Una clara diferencia entre el VD y el VI es su actividad metabólica. Esta diferencia en la demanda metabólica está influida, principalmente, por la diferente función que cumplen. El VI, al vaciarse hacia un circuito de alta impedancia y presión, requiere el desarrollo de una fuerza de contracción mucho mayor que el VD. Este último, al encontrarse inserto en un circuito de baja presión, presenta características metabólicas muy singulares que le permiten mantenerse a mayor resguardo de la isquemia, ya que cuenta con una reserva coronaria mayor. Una expresión elocuente de la mayor demanda metabólica del VI es la presencia de una pared miocárdica que evidentemente es más gruesa que la del VD, lo que se acompaña necesariamente de una masa miocárdica mayor. Si bien el grosor de las paredes del VI es de alrededor del doble del grosor del VD, en términos de masa miocárdica, la del VD representa 1/6 de la masa del VI. Por otra parte, si bien ambas cámaras eyectan la misma cantidad de sangre durante la sístole ventricular, el VD lo hace con un trabajo sistólico que es cerca del 25% del trabajo sistólico del VI. –––––––––––––––––––––––––––––––– El ventrículo derecho presenta menor masa miocárdica y trabajo sistólico que el izquierdo. –––––––––––––––––––––––––––––––– Estas diferencias en la demanda metabólica y energética de los ventrículos se acompañan de diferencias en la utilización de los sustratos por parte del músculo cardíaco y, por ende, en el metabolismo intrínseco de las fibras. A diferencia del músculo 6 esquelético, que normalmente utiliza glucosa para generar fosfatos de alta energía, el músculo cardíaco puede utilizar diferentes sustratos. Los ácidos grasos son el sustrato preferencial. En condiciones normales, en el músculo cardíaco un 65% del metabolismo oxidativo proviene de los ácidos grasos, mientras que tan sólo un 18% proviene de la glucosa. Existen otros metabolitos que contribuyen al metabolismo miocárdico en un porcentaje menor, como el lactato (16%), los aminoácidos (5%), los cuerpos cetónicos (4%) y el piruvato (0,5%). A medida que aumenta el trabajo cardíaco, el miocardio recurre más al uso de glucosa, principalmente por medio de la glucólisis aeróbica. Sin embargo, el VD presenta una densidad menor de mitocondrias que el VI (y menor velocidad de oxidación de los sustratos), así como menos actividad de las enzimas lactato deshidrogenasa y creatincinasa, lo que sugiere un requerimiento metabólico inferior con respecto al VI. –––––––––––––––––––––––––––––––– El ventrículo derecho presenta un requerimiento metabólico menor y se encuentra más a resguardo de la isquemia que el izquierdo. –––––––––––––––––––––––––––––––– Diferencias en las características del flujo coronario Las diferencias en el requerimiento metabólico se expresan en el flujo sanguíneo coronario. Los determinantes del flujo coronario son múltiples (consumo de oxígeno miocárdico, presión de perfusión coronaria, compresión sistólica del miocardio sobre la microvasculatura, acción del sistema nervioso, hormonas, sustancias vasoactivas y uso de diferentes drogas), pero de todos ellos el principal determinante del flujo es el componente metabólico (es decir, el consumo de oxígeno miocárdico). Es más, el flujo coronario presenta una relación lineal con el metabolismo (consumo de oxígeno) cardíaco, por lo que cualquier aumento de la demanda metabólica aumentará, de manera lineal, el flujo coronario. Todo esto da lugar a una diferencia importante entre el VI y el VD. Debido al mayor grosor, la mayor presión desarrollada y el mayor trabajo sistólico, durante el reposo el VI mantiene una extracción de oxígeno que – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 es máxima, por lo que ante cualquier aumento en la demanda de oxígeno se debe recurrir a un aumento del flujo coronario. Por su parte, el VD tiene la mitad de consumo de oxígeno que el VI, por lo que ante un aumento de la demanda el VD puede recurrir tanto al aumento del flujo como al aumento de la extracción tisular de oxígeno. Existe también una diferencia importante en cuanto a las características de la circulación coronaria que brinda irrigación al VI y al VD. El registro del flujo en la arteria coronaria izquierda muestra que el flujo a través de ella es nulo durante la fase de contracción isovolumétrica, comienza a aumentar durante la fase eyectiva, alcanza el valor máximo luego de la fase isovolumétrica diastólica y disminuye lentamente durante el resto de la diástole. Es decir, el flujo coronario en las arterias que irrigan al VI se produce principalmente durante la diástole y guarda estrecha relación con la compresión de la vasculatura coronaria intramiocárdica, que se comprime durante la sístole. Como contrapartida, el flujo a través de la coronaria derecha (la arteria que irriga el VD en la mayoría de los casos) es bifásico, ya que la compresión sobre los vasos intramiocárdicos es mínima y el flujo se produce tanto durante la sístole como durante la diástole (incluso es mayor durante la sístole), por lo que remeda la curva de flujo aórtico. –––––––––––––––––––––––––––––––– El flujo coronario del ventrículo izquierdo ocurre durante la diástole, mientras que el ventrículo derecho presenta flujo coronario durante todo el ciclo cardíaco. –––––––––––––––––––––––––––––––– Diferencias en la composición de las fibras miocárdicas La composición de los miocitos difiere en ambos ventrículos. La relación entre las isoformas alfa y beta de la cadena pesada de miosina (MHC) es mayor en el VD; es decir, el VD posee una cantidad mayor de la isoforma alfa de la MHC (por lo que contiene más isoenzima de miosina V1). Esto tiene implicaciones a nivel funcional, ya que las fibras miocárdicas del VD presentan una velocidad de acortamiento mayor que las del VI Corazón pulmonar crónico cuando se analiza la curva de fuerza-velocidad en los músculos papilares de cada ventrículo. En otros términos, pareciera que el VD está adecuado para una contracción más rápida, asociada con un gasto energético menor (en relación con las características metabólicas de ambos ventrículos y la densidad de mitocondrias). A su vez, es capaz de proporcionar un acortamiento mayor sin generar demasiada fuerza o tensión durante la contracción, lo que se relaciona con la poscarga baja. –––––––––––––––––––––––––––––––– El ventrículo derecho se encuentra adaptado para desarrollar una contracción rápida sin generar demasiada fuerza de contracción. –––––––––––––––––––––––––––––––– Secuencia de contracción de los ventrículos izquierdo y derecho Tradicionalmente se ha aceptado que VI se contrae de manera sincrónica, ya que todos sus segmentos se desplazan hacia un punto central imaginario dentro de la cavidad del ventrículo. Sin embargo, también es cierto que el VI realiza tres movimientos espaciales a lo largo de la fase sistólica. Estos tres movimientos son los de acortamiento radial, de rotación y de torsión. Esta actividad durante la sístole se puede explicar a través de la secuencia de activación que presentan las bandas musculares que forman las paredes del VI. La actividad se inicia en la base del VI con la contracción de las fibras circulares, la cual produce una banda rígida basal que es responsable del aumento súbito de la presión que se observa durante la contracción isovolumétrica y del acortamiento radial. La actividad contráctil continúa con la activación de la banda descendente, que produce el acortamiento longitudinal de la cámara (descenso de la base del VI). Debido a la posición de la banda muscular descendente (interna o subendocárdica), el descenso de la base produce un efecto de “pistón” similar al de una jeringa, eyectando el volumen de la cavidad ventricular hacia la aorta. Esto produce también el movimiento de rotación, que proyecta la punta del VI contra la pared torácica. El paso final es el de la activación de la banda muscular ascendente (ubicada en posición subepicárdica), que da lugar 7 al movimiento de torsión y, al mismo tiempo, de elongación de la cavidad ventricular, que sería responsable del fenómeno de “succión” que da lugar al inicio de la diástole. Por lo tanto, – La contracción del VI se produce a través de la activación secuencial de las distintas bandas que forman sus paredes, que genera un movimiento sincrónico, con una reducción acentuada del diámetro del VI que produce un aumento significativo de la presión intraventricular, seguido del vaciado por un efecto de “pistón” al descender la base (acortamiento longitudinal). – La contracción de las últimas fibras del VI (banda ascendente) formaría parte de la diástole, dando lugar al fenómeno de “succión diastólica” que produce el ingreso masivo de sangre al VI. Por su parte, la contracción del VD muestra aspectos singulares que difieren de la contracción del VI. La activación de las distintas regiones del VD presenta mayor asincronía, ya que existe un retraso pronunciado entre la activación eléctrica y la contracción del seno y del infundíbulo (Figura 2). Algunos estudios han mostrado una diferencia temporal de 25 a 50 mseg entre la contracción de ambas porciones del VD, que se produce en forma secuencial, lo que genera una contracción asincrónica de la cámara, que le da al VD un aspecto de movimiento peristáltico. En el análisis de la curva de volumen del VD se expresa por la aparición de dos picos (uno correspondiente al vaciado del seno y otro al vaciado del infundíbulo). A su vez, la contracción del infundíbulo se mantiene, aun cuando el resto de la cavidad se ha relajado y la presión intraventricular ha descendido a valores cercanos a 0 mm Hg. En términos porcentuales, el volumen que aporta el seno del VD al vaciado total de la cavidad corresponde a un 85% del volumen sistólico, mientras que el infundíbulo aporta el 15% restante. Estos dos conceptos (el volumen significativamente mayor aportado por el seno y la persistencia de la contracción del infundíbulo una vez que el seno se ha relajado) han llevado a la hipótesis de que el seno posiblemente se comporte como cámara generadora de volumen, mientras 8 Fig. 2. Representación esquemática del VD y de la subdivisión en dos “hemicámaras”, que manejan porcentajes diferentes de volumen en su contracción y que representan un retraso de alrededor de 25 mseg entre sí, lo que le confiere un aspecto de contracción peristáltica (asincrónica). – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 que el infundíbulo lo hace como cámara reguladora de la presión, al impedir la transmisión de una presión mayor al circuito pulmonar. –––––––––––––––––––––––––––––––– El seno del ventrículo derecho es la hemicámara encargada de manejar volumen, mientras que el infundíbulo regula la presión. –––––––––––––––––––––––––––––––– Desde el punto de vista espacial, los movimientos de las paredes del VD durante la sístole muestran tres componentes: desplazamiento interno (hacia adentro), acortamiento longitudinal y tracción circunferencial debido a la contracción del VI y la protrusión del tabique interventricular hacia la cavidad derecha. De todos estos componentes, el acortamiento longitudinal al parecer es el que más contribuye a la performance general del VD, aunque la importancia de la tracción circunferencial por la contracción del VI se hace claramente manifiesta en ciertas condiciones. Por ejemplo, la ausencia de dicha tracción circunferencial en los casos de deformación de la cavidad ventricular derecha empeora en forma significativa la función de bomba del VD. Diferencias en el ciclo cardíaco de ambos ventrículos Todas las diferencias entre ambos ventrículos mencionadas tienen influencia sobre el funcionamiento de dichas cámaras a lo largo del ciclo cardíaco. Una forma adecuada de analizar el funcionamiento de ambos ventrículos es a través de la relación presión-volumen a lo largo del ciclo cardíaco (loop de función ventricular), que permite tener una rápida idea de las condiciones de carga de manera secuencial. Básicamente, el loop de función ventricular habitual obtenido de los estudios realizados en el VI muestran cuatro fases claramente identificables: de llenado ventricular, de contracción isovolumétrica, de eyección ventricular y de relajación isovolumétrica. Es decir, normalmente, el VI consta de dos fases en las que modifica su volumen (llenado y eyección) y dos fases isovolumétricas (de contracción y de relajación). Someramente, la fase de contracción isovolumétrica es la encargada de generar la fuerza necesaria para producir un aumento súbito de la presión dentro de la cavidad ventricular (que pasa rápidamente de 0-5 mm Hg a 120 mm Hg o más) y la fase eyectiva es la que utiliza la presión generada para vaciar el contenido del ventrículo a los grandes vasos, la relajación isovolumétrica permite el desacople de las proteínas contráctiles para que el ventrículo se prepare para la etapa final, que es la fase de llenado. Esto le da al loop de función ventricular del VI la clásica configuración en forma rectangular (Figura 3). Por su parte, siempre se aceptó que el VD presenta las mismas fases que el VI en el loop de función ventricular. Este concepto se basó en que los estudios iniciales se realizaron principalmente en el modelo de HP. Sin embargo, estudios más recientes realizados en modelos con condiciones de carga normales, muestran que los loops de función ventricular difieren entre ambos ventrículos, ya que las condiciones de carga son diferentes y, por ende, la forma de vaciado también. La principal diferencia radica en que al parecer el VD carece de fases isovolumétricas. Estudios realizados con condiciones de carga normales tanto en animales como en seres humanos han mostrado 9 Fig. 3. Loop de función ventricular en el VI. Obsérvese la configuración de aspecto rectangular, con dos fases isovolumétricas bien definidas. Los ruidos cardíacos preceden a cada período isovolumétrico y la fase sistólica coincide con la fase de contracción ventricular. que la eyección ventricular comienza tan pronto como las fibras del VD comienzan a contraerse. Mientras que el VI debe generar presiones que rondan los 80-90 mm Hg para iniciar el vaciado, el VD debe vencer una presión diastólica pulmonar sumamente baja (en comparación con la aorta), que por lo habitual no supera los 10 mm Hg. Otro factor que posiblemente influya en la ausencia de período de contracción isovolumétrica es la prevalencia elevada de insuficiencia tricuspídea fisiológica en la población normal, que ronda, en diferentes series, entre el 25% y el 93% de esta población. Mientras la contracción (y el acortamiento de la cámara) continúa, persiste el vaciado del VD, pero incluso aun después de que la contracción ha cesado la inercia desarrollada por la sangre en un circuito de baja presión permite que la salida de sangre del VD continúe aun cuando la presión en la cámara ventricular comienza a caer y empieza la relajación. De esta manera, continúa la fase eyectiva, superponiéndose con la fase de relajación ventricular, que nunca llega a ser isovolumétrica, ya que el vaciado persiste hasta el inicio mismo de la fase de llenado. –––––––––––––––––––––––––––––––– El loop presión-volumen del ventrículo derecho no presenta fases isovolumétricas en condiciones de carga normales. –––––––––––––––––––––––––––––––– Es posible entonces diferenciar dos etapas de vaciado ventricular: una temprana asociada con la contracción del VD (posiblemente relacionada con la contracción del seno) y una tardía asociada con la inercia que persiste en la sangre que se moviliza en el circuito de baja presión (posiblemente relacionada con la porción infundibular del VD). Algunos autores, sin embargo, sostienen que la eyección durante la fase tardía se asocia con un fenómeno de empuje que realiza el tabique interventricular durante la sístole del VI, al protruir hacia la cavidad del VD. De esta manera, el concepto de eyección ventricular asociado con la sístole, válido para el VI, no se cumple en el VD. La sístole ventricular derecha termina mucho antes de que finalice el vaciado del VD. Esto le otorga al loop de función ventricular del VD una característica forma triangular (diferente de la forma rectangular del VI) (Figura 4). Se ha planteado la hipótesis de que esta morfología del loop presión-volumen del VD y esta forma de contracción podría estar vinculada al concepto de “eficiencia del ciclo”. Este concepto relaciona la integral del loop de presión-volumen con el trabajo máximo realizado por los ventrículos y Corazón pulmonar crónico Fig. 4. Loop de función ventricular en el VD. Obsérvese que el ciclo cardíaco carece de fases isovolumétricas y la fase sistólica (de contracción ventricular) es sólo una parte del vaciado ventricular, ya que el vaciado continúa aun después de terminada la contracción y el R2 ocurre en forma tardía. La duración de la fase eyectiva es más prolongada que en el VI, ya que se inicia antes y termina después. 10 – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 es posible que la menor “eficiencia” del VD sea secundaria a la falta de sincronía funcional de esta cámara. De esta manera, se observa que el VD presenta un “porcentaje de eficiencia” un 33% menor que el VI. –––––––––––––––––––––––––––––––– El loop presión volumen derecho presenta una forma triangular. –––––––––––––––––––––––––––––––– Mediante el análisis del loop de función ventricular de ambos ventrículos, podemos deducir que: – La elastancia máxima (Emáx, el punto más alto de la relación presión-volumen de fin de sístole y que es un índice de contractilidad) aparece al final de la sístole en el bucle del VI, pero en forma más temprana en el bucle del Fig. 5. Ciclo cardíaco expresado a través de diferentes técnicas. Obsérvese la presencia de períodos isovolumétricos en el VI, mientras que normalmente en el VD es tán ausentes. Nótese también el mayor tiempo de eyección del VD. PEyVD: Período eyectivo del VD, PEyVi: Período eyectivo del VI. VD. Por ende, en el VD, la Emáx representa el final de la contracción ventricular, pero no el final del vaciado. – Con respecto al vaciado del VI, el vaciado del VD comienza antes y termina después, por lo que la fase eyectiva dura más en el ciclo cardíaco del VD que en el del VI (Figura 5). Comportamiento del ventrículo derecho en el corazón pulmonar crónico ___________ El aspecto dominante de los pacientes con corazón pulmonar es la presencia de HP. Es decir, el factor que actuará como desencadenante de todos los cambios en la estructura y la función del VD es el aumento de la resistencia al vaciado. Corazón pulmonar crónico Los mecanismos de adaptación que se ponen en marcha durante el desarrollo del corazón pulmonar son varios. La primera adaptación que se observa es el desarrollo de hipertrofia miocárdica. Al igual que lo que ocurre en el VI, las condiciones de carga alteradas (sobre todo el aumento del estrés parietal sistólico) actúan como principal desencadenante de la hipertrofia ventricular. El desarrollo de hipertrofia del miocardio del VD es responsable de la remodelación concéntrica que se observa en esta cámara y constituye un mecanismo de adaptación a largo plazo ante el aumento de la sobrecarga de presión. Durante esta fase de compensación no se observa disminución de la función sistólica e incluso los estudios sugieren un aumento de la contractilidad, al menos en términos globales para toda la cámara del VD (aumento de la performance ventricular). Un claro ejemplo es que no se observa disminución del gasto cardíaco durante esta etapa. Sin embargo, algunos estudios han mostrado la aparición de alteraciones diastólicas, que se expresan por una prolongación del tiempo de relajación ventricular y aumento de la rigidez de cámara del VD. Los valores de rigidez diastólica del VD aumentan al doble durante esta fase. –––––––––––––––––––––––––––––––– El primer mecanismo de adaptación del ventrículo derecho a la hipertensión pulmonar crónica es la hipertrofia, que se acompaña de un aumento de la rigidez miocárdica y de cámara. –––––––––––––––––––––––––––––––– A medida que la sobrecarga sistólica se perpetúa en el tiempo o se intensifica, se observa la aparición de remodelación excéntrica del VD, con dilatación que inicialmente tiende a compensar la disminución del acortamiento mediante un aumento de la precarga. Sin embargo, esta nueva forma de remodelación conduce a la disfunción contráctil, que se manifiesta como disfunción del VD, con aumento de las presiones de llenado de dicha cámara, seguida por disminución del gasto cardíaco. Los mecanismos íntimos responsables de esta transición de remodelación concéntrica a remodelación excéntrica son complejos e incluyen el desarrollo de isquemia, cambios en la expresión genética de las proteínas contráctiles y 11 la activación del sistema renina-angiotensina. En cuanto a la modificación de la expresión genética, en biopsias subendocárdicas de VD de pacientes con HP primaria se ha observado la presencia de aumento de la expresión de los receptores adrenérgicos β2 (que se expresa por aumento del ARNm y de las proteínas que éste sintetiza), con regulación por aumento (up regulation) del péptido natriurético auricular (que se considera marcador fenotípico de hipertrofia) y MHC β y regulación por disminución (down regulation) de la MHC α y de los receptores adrenérgicos β1 (marcadores fenotípicos de disfunción sistólica). –––––––––––––––––––––––––––––––– A medida que continúa la sobrecarga de presión del ventrículo derecho, se produce una dilatación progresiva de la cavidad. –––––––––––––––––––––––––––––––– La MHC es el filamento grueso presente en el sarcómero y en la cabeza de esta proteína se encuentra la actividad ATPasa responsable de la hidrólisis del adenosín trifosfato (ATP) que libera la energía necesaria para la contracción muscular. La isoforma a es específica del tejido cardíaco y es tres a cuatro veces más activa desde el punto de vista enzimático que la isoforma b. Esta última se encuentra presente en el ventrículo y en el músculo esquelético de contracción lenta. Durante la etapa fetal, el miocardio ventricular normalmente expresa un contenido alto de la MHC b, con un contenido bajo de la isoforma a, que habitualmente no supera un 5% a 10%. Por su parte, el miocardio auricular fetal presenta un patrón inverso, ya que en él predomina la isoforma a. Durante el desarrollo de hipertrofia ventricular derecha hay un gran predominio de la isoforma a en el miocardio ventricular humano, con una expresión mínima de la isoforma b. Sin embargo, a medida que el proceso de hipertrofia se hace insuficiente y se desencadenan la disfunción ventricular y el cuadro de insuficiencia cardíaca, esta relación se invierte y se torna predominante la MHC b, adquiriendo un patrón fetal. –––––––––––––––––––––––––––––––– La disfunción del ventrículo derecho se acompaña de un cambio en la expresión de los isotipos de la cadena pesada de miosina. –––––––––––––––––––––––––––––––– Un mecanismo adicional relevante en la progresión de la disfunción miocárdica del VD es el 12 desarrollo de insuficiencia tricuspídea funcional (secundaria a la dilatación del VD), debido a un déficit de coaptación de las valvas tricuspídeas. En esta fase se puede observar una esfericidad acentuada del VD en los cortes transversales, con aplanamiento del tabique interventricular, que lleva a disfunción diastólica del VI. Este fenómeno sería el resultado de una dilatación asimétrica del VD como consecuencia de la sobrecarga de volumen adicional impuesta por la insuficiencia tricuspídea, que aumenta el diámetro en el eje corto del VD, entre la pared libre y el tabique interventricular. Esta evolución en las fases del compromiso del VD en el corazón pulmonar sugiere que en un principio el VD sufre exclusivamente una sobrecarga de presión, mientras que en estadios avanzados se suma también la sobrecarga de volumen. Algunos estudios han evaluado el comportamiento del tabique interventricular en los pacientes con sobrecarga de presión o de volumen del VD y mostraron que en ambos casos puede ocurrir deformación espacial del tabique, ya que invierte su concavidad (que normalmente se presenta hacia la izquierda) para aplanarse en un principio y hacerse cóncavo hacia la derecha en un paso más avanzado. En la sobrecarga de presión pura, la desviación del tabique se produce al final de la sístole, ya que es el aumento de la presión durante el final de la contracción del VD lo que produce el punto más alto de presión. Por su parte, durante la sobrecarga de volumen, la inversión del tabique interventricular se produce al final de la diástole, ya que es el exceso de precarga del VD lo que produce la alteración del tabique interventricular. Por diferentes mecanismos, esta última forma de deformación septal es la que se acompaña de compromiso de la función del VI (disminución de la fracción de eyección). –––––––––––––––––––––––––––––––– En estadios avanzados de corazón pulmonar se observa insuficiencia tricuspídea por dilatación del anillo y movimiento anómalo del septum interventricular. –––––––––––––––––––––––––––––––– En relación con el metabolismo del VD en la hipertrofia ventricular derecha (HVD), esta – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 cámara pasa a depender casi exclusivamente del metabolismo de la glucosa. En ciertos modelos de HP (p. ej., en la inducida por hipoxia) se ha observado que aumenta en forma significativa la expresión del transportador de glucosa GLUT4, lo que apoya la teoría del cambio de uso de sustrato energético, de los ácidos grasos a la glucosa. Este proceso se ve reflejado, a nivel molecular, por la activación de proteincinasas activadas por el AMP, que tienen un papel clave en el control y la regulación del metabolismo energético, ya que preserva los niveles de ATP mediante el aumento del transporte de glucosa y acelera la glucólisis. Todos estos datos sugieren la idea de que durante la HP y la HVD el VD se comporta como lo hace el miocardio hibernado, con un aumento de la oxidación de la glucosa. Toda esta secuencia de fenómenos funcionales y morfológicos dan lugar a cambios significativos, desde los puntos de vista cualitativo y cuantitativo, en las diferentes fases del ciclo cardíaco y en el loop de función ventricular. Estos cambios se han demostrado tanto en forma experimental como en el contexto clínico, en el modelo de HP moderada en forma aguda o crónica. Se observó que ante un cambio en las condiciones de carga del VD (aumento de la poscarga), tanto en la fase aguda como en la fase crónica de la HP, el VD modifica su patrón de contracción secuencial o asincrónico (peristáltico) para adquirir un loop de presiónvolumen muy similar al del VI. Es decir, ante la presencia de hipertensión arterial pulmonar, el loop de función ventricular del VD adquiere una morfología rectangular, característica de la contracción sincrónica. Esta contracción sincrónica le permite el desarrollo de contracción isovolumétrica, para vencer una impedancia mayor al vaciado ventricular, que se acompaña también de la aparición de la fase de relajación isovolumétrica. A su vez, esta nueva sincronía en la contracción de esta cámara se acompaña de una disminución del período eyectivo, ya que las dos fases de vaciado que se observan en el VD con poscarga normal se fusionan, lo que da por resultado una única fase de vaciado. LINK CONFERENCIA FALLA AGUDA DEL VENTRÍCULO DERECHO Corazón pulmonar crónico Se ha postulado que este fenómeno de “izquierdización” del VD representaría un mecanismo adicional de adaptación ante la variación de las condiciones de carga. Durante la fase aguda de sobrecarga de presión, habitualmente el VD recurre al mecanismo de Frank-Starling (regulación heterométrica, que permite la eyección de un volumen mayor a través del incremento de la fuerza de contracción, pero sin aumento de la contractilidad), al efecto Bowditch (de autorregulación homeométrica, con aumento de la contractilidad en respuesta al aumento de la frecuencia cardíaca) y al efecto Anrep (de regulación homeométrica con aumento de la contractilidad secundaria al aumento del estiramiento producido por el aumento del estrés parietal). Los cambios descriptos en la morfología del loop de función ventricular también pueden manifestarse en la etapa aguda. Sin embargo, este fenómeno de “izquierdización” se sostiene incluso a largo plazo. –––––––––––––––––––––––––––––––– El comportamiento del loop de función ventricular durante la hipertensión pulmonar crónica (“izquierdización” de la relación presión-volumen) pareciera que es un mecanismo de adaptación a la sobrecarga sistólica e implica que la cámara ventricular derecha adquiere mayor eficiencia sistólica. –––––––––––––––––––––––––––––––– Corazón pulmonar crónico ___________ Tras el análisis detallado del funcionamiento del VD en condiciones normales y durante el desarrollo de HP, a continuación se describen someramente las características clínicas del corazón pulmonar crónico, su etiología y su tratamiento. Introducción Conocemos como corazón pulmonar a la alteración de la estructura o la función del VD secundaria al aumento de la presión pulmonar, que puede estar causada por enfermedades que afectan al pulmón, su vasculatura o la caja torácica. Este apartado se dedica solamente a los casos de corazón pulmonar que se presentan en forma crónica. 13 Si bien la mayoría de las afecciones que provocan corazón pulmonar crónico son de progresión lenta, los pacientes pueden presentarse con síntomas agudos o agudizados. Estas inestabilizaciones del cuadro clínico suelen presentarse cuando el VD no logra compensar un aumento súbito y adicional en las condiciones de carga, que son el resultado de la progresión de la enfermedad de base o de afecciones agudas superpuestas. Etiología El corazón pulmonar representa un estado de disfunción cardiopulmonar que puede ser el resultado de varias etiologías y mecanismos fisiopatológicos diferentes, que pueden incluir: – Vasoconstricción pulmonar (secundaria a hipoxia alveolar o acidosis). – Reducción anatómica del lecho vascular pulmonar (enfisema, embolia pulmonar, etc.). – Aumento de la viscosidad sanguínea (policitemia, anemia drepanocítica, etc.). – Aumento del flujo sanguíneo pulmonar. La causa más frecuente de corazón pulmonar es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), secundaria a bronquitis crónica o enfisema. Pronóstico El desarrollo de corazón pulmonar asociado con HP con frecuencia tiene implicaciones pronósticas importantes. Por ejemplo, en la EPOC, la presencia de HP y signos de insuficiencia cardíaca derecha implican mal pronóstico. Los pacientes que desarrollan edema periférico tienen una supervivencia a los 5 años que no supera el 30% y los que tienen una resistencia vascular pulmonar superior a 500 dinas×seg×cm-5 habitualmente no viven más de 3 años. No obstante, es posible que el desarrollo de corazón pulmonar en la EPOC sólo represente la gravedad de la enfermedad pulmonar subyacente, ya que el grado de HP por lo general es bastante inferior al que se observa en la hipertensión arterial pulmonar primaria y en la embolia pulmonar sin resolución. 14 Características clínicas La detección clínica y la evaluación de los pacientes con corazón pulmonar es difícil debido a que los signos y los síntomas por lo general son sutiles e inespecíficos. Por ejemplo, la presencia de edema periférico en los pacientes con EPOC no es necesariamente un marcador confiable de HP y de disfunción derecha. Síntomas Incluyen los siguientes: – Fatiga, cansancio y síncope de esfuerzo, que reflejan la incapacidad de aumentar el gasto cardíaco durante la actividad física. – Angina de esfuerzo, que puede ocurrir en pacientes con hipertensión arterial primaria o secundaria, aun en ausencia de enfermedad coronaria obstructiva. Los mecanismos posibles son varios y por lo general implican el desarrollo de isquemia subendocárdica del VD debida a hipoxemia y aumento de la tensión parietal transmural. Se ha descripto también la posibilidad de compresión dinámica del tronco de la coronaria izquierda debido al agrandamiento de la arteria pulmonar. Esto representa un riesgo principalmente en los pacientes que tienen un tronco de la arteria pulmonar de 40 mm o más de diámetro. – Otros síntomas menos comunes incluyen tos y hemoptisis. También puede haber ronquera por compresión del nervio laríngeo recurrente izquierdo debido a dilatación de la arteria pulmonar. – En los casos que se acompañan de insuficiencia cardíaca derecha manifiesta puede haber dolor en el cuadrante superior derecho debido a congestión venosa hepática. Hallazgos físicos El examen físico apunta a la búsqueda de evidencia compatible con HP y sobrecarga del VD. El hallazgo físico inicial en la hipertensión arterial pulmonar es el aumento de la intensidad del componente pulmonar del segundo ruido cardíaco, que incluso se puede palpar a nivel del segundo espacio intercostal izquierdo. También puede haber un desdoblamiento del R2, que desaparece – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 si se desarrolla bloqueo de rama derecha. En la auscultación puede haber un soplo eyectivo pulmonar y, en casos más graves, un soplo diastólico de insuficiencia pulmonar. La sobrecarga e hipertrofia del VD se acompaña de ondas “a” prominentes en el pulso yugular, que se asocian con cuarto ruido derecho y latido sagital. En los casos que se acompañan de insuficiencia cardíaca derecha se hacen manifiestos los signos de hipertensión venosa sistémica, como la distensión yugular, con ondas V grandes, tercer ruido derecho y soplo de insuficiencia tricuspídea. Como particularidad, los soplos derechos y el ritmo de galope aumentan con la inspiración, pero pueden ser difíciles de encontrar debido a la presencia de patología pulmonar. Pueden observarse signos extracardíacos de corazón pulmonar grave, como hepatomegalia, pulso hepático en presencia de insuficiencia tricuspídea y edema periférico, aunque la presencia de ascitis es realmente infrecuente. En cuanto a la presencia de edema, es muy clara su explicación en presencia de insuficiencia cardíaca derecha. Sin embargo, su patogenia es más difícil de entender en ausencia de congestión venosa sistémica, incluso en presencia de gasto cardíaco y tasa de filtración glomerular normales o casi normales. Estos casos pueden estar asociados con la presencia de hipercapnia, lo que sugiere que el nivel elevado de PCO2 puede provocar retención de sodio. En estos casos ocurre un aumento en la reabsorción proximal de bicarbonato para reducir la caída del pH arterial, pero se puede acompañar de reabsorción pasiva de cloruro de sodio y agua. La hipoxemia también puede provocar retención de sodio al disminuir su excreción debido a vasoconstricción renal. Evaluación de los pacientes con corazón pulmonar crónico Se utilizan generalmente las siguientes técnicas de evaluación: Radiografía de tórax: su beneficio es limitado. Dentro de los hallazgos más comunes se encuentra el agrandamiento de las arterias pulmonares. Normalmente, la rama descendente de 15 Corazón pulmonar crónico la arteria pulmonar derecha supera los 20 mm de ancho. Los vasos periféricos generalmente están disminuidos y los campos pulmonares, oligohémicos. Pueden verse signos de agrandamiento ventricular y auricular derecho. Electrocardiograma: puede mostrar signos de hipertrofia o sobrecarga del VD. Estos hallazgos incluyen desviación del eje eléctrico a la derecha, con una relación R/S mayor de 1 en V1; aumento de la amplitud de la onda P (P pulmonar) en DII debido a agrandamiento de la aurícula derecha y bloqueo de rama derecha de bajo o alto grado. La mayoría de los criterios electrocardiográficos son sumamente específicos para la detección de hipertrofia ventricular derecha, pero tienen una sensibilidad limitada en general y especialmente en los pacientes con hipertrofia biventricular o con EPOC. Sin embargo, cuando están presentes, implican mal pronóstico. Ecocardiografía. Ecocardiograma bidimensional: la mayoría de los pacientes con corazón pulmonar muestran signos ecocardiográficos de sobrecarga de presión crónica del VD, con hipertrofia de las paredes y desplazamiento paradójico del tabique interventricular hacia el VI durante la sístole o, en un estadio posterior, en la diástole. En un principio se observa hipercinesia de la pared libre del VD con dilatación de la aurícula derecha e insuficiencia tricuspídea, mientras que en una fase avanzada se hace manifiesta la disfunción del VD con hipocinesia global de sus paredes. Ecocardiograma Doppler: es la forma no invasiva más confiable para calcular la presión sistólica en la arteria pulmonar (en presencia de insuficiencia tricuspídea) y la presión diastólica en la arteria pulmonar (en presencia de insuficiencia pulmonar). También se utiliza en la evaluación de la vena cava inferior, la variación del flujo en ésta, como también su diámetro. Cabe señalar que en la práctica clínica, debido a la naturaleza invasiva del estudio hemodinámico, el diagnóstico de HP en general se basa en los hallazgos de esta modalidad ecográfica. Habitualmente, el punto de corte en la presión sistólica de la arteria pulmonar (PSAP) para el diagnóstico de HP es de 40 mm Hg, mientras que se requiere un grosor parietal de más de 0,6 mm en la pared libre o aumento de la relación entre el área del VD y la del VI para hacer el diagnóstico de corazón pulmonar. LINK GALERIA DE IMÁGENES HIPERTENSION PULMONAR Cateterismo cardíaco derecho: es el estándar de oro para el diagnóstico de HP, aunque su naturaleza invasiva limita su uso, lo que da lugar a las medidas tomadas a través del Doppler. Su indicación puntual se encuentra en los pacientes en los que el Doppler no muestre resultados concluyentes, cuando se necesitan mediciones precisas de la presión pulmonar y de la resistencia vascular pulmonar y para evaluar la respuesta a diferentes maniobras terapéuticas o diagnósticas, como el uso de vasodilatadores. LINK EJERCICIOS CLINICOS DE APLICACIÓN Biopsia pulmonar: se reserva para cuando existen dudas diagnósticas y es necesario analizar la histología pulmonar. La ecocardiografía y el cateterismo cardíaco derecho han limitado significativamente su empleo. Tratamiento El tratamiento médico de los pacientes con corazón pulmonar radica en: – El tratamiento de la causa de base de la HP (que se trata en los capítulos correspondientes). – El tratamiento de los síntomas ocasionados por la sobrecarga/disfunción del VD, que en general se superponen con los de la causa de base de la HP. Tratamiento de la sobrecarga y disfunción del ventrículo derecho Diuréticos: están indicados en los casos en que existe aumento de las presiones de llenado del VD, ya que puede mejorar la función de ambos ventrículos. No obstante, la depleción excesiva de volumen puede provocar efectos perjudiciales, ya que podría conducir a una disminución del gasto cardíaco por precarga insuficiente. Se ha sugerido que la mejor manera de evaluar el uso de los diuréticos es mediante la monitorización de los valores séricos de urea y creatinina, ya que si estos valores se mantienen estables, se puede presumir que la perfusión renal también está preservada. Los diuréticos habitualmente utilizados son los 16 Reseña general sobre etiologías individuales en los pacientes con corazón pulmonar crónico En este apartado se tratan y describen en forma sucinta las causas mayores de corazón pulmonar (Cuadro 1), con el objetivo de tener presentes los cuadros clínicos y las enfermedades que pueden culminar en el desarrollo de corazón pulmonar. Enfermedad pulmonar Enfermedad pulmonar obstructiva crónica La EPOC puede definirse como una enfermedad crónica del árbol bronquial y del parénquima pulmonar, que involucra a la bronquitis crónica y el enfisema, bloqueando en forma permanente o intermitente el flujo aéreo. 1. Enfermedad pulmonar Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Fibrosis quística Enfermedades pulmonares intersticiales 2. Trastornos de la circulación pulmonar Tromboembolia pulmonar Hipertensión pulmonar primaria Embolia tumoral Anemia drepanocítica Esquistosomiasis Enfermedad venooclusiva pulmonar 3. Enfermedades neuromusculares Esclerosis lateral amiotrófica Miastenia gravis Poliomielitis Síndrome de Guillain-Barré Lesiones de la médula espinal Parálisis diafragmática bilateral 4. Deformidades de la caja torácica Cifoescoliosis 5. Trastornos del control ventilatorio Hipoventilación central primaria Síndrome de apnea del sueño del asa (p. ej., furosemida) y los antagonistas de la aldosterona (espironolactona). Otro uso potencial está dado en los pacientes con corazón pulmonar y alcalosis metabólica, en especial en el contexto de un paciente agudo. Vasodilatadores: el uso de vasodilatadores para el manejo del corazón pulmonar se superpone con el empleo de estos fármacos para el tratamiento de la HP, el que va a depender del grupo de HP al que pertenezca cada paciente en forma individual. En el contexto del corazón pulmonar se han utilizado diferentes tipos de vasodilatadores (hidralazina, nitratos, antagonistas cálcicos [nifedipina, verapamilo] e inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina) en un intento de disminuir la presión pulmonar y, por ende, la poscarga ventricular. Si bien sus resultados pueden ser beneficiosos a corto plazo, por lo general este efecto no se mantiene a largo plazo (no suelen superar los 3 a 6 meses) e incluso pueden dar lugar al desarrollo de efectos secundarios, entre los que se incluyen la aparición de hipotensión arterial sistémica, mayor deterioro de la disfunción ventricular derecha o empeoramiento de la disnea o de la oxigenación arterial en pacientes con EPOC. Digoxina: su uso como inotrópico en el cuadro crónico es incierto. Su principal indicación se encuentra en los pacientes con fibrilación auricular. – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 Cuadro 1. Causas de corazón pulmonar La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaba para el año 2004 en 64 millones el total de afectados por este flagelo, con la muerte en el año 2005 de 3 millones de personas. En ausencia de intervención para el control de la enfermedad, esta verdadera epidemia aumentará en un 30% en los próximos 10 años. Existe un convenio marco global de la OMS para el control del tabaquismo, con 172 países que adhirieron a esta propuesta; nuestro país se hizo eco en el año 2003, pero no lo ratificó legislativamente. La Argentina es un país con elevado hábito de fumar, alrededor del 30%, aunque con alguna intención hacia su disminución. El tabaco, por su efecto sobre múltiples órganos de choque, es responsable del 15% de las muertes en personas menores de 65 años. Existen leyes en nuestro medio, por ejemplo en las provincias de Santa Fe, 17 Corazón pulmonar crónico Córdoba, Tucumán, Tierra del Fuego y Neuquén, que las declaran libres de humo. La ciudad de Buenos Aires tiene legislación imperfecta al respecto, ya que permite fumar en lugares cerrados, con la disposición de lugares aislados, “peceras” ad hoc, situación que es insuficiente. La provincia de Buenos Aires y el resto del país no mencionado están en situación de indefinición a este respecto. Por ello, hasta que lo antedicho se resuelva, la mayor parte del cuidado y prevención en relación con los efectos del tabaquismo depende de la actitud individual. Si se tiene en cuenta que la causa más frecuente de la EPOC está vinculada al hábito de fumar, las acciones preventivas deben dirigirse en este sentido, sin descuidar las situaciones laborales, ambientales y la predisposición individual. Los pacientes con tos con expectoración (conocimiento clásico) durante tres meses al año, al menos durante dos años, deben ser interpretados como pacientes con bronquitis crónica, a los que se les debe prestar la máxima atención a fin de retardar o prevenir el desarrollo de corazón pulmonar crónico. La misma dedicación debe prestarse a los enfermos con enfisema pulmonar (dilatación de los espacios aéreos distales a los bronquíolos, con destrucción de la pared alveolar). En el examen Fig. 6. Estadios de la epidemia de tabaquismo a nivel país. El estadio 1 corresponde al inicio del tabaquismo. El estadio 2 es el momento en que ocurre el pico de prevalencia de tabaquismo en los hombres. El estadio 3 muestra un aumento acentuado del tabaquismo en las mujeres. El estadio 4 es cuando disminuyen las tasas de tabaquismo, pero comienza a aumentar la de mortalidad a causa de éste. clínico estos pacientes suelen presentar roncus, sibilancias y ruidos cardíacos alejados y en la radiografía de tórax hiperaireación, cúpulas diafragmáticas aplanadas y bajas, espacios intercostales horizontalizados y tos productiva permanente. A su vez, en el ECG se observa desviación del eje a la derecha y onda “p” pulmonar. Una espirometría con un VEF1 menor del 70% es un criterio diagnóstico de EPOC para tener en cuenta. Debemos recordar que en general los cuadros son mixtos, con ambos componentes de bronquitis y efisema. En la muestra de López y cols., en 1994, la mortalidad y otras consecuencias disminuyen significativamente luego del abandono del hábito de fumar. La cardiopatía isquémica es la más precoz, mientras que en la EPOC y las neoplasias sus resultados son más tardíos (Figura 6). Fibrosis quística En nuestro país, la ley 26.279 obliga a la detección de patologías del recién nacido, entre las que se encuentra la fibrosis quística. Artículo 1º: “A todo niño/a al nacer en la República Argentina, se practican las determinaciones para la detección y posterior tratamiento de: fenilcetonuria, hipotiroidismo neonatal, fibrosis quística, galactosemia, hiperplasia suprarrenal 18 congénita, deficiencia de la biotinidasa, retinopatía del prematuro, Chagas y sífilis, siendo obligatoria en todo el país su realización y seguimiento, en todos los establecimientos públicos de gestión estatal, o de la seguridad social y privada, de la República en la que se atienden partos y recién nacidos/nacidas. Toda persona diagnosticada con anterioridad a la vigencia de esta ley, queda incluida automáticamente dentro de la población sujeta de tratamiento y seguimiento”. La fibrosis quística se produce por una alteración del canal del cloro mediado por el AMPc, conocido como regulador de la conductancia transmembrana. Esta alteración genética produce secreciones viscosas en el árbol bronquial (características de esta patología), con obstrucción de la vía aérea. Estos pacientes son proclives a las infecciones reiteradas, marcadoras del pronóstico, funcionando como una verdadera EPOC. Si no se diagnostica ni se trata precozmente, esta patología provoca la muerte de los pacientes a edades tempranas por complicaciones pulmonares. Sin embargo, con tratamiento enzimático, antibiótico y kinésico adecuado, la sobrevida puede llegar hasta los cuarenta años, aspiración vigente en el Reino Unido. En el aparato respiratorio, la fibrosis quística puede causar pansinusitis y pólipos nasales, en los pulmones y los bronquios, inflamación progresiva e infección, cuyos agentes habituales son Staphylococcus aureus, Haemophilus influenzae, Pseudomonas aeruginosa y, con frecuencia creciente, Burkholderia cepacia. Las infecciones bronquiales reiteradas por secreciones viscosas perpetúan las condiciones para su agravamiento. La combinación de la tripsina inmunorreactiva y el análisis de la mutación genética son sumamente efectivas para el diagnóstico. Indudablemente, la sospecha clínica y el antecedente familiar son jalones imprescindibles al respecto. Si bien esta enfermedad produce múltiples efectos sobre glándulas exocrinas, páncreas, sudoríparas e intestinales, las alteraciones del sistema respiratorio constituyen el objetivo de esta sinopsis. Las pruebas de función respiratoria muestran deterioro progresivo con resultados normales al inicio y desarrollo de un patrón obstructivo, luego restrictivo, e hipoxemia en estadios finales. La – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 radiografía de tórax muestra hiperinsuflación con área de retención de moco. El curso evolutivo es similar al de la EPOC, caída del peso y agravamiento progresivo de las pruebas respiratorias. El neumotórax es una complicación infrecuente, pero de suma gravedad, con una posibilidad del 5% al 8%. La hemoptisis es factible, de escasa relevancia clínica. Insuficiencia respiratoria: es el resultado final y la causa de muerte de los pacientes con fibrosis quística; muchas veces, la enfermedad progresa lentamente hasta sus etapas finales, con escasa respuesta a la asistencia respiratoria mecánica, que suele ser inefectiva. En esta etapa final, el único recurso posible paliativo es el trasplante de pulmón, con donante cadavérico, de lóbulo de donante vivo, con un 84% de sobrevida al año y un 63% a los 3 años. El tratamiento médico está basado en antibióticos, kinesioterapia respiratoria, cuidados generales con fluidificación de secreciones. El cumplimiento estricto de los planes de vacunación contribuyen al cuidado. El VEF1 es un parámetro útil para el seguimiento y puede ser un método eficaz y factible para el incremento de cuidados y selección de los pacientes para el trasplante de pulmón. Enfermedad intersticial pulmonar Se entiende por intersticio el tejido especializado, que circunda al espacio subpleural, al peribroncovascular y a la zona de epitelio alveolar; en sí, prácticamente, el parénquima pulmonar. La enfermedad intersticial pulmonar comprende un grupo heterogéneo de trastornos de localización en las vías aéreas inferiores (en especial, alvéolos e intersticios) que pueden estudiarse en una unidad grupal con características clínicas, fisiopatológicas, radiológicas y rasgos histológicos comunes. En su mayoría son patologías inflamatorias, habitualmente crónicas, con abundantes células inflamatorias y efectores inmunes, tanto en los alvéolos como en el tejido intersticial. Independientemente de sus causas, producen alveolitis, con compromiso de alvéolos y capilares, que progresa a fibrosis ya en su fase irreversible. Clasificación clínica de la enfermedad intersticial: dentro de las causas de las enfer- Corazón pulmonar crónico medades intersticiales del pulmón (Cuadro 2) merecen especial mención las colagenopatías, como el lupus y la esclerodermia, y los medicamentos, como los antineoplásicos y la amiodarona. Muchos otros medicamentos de uso habitual en nuestra especialidad, en individuos susceptibles, pueden provocar reacciones patológicas, como los inhibidores de enzima convertidora, los betabloqueantes, la clortalidona, las tiazidas, la hidralazina, la alfametildopa y la quinidina. La enfermedad suele presentarse entre los 40 y los 60 años, con más frecuencia en hombres. El cuadro clínico puede ser de comienzo insidioso o rápidamente progresivo, con disnea de esfuerzo y tos seca no productiva. En estados avanzados, Neumonías intersticiales idiopáticas • Fibrosis pulmonar idiopática • Neumonía intersticial aguda • Neumonía intersticial no específica • Bronquiolitis respiratoria con enfermedad pulmonar intersticial • Neumonía intersticial descamativa • Neumonía organizada criptogenética • Neumonía intersticial linfocítica De causa conocida o asociadas • Asociadas con enfermedades del colágeno • Causadas por polvos inorgánicos (neumoconiosis) • Inducidas por fármacos y radioterapia • Causadas por polvos orgánicos (alveolitis alérgicas extrínsecas) • Asociadas con enfermedades hereditarias (enfermedad de Hermansky-Pudlak, etc.) Primarias o asociadas con otros procesos no bien definidos • Sarcoidosis • Proteinosis alveolar • Microlitiasis alveolar • Linfangioleiomiomatosis • Eosinofilias pulmonares • Histiocitosis X (granulomatosis de células de Langerhans) • Amiloidosis • Otras enfermedades pulmonares intersticiales Cuadro 2. Clasificación de las enfermedades pulmonares intersticiales 19 los pacientes suelen presentar dedos en palillo de tambor, cianosis y hallazgos clínicos de HP y corazón pulmonar crónico. En la auscultación pulmonar en ocasiones suelen detectarse estertores secos en las bases que se denominan de “tipo velcro”, dado que al oído suenan como cuando uno despega este material. Datos de laboratorio: la eritrosedimentación se encuentra elevada, mayor de 50 milímetros en la primera hora, así como la proteína C reactiva. Según la etiología sospechada, deben dosarse el factor reumatoideo, el título de anticuerpos antinucleares, factores del complemento, crioaglutininas e inmunocomplejos circulantes. A su vez, se recomienda solicitar serología para HIV. El proteinograma electroforético también puede aportar información de utilidad en las bandas de las gammaglobulinas. El estudio de la función pulmonar suele presentar características restrictivas, descenso de la PO2, y disminución de la capacidad de difusión del monóxido de carbono (DlCO) como indicador precoz de enfermedad intersticial. Por su parte, la radiografía de tórax suele mostrar patrones reticulares, o reticulonodulares, a veces en finas líneas, con predominio basal bilateral; el patrón reticular puede circunscribir espacios hiperclaros conformando la imagen en panal de abejas. La tomografía de alta resolución es el estudio por imagen de elección que muestra en forma más precisa las opacidades reticulares. El lavado broncoalveolar y la biopsia podrían ser útiles a fin de completar el diagnóstico cuando el caso así lo requiera. Tratamiento: la base del tratamiento está dirigida a paliar la inflamación, para lo cual los corticoides están presentes en la mayoría de los casos. Si se trata de una enfermedad autoinmune, los inmunodepresores son la indicación; en estados avanzados, esta enfermedad se presenta como corazón pulmonar crónico, que puede progresar a la insuficiencia respiratoria y requerir trasplante de pulmón. Estos pacientes, especialmente los de larga evolución, requieren cuidados clínicos especializados, kinesiológicos, de enfermería y antibioticoterapia para las infecciones respiratorias, que 20 se presentan como intercurrencia respiratoria en ciertas frecuencias. Las internaciones reiteradas muchas veces constituyen un recurso habitual. Trastornos de la circulación pulmonar Hipertensión pulmonar crónica por tromboembolia La hipertensión crónica por tromboembolia se define como la presión arterial pulmonar media igual o mayor de 25 mm Hg, que se presenta seis meses después de una embolia pulmonar diagnosticada. Esto puede ocurrir en un 2% a un 4% de los pacientes, luego del cuadro clínico mencionado. La enfermedad no está relacionada necesariamente con la tromboembolia pulmonar a repetición. El estudio de la evolución natural de esta enfermedad se ha visto dificultado debido a la existencia de un subgrupo de pacientes con tromboembolia pulmonar oculta, sin manifestación del cuadro clínico, cuyo diagnóstico por lo habitual es retrospectivo. Como cardiólogos clínicos, el contacto con esta entidad suele ser tardío, cuando se presenta ya como HP instalada, o corazón pulmonar crónico, que obliga a realizar los diagnósticos diferenciales entre las causas de HP (HP crónica por tromboembolia), lo cual suele ser dificultoso si no se piensa deliberadamente. Este grupo de pacientes presenta un largo período asintomático luego del episodio tromboembólico agudo; a consecuencia de la HP pueden presentar disnea, hipoxemia y falla ventricular derecha como parte del corazón pulmonar crónico. El riesgo de desarrollar este cuadro clínico está condicionado por factores predisponentes personales (asociados con el cuadro de tromboembolia), como trombofilia, predisposición genética, neoplasias, etc. El tratamiento trombolítico que se realiza para la embolia pulmonar masiva reduce la frecuencia de HP crónica por tromboembolia. Es de interés mencionar que el tratamiento trombolítico puede aplicarse hasta dos semanas después del evento agudo y aun así presentar poder terapéutico. Fisiopatología: Moser y Branwaldt, en 1973, detectaron que los vasos distales a la zona de la endarterectomía eran normales, pero en los vasos – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 que no correspondían a los segmentos tratados las anomalías de los pequeños vasos eran similares a los de la HP idiopática, caracterizadas por arteriopatía del pequeño vaso con hipertrofia de la íntima, trombosis in situ y enfermedad plexógena. El análisis de la paradoja sugiere que, por diferentes motivos, el cuadro tromboembólico puede generar mecanismos neuroendocrinos multifactoriales mediante potentes vasoconstrictores capaces de disparar cambios microvasculares más allá del vaso afectado por la trombosis. Presentación clínica: estos pacientes pueden presentar una constelación de síntomas, que incluyen intolerancia al ejercicio, fatiga, disnea, síncope, hemoptisis y cefaleas intensas. El diagnóstico se retarda o dificulta en muchos casos porque pueden no presentar el antecedente tromboembólico y la sintomatología suele ser inespecífica. Una vez que la HP está constituida, la semiología es la que corresponde a este cuadro clínico. La prueba de la marcha de 6 minutos con distancias recorridas cortas y desaturación durante ella orienta al diagnóstico y ayuda a determinar la magnitud de la enfermedad. Diagnóstico: el antecedente de tromboembolia y la presencia de HP acercan a la sospecha diagnóstica. Permiten así comenzar una batería de estudios para la certificación del diagnóstico. La evidencia de múltiples defectos bilaterales de perfusión/ventilación en un centellograma, así como el hallazgo de trombosis en una angiotomografía de tórax, sugieren el diagnóstico de la enfermedad. La medición de la presión pulmonar elevada en el ecocardiograma Doppler, como también en estudios angiográficos, si se realizan, constituye un parámetro fundamental, no sólo para el diagnóstico, sino también para la evaluación de posibilidades terapéuticas. Tratamiento: el tratamiento para la HP crónica por tromboembolia es la tromboendarterectomía, que consiste en la resección quirúrgica de los trombos murales. La anticoagulación se reserva para los casos que no mejoran después de la cirugía o los inoperables. El procedimiento quirúrgico debe realizarse en servicios que cuenten con experiencia y observen rigurosamente la presencia de contraindicaciones para efectuarlo. 21 Corazón pulmonar crónico En condiciones favorables, la mortalidad a los 30 días es del 5% y se duplica en situaciones menos propicias al 10%. La angioplastia pulmonar por balón es un recurso que se reserva para algunos pacientes seleccionados como inoperables o con enfermedad distal inasequible al tratamiento quirúrgico. Otros pacientes probables para esta terapéutica son aquellos que no revierten su HP luego de la tromboendarterectomía. Tratamiento médico: una cantidad importante de pacientes reciben anticoagulación. Por su parte, los antagonistas de los receptores de la endotelina (como el bosentán) podrían ser una opción terapéutica útil. Los inhibidores de la fosfodiesterasa (como el sildenafil), por su facilidad operativa y su respuesta vasodilatadora, deben tenerse en cuenta. Los análogos de las prostaciclinas (epoprostenol o triposmil) son terapéuticas a evaluar. LINK CONFERENCIA “HIPERTENSIÓN PULMONAR TROMBOEMBÓLICA CRÓNICA” Hipertensión pulmonar primaria La HP primaria es una afección infrecuente (2 casos por millón de habitantes por año), progresiva, de evolución fatal, con escasas terapéuticas efectivas (una de ellas es el trasplante de pulmón). Suele presentarse entre la tercera y la cuarta décadas de la vida, con más frecuencia en el sexo femenino. Se define como una elevación de la presión pulmonar media, igual o mayor de 25 mm Hg en reposo y/o 30 mm Hg en ejercicio, sin causa obviamente demostrable de otra patología que la justifique. En su patogenia se encuentra la lesión endotelial por vasoconstricción pulmonar, la trombosis in situ y la patente anatomopatológica de enfermedad plexógena (no patognomónica). En este capítulo sólo se tratan algunos aspectos relevantes que no pueden obviarse cuando nos encontramos ante estos pacientes. Se debe recomendar la actividad física, si bien en forma moderada, debido a que el desacondicionamiento muscular periférico agrava la sintomatología. La exposición a la altitud genera más hipoxemia con incremento de la presión pulmonar y los anticonceptivos orales y el embarazo deben contraindicarse formalmente, por lo que el método anticonceptivo debe discutirse ampliamente con la paciente. Deben evitarse los procedimientos invasivos y anestésicos, e incluso el cateterismo cardíaco, reservado sólo para los casos imprescindibles. En cuanto al tratamiento médico, existen diferentes herramientas, como la oxigenoterapia, en especial nocturna, cuando exista desaturación o PO2 menor de 70 mm Hg, y anticoagulación. Se deben considerar la utilización de sildenafil y drogas de mayor complejidad en pacientes seleccionados. El trasplante de pulmón queda limitado para pacientes en estadios terminales y refractarios al tratamiento de la patología. LINK CAPÍTULO “HIPERTENSIÓN PULMONAR CRÓNICA” Compromiso tumoral del pulmón El compromiso tumoral de pulmón es causado por neoplasias primarias del pulmón o secundarias. Cualquier neoplasia, o al menos la mayoría de ellas, por su capacidad de diseminarse por vía linfática o hematógena, puede terminar asentándose en el parénquima pulmonar. Su evolución puede ser asintomática y ser un hallazgo de autopsia, o manifestarse con un corazón pulmonar agudo, subagudo y, si el tiempo lo permite, con un corazón pulmonar crónico. Muchas veces la dificultad respiratoria está causada por extensos derrames pleurales, que pueden deberse a compromiso metastásico de la serosa. Dentro de las neoplasias más frecuentes que pueden asentarse en forma secundaria en el pulmón se encuentran el cáncer de vejiga, de mama, de colon, renal, los neuroblastomas, el cáncer de próstata y los sarcomas. El cuadro clínico puede caracterizarse por expectoración hemoptoica, dolor torácico, tos y/o dificultad respiratoria. Los hallazgos en el examen físico son variados. La pérdida de peso es la regla. Los métodos disponibles en nuestra práctica clínica para el diagnóstico son la radiografía de tórax y diferentes técnicas tomográficas. El ecocardiograma puede poner en evidencia derrame pericárdico e informar sobre la función ventricular, útil como diagnóstico diferencial, dado que los cuadros metastásicos pulmonares pueden presentar similitudes con la insuficiencia cardíaca. Quedan fuera del alcance de este capítulo los recursos con que cuenta la neumonología para el diagnóstico, propios de los especialistas. 22 Anemia de células falciformes o drepanocitosis La anemia de las células falciformes es una hemoglobinopatía de origen genético, por sustitución de un aminoácido, que determina una disminución de la tensión de oxígeno que obliga al eritrocito a deformarse, adquiriendo forma de una hoz (hemoglobina S). Esta forma de los eritrocitos determina la dificultad en la circulación con la consecuente posibilidad de obstrucción en vasos sanguíneos pequeños. Estos glóbulos rojos (drepanocíticos) tienen una vida media corta, cuya consecuencia es la anemia. En los Estados Unidos, la prevalencia es de 1/5.000 y en el África subsahariana llega hasta un 25%. El diagnóstico se basa en la identificación de la hemoglobina S en la electroforesis. Dado que se presenta con frecuencia en niños y jóvenes, puede haber retraso del crecimiento. Las crisis oclusivas de los vasos pueden objetivarse en cualquier órgano y tejido de la economía, por lo cual tienen multiplicidad de manifestaciones clínicas, entre ellas la oclusión de los vasos pulmonares, capaz de producir HP y su consecuencia, el corazón pulmonar. Esquistosomiasis La esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria, producida por gusanos platelmintos, subclasificados como trematodos. Es típica de países en vías de desarrollo, común en regiones de África y el Caribe; en nuestro país se puede encontrar en la zona de Corrientes, Misiones y Formosa. En nuestro medio, Schistosoma mansoni es la variedad habitual de parásito causante. Según la OMS, hay más de 120.000.000 de afectados en el mundo; los niños de entre 12 y 13 años son los más aquejados y diseminadores. La puerta de salida es el ano y la entrada es la piel. Se contagia por andar descalzo en lagunas y esteros, donde el esquistosoma se encuentra diseminado. Los huevos del parásito, al diseminarse entre los órganos, producen granulomas con gran respuesta inflamatoria y daño de los órganos en los que se deposita. En el aparato cardiopulmonar, la reacción inflamatoria produce roturas alveolares y reacciones inflamatorias intersticiales. La suma de las manifestaciones patológicas pueden desencadenar HP y evolucionar a corazón pulmonar – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 crónico. La sospecha clínica en pacientes de zona endémica es capital para la orientación diagnóstica. El hallazgo de huevos en heces u orina (a veces con el auxilio de técnicas especiales) facilita el diagnóstico. El corazón pulmonar crónico por esquistosomiasis representa una etapa avanzada de la enfermedad que se produce en adultos mayores de zonas endémicas. Enfermedad venooclusiva pulmonar La enfermedad venooclusiva pulmonar (EVOP) se caracteriza por una obstrucción poscapilar en las venas pulmonares, que causa congestión pulmonar (como la estenosis mitral). La disnea progresiva es la regla en los pacientes afectados y culmina con falla ventricular derecha. La afección ocurre a cualquier edad, desde los días de vida a los 68 años, aunque la mayoría de los casos comunicados son menores de 50 años. La evolución natural se desconoce; se ha asociado con compromiso inflamatorio sistémico, incluidas las infecciones, quimioterapia, enfermedades autoinmunes y neoplasias malignas. Se han descripto formas familiares. La EVOP es una patología multifactorial, presumiblemente con causas predisponentes y desencadenantes, como lo muestra su aparición luego del trasplante de células madre hematopoyéticas en leucemias avanzadas. La EVOP es un raro modelo de disfunción endotelial. Se clasifica como una variante infrecuente de la HP primaria y, por ende, excepcional como causa de corazón pulmonar crónico. Llevando el tema a la práctica habitual, hemos tenido la oportunidad de diagnosticar clínicamente un caso (confirmado luego con biopsia de pulmón). La sospecha clínica se basó en una telerradiografía de pulmón, típica de hipertensión venocapilar, y su expresión fue un edema intersticial pronunciado, indistinguible de una estenosis mitral grave, con una silueta cardíaca que no evidenciaba cuarto arco. El ecocardiograma descartó la patología de la válvula mitral, como también enfermedades de la aurícula izquierda, con lo cual era factible pensar que el lugar de la obstrucción podría asentarse en las venas pulmonares, como posteriormente se confirmó. La anatomía patológica de la EVOP se caracteriza por fibrosis intimal, Corazón pulmonar crónico que compromete las venas y las vénulas, y puede afectar el sistema venoso pulmonar en cualquier lugar. El parénquima pulmonar presenta edema intersticial y puede observarse además fibrosis pulmonar. Puede presentarse hemosiderosis. La infiltración linfocítica del intersticio pulmonar puede conducir a la fibrosis. La tomografía de tórax y el estudio de ventilación/perfusión pueden aportar información orientadora hacia esta patología. La sospecha clínica basada en el examen semiológico y los antecedentes son las bases del diagnóstico. Enfermedades neuromusculares En este grupo de patologías no están comprometidos el parénquima pulmonar ni la circulación, sino que la enfermedad primaria se asienta en células nerviosas y/o músculos. Esclerosis lateral amiotrófica La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad degenerativa que se asienta especialmente en regiones del sistema neuromuscular y ataca un tipo de células especiales denominadas motoneuronas, cuyo funcionamiento disminuye gradualmente o mueren, lo cual provoca parálisis muscular progresiva. Su pronóstico es ominoso. Con la disminución y muerte de las motoneuronas, los músculos dependientes de ellas se atrofian paulatinamente por falta del estímulo neuronal, lo cual produce el cese de su función. Para el tema que nos ocupa, el compromiso de los músculos de la caja torácica y los abdominales provoca insuficiencia respiratoria, con compromiso circulatorio e hipoxia, que son sus consecuencias. La neumonía aspirativa es una complicación frecuente, secundaria a la disfagia que suele presentar. La ELA afecta a adultos de entre 40 y 70 años, con una predilección de 3 hombres por cada mujer afectada. En España, que dispone de datos al respecto, se diagnostican 900 casos nuevos por año, con una población de 4.000 enfermos, con una prevalencia de 2 casos cada 100.000 habitantes. El diagnóstico se basa en el examen clínico de los músculos espásticos e hiperreflexia; el electromiograma y la resonancia brindan parámetros de importancia diagnóstica. El tratamiento incluye 23 recursos que mejoran la evolución, que abarcan desde gestos farmacológicos a sofisticados ejercicios de rehabilitación física. La cognición no se ve comprometida, como tampoco el movimiento de los ojos, y se conservan intactos los esfínteres y la actividad sexual. El físico Stephen Hawking es un desafortunado portador de esta catastrófica enfermedad, que no le impidió su brillante carrera. Miastenia gravis La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune que actúa sobre la placa neuromuscular impidiendo la transmisión del impulso nervioso a los músculos. El mediador de esta transmisión es la acetilcolina; en la miastenia, los anticuerpos bloquean o alteran o destruyen los receptores de acetilcolina en la membrana postsináptica, lo que dificulta o impide el funcionamiento de los músculos. El término “gravis” ha perdido vigencia debido al avance terapéutico, que ha permitido el control de la enfermedad, si bien no es curable en forma definitiva. Cuando la enfermedad es grave y fuera de control, el daño de los músculos respiratorios puede causar hipoventilación grave y conducir al corazón pulmonar crónico, una situación infrecuente en la actualidad. Su sintomatología más común incluye falla de fuerza muscular, caída de los párpados, diplopía (por compromiso de los músculos oculares), disfagia y dificultad respiratoria. En ocasiones puede manifestarse por disartria debido al compromiso de las cuerdas vocales (pesquisa a veces interesante en escolares). Los fármacos anticolinérgicos son los que inhiben las colinesterasa, enzima que degrada la acetilcolina. El más utilizado es el bromuro de piridostigmina, que tiene la ventaja de su administración oral. Otros recursos son los inmunosupresores, los corticoides y la timectomía. La plasmaféresis puede ser útil en la crisis sistémica grave, que en general presenta insuficiencia respiratoria, en la que la plasmaféresis revierte rápidamente la sintomatología. Poliomielitis La poliomielitis es una enfermedad infecciosa de etiología viral (poliovirus) que ataca y destruye las neuronas motoras de la médula y el encéfalo; 24 en general afecta a niños y adolescentes (de ahí su denominación de parálisis infantil), generando parálisis fláccida. En áreas de vacunación correcta la enfermedad se ha erradicado. Si bien en el 95% de los casos la enfermedad es asintomática y evoluciona como un resfriado común o un cuadro gripal, en su forma clínica paralítica se presenta con fiebre de 5 a 7 días antes, luego dolor muscular y atrofia por parálisis fláccida, que puede comprometer la deglución y los músculos respiratorios, con sus esperadas consecuencias graves, en ocasiones de insuficiencia respiratoria y muerte. La atrofia muscular es definitiva; en ocasiones se observan deformidades torácicas con el consecuente enfisema toracógeno que se suma a la invalidez de la parálisis fláccida. Síndrome de Guillain-Barré Es una enfermedad neurológica desmielinizante autoinmune y en general gatillada por una enfermedad viral. Los anticuerpos en cuestión generan desmielinización de los axones, por lo cual los nervios no pueden enviar señales eficaces a los músculos de las órdenes generadas en el encéfalo, como tampoco es adecuada la recepción sensorial. El resultado es la incapacidad de sentir calor, dolor y otras sensaciones, además de parálisis, que es progresiva de varios grupos musculares. La sintomatología es simétrica, con debilidad muscular progresiva y ausencia de reflejos; dado que el cuadro clínico es ascendente, puede comprometer los músculos respiratorios con la consecuente insuficiencia ventilatoria y requerir ventilación mecánica. La plasmaféresis asociada con dosis altas de inmunoglobulinas es una posibilidad eficaz. Lesiones de la médula espinal Las consecuencias de las lesiones de la médula espinal son una pérdida o disminución de la sensibilidad y los movimientos y actividad vegetativa, acorde con los segmentos afectados. Sus causas más frecuentes son los traumas por accidentes de rodados, caídas, disparos de armas de fuego y ciertas enfermedades, como poliomielitis, espina bífida, tumores primarios o metastásicos y osteítis hipertrófica de columna, entre otras. Con – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 dependencia de los segmentos afectados, haremos referencia a las lesiones que afectan a las cervicales I y II (atlas y axis) con el consiguiente riesgo de compromiso respiratorio, que en ocasiones requiere respiración asistida. Si estas situaciones se cronifican y no se tratan adecuadamente, pueden conducir a la hipoventilación y a la HP. Parálisis diafragmática La parálisis diafragmática es la pérdida de la movilidad total o parcial unilateral o bilateral de las cúpulas diafragmáticas. El diafragma, músculo respiratorio por excelencia, se encuentra interpuesto entre la cavidad abdominal y la torácica, insertándose posteriormente a nivel de las vértebras dorsolumbares, y en su porción anterior con los arcos costales y el esternón. Centralmente presenta aberturas que permiten el paso de la aorta, el esófago y las venas cavas. En condiciones normales desciende con la inspiración y se eleva con la espiración, movilizando la masa de aire de los pulmones en los sentidos mencionados, constituyéndose en una prensa capital para la dinámica respiratoria. Se encuentra inervado por el nervio frénico, ramo sensitivomotor que inerva el diafragma y en forma sensitiva el pericardio y las pleuras mediastínicas. El nervio frénico se origina en el plexo cervical C4, con suplementos en C3 y C5, pasa por el músculo escaleno anterior en dirección caudal; el frénico derecho transcurre junto al tronco braquiocefálico (venosos y vena cava superior) y el izquierdo cruza la vena subclavia, el nervio vago y alcanza el mediastino anterior y toma al diafragma entre el pericardio y la pleura. Este recordatorio permite entender las patologías que pueden afectarlo e interferir en su dinámica. El diagnóstico se realiza por radiografía de tórax, que muestra elevación de una cúpula o cúpulas, y se certifica por radioscopia. El estudio de los volúmenes pulmonares aporta información a través de un método simple, que es la medición de la capacidad vital en la posición sentado, que cae significativamente en el decúbito; el VEF1 se encuentra significativamente comprometido. En las unicupulares sus causas pueden ser tumores, como las neoplasias de pulmón, la cirugía torácica e idiopáticas; asimismo, pueden ser abdominales 25 Corazón pulmonar crónico como el absceso subfrénico hepático; las bicupulares habitualmente son resorte de la neurología, como las mielitis, el herpes zóster, la poliomielitis y la ELA; los traumatismos torácicos vinculados a accidentes también pueden ser responsables. La compresión del nervio frénico por aneurismas de la aorta y bocios nodulares pueden estar presentes; las neumonías y los grandes derrames pleurales pueden afectar significativamente el diafragma. El tratamiento se reserva para las bicupulares, ya que si no resuelven pueden conducir a hipoventilación e HP. Deformidades torácicas Cifoescoliosis Durante la etapa de crecimiento, el niño y el adolescente pueden sufrir desplazamientos óseos que llevan a una curvatura anormal de la columna, que deriva en una variedad de problemas no sólo referidos al sistema osteoarticular. Si la escoliosis no es advertida y tratada (cuando es importante), las costillas de un lado se juntan y del otro se separan, con la consiguiente alteración de la dinámica respiratoria, que deriva en un compromiso restrictivo torácico. Al igual que en la EPOC por enfisema, puede llevar a la hipoventilación alveolar e HP. Trastornos ventilatorios Hipoventilación central primaria La hipoventilación alveolar primaria es un trastorno congénito infrecuente de causa desconocida, en el que el individuo no controla la cantidad adecuada de respiraciones por minuto, sin patología estructural del árbol respiratorio. Estos pacientes tienen una percepción inadecuada de los niveles de CO2 y oxígeno. Es más frecuente en hombres de entre 20 y 50 años, y aún más jóvenes; sus síntomas empeoran con el sueño, en forma similar a la apnea del sueño. Apnea del sueño Los síndromes de apnea del sueño son un grupo de trastornos potencialmente graves, en los cuales la respiración se detiene repetidamente durante la fase onírica, produciendo disminución de oxígeno y aumento de CO2 en la sangre, con sus obvias consecuencias. El subtipo de apnea del sueño de observación más frecuente es la apnea obstructiva en pacientes obesos, roncadores y a veces con despertares tórpidos. Presentan las características del mal dormir, con somnolencia diurna e incluso la consecuente implicación accidentológica. Estos pacientes son proclives a presentar hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y muerte súbita. Cuando no son tratados correctamente, la HP puede ser una consecuencia y evolucionar al corazón pulmonar crónico. La asociación con hipotiroidismo no es infrecuente y es una causa de agravamiento del cuadro clínico. La polisomnografía es un estudio obligatorio en este tipo de pacientes. En cuanto al tratamiento, son útiles todas las medidas higiénico-dietéticas destinadas al control de las concausas, y la CPAP es obligatoria, con muy buenos resultados. LINK CAPÍTULOS “MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO DE LOS TRASTORNOS RESPIRATORIOS DURANTE EL SUEÑO” y “EPIDEMIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA DE LA APNEA DEL SUEÑO E IMPACTO CARDIOVASCULAR” Conclusión ___________ El corazón pulmonar crónico es un síndrome que se produce como consecuencia de patologías múltiples. Es poco factible tenerlas permanentemente presentes a todas. Lo cierto es que este tipo de pacientes suelen ser vistos en el contexto de la consulta cardiológica, por lo que es resorte del cardiólogo encarar el diagnóstico etiológico diferencial y las opciones terapéuticas disponibles. Muchas de las causas del corazón pulmonar crónico, si no se piensan, quedan inmersas en un cúmulo que las torna difíciles de objetivar. Bibliografía ___________ – – Archer L, Weir K, Wilkins M. Basic science of pulmonary new concepts and experimental therapies. Circulation 2010;121:2045-66. Badano L, Ginghina C, Easaw J, Muraru D, Grillo M, Lancellotti P, et al. Right ventricle in pulmonary arterial hypertension: haemodynamics, structural changes, imaging, and proposal of a study protocol aimed to assess remodelling and treatment effects. Eur J Echocardiogr 2010;11:27-37. 26 – – – – – – – – – – – Módulo 7 – Fascículo Nº 1 – 2011 Bouzas B. Ventrículo derecho pulmonar y sistémico. Rev Esp Cardiol 2009;9(Supl):23E-29E. Buckberg G. Basic science review: The helix and the heart. J Thorac Cardiovasc Surg 2002;124:863-83. Dias CA, Assad RS, Caneo LF, Abduch MC, Aiello VD, Dias AR. Reversible pulmonary trunk banding. II: an experimental model for rapid pulmonary ventricular hypertrophy. 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