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IPF-04_M1AA1L2_Nace Versión: Septiembre de 2012 Revisor: Luis Silva Arriaga ¿Cómo nace la filosofía? Por Luis Silva Arriaga En todos los pueblos de la antigüedad hay evidencias de una preocupación por definir e interpretar el mundo, de saber qué es y cómo debe ser el hombre, de cómo debe ordenarse la vida social. Previo a esto, el hombre tuvo que tener conciencia de quién era y cuál era su posición en el mundo. Quizá en este momento es cuando nace la filosofía, es decir, cuando el hombre adquiere la capacidad de reflexionar. ¡La filosofía no tiene fecha de nacimiento! ¿Cuándo vamos a hacerle su pastel? Se pueden nombrar tres momentos humanos sobre el origen de la filosofía: • • • La muerte. Cuando el hombre primitivo se dio cuenta de que plantas, animales y él mismo podía morir, surge la pregunta: ¿hay La filosofía nos ayuda a vida después de la muerte? cuestionarnos sobre La risa. Cuenta la historia que Tales, un científico de la ciudad de nuestras capacidades y Mileto, estaba caminando por el campo abstraído en la limitaciones. contemplación de las estrellas. Una mujer estaba observando cómo él se dirigía a una zanja. Cuando Tales cae en la ella, la mujer se carcajea a más no poder. La admiración. Dice Aristóteles que los hombres empezaron a conocer porque se admiraban y al hacerlo reconocían su ignorancia. De la muerte La sabiduría popular dice ʻEn la vida solo hay dos cosas seguras: pagar impuestos y la muerteʼ. Esta sentencia refleja que todas las culturas tienen un concepto de vida y muerte. Por convivencia, el hombre aprendió a establecer lazos afectivos entre sus compañeros de grupo, pero nada es eterno, ni la vida, ni la familia, ni amigos. De igual modo, al tener conciencia de sí mismo supo que podía perecer al igual que las plantas y animales porque su vida era frágil. Con la muerte todo se termina. Se puede luchar ante un problema, ante una enfermedad o un enemigo peligroso. Pero a la hora de la muerte, poco se puede hacer. Por ejemplo, si en una batalla, en un ataque de una fiera salvaje o en un accidente se perdía a un ser querido, el hombre primitivo se preguntó si había algo más después de la muerte. 1 ©UVEG. Derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida, modificada, distribuida, ni transmitida, parcial o totalmente, mediante cualquier medio, método o sistema impreso, electrónico, magnético, incluyendo el fotocopiado, la fotografía, la grabación o un sistema de recuperación de la información, sin la autorización por escrito de la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato. IPF-04_M1AA1L2_Nace Versión: Septiembre de 2012 Revisor: Luis Silva Arriaga Los enterramientos encontrados a lo largo del mundo ponen de manifiesto la inquietud por la posibilidad de una vida después de la muerte. La filosofía tuvo un lugar decisivo en el momento de la muerte de un ser humano, pues surgió la inquietud por la permanencia o no del alma. De la risa Cuenta la historia que un tal Tales, agricultor y científico, que vivía en la ciudad de Mileto, caminaba una noche viendo las estrellas, en su contemplación no se dio cuenta de que se dirigía hacia una zanja. Una mujer que lo miraba de cerca se percató de lo que iba a suceder. La filosofía trata de la reflexión y del estudio de las cosas cotidianas. Posiblemente él ya sabía de la zanja, así que espero a que sucediera lo inevitable. Así que, en el momento en que Tales cae, la mujer suelta la carcajada. La mujer se dirigió a Tales preguntándole ¿cómo se atrevía a conocer los misterios del universo si no sabía por dónde caminaba? La filosofía nace así. De una sonrisa ante la capacidad de admiración del ser humano ante aquello que no conoce y no sabe qué es. Los filósofos no pierden el piso, se dan cuenta de dónde están parados y cuál es su papel en el mundo. Además, deben aprender a sonreír a la vida, a la naturaleza y a sus semejantes. Si el filósofo es amigo de la sabiduría, no puede ser enemigo del hombre porque el hombre es quien genera el conocimiento. De la admiración ¿De qué nos admiramos los hombres del siglo XXI? Posiblemente de la camionetota que trae el amigo de mi primo, del nuevo celular que toma video y reproduce canciones, o de la última fiesta en casa del vecino. Yo me admiro de las capacidades que tengo como ser humano. En el caso de la filosofía, el asunto de la admiración es más profundo y delicado. Esta disciplina nos invita a volver a ser como niños y a maravillarnos sobre todo aquello que encontramos a nuestro paso. Platón decía que la admiración es el estado particular del filósofo y el principio de la filosofía. Por su parte, su alumno Aristóteles, en su libro de la metafísica, afirmó: 2 ©UVEG. Derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida, modificada, distribuida, ni transmitida, parcial o totalmente, mediante cualquier medio, método o sistema impreso, electrónico, magnético, incluyendo el fotocopiado, la fotografía, la grabación o un sistema de recuperación de la información, sin la autorización por escrito de la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato. IPF-04_M1AA1L2_Nace Versión: Septiembre de 2012 Revisor: Luis Silva Arriaga Lo que en un principio movió a los hombres a hacer las primeras indagaciones filosóficas fue, como lo es hoy, la admiración. Entre los objetos que admiraban y de que no podían darse razón, se aplicaron primero a los que estaban a su alcance; después, avanzando paso a paso, quisieron explicar los más grandes fenómenos; por ejemplo, las diversas fases de la Luna, el curso del Sol y de los astros y, por último, la formación del Universo. Ir en busca de una explicación y admirarse, es reconocer que se ignora (Aristóteles, 2009, Libro 1, Apartado 2, párr. 4). En realidad, la filosofía nace del cuestionamiento profundo sobre la realidad física y humana, pues al no contar con todas las respuestas, el hombre se da cuenta de que es ignorante y limitado. Referencia Aristóteles. (1999). Metafísica, Libro I. Alicante, España: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. [Versión en línea]. Recuperada de http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/1226062088011595 3087846/p0000001.htm#I_2_ 3 ©UVEG. Derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida, modificada, distribuida, ni transmitida, parcial o totalmente, mediante cualquier medio, método o sistema impreso, electrónico, magnético, incluyendo el fotocopiado, la fotografía, la grabación o un sistema de recuperación de la información, sin la autorización por escrito de la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato.