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sumario AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 45-50 ORIGINAL ¿Qué es una estenosis grave de la arteria renal? Implicaciones para el tratamiento Geza Simon Actualmente se están diagnosticando con mayor frecuencia en ancianos enfermedades renovasculares debidas a estenosis aterosclerótica progresiva de la arteria renal. No está claro con qué grado de estenosis de la arteria renal debe recomendarse el tratamiento. Para contestar a esta pregunta se determinó la activación unilateral o bilateral del sistema reninaangiotensina o su ausencia, mediante medidas de la renina de la vena renal estimulada por captopril en 49 pacientes hipertensos de 63 años, con función renal normal o cercana a lo normal (concentración de creatinina sérica ≤ 2,0 mg/dl) y la información se comparó con la valoración radiográfica del grado de estenosis de la arteria renal. Con pocas excepciones, se asoció la hipersecreción unilateral o bilateral de renina con un 80% o más de reducción de diámetro del lumen de la arteria renal. Por el contrario, la secreción normal o la supresión de la producción de renina en el riñón contralateral de un riñón isquémico se asoció con un calibre normal de la arteria renal o con una estenosis de la arteria renal menor del 80%. Estos resultados indican que una estenosis de la arteria renal menor del 80% debe controlarse, pero no tratarse, debido a que no debe esperarse una mejoría de la función renal y de la hipertensión a menos que el sistema reninaangiotensina se active en el riñón afectado. La renoprotección por medio de una intervención precoz es incierta, debido a que la progresión de la estenosis de la arteria renal es imprevisible. Los valores normales de la renina de la vena renal estimulada por captopril de pacientes hipertensos obvian la necesidad de realizar un trabajo de investigación mayor o de comenzar el tratamiento de la enfermedad renovascular. Am J Hypertens 2000; 13: 1189-93. L magnética, que facilitan el diagnóstico de las enfermedades renovasculares. Entre los pacientes que se someten a evaluación por hipertensión o insuficiencia renal no explicada se está diagnosticando hoy día un número mayor de estenosis de la arteria renal, que oscila del 50% al 100% (oclusión completa) del diámetro luminal. Muchos de estos pacientes serán tratados con angioplastia intraluminal con o sin stent, sin pruebas de que la lesión observada sea hemodinámicamente significativa y sin seguridad de que la intervención reducirá la hipertensión o mejorará y protegerá la función renal5-9. Definimos como hemodinámicamente significativa o estenosis grave de la arteria renal una lesión suficientemente importante como para reducir de forma crónica el flujo sanguíneo renal y activar el sistema reninaangiotensina (SRA)10. En investigaciones preliminares clínicas y experimentales se ha demostrado que la estenosis arterial a estenosis aterosclerótica progresiva de la arteria renal, denominada enfermedad renovascular o nefropatía isquémica es una causa importante de enfermedades renales terminales en ancianos1,2. Se estima que, aproximadamente, el 15% de los pacientes que participan en programas de hemodiálisis crónica tienen una enfermedad renovascular como principal causa de la insuficiencia renal2-4. En personas muy mayores, esta cifra puede ser más alta. Con un diagnóstico precoz y una reparación quirúrgica satisfactoria o angioplastia intraluminal y stent, la insuficiencia renal debida a enfermedad renovascular puede evitarse. Actualmente pueden realizarse pruebas de screening no invasivas y mínimamente invasivas, como ecografía doppler dúplex y angiografía de resonancia Clínica de Hipertensión, Centro Médico VA, Mineápolis, Minnesota. © 2000 by the American Journal of Hypertension, Ltd. Published by Elsevier Science, Inc. PALABRAS CLAVE: Hipertensión, renovascular, renina de la vena renal, angioplastia, stent. 0895-7061/97/$17.00 PII S0895-7061(97)00327-0 46 SIMON debe ser muy grave para producir la reducción del flujo sanguíneo y que en las diferentes arterias existen estenosis graves distintas, dependiendo de su tamaño y de su resistencia vascular al torrente sanguíneo11-13. En perros, la reducción aguda de la presión de perfusión de la arteria renal comienza con una reducción del 60 al 65% del diámetro luminal, pero debido a la autorregulación del flujo sanguíneo, el diámetro luminal debe reducirse al 75% o más, antes de que se detecte una reducción del flujo sanguíneo 11,13. La importancia de estos experimentos agudos en la estenosis de la arteria renal en personas no está muy clara. La información clínica a nuestro alcance es escasa y poco concluyente 12. Sigue sin determinarse lo que constituye una estenosis de la arteria renal en el marco clínico. Hemos intentado hacerlo en este estudio, mediante determinaciones de la renina de la vena renal (RVR) estimulada por captopril, para detectar la activación del SRA14-17 y después, equiparar esta información con las medidas radiográficas de la extensión de la estenosis. Para aumentar las posibilidades de detectar la estenosis mínima que es necesaria para activar el SRA, hemos limitado nuestra investigación a pacientes con función renal normal o cercana a lo normal y a pacientes con una sola arteria renal por riñón. Para realizar las medidas radiográficas del grado de la estenosis de la arteria renal, se utilizaron como representativas de la información clínica las historias oficiales archivadas por los radiólogos, en las cuales basaron los internistas y cirujanos vasculares sus decisiones. AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 PACIENTES Y MÉTODOS la vena renal izquierda por duplicado y la vena renal derecha y la vena cava, secuencialmente, con una separación de 1 y 4 minutos entre una y otra. Se extrajo la sangre de la vena cava de la zona superior de los riñones como representación de la actividad renina plasmática (ARP) en sangre periférica. Se utilizó una pequeña cantidad de medio de contraste (5 ml) para confirmar la colocación del catéter en la vena renal izquierda y derecha. Para la aortografía se accedió de forma percutánea a la arteria femoral17. Tras administrar anestesia local, se hizo una punción de la arteria femoral con una aguja angiográfica, seguida de la colocación de un catéter “Piptail” 5 F en la aorta abdominal, con los orificios laterales a nivel de las arterias renales. Se realizó la aortografía inyectando 40 a 50 ml de medio de contraste, a 25 ml/segundo, con una velocidad de filmación de 2/seg durante 3 segundos, seguido de 1/seg durante 4 segundos. Cuando fue necesario, se tomaron perspectivas oblicuas, mediante angiografía de subtracción digital. Desde 1997, se usó exclusivamente angiografía de subtracción digital. En las filmaciones se midió el diámetro del lumen arterial preestenótico en milímetros; se determinó el porcentaje de estenosis, si había alguno, en la zona del mayor grado de estrechez como el cociente (porcentaje) entre lumen normal menos lumen estenótico y lumen normal. Se midió la actividad renina plasmática por radioinmunoensayo de Angiotensina I (equipo de radioinmuyoensayo de 125I-Angiotensina I, DuPont, North Billerica MA) como se había realizado y comprobado previamente17. Se incluyeron en el estudio los pacientes que iban a someterse a aortografía abdominal y a determinaciones de RVR estimulada por captopril, para descartar enfermedades renovasculares en nuestro hospital, entre 1989 y 1998. Las indicaciones para realizar este procedimiento fueron hipertensión resistente o difícil de tratar o insuficiencia renal no explicada (creatinina sérica > 1,5 mg/dl) en un paciente hipertenso. La mayoría de los pacientes también tenían una gammagrafía renal asimétricamente anormal antes de que se realizaran las demás pruebas. Excepto por los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina I, que se interrumpieron 4 a 7 días antes de determinar la RVR, los pacientes continuaron recibiendo la medicación antihipertensiva hasta el momento de la prueba. Se realizaron el mismo día muestreo de la vena renal y la aortografía17. El muestreo de la vena renal, usando la técnica femoral retrógada de Seldinger, precedió a la aortografía y se realizó 30 minutos después de la administración oral de 25 mg de captopril al paciente. Se utilizó un solo catéter para muestrear Análisis de los datos. Nos hicimos la siguiente pregunta: ¿qué gravedad debe tener la estenosis de la arteria renal para provocar la hipersecreción de renina del riñón afectado? El riñón con la ARP mayor numéricamente en este efluente venoso se identificó como ipsilateral (I) y el otro riñón como contralateral (C). Se calcularon los cocientes: sangre del riñón ipsilateral/sangre periférica (vena cava)(I/P) y sangre del riñón contralateral/sangre periférica (C/P) renina en éstos. Se definieron tres modelos diagnósticos de RVR después de administrar captopril en función de los informes publicados: 1) normal (I/P y C/P < 2,0); 2) hipersecreción unilateral (I/P > 2,0) y supresión contralateral (C/P < 1,25); y 3) hipersecreción bilateral (I/P > 2,0, C/P > 1,25)14-17. Para mejorar las posibilidades de detectar la estenosis mínima de la arteria renal que es necesaria para desencadenar el SRA, los investigadores se limitaron a pacientes con función renal normal o cercana a lo normal (creatinina sérica ≤ 2,0 mg/dl), a pacientes con una sola arteria renal por riñón y a pacientes ¿QUÉ ES UNA ESTENOSIS GRAVE DE LA ARTERIA RENAL? 47 TABLA 1. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y RENINAS DE LAS VENAS RENALES DE LOS PACIENTES CON SECRECIÓN "NORMAL" E HIPERSECRECIÓN UNILATERAL O BILATERAL DE RENINA Secreción de renina Normal (n = 9) Hipersecreción unilateral (n = 27) Hipersecreción bilateral (n = 13) Edad (años) Creatinina sérica (mg/dl) Reninas de las venas renales (ng/ml/h) Ipsilateral VCI Contralateral 61 ± 8 1,5 ± 0,4 20,9 ± 14,3 14,3 ± 19,5 20,1 ± 28,2 63 ± 8 1,7 ± 0,6 150,9 ± 194,2 26,7 ± 25,5 25,7 ± 23,1 66 ± 7 1,7 ± 0,7 106,2 ± 143,1 16,8 ± 16,8 35,1 ± 40,1 VCI = vena cava inferior Medias ± DE Análisis estadístico. Los datos se expresan como media ± DE. A posteriori, se calculó la utilidad diagnóstica (sensibilidad, especificidad y valor predictivo positivo) de la hipersecreción de renina del riñón ipsilateral o contralateral para predecir el 80% o más de estenosis de la arteria renal. RESULTADOS Todos los pacientes eran blancos y hombres. La duración de la hipertensión era de 10 años o más en la gran mayoría de los pacientes (no se muestran los datos) indicando que la enfermedad renovascular, si existía, era una complicación de la hipertensión esencial duradera. Los pacientes se clasificaron en función de la secreción normal de renina o de la hipersecreción unilateral o bilateral de renina. En la tabla 1 se muestran las edades, la creatinina sérica y la RVR. Dos de los nueve pacientes con secreción normal de renina tenían una ARP sistémica elevada (50,9 y 45,4 ng/ml/h, respectivamente) después de captopril, pero los dos riñones contribuyeron igualmente a la elevación de los valores circulantes de renina (I/P y C/P < 2,0). (Este tipo de respuesta puede observarse en pacientes con riñones intactos que fueron deshidratados en el momento de la administración de captopril y que tuvieron un descenso mayor de la presión arterial). En la Figura 1 se muestra el estado secretor de los riñones frente a la extensión de la estenosis de la arteria renal. En función de las medidas de RVR, se predijo que 45 riñones (círculos sólidos) tenían una arteria renal con calibre normal o una estenosis de la arteria renal importante. La estenosis media de la arteria de estos riñones era del 20% y todos los riñones, menos dos, tenían una estenosis menor del 80%. Estenosis de la arteria renal (%) sin cirugía de la arteria renal anterior, angioplastia o stent. Los pacientes con insuficiencia renal se excluyeron debido a que la retención de sal y agua que acompaña a esta enfermedad puede suprimir la secreción de renina en uno o ambos riñones. Los pacientes con hipertensión y renina baja (ARP de sangre sistémica postcaptopril < 1,0 ng/ml/h) se excluyeron porque cuando la ARP es baja, el cálculo de RVR y de los cocientes de renina sanguínea sistémica son poco fiables. Se excluyeron en total 26 pacientes por estas razones. psi Contra Secreción Normal psi Contra Hipersecreción Unilateral psi Contra Hipersecreción Bilateral FIGURA 1. Grado de estenosis de la arteria renal de los pacientes con secreción normal e hipersecreción unilateral o bilateral de renina. Ipsilateral (Ipsi) y contralateral (Contra) se refieren al riñón con la ARP numéricamente mayor y menor en la sangre venosa efluyente, respectivamente. En función de las determinaciones de la RVR se predijo que el grado de estenosis de la arteria renal era hemodinámicamente no significativo (círculos negros) o significativo (círculos blancos). Se predijo estenosis no significativa o ninguna estenosis en todos los riñones con secreción normal de renina y en los riñones con supresión de la secreción de renina contralaterales a un riñón hipersecretor. Los números 1 a 4 identifican a los pacientes cuyas características anatómicas no concuerdan con las predicciones (ver texto). ARP = actividad renina plasmática; RVR = renina de la vena renal. 48 SIMON AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 Cincuenta y tres riñones tenían una estenosis grave de la arteria renal (círculos blancos). La estenosis media de la arteria fue del 85% en todos los riñones menos ocho, que tenían una estenosis del 80% o más. De los ocho riñones con estenosis menor del 80%, cuatro tenían una estenosis del 70 al 80%, que se definió del 75%. Hubo cuatro desviaciones principales de los resultados predichos, que se numeran del 1 al 4 en la figura 1. En función de las medidas de la RVR, se predijo que estos riñones tenían estenosis de la arteria renal, pero en la aortografía volvieron a presentar estenosis leve (riñón 1) o ninguna (riñones 2, 3 y 4). El riñón 1 era un riñón pequeño (10 cm), en comparación con el riñón contralateral (15 cm), con afectación extensa de los vasos pequeños. El riñón 2 tenía una arteria normal y una afectación perirrenal tortuosa extensa de la circulación venosa, incluida una dilatación de la vena gonadal izquierda; el diagnóstico se redefinió como trombosis de la vena renal. Los riñones 3 y 4 tenían arterias normales, a pesar de su incapacidad para inhibir la secreción de renina en un riñón contralateral a un riñón hipersecretor. Usando como valor de corte una estenosis del 80% entre estenosis de la arteria renal grave y no grave, la sensibilidad, la especificidad y el valor predictivo positivo de la hipersecreción de renina o la incapacidad de inhibir la secreción de renina por inhibición de la retroalimentación negativa en el riñón contralateral fueron del 85, 84 y 96%, respectivamente, para predecir una lesión de la arteria renal grave. DISCUSIÓN En este estudio, las medidas de la RVR estimuladas por captopril se utilizaron para detectar la activación del SRA14-17. Mediante la inhibición de la producción de Angiotensina II, captopril atenúa la inhibición de la retroalimentación negativa de la secreción de renina por la Angiotensina II circulante, acentuándose así las diferencias que existen entre la producción de renina del riñón isquémico y no isquémico. La administración de captopril también ayuda a evaluar el flujo sanguíneo del riñón contralateral al riñón isquémico. Durante la elevación crónica de las concentraciones circulantes en plasma de Angiotensina II, un riñón intacto inhibe la síntesis de renina, pero la producción de renina sólo se inhibe parcialmente en un riñón con flujo sanguíneo reducido, debido a la enfermedad renovascular. El captopril acentúa esta capacidad latente del riñón isquémico contralateral para secretar renina, facilitando así la detección bilateral de la enfermedad17. Los resultados de este estudio indican que, con pocas excepciones, la hipersecreción unilateral o bila- teral de renina se asociaba con estenosis de la arteria renal del 80% o más del diámetro luminal. En la mayoría de los pacientes, la estenosis de la arteria renal fue del 90% o más. Por el contrario, la secreción normal de renina o la supresión de la producción de renina en un riñón contralateral a un riñón isquémico se asoció con arterias renales de calibre normal o con una estenosis de la arteria renal menor del 80%. La estenosis grave de pacientes con enfermedad renovascular aterosclerótica parece ser del 80% o más. En experimentos de lesiones agudas en perros hay una activación del SRA, con una reducción del 65% del diámetro del lumen de la arteria renal11,13. Sin embargo, debido a la autorregulación, no se produce la reducción del flujo sanguíneo renal hasta que el diámetro de la arteria renal se ha reducido al 75% o más. Se desconoce el grado de estenosis de la arteria renal necesario para la activación a largo plazo del SRA en perros. Los datos publicados en la literatura indican que una proporción importante (aproximadamente del 30% de las angioplastias e implantaciones de un stent) se realizan en arterias renales con una reducción menor del 80% del diámetro luminal 5-9. Esta práctica es difícil de justificar por varias razones. Si no se activa el SRA, es poco razonable esperar que la angioplastia o la implantación del stent mejorará la hipertensión en pacientes con función renal normal o casi normal. Las dificultades encontradas para demostrar el efecto antihipertensivo de estas intervenciones confirman esta hipótesis18. Igualmente, no se espera una mejoría de la función renal, a menos que la estenosis sea suficientemente grave como para activar el SRA, debido a que éste requiere una estenosis menos grave que la reducción del flujo sanguíneo renal y de la filtración glomerular13. En casos de estenosis menores del 80%, la angioplastia de la arteria renal y la implantación de un stent para la protección de la función renal, también están abiertos a crítica porque la tasa de progresión de la enfermedad renovascular es difícil de predecir. La progresión de la enfermedad renovascular aterosclerótica se produce en aproximadamente el 10% de los pacientes al año (intervalo 4,5% a 18,0%)19-22. En un estudio prospectivo reciente en el que se utilizó doppler dúplex secuencial, sólo el 4% de las arterias renales con estenosis del diámetro luminal mayor del 60% progresaron hasta la oclusión completa en tres años22. Finalmente, el stent de la arteria renal no es un procedimiento inocuo; se producen complicaciones importantes en aproximadamente el 4% de los pacientes7,9,23. Debido que actualmente existen técnicas de control no agresivas o mínimamente agresivas, es más prudente observar cuidadosamente la estenosis de la arteria renal menor del 80% del diámetro luminal, en lugar ¿QUÉ ES UNA ESTENOSIS GRAVE DE LA ARTERIA RENAL? de intervenir de forma innecesaria. La esperanza de vida de estos pacientes ancianos con aterosclerosis sistémica es corta, debido a otras múltiples complicaciones vasculares; existen muchas posibilidades de que la enfermedad renovascular moderada no complique su curso clínico. En nuestro hospital hacemos una determinación anual de la creatinina sérica y gammagrafías renales para controlar a los pacientes con estenosis de la arteria renal conocida pero no grave. Comparando con el estudio inicial, realizado en el momento en que se diagnostica la estenosis de la arteria renal, puede detectarse fácilmente la reducción progresiva de la función de uno o ambos riñones mediante gammagrafías renales de control. Si se confirma el deterioro de la función renal mediante determinaciones de la creatinina sérica, pueden estar indicadas medidas repetidas de la RVR o aortografía, con opción de intervención. Debe definirse el papel de las nuevas técnicas diagnósticas, como la ecografía de doppler y la angiografía por resonancia magnética, en el seguimiento a largo plazo de los pacientes con estenosis de la arteria renal. La ecografía de doppler es técnicamente difícil y poco útil en, aproximadamente, el 20% de los pacientes24. Las imágenes de resonancia magnética pueden sobreestimar el grado de estenosis de la arteria renal24; son necesarios estudios de calibración, comparados con la arteriografía convencional, para determinar el grado de estenosis detectado por la angiografía de resonancia magnética, que representa una lesión grave, como se define en este estudio. En resumen, no se espera la mejoría de la hipertensión o de la función renal por tratamientos de intervención de la estenosis de la arteria renal, a menos que la estenosis sea suficientemente grave como para activar el SRA. Esto requiere una estenosis del diámetro luminal de un 80% o más. Las medidas de RVR normales estimuladas por captopril obvian la necesidad de realizar mayor trabajo de investigación o tratamiento de intervención en la enfermedad renovascular. BIBLIOGRAFÍA 1. Jacobson HR: Ischemic renal disease an overlooked clinical entity? Kidney Int 1988;34:725-743. 2. Preston RA, Epstein M: Ischemic renal disease: an emerging cause of chronic renal failure and end-stage renal disease. J Hypertens 1997;15:1365-1377. 3. Scoble JE, Maher ER, Hamilton G: Atherosclerotic renovascular disease causing renal failure—a case for treatment. Clin Nephrol 1989;31:119-122. 4. 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