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¿Por qué mantener juntos o separar a los bebés de sus mamás en las terapias intensivas neonatales? Dra. Marta Marceillac1 Dr. Osvaldo A. Menéndez2 email:oamenendez@hotmail.com Introducción. Este trabajo forma parte de las actividades del Equipo de Prevención de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires. No es fácil encarar un tema tan amplio. Pensamos que la decisión de mantener junto al binomio o separarlo obedece a teorias, en la mente del médico, que remiten a fantasías sobre lo bueno y lo malo para la mamá y para el bebé. En este caso en particular, sobre que puede aportar la presencia de los padres al bebé, en situación de peligro de muerte y viceversa. Nos pareció que una manera de indagar estas teorías y sus cambios a lo largo del tiempo, en un marco acotado, era circunscribirnos a nuestro lugar de trabajo: el Hospital Bernardino Rivadavia. Optamos por revisar su historia. ¿ Cómo se fundó? ¿Con qué objetivos? ¿ Quiénes llevaron adelante la realización de las ideas?. Una vez que conocimos la historia nos pusimos a reflexionar sobre la influencia de la misma en las condiciones actuales. Este es el camino que los invitamos a recorrer. La Historia. En 1822 Bernardino Rivadavia incautó un precario hospital de mujeres que existía desde 1760. En 1827, siendo ya Presidente de la Nación, encomendó a la Sociedad de Be- 1 2 Jefa del Servicio de Neonatología del Hospital B. Rivadavia. Médico Psicoanalista, Miembro Titular de la A.P.deB.A. 1 neficencia de la Capital su remodelación para : “la creación de la casa de partos públicos y ocultos, como así la protección de la infancia, procurando el secreto y la discreción para la eventual maternidad ilegítima, en beneficio de la salud del hijo y su íntima relación con la madre”. El 28 de abril de 1887 se inauguró oficialmente el Hospital de Mujeres B. Rivadavia, en el cual funcionaba una Sala de Maternidad En 1918 es nombrado Jefe de la Maternidad el Prof. Alberto Peralta Ramos. De inmediato comenzó a elaborar el proyecto de fundación del Instituto de Maternidad en el que se proponía concretar el objetivo de Rivadavia de: “proteger a la madre y al hijo mediante acciones técnico – profesionales especializadas: prevención y promoción de salud de ambos y sobre todo protección social de la madre desamparada”. 1928 – 1942. En 1928 se inaugura el Instituto de la Maternidad y se crea el Departamento de Puericultura para la atención de los niños nacidos en la misma, como un servicio complementario del Servicio de Obstetricia. Dice Peralta Ramos en el discurso inaugural: “Ninguna cuestión es más importante que la relacionada con la protección de la maternidad y la infancia. Fomentar la natalidad, proteger a las futuras madres de los riesgos que la amenazan, rodear a los nacimientos de los cuidados necesarios, sin separar al hijo del seno de la madre”. Peralta Ramos en su condición de obstetra hace hincapié en los peligros que amenazan a la madre. En esa época, en la mayoría de las maternidades norteamericanas y europeas se separaba a los recién nacidos para alojarlos en nurseries. Él implantó en el Instituto 2 la ubicación del niño en su cuna, al lado de su madre en su propia cama, sistema que se denominaba “rooming in”. ¡Esto ocurría en 1928 en un Hospital Público! El Prof. Juan P. Garraham, pediatra, fue Jefe del Departamento de Puericultura y compartía el concepto de indisolubilidad en la relación mamá – bebé, aún en presencia de enfermedad. Las madres podían permanecer junto a sus hijos, no solo porque los médicos se lo permitían, sino que el Instituto les brindaba alojamiento en sus instalaciones: salón comedor , salas de estar y habitaciones en el área de Obstetricia. Esta idea fue luego materializada en las actuales Residencias para Madres. En 1933 Garraham publica en el Boletín del Instituto de la Maternidad, su polémico artículo: “¿Pertenece al tocólogo el recién nacido? ”. Este trabajo es una respuesta al artículo del Dr. Paul Rissmann (Hanover, 1929). El obstetra alemán plantea que la reglamentación prusiana establecía que la enseñanza del cuidado y de la crianza del lactante debía ser impartida por médicos de niños. Agrega que dicha reglamentación proviene de la emperatriz Victoria Augusta, debido a que ella se basó en la opinión de los pediatras. En 1929 se reunió la Sociedad Alemana de Ginecología a discutir si en las maternidades debían o no trabajar pediatras junto con tocólogos. Se llegó a la conclusión que la clínica del recién nacido pertenece al obstetra y se hizo notar que el propósito de los pediatras de enseñar la puericultura significaría sacar del dominio del partero el cuidado del lactante sano. El trabajo culmina solicitando un nuevo reglamento que autorice a los obstetras a enseñar puericultura. Garraham dice que el artículo lo llevó a pensar que era conveniente definir dichos dominios.. Propone que la puericultura antenatal sea tarea de obstetras y la puericultura postnatal, tarea de pediatras. 3 El planteo de Garraham calmó bastante los ánimos al delimitar los dominios. Pero ¿A qué dominio pertenecen los prematuros? Si bien por su edad evolutiva pertenecerían al dominio del obstetra, por haber nacido, quedan en manos de los pediatras. Surge además un nuevo problema. ¿Cuál es el límite para nacer con chance de sobrevida? 1942 - 1967. Hasta el año 1955 se consideraba prematuro a todo bebé con un peso menor de 2,5 Kg: lo determinante era el peso, no la edad gestacional. Su lugar era la sala de Prematuros o sala Incubadora, donde eran calentados a una temperatura estable. Durante la década de los 60, aparecen las primeras incubadoras y se produce a nivel mundial un avance muy grande en la tecnología referida a la atención del recién nacido. En ese momento nace una nueva rama de la pediatría: La Neonatología. Dichos avances llevan a la creación, en 1962, del Servicio de Patología Neonatal que se equipa con tecnología de avanzada. La atención conjunta madre – hijo, creada por Peralta Ramos y Garraham, no fue modificada por Murtagh. Por el contrario, a él le correspondió la tarea de convencer a los obstetras para que la recepción del recién nacido fuera efectuada por el médico pediatra de guardia, en la sala de partos.Sin embargo el avance de la tecnología generó un distanciamiento entre la mamá y el bebé. El fantasma de las infecciones fue limitando el ingreso de los padres. La madre deja de compartir la internación con su hijo, en el ámbito de la terapia intensiva neonatal. Nadie dudaba de la importancia y los beneficios de un vínculo precoz entre la madre y el bebé, pero la preocupación de los neonatólogos por la fragilidad del sistema inmunológico de los bebés, los fue llevando progresivamente a considerar a los padres y demás miembros de la familia, como fuentes potenciales de infección. Este enfoque llevó a que 4 las madres fueran excluidas del cuidado de sus hijos, que permanecían separados de ellas por largos períodos de tiempo. La atención de los bebés quedó a cargo de personal médico y de enfermería , calificado en la nueva especialidad. A esto se sumó que en 1969 ocurre un imprevisto político. Se decidió la fusión de la Maternidad con el Hospital Rivadavia. El edificio de la Maternidad estaba en mejores condiciones que el del Hospital, por ello muchos Jefes de Servicio, piden pasar al edificio de la Maternidad. Ante esto, los lugares que funcionaban como residencia para madres son ocupados por Servicios, que hasta ese momento estaban en el Hospital. La Clínica Actual. El Servicio de Obstetricia pide una interconsulta a Neonatología por el caso de Laura, internada en la Maternidad en el sector de alto riesgo. Laura padece la enfermedad de Hippel-Lindau (angiomatosis múltiple) que en ella afecta cerebro y cerebelo. Los neurocirujanos consideran que debe ser operada a la brevedad. Su embarazo está cercano al término y se indica una cesárea por temor a que durante el parto pudiera aumentar la tensión sanguínea y romper un angioma. Se efectúa la misma sin inconvenientes y nace Flor, una beba rosada, con excelente vitalidad que es llevada al servicio de Neonatología esperando que su mamá se recupere. Se comienza a preparar la operación de Laura y se hace una reunión en Neonatología para organizar los cuidados de la beba mientras Laura esté internada. En dicha reunión Laura y Darío solicitan que Flor permanezca en el servicio, pese a no tener ninguna patología, ya que no cuentan con familia que los pueda ayudar. El papá tiene que cuidar a Luisito (hijo mayor) que tiene sólo veinte meses. 5 Indagamos sobre los abuelos y confirmamos que no es posible contar con ellos ya que cada una de las familias está enfrentando situaciones muy críticas. Nos asombra la entereza de ambos padres frente a la situación. Son muy jóvenes, Laura 23 y Darío 21años.El relato que refieren es alarmante por la complejidad de los problemas y la escasez de recursos para enfrentarlos. Aceptamos que quede internada pero quedamos con dudas sobre el nivel de conciencia de la pareja sobre la situación que vamos a enfrentar. Es evidente que hay amor, un proyecto de vida juntos y mucho porque luchar pero Darío parece un chico con una sonrisa casi permanente que despierta perplejidad. También nos sorprende la confianza que depositan en nosotros en particular y en el Hospital en general. Nos preocupa el compromiso transferencial que nos genera la situación donde nos vemos ubicados como los “médicos-abuelos de Flor”. A continuación les vamos a transcribir observaciones de ambos, sobre la evolución. 7 de noviembre (Marta). Laura y Darío vienen a buscarme a Neonatología, Darío trae en brazos a Flor. Me cuentan que mañana operan a Laura. Ambos están sonrientes. Laura manifiesta plena confianza en el neurocirujano que ya la operó dos veces. Les dijo que el postoperatorio va a durar aproximadamente diez días. 8 de noviembre. Darío viene a buscarme, está muy contento, le brillan los ojos. Cuando me acerco me da un beso y me dice que salió todo bien. Vamos a verla. Laura está lúcida y conectada pero muy molesta por el tubo del respirador. La operación fue exitosa, sacaron tres tumoraciones vasculares, duró siete horas. Al llevarla del quirófano a terapia intensiva se descom- 6 pensó, tuvo un cuadro neurológico agudo y el cirujano tuvo que volver a abrir. Se había roto un vaso cerebral. Después de la segunda operación quedó con respirador. Acompañando a Laura está su mamá, que Darío me presenta. Es una mujer callada, de aspecto humilde, que se mantiene unos pasos alejada mientras Darío conversa conmigo. En un momento se acerca y me pide autorización para cuidar a Flor, “cuando le sea posible”. La autorizo. Al despedirme les digo que mañana voy a volver a visitar a Laura. Darío me dice: ¿de verdad va a venir?. Sí, le contesté. Se acercó y me dio un beso. Vuelvo a Neo. Flor duerme tranquila. Es una beba amorosa, despierta mucha ternura. Cuando estaba redactando éste informe tomé conciencia de lo rápido que pasó ésta semana, para mí. Pienso cuanto agradecimiento y afecto me demostraron por haberlos escuchado. Me alegra lo bien que pudimos armar una solución juntos. Si bien por razones justificadas la familia no pudo hacerse cargo de Flor en su casa, logramos que la abuela materna se acerque a visitar a su nieta. 9 de noviembre (Osvaldo). Llego al servicio y Marta me muestra lo que escribió, la noto muy entusiasmada. Me cuenta que la operaron a Laura y que no está bien. Decido ir a verla con Marina (psicóloga del equipo) . Vamos a terapia intensiva, nos recibe un enfermero. Le pregunto por Laura y me señala una cama: “creo que es ésa”. Me impacta mucho verla. Está intubada, con el pecho descubierto y los ojos con expresión de terror. Con la mirada parece reconocernos y amaga un gesto de taparse los pechos pero no puede por las canalizaciones y el tubo del respirador que le bloquean el movimiento. El enfermero nos presenta a la médica a cargo. Le contamos que venimos de Neo donde está internada Flor y que queremos conocer el 7 estado de Laura. Nos dice: “Esta paciente no tiene ninguna beba, así que ésta no es”. A dúo insistimos que es Laura. En medio de ésta “discusión existencial” pasa otra médica y dice: “Es una puérpera, tiene una beba de quince días”. La primera médica agrega asombrada: “No sabía que tenía una beba”. Le empiezo a contar la historia pero Marina me para y me avisa que se está mareando. La doctora le acerca una silla y le dice: ¿Pero cómo te mareas acá si trabajás en una Terapia Intensiva Neonatal?. Marina: Me impresionó verla destapada, sin ropa. Al comienzo no la reconocí, el lunes me pareció tan linda.... Dra.: Acá todos los pacientes están desnudos. Yo con los adultos no tengo problema pero a una terapia intensiva neonatal me resulta imposible entrar. Osvaldo: Impresiona ver bebés tan frágiles, tan pequeñitos, con expresión de sufrimiento, solos, sin la mamá. Cuando Marina se recupera nos vamos y yo siento que sigo impactado por la situación de no reconocimiento: la puérpera sin ropa, que no puede hablar, que casi no puede moverse es Laura, la madre de Flor. La situación de “linda” no tiene nada, pero es Laura. Me pregunto como habrá repercutido en Darío esta visión de Laura. 13 de noviembre (Marta). Voy a ver a Flor y la encuentro en brazos de una voluntaria de Cáritas tomando el biberón con muchas ganas. Pasa una enfermera y le dice: “Apenas termine el biberón acuéstela”. La voluntaria pone mala cara pero no dice nada. Le pregunto a la enfermera por qué quiere que la acueste. 8 E: “Porque si la acostumbran a los brazos después llora pidiendo que la levanten, y acá hay mucho trabajo y se malcría. Además es una beba que no tiene nada”. Le explico que la madre está grave y que la beba necesita afecto, contención, cariño y caricias. Mientras camino hacia mi despacho siento muchas ganas de llevar a Flor junto a su madre pero es imposible por el riesgo de infección. 14 de noviembre. Darío viene al servicio a contarme que Laura salió de terapia intensiva. La pasaron a una habitación del servicio de Neurocirugía. Le propongo darle una sorpresa: ¿ Qué te parece si mañana le llevamos a Flor de visita?. A Darío se le ilumina la cara. Quedamos en encontrarnos mañana a las nueve de la mañana. 15 de noviembre. Vestí a Flor de color rosa con una bolsa de abrigo forrada en corderito blanco con moños de raso. Se la doy a Darío. El día es hermoso y fresco con un sol brillante. Cruzamos el jardín. ¡Esta es la primera salida de Flor!. Entro sola a la habitación, Laura semidormida abre los ojos. Me acerco y le digo “Hoy tenemos una sorpresa”. L: ¡Trajiste a Flor!. En ese momento entra Darío con Flor. Ayudo a Laura a incorporarse, se ríe y repite: “Soy feliz, muy feliz”. Coloco a Flor en el regazo de Laura, los dejo solos y me voy al pasillo. Noto malas caras en las enfermeras, me parece que están alteradas. Creo que ni el cargo de Jefa de Neonatología me va a salvar de las críticas de haber hecho esto. Miro a mi alrededor y el ambiente me resulta patético. El lugar es desprolijo, desagradable, feo. 9 ¿Por qué en un Hospital Público no podemos mejorar el entorno y las condiciones que rodean al paciente y su familia? 16 de noviembre (Osvaldo). Voy a ver a Laura a su habitación de Neurocirugía. Está con su mamá. Me dice que por fin dejó la terapia intensiva. Habla con dificultad, como trabada. También noto mucha espasticidad en los brazos. Cuando la conocí hablaba perfectamente y sólo había espasticidad en las manos. Me cuenta que ayer le trajeron a Flor y que fue muy lindo. La mamá agrega que luego que se llevaron a Flor Laura comió y vomitó. Laura dice: Estoy cansada de comer pollo. Hoy me van a traer verduras. Me cuenta que el médico que la operó acaba de verla pero que no pudo hablar con él. Le digo que voy a tratar de ubicarlo y vuelvo. Quiero conocer su opinión sobre la evolución. Al salir al pasillo una enfermera, muy seria me para. E: ¿Usted de qué servicio viene Doctor? O: De Neonatología. Vengo a ver a Laura y le traigo noticias de Flor. E: Dr., le pido por favor que no vuelvan a traer a la beba porque ayer la trajeron y Laura vomitó el almuerzo. A la noche tuvo una convulsión a la una de la mañana, pese a que había tomado la medicación antiepiléptica. Me asusté mucho y tuve que llamarlo al Dr. R a la una y treinta de la mañana. O: Le agradezco mucho la información y le prometo la voy a transmitir en el servicio. Nosotros estamos en contacto con los bebés y nos parece muy grave para un bebé quedar “abandonado”, sin contacto con su mamá. Le pregunto si se acuerda de Sandra y Jesús. E: Claro, a Sandra la operó también el Dr. R (Sandra es una mamá que el año pasado hizo una metástasis cerebral de un melanoma y hubo que anticipar el nacimiento del bebé 10 para operarla. El bebé estuvo internado 3 meses en terapia intensiva casi sin contacto con la familia). O: Sandra murió pero Jesús ya tiene 11 meses y vive con su papá y la abuela paterna. E:¡Al final se lo llevó la familia!. La enfermera cambió el gesto duro y me hizo muchas preguntas sobre Sandra, Jesús y nuestro trabajo. En la medida que la vi más accesible le propuse si ella no podría en algún rato libre, pasar por Neo a ver a Flor y traerle noticias a Laura. Aceptó y al despedirnos me dijo: “Me llamo María Eva”. Yo me di cuenta en ese momento, que nunca me había presentado. Reflexiones: 1.- Se adivina con mirarte, que no te han querido bien.¿Que vio Marina, dentro de su cabeza , que casi se desmayó? Ella nos dice que la impresionó ver a Laura desnuda, y le costó reconocerla. ¿Desnuda como los bebés recién nacidos? ¿Cómo los cadáveres? La médica aporta que ella no puede ver bebés en terapia intensiva. En ambos casos se trata de personas en situación de desamparo. Osvaldo agrega que vio terror en la mirada de Laura. ¿Terror ante la muerte? ¿Ante la posibilidad de morir sola? ¿A no reconocerse ni encontrar a nadie que la reconozca?Solemos ver en terapia intensiva que ante la muerte de un paciente, los familiares se descontrolan, insultan y amenazan a los médicos. Estos episodios ¿no tendrán que ver con las fantasías que genera en la familia no ver al paciente? Quizás no ver y no tener información los lleva a imaginar cosas muy alejadas de la realidad del paciente. ¿No sería conveniente construir espacios donde médicos y familiares puedan dialogar? Así se podría ir armando juntos una evolución del paciente lo más cercana posible a la realidad. 11 El médico no tiene obligación de dar amor. Puede comprometerse afectivamente o no, con el paciente. Si decide no hacerlo, ¿No sería útil permitir que la familia lo aporte? ¿Alguien duda del efecto integrador del amor? El tango nos dice muy frontalmente que el desamor se ve. La historia nos muestra que los médicos que hicieron esta institución fueron grandes semiólogos que utilizaron todos sus sentidos, incluyendo el sentido común. También hubo continuidad de objetivos, que se respetaron a través del tiempo. ¿Por qué no intentar retomarla restableciendo el diálogo entre nosotros y nuestra historia? 2.- Somos hijos de la fusión Nuestro origen es una estructura interpersonal. Somos el resultado de la fusión de nuestros padres, pero nos desarrollamos en el interior materno. Con el parto salimos de ella pero la seguimos sintiendo nuestra. .Para Winnicott el infante no distingue el objeto de su propio ser, por eso lo llama objeto subjetivo. En este sentido la madre “suficientemente buena”, trata de aportar lo que el bebé necesita. Ella sabe que el bebé es el mismo que antes estuvo dentro de su vientre, pero está de duelo porque el bebé que salió no es el que ella imaginaba. Mucho mayor es la diferencia si el bebé es prematuro. ¿Qué mamá desea tener un bebé prematuro? ¿Cómo hará una mamá prematura para trasmitirle a su bebé esta continuidad existencial, esta mismidad si tiene dificultades para conectarse con él?. Si el Equipo médico sustituye a los padres y no se corre de ese lugar, podemos suponer que la madre va a mantener o incrementar ese sentimiento de extrañeza hacia su hijo. El duelo es un trabajo mental que tiende a reconocer lo específico de lo que se perdió. Muchas veces tendemos a sustituir lo perdido en lugar de reconocer lo particular de la pérdida. 12 Si a una mamá que sufre al conectarse con su bebé le agregamos que le ponen vallas para acercarse a él, se podría esperar que vuelva a fusionarse con el bebé que ella tuvo en su mente durante el embarazo y “entregue” a su bebé real al mundo médico, al hospital. Si un bebé pasa los primeros meses de su vida sin la experiencia emocional de ser contenido por alguien que lo sienta propio, podemos suponer que estas experiencias pre cognitivas van a dejar marcas en el campo de la desesperanza, la desconfianza, el sufrimiento en soledad, el no sentirse parte de nadie. Esto lo vemos diariamente en la práctica psicoanalítica a través de las reconstrucciones tranferenciales y lo leemos en las sesudas elaboraciones que tantos psicoanalistas nos han dejado en sus escritos. 3.- Preocupación Maternal Primaria. Donald Winnicott, pediatra y psicoanalista inglés, llamó así a los cambios que se van dando en la vida emocional de la futura mamá a lo largo del embarazo y que culminan en un estado de sensibilidad exaltada, al final del mismo. Dura unas cuantas semanas luego del nacimiento del bebé. Es un estado que permite adaptarse delicada y sensiblemente a las necesidades del pequeño con exclusión de otros intereses. ¿Pero éste estado lo vivenciarán solamente las madres? La historia nos cuenta peleas entre obstetras y pediatras por el “dominio” del bebé. Permanentemente vemos situaciones de rivalidad entre madres y enfermeras, pediatras y enfermeras acerca de que es lo mejor para el bebé. Marta no vacila en enfrentar el juicio crítico de sus colegas con tal de hacer algo que ella siente bueno para Flor: llevarla a reconocer a su mamá y ser reconocida por ella. ¿No será semejante la preocupación que siente María Eva sobre el daño que ella teme le ocasione a su Laura la presencia de Flor, al temor que manifiesta Marta sobre el daño que podría generarle a su Flor, no estar en contacto con su madre. 13 Se puede entender estudiando estas situaciones la estrecha relación que hay entre la hipocondría de una madre deprimida y la sana preocupación que por su hijo siente toda madre. La ansiedad surge por la anticipación de un sufrimiento futuro, que se mantiene mientras persistan las teorías que lo alimentan. ¿ Será el detectar el desamparo psíquico lo que nos lleva a ese estado de tan intenso compromiso emocional con las necesidades del otro?. Cuando nos damos cuenta de lo que hicimos, quizás porque ya salimos de ese estado, nos sentimos confundidos, avergonzados. Racionalmente sabemos que esa persona no nos pertenece. ¿ Pero a su vez ese estado no será imprescindible que algún ser humano lo sienta para que el bebé pueda llegar a tener vida psíquica? Las investigaciones sobre el apego (Bowlby 1969) sugieren que los cuidadores no son intercambiables. Lo que se busca desesperadamente es la respuesta de un “otro particular”. La Teoría del Apego postula que esta necesidad arcaica de cuidado y seguridad no está limitada a la temprana infancia, sino que permanece a lo largo de toda la vida. Estas conceptualizaciones nos llevan a una revalorización de lo traumático en los momentos estructurantes del psiquismo. 4.Los hijos que dan luz En la práctica psicoanalítica, a través de las reconstrucciones transferenciales, podemos inferir lo ocurrido en los primeros vínculos .Para ilustrarlo les vamos a presentar a un tipo de niños, que describió D. Winnicott, que le producían un cambio de humor apenas llegaban al consultorio. “Me ponen más alegre, me despiertan vivacidad. Cuando les pido que dibujen hacen figuras con colores brillantes y dotados de tal animación que parecen vivas, en movimiento”. 14 Sin embargo éstos chicos eran traídos por sus padres porque en su casa padecían de un carácter irritable, caprichoso ó francamente depresivo. Una vez, cuenta Winnicott, uno de éstos chicos le dijo: “Por favor Dr.ayúdeme, a mi mamá le duele mi estómago”.Lo interesante del comentario fue descubrir que para éste niño, su interior seguía siendo compartido con su madre.Los chicos que presentaron éstas características resultaron ser, en todos los casos, hijos de madres deprimidas. En algunos de ellos el motivo de la depresión era la pérdida de un embarazo, previo al nacimiento de éste hijo. Se puede entender estudiando éstas situaciones la estrecha relación que hay entre la hipocondría de una madre deprimida y la sana preocupación que por su hijo siente toda madre. A su vez , se observó, que cuando ésta fusión se mantiene en el tiempo, la depresión del hijo es sólo el reflejo de la depresión de la madre. Las necesidades afectivas de los padres bloquearían al hijo en su desarrollo. La “luz”que éstos chicos emiten, intentaría iluminar la negrura del mundo interior en el que viven sus padres. 5.- Lugares no lugares. “...procurando el secreto y la discreción para la eventual maternidad ilegítima...” B. Rivadavia, 1827 ¿Qué es un lugar? Marc Augé, antropólogo francés, parte de la idea de un espacio donde un cuerpo es colocado y en el cual se tejen los entramados sociales que permiten desarrollar la subjetividad. Por oposición define los no lugares como espacios recorridos por individuos silenciosos y aislados. Serían espacios no dadores de identidad, ni sociabilidad, ni historia. En ellos predomina la anomia. Nacemos en un lugar y se supone que tenemos destinado un lugar de residencia. La historia nos cuenta que Rivadavia estaba preocupado por construir un lugar para recibir a 15 los bebés ilegítimos. Aconsejaba secreto y discreción. ¿ Por qué? Parece querer asegurarle al bebé una mamá cerca, pero ¿Al papá lo deja afuera? ¿Por qué protege la identidad de un papá que tuvo un hijo fuera de la relación matrimonial y pretende ocultarlo? Si los que cometieron el acto ilegítimo son los padres, ¿Por qué se llama ilegítimo al bebé? Si ponemos a este bebé aparte y nos olvidamos del padre ¿No estamos contribuyendo a que este bebé adopte una actitud trágica ante la ausencia de su padre? Pensamos que el lugar que ocupó el hijo ilegítimo durante el siglo XX podría estar ocupándolo el prematuro en este siglo. Consideramos que la situación del prematuro es peor, porque cuanto más precoz es el nacimiento, menor es el tiempo que ha pasado dentro de la madre y menor también la sensación de pertenencia que tiene esa mamá con ese bebé. El prematuro despertaría dudas en ambos padres sobre su “legitimidad para vivir”. ¿Por qué nació antes? ¿Está fuera de lugar? ¿Quién es el responsable? Aislarlo en un medio no familiar (no lugar) ¿Se podría entender como una prueba de supervivencia al estilo de los espartanos? La decisión sobre su futuro quedaría puesta en el bebé y los dioses: Si es fuerte y sobrevive se lo legitimiza. Muchas veces algún neonatólogo entusiamado “hace suyo” al bebé y lo ayuda a luchar contra la muerte. Fruto de la lucha, muchas veces quedan secuelas en el bebé. En un determinado momento el neonatólogo se da cuenta que si bien lo estuvo sintiendo y tratando como propio, él no lo va a criar. Entramos en la delicada etapa del alta. La familia tiene que recibir un bebé que muchas veces no siente propio, o lo siente peligroso para su integridad y su futuro, sobre todo si hay secuelas. Pensamos que estimulando el contacto del bebé con los padres y creando espacios reflexivos padres - médicos, sería una manera de transformar el no lugar en lugar. 16 Conclusiones 1. Pensamos que la creación de espacios reflexivos continentes del dolor y del sufrimiento psíquico podrían facilitar la salida de estados de “muerte psíquica’.Entendemos como tales a las situaciones en que las mamás se paralizan invadidas por fantasías de muerte en relación a su bebé. 2. Los amantes sienten que no pueden vivir sin verse y hacer suyo a su amado. El no poder verlo y tocarlo generá temores y fantasías que aumentan el dolor. ¿No se generara este tipo de experiencias en muchas personas que eligen trabajar con bebés? ¿El contacto con los bebés no llevará a la constitución de relaciones fusionales que terminan en discusiones racionalmente disparatadas del estilo. ¿, Quién es el dueño del bebé? 3. Pensamos que el trabajo interdisciplinario solo se puede llevar a la acción cuando se comparten objetivos, ilusiones, intenciones. Por ejemplo nos parece positivo que en el Servicio de Neurocirugía se hayan pensado los vómitos y la convulsión de Laura como respuestas emocionales a la presencia de Flor. No obstante necesitaríamos espacios reflexivos comunes donde poder pensar si la ausencia de los seres queridos no podría desencadenar, también, respuestas somáticas. 4. Nos parece que seria útil incluir como objetivo de la tarea del Equipo de Neonatogia, no solo salvar la vida del bebé sino también cuidar el deseo de vivir y la capacidad de amar de los padres. 5. El pensar en lugares y no lugares con la densidad que el psicoanálisis puede aportar nos llevó a considerar la patología generada por los no lugares. Entendemos que un bebe que nace en un no lugar tendría un nivel de desamparo psicofísico mayor y es- 17 taría expuesto a mayores peligros. Así como el hijo ilegitimo aparece privado del padre desde el vamos, el prematuro podría padecer la ausencia de los dos. El concepto de vivencia, en Winnicott, es un arrea intermedia donde concurren la realidad exterior y la interior.”Cuando la mamá logra una adaptación máxima a las necesidades del bebe le concede una breve vivencia de omnipotencia. Dicha vi vencia es efectiva para el bebé pero es una ilusión para el observador”. Winnicott llegó a decir que sin una cuota de esa experiencia es imposible para el infante iniciar el desarrollo de la capacidad de experimentar vínculos con la realidad exterior o aun formarse una concepción de la misma . 6, Entendemos este trabajo como un aporte del Psicoanálisis a los planes de Promo ción de Salud. En este caso se trataría de bebes, que por su condición de prema turos, deben pasar un tiempo prolongado de su vida en un hospital y requieren de un contexto muy adecuado de contención, que proteja el desarrollo del vínculo del bebé con su familia. RESUMEN Los autores plantean que la decisión de mantener junto al binomio o separarlo obedece a teorías en la mente del médico, que remiten a fantasías sobre lo bueno y lo malo para la mamá y para el bebé. Indagan dichas teorías en un marco acotado: su lugar de trabajo el Hospital B. Rivadavia. Revisan la historia: objetivos, realizaciones, cortes, continuidades, y los lugares adjudicados a la mamá y al bebé. Utilizan un material clínico actual para reflexionar sobre la influencia de la historia en las condiciones que observan. Se plantea la hipótesis del aislamiento del bebé como la instalación en un no lugar. 18 Se homologa el lugar que ocupó el hijo ilegítimo en el siglo XX con el que podría estar ocupando el bebé prematuro en este siglo: alguien que puede sobrevivir, pero con una identidad marginal. Bibliografía: Augé, M. (2000) Los no lugares, espacios del anonimato, Ed. GEDISA Garraham, J.P. (1933) ¿Pertenece al tocólogo el recién nacido?, BoletÍn del Instituto de Maternidad, Pags, 11-27. Lebovici, S. (1995) La Psicopatología del bebé, Siglo XXI, México. Menéndez,O(2001)Andamios Humanos en Psicoanálisis.Revista de ApdeBA Niñez-Vol XXIII-N3.Pag 669-693 Paz,R (2001)Desde lo siniestro. Psicoanalísis y circunstancias.Trabajo presentado en la S.A.P. el 6 /10/2001 Winnicott, D. (1979) Escritos de Pediatría y Psicoanálisis, Ed. Laia, Barcelona. 19