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Enfermeros Sala de Adolescencia Hospital de Emergencias Psiquiátricas “Torcuato de Alvear”Dirección General de Salud Mental- Subsecretaría de Atención Integrada de Salud- Ministerio de Salud Enfermeros Sala de Adolescencia Su compromiso con los pacientes va más allá de tenderles la cama o darles un medicamento, ellos trabajan en la contención, en el acompañamiento y en su educación. Ministerio de Salud El equipo de enfermeros de la Sala de Adolescencia del Hospital trabaja en el cuidado y la recuperación de los adolescentes que se encuentran internados en la sala, con el objetivo de mejorar la salud de los mismos. Este equipo está conformado por Elsa Burgos, Mónica Bustos, Alejandra Carvallo, Sandra Peña, Haydeé Reyer, Laura Rivas, Laura Rivas, Emanuel Rodriguez. David Torres, Haydeé Yuhak. Su compromiso con los pacientes va más allá de tenderles la cama o darles un medicamento, ellos trabajan en la contención, en el acompañamiento y en su educación. Muchos de ellos no cuentan con una familia contenedora, por ello, trabajan inculcándoles valores y generando hábitos que hacen a la convivencia y al cuidado de ellos mismos. La Sala de Adolescencia del Hospital Torcuato de Alvear recibe a pacientes de entre 14 y 20 años inclusive. Las patologías que tratan son por crisis vitales de la adolescencia, cuadros depresivos, pacientes duales y descompensaciones psicóticas y neuróticas. Como la ley lo indica, los chicos deben estar internados siempre el menor tiempo posible, por lo que, durante el periodo de internación, trabaja con ellos un equipo interdisciplinario que busca su reinserción al seno familiar y social. Una de las metas que tiene este equipo de enfermeros es que los chicos, durante la estancia en el servicio, transiten las menores dolencias posibles, que puedan jugar y divertirse. Así mismo, que al momento de ser externados, salgan fortalecidos y con las herramientas necesarias para poder afrontar los problemas del mundo exterior. Dentro del hospital funciona una escuela primaria y secundaria a la que los chicos internados y los que se mantienen en tratamiento ambulatorio pueden asistir. Respecto de los chicos de la sala, los enfermeros trabajan incentivándolos para que vayan a las clases y estudien, también los estimulan para que participen de otros talleres y actividades que se generan para ellos, entendiendo que tanto la educación como las actividades de dispersión e integración son importantes para la recuperación y el avance en los tratamientos. Dedican gran parte de su jornada laboral a mantenerse cerca de los jóvenes, escucharlos y observarlos. Mónica nos cuenta que a veces ellos no van a contarles lo que les ocurre, pero que con la mirada ya les trasmiten su estado de ánimo, y que para ayudarlos en lo que les suceda, deben estar allí para detectarlo. Emanuel destacó que en varias ocasiones, cuando alguno de los adolescentes internados se encuentra atravesando un brote psicótico, que muchas veces está acompañado de una excitación psicomotriz durante la cual el cuerpo es difícil de dominar, ellos resultan golpeados y lastimados al punto de tener que tomarse un período de licencia para poder recuperarse. Dado el cariño que sienten hacia los jóvenes, ni bien les dan el alta, se reintegran al servicio para poder seguir trabajando con ellos, acompañándolos y conteniéndolos como el primer día, ya que según describen, este es el lugar donde quieren trabajar.