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Sobre los retos de la gobernanza en Estados Unidos ESADEgeo Position Paper 19 Julio 2011 Angel Saz-Carranza Coordinador, ESADEgeo Center for Global Economy and for Global Economy and Geopolitics Irene García García Investigadora, Geopolitics ESADEgeo Center ABSTRACT Como ha dicho recientemente el Presidente de ESADEgeo, Prof. Javier Solana, Europa sigue de cerca lo que sucede en los países emergentes, pero, en cambio, no le dedica suficiente atención a la nación más poderosa del mundo. El país de la auto-suficiencia –más conocido como self-reliance –está experimentando situaciones insólitas en su política doméstica. Internamente, cada vez es mayor el sentimiento de declive y de incapacidad para recuperarse de la crisis económica. Externamente, Estados Unidos se ha retirado del liderazgo global. ¿Qué pasa con Estados Unidos? Sobre los retos de la gobernanza en Estados Unidos: ante la encrucijada ESADEgeo ha contado recientemente con las visitas de dos ilustres expertos en política doméstica de EE.UU.: Thomas Mann1 (investigador senior en Brookings Institution) y Clive Crook2 (comentarista principal del Financial Times en Washington). Sus visiones nos ayudarán a comprender mejor la actual disfunción del sistema político de este país y los principales retos a los que deberá hacer frente a corto-medio plazo. 1 La visita de Thomas Mann a ESADE se enmarca en el programa geoCEO organizado por ESADEgeo con el objetivo de tratar de temas de actualidad geopolítica con líderes empresarios. Este geoCEO titulado “El nuevo rol de USA en el mundo” tuvo lugar el 14 de abril en ESADE Madrid: http://www.esade.edu/exed/esp/programas/direccion_general/GeoCEO 2 Para mayor información, véase el vídeo resumen del seminario impartido por Clive Crook y liderado por Javier Solana titulado “The state of the Union: current political trends”, que tuvo el pasado 30 de mayo en ESADE Madrid: http://www.esade.tv/events?idvideo=189621 2 Polarización ideológica Para ambos autores, la polarización ideológica es actualmente el principal obstáculo en la gobernanza de Estados Unidos. Los conservadores, muy particularmente, se han radicalizado, escorándose hacia la derecha. Y aunque los demócratas no han sufrido semejante viraje, si es cierto que el Presidente Obama se ha posicionado ligeramente a la izquierda del anterior gobierno demócrata presidido por Bill Clinton. De forma que, mientras antes Demócratas y Republicanos se superponían en el centro y coincidían en numerosos puntos, sobre todo en economía—aunque el contexto económico era completamente diferente: la economía y la inversión crecían—. Ahora, esa superposición de las alas centristas ha quedado reducida a la nada. Este problema es particularmente grave en un sistema diseñado para el bipartidismo. En Estados Unidos, la Constitución se basa en la visión liberal del siglo XVIII según la cual el poder se supervisa mejor de forma fragmentada. Por ese motivo, estableció un sistema de controles y balances (checks and balances) entre el poder ejecutivo, legislativo y judicial. Aunque este sistema garantiza que ningún poder se exceda, en momentos de polarización puede inducir al bloqueo y a la parálisis ante el enfrentamiento entre el ejecutivo y las dos cámaras del legislativo, tal y como sucede actualmente. Las elecciones de noviembre de 2010 otorgaron al Partido Republicano la mayoría en la Cámara de los Representantes y le dejaron a tan sólo 4 escaños de la mayoría en el Senado. La reforma sanitaria, la deuda pública y el déficit presupuestario son ahora los caballos de batalla entre Republicanos y Demócratas. Y en ninguno parece haber unificación de posturas. El problema es que este bloqueo no puede suceder en un momento más inoportuno, porque la fiscalidad estadounidense está en una situación límite y requiere de un arreglo inmediato. En palabras de Clive Crook “sin este arreglo, y con una política monetaria que ya es actualmente muy expansiva, el ejecutivo no tendría ningún instrumento (ni 3 fiscal ni monetario) para reaccionar en caso de que se diera una nueva recesión”. Campaña electoral permanente Al efecto desestabilizador de esta polarización ideológica debemos añadir el carácter permanente que ha adquirido ahora la campaña electoral. Mientras que antes el espacio temporal de la campaña estaba perfectamente delimitado en el tiempo, ahora la división temporal entre la campaña y el ejercicio de gobierno se ha difuminado. Esto implica la adopción de posturas más marcadas y la ganancia del interés electoral frente al interés general. Medios de comunicaciones politizados La falta de neutralidad de los grandes conglomerados mediáticos –lejos de resaltar los ámbitos de acuerdo entre las distintas fuerzas políticas— contribuye a exacerbar sus diferencias. Esto es así hasta tal punto que recientemente el blog de la Casa Blanca mostró su malestar ante la cobertura que la Fox realizó de las manifestaciones relacionadas con la reforma sanitaria y declaró que el comentarista de Fox Glenn Beck “propagaba mentiras. Están criticando al gobierno, están criticando a miembros de esta Administración…y esta es una forma amable de describir lo que hacen. La realidad es que llega un punto en que el gobierno tiene que defenderse”. Este tipo de prácticas de “informar mediante el ataque” buscan neutralizar al electorado contrario y movilizar al propio, pero de paso, también contribuyen – de forma perversa— a acrecentar el distanciamiento entre el ciudadano y la política y a aumentar la desconfianza hacia las instituciones. Y los votantes del partido Demócrata son los más susceptibles ante este tipo de prácticas. Según las encuestas, los votantes independientes –un poco más jóvenes que la media del electorado, centrados principalmente en objetivos y no en retórica ideológica, y blancos en su mayoría (87%)— y fueron los que contribuyeron en gran medida a la victoria de Obama en 2008. En noviembre 2010 este grupo 4 representó alrededor del 40% del electorado total; aunque su respaldo a Obama cayó casi al 35%. Corrupción Legal La irrupción de la corrupción legal sería el cuarto factor que contribuye a la disfunción del sistema político. La simbiosis entre la financiación de los partidos y los lobby está generando una corrupción legal, no punible, donde se gobierna en función de unos intereses particulares—sobre unos intereses generales— que representan a aquellos grupos que han financiado a los representantes políticos. Por ejemplo, el sector financiero batió todos los records al gastarse en lobby más de $ 470 millones durante el año 2010. El track-record de Obama Pese a los factores de obstáculo y desestabilización mencionados, durante estos dos años de gobierno el Presidente Obama ha logrado gestionar correctamente el rescate de la banca (TARP); reestructurar la industria automovilística de Detroit; aprobar en febrero de 2009 un importante paquete de estímulos fiscales ($ 787 mil millones) destinados a generar empleo, impulsar la inversión y el consumo interno; tirar adelante una reforma sanitaria, necesaria aunque de futuro un tanto incierto; y conseguir pactar con los republicanos en diciembre de 2010 otro paquete de estímulos fiscales ($858.000 millones) –que junto a la expansión monetaria—deberían permitir un crecimiento en el PIB de casi el 4% para 2011. Sin embargo, las elecciones de medio término el pasado noviembre –con votantes enfadados por la alta tasa de desempleo y poco confiados en una mejoría de la economía del país—dieron la victoria al partido Republicano; cuyos efectos no se han hecho esperar. El pasado abril se aprobó un recorte de $38.000 millones del gasto actual. Y la política medioambiental sufrió un duro recorte del 16% en el presupuesto de la Agencia de Protección Medioambiental. 5 Otros asuntos domésticos de gran importancia –tales como la inmigración o la reducción del déficit—tampoco han salido mejor parados de este choque de posturas entre republicanos y demócratas. Por segunda vez en lo que va de año, el partido Republicano ha logrado bloquear el conocido proyecto Dream Act (Ley para el Desarrollo, la Asistencia y la Educación de Menores Extranjeros) con el que los demócratas pretendían otorgar la residencia legal a miles de inmigrantes indocumentados; a condición de que hubieran llegado a Estados Unidos antes de los 16 años, hayan vivido en el país durante al menos 5 años, tengan menos de 30 años en el momento de la entrada en vigor de la ley y contemplen matricularse en la Universidad o enrolarse en las Fuerzas Armadas. Del mismo modo, siguen sin resolverse las discrepancias entre republicanos y demócratas en torno al presupuesto definitivo para el año fiscal 2011 –que termina en septiembre de 2011— y los mecanismos para reducir el déficit nacional ($14,3 billones). La presión para alcanzar un acuerdo es cada vez mayor. Según el Departamento del Tesoro, si el congreso no aumenta el límite de endeudamiento del gobierno federal, éste solo podrá hacer frente a sus obligaciones de pago hasta el 2 de agosto. A partir de ese momento, el gobierno federal suspendería pagos y el país entraría de nuevo en recesión. En cuanto a política exterior se refiere, Obama también ha cosechado varios éxitos, como la firma con Rusia en abril de 2010 del New Start, sobre la reducción de armas nucleares estratégicas; las sanciones para aumentar la presión internacional sobre Irán y su programa nuclear; la mejora de la imagen global de Estados Unidos en el mundo desde 2008 hasta ahora, según las encuestas realizadas por Gallup; así como la captura de Bin Laden en mayo de este año, que representó un paso más en la lucha contra el terrorismo. Pero, igual que en política doméstica, los éxitos de la política exterior se difuminan frente a la incertidumbre del futuro de Iraq –aunque retirará las tropas a finales de 2011 tal y como estaba previsto—, de la delicada transición de Afganistán – cuyos detalles de salida fueron anunciados por el Presidente Obama el pasado 22 de junio—, de las negociaciones de paz entre Israel y Palestina o del papel de Estados Unidos frente a la primavera árabe. 6 Acerca del futuro En general, Obama se ha intentado mantener por encima de la pelea bipartidista, abogando por una actitud conciliadora y dialogadora. Pero lo cierto es que parte del electorado que le concedió su voto atrapado por “yes we can” y la promesa de cambio, critica ahora su actitud demasiado transigente con los republicanos y sus resultados de “luces y sombras”. Similar en política exterior, tildada por algunos como “la doctrina de la no doctrina”. Otros, por su parte, reconocen los resultados de sus políticas frente a la feroz oposición a la que ha tenido que hacer frente desde el primer día de gobierno, pero señalan que, a diferencia de la capacidad oratoria de la que hizo gala durante la campaña de 2008, Obama no ha sabido dirigirse al público y explicar la necesidad de las reformas y políticas propuestas durante su mandato; más que necesarias si tenemos en cuenta el panorama gris de la economía estadounidense. En junio, la revista Time señalaba que el PIB de EE.UU. aumentó el 1.8% el primer trimestre –muy por debajo de las expectativas de más del 3% — y en el segundo trimestre las estimaciones no son mucho mejores. Los precios de la vivienda cayeron hasta niveles no vistos desde el Crack del 29. Las cifras de consumo tampoco lograron remontar durante los últimos seis meses. Y apenas se crearon 54.000 puestos de trabajo en mayo. Menos de la mitad de lo que se esperaba y menos de un tercio de lo que se necesita para bajar la tasa de desempleo del 9,1%. Si Estados Unidos quiere superar la crisis, necesita adoptar políticas que estimulen el crecimiento y alcanzar acuerdos que hagan frente a la difícil situación fiscal. Para atacar el déficit será necesario el incremento de impuestos, sobre todo para las rentas altas—es decir, volver a una estructura fiscal pre George W. Bush, anulando las bajadas de impuestos de éste, que suponen un coste anual de más de $180.000 millones—, una mejora de la eficiencia de la sanidad pública y una ligera reducción en algunas prioridades de gasto, como son: infraestructura, defensa y pensiones. De aplicarse estas medidas, es probable que a corto plazo la economía sufra por la baja demanda pública. Pero si se enrocan las posturas de los partidos políticos y no se llevan adelante, el impacto negativo puede ser importantísimo. 7 Sin embargo, mientras la Cámara de Representantes esté controlada por los Republicanos (partidarios de la austeridad frente al estímulo) y las posiciones sigan encontradas frente al déficit (fundamentalmente en torno a los recortes y los impuestos), el consenso político necesario no será muy factible. Y difícilmente un EE.UU. bajo de ánimos y poco optimista frente a su recuperación económica podrá proyectar una imagen segura y de liderazgo en el exterior. Sobre todo si tenemos en cuenta la nueva realidad del escenario internacional, marcada por la emergencia (o re-emergencia) de nuevos países como China, India, o Brasil, con un crecimiento del PIB en 2010 de 10,3%, 7,4%, y 7,5 respectivamente. Ahora bien, el poder no sólo reside en los resultados económicos, tal y como recuerda Nye en su libro The Future of Power. En el mundo multinivel de hoy, marcado por las transferencias y difusión de poder, se necesita también de varias dimensiones de poder (económica, militar y poder blando) para lograr estrategias efectivas. Y aunque EE.UU. se enfrenta a hoy a serios problemas de deuda, educación e impasse político, sigue siendo el más poderoso en capacidad militar –muy por delante de China y Reino Unido – y en el poder blando (ideas, valores, cultura) sigue ejerciendo una gran atracción. Por ese motivo, Nye considera que EE.UU no se encuentra en fase de declive ni de retirada de su liderazgo global. Más bien se encuentra en un estadio de reflexiones internas acerca de su modelo (tanto externo como interno). Pero si EE.UU. quiere continuar siendo la potencia más poderosa, deberá empezar a preguntarse cómo combinar los diferentes tipos de poder para producir estrategias inteligentes con otros países, más que sobre otros países, y saber distinguir las situaciones que tienen solución de las que no. En cuanto a la primera recomendación, el Presidente Obama parece estar actuando en consecuencia. La estrategia de seguridad estadounidense publicada el pasado año reconocía la necesidad de cooperar ante “un mundo de desafíos transnacionales”3. Y el discurso por el que Barack Obama 3 Para más información, véase la Estrategia de Seguridad de Estados Unidos: http://www.whitehouse.gov/sites/default/files/rss_viewer/national_security_strategy.pdf 8 anunciaba los plazos de retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán4 admitía la necesidad de llevar a cabo una política exterior pragmática, estratégica y de lograr “la cooperación internacional”. Ejemplo de ello es la postura de no liderazgo y consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU para la intervención militar en Libia. Esta decisión parecía contar con el respaldo de la mayoría de los estadounidenses: sólo el 10% se mostraba partidario de que Estados Unidos liderara la operación, mientras que en 2003 el 75% respaldaba la intervención unilateral del país en Iraq5. Así mismo, este discurso también reconocía la necesidad de replantear el modelo de crecimiento sobre el que se asentará EE.UU. en el futuro: “durante la última década, EE.UU. ha gastado trillones de dólares en la guerra, en un momento marcado por el aumento de la deuda y de dificultad económica…Ahora debe centrarse en reconstruir su propia casa e invertir en innovación, infraestructura y energía renovable”. Más difícil lo tendrá Obama para lograr que se distingan los problemas que tienen solución de los que no— tal y como propone Nye apelando a la acción en el ámbito económico y al desbloqueo de la actual parálisis política. Mientras los Republicanos no parecen dispuestos a dar su brazo a torcer, Obama necesita ofrecer resultados antes de las elecciones de 2012 en aquellos asuntos que han preocupado constantemente a la ciudadanía desde 2010: economía (29%), desempleo (26%) y déficit (13%); pero cuya visibilidad resulta más compleja a corto plazo. Ante este escenario, sería conveniente –tal y como recomendaron Thomas Mann, Clive Crook o Kemal Dervis6— que Obama dedicase más tiempo a 4 Obama señaló en su discurso: la retirada de 10.000 soldados este año, 23.000 más antes del próximo verano. Tras esta retirada, el resto de los 68.000 soldados saldrán progresivamente en los próximos dos años, a medida que el liderazgo afgano vaya tomando el relevo. La misión cambiará de modalidad combate a modalidad de apoyo. Y para 2014, este proceso de transición ya se habrá completado. Después de 2014, quedarán pocas unidades cuyo número se pactará con las autoridades afganas. Para más información del discurso: http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2011/06/22/remarks-president-way-forwardafghanistan 5 Véase encuestas de Gallup sobre la intervención de EE.UU. en Iraq: http://www.gallup.com/poll/1633/Iraq.aspxy y la intervención de EE.UU. en Libia: http://www.gallup.com/poll/146840/Americans-Resist-Major-Role-Libya.aspx 6 La visita a ESADE de Kemal Dervis (director del Global Economy and Development Program de la Brookings Institution y ex ministro de Economía de Turquía) se enmarca dentro del programa geoCEO organizado por ESADEgeo. Este geoCEO versó sobre “Los países 9 explicar a la ciudadanía la pertinencia de sus políticas; sobre todo si quiere movilizar de nuevo al voto independiente. Incluso el propio Obama reconoció esta realidad en el discurso que ofreció tras los resultados de las elecciones de noviembre de 2010. Con este propósito también ha decidido acercarse a la ciudadanía y escribir él mismo los mensajes de twitter, que se distinguirán por su firma “BO”. Aunque de momento las últimas encuestas realizadas por Gallup dan por favorito al partido Republicano (44%) frente al Demócrata (39%) – independientemente del candidato republicano—la reelección de Obama sería bastante probable si las condiciones mejoran mínimamente (como sucedió durante la Administración Clinton). Y, en el peor de los escenarios –de máximo bloqueo político— la mayoría de votantes atribuiría la culpa a los republicanos (44%), frente los demócratas (33%); fundamentalmente entre los demócratas: el 72% responsabilizaría a los republicanos frente el 15% que responsabilizaría a los demócratas. Y entre los independientes, que atribuyen más responsabilidad a los republicanos (36%) frente a los demócratas (34%). Aunque queda un porcentaje de independientes que responsabilizaría a ambos (17%) y otro que aún no tiene definida una posición (12%). Sería especialmente a este grupo al que Obama deba dirigir la mayor atención para lograr renovar su presidencia durante cuatro años más7. emergentes y la economía mundial” y tuvo lugar el 24 de noviembre en ESADE Barcelona. La entrevista realizada por la Vanguardia al hilo de su visita ilustra muy bien su discurso y la necesidad de comunicación: http://itemsweb.esade.edu/research/esadegeo/Kemal%20Dervis_La%20Vanguardia.pdf 7 Para más información, véase la encuesta realizada por Pew Research Center el pasado 20 de junio: http://pewresearch.org/pubs/2030/poll-who-would-be-responsible-if-no-debt-limit-deal 10 Para mayor información sobre los Position Papers de ESADEgeo, contacte a: Irene García García Researcher ESADE Center for Global Economy and Geopolitics Av. Pedralbes 60-62, 08034 Barcelona, Spain irene.garcia2@esade.edu 93 280.61.62 Ext. 3917 11