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Disponible en el sitio: http://cvc.cervantes.es/lengua/aeter/comunicaciones/florian.htm Evolución de la terminología del Marketing de Ciudades M. Loreto Florián y Gema Sanz. Universidad de Alcalá A mediados de los años 60 los teóricos de la comercialización e investigación de mercados (marketing) de los Estados Unidos comenzaron a discutir su aplicación al ámbito no empresarial. Surgió así el término «marketing no lucrativo», que convive con el de «marketing no empresarial», para referirse al «conjunto de actividades de intercambio, básicamente de servicios e ideas, que son llevadas a cabo fundamentalmente por instituciones sin ánimo de lucro, bien sean privadas o públicas». (Santesmases 1996). El reconocimiento de las ideas junto a bienes y servicios como objeto de intercambio está recogido de modo explícito en la definición oficial demarketing dada por la American Marketing Association (AMA) en 1985: «marketing es el proceso de planificación y ejecución de la concepción, fijación del precio, promoción y distribución de ideas, bienes y servicios, para crear intercambios que satisfagan los objetivos de los individuos y de las organizaciones» (Santesmases 1996:535). No obstante, en la década de los sesenta, se producen las primeras definiciones en este sentido: en 1965 el Departamento de Marketing de la Universidad de Ohio concibe el marketingbajo la concepción de ‘proceso social’; más tarde, Kotler y Levy (1969: 10-15)afirman que el concepto de marketing debe dar cabida a organizaciones distintas a la empresa, y dos años más tarde, Kotler y Zaltman (1971: 312)introducen y definen el concepto de «marketing social», cuya finalidad es «influir en la aceptación de las ideas sociales», de ahí que lo denominen también como «marketing de las causas sociales» y «marketing de las ideas». El marketing es aún una disciplina joven, con un desarrollo científico muy reciente. Desde su implantación y desarrollo, su breve historia se ha caracterizado por innumerables intentos de definición y de determinación de su naturaleza y alcance, ocasionando múltiples controversias académicas. Este fenómeno puede apreciarse incluso en el término marketing, de origen anglosajón, que empezó a utilizarse en Estados Unidos a principios del siglo XX (1910). Este término se ha consolidado en España frente a las propuestas de traducción como mercadotecnia, mercadología o mercadeo, que sí han triunfado en Hispanoamérica, y también frente a la más recientecomercialización, denominación oficial que recibe en las universidades españolas. Actualmente el término marketing es utilizado para designar esta disciplina tanto en el ámbito académico como profesional, con un amplio reconocimiento internacional. De hecho, su utilización plantea menos problemas semánticos que los anteriores términos citados. Algunos autores, como Lambin (1995: 5), defienden el uso de los términos mercadeo ymercática, afirmando que el término marketing significa literalmente ‘el proceso de puesta en el mercado’, y por tanto el uso de este término resulta insuficiente porque no expresa la dualidad existente en la gestión demarketing (análisis y acción) favoreciendo la dimensión de acción de esta disciplina, en detrimento de la dimensión de análisis. Como en la práctica estos términos no se utilizan, se han acuñado los términos marketing estratégico y marketing operacional u operativo que designan las dos dimensiones que integran la disciplina de marketing, análisis y acción respectivamente. Así pues, el lenguaje especializado del marketing se caracteriza por ser un lenguaje en curso de elaboración, que aún está sometido a un proceso de evaluación que caracteriza su uso por parte de los hablantes que comparten este lenguaje. Los múltiples intentos de definición de términos y las múltiples controversias académicas se explican por el proceso de elaboración en el que se encuentra esta disciplina, que aún no cuenta con un siglo de antigüedad y que, además, se está desarrollando en nuevos contextos de aplicación diferentes a la tradicional área económico-empresarial, generando nuevos términos y ampliaciones semánticas. La denominación de «marketing no empresarial» incluye un conjunto de actividades de intercambio de servicios e ideas protagonizadas por organizaciones que no persiguen fines de lucro. «No supone simplemente un traslado de conceptos, métodos y técnicas del marketing empresarial, sino que requiere un análisis de las necesidades sociales, así como de las actividades llevadas a cabo por estas organizaciones y de sus características diferenciales» (Santesmases 1992: 798). Dentro del marketing no lucrativo (Ver figura 1), cabe distinguir el«marketing social», cuya finalidad es el desarrollo de programas para animar o desanimar la aceptación de ideas o comportamientos sociales, el«marketing de las instituciones no lucrativas», públicas o privadas1, que tiene por objeto la captación de recursos financieros o la mejora de las prestaciones para operar en un mercado con una fuerte competencia, o el«marketing político», desarrollado por los partidos políticos, sindicatos y candidatos para conseguir el apoyo a sus ideas y programas y obtener el voto de los electores. Este tipo de estrategias incluye el «marketing electoral». La diferencia radica en que el «marketing político» es una actividad permanente, con objetivos a largo plazo, mientras que el electoral es temporal y sus objetivos son a corto plazo. El marketing de todos estos sectores se basa en las aportaciones del«marketing de relaciones», también denominado «marketing interactivo», que enfatiza la visión a largo plazo de las relaciones de la organización con los diversos públicos-objetivo, de manera que queden satisfechos y permanezcan leales a la organización. Así, una campaña debe adoptar un enfoque a largo plazo, intentando fidelizar y retener al público objetivo. En las últimas décadas hemos asistido a un cambio en los valores de la sociedad, que se muestra más sensible hacia conceptos como la solidaridad, el desarrollo sostenible, el comercio justo, o la conservación de los bienes naturales y artísticos, etc. Al mismo tiempo, el deseo de obtener los mejores resultados en la gestión de cualquier servicio ha propiciado la aplicación de campañas de marketing en ámbitos como la gestión sanitaria, la defensa del medio ambiente, el impulso del turismo cultural o la competitividad de las ciudades. (Ver figura 2). La ciudad, como centro económico, cultural, artístico y social, ha ocasionado nuevas necesidades vinculadas a los nuevos valores existentes en las sociedades actuales. Los principales protagonistas de las ciudades del sigloXXI, ciudadanos, nuevos residentes, inversores, empresas y turistas, plantean nuevas demandas y desafíos que conducen a las ciudades a experimentar una situación de competencia entre ellas, para lo que es necesario desarrollar una gestión eficaz de sus recursos con el fin de lograr la consecución de sus objetivos con eficiencia, es decir, crear valor para sus ciudadanos con el menor coste posible. Esta situación de competencia entre las metrópolis ha motivado la utilización de diversas estrategias orientadas a lograr el éxito de la comunidad a la que sirven. En este contexto ha surgido el «marketing de ciudades»2, definido como el «proceso de gestión de los recursos de la ciudad cuyo objetivo es favorecer la aceptación de los elementos de valor que ésta incorpora, atendiendo a las necesidades de los diferentes públicos-objetivo» (Gómez 2000:266). En 1992, Porter introduce el concepto de competitividad de las naciones a partir del ya existente competitividad de la empresa y también amplía la ventaja competitiva, tradicionalmente aplicada a la empresa, acuñando ventaja competitiva de las naciones. Surge entonces el «marketing territorial» y dentro de él, el «marketing de ciudades» (1994), que en Hispanoamérica aparece como «mercadotecnia de localidades». Para Elizagarate (2003: 20-21), la aplicación del «marketing de ciudades» implica: 1.- La incorporación de la filosofía del marketing en la planificación de la ciudad, es decir, orientar dicha planificación al cliente, a las exigencias de su público objetivo (ciudadanos, inversores, empresas, potenciales residentes) de forma permanente, adaptando los servicios de la ciudad a las necesidades de este público objetivo, fortaleciendo su atractivo frente a otras ciudades y consecuentemente, mejorando su posición competitiva frente a otras ciudades. 2.El desarrollo de la metodología de planificación del marketingestratégico aplicado a las ciudades. De manera que se desarrollen estrategias que permitan alcanzar los objetivos propuestos con el menor coste en recursos para la ciudad. Esta metodología permite descubrir nuevas oportunidades y alcanzar una mayor rentabilidad social para sus ciudadanos, lo que proporciona a su vez una ventaja competitiva para la ciudad. 3.- La utilización de técnicas que permitan medir el impacto de las actuaciones urbanas para analizar la percepción e imagen que los ciudadanos tienen de sus barrios, o del conjunto de la ciudad, utilizando los resultados obtenidos como guías para nuevas actuaciones. 4.- La creación de un conjunto de indicadores que permitan comparar la evolución de las ciudades en ámbitos sociales, económicos y ambientales, para realizar una evaluación competitiva con la que detectar las posibles correcciones que garanticen el desarrollo sosteniblede la ciudad. 5.- El fomento del atractivo de la ciudad desde una perspectiva integradora del comercio, ocio y turismo urbano, entendiendo la ciudad como un espacio que ofrece a sus ciudadanos los elementos necesarios para la relación social, comercial, cultural, de ocio y entretenimiento, integrados de forma natural. 6.- El desarrollo de variables que definan el marketing operativo de las ciudades, analizando su valor, así como el ciclo de vida del producto ciudad,favoreciendo la atracción de capitales y la implantación de empresas internacionales de sectores financieros y de servicios, que permitan a las ciudades convertirse en ciudades globales. A lo que Gómez (2000: 290-291) añade: 7.- El desarrollo de una política de distribución de la ciudad, basada en actividades de comunicación interna y externa como parte del plan estratégico de marketing, para difundir los mensajes y características de la ciudad entre el público objetivo. 8.- Finalmente, el diseño de unos mecanismos de control que permitan realizar un seguimiento de los resultados obtenidos y de esta manera compararlos con los objetivos previstos. Desde la perspectiva del «marketing de ciudades» se hace necesario el desarrollo de una planificación estratégica de la ciudad que permita la rápida adaptación de la ciudad a las situaciones cambiantes del entorno, con la finalidad de responder positivamente ante las oportunidades y amenazas que se generan en este entorno. Para ello es necesario desarrollar un sistema de información, planificación y control que permita la adaptación y el progreso de la ciudad. El proceso de planificación estratégica de una ciudad debe llevar a cabo el cumplimiento de las cuatro etapas que tienen lugar en cualquier tipo de gestión de marketing: análisis, planificación y fijación de objetivos y estrategias, ejecución de tareas encaminadas a la consecución de los objetivos establecidos y control de los resultados obtenidos. El análisis debe realizarse tanto a nivel interno como externo. El análisis interno permite obtener una visión global de la ciudad que proporciona información sobre las fortalezas y debilidades de la ciudad estudiada, es decir, aquellas características propias de la ciudad que logran atraer a los públicos objetivos de la ciudad y aquellas características que sitúan a la ciudad en una posición de desventaja frente a otras ciudades para competir en la atracción de los diferentes públicos objetivos de las ciudades (ciudadanos, inversores, empresas, potenciales residentes y turistas). El análisis externo permite obtener información sobre las oportunidades y amenazas a las que se enfrenta la ciudad. Este análisis se basa en el estudio de las diferentes variables que conforman el macroentorno en el que se desarrolla la ciudad (ambiente legal, económico, político, cultural y social, tecnológico…), variables sobre las cuales la ciudad no puede ejercer ningún tipo de control, pero debe conocer la situación de las mismas para poder prever los cambios y adaptarse con la suficiente antelación. Una vez conocida la situación interna y externa de la ciudad, los gestores deben planificar unos objetivos y diseñar unas estrategias que permitan la consecución de estos objetivos, nos encontramos en la fase denominada como «marketing estratégico». Estas estrategias deben materializarse en unas acciones concretas que permitan la consecución de objetivos planificados a corto, medio y largo plazo, lo que nos sitúa en la fase del«marketing operativo». Los objetivos de la ciudad estarán orientados a la satisfacción de las necesidades de los diferentes públicos objetivos de la ciudad, y para satisfacer estas necesidades tendrá lugar el desarrollo de políticas de marketing a nivel interno y externo. (Ver figura 3). La comunidad científico-profesional que se dedica al marketing ocomercialización e investigación de mercados ha visto cómo se ha diversificado esta disciplina en su aplicación a los nuevos sectores sociales, dando lugar a la acuñación de términos nuevos o al enriquecimiento semántico de los ya existentes y también incorporando términos procedentes de las lenguas de especialidad de la economía, la sociología, la política, la ecología, la sanidad o el turismo, que guarda una relación muy estrecha con el marketing de ciudades. Los primeros resultados de nuestra investigación muestran que la terminología del marketing empresarial ha visto ampliada su significación al aplicarse al sector no lucrativo, y más en concreto al impulso de las ciudades. El término producto, definido como ‘cualquier bien material, servicio o idea que posea un valor para el consumidor o usuario y que sea susceptible de satisfacer una necesidad’ (Santesmases 1996), debe ampliarse ahora y surge así producto-ciudad, con guión o sin guión, definido como ‘el conjunto de las características que proporcionan la satisfacción de las necesidades y deseos de los ciudadanos, visitantes, inversores, empresas o nuevos residentes’ (Elizagarate, 2003: 34). Entre los atributos de este producto están la calidad de vida residencial, el mercado de trabajo, los equipamientos deportivos, las atracciones culturales, el patrimonio histórico, el suelo para usos terciarios, o los incentivos fiscales. Otro término que ya aparecía en los diccionarios de marketing es el de «ciclo de vida del producto», basado en la evolución de las ventas y de los beneficios. Junto a él, «ciclo de vida del producto industrial» y «ciclo de vida del producto internacional». Y en nuestro campo, «ciclo de vida del producto ciudad». Muchos de los términos procedentes del marketing empresarial aparecen ahora con el complemento «de la ciudad». La imagen de la ciudad: como representación mental de los públicos objetivos (ciudadanos, inversores, empresas, potenciales residentes y turistas) y la sociedad en general, del producto-ciudad o de la marca-ciudad. La identidad de la ciudad: es distinta a la imagen de la ciudad. Mientras que la imagen refleja las percepciones actuales, la identidad es la aspiración y refleja las percepciones que deberán desarrollarse y reforzarse para que ésta perdure. La marca ciudad: es el nombre, término, símbolo o diseño, o combinación de ellos, que trata de identificar las características de la ciudad y diferenciarla de otras ciudades. El valor de la ciudad: es la medida de la capacidad de la ciudad para la satisfacción de necesidades. Una ciudad tiene valor si tiene utilidad, bien funcional o simbólica. El posicionamiento de la ciudad: se refiere al lugar que ocupa la ciudad según las percepciones de los diversos públicos objetivos, en relación a otras ciudades competitivas o a una ciudad ideal. La cultura de la ciudad: es el conjunto de normas, valores y formas de pensar que caracterizan el comportamiento de las personas que conviven y comparten los servicios de la ciudad e influyen en la imagen de esta proyectada al exterior. El término misión de la empresa ha dado lugar a otro más preciso en nuestro ámbito de estudio, la misión de la ciudad, que designa los propósitos y posiciones que se desean alcanzar y que depende tanto de la visión de la ciudad, cómo desean los ciudadanos que sea la ciudad en la que les gustaría vivir, como de la voluntad del equipo de gobierno. Paralelo a la construcción del marketing empresarial las cuatro P3, surgen lascuatro AS: cuatro aspectos fundamentales que han de ser considerados al planificar cualquier estrategia de marketing relacionada con la ciudad. Estos aspectos son: el atractivo de la ciudad, la accesibilidad a la ciudad, las amenidades y la acción. El atractivo de la ciudad: medida del potencial de beneficios de una ciudad, que se deriva a partir de la valoración dada a diversos factores relacionados con el nivel interno y externo de la ciudad. La accesibilidad a la ciudad: esta dimensión está relacionada con la calidad del servicio de la ciudad, supone facilidad de acceso a los servicios ofrecidos y a la reducción de tiempos de espera. Las amenidades de la ciudad: hace referencia a la animación de la ciudad, muy valorada por los públicos objetivos. Las más destacadas son las exposiciones culturales, museos, lugares de descanso, parques de ocio y entretenimiento, ferias y congresos,… La acción de la ciudad: hace referencia a las acciones de dinamización e integración de los recursos de la ciudad, para potenciar su atractivo, accesibilidad y amenidades. El término alianza estratégica, que designaba la asociación entre empresas cuyo fin es la consecución de algún tipo de objetivo estratégico, a largo plazo, para mejorar su posición competitiva, aparece aquí como alianza estratégica de ciudades, debido a que una alianza es un modo adecuado de compartir y reducir riesgos en mercados globales. Estas alianzas adquieren la forma jurídica de consorcios o de hermanamientos. Entre los términos nuevos destacamos la serie formada por el sustantivociudad. Ciudad-puerta: sirve de acceso al territorio por lo que es importante mejorar sus infraestructuras para hacerlas más accesibles y conectar con redes para que puedan circular grandes volúmenes de mercancías. Ciudad emergente, creada a imagen de país emergente y este de mercado emergente. Son ciudades capaces de proporcionar nuevos servicios y prestaciones. El inventario de ciudades mundiales responde a la clasificación de ciudades que son consideradas los principales centros de servicio en el mundo, por ser elegidas como centro de implantación de las principales empresas de los sectores de banca, auditoria, publicidad y asesoría legal. Ciudades alfa o ciudades globales, o ciudades con liderazgo estratégico, es decir, centros de servicios avanzados. Son ciudades que según el inventario de ciudades mundiales se caracterizan por disponer de una alta capacidad en la provisión de servicios avanzados, en las áreas de auditoria, banca, publicidad y asesoría legal ya que cuentan con la implantación de importantes sedes centrales de empresas internacionales de los sectores financieros y de servicios. Ciudad beta: según el inventario de ciudades mundiales, este tipo de ciudades son consideradas de segundo nivel, ya que su capacidad en la provisión de servicios avanzados, en las áreas de auditoria, banca, publicidad y asesoría legal es mas restringida que las de primer nivel o ciudades alfa, limitando su actividad a los servicios principales. Ciudad gamma: el inventario de ciudades mundiales clasifica como ciudades gamma a aquellas ciudades que su capacidad se ciñe a la prestación de servicios secundarios. Ciudad digital: es el resultado de la creciente importancia de las nuevas tecnologías en las sociedad actual. La ciudad digital es un herramienta destacada del marketing de ciudades utilizada para llegar a los diferentes públicos objetivos. Son representaciones o modelos de la ciudad que existen en el mundo real y que nos permiten acercarnos a los distintos servicios ofrecidos por la ciudad mediante los sitios web. Entre los términos que han visto ampliada su significación tenemos cliente,que en el marketing interno ya sufre una ampliación, pasando a denominarclientes internos a los propios empleados, a los que la empresa ofrece una actividad que espera que satisfaga sus necesidades profesionales y la desarrollen de modo efectivo, de acuerdo con los objetivos de la organización. En el marketing de ciudades aparecen como clientes internos los residentes de la ciudad y como clientes externos los visitantes, los turistas, los inversores y las empresas. También encontramos nuevas denominaciones para conceptos ya existentes. El antiguo centro comercial se convierte en centro comercial cerrado para distinguirlo de la ciudad como centro comercial abierto, modelo de ciudad que supone una concentración de ofertas comerciales con esparcimiento, que trata de convertir la compra en una actividad agradable y divertida. Como se puede observar, los términos del marketing proceden en su mayoría del inglés y se adaptan al español a través de procesos de calco, con lo que abundan los compuestos sintagmáticos. Los extranjerismos no naturalizados, no adaptados, aparecen también, pero no con gran frecuencia. Así, hemos recogido junto al ya clásico marketing-mix, elbenchmarking, que ya en 1993 fue definido como una «técnica de gestión empresarial por la que la organización compara sus niveles de eficiencia con estándares externos para emular y corregir los posibles desfases existentes y, mediante planes de actuación y de mejora continua, identificar oportunidades de innovación, realizar cambios efectivos en el negocio, lograr posiciones de liderazgo, alcanzar niveles de excelencia y conseguir los resultados de rentabilidad deseados» (Santesmases 1996). Otra formación interesante son las metáforas, de las que destacamos dos: La locomotora es en marketing la actividad que sirve de empuje a otras actividades asociadas a ella en la empresa. Más concretamente, la locomotora del centro comercial (Davara 1998: 8), durante los 80 fue el hipermercado, en los 90 las salas de cine y en la actualidad, lo son las actividades de ocio como una pista artificial para esquiar durante todo el año. Más circunscrita al marketing de ciudades, pero muy relacionada con la economía, está la forma banana, el eje de atracción de inversiones en un territorio dado (Elizagarate 2003:118). Así, la ciudad de Córdoba, Argentina, está en la banana de MERCOSUR y Milán está en la banana4 azul de UE. Del lenguaje político proceden las metáforas arco atlántico y arco mediterráneo, para designar a los países o las ciudades que poseen intereses comunes por su enclave geográfico. Sin duda, la característica más acusada del marketing de ciudades es la presencia de términos procedentes de otros lenguajes de especialidad. Es frecuente en la bibliografía seleccionada la alusión a los parques empresariales y polígonos industriales, así como parques tecnológicos y redes trasnacionales de transporte. De la gestión urbanística aparecen oferta de suelo, suelo para usos terciarios, u ordenación del espacio urbano. También elmarketing de ciudades está atento a la preocupación ecológica de los ciudadanos y así aparecen desarrollo sostenible, degradación medioambiental ogestión de residuos sólidos urbanos. Por último, muchos de los términos más empleados proceden del turismo, debido a la proximidad de estas dos disciplinas, ya que ambas «tienen objetivos comunes, hacer más atractivo un destino geográfico» (Gómez 2000: 270): turismo de ciudad, turismo de negocios, índice turístico, promoción turística. En resumen, la terminología del marketing está aún en proceso de elaboración y más concretamente, el marketing de ciudades, por su reciente nacimiento, toma ese caudal terminológico y lo aplica a su objeto de estudio con lo que son más abundantes las ampliaciones de significado de los términos ya acuñados que la creación de nuevos términos. Dentro de ésta, el proceso más productivo es el calco semántico, que da lugar a numerosos compuestos sintagmáticos, no siendo habituales los procesos de prefijación o sufijación o las haplologías. Las siglas5, aunque abundantes, no son propiamente del marketing de ciudades, sino que proceden de otras lenguas de especialidad, como la economía y el turismo, que comparten muchos de sus términos con el marketing, por lo que puede concluirse que los trasvases léxicos se dan en ambas direcciones. Bibliografía 1. AGUIRRE, M. S. (coord.) (2000). Marketing en sectores específicos. Madrid: Pirámide. 2. ÁLVAREZ DEL BLANCO, R. M. (1993). «Marketing de ciudades: la candidatura de Barcelona como sede olímpica», Harvard Deusto Business 5, pp. 59-67. 3. DAVARA, A. (1998). «Centros comerciales. Un futuro urbano y de ocio».Distribución Actualidad 261, pp. 6-10. 4. DE AGUILERA, M., PERALES, A. (1994). «La imagen de las ciudades en elmarketing urbano». Marketing+Ventas 79, pp. 10-14. 5. ELIZAGARATE, V. 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El marketing no empresarial además desarrolla un tipo de intercambio específico de servicios e ideas, que son más difíciles de definir, además los costes incurridos por los usuarios no siempre suponen gastos monetarios, sino también la implicación de otro tipo de recursos como el tiempo y el esfuerzo y dedicación humana (Santesmases 1992: 798).volver (2) Aunque es mucho más frecuente en la bibliografía consultada la forma «marketingde ciudades» para traducir el término acuñado en inglés city marketing, en algunos artículos aparece «marketing urbano», que muestra más similitud formal con otros compuestos de marketing + adjetivo. La bibliografía en francés muestra la formación marketing de villes. La solución «marketing de localidades» parece más idónea pues en realidad el concepto se aplica a núcleos de población que cuentan con menor número de habitantes que una ciudad. volver (3) Producto, precio, publicidad y distribución. volver (4) «Europa cuenta con un continuo urbano denominado la «banana europea o banana azul» que se configura como un arco y comprende las principales aglomeraciones urbanas europeas, como son Londres, París, Milán y el núcleo de producción de Renania (con el triángulo formado formado por las ciudades de Fráncfort, Stuttgart y Múnich). Estas ciudades se constituyen como el eje principal por el que fluyen las mercancías que, procedentes del Mediterráneo, se distribuyen por Europa» (Elizagarate 2003: 25). volver (5) Junto a formaciones siglares propias del marketing como análisis DAFO (SWOT), aparecen frecuentemente PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación), FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo Regional), AFC (Análisis factorial de correspondencias), I+D (Investigación y Desarrollo). volver Centro Virtual Cervantes © derechos. cvc@cervantes.es Instituto Cervantes, 1997-2012. Reservados todos los