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5CFE01-038 2/13 Estudio de la foto-aclimatación del sistema hidráulico y del intercambio gaseoso en brinzales de roble albar y roble melojo cultivados en solución hidropónica. CANO MARTÍN, F.J. 1,2, SÁNCHEZ GÓMEZ, D. ARANDA GARCÍA, I. 2 1,2 , GASCÓ GUERRERO, A.M. 2 y 1 Unidad de Anatomía, Fisiología y Genética Forestal, E.T.S.I. Montes, Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Ciudad Universitaria s/n, 28040 Madrid. 2 Centro de Investigaciones Forestales (CIFOR), Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), Carretera de la Coruña km 7,5, 28040 Madrid. Resumen Se cultivaron brinzales de Quercus petraea L. y Quercus pyrenaica Wild. en solución hidropónica y condiciones controladas aplicando dos tratamientos de radiación contrastados (luz: PPFD = 470 μmolm-2s-1; sombra: PPFD = 80 μmolm-2s-1). A los 5 meses de cultivo se realizaron curvas fotosíntesis-CO2 (n=4-6) y medidas de la fluorescencia de la clorofila en paralelo. En las mismas hojas se midió el contenido de clorofilas y el potencial hídrico al mediodía. A partir de este momento, la mitad de las plantas de sombra fueron transferidas al tratamiento de luz. Tras 30 días de cultivo bajo las nuevas condiciones ambientales, se evaluaron los mismos parámetros funcionales que al comienzo del experimento, incluyéndose un análisis de las características hidráulicas del xilema de tallos y raíces: conductividad y grado de embolia. Las plantas transferidas aumentaron sensiblemente las tasas máximas de carboxilación y transporte electrónico respecto a las de sombra, no llegando a los valores de las de luz. La conductancia interna fue significativamente mayor en las plantas de luz que en las de sombra y transferidas, en las cuales disminuyó significativamente respecto al tratamiento de sombra. La misma tendencia se apreció en los valores de conductividad hidráulica. El grado de embolia fue significativamente superior en las muestras de Q. petraea, lo que puede relacionarse con la diferente distribución del tamaño de sus vasos. Ambas especies respondieron al tratamiento de puesta en luz modificando los valores de los parámetros estudiados, aunque Q. petraea mostró mayor plasticidad en su respuesta. Palabras clave Aclimatación fotosintética, curvas fotosíntesis-CO2, conductividad hidráulica, intercambio gaseoso, Quercus petraea, Quercus pyrenaica. 1. Introducción La regeneración de las especies forestales que forman los bosques templados europeos está limitada en el interior de la masa por un déficit de recursos. Las plántulas que germinan en el sotobosque se desarrollan en un ambiente en el que la radiación fotosintéticamente activa (PAR) que llega al suelo es mucho menor y de distinta cualidad espectral a la recibida en zonas abiertas (Endler, 1993). Sin embargo, la temperatura y el déficit de presión de vapor (DPV) se ven amortiguados. Se ha postulado que la disponibilidad lumínica constituye el principal limitante de la regeneración en estos ambientes (Bazzaz & Wayne, 1994; Canham et al., 1996), y da lugar a la existencia de un gradiente ecológico de tolerancia a la sombra entre las distintas especies (Ellenberg et al., 1991; Coomes & Grubb, 2003). Por otra parte, la dinámica forestal puede estar condicionada por una plasticidad fenotípica diferencial de las especies para adaptarse y aprovechar los cambios en los niveles de radiación que tienen lugar tras la apertura de claros en el bosque (Canham 1989, Valladares et al. 2000). 3/13 Diversos estudios sugieren que la apertura de claros en el dosel juega un papel determinante en la regeneración del arbolado de los bosques templados (Canham & Marks, 1985; Connell, 1989; Beaudet & Messier, 1998), siendo el crecimiento de las plantas mucho mayor que bajo la cubierta, lo que contribuye a cerrar el claro en mayor medida que gracias a brinzales procedentes de nuevos reclutamientos (Connell 1989; Uhl et al. 1988). En este sentido, la creación de un claro supone un aumento de recursos, no obstante constituye también una situación estresante para las plántulas adaptadas a crecer en la sombra. Al incremento de irradianza le acompaña un aumento de la temperatura foliar con el consiguiente aumento del DPV. En consecuencia, las plantas deben modificar su estructura hidráulica, destinando fotoasimilados a la producción de nuevas raíces que capten una mayor cantidad de agua y que ésta sea conducida por nuevos vasos que les permitan suplir la mayor demanda evaporativa soportada por las hojas. No obstante, hasta que no se genere esta nueva estructura hidráulica, capaz de satisfacer las nuevas necesidades, las tensiones en el interior del xilema pueden producir inicialmente episodios de cavitación en los vasos de mayor tamaño (Cochard et al., 1999; Barigah et al., 2006). Así mismo, ante las nuevas condiciones de mayor irradiancia para las plantas en los claro, éstas deben eliminar el exceso de energía que reciben sus hojas, y que no puede ser asimilada por la actual ruta fotosíntética, para evitar los daños provocados por fenómenos de fotoinhibición (Powles, 1984). En este proceso se producen modificaciones en la estructura fotosintética de las células parénquimáticas, ocurriendo una degradación neta de las clorofilas para emplear el nitrógeno en carotenoides (Valladares et al., 2000), en enzimas del Ciclo de Calvin, particularmente en Rubisco, y en proteínas tilacoidales, que participan en la cadena de transporte electrónico (Rodríguez-Calcerrada et al., 2008b); aumentando, de esta forma, el potencial de fijación de carbono. No obstante, la tasa de carboxilación está directamente relacionada con la concentración de CO2 en el interior de los cloroplastos, que es muy inferior a la atmosférica debido a resistencias estomáticas y resistencias internas a la difusión del CO2 y que también se pueden ver modificadas tras el aumento de irradiancia. En los últimos años, diversos estudios sugieren que la conductancia del mesófilo (gi) puede suponer mayores resistencias a la fijación del carbono que las estomáticas, al menos en especies caducifolias (Epron et al. 1995; Kogami et al. 2001). La influencia del ambiente lumínico en la gi se ha cuantificado en hojas de sombra y de sol (Hanba et al. 2002; Warren et al. 2007). Sin embargo, es poco lo que se conoce acerca de la gi cuando se ha producido un cambio prolongado en la luz de crecimiento, existiendo solo estudios donde variaciones rápidas en la luz traen como resultado un incremento de la gi proporcional al PAR de medida (Gorton et al. 2003; Flexas et al. 2007). En consecuencia, debemos hablar de una adaptación global del conjunto de las estructuras y funciones que definen la respuesta de la planta al aumento de irradiancia, existiendo desde aclimataciones inmediatas a nivel molecular hasta adaptaciones que requieren años como modificaciones alométricas en el reparto de biomasa o el cambio de la arquitectura aérea. No obstante la habilidad de las plántulas para aclimatarse rápidamente al cambio resulta ventajosa (Naidu & DeLucía, 1998), especialmente en especies de crecimiento lento que crecen en fuerte competencia (Naidu & DeLucia, 1997) y que además deben competir con las especies colonizadoras que muestran mayor plasticidad fenotípica ante los cambios en el ambiente (Canham, 1988). Las especies objeto de estudio fueron Quercus petraea (Matt.) Liebl y Quercus pirenaica Willd, ambas consideradas de grado medio de tolerancia a la sombra, aunque Q. pyrenaica muestra mayor tolerancia a la sequía tanto en fase juvenil (Aranda et al., 2004; Rodríguez-Calcerrada et al., 2007, 2008a) como en arbolado adulto (Aranda et al., 1996). El estudio del incremento en la irradiancia de plantas crecidas a 4/13 la sombra se realizó en cultivo hidropónico, lo cual permite asegurar una disponibilidad óptima y equitativa de agua y nutrientes en todas las plantas, y en cámaras de ambiente controlado, siendo la temperatura interior y la humedad relativa constantes a lo largo de todo el experimento. 2. Objetivos Cuantificación de la capacidad de aclimatación en plantas de Q. petraea y Q. pyrenaica crecidas bajo condiciones de sombra y transferidas a mayores niveles de irradiancia; tanto del aparato fotosíntético como del sistema hidráulico. Además, se analizaron las implicaciones sobre la fijación de carbono de la conductancia interna del CO2 hasta los lugares de carboxilación en plantas crecidas con distintos niveles de irradiancia. 3. Metodología Material vegetal y diseño experimental. Bellotas de roble albar (Quercus petraea (Mattuschka) Liebl.) y melojo (Quercus pirenaica Willd.) procedentes de la Reserva de la Biosfera: Sierra del Rincón (Comunidad Autónoma de Madrid) fueron recolectadas en el otoño del 2006 y mantenidas en cámara oscura a 4ºC hasta el momento de la germinación. Esta se realizó en perlita húmeda en cámara de germinación a 25ºC. Al emerger el tallo epicotilo las plántulas se trasladaron a las cámaras de crecimiento y se subdividieron en dos tratamientos de luz: sombra (PPFD = 80 μmol m-2s-1) y luz (PPFD = 470 μmol m-2s-1). Las condiciones dentro de las cámaras fueron de 16h de luz a 22ºC y 60% humedad relativa (HR), y 8 de oscuridad a 19ºC y 70% HR. Tres semanas después, 18 plantas de cada especie y para cada tratamiento se pasaron al cultivo hidropónico con solución nutritiva Hoagland modificada (conductividad inicial de 800 μS/cm) y pH entorno a 5,6 corregido regularmente con la adición de H2SO4. La solución se renovó cada 2 semanas. Pasados 5 meses en estas condiciones (fecha de medida D0) se realizaron mediciones de intercambio gaseoso y fluorescencia de la clorofila en 4 plantas de cada especie en el tratamiento de sol y de 6 plantas por especie en el de sombra. A partir de este momento, la mitad de las plántulas crecidas en sombra se transfirieron al tratamiento de luz, y 20 días después (fecha D20) se volvieron a realizar las mediciones de intercambio gaseoso y fluorescencia de la clorofila en las mismas hojas y en los tres tratamientos (n= 4 tratamiento luz intensa (Luz); n=3 tratamiento sombra (Sombra) y n= 3 transferidas de sombra a luz (Transferidos) para cada una de las especies). El último día se evalúo el potencial hídrico al mediodía de todas las plantas y se extrajeron dos disco foliares para el análisis de las clorofilas a y b y el contenido total de carotenoides. En esta misma fecha se evaluaron la conductividad hidráulica y el grado de embolia en todas las plantas del estudio. Medidas de intercambio gaseoso. Todas las mediciones se realizaron en hojas pertenecientes al tercio superior del tallo y completamente formadas. Por un lado se determinó la respiración mitocondrial en luz (Rd) y el punto aparente de fotocompensación (Ci*) siguiendo el método propuesto por Laisk (1977). Para ello se realizaron 3 curvas AN-Ci con el equipo IRGA Li-6400 (Li-Cor Inc., Lincoln, NE, USA) con el cabezal de 2 cm2 LCF-40 variando la intensidad luminosa (PAR= 400, 150 y 50 μmolm-2s-1, siendo el 15% de la misma radiación azul, para estimular la apertura estomática) y CO2 = 300, 250, 200, 150, 100, 50 μmol mol-1. Las mediciones se realizaron con una tasa de flujo de 300 μmols-1, coeficiente estomático de 0, correspondiente a hojas hipoestomáticas, a la temperatura de la cámara de crecimiento (22ºC) y con un DPV = 1,3- 1,5 kPa. Un día después se realizaron curvas 5/13 fotosíntesis-CO2, en las mismas hojas, empezando a 380 μmol mol-1 y decreciendo en 6 pasos hasta 50 μmol mol-1 para volver a la concentración inicial y acabar la curva en 2000 μmol mol1 en 8 pasos más en las mismas condiciones de temperatura y humedad bajo un PPFD de 1100 μmolm-2s-1 en las hojas de luz, y 700 μmol mol-1 en las hojas de sombra y transferidas. Se tomaron registros completos de la fluorescencia de la clorofila en cada punto para evaluar el momento en que la tasa de transporte electrónico (calculada siguiendo a Genty et al., 1989) se hace constante y tomar esos puntos para evaluar la conductancia del mesófilo siguiendo el método de la J constante propuesto por Harley et al. (1992). Los valores así obtenidos de la gi se usaron para convertir las curvas AN-Ci en AN-CC siguiendo la ecuación CC = Ci –AN/gi, y representar así la variación de la fotosíntesis respecto a la concentración de CO2 en el interior de los cloroplastos para luego calcular la tasa máxima de carboxilación (VCmax) y la máxima capacidad de transporte electrónico (Jmax) medida bajo luz saturante (von Caemmerer, 2000; Sharkey et al., 2007). Análisis de pigmentos fotosintéticos y peso foliar específico. En ambas fechas se extrajeron discos foliares procedentes de la hoja que fue medida con el Li-Cor (D20), y en una hoja situada a la misma altura en la medida inicial (D0). La evaluación del contenido en clorofilas (Clo a y Clo b) así como el contenido total en carotenoides (C x+c) se realizó a través de exctracciones con Dimetilsulfóxido (DMSO), siguiendo a Wellburn (1994). Mediante un disco foliar gemelo obtenido de la misma hoja que se mantuvo 48h en estufa a 65º para obtener su peso seco, así como el peso foliar específico (LMA), se obtuvieron las concentraciones de los anteriores pigmentos por peso seco foliar y por superficie. Estimación del estado hídrico de las plantas y mediciones hidráulicas: En ambas fechas se midió el potencial hídrico al mediodía (Ψmed) empleando una cámara de presión (PMS, Corvallis, OR, USA). La conductividad hidráulica (Kh) y el grado de embolia xilemático en tallos (L=6-40 cm, máxima posible que se puede medir en cada planta) y segmentos de las raíces principales (L=10-15 cm) se midieron estimando sus conductividades hidráulicas inicial y máxima con la ayuda de un equipo XYL’EM (Xylem Embolism Meter, Instrutec, Montigny les Cormeilles, France) según la metodología descrita inicialmente por Sperry et al. (1988). La conductividad hidráulica inicial (Ki) se determinó aplicando una presión (P) de 75 cm de altura de una solución KCl= 50 mM (preparada en agua ultrapura desgasificada) a lo largo de la muestra. La conductividad hidraúlica se calcula como Kh (mmol m s-1 MPa-1)= F*L/P, siendo F el flujo de agua (kg s-1) que pasa a través de la muestra. Para deshacer las embolias presentes en el sistema hidráulico, se sometió a las muestras a una presión de agua de 0.5 bares durante 20 minutos. Entonces se determinó la conductividad máxima (Kmáx) de la misma manera que la inicial. La pérdida de conductividad hidráulica (PCH) debida a la cavitación parcial del sistema de transporte de agua se determina según la expresión: PCH(%)=100·(Kmáx-Ki)/Kmáx. Al referirla respecto al conjunto del área foliar de la planta obtenemos la conductividad hidráulica foliar-específica Kh-leaf, (mmol m-1 s-1 MPa-1). Análisis estadístico. Los datos fueron analizados mediante un análisis factorial considerando como factores a la especie y al tratamiento de luz. Se realizó el test de Duncan entre medias con un nivel de significación α =0,05. Se usó el paquete informático STATISTICA 8.0 (Stat soft. Inc. 2300 Tulsa OK, USA). 6/13 4. Resultados Las plantas transferidas modificaron la concentración de los pigmentos fotosintéticos aunque la respuesta fue diferencial en cada especie (tabla 1). Las plantas de Q. petraea disminuyeron notablemente la concentración de Clo a, manteniendo constante la Clo b, mientras que Q. pyrenaica aumentó ambas concentraciones. En ambas especies la relación entre clorofilas disminuyó haciéndose igual a la de las plantas adaptadas a la luz. Entre especies, Q. petraea presentó mayores concentraciones en ambas clorofilas, así como en la relación entre ambas, en todos los tratamientos. Ambas especies disminuyeron C x+c al ser transferidas, en mayor medida que el descenso en clorofilas, aunque la diferencia de medias no fue significativa. La concentración tanto de clorofilas como del total de carotenoides no mostró variación significativa entre tratamientos cuando referimos los datos a unidades de superficie. Tabla 1. Análisis de los pigmentos fotosintéticos en fecha D20. Valores medios ± Error estándar (n=3-4) y F valores para un ANOVA bifactorial y significación según: P<0,05(*), P<0,01(**), P<0,001(***). Las letras representan grupos homogéneos según test de Duncan (α=0,05). Abreviaturas: LMA, peso foliar específico; Clo a, concentración en peso de clorofila a, Clob, concentración en peso de clorofila b; Clo a+b, concentración en peso del conjunto de clorofilas; Clo a/b, la relación entre clorofila a y b; C x+c, concentración en peso del total de carotenoides; C x+c/Clo a+b, la relación entre carotenoides y clorofilas. LMA Clo a Clo b (gm-2) (mgg-1) (mgg-1) Clo a/b C x+c/ Clo a+b C x+c (mgg-1) Q. petraea SOMBRA TRANSF. LUZ 53,5 ± 3,9 a 5,34 ± 0,56 c 1,56 ± 0,36 ab 3,72 ± 0,66 b 1,37 ± 0,05 b 0,21 ± 0,03 a a bc ab ab ab 0,19 ± 0,03 a 50,5 ± 0,6 3,89 ± 0,42 1,55 ± 0,36 2,87 ± 0,87 1,02 ± 0,13 83,3 ± 7,4 b 3,12 ± 0,64 ab 1,03 ± 0,21 a 3,03 ± 0,30 ab 0,91 ± 0,14 ab 0,23 ± 0,03 a 59,3 ± 4,8 a 4,21 ± 0,72 bc 1,76 ± 0,21 ab 2,36 ± 0,11 ab 1,16 ± 0,24 ab 0,19 ± 0,01 a 51,7 ± 3,9 a 4,89 ± 0,60 bc 2,65 ± 0,68 b 1,97 ± 0,27 a 0,97 ± 0,30 ab 0,15 ± 0,05 a a a a 0,24 ± 0,04 a Q. pyrenaica SOMBRA TRANSF. LUZ 84,1 ± 11,5 b 2,00 ± 0,17 a 0,99 ± 0,10 2,06 ± 0,26 0,71 ± 0,10 Estadístico F Tratamiento Especie Trat*Esp 12,04 *** 0,19 8,99 ** 0,81 4,86 * 2,07 0,92 7,75 * 3,32 1,14 1,77 0,31 0,07 2,25 1,42 0,13 0,13 0,32 Se observó un amplio registro en Ci* siendo mucho mayor en plantas de sombra que de luz y disminuyendo significativamente en las plantas transferidas. La respiración en luz (Rd) no mostró grandes diferencias con la excepción de las plantas de Q. pyrenaica transferidas. La conductancia interna (gi) de las plantas transferidas fue significativamente menor que en las de sombra y mucho menor que en las de solen ambas especies. Los parámetros característicos de la maquinaria fotosintética (VCmax y Jmax) fueron mayores en las plántulas transferidas que en las de sombra, pero sin llegar a los valores alcanzados por las plantas de luz. El aumento mostrado por Q. petraea fue significativamente mayor al de Q. pyrenaica. No hubo variación significativa en la relación moléculas de CO2 fijadas/tasa de transporte electrónico (dato no mostrado), aunque las plántulas de Q. petraea transferidas mostraron apreciable incremento. 7/13 Tabla 2. Análisis de distintas variables del intercambio gaseoso foliar en fecha D20. Valores medios ± Error estándar (n=34) y F valores para un ANOVA bifactorial y significación según: P<0,05(*), P<0,01(**), P<0,001(***). Las letras representan grupos homogéneos según test de Duncan (α=0,05). Abreviaturas: Ci*, punto aparente de fotocompensación; Rd, respiración mitocondrial en luz, gi, conductancia interna del mesófilo; Vcmax, tasa máxima de carboxilación; Jmax, tasa máxima de transporte electrónico. Ci * Rd gi VCmax Jmax (μmol mol-1) (μmolCO2m-2s-1) (molCO2m-2 s-1bar-1) (μmolCO2m-2 s-1) (μmole-m-2s-1) 59,7 ± 5,7 d 0,61 ± 0,18 a 0,10 ± 0,01 ab 53,7 ± 22,9 abc 90 ± 11 a 43,9 ± 1,0 bc 0,57 ± 0,01 a 0,07 ± 0,01 a 90,7 ± 1,8 bcd 115 ± 5 ab a a c 111,9 ± 21,7 c 144 ± 18 b 0,80 ± 0,23 a 0,14 ± 0,03 bc 35,7 ± 3,4 a 85 ± 8 a b ab ab 91 ± 6 a Q. petraea SOMBRA TRANSF. LUZ 31,6 ± 0,5 0,70 ± 0,13 0,16 ± 0,00 Q. pyrenaica SOMBRA TRANSF. LUZ 50,6 ± 2,7 c 38,4 ± 2,0 ab 1,68 ± 0,06 0,09 ± 0,01 42,0 ± 4,6 39,8 ± 1,5 ab 0,93 ± 0,23 a 0,14 ± 0,02 bc 99,5 ± 11,0 cd 148 ± 41 b 25,90 *** 3,61 8,40 ** 6,84 * 7,10 ** 0,89 14,39 ** 0,84 3,83 0,38 5,11 * 5,02 * 2,13 0,71 0,40 Estadístico F Tratamiento Especie Trat*Esp La transferencia de plantas de sombra a luz causó un estrés significativo en términos de potencial hídrico medido al mediodía (figura 1), a pesar de haber estado mantenidas en cultivo hidropónico, esto es, con la máxima disponibilidad hídrica. Las plantas transferidas presentaron potenciales inferiores a los de sol, especialmente las de Q. petraea, aunque las diferencias no fueron significativas. Sombra Transferidas Luz Potencial hídrico mediodía (bar) 0 -3 -6 -9 a a -12 b -15 -18 21 b b b Q. petraea Q pyrena Figura 1. Valores de potencial hídrico medido al mediodía en fecha D20. Valores medios ± Error estándar (n=3-4). Letras representan grupos homogéneos según test de Duncan (α=0,05) Por su lado, la Kh-leaf del tallo fue menor en ambas especies para las plantas de sombra y transferidas (figura 2a), siendo la diferencia con los valores de luz mayor en Q. petraea. Si relacionamos este valor con las pérdidas de conductividad hidráulica reflejadas en la figura 3, 8/13 Conductividad específica del tallo (mmol∙s‐1∙Mpa‐1∙m‐1) a 15 Quercus petrea Quercus pyrenaica n.s. 12 9 6 3 0 Sombra Luz Transferidas Porcentaje de pérdida de conductancia (%) comprobamos que existe correlación positiva entre el grado de embolia, la caída del potencial hídrico y la disminución en conductividad hidráulica para Q. petraea; pero en Q. pyrenaica, a pesar de disminuir su potencial hídrico por debajo de las plantas de sol, no se observó una caída tan acentuada en su capacidad hidráulica (figuras 2a y 2b). 21 18 15 Quercus petrea Quercus pyrenaica b a ab ab 12 9 b 6 3 0 Tallo Raíz Figura 2. Valores de la conductividad específica del tallo (2a) Valores del porcentaje de pérdida de conductancia hidráulica en tallos y raíces por embolización natural(2b) en fecha D20. Valores medios ± Error estándar (n=3-4). Letras representan grupos homogéneos según test de Duncan (α=0,05) El grado de embolización natural, tanto de raíces como de tallos, fue siempre ligeramente superior en Q. petreae que en Q. pyrenaica (figura 2b, datos referidos a plantas de luz). 5. Discusión La adaptación a nuevas condiciones ambientales tras una modificación en el ambiente lumínico, implica modificaciones funcionales y estructurales en las plantas a distintos niveles. Al margen de las variables aquí estudiadas, en las plantas transferidas se observó complementariamente un notable desarrollo radicular, y una o dos brotaciones durante los 20 días de duración del ensayo. En las hojas ya formadas bajo condiciones de sombra de plantas posteriormente transferidas se observó un descenso en la concentración de clorofilas, especialmente en la relación Clo a/b, lo cual se ha visto reflejado en otros estudios (Kamaluddin & Grace, 1992) aunque no en todos (Naidu & Delucia, 1998). Este descenso estaría relacionado con una rápida translocación del nitrógeno para aumentar las cantidades de Rubisco y las proteínas que participan en el transporte electrónico (Rodríguez-Calcerrada et al., 2008b), y de este modo aliviar el exceso de energía que no puede seguir la ruta fotoquímica. Las tasas máximas de carboxilación y de transporte electrónico apoyaron esta hipótesis al ser significativamente mayores en las plantas transferidas que en las plantas de sombra, especialmente en el roble albar. Nuestros valores de Ci* de plantas de sombra resultaron superiores a los registrados en la literatura para la misma temperatura (Atkins et al., 2000; Warren, 2008) que oscilan de 32 a 38 (μmol mol-1), aunque estos valores son de plantas bien iluminadas coincidiendo con los obtenidos para nuestras plantas de sol. Ya que las variables de intercambio gaseoso se han realizado bajo un PPFD distintos en las plantas una vez transferidas y las que continuaron a la sombra (con motivo de usar luz saturante), la comparación entre ambas puede estar afectada por la misma, no obstante los valores de fotosíntesis fueron similares a los de sombra e inferiores a los de luz y la conductancia estomática fue sensiblemente inferior en el caso de Q. pyrenaica (datos no mostrados), lo que 9/13 está en relación con la hipótesis de que la fotosíntesis se encuentra estomáticamente limitada en plantas adaptadas a la sombra que pasan a la luz (Naidu & Delucia, 1998; Ellsworth & Reich, 1992). La respiración en luz se mantuvo invariable en las plántulas de Q. petraea y aumentó en las de Q. pyrenaica, lo que coincide con una falta de patrón claro y una dependencia con la especie estudiada (Naidu & Delucia, 1998; Sims & Pearcy, 1991; Ruuska et al. 1994). En trabajos anteriores se ha mostrado que hojas de sol muestran conductancias internas mayores (Piel et al., 2002; Warren et al., 2007) y existe cierto consenso al asumir que la gi se ve principalmente limitada por la difusión del CO2 una vez que ha atravesado las paredes mesofíticas, al menos en planocaducifolias (Nobel 1983; Gorton et al., 2003; Warren et al., 2007; Flexas et al., 2008). Los valores obtenidos por nuestras plantas transferidas son menores a los obtenidos en los de sombra, lo que resulta inesperado. En trabajos anteriores se ha comprobado que el cambio de irradiancia supone un aumento en la superficie de cloroplastos (SC) que limitan con los espacios intercelulares en varias especies (Oguchi et al., 2006) y que daría lugar a un aumento de la gi (Hanba et al., 2002). No obstante existen una serie de componentes adiciones relacionados con la gi que podrían explicar este descenso (Flexas et al., 2008), destacando la implicación que tienen las aquaporinas como posibles canales para la entrada del CO2 en el interior de las células parenquimáticas (Flexas et al., 2006). Recientemente se ha demostrado la relación positiva existente entre conductividad hidráulica foliar y expresión de aquaporinas (Cochard et al., 2007). Si tenemos en cuenta la situación de estrés de las plantas transferidas, aún transcurridos 20 días de aclimatación, podemos pensar que la conductancia a través de las aquaporinas sea menor en éstas plantas que en las de sombra y que, en efecto, el estrés tenga una importancia tal que contrarrestase el posible aumento en SC reportado por Oguchi et al. (2006) o los cambios en el desarrollo y posición de los cloroplastos (Tholen et al., 2007) tras la aclimatación a la luz. En este sentido el aumento en el potencial de fijación de carbono estaría marcado únicamente por una modificación a nivel bioquímico en el potencial de fijación de carbono (aumento de la carboxilación y tasa de transporte electrónico). El análisis hidráulico revela una situación de estrés hídrico propiciado por el aumento en la demanda del déficit de presión de vapor que viene a corroborar trabajos previos en campo (Cochard et al., 1999; Barigah et al., 2006). 6. Conclusiones 1. Ambas especies reaccionaron al cambio en las condiciones de luz, aunque de forma diferencial, pues Q. petraea mostró mayor plasticidad en la aclimatación de su maquinaria fotosintética, pero a la vez sufrió en mayor medida los efectos del estrés hídrico que acompañan al aumento en los niveles de luz recibidos por la planta. Por su parte, Q. pyrenaica mostró una respuesta más conservadora, ya descrita en Quercus mediterráneos (Valladares et al., 2000; Quero et al., 2006; Rodríguez- Calcerrada et al., 2007; Rodríguez- Calcerrada et al., 2008b). 2. Aunque el número de réplicas es bajo (n=3-4) el análisis estadístico revela disminución de la conductancia interna en ambas especies como consecuencia del cambio en irradiancia. Resultado que es relativamente novedoso, y que apunta a un desacoplamiento entre el potencial de fijación de carbono a nivel bioquímico, y el control de la fijación de carbono por parte de las resistencias internas a la difusión del CO2. 10/13 7. Agradecimientos Este trabajo ha sido posible gracias al programa de contratos predoctorales de la Comunidad de Madrid del que es beneficiario Francisco Javier Cano y al programa Juan de la Cierva del MCeI del que es beneficiario David Sánchez-Gómez y Antonio María Gascó. Los trabajos realizados se han hecho dentro del marco del proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación CLIMHAYA CGL2007-66066-C04-03/BOS. Agradecemos, en especial, la ayuda técnica de Luis Alté durante todas las fases del experimento. 8. Bibliografía ARANDA I; GIL L; PARDOS J.; 1996. Seasonal water relations of three broadleaved species (Fagus sylvatica L, Quercus petraea (Mattuschka) Liebl and Quercus pyrenaica Willd) in a mixed stand in the centre of the Iberian Peninsula. For Ecol Manage 84:219–229 ARANDA I.; GIL L,; PARDOS J.A.; 2004. Osmotic adjustment in two temperate oak species [Quercus pyrenaica Willd and Quercus petraea (Matt.) Lieb] of the Iberian Peninsula in response to drought. 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