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Capítulo 2 La configuración actual del Sistema de Salud Argentino y los lineamientos de una propuesta ......................................................................................................................... 2 Una visión del sistema de salud argentino, con especial interés en la Provincia de Buenos Aires .................................................................................................................. 2 Los subsistemas. Debilidades y fortalezas.................................................................... 4 1. Sub-sector público (Gobierno Nacional, Provincial y Municipal). ................................ 5 Rol en el sistema. ....................................................................................................... 5 Poder, relaciones establecidas y resultados ............................................................... 8 2. Sub-sector Seguridad Social (Obras Sociales Nacionales y Provinciales) ................ 10 Rol del actor en el sistema. ....................................................................................... 10 OSN: poder y capacidad de presión ......................................................................... 13 OSP: el caso de IOMA .............................................................................................. 13 3. Sub-sector Privado. .................................................................................................. 16 3.1. Medicina Prepaga .............................................................................................. 16 3.2. Servicios Sanatoriales y otros servicios ............................................................. 18 3.3. Proveedores de medicamentos, prótesis y otros insumos.................................. 21 4. Profesionales (Recursos Humanos) ...................................................................... 25 Una propuesta general basada en la gestión de redes integradas de servicios de salud como respuesta a la Fragmentación y el debate en el marco de la iniciativa de Cobertura Universal en Salud. ...................................................................................... 28 Introducción.................................................................................................................. 28 Las claves de la propuesta ........................................................................................... 29 Bibliografía ..................................................................................................................... 40 La configuración actual del Sistema de Salud Argentino y los lineamientos de una propuesta Una visión del sistema de salud argentino, con especial interés en la Provincia de Buenos Aires En estos párrafos se plantean las cuestiones fundamentales del sistema, luego, en el análisis de cada subsistema, estos temas serán profundizados. 1) Es un sistema con cobertura universal, principalmente por el rol del subsistema público. Sin embargo, en la práctica, este objetivo dista bastante de ser alcanzado. En efecto, la cobertura del subsistema público es universal; es decir, todas las personas tienen el derecho a acceder al servicio de salud. El sistema cuenta además con un Programa Médico Obligatorio (PMO) que alcanza al subsistema de seguridad social y privado, el cual establece una cobertura básica del servicio para sus afiliados. Sin embargo, la población con cobertura de salud otorgada por la seguridad social (obras sociales, PAMI), alcanza al 64% de la población argentina (Ministerio de Salud de la Nación, 2012). El resto, trabajadores informales y desempleados, solo cuentan con la atención de la salud que brinda la red pública hospitalaria. 2) Presenta mejoras en los indicadores sanitarios en los últimos años, disminuyendo la mortalidad infantil. 3) La cobertura médica abarca gran parte de los tratamientos y enfermedades existentes. 4) Se observa una fuerte fragmentación y concentración. Este proceso se inicia en la posguerra pero se profundiza en el marco de las reformas de los años 90, con el auge de las pre-pagas y la libre elección de obras sociales. La incorporación de gerenciadoras y una práctica cuasi privada, ha solapado el rasgo solidario de este subsector, con implicancias directas en el acceso de sus afiliados a los servicios de salud. Finalmente, la clase de altos ingresos, que puede acceder a planes suplementarios de su obra social, o bien directamente contratar seguros privados, accede a los servicios de salud más completos. Sus planes de salud incorporan la posibilidad de realizar más consultas, mejores estudios, y les permiten acceder a la mejor tecnología de diagnóstico y tratamiento. Por su parte, la red de servicios estatales, que era hegemónica hasta la consolidación de este esquema, pasó a ser la única cobertura de una porción creciente de la población, la más carenciada, sin cobertura de la seguridad social. Por lo tanto, se tiene un sistema de salud conformado por un sector público que pretende dar cobertura médica a toda la población y no logra una cobertura general, generando el desborde de los hospitales; un subsector de obras sociales que pretende dar cobertura a los trabajadores pero que no asegura a aquellos que engrosan el grupo de desempleados y trabajadores informales, y por último, un subsector privado, que a fuerza de efectuar inversiones, pero con escasa eficiencia económica, apunta a los estratos sociales con mayor capacidad adquisitiva, pero que debido a la inacción de las obras sociales está quedándose con gran parte del mercado como prestador del subsector de obra social (López, 2006). Por eso es claro que el actual sistema de salud en Argentina se caracteriza por ser segmentado, heterogéneo y poco equitativo, tanto en la organización y financiamiento como en el acceso a los servicios. 5) La fragmentación y concentración a su vez produce una ineficiente utilización de los fondos disponibles en el subsistema público, en la seguridad social y en la mayor parte de las pre-pagas, clínicas etc. La fragmentación social y territorial y la concentración reduce la eficiencia distributiva de la asignación de recursos haciendo a que una proporción importante de las erogaciones de las familias, directa o indirectamente se transformen en gastos administrativos, duplicados, rentas de intermediación o por precios oligopólicos y subsidios cruzados, en lugar de financiar en forma directa mejores prestaciones y servicios. La cuestión de la sobre-prestación es gravísima. 6) Problemas en la gobernanza y regulación. Falta de regulación en el subsistema de seguridad social y en el subsistema privado. Estado débil frente a los sectores privados que concentran el mercado: proveedores de medicamentos, medicina prepaga y obras sociales. 7) Dificultades en la de gestión de los RRHH. La provisión de servicios de salud requiere un uso intensivo en recursos humanos especializados y de formación muy diversa. El gremio médico concentra su poder de negociación a partir del agrupamiento de los profesionales dentro de federaciones con representación nacional/provincial. Además, en muchas provincias la matriculación de profesionales ha sido delegada por ley a los colegios médicos. Es decir, los mismos médicos controlan el ingreso de nuevos oferentes de servicios profesionales Se destaca el rol exclusivo del gremio profesional en las instancias de control del ejercicio de sus colegas, así como de garante de su calidad, debido a que es el Colegio de médicos quien extiende la matrícula profesional habilitante, o sea, quien garantiza la calidad profesional y regula la entrada de nuevos oferentes al mercado. El profesional de la salud actúa como filtro en la utilización efectiva de insumos y medicamentos específicos. Esto le da un gran poder de negociación con los proveedores. El sistema es finalmente escasamente meritocrático, hay poco competencia y por lo tanto fuertemente jerárquico. 8) La generación propia de conocimiento es escasa tanto a nivel del sector público como del sector privado, pero este último vía inversiones y usos de licencia funciona como el intermediario en general monopólico. El estado es rehén de estos intermediarios. Los subsistemas. Debilidades y fortalezas Introducción El sistema de salud será analizado en estos párrafos como un conjunto de subsistemas, dotados de capacidades –materiales y subjetivas- y que interactúan en un entramado complejo de intereses, lo cual genera un tipo específico de relaciones que finalmente produce ciertos resultados del sistema como un todo: niveles de cobertura y heterogeneidad (fragmentación), ineficiencias, sobrecostos y sobreprecios y al mismo tiempo aumentos o pérdidas de las capacidades iniciales de los subsistemas, lo que los hace más fuertes y más débiles Se analizarán como capacidades iniciales: el conocimiento y el uso de la tecnología, la capacidad de gestión, el capital o su capacidad de financiamiento, la capacidad política y de influencia sobre las determinación de regulaciones o los sistemas de control del cumplimiento de las mismas, como una variable correlacionada con las anteriores, su poder de mercado o de sindicalización. Para el caso del sistema argentino, en particular se analiza el Subsistema Público (Nacional, Provincial y Municipal) a partir de los ministerios y fundamentalmente de la red de hospitales, de Seguridad Social (las obras sociales tanto nacionales como provinciales) y el Subsector Privado (aparece la medicina prepaga, servicios profesionales; servicios sanatoriales, proveedores de insumos y equipos). En este capítulo se analiza el conjunto y se presta especial atención a la provincia de Buenos Aires 1. Sub-sector público (Gobierno Nacional, Provincial y Municipal). Rol en el sistema. El subsistema público de salud está integrado por los prestadores públicos de servicios y por programas sanitarios que garantizan acciones de prevención y atención a la salud orientadas a quienes no poseen cobertura formal o para brindar algunas prestaciones específicas a beneficiarios de los otros subsistemas En ambos casos están a cargo de los gobiernos de los tres niveles: nacional, provincial y municipal, con completa autonomía legal. En 2012, el 62% de los establecimientos públicos de salud (5.815) eran provinciales, y 38% eran municipales (3.571), quedando solamente 19 establecimientos de salud con dependencia del gobierno nacional (Giovanella, 2013). Existen algunos casos puntuales, de jurisdicción mixta, en los cuales la participación de Nación en el presupuesto hospitalario parece haber sido determinante para poder cumplir con una readecuación tecnológica y reequipamiento técnico (Hospital de Pediatría “Profesor Doctor Juan P. Garrahan”; Hospital “El Cruce – Néstor Kirchner”). Del total de las 187.980 camas de que dispone el país, el 47% son públicas, y el 53 % privadas (Ministerio de Salud de la Nación, 2010). Cobertura de Salud por segmento Total país, 2010 Fuente: Censo Nacional de Población Hogares y Vivienda, 2010 (INDEC/MECON). Los primeros proveen servicios de salud a través de una red de hospitales públicos y Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) a toda la población es decir, el sistema está asentado en la provisión pública a la que tienen derecho todos los habitantes del país, con independencia de poseer algún tipo de seguro social o privado. La cobertura es de carácter gratuito y resulta un derecho para la totalidad de los habitantes del país, siendo utilizado casi exclusivamente por aquellas personas que no cuentan con un seguro (trabajadores no registrados; desempleados sin capacidad de pago; sectores de bajos recursos, vulnerables, etc.). Sin embargo, en la práctica, la mayor parte de las provincias hay normativa que avala el cobro a los pacientes asegurados. El nivel municipal se encarga del primer nivel de atención, que se realiza en los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) dispersos en los barrios de los municipios. Allí se ponen en práctica programas de atención y prevención de la salud; algunos se coordinan directamente desde Nación y el resto desde el Ministerio de Salud provincial. Los CAPS mantienen una estructura jerárquica similar a la de los hospitales pero mucho más simple, en función de la menor complejidad de su estructura. Las mismas son la puerta de ingreso al sistema de salud. El sistema de CAPs, salvo cuando está integrado a una red, es el “socio pobre” del sistema, con escasos recursos y poca profesionalidad. El segundo nivel de atención está constituido por los hospitales públicos que pueden nacionales, provinciales o municipales e incluyen hoy una serie de servicios y procesos de muy variada índole y muy avanzada especificidad. El modelo de organización reposa en grandes estructuras, en la que se integran en nuestro país aun desde el cuidado primario, servicios ambulatorios en los llamados consultorios externos, hasta las tareas de alta complejidad. Hay hospitales que cumplen un conjunto integral de servicios de salud (polivalentes), y otros con especialidades tradicionales de la medicina (maternidades, hospital de niños). La segmentación del modelo sanitario argentino hace que la población atendida en cada uno sea muy heterogénea, el sistema público brinda cobertura a individuos con ingresos más bajos y perfil epidemiológico más complejo, generándose un primer motivo de inequidad. Una segunda causa de fragmentación se encuentra explicada en que cada provincia opera un sistema de salud propio, lo cual surge de la conformación federal de Argentina, con elevada autonomía de las provincias (establecida en la Constitución Nacional). Esto implica que, si bien todos los habitantes tienen derecho a recibir una cobertura básica de salud, la misma resulta diferente dependiendo del lugar del país donde se encuentre debido a la significativa brecha de desarrollo y de las diferentes capacidades que hay en las provincias (PNUD, 2011). Además, la relación entre provincia y municipio (o gobiernos locales) es establecida de manera autónoma en cada provincial, lo que da una variedad de formas de organización municipal.. Existe un órgano de coordinación entre el nivel nacional y el provincial en materia de políticas de salud que es el Consejo Federal de Salud, pero el mismo está sujeto a la lógica política más general y no logra el funcionamiento deseado. No hay un sistema de distribución de fondos según necesidades. Lo mismo sucede en la relación provinciasmunicipios, cuestión que se profundiza con la coparticipación municipal de la salud. La única solución para las asimetrías mencionadas es el seguro universal de salud, que incluye el sistema de distribución de fondos y podría resolver el problema de la coparticipación municipal, que no existe a nivel nacional pero si en la Provincia. El seguro provincial actual está destinado a la población en general, sin otro tipo de cobertura (obra social) y en particular al cuidado de la salud de la embarazada y el recién nacido, la promoción de la lactancia materna, entre otros cuidados preventivos. Sin embargo, como consecuencia de la descentralización y de la segmentación del sistema de salud, la ausencia de un seguro universal acota la posibilidad de brindar una cobertura homogénea, o de garantizar la equidad en todo el territorio. En nuestra propuesta se busca articular en forma concreta los seguros provinciales de salud, a un seguro universal de salud, direccionado por el Ministerio de Salud Nacional, en coordinación con las provincias, estableciendo pautas de necesidad y eficiencia en la salud para realizar las transferencias de fondos y generar una equidad horizontal en el territorio. La constitución de un seguro universal permitirá mejorar la relación con los privados, otorgando mayor poder al sector público para negociar acuerdos, prestaciones, recursos y servicios con el sector privado. Este seguro universal además permitirá evitar las reformas producto de cambios políticos en las provincias, procesos que entorpecen el accionar del SPS en la cobertura. La otra estrategia central es la organización en red del territorio, pero en condiciones en que los diferentes niveles estatales son capaces de coordinarse y controlar a los privados. Pero este tema será abordado nuevamente. Poder, relaciones establecidas y resultados La mayor fuente de poder que ejerce el subsistema público radica en el poder de policía y contralor de las actividades de salud de los Ministerios, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) y la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), que le permite regular tanto la vida de los hospitales como de la actividad privada. A los primeros además los sostiene presupuestariamente. El gobierno nacional sostiene sobre todo los programas específicos mencionados en la primera parte del capítulo, y sus ayudas son muy importantes para algunas provincias y una fuente de poder de la escala nacional sobre las provincias. Cada provincia tiene la potestad de definir qué porcentaje de su presupuesto (y de los recursos co-participados) gastará en salud y cuanto le toca a cada hospital, cuestión que podría minimizarse con el sistema de seguro. Por otro lado, el Ministerio les limita a los hospitales el uso de los recursos obtenidos, debido a las restricciones impuestas a la autonomía hospitalaria en la ley vigente. En efecto, la norma provincial 11.072 de 1991 otorgaba en su reglamentación original ciertas atribuciones al Consejo de Administración respecto al manejo de recursos humanos, presupuesto y organización de los servicios. Sin embargo, las reglamentaciones posteriores limitaron estas alternativas y el Decreto 2368/97 deja sin efecto las atribuciones respecto a la designación de la planta de personal y la posibilidad de nominar y remover al Director Ejecutivo. En lo referente al financiamiento, se establece la obligatoria aprobación del presupuesto por parte del Ministerio de Salud. Años más tarde, entra en vigencia el Decreto 135/2003, el cual da mayores atribuciones al Consejo de Administración en el manejo del personal, pero el Director Ejecutivo es designado por el Poder Ejecutivo a propuesta del Ministro de Salud en base a una terna nominada por el Consejo de Administración. Además, la normativa establece respecto al financiamiento que el Consejo Administrativo debe presentar un anteproyecto de presupuesto de gastos y recursos, previa aceptación de la Región Sanitaria en el manejo del personal, donde el ara ser aprobado por el Ministerio, El Plan estratégico y propuesta de presupuesto son actualmente atribuciones del Consejo de Administración de los hospitales, pero han dejado de tener importancia en la asignación de recursos. Por eso en nuestra propuesta se trata de generar incentivos a la realización de las actividades de planificación, la búsqueda de resultados y el compromiso de los recursos humanos en la gestión sanitaria. El eje es la planificación por parte del hospital de los recursos y las erogaciones, y la posibilidad del uso de los recursos obtenidos, en el contexto de la libre elección del Director. . Por otro lado, en lo que se refiere al control de los privados, es central el lugar de la normativa de pre-pagas y OSN, luego es central el control de clínicas, consultorios odontológicos, geriátricos, etc que deben estar acreditadas y autorizadas a operar según la legislación argentina. Es importante entender que de la estrategia de los Ministerios y centros de salud públicos y de la calidad de los servicios dependen las otras clínicas, las obras sociales y las prepagas, tanto cuando por su propia insuficiencia, u otros diversos mecanismos rechazan pacientes como cuando logran cobrar a los asegurados por la atención brindada. A éstos les conviene el deterioro del subsector público. Lo mismo sucede con las farmacias, laboratorios de análisis clínicos, empresas proveedoras de insumos y equipos, etc, quienes además son proveedores de los hospitales. Es claro que la falta de capacidad de gestión y otros acuerdos atentan con esta capacidad de control, esto genera precios altos, lo que fortalece al resto de los subsistemas. Pero el subsector público provincial y municipal es a través de los hospitales y CAPs cuando representa un poder real en las provincias y en los territorios, aunque el hecho de tener siempre problemas presupuestarios y estar dirigidos a los sectores populares y la continua presión de las pre-pagas y las clínicas privadas les quita prestigio y resta pacientes de la clase media. El seguro debería tender a limar estas diferencias. También atenta contra el funcionamiento de los hospitales la presión de los trabajadores, que basan su capacidad de maniobra en la Ley provincial de Carrera Hospitalaria 10.471 sancionada en 1986 En 1996 a través de la Ley Provincial 11.759 se intentó crear un mecanismo orientado a dotar de mayor autonomía a cada establecimiento en el manejo de su personal, introduciendo la terciarización para la prestación de servicios por parte de profesionales médicos, a través de concursos para la cobertura de vacantes, permanencia en la función y avance en la carrera hospitalaria. También se incorporaron atribuciones disciplinarias en manos del director y se abordó el pago adicional por captación de nuevos recursos, aunque no se lo relacionó con indicadores de productividad Desde nuestra visión se necesita una nueva Ley de Carrera Hospitalaria, que otorgue derechos pero al mismo tiempo incorpore el mérito, sobre todo en lo que se relaciona con el sistema de movilidad en el escalafón sanitario de la Carrera Hospitalaria y el sistema de remuneraciones de la ley actual. Se debe avanzar hacia una organización del tipo Cuidados Progresivos que crea nuevos vínculos en la dinámica de la práctica profesional, la formación de equipos multidisciplinarios y la focalización de la gestión por resultados en base a necesidades y demandas cambiantes de los usuarios. Estas pautas deberán estar contempladas en un nuevo proyecto de Ley en busca de mejorar el sistema de salud. En el hospital público es donde más se nota el orden jerárquico de los médicos, dificultándose a veces la gestión de los RRHH y la autonomía de sus directores. Otra fuente importante de ineficiencias es la dificultad, por motivos presupuestarios, de mantener la infraestructura y la incorporación de tecnología, ocasionándose fuertes gastos extras por ese motivo y una posibilidad de negocios de los privados sobre todo en alta tecnología; sin embargo en tiempos de crisis ha sido más eficaz que el sistema de OS y de clínicas privadas. Es fundamental dotar al subsistema público de tecnología, permitiría lograr mayores escalas y costos mucho más bajos Pero tal vez la fuente de mayor ineficiencia es el alto costo de los medicamentos, la falta de producción propia y el escaso uso de genéricos, debido en general a la presión y otras estrategias comerciales de los laboratorios. También hay una fuente de ineficiencia en la falta de control de los privados, sobre todo de clínicas y pre-pagas. Del lado de los ingresos, no cabe duda de que el funcionamiento de los hospitales está condicionado por el estilo de gestión estatal, muy pocos hospitales consideran al paciente como deberían y tampoco muchos llevan adelante una profunda gestión de cobros hacia asegurados. Muchas de estas cuestiones podrían solucionarse – como ya se mencionócon pocas modificaciones a la normativa vigente. 2. Sub-sector Seguridad Social (Obras Sociales Nacionales y Provinciales) Rol del actor en el sistema. La seguridad social se refiere al sistema de seguros de salud que se denominan obras sociales. Éstas constituyen un seguro de salud para todos los trabajadores formales del sistema. Está integrado por 298 Obras Sociales Nacionales (sindicales, empresariales y de dirección), el Instituto nacional de Servicios Sociales Para Jubilados y Pensionados (PAMI), 24 Obras Sociales Provinciales y las Obras Sociales de las fuerzas de seguridad. Las Obras Sociales Nacionales (OSN) agrupan de manera obligatoria a todos los trabajadores comprendidos dentro de su rama de actividad, ofrecen una prestación médica uniforme a todos los beneficiarios, independientemente de su aporte, es decir, se promueven mecanismos de solidaridad interna entre sus miembros. Sin embargo, existe una gran dispersión de recursos y de provisión de servicios entre las mismas por las disparidades existentes entre ramas. Las Obras Sociales Provinciales (OSP) se han estructurado como organizaciones provinciales, autárquicas y brindan cobertura a los empleados públicos que trabajan para los gobiernos provinciales y sus respectivos municipios. Asimismo, suelen cubrir obligatoriamente también a empleados y grupo familiar de aquellos municipios adheridos, además se prevé la categoría de afiliados voluntarios, en donde se incluye a las personas que optan por incorporarse a la obra social y/o contemplan convenios con instituciones privadas o sociales. Ambas se financian mediante contribuciones obligatorias sobre los salarios de empleados (tasa de 3%) y empleadores (6%); sus déficits son financiados por transferencias del subsector público. El INSSJP (más conocido como PAMI) es la institución que otorga cobertura a la población jubilada y pensionada. Es la más importante del país, y como tal, constituye una pieza clave en la definición de contratos y mecanismos de pago a prestadores. El PAMI (Programa de Asistencia Médica Integral) cubre al 91% de la población mayor a 65 años y es financiado por aportes de los trabajadores en actividad y aportes de empleados activos y patronales, de los pasivos y por el Tesoro Nacional. Actualmente la seguridad social brinda cobertura al 60% de la población. Las Obras Sociales Nacionales (OSN) cubren al 35%, PAMI un 10% y las Obras Sociales Provinciales un 15%. Aunque las OSN son casi 300 entidades, hay doce entidades que representan un 45% de su población. En particular se destaca la Obra Social de Empleados de Comercio con más de 2 millones de beneficiarios. El modelo como ya se ha visto surge en la posguerra, pero se afianza con la Ley Nacional 18.610 sancionada en 1970 donde se institucionaliza el sistema de seguridad social a través de la obligatoriedad de los aportes y contribuciones. En 1989 se sanciona la Ley Nacional 23.660 que es importante porque las obliga a formar parte también del Seguro Nacional de Salud. Se mantuvo la obligatoriedad de la afiliación para los trabajadores en relación de dependencia, pero se eliminó la cláusula de adhesión obligatoria que tenían a la obra social por rama de actividad. El decreto 9/93 conocido como “Libre elección de las Obras Sociales”, constituyó un quiebre dentro de la tradición de reformas ya que fue el paso inicial para el abandono del esquema solidario que había predominado hasta entonces. A su vez, mediante el Decreto reglamentario 579/93 de las leyes 23.660 y 23.661 se estableció la posibilidad de que las obras sociales contrataran en forma directa con los prestadores individuales, junto con la obligación de pagar los servicios brindados a sus afiliados por los hospitales públicos. A pesar de esto, el hecho de que el mayor traspaso de afiliados se haya dirigido hacia las obras sociales de empresas y la amenaza que representaba la entrada de empresas de medicina privada para el poder sindical argentino, impulsó a que el gobierno eliminara, a fines de 1997, a las obras sociales de empresas del régimen de desregulación de las obras sociales. La opción de libre elección, de esta manera, quedó restringida en 1998 a las obras sociales sindicales, mixtas, de la Administración Central del Estado Nacional y sus organismos autárquicos, descentralizados y de personal de dirección. Más tarde, la resolución 247/96 del Ministerio de Salud de la Nación, tuvo un impacto significativo para el de seguridad social en particular, al establecer el Programa Médico Obligatorio (PMO) el cual determinaba un piso para el conjunto de servicios que las obras sociales estaban obligadas a proveer. Como resultado del cambio de las reglas de juego en las obras sociales, se produce el cierre y quiebra de muchas instituciones con capacidad de internación durante la década del ´90. En la actualidad el PMO está vigente tanto para las obras sociales como para las empresas de medicina prepaga. Sin embargo, la ambigüedad de las regulaciones, la falta de análisis actuarial y de costos, sumados a la falta de incentivos y controles, producen que el cumplimiento pleno del PMO sea deficitario en la generalidad de los subsistemas. Contar con un PMO claro y sostenible tiene sentido político desde la equidad, puesto que se establecen prioridades en el gasto, igualdad en las condiciones de accesibilidad y previsiones en el ingreso OSN: poder y capacidad de presión Es claro que la norma asegura a las OSN una cartera de afiliados de una magnitud que le permite a estas entidades administrar grandes capitales producto de los aportes de los afiliados. Esta acumulación de afiliados y recursos son una pieza clave en las negociaciones con establecimientos de salud, tanto públicos como privados; asimismo, con las empresas proveedoras de medicamentos e insumos. Su capacidad de presionar por salvatajes financieros han sido las causas de ineficiencias similares a las planteadas para el subsector público, aunque hay OSN modelo. Éstas sobresalen allí donde la rama de actividad adquiere importancia económica y donde ha habido buenas gestiones, como en el caso de la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles (OSECAC) y la Obra Social del personal Rural y Estibadores de la República Argentina (OSPRERA).. Pero la fragmentación es esencial a él mismo, debido a que reproduce en vez de minimizar las diferencias de productividad. Esta cuestión se profundizó durante la década del 90, con el proceso de descentralización y la creación de la ley de libre elección (Torres, 2004). Por otra parte, y debido a la posibilidad de brindar planes suplementarios al PMO y la utilización de los aportes obligatorios como parte de la cuota a un prepago (en Obras Sociales que derivan los beneficiarios), la cobertura al interior de cada obra social comenzó a depender de las cuotas suplementarias que pagan sus afiliados, lo que empeora aún más la solidaridad dentro de cada entidad. OSP: el caso de IOMA En 1957, bajo el Decreto-Ley 2.452 se crea el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) que nuclearía a todas las instituciones de obras médico asistenciales oficiales existentes, encargándose en el territorio de la Provincia de todos los fines del Estado en materia médico asistencial para el personal de la administración pública provincial. Para la prestación de los servicios de salud que reciben sus afiliados, IOMA utiliza como modalidad de pago distintos sistemas que varían según el servicio prestado, incorporando pago por prestación y pagos capitados, generalmente en servicios estandarizados y con una incidencia recurrente, como por ejemplo los convenios con Laboratorios Bioquímicos. En las consultas ambulatorias (clínicas, odontológicas, etc.), generalmente se mantiene el pago por prestación, mediante convenios con las entidades representativas de los profesionales a nivel provincial. En cuanto a los insumos y medicamentos, se observa que el abastecimiento de medicamentos éticos (los que necesitan receta) se realiza mediante convenio con el Colegio de Farmacéuticos. En los medicamentos de alto costo (MAC), que también están estipulados en el convenio con COFBA han incorporado canales de distribución directa, a través de gerenciadores o distribuidores, que a su vez asumen el rol de auditores y se encargan de la logística, a cambio de un porcentaje del precio facturado. Esta modalidad de tercerizar las auditorias con agentes externos, también es aplicada en Prótesis de alto costo. El sistema ha generado un conflicto en primera instancia con el cuerpo profesional de IOMA, encargado tradicionalmente de las auditorías, pero dejado a un lado en esta modalidad de provisión y control tercerizados. Este sistema de tercerización ha generado grandes controversias, principalmente en torno a los proveedores de prótesis, existiendo en el año 2012 una causa judicial iniciada, por la sobrefacturación de este tipo de productos, que en algunos casos llego a ser del 100% o superior, como también la cuestión de los medicamentos oncológicos suministrados. El problema surgió cuando hasta el año 2011 la cantidad de proveedores de prótesis para IOMA era de 200 empresas, pasando luego de una resolución del Directorio de la obra social, a un universo de sólo 14. Además, el control para el sector privado queda muchas veces postergado a las federaciones como FECLIBA y FEMEBA. Existen inconvenientes en torno a la relación de los pacientes y la obra social, a partir de la existencia de copagos (bonos) y las autorizaciones previas para el acceso a prestaciones. Esto genera la constante asistencia a las delegaciones de la obra social, afrontando largas colas bajo un sistema burocrático y despersonalizado, el cual es desgastante e insalubre. Recientemente se han sumado trámites online, evitando que los afiliados tengan que acercarse a una delegación en busca de los bonos, de todos modos traslada el peso de la gestión a los médicos o clínicas. El IOMA no está sujeto a la legislación nacional, y no cumple con una canasta de prestaciones explícitas. Paralelamente, la modalidad actual, incluye el copago (bonos A, B y C) asumido por los afiliados para la mayoría de las consultas y prestaciones básicas. Este sistema permite la selección por parte del afiliado del profesional médico por el cual quiere ser tratado. El Bono A, no requiere de un arancel diferenciado por parte del afiliado, sino que la prestación del servicio es abonada por IOMA ($65). En este caso, el profesional que se encuentra en la categoría del bono A, tiene pocos años de experiencia y no está especializado. Para el Bono B, el afiliado debe abonar un arancel diferenciado de $40. En este caso, el médico recibe los $40 del afiliado más $65 de IOMA, por la prestación. Finalmente, para el Bono C, el afiliado abona $120 y IOMA $65, todo en base a valores a junio de 2014. Como se menciona anteriormente, al implementarse el trámite online, los afiliados no deben acercarse a una delegación en busca del bono, sino que directamente cuando sacan el turno para el médico, éste les indica si cobran arancel diferenciado de $ 40 o $120 por la consulta. El afiliado en este caso debe acercarse con el dinero y el carnet de la obra social. El trámite para el cobro lo realiza el médico o la clínica. en el caso de los consultorios privados a través de FEMEBA, quien recibe la planilla del médico con todos los afiliados atendidos en un mes, para luego realizar el control de los datos. Para el caso de las clínicas el trámite se realiza a través de FECLIBA. En la actualidad IOMA se desempeña en 178 Delegaciones y en 14 Direcciones Regionales. Cuenta con 37.500 profesionales reunidos en las principales agrupaciones, federaciones, círculos y colegios de la provincia, 45.000 Farmacias y 320 Centros de Salud. Con respecto a su financiamiento, la misma proviene de los aportes de los propios trabajadores y del Estado provincial. Su presupuesto para el año 2013 fue de $8.100 millones de (5,8% del total de la provincia). Es uno de los presupuestos que más ha crecido dentro de la administración provincial si tenemos en cuenta que en el 2009 era de 3.100 millones (Ministerio de Salud, 2013). Para dimensionar el volumen presupuestario tengamos en cuenta que el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires con 77 Hospitales a su cargo, más de 45.000 empleados y que tiene responsabilidad exclusiva sobre más de 5 millones de bonaerenses sin obra social, tiene asignado un presupuesto de solo 1.000 millones más (9.165 millones de pesos, el 6,6 % del total provincial). El presupuesto del IOMA significa una cápita promedio mensual de unos $320 por beneficiario. Según algunos estudios, que estiman el valor del PMO (prestaciones médicas obligatorias, establecidas por ley para ser otorgadas por las OSN), en julio de 2013, el PMO estaría rondando los $280 mensuales (Van der Koy, San Martín, 2013). 3. Sub-sector Privado. 3.1. Medicina Prepaga Rol del actor en el sistema. El subsistema privado está integrado por efectores de seguros privados (empresas de medicina prepaga, planes médicos de hospitales de comunidades o privados, mutuales, cooperativas). El acceso es dependiente de la capacidad individual de pago, cubre a asociados voluntarios con o sin relación laboral de dependencia, generalmente ciudadanos de ingresos medios y altos y que muchas veces también cuentan con cobertura de seguridad social (doble afiliación). Se financia con el pago de cuotas/premios a las empresas de medicina prepaga. No hay barreras de salida. Este sector también asegura a personas que por su condición aportan a la Obra Social correspondiente a su rama de actividad pero optan por transferir sus aportes a una empresa de medicina privada. Las Obras Sociales pueden contratar una empresa de medicina prepaga para que brinde la cobertura de salud de sus afiliados. Existen más de 300 entidades de medicina prepaga, las cuales se concentran mayoritariamente en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. La cobertura privada exclusiva por medicina prepaga se estima en 5% de la población, mientras que el 11% de la población cuenta con cobertura de medicina prepaga financiada a través del redireccionamiento de sus aportes desde alguna Obra Social Nacional (Giovanelli, 2013). El poder de las prepagas Con la asunción del gobierno de Menem en 1989, la reglamentación de las leyes 23.660 (Nuevo Régimen para las Obras Sociales) y 23.661 (Seguro Nacional de Salud) fue dilatándose debido a los problemas económicos y sociales producto de la crisis hiperinflacionaria. Debido a la falta de fuerza del poder legislativo frente a las negociaciones con los distintos sectores la política regulatoria del sector quedo sumergida en un conjunto de omisiones y de dilaciones en cuanto a la reglamentación de tales leyes que favorecían el desarrollo de la medicina prepaga. . Es por eso que durante la primera parte de esa década se evidencia un rápido crecimiento, consolidándose como prestador del sistema de las Obras Sociales. El apoyo a este sector se hizo explícito en 1991 cuando accede al gobierno el Presidente de la Asociación de Entidades de Medicina Prepaga asume como Secretario de Salud, para luego en 1993 convertirse en el ministro del área. Las políticas en torno a la salud del gobierno menimista se caracterizaron por promover la desregulación, el subsidio a la demanda, la libre elección y el mercado como garante de la calidad del servicio. Por ejemplo, el Art. 5 del Decreto 9/93 restringe la contratación de prestadores a través de las asociaciones profesionales, cada obra social podría enteonces contratar directamente con profesionales e instituciones prestadoras de servicios, evitando el control que antes ejercían las asociaciones profesionales y las federaciones, asociaciones de clínicas y sanatorios. Asimismo, el Art. 6 dejaba sin efecto todo tipo de restricción que limitase la libertad de contratación entre prestadores y obras sociales, así como aquellas que regulaban aranceles para prestaciones de cualquier tipo. Entre el deterioro del hospital público de los ´90 y el auge de las prepagas en términos reales y de prestigio, el segmento terminó conteniendo a una elite económica y política que no puede soslayarse a la hora de analizar el poder de lobby logrado. Los primeros intentos de regulación llegaron con la Ley 24.754 de 1996 que obliga a las prepagas a garantizar una cobertura igual a la vigente para las Obras Sociales Nacionales (PMO) y por la Ley 24.901 donde establece el Sistema de Prestaciones Básicas para personas con Discapacidad, pero sin regular directamente a la medicina prepaga. Hay un intento, en el año 2011, mediante la sanción de la Ley 26.682, de limitar su poder, pero no ha sido mucho lo que se ha logrado Fundamentalmente se incorporan elementos de salvaguarda de los pacientes: la prohibición de incluir períodos de carencia de las prestaciones incluidas en el PMO, la posibilidad de rescindir el contrato en cualquier momento sin límite ni penalidad alguna., límites al aumento de la cuota a los mayores de 65 años con al menos diez años de antigüedad en la cobertura, la imposibilidad de rechazar a nadie por la edad ni por enfermedades preexistentes, etc. Además, el Ministerio de Salud debe fijar según la ley un nomenclador de aranceles mínimos que garanticen la eficiencia en la prestación de servicios. Lo que no se pudo evitar los convenios, que mayoritariamente han convertido a las obras sociales en virtuales intermediadoras entre los beneficiarios y los prestadores. Pese a que esta modalidad implica para las empresas de medicina pre-paga mayores costos de transacción –por la retención que las obras sociales realizan- ellos están ampliamente compensados por el hecho de que la responsabilidad y el riesgo siguen siendo asumidos por las obras sociales. De este modo, las empresas de medicina prepaga –en particular, las seis más grandes- han ganado un número importantísimo de beneficiarios, muy por encima de aquél con el que contaban antes de la reforma (Danani y Grassi, 2006). En esta capacidad –aun al amparo de una normativa laxa en ese sentido- es donde radica el poder de las prepagas, no es menor el hecho de que el 11% de la población cuenta con cobertura de medicina prepaga financiada a través del redireccionamiento de sus aportes desde alguna obra social nacional, mientras un 5% cuenta con este tipo de cobertura de modo exclusivamente voluntario.. Otra fuente que otorga poder al sector privado de medicina prepaga tiene relación con el manejo de clientes que tienen: principalmente brindan prestaciones a la clase media y alta de la población, teniendo contacto directo con los dueños del poder tanto político como económico, lo que los pone en una situación favorable para la negociación, inclusive representando a capitales extranjeros. Las consecuencias del modelo es que a pesar de la normativa y dado el hecho de que debido a que la lógica del funcionamiento hace especial énfasis en la administración de riesgos, con primas asociadas en base al riesgo de utilización de los servicios, los beneficiarios son discriminados en relación al sexo y edad en primera instancia (como determinantes del riesgo de salud) pero también suelen realizar un minucioso interrogatorio de la historia clínica personal, para conocer futuras probables contingencias. Por otro lado en la mayoría de los casos tienen precios muy superiores a los que definirían la eficiencia económica, debido a la presencia de oligopolio y elevado mark up y con escasa transparencia en las áreas de competencia y protección del consumidor. Para que el subsistema no genere este tipo de distorsiones se requeriría un control estatal que es muy difícil porque se trata de un contrato entre privados, a eso se suma el carácter opaco de la relación entre pre-pagas y OS. El seguro universal permitiría minimizar estos problemas además 3.2. Servicios Sanatoriales y otros servicios Rol del actor en el sistema. Los servicios sanatoriales corresponden a los procedimientos y prestaciones que brindan los establecimientos de salud, incluyendo tanto los servicios calificados que implican utilización de recursos humanos y materiales específicos en el campo sanitario, como servicios básicos de hotelería hospitalaria. Son hospitales privados de distinta envergadura y centros de servicios relacionados, los operadores de las pre-pagas y OS que suelen tener poca infraestructura y funcionan conveniados con estas empresas. Comprende a los establecimientos de servicios de salud asistenciales (Clínicas) y los profesionales que brindan servicios independientemente (médicos, odontólogos, etc.); a los de servicios asociados, tales como Centros de Imágenes. Los Laboratorios de análisis y Farmacias serán analizados en otro punto. Los centros se diferencian de acuerdo a la complejidad y riesgo de la salud según lo establece el Decreto 3280/90. Constituyen una infraestructura con capacidad instalada vinculada al desarrollo de los servicios profesionales pero organizados y gestionados con una lógica de eficiencia económica, propia del ámbito privado de la economía. Operan bajo la figura de un Director Técnico Médico. El poder las clínicas Existen en el país, para el año 2012, según datos de Morgenstern (2012), 9.147 establecimientos privados de salud, dentro de los cuales 3.086 corresponden a establecimientos de servicio ambulatorio de diagnóstico y tratamiento; 2.049 de servicio ambulatorio de diagnóstico exclusivo; 910 ambulatorios de tratamiento exclusivo y 3.102 hospitales. La mayoría de clínicas, sanatorios y los centros de diagnóstico son pequeñas y medianas empresas con fines de lucro, intensivas en recursos humanos especializados y, por lo tanto, generadoras de empleo (aproximadamente 390.000 puestos de los cuales 252.000 se encuentran en relación de dependencia (PNUD, 2011). Los prestadores están organizados gremial profesional o empresarialmente. Los establecimientos sin fines de lucro representados por grandes hospitales privados de comunidades extranjeras se encuentran agrupados en ACAMI mientras que las principales clínicas y sanatorios con fines de lucro, de las grandes ciudades, se asocian en ADECRA (800 establecimientos), y la mayoría de los centros medianos y pequeños de todo el país lo hacen en CAES – CONFECLISA (aproximadamente 1.200 establecimientos con fines de lucro, 30 camas como promedio por establecimiento y formas societarias diferentes en su aspecto jurídico). Su importancia relativa y la capacidad de agremiación explican el fuerte poder de negociación, sobre todo de medianos y grandes Es que este segmento ha sufrido la fragmentación y concentración típica de la apertura del mercado, a partir de la desregulación de las OS y el fortalecimiento de las pre-pagas. Como las OS pueden contratar individualmente a profesionales o grupos de profesionales, las gerenciadoras y los principales sanatorios y prestadores de alta complejidad advierten un marco de nuevas oportunidades de desarrollo (Belmartino, 2003), pero los más chicos se quedan con el mercado local, de baja complejidad, vinculados a las OSN débiles o a las OSP y sujetos mucho más que las otras a los vaivenes de la economía. En los último años esta situación ha mejorado por el repunte general de la economía y porque varias gremiales médicas han iniciado procesos de integración con clínicas, logrando contar con una oferta integral de primer, segundo y tercer nivel de atención. Las asociaciones de profesionales fueron adquiriendo sanatorios o clínicas con capacidad de internación; también las prepagas de mayor crecimiento como Swiss Medical, se fueron integrando verticalmente adquiriendo clínicas y sanatorios de mediana y alta complejidad (segundo y tercer nivel de atención), con profesionales de alta reputación y altos servicios de hotelería. Algo similar han hecho sanatorios y clínicas privadas (desprendimientos de la fragmentación de las asociaciones de clínicas y sanatorios) que han conformado grupos privados con instalación de internación, desarrollo de servicios diagnósticos de alta complejidad y una red de servicios ambulatorios; con mayor capacidad comercial y administrativa en la gestión de contratos. Estas redes generan un poder a tener en cuenta. En realidad, su influencia en el sistema se conecta directamente con la estrategia de las OS y de las pre-pagas ya que como vimos, muchas veces son las operadoras, aprovechando la cercanía de los pacientes. Del mismo modo que los mencionados subsistemas, tienen una relación precios/calidad poco convenientes y sobre-prestación; es interesante el hecho de que cada obra social establece convenios de prestación de servicios, que en muchas intervenciones suelen no cubrir el total del precio del servicio, esto significa que los mayores precios quedan a cargo del paciente que solicita el servicio. Hay grandes problemas de protección del consumidor Sin embargo, las más grandes presentan una gran eficiencia técnica que compite en equipos con el subsistema público, muchas de las del resto oculta su ineficiencia técnica con publicidad u otras estrategias. Los mediano-pequeños no discriminan. Esto es posible porque el Estado nacional permanece limitado en cuanto a la producción y control de normas sobre los modelos de provisión de servicios que garanticen condiciones de accesibilidad y calidad –precio. La provincia cuenta con menos instrumentos legales aun. En este caso, el Estado provincial regula únicamente la cuestión edilicia y de infraestructura del servicio, quedando el control de la provisión para los organismos y federaciones privadas que agrupan a las clínicas. También quienes realizan cierto control al servicio son las obras sociales y de medicina prepaga, cuando quieren garantizar sus servicios. En muchos casos, la conformación de redes de servicios se manifiesta en forma contradictoria y difusa ya que conviven intereses políticos y económicos diversos. Por ejemplo, federaciones de médicos dueños de sanatorios que cumplen la función política de defender a los profesionales (gremio) y la función económica de ser los dueños del sanatorio (patronal). Es difícil hallar otro mercado en el cual el gremio y el grupo empresario sean representados por el mismo actor. Es una de las áreas más caóticas del sistema. Desde nuestra propuesta se busca desarmar al menos en parte el entramado de clínicas y proveedores de insumos, mejorando la normativa, la gestión de IOMA y mediante un nuevo esquema en los sistemas de compras del Ministerio y de los hospitales. 3.3. Proveedores de medicamentos, prótesis y otros insumos Rol del actor en el sistema. El mercado de medicamentos y el de prótesis constituyen sin duda dos rubros importantes por la magnitud del negocio involucrado y por ser los ítems que vinculan al sistema con procesos de innovación tecnológica y desarrollo constante de nuevos productos. Poseen una estrecha interdependencia con los servicios asistenciales, tanto ambulatorios como de internación. En la oferta de medicamentos. Argentina tiene una tradición de producción local muy relevante, con una fuerte participación de empresas nacionales. Sin embargo, durante los últimos años la mundialización de los mercados y las nuevas leyes de patentes ha significado la mayor participación de las transnacionales sobre todo en medicinas sofisticadas. Ha aumentado la producción local de las filiales multinacionales y ha aumentado –como en el caso de las prótesis- la importación. Hoy estas filiales detentan la producción y fundamentalmente importación y venta de los nuevos medicamentos, con alto componente de I+D, aprovechan en su beneficio la segmentación de mercado, la diferenciación de producto y el posicionamiento de marca. Los locales generalmente copian fórmulas de medicamentos con patente vencida (fabricación de genéricos y/o similares) y/o –en menos casos- producen medicamentos a partir de la adquisición de licencias. Por eso a partir de la Ley de Genéricos, los laboratorios nacionales ganan participación en el mercado local. Por lo expuesto la competencia disminuye a medida que aumenta la complejidad o novedad del medicamento. En forma de asistencia a los laboratorios, entran en la cadena las cámaras que agrupan a las mismas como y las gerenciadoras, que son entidades conformadas por los laboratorios nacionales y multinacionales que tienen a su cargo la negociación contractual con obras sociales, empresas de medicina prepaga, hospitales y otros organismos relacionados con la salud. Hay otra figura importante: las distribuidoras que nacen con el objetivo de reducir costos asociados a la logística y en un lapso relativamente corto de tiempo, ocuparon una posición estratégica desplazando en parte a las droguerías. Por otro lado, para algunos medicamentos especiales se crearon droguerías especializadas que han sabido reinventarse como operadores logísticos encargados del abastecimiento y distribución de medicamentos para terapias específicas. Las Farmacias representan el último eslabón de la cadena de valor. Estas son las encargadas de la dispensa de los medicamentos a los consumidores. En cambio, en el caso de las prótesis, el mercado está dominado directamente por los importadores/distribuidores ya que las mejores son importadas. Las nacionales representan cada vez menores porciones del mercado y se destinan a los sectores humildes. En todos los casos, la concentración es aún mayor que en el mercado de medicamentos. Del lado de la demanda, surgen diferencias importantes, los hospitales públicos garantizan a sus pacientes internados el 100% del costo de los medicamentos y las prótesis. La seguridad social se ocupa en promedio sólo del 40%-60% del precio de los remedios y cerca del 100% de las prótesis aunque limita a veces modelos y marcas.. La población de menores recursos no internada es la que más dificultades tiene (el 45% de los casos, los medicamentos que les son prescriptos son adquiridos con recursos propios según Terragona, De la Puente (2003), sólo cubierta por los programas del los Ministerios y los pocos que tienen el seguro. Esta situación resulta aún más grave si se considera el peso de los medicamentos en el gasto total en salud de las familias: las de menores ingresos destinaban más del 65% a la compra de medicamentos, mientras que para las más ricas esta representaba solo el 25% del total gastado en salud (González García, De la Puente y Tarragona, 2005). En el segundo trimestre de 2012, los medicamentos de mayor facturación fueron los antiinfecciosos para empleo sistémico con $ 902 millones, seguidos por los destinados al sistema nervioso con $ 857 millones, los medicamentos del aparato digestivo y metabolismo con $ 759 millones, y los antineoplásicos e inmuno-moduladores con $ 673 millones de pesos, concentrando el 56 % de la facturación total. Los anti-infecciosos (antibiótico) son los más caros, si se tiene en cuenta el nivel de uso, dado que en promedio se utilizan entre 3 y 4 veces al año por persona, o en invierno pueden utilizarse uno por miembro de la familia. Los sectores más vulnerables acceden a los mismos a través de los hospitales o CAPs, sin embargo, a veces los hospitales no poseen los antibióticos de amplio espectro, o tienen algunos de menor espectro que no cubre la infección del paciente. En este caso, puede que el paciente deba acercarse a una farmacia y adquirir el fármaco a un precio de $150, haciendo casi inaccesible para los sectores de menores recursos. El poder del medicamento y las prótesis El medicamento tiene un lugar importantísimo en el imaginario social, con un valor simbólico muy importante para el consumidor. La creencia de que sin medicamentos las personas no pueden curarse (modelo médico hegemónico) es muy fuerte en la cultura argentina, y por lo tanto se ve en el mismo un bien que define en gran medida el estado de salud de la población. Esto, la fuerte campaña publicitaria que a nivel mundial llevan a cabo los laboratorios, el sistema de comercialización vía visitadores así como la desinformación y la falta de control estatal, explica el elevado volumen de facturación, y la envergadura de su poder Entre la legislación que ampara y le da fuerza a los laboratorios proveedores de medicamentos sobre todo que explica la concentración actual, se encuentra la Ley Nacional de Patentes 24.481, sancionada en 1995, que protege los derechos de autoría de las empresas que desarrollan nuevos productos. Inclusive la misma, brinda ventajas para las empresas extranjeras, ya que la ley argentina de patentes no incluye la exigencia de fabricación local del medicamento patentado. La protección de patentes es una de las condiciones fundamentales para garantizar el desarrollo de la industria farmacéutica a lo largo del tiempo, pero al mismo tiempo es la responsable de la falta de acceso de los sectores populares a los mismos, por eso los Estados deben balancear el poder de las grandes marcas y defender el derecho a la salud de la población. Por eso, la ley Nacional de Genéricos, 25.649 sancionada en 2002 promueve la utilización de medicamentos por su nombre genérico. Así, establece que toda receta y/o prescripción médica u odontológica debe efectuarse expresando el nombre genérico del medicamento, seguida de forma farmacéutica, cantidad de unidades por envase y concentración. Esta ley, funciona como un intento de control al sector de medicamentos. Sin embargo, la crítica a la normativa recae sobre la redacción: la ley promueve la sustitución de “medicamentos por su nombre genérico” y no de “medicamentos genéricos”, dejando abierta la posibilidad de utilización de copias de medicamentos identificados por su nombre genérico, esto significa, que la misma fórmula química, en la misma dosis puede no ser “bio-equivalente”, porque el proceso de fabricación es diferente, porque tiene excipientes inactivos biológicamente distintos o lisa y llanamente porque son de calidad inferior y esto puede llevar a resultados peligrosos como una reacción adversa a la droga o, el más común: no tener el mismo efecto terapéutico. En tal sentido, se afirma que la dificultad consiste en que el sistema sanitario no ha instrumentado los medios para establecer rigurosamente las condiciones que deben cumplir los medicamentos genéricos: biodisponibilidad (nivel de concentración de la droga) y bioequivalencia (efecto terapéutico) y, por otro, no reforzó una concepción del medicamento como un bien social y por lo tanto de consumo preferente. De todos modos, a pesar del esfuerzo, el poder de los laboratorios que ostentan el conocimiento a nivel mundial, explica el elevado grado de concentración existente en cada país. Para lograrlo, como ya fue adelantado, es fundamental la estratégica relación entre los laboratorios y los médicos. Es que la demanda es relativamente inelástica con respecto a precios y los consumidores disponen de herramientas de decisión limitadas en cuanto a información para elegir los productos. Esto se observa en que gran parte de la compra de medicamentos se hacen bajo receta, es decir, según lo indique un profesional, por lo tanto no es el consumidor quien decide, sino que el profesional es quien define el tratamiento y los fármacos a consumir. En muchos casos los profesionales no adquieren conocimiento respecto de los medicamentos disponibles a través de cursos, seminarios u otro tipo de información académica sino a través de visitadores médicos y otra información proveniente directamente de los laboratorios farmacéuticos. En el caso de los remedios de venta libre, influyen fundamentalmente las publicidades. En nuestro país, los 200 medicamentos más vendidos bajo receta representan el 51% de las unidades y el 45% de la facturación. La concentración en el mercado de venta libre es mayor: los 100 productos más vendidos representan el 83% de las unidades y originan el 78% de la facturación. La concentración se registra por clase terapéutica, cada empresa concurre en pocas clases pero con una concentración muy elevada. Tomadas por enfermedades y su tratamiento específico, existen muy pocas empresas competidoras. Es común que un solo laboratorio posea más de la mitad de ese mercado específico. 4. Profesionales (Recursos Humanos) Rol del actor en el sistema. En este universo se incluyen los médicos de todas las especialidades y diferenciados por prestigio, los paramédicos; enfermería y el resto del personal. Todos, pero fundamentalmente los médicos están atravesados por la contradicción entre el juramento hipocrático y la función de utilidad económica. Los médicos, como ya sucede en las otras categorías, tienen formación universitaria y luego cuentan con un período de residencia en hospitales, es en ellas cuando comienza la primera interacción con el subsistema público ya que reciben un pago de sueldo como futuro profesional financiado por las provincias, y controlados por los Colegios Profesionales, institución que luego los avala para ejercer la actividad. Los médicos y paramédicos se dividen en dos categorías: los empleados en relación de dependencia y los autónomos: los primeros, junto a las enfermeras tienen el poder que emana de la agremiación, gozan de menos autonomía que los prestigiosos. Los autónomos tienen un sistema de vida “neotaylorista” que se verifica en su trabajo: inestable, desorganizado, etc., lo que redunda en un perjuicio que puede ser grave en el paciente. Los Colegios Médicos son asociaciones privadas creadas por leyes provinciales que tienen delegado el control de la matrícula y la acreditación profesional, como así también participan en la acreditación de las clínicas y sanatorios privados. Debe señalarse que estos colegios no son controlados por ningún órgano estatal, si bien éstos tienen atribuciones en el ámbito de lo público. También existen Asociaciones argentinas de especialidades médicas, que brindan el certificado de especialidad, y ejercen la coordinación y el control de los planes de estudios de las residencias hospitalarias. Tal es el caso, por ejemplo, de los anestesistas. En cuanto a su actividad laboral, los médicos se agrupan en su gremio profesional, que ejerce la defensa de los derechos de la profesión. Ya en los años ´40, la Confederación Médica República Argentina (COMRA), había logrado la firma de convenios de alcance nacional con las compañías de seguros. A medida que avanzan en la negociación con entidades financiadoras, la modalidad contractual se hace más compleja. Se incorpora un listado de aranceles, y una nomenclatura uniforme. El sistema de libre elección del profesional, basados en convenios colectivos, se instaura como regla. Los profesionales se adhieren al gremio aceptando las reglas de juego. Existen preceptos éticos para la práctica profesional, pero también la intermediación económica en los contratos. Se introduce prontamente el cobro de honorarios a través de los gremios, que perciben un porcentaje del total facturado. Según el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SIISA) para el 2013, Argentina contaba con 3,8 médicos cada 1000 habitantes, egresando cada año un número aproximado de 4.800 profesionales. En datos correspondientes a 2010, en el país funcionaban 30 carreras de medicina, donde un 40% corresponde a gestión estatal y un 60% a gestión privada. En ese mismo año se registraron 71.343 jóvenes estudiando la carrera de medicina (el 86,50 % acudió a universidades de gestión estatal), y se graduaron 5.416 médicos. El sistema de residencias médicas no es obligatorio, ya que en la Argentina el grado académico habilita para el ejercicio profesional, pero estas residencias, generalmente de 3 o más años, se consideran como el mejor sistema de formación para la práctica de una especialidad y también para la adquisición de experiencia médica en general. El poder de los médicos La fuente de poder de los recursos humanos, principalmente de los médicos, radica en su conocimiento específico, el cual le brinda una ventaja tanto por sobre quien recibe el servicio (personas) como aquellos que lo contratan, independientemente de que el subsistema sea el privado o público. Los servicios médicos tienen especial importancia para quien los necesite, pues se trata nada más ni nada menos de un accionar que pueda revertir un estado de dolor o enfermedad, o de reparar una situación de catástrofe producto de un accidente. El médico representa esa instancia de posibilidad de revertir una situación, muchas veces de vida o muerte para el paciente. El vínculo personal y privado, que se establece con el paciente es el que legitima su autoridad en el ámbito de su trabajo. El diagnóstico y la decisión en torno a los recursos necesarios para resolverlas, los contenidos de la prescripción, y las modalidades de seguimiento, muchas veces no están sometidos a ningún tipo de regulación o control directos. Asimismo, los profesionales, reclamando mayor control sobre sus colegas, crearon sus propias instituciones con carácter de autogobierno, los colegios médicos, los cuales brindan reconocimiento y validez al título para ejercer la profesión, otorgando la matricula respectiva y dictando normas que regulan la práctica médica, atribución que la constitución nacional había otorgado a los gobiernos provinciales. Entre los “aportes” a los problemas del sistema de salud, existen incentivos en los profesionales a una sobre-prestación del servicio derivado de los modos de remuneración posibilitados por un control escaso. Pueden existir incentivos a facturaciones intermedias y cobro a obras sociales. Esto provoca un sobreprecio en el servicio y un aumento de los costos del mismo. A este fenómeno se le suma el proceso de especialización creciente relacionado con los avances tecnológicos. El incremento de especialistas, camas sanatoriales, y aparatología compleja, estimula el aumento de una demanda no siempre vinculada a las necesidades del paciente. Esto se asocia generalmente a los incentivos que generan el pago por acto médico y la presencia de un tercer pagador. La figura de un tercer pagador remite a un sistema de cobertura donde el financiador, no tiene posibilidad de ejercer mecanismos de control sobre las conductas prescriptivas de los proveedores de atención. La oferta de servicios es limitada desde los colegios médicos, ya que tienen el gobierno de la matrícula, regulando la cantidad de prestadores de servicios. Inclusive, en especialidades particulares, la habilitación de nuevos profesionales no se condice con las necesidades de la estructura sanitaria necesaria, creando nuevas barreras para el ingreso a prestar el servicio (caso anestesiólogos en la PBA). Una propuesta general basada en la gestión de redes integradas de servicios de salud como respuesta a la Fragmentación y el debate en el marco de la iniciativa de Cobertura Universal en Salud. Introducción Las reformas que se dieron durante la década de los noventa en el sector salud, como una expresión de las reformas económicas neoliberales originadas a partir del Consenso de Washington, no tuvieron éxito. La razón del fracaso se encuentra en que esas reformas se concentraron en ideas-fuerza, tales como la privatización, separación de funciones, nuevos modelos organizativos y en la introducción de mecanismos de competencia que no fueron capaces de generar valor para los ciudadanos comunes, aquellos que utilizan el sistema de salud. En función de esto, se habla de una nueva generación de reformas sanitarias centradas en la búsqueda de la equidad, en la integración de los sistemas de atención de salud, en la valorización de las APS, en la introducción de la evaluación tecnología en salud y de la medicina basada en evidencia y en el empoderamiento de los ciudadanos (Ham, 1997). De esta manera, se desarrolla la propuesta de los Sistemas Integrados de Salud que buscan solucionar los problemas de fragmentación existentes en el actual sistema de salud argentino, enfocándose en la poca integración entre los distintos niveles del sistema, generando pérdida de continuidad, calidad y eficiencia en la prestación del servicio y en la cobertura. Los sistemas fragmentados de atención de salud, fuertemente hegemónicos, son aquellos que se organizan a través de un conjunto de puntos de atención de salud, aislados e incomunicados entre sí, y que, por lo tanto, son incapaces de proporcionar una atención continuada a la población. En general, no hay una población adscrita de responsabilidad. En ellos, la atención primaria de salud no se comunica fluidamente con la atención secundaria de salud y, estos dos niveles, también no están articulados con la atención terciaria de salud, ni con los sistemas de apoyo, ni con los sistemas logísticos. Surgen en el marco de la iniciativa de la Atención Primaria de Salud renovada en la OMS como respuesta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a la necesidad de promover una estrategia de organización de los Sistemas de Salud de la región de las Américas que articule con la necesidad de fortalecer la prestación de los servicios de salud. Estas iniciativas encuentran su fundamento en que los Sistemas de Salud en el mundo están preparados para la atención de la condición de Salud aguda y no las crónicas. La realidad muestra que en los sistemas de salud prevalecen las condiciones crónicas de salud en la población, para lo cual los sistemas no están preparados. Los sistemas fragmentados son reactivos, no son capaces de ofrecer una atención continuada, longitudinal e integral y funcionan con ineficiencia, inefectividad y baja calidad. Ellos deben ser substituidos por sistemas integrados, que pretenden proporcionar una atención de salud en el lugar apropiado, en el momento oportuno, con la calidad necesaria, al costo adecuado y con responsabilidad sanitaria y económica por una población adscrita. Las claves de la propuesta 1) Seguros provinciales conveniados entre si El seguro provincial actual está destinado a la población en general, sin otro tipo de cobertura (obra social) y en particular al cuidado de la salud de la embarazada y el recién nacido, la promoción de la lactancia materna, entre otros cuidados preventivos. Sin embargo, como consecuencia de la descentralización y de la segmentación del sistema de salud, la ausencia de un seguro universal acota la posibilidad de brindar una cobertura homogénea, o de garantizar la equidad en todo el territorio. En nuestra propuesta se busca articular en forma concreta los seguros provinciales de salud, a un seguro universal de salud, direccionado por el Ministerio de Salud Nacional, en coordinación con las provincias, estableciendo pautas de necesidad y eficiencia en la salud para realizar las transferencias de fondos y generar una equidad horizontal en el territorio. La constitución de un seguro universal permitirá mejorar la relación con los privados, otorgando mayor poder al sector público para negociar acuerdos, prestaciones, recursos y servicios con el sector privado. Este seguro universal además permitirá evitar las reformas producto de cambios políticos en las provincias, procesos que entorpecen el accionar del SPS en la cobertura. 2) Imposibilidad de elección de pre-paga u obra social A partir de la libre elección se modificó el principio de solidaridad que dominaba en el sistema permitiendo el descreme de las obras sociales, es decir, que los afiliados podrían trasladarse con sus aportes a otra obra social, por lo que los de mayores aportes podrían trasladarse a obras sociales que tuvieran planes de mejoras o mayores beneficios por contar con mayor financiamiento. Por lo que podrían generarse algunas obras sociales para beneficiarios de mayores aportes, mientras que en otras tenderían a concentrarse los de menores aportes. La migración de afiliados de elevados ingresos hacia los sistemas de medicina privada pre-paga o hacia obras sociales prestigiosas o la situación inversa de afiliados de bajos aportes solicitando su ingreso en procura de cobertura (“selección adversa”), desvirtuó en buena medida la libertad de elección y generó la creación de mecanismos para evitar los riesgos emergentes de desfinanciación, ya sea porque se iban los ricos o porque venían los pobres. Sin embargo, el hecho de que el mayor traspaso de afiliados se haya dirigido hacia las obras sociales de empresas y la amenaza que representaba la entrada de empresas de medicina privada para el poder sindical argentino, impulsó a que el gobierno eliminara, a fines de 1997, a las obras sociales de empresas del régimen de desregulación de las obras sociales. La opción de libre elección, de esta manera, quedó restringida en 1998 a las obras sociales sindicales, mixtas, de la Administración Central del Estado Nacional y sus organismos autárquicos y descentralizados y de personal de dirección. Como se puede observar, este libertad de elección, que si bien quedo reducida para el subsistema de seguridad social, genera la misma distorsión dentro del subsistema que se generaba cuando los afiliados se dirigían a las prepagas. Para evitar esto es necesario modificar esta desregulación propia del sistema de los noventa, reduciendo la posibilidad de libre elección. 3) Desaparición de subsidios estatales a obras sociales a fin de ampliar los fondos del Seguro y lograr mayor eficiencia en la OS. Se propone eliminar los subsidios del Estado a las distintas obras sociales evitando las distorsiones en los servicios que prestan cada una de ellas, además del PMO, Se deben re-direccionar estos recursos para ampliar los fondos del seguro de salud, que permita comprender el sistema en su totalidad y no estar fragmentado hacia unas pocas obras sociales. La idea central es evitar desmanejos de recursos en los fondos trasnferidos por el estado para el beneficio particular de algunas obras sociales. 4) Prohibición de que las OS operen vía gerenciadoras o pre-pagas Es necesario terminar con los intermediarios, gerenciadoras y pre-pagas que generan un aumento de los costos de los servicios de salud para las Obras Sociales, y en definitiva, para los afiliados al sistema. La incorporación de gerenciadoras y una práctica cuasi privada, ha solapado el rasgo solidario de este subsector, con implicancias directas en el acceso de sus afiliados a los servicios de salud. La clase de altos ingresos, que puede acceder a planes suplementarios de su obra social, o bien directamente contratar seguros privados, accede a los servicios de salud más completos. Sus planes de salud incorporan la posibilidad de realizar más consultas, mejores estudios, y les permiten acceder a la mejor tecnología de diagnóstico y tratamiento. Para ello es necesario modificar la Ley 23.660 de Obras Sociales, más precisamente sus decretos reglamentarios 9/93 y 579/93, que han brindado libertad a la hora de contratar los servicios de salud. Es necesario prohibir la operación de las OS en la prestación de los servicios a través de gerenciadoras. De esta forma, se evitaran sobre-precios en el sistema, como así una mejor prestación, directa, procurando la posibilidad de ejercer un mayor control sobre la provisión del servicio. 5) Derogación de la coparticipación municipal de la salud y fondo provincial para hospitales municipales basado en indicadores El proceso de descentralización hospitalaria significó el traspaso de varios centros asistenciales a la órbita municipal. Este proceso hizo necesario fortalecer el mecanismo financiero de los municipios para afrontar mayores gastos en salud. Para ello se estableció un porcentaje de coparticipación municipal destinado a los municipios con establecimientos de salud (Ley provincial 10.820/89). En este contexto se introdujeron diferentes variables como ponderadores de las transferencias por coparticipación municipal. Así, parte sustancial de los recursos coparticipados se distribuyen teniendo en cuenta estas variables que representan la actividad hospitalaria y los gastos en salud municipales. Este esquema de reparto municipal ha creado incentivos contradictorios con la política de fortalecimiento de la Atención Primaria de la Salud (APS) y la constitución de una Red Asistencial coordinada de acuerdo al perfil hospitalario de los efectores. En particular, la importancia relativa de variables que representan la actividad hospitalaria de internación ha derivado en el aumento de la infraestructura hospitalaria municipal en el segundo nivel de atención de la salud, distorsionando el esquema de red y la política de fortalecimiento de la APS municipal. Además, en un sistema de información fragmentado, la manipulación de datos es posible y de esta manera se pierde el sentido de la utilización de variables devolutivas (número de consultas, egresos hospitalarios, etc.) Desde nuestra visión, la propuesta de reforma se basa en primer lugar, en el cambio del esquema de coparticipación actual: eliminación de las variables que distorsionan la asignación de recursos y la inclusión y utilización de variables que representen la necesidad de cada municipio en materia de salud, mediante un sistema de capitas ponderadas por riesgo. Este sistema de transferencias representa las necesidades potenciales de salud de cada partido, al considerar los riesgos epidemiológicos de la población, pero no representa los esfuerzos realizados, ya que algunos municipios cuentan con hospitales municipales interzonales a los cuales asisten pacientes de distintas localidades. Estas filtraciones de diferentes jurisdicciones, ya sea por demanda espontánea o por derivaciones forzadas de la red asistencial, se deben compensar mediante un sistema que compute tales derivaciones en el esquema de transferencias por coparticipación. El Sistema de Derivaciones se propone para complementar las transferencias municipales, y para fortalecer la lógica de la Red asistencial y acentuar el rol de la estructura APS municipal. El sistema no sólo compensaría la atención primaria efectuada por un individuo fuera del ámbito municipal donde reside, sino que además computaría igualmente las derivaciones al segundo nivel de atención que deberían ser resueltos en el primer nivel de atención (APS). Las derivaciones entre municipios crean subsidios cruzados entre localidades que deben ser consideradas para evitar inequidades en la distribución de recursos. Asimismo se propone un esquema de financiamiento por hospital, de acuerdo al producto hospitalario. Con la incorporación de sistemas de información que mejoren el procesamiento de datos, el monitoreo de la actividad hospitalaria y la trasparencia en la gestión, podrían incluirse variables devolutivas en la distribución de fondos. Las variables que definen las transferencias de la coparticipación en esta segunda propuesta, representarían: la infraestructura hospitalaria (número de camas), el perfil hospitalario (complejidad de cada hospital) y el producto hospitalario. Esto tiene relación directa con las modificaciones en la Ley 11.072 en busca de otorgar autonomía a los hospitales, principalmente a los directores, en el manejo de los recursos humanos, y de un fondo adicional para cumplir metas y objetivos planificados. 6) Cobertura Universal por provincia que contenga el PMO ampliado y sistema de compensaciones del gobierno nacional/Plan remediar dependiendo del Seguro y férreo sistema de control de recetarios En la actualidad el PMO está vigente tanto para las obras sociales como para las empresas de medicina prepaga. Sin embargo, la ambigüedad de las regulaciones, la falta de análisis actuarial y de costos, sumados a la falta de incentivos y controles, producen que el cumplimiento pleno del PMO sea deficitario en la generalidad de los subsistemas. Contar con un PMO claro y sostenible tiene sentido político desde la equidad, puesto que se establecen prioridades en el gasto, igualdad en las condiciones de accesibilidad y previsiones en el ingreso. Es necesario ampliar la cobertura que brinda el PMO, modificando la normativa correspondiente, para actualizar sus prestaciones, y que formen parte de una cobertura universal en la provincia. Se propone la incorporación de un sistema de administración, basado en la tecnología de comunicación “intranet“ y que consta, en los centros asistenciales, de diferentes módulos de gestión de información, accesibles para los usuarios (personal del centro asistencial) de acuerdo a cada área de trabajo (Admisión de pacientes, Servicios, Imágenes, etc.). Lo más interesante de la incorporación de estas aplicaciones, es la unificación completa de sus registros a través de cruces de datos y la posibilidad de monitorear mediante informes diferentes aspectos de la administración. Los módulos de software utilizados usualmente en la gestión clínica son: Gestión de Pacientes, Prestaciones, Imágenes, Laboratorio, Insumos, Farmacia, Personal. De esta forma se pretende realizar un mayor control sobre la prestación del servicio, como así también de los insumos utilizados. Es necesario aplicar este sistema para el control de los recetarios desde dos vías: los médicos que autorizan la compra de medicamentos, y las farmacias. Si bien la Ley 25.649 intenta en cierta forma regular las recetas de los médicos, evitando que se inclinen por algún medicamento de un laboratorio en particular, sigue existiendo poco control en las mismas. Es necesario mejorar el sistema de información, como se menciona, para que el cruce de datos y el control sea más efectivo. 7) Fondo Nacional anti-cíclico para estabilidad del seguro. Se debe crear un Fondo Nacional que permita brindar estabilidad al Sistema Nacional del Seguro de Salud en las etapas de crisis del ciclo económico, teniendo en cuenta que su financiamiento responde a los aportes de los trabajadores, considerando que en situaciones de crisis económicas, éste número se ve reducido, impidiendo el ingreso de recursos necesarios para sostener las prestaciones de servicios para el total de la población. 8) Sistema de médico de familia Se propone retomar un Sistema de médico de familia para los sectores vulnerables que no posee cobertura a través de obra social o medicina prepaga. Para ello es necesario establecer un padrón indicando los beneficiarios. A su vez, es necesario mejorar los programas de capacitación a nivel universitario, para generar recursos huamnos calificados que estén orientados hacia un fortalecimiento de la atención médica primaria. La idea del médico de familia es establecer un nuevo modelo de prestación médica centrada en las necesidades de las personas y en el rol del médico de familia adecuadamente capacitado. En este aspecto, se debe dar un acercamiento que incluye no sólo las consideraciones de enfermedades, problemas de salud, sino la influencia de factores psicológicos, sociales, circunstancias del paciente. Las necesidades y las intervenciones médicas apropiadas deben ser detenidamente evaluadas y valoradas por el médico de familia que está capacitado en el conocimiento continuo integral de la persona. Este médico de familia es el que se responsabiliza por los cuidados de salud del paciente a lo largo del tiempo y tiene centrado su punto de atención en la persona del paciente. Se intenta replicar el programa de médicos de cabecera que implementan las obras sociales, pero enfocado en las personas que no tienen cobertura. La ventaja que presenta el sistema de médico de familia radica en un mayor conocimiento de las enfermedades y patologías existentes en el entorno familiar, permite mejorar la prestación del servicio, evitando que la familia deba concurrir a un hospital general para luego ser derivado a especialistas médicos por cada una de las enfermedades que poseen los miembros. Es decir, el médico de familia funciona como un médico general, que puede ser capaz de cubrir varias áreas de especialización, y en los casos que se necesite, está capacitado para derivar al integrante de la familia a un especialista directo, ahorrándose traslados y movimientos innecesarios por parte del miembro familiar. 9) Nueva regionalización y sobregionalización basada en redes integradas locales Se propone ampliar el poder resolutivo y de gestión estratégica de las Regiones Sanitarias. Las Regiones Sanitarias conforman la representación política del Ministerio de Salud en el ámbito regional, y en contacto con la problemática de las comunidades que la conforman. Específicamente se propone la implementación de la Planificación Geosanitaria, a cargo de las Regiones Sanitarias, que incluirá la planificación de actividades y propuestas de acción, para el desarrollo y fortalecimiento de la red asistencial. Esta planificación abarcará la Organización de la Red (coordinación entre efectores, procesos de admisión, sistema de urgencias), el perfil de los Programas Sanitarios, y la Política de Inversiones, en base a los planes trianuales de los hospitales. El funcionamiento de la red integral se basa en un sistema de referencias donde cada región deberá planificar la implementación de este sistema realizando un diagnóstico de la situación actual, definiendo la estructura hospitalaria de su jurisdicción, el rol específico de cada establecimiento – teniendo en cuenta el perfil de complejidad – focalizando los problemas de funcionamiento, infraestructura y las dificultades en la coordinación con el sistema provincial, desde las cuestiones de programas, recursos y la relación con los subsistemas de seguridad social y subsistema privado. Es necesario, a su vez, que cada región, en pos de mejorar la red integral, realice una nominalización de pacientes, implementado herramientas de información y software que generen un padrón regional de pacientes. La identificación de pacientes y sus condiciones socio-sanitarias, son un insumo clave en el proceso de Referencias, pero también para el análisis del producto hospitalario, costos de producción y la generación de GRD regionales (Grupo relacionado por Diagnóstico), que constituye una metodología de medición y comparación del producto hospitalario, y que toma la totalidad de procesos, insumos y tratamientos que intervienen al paciente de acuerdo a su diagnóstico de ingreso. La red debe contener un proceso de admisión de pacientes, estableciendo un sistema de ingreso, asignación de turnos, derivación con turno asignado desde un nivel de complejidad a otro, etc. Finalmente se debe generar un sistema de urgencias regional, como un aspecto fundamental de la red integral. La planificación se centra en suplir la totalidad de áreas de cobertura con un sistema disponible asistencial de urgencia con equipamiento, logística de traslado, recursos humanos, etc. De esta forma la red integral debe incluir: una definición de las organizaciones públicas y privadas que conforman cada red local y regional, así como su cartera de servicios – categorización de los establecimientos y el rol de cada hospital en la región; debe contener un padrón de usuarios; una atención integral y un sistema de urgencias. 10) Ley provincial de hospitales con autonomía tipo el HEC, que rija para hospitales municipales con un fondo de distribución del 5% de los recursos propios manejado no por el ministerio sino por indicadores de necesidad objetivos.. Un aspecto de las reformas planteadas recae en la organización y administración de los recursos hospitalarios. De manera general esta reforma abarca la profundización y ordenamiento de la descentralización hospitalaria. Debe existir una planificación de los recursos, con evaluación por resultados y la disposición de alternativas para el logro de las metas buscadas. En este sentido, la ley 11.072 de ordenamiento del Hospital de Autogestión, impulsa un modo de gestión hospitalario en armonía con los ejes estratégicos planteados, pero que todavía no se ha consolidado en los hospitales provinciales. Si bien la ley establece la conformación de un Consejo de la Administración con participación de la comunidad local y la Planificación Hospitalaria (Plan Operativo Anual), estas herramientas no han sido desarrolladas en el accionar hospitalario, impidiéndose la descentralización efectiva y la autogestión de los recursos. La reforma sugerida al respecto es volver a reglamentar la Ley 11.072 con su espíritu original y recuperar las atribuciones del Consejo de la Administración en materia de nombramientos de director y demás cargos del plantel hospitalario. Asimismo debe fomentarse el establecimiento de la responsabilidad directiva y gerencial en el uso de recursos y en la obtención de resultados de acuerdo al rol de cada hospital. También se recomienda el fomento del trabajo en equipo interdisciplinario, estableciendo módulos de evaluación consensuados y responsabilidades compartidas. Se debe crear un fondo de distribución, donde el 5% de los recursos propios que reciben los hospitales sea manejado en función de indicadores de necesidad y objetivos, elaborados y administrados por el Director, siendo estos recursos destinados únicamente para la consecución de esas metas y objetivos establecidos, no pudiendo destinarse para otras funciones. 11) Estatuto de médicos y enfermeras con premios y castigos En el marco de las propuestas establecidas, cuyo objeto es el fortalecimiento de la gestión hospitalaria y mejoramiento del servicio prestado a los pacientes, surge la necesidad de una nueva organización de los recursos humanos. Desde nuestra propuesta surge la necesidad de implementar una nueva ley de Carrera Hospitalaria, teniendo en cuenta en forma integral y eficiente, el desarrollo de las capacidades de gestión, progreso en la carrera, dedicación, entre otras de los trabajadores del sistema público. La actual Ley 10.471 genera una falta de incentivos para el mejoramiento del desempeño de los trabajadores relacionada con el sistema de movilidad en el escalafón y el sistema de remuneraciones. A su vez, se necesita estimular en forma más eficiente las capacidades individuales y colectivas del trabajador en cualquier nivel de la organización, a través de la formación y capacitación permanente de acuerdo a las políticas de la administración central del Ministerio de Salud. Se deben crear ámbitos de participación de los trabajadores (profesionales, técnicos, administrativos) en la definición de las políticas de gestión hospitalaria. Desde nuestra propuesta es necesaria una nueva Ley que otorgue derechos pero al mismo tiempo incorpore el mérito, sobre todo en relación al sistema de movilidad en el escalafón, el sistema de remuneración, Se debe avanzar hacia una organización del tipo Cuidados Progresivos que crea nuevos vínculos en la dinámica de la práctica profesional, la formación de equipos multidisciplinarios y la focalización de la gestión por resultados en base a necesidades y demandas cambiantes de los usuarios. 12) Mayor producción de genéricos en la órbita pública e incremento de la cobertura del Remediar La cuestión del acceso a los medicamentos representa uno de los mayores desafíos en el proceso de toma de decisiones en torno a la política sanitaria. Es un mercado concentrado dominado por las grandes multinacionales extranjeras, quienes ejercen un control monopólico del mercado en varias drogas de consumo masivo. Además, posee una altísima complejidad, dada la cantidad de actores involucrados y la diversidad de papeles que estos desempeñan en el proceso que va desde la producción hasta el consumo. Debido a esto, el acceso de la población a los medicamentos genéricos es escaso, inclusive, menos del 50% de la población total tiene acceso. Asimismo, se genera confusión en torno a la Ley 25.649 mal denominada Ley de Genéricos, porque en realidad lo único que regula es la promoción de la utilización de medicamentos por su nombre genérico y no protege o brinda un marco jurídico para una política nacional de medicamentos, con control, requisitos de mercado interno, exportación, etc. Lo que se da en el país es el uso de medicamentos “copia” y no genéricos, ya que hacen faltan controles de bio-equivalencia y bio-disponibilidad que garanticen la intercambiabilidad, ya que un medicamento genérico requiere ser un equivalente terapéutico, una copia de un original certificada mediante estudios de bio-equivalencia farmacológica. En el año 2011 hay un intento a nivel nacional a partir de la Ley 26.688 de fabricar medicamentos esenciales en la órbita estatal, declarando de interés la investigación y producción pública de medicamentos, vacunas y materias primas. Sin embargo, esta ley no fue promulgada. En este aspecto, desde nuestra propuesta se debería plantear, a nivel provincial, la sanción de una ley que incentive la producción de medicamentos genéricos en los laboratorios estatales, para poder controlar el mercado de medicamentos y proveer al sector público de los mismos, enfocándose en los sectores que no tienen acceso. Para ello, debería existir un incremento en la provisión de medicamentos que genera el Plan Remediar, aumentando no solo la cantidad sino también diversificando los medicamentos, Esta mayor producción de los medicamentos permitirá hacer frente a los hospitales provinciales y municipales, a los altos costos producto del aumento desmedido de los medicamentos por parte de las empresas farmacéuticas que dominan el mercado. Al reducir la cantidad de recursos destinados a los medicamentos, se puede emplear esos recursos de forma más eficientes en otras áreas del sistema de salud, que nos permita alcanzar el objetivo de una cobertura universal. Bibliografía Acuña. 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