Download Lectio Divina Koinonia 3 Adviento 2010
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3 de Adviento Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio La Palabra debe ser esperada y escuchada Con buena disposición interior Oración al Espíritu Santo Con Corazón limpio y humildad ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (San Agustín) A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente. Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente. Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas. Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas. Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas. Leer bien y sin prisa Hay que leer dos o tres veces Aprende a conocer el Corazón de Dios en sus Palabras Leer bien, es escuchar bien Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11,2-11 «Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" Jesús les respondió: "Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!" A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. "En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.» Composición general del Evangelio de San Mateo 1,1- 4,16: Presentación de Jesús. 4,17-16,20: Misión de Jesús. 16,21-28,20: Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11,2-11 «Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" Jesús les respondió: "Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!" A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. "En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.» Al celebrar el tercer domingo de Adviento y encender el tercer cirio de la corona, la Palabra de Dios nos coloca frente a la pregunta de quién es Cristo para mí? Y si yo lo he sentido en algún momento obstáculo para mi diario vivir? Juan está en la cárcel y ante lo que escucha quiere saber si el Maestro es el Cristo esperado, por eso envía unos discípulos para preguntarle a Jesús. Es interesante mirar que en el texto se habla de Cristo, es decir de titulo atribuido al verdadero Mesías, por lo tanto, Juan ya da por entendido que Jesús, es el Mesías, pero quiere confirma de sus propios labios dicha experiencia que él ya siente. Ante esta pregunta Jesús le contesta a los discípulos de Juan, algo que va más para los emisarios que para el mismo bautista, por lo tanto, la respuesta está dirigida hacia nosotros: Id y contad a Juan lo que oís y veis. Inmediatamente cita algunos de los signos que acompañan la llegada del Mesías y que se están cumpliendo en su misión y vida. Jesús sigue realizando esos milagros en nuestras vida y cada día nosotros somos participes de su llegada. Lo importante es que reconozcamos en cada momento al Cristo, a ese Mesías que nos sigue salvando y ayudando en todo lo que hacemos. Al acercarse la Navidad deberíamos revisar si en todo lo que hacemos y decimos está presente Cristo, pues todo este tiempo de preparación es para analizar cómo esta nuestra relación con Él. La respuesta del Maestro termina con una bienaventuranza: ¡dichoso aquel que no halle escándalo en mí!. Nuestra alegría debe ser siempre Cristo, por eso, se utiliza el término bienaventurado, pero, si está siendo Cristo alegría para mí. Acaso estoy sintiendo a Jesús como un obstáculo para mis decisiones, para mis relaciones personales y comunitarias? A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Experimento la alegría plena al saber que Jesús no me defrauda en nada y que Él jamás ha sido escándalo para mí y para mis decisiones diarias? Esta pequeña bienaventuranza se convierte en un reto para este tiempo de Adviento pues me enseña a meter en todo lo que hago la experiencia sensible de un Jesús que vino por mí y que jamás me defraudará. Finalmente, el Evangelio de Mateo recoge la alabanza más grande que Jesús hiciera a un ser humano. El Maestro alaba la misión de Juan y lo coloca como prototipo del pueblo de Israel que esperaba con fe y expectativa la llegada del Mesías. El bautista es la imagen de los que esperan y se cuestionan cómo hacer vida en su presente histórico la llegada del salvador. La justicia y los cambios sociales que se dan en el mundo deben estar enmarcados en la presencia del Reino de Dios, por eso, Juan encarna la voz de aquellos que están puestos en la tierra para allanar los caminos, es decir para hacer más transitable y viable la llegada del Reino de Dios en nuestras comunidades. Al encender nuestro tercer cirio, comprometámonos a ser profetas del cambio, capaces de allanar el camino para que Cristo haga visible en nuestra vida, en nuestra familia y amigos los signos que caracterizan la llegada del salvador. DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE LA PALABRA VA GENERANDO EN MI CORAZÓN: Alegría, compromiso, interrogantes, nuevas posibilidades Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser leído con el corazón Meditemos la Palabra con el Papa «Tened paciencia (...) hasta la venida del Señor». Al mensaje de alegría, típico de este Domingo «Gaudete», la liturgia une la invitación a la paciencia y a la espera vigilante, con vistas a la venida del Salvador, ya próxima. Desde esta perspectiva, es preciso saber aceptar y afrontar con alegría las dificultades y las adversidades, esperando con paciencia al Salvador que viene. Es elocuente el ejemplo del labrador que nos propone la carta del apóstol Santiago: «aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía». «Tened paciencia también vosotros —añade —, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca».Abramos nuestro espíritu a esa invitación, avancemos con alegría hacia el misterio de la Navidad. María, que esperó en silencio y orando el nacimiento del Redentor, nos ayude a hacer que nuestro corazón sea una morada para acogerlo dignamente. Amén». Juan Pablo II. Homilía del 13 de diciembre de 1998. Da gracias, intercede por los hermanos, por las situaciones que el texto te haya traído a la memoria. Da curso libre a tus capacidades creativas de sensibilidad en la oración. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser hablado con el corazón A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Padre bueno, al acercarnos a la celebración de la fiesta entrañable de la Navidad te pedimos que acrecientes nuestra esperanza, para que nunca desistamos del esfuerzo por crear un mundo en el que el amor sea posible. Nosotros te lo pedimos por Jesús de Nazaret, hijo tuyo y hermano nuestro, cuyo nacimiento nos aprestamos a celebrar. Amén. Ponte en medio de la comunidad y deja que rebose de tu interior la paz y la bendición que has recibido. Actúa con ellos para volver a reencarnar en la historia a Jesucristo, la Palabra hecha carne. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser practicado en la vida Mi compromiso en esta semana será: 1. «Dichoso el que no halle escándalo en mí». ¿Para mí seguir lo que Jesús me pide es motivo de escándalo? ¿Pienso que es demasiado lo que pide? 2. Al encender nuestro tercer cirio, comprometámonos a ser profetas del cambio, capaces de allanar el camino para que Cristo haga visible en nuestra vida, en nuestra familia y amigos los signos que caracterizan la llegada del salvador. (Desde el Evangelio de San Mateo 11, 2-10) Estamos en Facebook: grupo koinonia de amor