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PROVINCIA CRUZ DEL SUR ARGENTINA CHILE PARAGUAY LAS «OBRAS DE MISERICORDIA» Año del Jubileo 2016 En algunos escritos de Don Guanella Luis Guanella, el Fundamento. Catecismo para las almas que aspiran a la perfección (1885,1914), en Scritti morali e catechistici, Nuove Frontiere, Roma 1999, pp. 974-975. «Vendrá un día, oh Filotea, cuando Jesús, apareciendo ante todos, dirá «Felices son los que en la persona de mis pobres me socorrieron con alimento, bebida, ropa y con toda ayuda al cuerpo y al espíritu». Cumples una obra de misericordia, oh Filotea, cuando en tu corazón acoges las humanas enfermedades para buscarles una solución. Gerónimo Miani, en territorio de Lombardía y de Venecia, corría a saciar a los hambrientos, aliviar a los sedientos, vestir a los pobrecitos, curar a los apestados; dirigía la mirada compasiva a los peregrinos, a los encarcelados, y a los muertos daba piadosa sepultura. Este es un corazón compasivo. El Señor a menudo obraba prodigios por el ardor generoso de san Gerónimo Emiliani. Corría el año 1842. La ciudad de Turín dirigía los ojos al cuerpo exánime del canónigo Cottolengo. Él había grabado en su corazón y en el de las almas piadosas, la máxima del Apóstol: «La caridad de Cristo nos urge» (2 Cor 5,14). Grabó este recuerdo en los muros de una institución que llamó Pequeña Casa de la divina Providencia. En ella están internados por lo menos tres mil pobres. Tú entras y te parece entrar en una antesala del paraíso. En esta casa está quien enseña, quien aconseja, quien corrige. Hay quien consuela, quien perdona, quien reza por los vivos y por los muertos. Cada uno con gran corazón procura ejercitar lo mejor posible todas las obras de misericordia corporales o espirituales. Filotea, aprende del ejemplo de esta casa y confórtate». Luis Ganella, Máximas de espíritu y método de acción (1888-1889), en Scritti per le Congregazioni, Nuove Frontiere, Roma 1988, p.23., n. 7. «En especial hay que hacer el bien a los miembros de la propia casa…La primera santificación a obtenerse es el perfeccionamiento de las virtudes…Hay que tener un cuidado especial para con aquellas personas que tienen un talento inferior y son pobrecitas… El modo entonces de hacer el bien a las almas de los hermanos…Con el corazón tan desbordante… y luego juntos el corazón y la palabra…». Don Guanella tiene ideas muy claras al describir el amor al prójimo, comenzando ciertamente a amar a los de la propia casa. En el perfeccionamiento de la virtud de la caridad. Tener un corazón rebosante y la palabra que da aliento… Luis Guanella, Breve estatuto de las hijas del Sdo. Corazón llamadas “Crocine” en Como (1893), en Scritti per le Congregazioni, Nuove Frontiere, Roma1988, p. 86, n. 15. 12. «La pía congregación “Crocine” no puede acumular sumas, sino apenas recibe, debe invertirlas en ayuda de los pobrecitos. Ni puede conservar bienes inmuebles un poco grandes, sino que los debe convertir en alimento para los pobres…Hay que cuidar mucho las convalecencias. Con viva fe hay que ver en las personas enfermas la imagen sufriente del divino Salvador”. Aquí tenemos claras referencias a las obras de misericordia: dar de comer a los hambrientos y visitar a los enfermos. Luis Guanella, Normas principales para un reglamento interno en la pequeña casa de la divina Providencia (1894), en Scritti per le Congregazioni, Nuove Frontiere, Roma1988, p. 130, n. 2. «…Los enfermos están entre los simples internos de la casa y hay que tratarlos con toda caridad y paciencia, y según su tipo de enfermedad, sabiendo también que la caridad cristiana se inclina más a abundar que a faltar. Ciertos minúsculos cuidados y algunos pequeños regalos ofrecidos con ingeniosa caridad, muchas veces ganan los corazones y obtienen frutos admirables”. No tenemos un tratado de don Guanella sobre las obras de misericordia, pero las encontramos esparcidas en sus escritos. Luis Guanella, Reglamento interno de la casa de Santa María de la Providencia en Como (1899), en Scritti per le Congregazioni, Nuoe Frontiere, Roma1988, p. 300, n. 5. «En referencia a la asistencia de las buenas hijas, se tenga en cuenta: Que son dignas de alto aprecio; Que sus actos son a menudo sin responsabilidad; Que hay que educarlas materialmente como un corderito ». Enseñar a los ignorantes, es una de las experiencias fundamentales del método preventivo de san Luis Guanella. Luis Guanella, Reglamento de los Siervos de la Caridad (1905), en Scritti per le Congregazioni, Nuove Frontiere, Roma1988, p. 1237. «Será buena iniciativa confiar a personas buenas y caritativas, la provisión de vestimenta para uno o más necesitados, a los que tratarán casi como hijos propios, por la caridad de Cristo que los urge e impulsa”. Vestir a los desnudos, es una de las obra de misericordia corporales muy querida por san Luis Guanella. Luis Guanella, ante la tumba de los muertos. Oraciones para la novena y la octava de los fieles difuntos (1883), en Scritti per l’Anno Liturgico, Nuove Frontiere, Roma1992, p. 1308. «Tu mano se dirige, a modo de sufragio, al purgatorio. Eres fuerte ante el paraíso, para suplicar la gracia. ¡Consolación inefable! Nuestra mano es potente, porque nuestra derecha es la mano de la santa Iglesia. Un hijo de esta querida madre está frente a la muerte. Él gime: “¡Madre ayúdame!¡Madre mía ven en mi ayuda! Y la madre compasiva viene y acompaña el alma del hijo amado hacia los brazos de Dios Padre”. Don Guanella escribió un pequeño fascículo en referencia a las dos últimas obras de misericordia corporales y espirituales: Sepultar a los muertos y Orar por los vivos y difuntos. Luis Guanella, el pan del alma. Primer curso de homilías dominicales descritas en máximas (1883), en Scritti per l’Anno Liturgico, Nuove Frontiere, Roma1992, p. 198. «Oh como llama el pobrecito con gran humildad: ¡Auxilio, auxilio! ¿Les gusta salvar al miserable? Miren si ustedes son los primeros en estar en el recto camino. ¿Cómo podría corregir bien a quien se equivoca, uno que está fuera del camino más que los demás? Muy grande tarea es conducir a los hijos hacia el padre, pero hay que tener un buen equipo de virtudes y la atracción de un buen corazón que, con su buen ejemplo, conduzca al otro a obrar bien”. Para amonestar a los pecadores, don Guanella subraya que se necesitan disposiciones personales. Para hacer obras de misericordia es necesario tener un buen conjunto de virtudes. Luis Guanella, El pan del alma. Primer curso de homilías dominicales descritas en máximas(1883), en Scritti per l’Anno Liturgico, Nuove Frontiere, Roma1992, p. 243. «Sean hombres reflexivos que saben hablar como los sabios. Cómo agradarán a los hombres solamente con esto. Sean cristianos prudentes que saben hablar y callar a su tiempo, que saben, sin ostentación, dar un consejo saludable; ¡cómo con esto agradan a su prójimo! También con estas afirmaciones don Guanella nos invita a hacer una reflexión sobre las obras de misericordia. Luis Guanella, el pan del alma. Segundo curso de homilías dominicales descritas en máximas (1884), en Scritti per l’Anno Liturgico, Nuove Frontiere, Roma1992, p. 556557. «Usen la inteligencia para salvar un alma, este es el mejor sentido cristiano. Tener voluntad para hacer el bien al prójimo, este es el mejor corazón de un discípulo del Salvador. Quien nos sugiere tener un buen sentido y buen corazón para salvar un alma, es el Señor: ¡qué honor! Dios, que es la felicidad y la gloria del paraíso, se alegra en decirnos: “¡Ayúdame a salvar las almas!” Está claro para . don Guanella: es el Señor quien nos sugiere tener un corazón lleno de caridad y misericordia. Tenemos que hacer nuestras estas exhortaciones, sobre todo cuando creemos que todo sea sólo obra nuestra. Leonardo Mazzucchi, La vida, el espíritu y las obras de don Luis Guanella, en Nuove Frontiere, Roma 2013, p. 235. «…en sus casas quiso que brote con abundancia una caridad plena para consuelo de los necesitados. Que con el cuidado de los cuerpos se cuide también el espíritu y junto con las necesidades temporales se socorran también las de la eternidad; porque quiso que en el corazón de los Siervos de la Caridad fuese abierto el primero y mejor refugio para los pobres, y que se los ayudase no sólo con el pan para saciarse, sino también con el pan anhelado y más necesario de la compasión, de la ternura, del amor”. 1. ¿Cómo te sientes de vivir la caridad en estilo guanelliano? 2. Qué aspecto de la misión y del carisma de don Guanella te impactó más? «Obra de misericordia haces, oh Filotea, cuando llevas a tu corazón las humanas enfermedades de los hermanos, para poder socorrerlas”. ¿Cómo responderías a don Guanella ante su enseñanza sobre las obras de misericordia? Como religioso o laico guanelliano ¿Te parece que obras como don Guanella? Yendo al encuentro de los hermanos más pobres, ¿te dejas guiar por la caridad y la misericordia que brotan del Corazón de Jesús? En el año del Jubileo de la Misericordia, ¿cómo piensas vivir el don de la vocación que recibiste como guanelliano religioso o cooperador? ¿Qué experiencias se pueden hacer en la comunidad religiosa o en el grupo? En un momento de silencio y de reflexión, pasa por tu mente las siete obras de misericordia corporales y espirituales, comparando con tu vida las obras y la espiritualidad de don Guanella. Piensa cómo estás viviendo las obras de misericordia con los pobres de tu casa, de tu parroquia, de tu barrio.