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INTRODUCCION CANCER CERVICO UTERINO ¿Cuáles son las causas que influyen en el aumento de casos de cáncer cérvico uterino en las mujeres de 20 a 60 años en los últimos 10 años en el Estado de Nayarit? Las mujeres en el Estado de Nayarit, entre las edades de 20 a 60 años tienen más riesgo de desarrollar cáncer cérvico uterino a causa de: Falta de programas de prevención Falta de educación sobre todo en el cáncer cérvico uterino Falta de información de lo que pasa al iniciar a una edad temprana relaciones sexuales Falta de cultura Por la promiscuidad y sus consecuencias Todo esto influye a que exista un aumento de casos de cáncer cérvico uterino en los últimos 10 años. 1 OBJETIVOS: Investigar cuáles son los factores que propician el aumento de cáncer cérvico uterino. 1. Definir el concepto de el cáncer cérvico uterino 2. Describir la anatomía del cuello uterino 3. Investigar la historia natural del cáncer cérvico uterino 4. Mencionar otros factores de riesgo que podría provocar el cáncer cérvico uterino 5. Investigar cuáles son las formas de detectar a tiempo el cáncer cérvico uterino 6. Mencionar cuáles son los síntomas y signos 7. Clasificar las etapas 8. Mencionar los cambios emocionales en las pacientes con cáncer cérvico uterino 9. Mencionar cuáles son los tratamientos a seguir 10.Definir los factores que no se tienen en cuenta pero se relacionan con el cáncer cérvico uterino 11.Buscar si existen programas de prevención de cáncer cérvico uterino y cómo funcionan 2 CONCEPTO DE CÁNCER CERVICO UTERINO El cáncer cérvico uterino es el crecimiento desordenado de las células de esta región, formando así un tumor. Las características de este tipo de tejido hacen del cuello uterino un órgano débil para la agresión por virus y bacterias. El cáncer cérvico uterino es un problema de salud pública en México, sin embargo, mediante algunos procedimientos técnicos es posible identificar lesiones precursoras y casos en forma temprana haciendo factible su control. En nuestro país, diariamente se diagnostican alrededor de 20 casos, el 70% de ellos se encuentran en etapa clínica avanzada en donde el tratamiento paliativo tiene pobre efecto sobre la calidad de vida y un costo elevado para los servicios de salud, el problema es aun más grave cuando se considera que en promedio pierden la vida 12 mujeres al día por esta causa, llama poderosamente la atención que tengamos una de las tasas de morbi– mortalidad más altas en el mundo a pesar de que se cuenta con un programa de detección oportuna desde hace 35 años. Es la primera causa de fallecimiento por tumor maligno en el sexo femenino, presentándose la tasa más alta de incidencia en el grupo de 65 años y mas. Esto señala que los grupos con mayor riesgo de sufrir cáncer cérvico uterino son las mujeres de 40 años o más. En relación al origen de la enfermedad, en los últimos 10 años se han publicado estudios que señalan como principales factores de riesgo los siguientes: Bajo nivel socioeconómico Baja escolaridad Inicio de vida sexual antes de los 18 años Que la mujer tenga varias parejas sexuales o que su pareja sexual tenga varias Infección del epitelio del cuello uterino por virus del papiloma humano VPH Desnutrición con hipovitaminosis E, C, D y A Tabaquismo Uso de anticonceptivos orales por más de 5 años Edad mayor de 25 años Ausencia de estudios de citología cervical 3 ANATOMIA DEL CUELLO UTERINO El cuello uterino está constituido por dos zonas: el exocervix, la zona más distal que limita con el extremo superior de la vagina, y el endocervix que se extiende hasta el istmo uterino. La unión entre el exocervix, revestido por epitelio plano poliestratificado rico en glucógeno y el endocervix, tapizado por epitelio cilíndrico monoestratificado mucosecretor, se denomina unión escamosa columnar. Su localización varía según la edad reproductora, se sitúa por fuera del orificio exocervical, mientras que en la menopausia asciende hasta el inferior del canal endocervical. El área comprendida entre estos dos extremos se conoce como zona de transformación, porque en ella el epitelio mucosecretor es sustituido por epitelio escamoso mediante el fenómeno de metaplasia. La zona de transformación es de gran importancia, porque en ella se desarrolla la mayoría de los cánceres del cuello uterino. El epitelio del cuello uterino tiene una disposición de células ordenadas de la base hacia la superficie, son de tamaño y forma regular, y las de posición basal tienen un núcleo mediano y poco citoplasma; a medida que emigran a la superficie muestran mayor cantidad de citoplasma y el núcleo se hace muy pequeño. Esta constituido por el estroma que es fundamental tejido conjuntivo fibroso. En el endocervix desembocan además glándulas productoras de moco revestidas por el mismo tipo de epitelio. Entre el epitelio y el estroma del cuello se encuentra la membrana basal, es una estructura formada por un acúmulo de fibras colágenas, cuya importancia estriba en que cuando las células epiteliales muestran cambios de malignidad, rompen la membrana basal, invaden el estroma subyacente, se traba de un cáncer invasor y cuando aún no rompen esta membrana y los cambios neoplásicos de las células sólo involucran al espesor del epitelio se trata de carcinoma in situ. Un 80 a 85% corresponde a carcinomas de células escamosas se origina en la unión escamoso cilíndrica del cérvix y está presidida de displasia cervical y cáncer in situ. Los adenocarcinomas se originan en el epitelio cilíndrico endocervical y constituyen aproximadamente el 14%. 4 HISTORIA NATURAL DEL CANCER CERVICO UTERINO Historia natural La mayoría de los autores está de acuerdo en que las displasias y el carcinoma in situ progresan a carcinoma invasor si no se tratan; lo que no está tan claro es el tiempo de progresión, aunque generalmente se acepta un periodo de 10 años desde carcinoma in situ a carcinoma invasor. A pesar de esto, un 10% de los casos podría progresar en menos de un año. Por otra parte, un 10% de los carcinomas invasores podría originarse ex novo y no de las transformación de una displasia. Las lesiones precursoras han sido descritas en diferentes clasificaciones de uso común (Cuadro 1). La primera de ellas es original de G. Papanicolaou, quien hace 5 grupos. Posteriormente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) las clasifica según el grado de displasia (leve, moderada, grave) basándose en la terminología histológica CIN (neoplasia intraepitelial cervical). Así, CIN-1 correspondería a displasia leve, CIN-2 a displasia moderada y CIN-3 a displasia grave o carcinoma in situ (ambos tipos de lesión se citan indistintamente). Por último, el National Cancer Institute (NCI) desarrolla el Sistema de Bethesda, que introduce la expresión lesión escamosa intraepitelial (LEI) para referirse a las lesiones precursoras. De este modo la LEI-1 o de bajo grado incluye la CIN-1 y los cambios celulares asociados al VPH, y la LEI-2 o de alto grado incluye la CIN-2 y la CIN-3. Esta clasificación se basa en la similitud de etiología, comportamiento y tratamiento de las lesiones en cada grupo. Así, las LEI-1 son lesiones de bajo grado que podrían progresar, permanecer estables o regresar, mientras que las LEI-2 tienen una alta probabilidad de progresar a carcinoma invasor si no se tratan, y están asociadas generalmente a aneuploidía e infección por uno de los tipos de alto riesgo del VPH. Una vez que el tumor invade y rompe la membrana basal, el crecimiento se acelera diseminándose por el estroma y manifestándose como una ulceración o masa exofítica que, por extensión directa, infiltra la vagina, el endometrio, los parametrios y el recto. Se disemina fundamentalmente por vía linfática a los ganglios regionales (sobre todo, a iliacos externos y obturadores). En conjunto, la 5 incidencia de afectación ganglionar linfática es aproximadamente del 15% en el estadio I y de un 28% en el estadio II. En cuando a los para-aórticos, el 6% en estadio Ib, 12% en IIA, 19% en IIB y 29% en IIIB. La diseminación hemática es rara, pero aumenta su frecuencia en casos avanzados. Puede aparecer metástasis en el hueso, pulmón o hígado. Cuanto mas avanzada esté la enfermedad, mas probabilidad hay de metástasis a distancia. Cuadro 1. Comparación entre las terminologías citológica e histológica para el cérvix Citología Histología Sistema Sistema OMS Sistema Bethesda Clasificación CIN Papanicolaou Clase I Normal Dentro de límites normales Clase II Atipia Cambios reactivos o reparadores Clase III Displasia leve LEI de bajo gradoa. CIN-1 Clase III Displasia moderada LEI de alto grado CIN-1 Clase III Displasia grave LEI de alto grado CN-3 Clase IV Carcinoma in situ LEI de alto grado CIN-3 Clase V Carcinoma invasor de Carcinoma de células Carcinoma de células células escamosas escamosas escamosas Clase V Adenocarcinoma Adenocarcinoma Adenocarcinoma a incluye cambios asociados con infección por el papiloma humano. CIN = neoplasia cervical intraepitelial. LEI = lesión escamosa intraepitelial. Implicaciones programáticas Infección por VPH Características: La infección por VPH es muy común entre las mujeres en edad reproductiva, puede permanecer latente, producir displasia o permanecer sin ser detectada. Manejo: Si bien las verrugas genitales que se originan con el VPH pueden ser tratadas, no existe ningún tratamiento para erradicar al VPH. La prevención primaria a través del uso del condón ofrece algún grado de protección. 6 Displasia cervical de bajo grado de malignidad Características: Este tipo de displasia generalmente es temporal y desaparece con el tiempo. En algunos casos, sin embargo, progresa a displasia de alto grado de malignidad. En ocasiones, el VPH puede producir displasia de baja malignidad dentro de meses o años después de haberse producido la infección. Manejo: La displasia de baja malignidad generalmente debe monitorearse en vez de ser tratada, ya que en la mayoría de los casos las lesiones presentan una regresión o no progresan. Displasia cervical de alto grado de malignidad Características: Esta displasia, que es la precursora del cáncer cérvico uterino, es significativamente menos frecuente que la displasia de baja malignidad. La displasia de alto grado de malignidad puede originarse en algunos casos de la displasia de bajo grado de malignidad y en otros, de la infección por el VPH. Manejo: Es muy importante tratar este tipo de displasia, ya que una considerable proporción de los casos progresa a cáncer. Cáncer infiltrante Características: Las mujeres con displasia de alto grado tienen el riesgo de presentar cáncer infiltrante, lo que ocurre lentamente a lo largo de varios años. Manejo: El tratamiento del cáncer infiltrante requiere de hospitalización, lo que resulta caro y a menudo no es eficaz. 7 FACTORES DE RIESGO Factores sexuales El cáncer de cérvix tiene muchas de las características de una enfermedad de transmisión sexual. Es más frecuente en mujeres que comienzan su vida sexual en edad temprana, con múltiples compañeros sexuales, en multíparas, en mujeres con partos a edad joven y en prostitutas, mientras que es infrecuente en nulíparas y en mujeres que no han tenido una vida sexual activa. Tan importante como la promiscuidad sexual es que los miembros de la pareja tengan a su vez otros compañeros sexuales; así Kessler demostró que el riesgo de carcinoma de cérvix era mayor en esposas de hombres que previamente estuvieron casados con mujeres que sufrieron esa enfermedad. Factores infecciosos Virus del papiloma humano (VPH). Es el primer factor responsable de la asociación entre carcinoma de cérvix y enfermedades de transmisión sexual, pudiendo ser un agente causal de esta enfermedad. Se ha observado la asociación entre esta infección y la displasia. La infección por VPH parece que desempeña un importante papel en el proceso de transformación maligna del epitelio escamoso cervical y cumple los requisitos para designarlo como causa de esta enfermedad. Aproximadamente en un 53% de las neoplasias intraepiteliales hay datos que confirman la infección por VPH, y se han encontrado partículas virales (ADN y proteínas) en el 74% de los carcinomas invasores. Unos 22 de los 70 subtipos descritos de VPH pueden infectar el tracto anogenital humano, siendo los más comunes en esta enfermedad el 16 y 18, y con menos frecuencia el 31 y 33 – 35. El 6 y el 11 provocan lesiones benignas como el condiloma acuminado. El VPH – 18 se asocia con carcinoma escasamente diferenciado, alta incidencia de afectación linfática y de recidivas, mientras que el VPH – 16 se relaciona con tumores queratinizados y menos recidivas. Virus del herpes simple tipo 2 (VHS). El hecho de encontrar títulos 8 altos de anticuerpos frente a este virus en el suero de pacientes con carcinoma de cérvix sugiere una relación causa – efecto. Hollinshead y cols. recogen que el 88% de estas pacientes tiene títulos altos de Ac frente al VHS, mientras que esta proporción es solo del 11% en el grupo control. Sin embargo, la falta de datos sobre la detección del genoma VHS en el carcinoma de cérvix hace pensar que este virus no es importante en el desarrollo de esta enfermedad, excepto quizá como cofactor. Similar interpretación se le concede a la infección por clamidias, tricomonas y virus de Epstein-Barr. Factores químicos Aunque en animales parece que hay algún carcinógeno químico que induce la aparición de este tumor, esto no se ha podido demostrar en seres humanos. el uso de dietilestilbestrol aumenta la incidencia de carcinoma de células claras de cérvix y vagina. Los compuestos hormonales en forma de anticonceptivos no se pueden relacionar con un aumento de la incidencia. El tabaco se ha citado como cofactor por el hecho de que las tasas de infección por VPH en fumadoras son mayores. Factores inmunológicos Las mujeres con VIH presentan mayor incidencia y tasas de recurrencia de neoplasia intraepitelial cervical (CIN) que se correlacionan con el grado de inmunosupresión. Además, las pacientes seropositivas al VIH que experimentan carcinoma invasor tienen una forma de presentación de la enfermedad más avanzada, con peor respuesta al tratamiento y mayor tasa de mortalidad. Factores socioeconómicos La incidencia en la clase socioeconómica media – baja es muy superior a la de la clase alta. Por otra parte, la distribución geográfica habla a favor de la influencia de estos factores. Factores culturales Esta enfermedad es infrecuente en mujeres de raza judía o musulmana, lo cual ha sido tradicionalmente explicado por la circuncisión; sin embargo, 9 autores como Ackerman y Regato atribuyen esta baja incidencia a factores genéticos. El carcinoma de cérvix es un ejemplo de cómo se puede alterar la incidencia, evolución y mortalidad del cáncer. 10 SINTOMAS Y SIGNOS DEL CÁNCER CÉRVICO UTERINO El cáncer invade primeramente las capas superficiales (etapa preinvasora o carcinoma in situ), en esta etapa no presenta molestias y sólo es detectable por un frotis anormal de Papanicolaou, se requieren de 2 a 10 años para que el cáncer invada los tejidos, después de la invasión la muerte se produce de 3 a 5 años si no hay tratamiento o respuesta a éste. El síntoma más frecuente de enfermedad avanzada es la hemorragia vaginal, en particular después del coito. La enfermedad avanzada se puede acompañar de secreciones vaginales fétidas, dolor pélvico de tipo ciático, inflamación de miembros inferiores y pérdida de peso. Puede haber quejas que indiquen anemia, insuficiencia renal (uropatía obstructiva) o fístulas pélvicas. 11 PAPANICOLAOU Desde 1940, el porcentaje de muertes en mujeres con cáncer cervical (cuello de útero) ha decrecido un 70%, en gran parte porque muchas mujeres se han sometido a un Papanicolaou. Aunque no es infalible, este test detecta el 95% de cánceres cervicales y, lo que es más importante, los detecta en un estado en el que todavía no se ven a simple vista y, por lo tanto, pueden ser tratados y, casi invariablemente, curados. Ocasionalmente el Papanicolaou puede identificar un cáncer endometrial o de ovarios. La citología vaginal también llamada Papanicolaou, es muy reveladora. Se practica durante el examen pélvico, y resulta un poco incómodo. Con una espátula de madera, un cepillo o una esponja de algodón, el médico raspa suavemente la superficie del cérvix para recoger células, y también toma muestras de dentro del canal cervical insertando una torunda de algodón. Las células son enviadas al laboratorio para un análisis microscópico. Un resultado negativo significa que su cérvix es normal. Un resultado positivo significa que aparecen células anormales. Este resultado positivo no prueba que haya cáncer, ni siquiera displasia, pero usualmente significa que deben hacerle un reconocimiento intenso como una colposcopia o una biopsia. La Organización Panamericana de la salud recomienda que deben hacerle su primera citología antes de empezar a tener relaciones sexuales y después de pasado un año. Si los dos resultados son normales, el médico y usted quedarán de acuerdo con los intervalos de tiempo que deben pasar entre una y otra, a no ser que usted esté en el grupo de alto riesgo. Si es así, tendrán que realizárselo una vez al año. Mujeres de alto riesgo son aquellas que han comenzado a tener relaciones sexuales antes de los 18 años, que han tenido varias parejas sexuales o que han tenido herpes o verrugas venéreas. A partir de los 60 años, las mujeres pueden dejar de hacerse citologías. Si su madre ha tomado un estrógeno sintético llamado DES durante su embarazo, usted está en la categoría de alto riesgo. Deben hacerle una citología al menos una vez al año, empezando a los 14 años o incluso antes si ya ha tenido la primera menstruación. Los resultados generalmente obtienen una clasificación de 1 a 5: 1) Completamente normal. No ha presencia de células anormales. 12 2) Se presentan algunas células atípicas, pero ninguna sugiere cáncer. Puede deberse a una inflamación y/o posible infección. 3) Se presentan algunas células anormales, sugiriendo, pero no confirmando, la presencia de cáncer (reciben el nombre de displasia). 4) Algunas células que parecen ser cancerosas, señales de cáncer temprano. 5) Indicaciones de que las células son de un cáncer avanzado. Para que esta prueba sea realmente eficaz y segura, usted debe seguir estas recomendaciones. Tenga en cuenta que la seguridad de su análisis dependerá de la calidad del laboratorio que realiza la prueba con la muestra que su médico envía. Trate de fijar su cita con el médico entre los días 15 y 20 antes de su ciclo menstrual. No utilice duchas vaginales por lo menos durante tres días antes de su examen. Si lo hace, no habría suficiente cantidad de células en su mucosa vaginal para una prueba segura. No utilice espumas anticonceptivas o jaleas durante los cinco días anteriores al examen. La OPS indica que si todas las mujeres se sometieran a este tipo de control, y a la colposcopia una o dos veces al año, sería posible eliminar las muertes por este tipo de cáncer. 13 ETAPAS DEL CANCER CERVICO UTERINO Etapa Datos clínicos 0 Carcinoma preinvasor Carcinoma in situ, carcinoma intraepitelial (los casos en etapa 0 no deben incluirse en estadísticas terapéuticas). I Carcinoma invasor Carcinoma estrictamente limitado al cuello uterino (no debe considerarse extensión al cuerpo). Ia Carcinomas preclínicos del cuello uterino, o sea, los que se diagnostican sólo con microscopio. Ia1 Invasión estromática mínima evidente microscópicamente. Ia2 Lesiones detectadas microscópicamente que pueden medirse. El límite superior de la medición no debe mostrar una profundidad de invasión mayor de 5 mm a partir de la base del epitelio, ya sea superficial o glandular, de donde se origina, y una segunda dimensión, la propagación horizontal, no debe exceder 7 mm. Las lesiones mayores han de clasificarse como Ib. Ib Lesiones de dimensiones mayores a la etapa Ia2, que se observen clínicamente o no. la afección del espacio preformado no debe alterar la clasificación por etapas, pero ha de registrarse de modo específico para determinar si debe afectar decisiones terapéuticas en el futuro. II El carcinoma se extiende más allá del cuello uterino, pero no se ha extendido a la pared. El carcinoma invade la vagina pero no el tercio inferior. IIa Sin afección parametrial obvia. IIb Con afección parametrial obvia. 14 III El carcinoma se ha extendido a la pared pélvica (en el examen rectal, no hay espacio libre de cáncer entre el tumor y la pared pélvica) o el tumor afecta el tercio inferior de la vagina. Todos los casos con hidronefrosis o riñón no funcional. IIIa Sin extensión a la pared pélvica. IIIb Con extensión a la pared pélvica o hidronefrosis, o bien ambas, o riñón no funcional. IV El carcinoma se ha extendido más allá de la pelvis verdadera o ha afectado clínicamente la mucosa de vejiga o recto. Un edema buloso como tal no permite que el caso se asigne a la etapa IV. IVa Propagación del crecimiento a órganos adyacentes. IVb Propagación a órganos distantes. 15 TRATAMIENTO Principios generales La mayoría de los casos de carcinoma de cérvix tienen como principal tratamiento la cirugía, asociada o no a la radioterapia. De cualquier forma el tratamiento debe ser individualizado, según la extensión de la enfermedad y las características de las pacientes. Con estas dos modalidades abarcamos los estadios I, II y algunos III, quedando el carcinoma inicialmente avanzado y la recidiva como situaciones en las que aún hay que ensayar nuevas medidas terapéuticas para llegar a establecer cuál es la mejor actitud. El tratamiento del carcinoma de cérvix lo determina fundamentalmente el estadio de la enfermedad. Cuadro 2. Porcentaje de supervivencia mundial a los 5 años en el carcinoma cervical según la etapa de la clasificación de la FIGO Etapa Número de pacientes I I III IV 12 143 10 285 8 206 1 378 Supervivencia a los 5 años (en %) 81.6 61.3 16.7 12.1 Adaptado de Petterson F (ed.): “Annual report on the result of treatment in gynecological cancer”. Int J Obatet, 1991: 36 (Suppl.): 35. Cirugía Desempeña un papel fundamental en esta enfermedad. Puede ser curativa para las pacientes en estadios I y IIA. Dependiendo de la extensión de la enfermedad, el procedimiento adecuado puede ser la conización cervical o la histerectomía radical + linfadenectomía bilateral. La conización cervical se utiliza para el diagnóstico de lesiones preinvasivas, pero además puede ser el tratamiento de elección en pacientes con CIN-3. Las complicaciones son: hemorragia, estenosis cervical y perforación uterina, aunque son poco frecuentes. La histerectomía total extrafascial incluye la escisión del útero, cérvix y cúpula vaginal. Puede estar indicada en casos seleccionados de CIN-3 y en el carcinoma microinvasor de menos de 3 mm sin invasión linfovascular. La histerectomía radical con linfadenectomía pélvica bilateral requiere 16 una disección más extensa, extirpando en bloque el útero, cérvix, parametrios, ganglios pélvicos y el tercio superior de la vagina. Algunos cirujanos realizan además una disección selectiva de los ganglios para-aórticos, comenzando en la bifurcación aórtica si hay sospecha de afectación que no se ha podido comprobar mediante radiología. Como complicaciones mas frecuentes, se pueden citar: la hemorragia, la vejiga neurógena, las fístulas urinarias (<2%) y el absceso pélvico. La linfadenectomía selectiva para-aórtica o la biopsia de un ganglio linfático de esta localización forma parte del tratamiento de esta enfermedad. Pretende que la paciente pueda ser mejor tratada al ampliar el campo de radiación si los ganglios están afectados. La exenteración pélvica es una opción en algunas pacientes que tras la radioterapia sufren una recidiva central en la pelvis. Incluye la extirpación de vagina, cérvix, útero, trompas de Falopio, ovarios, vejiga y recto. En el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center recogen una mortalidad operatoria del 9.8% y un índice de supervivencia a los 5 años del 23%. En los últimos años, los nuevos equipos de radioterapia y el avance de las técnicas han hecho que la recidiva central sea un hallazgo inusual. Esto, unido a la disminución de la incidencia del carcinoma invasor, hace que esta intervención se realice de forma anecdótica. Radioterapia (RT) La aplicación de la terapia como radio en el carcinoma de cérvix se debatió por primera vez en 1913, en el Congreso de Halle. La RT se puede utilizar como tratamiento principal en todos los estadios del carcinoma de cérvix. Es necesaria una cuidadosa planificación del tratamiento para alcanzar la máxima dosis en el tumor, a la vez que se minimiza el riesgo de complicaciones. La combinación de RT externa y RT intracavitaria se usa en la mayoría de los estadios, con excepción del IA, donde la intracavitaria sola es suficiente. La radioterapia externa se usa para tratar toda la pelvis y los parametrios, incluyendo los ganglios linfáticos iliacos, pero la enfermedad central se trata posteriormente con RT intracavitaria cuando está indicada: - Lesión voluminosa cervical. - Tumores exofíticos de fácil sangrado. - Tumores con necrosis o infección. 17 - Afectación de los parametrios. Si se confirma la existencia de enfermedad metastásica en los ganglios linfáticos para-aórticos, puede administrarse RT retroperitoneal. La braquiterapia consiste en el uso de técnicas intracavitarias utilizando colpostatos, cilindros vaginales o agujas. El radioisótopo mas empleado es el cesio-137. La braquiterapia no es útil como tratamiento único cuando existen ganglios linfáticos pélvicos positivos. La mayoría de las pacientes requiere dos inserciones separadas en el tiempo entre 1 y 3 semanas. Ocasionalmente puede usarse implantes intersticiales. Intentamos conseguir una distribución óptima de la dosis al combinar RT pélvica y RT intracavitaria y, a veces, intersticial. Las secuelas gastrointestinales se manifiestan en los 2 primeros años tras la RT, mientras que las complicaciones del tracto urinario probablemente no se ven hasta 3 ó 4 años después. Si se combina con cirugía, el índice de complicaciones se eleva por el potencial daño a los uréteres y vejiga (estenosis uretral, fístulas urétero-vaginales o vésico-vaginales). Las secuelas tardías de la combinación de cirugía y fibrosos del intestino delgado, fístulas recto-vaginales y vésico-vaginales. Quimioterapia (QT) Esta modalidad terapéutica no se ha estudiado con detenimiento, aunque podría desempeñar un papel importante si se encontraran regímenes eficaces. Las que más se beneficiarían de su aplicación serían las pacientes en estadios III o IV con recidiva tras la cirugía y/o RT, o con ganglios positivos para-aórticos, los cuales tienen menos probabilidades de curarse con un tratamiento estándar. Los factores que reducen la eficacia de este tratamiento son: disminución de la vascularización pélvica, reserva de médula ósea limitada y pobre función renal debido a obstrucción ureteral por el tumor o fibrosis. Mas adelante se desarrolla este apartado con mas detalle. 18 Esquema de tratamiento CIN-3 Incluye la displasia grave y el carcinoma in situ. El tratamiento estándar es quirúrgico: la conización cervical. Sin embargo, pacientes muy seleccionadas podrían beneficiarse de otras técnicas, como la crioterapia, la ablación con láser o la electroterapia, si reúnen las siguientes condiciones: - La lesión es enteramente visible con colposcopia (lesiones ectocervicales). - El legrado endocervical es negativo (no ha extensión endocervical). - Es visible la unión escamosocilíndrica. - No hay sospecha citológica ni colposcópica de lesión invasora oculta. Cuando hay invasión endocervical y la paciente quiere preservar la fertilidad, se trata con conización. La histerectomía abdominal o vaginal no se recomienda por sistema, ya que no disminuye el índice de recurrencia (0.3%), pero merece consideración en: - Mujeres que no desean tener más hijos. - Márgenes del cono de biopsia afectados por el tumor. - Existencia de patología uterina asociada (. Eje., miomas). La RT intracavitaria puede ser el tratamiento de elección cuando la cirugía está contraindicada. Estadio IA El tratamiento de elección sería la histerectomía. No se recomienda la disección linfática pélvica sistemática. Cuando la cirugía esté contraindicada, se utiliza RT intracavitaria. Estadio IA1. Invasión microscópica que no se puede medir. El tratamiento sería la histerectomía. Si la mujer desea tener más hijos, se puede realizar una conización y seguimiento estrecho si los márgenes del cono de biopsia están libres de tumor. Estadio IA2. Si la lesión es menor de 3 mm y no hay infiltración 19 linfovascular, está indicada la histerectomía total extrafascial. Greer y cols. recogen márgnes positivos histológicos en el 66% de las pacientes en estadio IA2 tratadas con conización y en un 24% de éstas, carcinoma residual con márgenes negativos. No es necesaria la disección ganglionar porque el riesgo de afectación es inferior al 1%. Sin embargo, cuando se produce el caso contrario (lesión mayor de 3 mm o invasión linfovascular) se debe tratar como un estadio IB. Los tumores con invasión entre 3 y 5 mm tienen un índice de metástasis ganglionares del 8%. Estadios IB y IIA El tratamiento de elección puede consistir igualmente en histerectomía radical + linfadenectomía pélvica o RT radical (externa más intracavitaria). El elegir una uotra modalidad depende de varios factores. En mujeres jóvenes se prefiere generalmente la cirugía, ya que permite preservar la función ovárica (con mejor función vaginal), proporciona información pronóstica y tiene menos complicaciones a largo plazo que la RT. Otras razones para elegir la cirugía son la coexistencia de enfermedad inflamatoria pélvica, enfermedad inflamatoria intestinal, masas anexiales, etc. Los resultados de la RT intracavitaria sola en inferiores a los obtenidos con la combinación de RT externa y RT intracavitaria. El uso de RT externa tras la cirugía está recomendado en pacientes con ganglios positivos, extensión al parametrio, invasión profunda del estroma y tumor de más de 4 cm. de diámetro, pero presenta la misma tasa de supervivencia que la RT radical con mayor índice de complicaciones. Por ello, en pacientes IB2 con tumores mayores de 3 cm. con afectación de ganglios para-aórticos o con extensión extracervical, se recomienda la RT radical. Estadios IIB, III y IVA El tratamiento de elección es la radioterapia. El régimen usual consiste en RT externa más 1 ó 2 aplicaciones de intracavitaria. Si por alguna razón médica, o por configuración anatómica inusual, no se puede administrar braquiterapia, hay que usar altas dosis de RT externa por el mayor riesgo de recidiva central. Con una adecuada RT, pacientes con enfermedad locorregional masiva tienen posibilidad de curarse. Parece importante que la duración global del tratamiento sea corta (menos de 8 semanas) para el 20 control pélvico. Ocasionalmente, se ha podido realizar una histerectomía tras altas dosis de irradiación en pacientes con carcinoma en “barril” y limitada infiltración de parametrios, que regresa completamente a las 3 – 6 semanas de la RT. Casos excepcionales de estadio IVA, con afectación del recto o la vejiga sin llegar a la pared pélvica, podrían ser tratados con exenteración pélvica. Los resultados de aplicar RT y cirugía son comparables a los obtenidos con RT sola en estos estadios, pero con mayor número de complicaciones. El índice de supervivencia en pacientes tratadas con RT sola o con RT más lifadenectomía pélvica fue similar, aunque con más efectos tóxicos para la combinación de ambas modalidades. Estudios del Gynecologic Oncology Group (GOG) indican que el uso concomitante de hidroxiurea como radiosensibilizador consigue mejorar el índice de respuestas completas, alarga el intervalo libre de progresión y mejora la supervivencia en estadios IIIB y IVA. Estadio IVB Se trata con RT y/o QT paliativas. Combinaciones de radioterapia y cirugía RT preoperatoria En muchas instituciones se usa la RT antes de la histerectomía en el tratamiento de pacientes en estadio IB o IIA. Unas veces se usa sólo la RT intracavitaria; en otras ocasiones, se administra RT pélvica e intracavitaria seguida a las 4 – 6 semanas de histerectomía extrafascial en pacientes con masa endocervical de 6 o más cm., con intención de lograr una disminución de la recidiva local. Sin embargo, Thoms y cols. recogen que no hay diferencias cuando se aplica RT radical sin cirugía. El GOG lleva a cabo un ensayo prospectivo y aleatorio de RT con o sin histerectomía extrafascial, en pacientes con estadio IB y tumores de 4 cm. o mas de diámetro, que puede aclarar este aspecto. RT postoperatoria 21 Se administra si hay ganglios metastásicos, márgenes quirúrgicos afectados tras la cirugía, invasión profunda del estroma o afectación de parametrios. Si antes de la cirugía se administró RT intracavitaria sola, se dará RT externa. Si ya se administró RT externa, ésta debe completarse hasta 55 Gy. Si no se dio ningún tipo de RT, puede administrarse una combinación de ambas modalidades. Algunos autores mantienen la hipótesis de que la dosis administrada en el postoperatorio es innadecuada para el control de la enfermedad microscópica por secuelas de la cirugía o hipovascularización de la zona. Si esto fuera cierto, los tumores con factores de alto riesgo conocidos podrían tratarse con RT radical. El papel de la quimioterapia Debido a que la cirugía y la RT han sido muy eficaces en el tratamiento de la mayoría de los casos de carcinoma de cérvix inicial, la QT se ha usado tradicionalmente en la enfermedad avanzada y en la recidiva que no puede ser controlada por las otras dos modalidades. Existen varios factores, comentados anteriormente, que complican el uso de la QT en estas pacientes. La localización de este tumor y su vasculización regional proporcionan una razón para el estudio de la perfusión intraarterial de la QT. También ha sido estudiada como radiosensibilizadora para potenciar el tratamiento radioterápico convencional. Quimioterapia con agentes únicos Entre todos los fármacos usados en el carcinoma de cérvix (cuadro 3) los que mas actividad han demostrado son el cisplatino (C-DDP) y la ifosfamida (IFM). El CDDP es el agente único con actividad mejor documentada contra el carcinoma de cérvix. A dosis de 100 mg/m2 ha mostrado mayor índice de respuestas (31%) que a dosis de 50 mg/m2 (21%), pero esto se ha acompañado de un incremento de los efectos tóxicos y las tasas de supervivencia en los dos grupos no muestran diferencias significativas. La infusión de 24 horas en mejor tolerada que la de 2 horas, pero no varía la eficacia. 22 Cuadro 3 Quimioterapia con agentes únicos en el carcinoma cervical Respuestas (%) Agentes alquilantes Ciclofosfamida 38/251 (15) Clorambucilo 11/44 (25) Melfalán 4/20 (20) Ifosfamida 25/84 (29) Mitolactol 16/55 (29) Compuestos de metales pesados Cisplatino Carboplatino 182/785(23) 27/175 (15) Antibióticos antitumorales Adiamicina Bleomicina Mitomicina 33/205 (16) 19/176 (11) 5/23 (22) Antimetabolitos Fluorouracilo Metetrexato Hidroxiurea 29/142 (20) 17/96 (18) 0/14 (0) Alcaloides vegetales Viscristina Vinblastina Etopósido 10/55 (18) 2/20 (10) 0/31 (0) Miscelánea Altretamina Irinotecán (CPT-11) Pacliaxel Docetaxel 12/64 (19) 13/55 (24) 9/52 (17) 1/13 (8) GOG: Gyncologic Oncology Group. La ifosfamida es un agente alquilante con tasas de respuesta entre un 33 – 50 % según el esquema. A dosis de 1.5 g/m2 en 30 minutos durante 5 días alcanza un 40% de respuestas globales (RG) y un 20% de respuestas completas (RC). Uno de los nuevos agentes mas prometedores es el irinotecán (CPT11), un inhibidor de la topoisomerasa I. Takenchi y cols. recogen un 24% de RG en carcinoma de cérvix. Datos preliminares de un ensayo clínico en fase II de MD Anderson Cancer Center muestran un índice de respuesta de 27%. El paclitaxel ha mostrado alguna actividad en el carcinoma escamoso 23 de cérvix, con tasas de respuesta del 14 – 17%. La duración de la respuesta con agentes únicos es breve, normalmente entre 4 – 6 meses, con una supervivencia entre 6 – 9 meses. Poliquimioterapia Se han desarrollado varias combinaciones en fase II, con altas tasas de respuesta (<50%), incluso en pacientes que habían recibido RT. Los resultados de algunos ensayos están en el cuadro 4. En un estudio de Buxton y cols. se consigue una tasa de respuestas del 72% para la combinación de Bleo + IFM + CDDP en pacientes con tumores localizados y previamente irradiados. Sin embargo, no hay ensayos adecuados en fase III que demuestren que alguna combinación de QT ofrezca beneficio sobre el CDDP como agente único. Por esto, aún debe considerarse el CDDP en monoterapia como el tratamiento recomendado. Cuadro 4 Quimioterapia combinada en el carcinoma cervical avanzado o recurrente Régimen de Número de Radioterapia Porcentaje de Porcentaje de quimioterapia pacientes previa (%) respuestas respuestas combinadas globales BLM + IFO + CDDP. 49 86 20 69 Buxton y cols. BLM + IFO + CBDCA. Murad y cols. 21 49 23 60 VLM + BLM + CDDP. Friedlander y cols. 33 66 18 67 5FU + ADM + VCR + CFM. Chab y cols. 31 87 9 58 BLM: bleomicina. IFO: ifosfamida. CDDP: cisplatino. CBDCA: carboplatino. VLB: vinblastina. 5FU: 5 flourouracilo. ADM: adriamicina. VCR: vincristina. CFM: ciclofosfamida. QT neoadyuvante Cinco ensayos aleatorios que compararon QT seguida de RT frente a RT sola en estadios IIB hasta IVA, no pudieron demostrar ningún beneficio en la supervivencia en la rama con QT. Algún estudio incluso mostró un aumento de los efectos tóxicos. El ensayo de Tattersall y cols. muestra un menor control local de la enfermedad y menor tasa de supervivencia global en 24 pacientes que recibieron QT neoadyuvante. Esto puede que se deba a que los efectos tóxicos de la QT impiden una dosis adecuada de RT, y a resistencia tumoral. Quizá la RT neoadyuvante sea más adecuada cuando se combina con cirugía, donde parece disminuir la afectación linfática en relación con controles históricos. Sin embargo, el ensayo aleatorizado de Sardi y cols. en pacientes con estadio IB voluminoso no muestra ningún beneficio en la supervivencia global de las pacientes que recibieron QT neoadyuvante con CDDP + VCR + Bleo antes de la cirugía y RT, en comparación con las pacientes que fueron sometidas a cirugía y RT postoperatoria sólo. QT adyuvante No se ha demostrado su eficacia. QT intraarterial Teóricamente ofrece la ventaja de aumentar la concentración del fármaco en el lecho tumoral con menor repecusión sistemática. Las respuestas obtenidas no han sido superiores a las de la QT sistemática y sí ha habido complicaciones relacionadas con el catéter. QT como radiosensibilizador Estos estudios se desarrollaron a partir de los resultados positivos obtenidos inicialmente con la hidroxiurea. Hresshyshyn y cols. y Piver y cols. compararon el tratamiento con hidroxiurea o placebo combinados con RT en estadios IIIB – IV. la respuesta fue del 68% y 48%, respectivamente, con significación estadística. El resultado de este estudio sigue siendo controvertido al no estar las pacientes estadificadas quirúrgicmente. Además, Fletcher y Pérez y cols., con una adecuada RT, consiguen un control del tumor similar al observado con la adición de hidroxiurea en los dos ensayos anteriores. Agentes biológicos Lippman y cols. recogen una tasa de respuesta globales del 50%, con 25 un 125 de RC, en 32 pacientes sin tratamiento previo, con carcinoma escamoso localmente avanzado y que fueron tratadas con una combinación de 13-cis-retinoico (1 mg/kg vía oral) e interferón (IFN) (6 millones de UI subcutáneas/24 h) durante al menos 2 meses. De las 16 que respondieron, 9 progresaron al cabo de 3 meses. Los efectos tóxicos de este régimen fueron mínimos. Los dos agentes, IFN y cis-retinoico, tienen actividad antiviral, propiedades inmunorreguladoras, modulan la proliferación y diferenciación de las células malignas e inhiben la angiogénesis. Los resultados preliminares del uso del cis-retinoico e IFN como régimen de inducción seguido de RT, en comparación con la RT sola, muestran un índice de respuestas del 42% tras la inducción que viene a confirmar los resultados del ensayo anterior. También se está investigando la combinación del CDDP y agentes biológicos. Tratamiento de la recidiva Depende del tratamiento previamente administrado y de la localización de la recidiva. La recurrencia local después de la cirugía radical puede ser controlada con la combinación de RT externa e intracavitaria. Puede que se necesite, además, irradiación intersticial. La tasa de supervivencia a los 5 años en pacientes con RT de rescata ha llegado al 25%. Recurrencia local tras RT. Algunas de estas pacientes pueden ser rescatadas mediante exenteración pélvica, con una mortalidad operatoria del 6.3%. Otras pacientes pueden volver a recibir RT, pero con extrema precaución, aplicando RT externa en un volumen limitado y usando haces laterales, o bien RT intracavitaria o intersticial si la recidiva está bien circunscrita. La QT también se puede administrar como tratamiento paliativo. Aunque algunas pacientes con recidiva tienen un mal pronóstico, algunas con enfermedad limitada a la pelvis, y particularmente con recidiva central, pueden ser rescatadas con tratamientos agresivos. 26 ASPECTOS ESPECIALES Carcinoma del muñón cervical La histerectomía subtotal ha sido un procedimiento relativamente frecuente para el tratamiento de algunos procesos benignos del útero. Las pacientes con este muñón cervical tienen riesgo de padecer carcinoma de cérvix. Este carcinoma se divide en dos grupos: - Verdadero, si el primer síntoma aparece cuando han transcurrido más de 3 años de la histerectomía. - Coincidente, si los síntomas aparecen antes del tercer año del postoperatorio. El pronóstico es mejor en el primer caso que el segundo, ya que la lesión, en este último, estaría presente probablemente cuando se realizó la histerectomía. En general, la historia natural, el diagnóstico, la estadificación y los principios básicos del tratamiento son los mismos que cuando se detecta con el útero intacto. La supervivencia a los 5 años en las pacientes tratadas con RT es similar a la de las pacientes sin histerectomía previa. Debido a la proximidad de la vejiga, recto e intestino delgado, con las altas dosis de RT externa que deben aplicarse, las complicaciones son algo mas frecuentes en el carcinoma de muñón cervical que en las pacientes no histerectomizadas. Carcinoma de cérvix hallado casualmente en una histerectomía simple Cuando el diagnóstico se realiza tras la histerectomía simple, se requiere el tratamiento de la enfermedad invasora. Las opciones incluyen RT o segunda intervención, dependiendo de la extensión del tumor. Carcinoma de cérvix y embarazo Debe realizarse sistemáticamente un frotis de Pap a toda mujer embarazada. Si obtenemos un frotir anormal, la paciente debe ser evaluada con colposcopia y biopsia. El legrado endocervical no se debe realizar, ya que la eversión fisiológica del cérvix durante el embarazo proporciona una fácil visualización de la unión escamosocilíndrica, y esta técnica tiene el riesgo de 27 hemorragia y rotura de membranas. Las lesiones poco importantes se pueden seguir con citología y colposcopia, realizándose la biopsia tras el parto. El carcinoma in situ precisa una colposcopia cada 6 semanas para descartar la progresión. Tras el parto se tratará adecuadamente. En lesiones IA, en general, puede realizarse una conización y retrasar el tratamiento definitivo. La conización se debe efectuar en el segundo trimestre sólo si la citología demuestra la presencia de un cáncer invasivo y la colposcopia es inadecuada. Cuando se realiza en el primer trimestre se asocia con una tasa de abortos del 33%. El tratamiento ante un carcinoma invasor depende del estadio de la enfermedad y del tiempo de embarazo. En general, si se diagnostica en el tercer trimestre, el retrasar el tratamiento hasta que el feto sea viable puede ser una opción para todos los estadios de la enfermedad. Durante el segundo trimestre, en estadios iniciales, puede retrasarse el tratamiento definitivo hasta la madurez fetal, y en la enfermedad avanzada debe tratarse inmediatamente. En cualquier caso, debe darse información precisa a la paciente y su familia para que la decisión pueda ser compartida. Paliación del carcinoma localmente avanzado La RT puede ser efectiva en la paliación del dolor o sangrado. En la hemorragia vaginal, puede ser suficiente una sola inserción intracavitaria. Tratamiento de las metástasis en los ganglios para-aórticos La afectación de estos ganglios suele ser indicativa de diseminación a distancia, pero la experiencia indica que puede haber pacientes sin diseminación que se curen si se anula la enfermedad primaria. Nelson recoge 104 enfermas en estadio II y III en las que, junto al tratamiento quirúrgico, realiza una biopsia de los ganglios para-aórticos encontrando afectación en el 12.5% de las pacientes en estadio IIA, en el 14.9% de las del IIB y en el 38.4% de las clasificadas en estadio III: Existen dos ensayos aleatorizados y prospectivos en los que se compara RT pélvica más RT para-aórtica con RT pélvica sola. En el de la RTOG hubo diferencias significativas en la supervivencia global, aunque no en la supervivencia libre de enfermedad, a favor del grupo que recibió RT para28 aórtica. En el otro estudio de la EORTC (European Organization for Research and Treatment of Cancer), en las pacientes en las que se consiguió el control local, la tasa de metástasis a distancia fue 2.8 veces mayor (p<0.01) en el brazo de RT pélvica sola, pero no hubo diferencias en el control local ni en la supervivencia. La biopsia de los ganglios para-aórticos define la extensión de la enfermedad y aporta información pronóstica, pero la linfadenectomía de las cadenas no es en sí misma terapéutica. Queda por demostrar que la RT paraaórtica mejore el control de la enfermedad, ya que supone mayor morbilidad que la RT pélvica sola. 29 CAMBIOS EMOCIONALES EN LAS PACIENTES CON CANCER CERVICO UTERINO Aunque la cardiopatía sigue siendo la principal causa de muerte, la mayoría de las personas temen más al cáncer. En realidad, toda enfermedad que nos enfrenta a nuestra propia mortalidad tiene el poder de aterrorizar. Pero el horror asociado al cáncer está tan profundamente enraizado en nuestro subconsciente que persiste a pesar de que las tasas de supervivencia al cáncer han mejorado en los últimos 30 años. A pesar de estos avances, la idea de la posibilidad de tener cáncer conduce a un periodo de grave crisis emocional. Usted se adapta a su modo Las personas no cambian simplemente porque tienen cáncer, siguen siendo quienes eran. Si son el tipo de persona que tolera bien a los golpes, entonces hará eso. Si están dentro de el grupo de personas que se derrumban cuando surgen problemas, harán lo mismo al oír el diagnóstico de cáncer. Crisis emocional No todas las mujeres reaccionan igual, algunas pacientes cancerosas pueden presentar depresión suficientemente grave como para que sea necesario usar antidepresivos o terapia psiquiátrica. Otras atraviesan sólo una ligera depresión, pudiendo necesitar asesoramiento, o pueden afrontarlo solas una vez superado el shock inicial del diagnóstico e iniciado el tratamiento. La depresión es comprensible. Para la mayoría de las personas el diagnóstico de cáncer significa ante todo “puedo morir”, luego piensan “puedo quedar incapacitada, depender de los demás, desfigurada, no volveré a ser igual, perderé parte de mi atractivo, puedo resultar menos femenina, es posible que se me caiga el pelo, puedo perder mis órganos sexuales, mi atractivo sexual, mi respuesta sexual, y por tanto perder la oportunidad de tener relaciones íntimas”. Y si se trata de una mujer joven, todas esas pérdidas puede ser mas profundas y conducir a un duelo anticipado. Cuestionar la sexualidad Un efecto secundario difícil de tratar es el daño que se causa a la 30 sexualidad de la mujer. Incluso cuando la mujer con cáncer no sufre desfiguración quirúrgica, puede pensar que la enfermedad ha destruido su sexualidad, muchas mujeres sienten que su sexualidad ha dejado de ser una parte activa en ellas. Mientras están bajo tratamiento, personas extrañas les tocan y miran sus cuerpos constantemente. Esto las hace pensar que el cuerpo ya no es de ella, no tiene ningún control sobre lo que le está sucediendo interna y externamente. Por desgracia, aunque la sexualidad es una cuestión importante para las pacientes cancerosas, también es una de las cuestiones más difíciles de tratar, tanto para la paciente como para el personal sanitario, las pacientes no quieren hacer preguntas y los médicos no desean preguntar, todo esto aunado a la falta de programas en donde se prepare personal para que traten las disfunciones sexuales con las pacientes cancerosas. 31 PROGRAMAS DE PREVENCION DE CANCER CERVICO UTERINO Y CÓMO FUNCIONAN Para la detección se requiere ampliar la cobertura a fin de encontrar los casos de manera oportuna y tratarlos, además de tomar la citología vaginal a la mujer mayor de 35 años y sobre todo a la mujer que nunca se la ha realizado. También se requiere tomar muestras de calidad, es decir, que tengan células endocervicales y fijarlas correctamente. La confirmación, tratamiento y seguimiento de los casos positivos a citología vaginal o al VPH; es donde intervienen las Clínicas de Displasias, las cuales tienen como objetivo disminuir la incidencia del cáncer cérvico uterino invasor y por tanto abatir su mortalidad, a través del diagnóstico y tratamiento oportuno con procedimientos conservadores ambulatorios. La Clínica de Displasias es el eslabón entre el primer nivel de atención y un centro oncológico. Sus funciones son diagnosticar, tratar y dar seguimiento a las lesiones preneoplásicas y neoplásicas intraepiteliales, reteniendo para su manejo a mas de 96% de los casos problemas de las campañas de detección. Los dos elementos utilizados en la Clínica de Displasias para el diagnóstico son las colposcopia y la biopsia dirigida; el tratamiento es conservador y ambulatorio como la criocirugía, la serterapia y la electrocirugía. Las pacientes que deben ser canalizadas a las Clínicas de Displasias son las que presentan una citología cuyo resultado es: Infección por VPH Displasia moderada y severa Carcinoma in situ Carcinoma invasor Todo sangrado vaginal anormal postcoital Lesiones vaginales y vulvares (úlceras o verrugas) No tiene ninguna contraindicación la colpocopia a la embarazada puede realizársele. Los requisitos para recibir a una paciente en las Clínicas de Displasias 32 son: Traer consigo copia del resultado de su Papanicolaou Hoja de referencia Formato de seguimiento. 33 CONCLUSIONES El cáncer cérvico uterino es el resultado de un proceso que se inicia desde las primeras relaciones sexuales, probablemente a partir de una infección por virus de Papiloma Humano, aunado a otros factores de riesgo como el inicio de las relaciones sexuales y partos antes de los 18 años, tener múltiples parejas sexuales, pareja sexual promiscua, multiparidad, tabaquismo, infecciones vaginales repetitivas y una dieta deficiente en fostatos, vitaminas A, D y E. La mortalidad más alta por cáncer cérvico uterino es en las mujeres mayores de 60 años, generalmente se trata de personas que nunca se hicieron el Papanicolaou; mientras que la mayor incidencia de displasias y cáncer in situ es en los grupos de 20 a 44 años; por otra parte, la incidencia mas elevada de cáncer invasor del cuello uterino es entre 40 y 59 años. Las lesiones precancerosas por VPH son mas frecuentes en la mujer joven menor de 30 años que ha iniciado sus relaciones sexuales. Una de las cosas mas importantes que las pacientes con cáncer pueden hacer por ellas es seguir viviendo igual que antes de el diagnóstico. Aunque existe la tentación de pensar que se ha detenido la vida. Es muy importante para su salud mental, y para su calidad de vida, mantener vivas el resto de las áreas de su persona. No puede dejar que el cáncer domine su vida. 34 BIBLIOGRAFIA Ayala Hernández JR, De la Huerta Sáncehz R, Morales – canfield F et al.: Cáncer Cérvico – uterino. Etapa clínica III. Tratamiento combinado de radioterapia y quimioterapia. Ginecol obstet Mexi, 1991. Devesa SS, Silverman DT, Young JL et al.: Cancer incidence and mortality trends among whites in the United States, 1947 – 1984 J Natt Cancer Inst 1987. Denise Foley, Eileen Nechoy y las editoras de Prevention Magazine Enciclopedia de la Salud y el Bienestar Emocional de la Mujer, Rodale. Press Inc, Emmaus, Pennsylvania. Geoffrey R. Weiss, Oncología clínica, Ed. El manual Moderno, México, D. F. 1997. Graham – Sotto – Paloucek “Carcinoma of the cervix” W B Saurdex Company, Philadelphia and London. Kumar M D Cotran M. D, Robbins M D, Patología Humana. Ed. Mcgraw Hill. Interamericana Editores. México 1999, VI Ed. 35