Download Diana Betancur, Juan Andrés Alvarez y Guillermo Pineda
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1 LIBRETO “El enano” #167 Historias de la ciencia Locutor: Extrañada por la decisión tomada por la Unión Internacional de Astronomía de degradar a Plutón de su estatus de planeta Eliza busca la asesoría de Juancho, su amigo físico. Durante la discusión surgen algunos aspectos poco conocidos del descubrimiento de Plutón y del carácter de los astrónomos responsables del hallazgo. CONTROL: EMPATA cortina amable1, USB, BAJA A FONDO, ESFUMA NARRADOR: Sentado en el escritorio de su oficina en la Universidad, Juancho revisaba paciente y cuidadosamente los exámenes que sus estudiantes habían presentado un par de días atrás, y por cuya nota averiguaban insistentemente. Cada que se veía abocado a asumir esta tarea recordaba las palabras que en similar situación escuchara de un veterano profesor: “A uno le pagan es por calificar exámenes, las clases se pueden dictar gratis”. Después de hacer las necesarias correcciones a cada punto y de asignar las notas parciales, anotaba la nota total en el extremo superior derecho del tema, lo pasaba al cerro de los temas calificados, tomaba otro de los que estaban pendientes por calificar y reiniciaba el proceso. A medida que avanzaba la tarea era cada vez más fácil identificar las respuestas correctas, lo mismo que los errores, que, con pocas excepciones, se repetían de un tema a otro. Luego de casi dos horas de estar en la tarea se sentía cansado y miraba con desconsuelo el cerro de exámenes pendientes por calficar. Entonces sintió que alguien golpeaba a la puerta, que había cerrado para poder trabajar sin interrupciones, después de comprometerse con sus alumnos a entregarles las notas en la mañana del día siguiente. Supuso que se trataba de algún estudiante desinformado y dispuesto a despacharlo de inmediato se dirigió hacia la puerta y la abrió con brusquedad, pero se encontró con una sorpresa. ELIZA: ¡Quihubo Juancho! Necesito hacerte una consulta. ¿O estás muy ocupado? 1 2 JUANCHO: ¡Eliza! Tú siempre tan oportuna. En realidad sí estoy muy ocupado, pero estaba a punto de hacer un receso, porque también estoy muy cansado. De hecho iba a tomarme un tinto. ELIZA: ¡Rico! ¡Vamos! Pero me tenés que invitar porque a duras penas estoy con el tiquete del Metro. Fue que tuve que sacar unas fotocopias. JUANCHO: Tranquila, vamos, nos tomamos un tinto ligerito y yo vuelvo a acabar de corregir exámenes que quedé de entregar notas mañana a primera hora. ELIZA: Tratalos con cariño, no vas ser tirano. JUANCHO: Creeme que les enseño con mucho cariño, y les califico con objetividad, pero inevitablemente no falta el que considere que soy un tirano, ni el que considere que soy una madre. ¿Y qué me querías preguntar? ELIZA: ¿Cuáles son los requisitos para que un planeta sea un planeta? JUANCHO: Eso depende de la época histórica. ¿Por qué preguntás? ELIZA: Porque me acabo de enterar que hace unos días Plutón dejó de ser planeta y se convirtió en planeta enano, que es casi lo mismo que no ser nada. ¿No supiste? JUANCHO: Sí, me enteré que en la última reunión de la Unión Internacional de Astronomía se tomó la decisión de degradar a Plutón, cuando lo que se estaba esperando era que aumentara el número de planetas al incluir otro que recientemente fue descubierto más allá de la órbita de Plutón. ELIZA: ¿Pero cómo se les ocurrió hacer una cosa de esas? ¿Te imaginás el despelote que se va a armar? Habrá que reformar todos los libros de texto. ¿Qué va a pasar con la astrología? ¿Quién va a confiar en un horóscopo en el que le digan que su astro dominante es Plutón, o su principal ascendiente, sabiendo que ya ni siquiera es un planeta de verdad? JUANCHO: ¿Y para eso viniste a interrumpirme? Mejor le hubieras consultado a tu bruja de cabecera. ELIZA: ¡Ja, ja, ja! Es por charlar. Vos sabés que yo no creo en esas cosas. 2 3 JUANCHO: ¿Perdón? ¿Y qué fue todo ese cuento en estos días de que te habían leído las cartas? ELIZA: Yo sí me hago la carta de vez en cuando pero es por diversión. Claro que a veces hay unas coincidencias increíbles. Pero de verdad me interesa lo de Plutón. ¿Cómo es posible que se haya tomado una decisión que va a modificar de una manera tan radical la imagen que tenemos desde hace siglos de nuestro sistema solar? JUANCHO: Me da mucha pena decirte que Plutón no duró ni siquiera un siglo como planeta porque fue descubierto en 1930. ELIZA: Bueno, pero eso no quiere decir que no siempre había estado ahí. JUANCHO: En realidad desde el principio se trató de un elemento muy polémico desde el punto de vista astronómico. ELIZA: ¿Sí? ¿Y por qué? JUANCHO: Como vos sabés, porque hace muy poco estábamos hablando de esa historia, una de las verificaciones más espectaculares de la teoría de la gravitación universal, y de la precisión de sus predicciones, fue el descubrimiento de Neptuno, mediante cálculos elaborados a partir de las perturbaciones de Urano. ELIZA: Sí, recuerdo que el francés Leverrier hizo la predicción y Galle, un alemán, hizo la observación. JUANCHO: Bueno, pues un descubrimiento tan espectacular, no sólo por su valor intrínseco, sino por toda la fama y la gloria que recibieron sus descubridores, se vuelve como una especie de mina de oro que muchos quisieran explotar, de modo que no faltó quien pretendiera repetir la hazaña prediciendo la existencia de otro planeta a partir del estudio de las perturbaciones de Neptuno. ELIZA: ¿Y no fue así como descubrieron a Plutón? JUANCHO: Eso fue lo que yo creí durante mucho tiempo porque en más de una parte escuché o leí que así había sido, pero parece que no. ELIZA: Esa historia está muy interesante. Contame más. 3 4 JUANCHO: En realidad el descubrimiento de Plutón se debe en gran parte al interés de un astrónomo aficionado del siglo diecinueve que, además, era millonario. Se llamaba Percival Lowell. ELIZA: Pero no fue él quien hizo el descubrimiento. JUANCHO: No, no fue él, pero hizo otro todavía más impresionante: descubrió vida inteligente en Marte. ELIZA: ¡Pero si en Marte no hay vida! Al menos hasta donde se sabe por las misiones recientes, que han fotografiado muy detalladamente la superficie del planeta. Incluso hay un robot que ha tomado muestras y ha hecho experimentos, y nada de vida. JUANCHO: Es posible que ahora hasta el mismo Lowell se haya enterado de esta triste verdad, pero lo cierto es que él vio canales y lo que suponía que serían autopistas sobre Marte, y no dudó en concluir que eran obra de una inteligencia extraterrestre. ELIZA: O sea que Lowell es el padre de los marcianos, algo así como el abuelito de E.T. JUANCHO: Más o menos. Después de que Lowell hizo su anuncio muchos otros empezaron a ver lo que se suponía que debían ver, y hasta hacían mapas bastante parecidos. ELIZA: Como sucedió con los ovnis. JUANCHO: Y con las brujas y con los duendes. A veces los videntes que sí quieren ver se engañan tanto como los ciegos que no quieren ver. Carl Sagan decía que no había duda de que los canales de Marte eran obra de una inteligencia, pero lo que no sabía Lowell era de qué lado del telescopio estaba. ELIZA: Bueno, pero ¿qué pasó con Plutón? JUANCHO: Definitivamente Lowell quería dejar su nombre grabado en la historia de la astronomía, y mandó a construir uno de los observatorios mejor dotados de la época, en Flagstaff, Arizona, para que se dedicara a la búsqueda de Plutón. ELIZA: Hasta que lo encontraron. 4 5 JUANCHO: Pero no en vida de Lowell, sino mucho después de su muerte. CONTROL: EMPATA cortina amable, USB, BAJA A FONDO, ESFUMA NARRADOR: Percival Lowell Nació en Boston, Massachussets, en 1855, y murió en Flagstaff, Arizona, en 1916. Hijo de una acaudalada familia, dedicó gran parte de su fortuna al estudio de la astronomía y en particular al planeta Marte. A partir del estudio de las perturbaciones del planeta Neptuno predijo la existencia de un nuevo planeta e inició el proceso de búsqueda que culminaría en 1930 con el descubrimiento de Plutón por parte del joven astrónomo norteamericano Clyde Tombaugh. ELIZA: ¿Y por qué se demoraron tanto tiempo en encontrar a Plutón? JUANCHO: Porque, muy probablemente, no existe el planeta que predijo Lowell. ELIZA: ¡Cómo! ¿Y entonces? ¿Fue por eso que desplanetizaron a Plutón? JUANCHO: No, directamente. A diferencia de Neptuno, cuya existencia y trayectoria fue predicha y calculada con cierto grado de precisión, hasta el punto en que Galle lo pudo encontrar buscando donde Leverrier había predicho, a Plutón nunca lo encontraron donde Lowell había calculado. ELIZA: Entonces ¿cómo lo encontraron? JUANCHO: Dicen que el que busca encuentra, y fue tanto lo que Tombaugh buscó y buscó que cuando finalmente encontró algo no dudó en anunciar que había encontrado lo que buscaba. ELIZA: Estoy desconcertada. ¿Me estás diciendo que el descubrimiento de Plutón es más producto de una casualidad que de una predicción matemática y precisa de la astronomía y de la física? JUANCHO: Algo así. Mi abuela solía decir que la constancia vence lo que la dicha no alcanza. ELIZA: ¿Y eso qué quiere decir? JUANCHO: Que al que persiste Dios le ayuda. 5 6 ELIZA: ¿Estás seguro que es así? JUANCHO: A Lowell le funcionó, y durante setenta y seis años su nombre ha estado girando alrededor del Sol asociado al noveno planeta. No tiene nada de casual que las dos primeras letras de Plutón correspondan a las iniciales del mecenas a quien tan generosamente se debe su descubrimiento: PL. ELIZA: ¡Ah! Como a todos los planetas les ponen el nombre de algún dios greco-romano, me imaginé que ese era el que seguía en la lista: el dios de los infiernos. JUANCHO: Curioso nombre para un planeta que está tan lejos del sol que a duras penas lo alumbra y poco o nada lo calienta. Se dice que desde Plutón el sol se vería a duras penas con el brillo de una luna creciente. Para acabar de completar el panorama está acompañado por una luna casi tan grande como él, Caronte, el barquero que llevaba las almas al infierno. ELIZA: ¿Viste que en estos días una gringa pagó una fortuna por un viaje al espacio exterior? ¿Cuánto no pagarán por que un planeta lleve su nombre? JUANCHO: ¡Sí se necesita mucha plata para poder llegar al cielo! Pero no es nada nuevo: Galileo bautizó a los satélites de Júpiter Astros Medíceos en honor de sus patronos, los señores de Florencia. ELIZA: ¡Ve! Y nada que nos traen el tinto. ¿Será que tenemos que ir hasta la cafetería? JUANCHO: Venga pues, que tengo que volver pronto a terminar de calificar exámenes. CONTROL: EMPATA cortina amable1, USB, BAJA A FONDO, ESFUMA CONTROL: EMPATA A FONDO efecto ambiente, sostiene NARRADOR: Juancho y Eliza bajaron a la cafetería de la plazoleta central, pidieron tinto y se sentaron en una de las jardineras, pues las pocas mesas que había en el corredor permanecían ocupadas permanentemente. ELIZA: Bueno, y finalmente ¿por qué fue que degradaron a Plutón de su categoría de planeta y lo convirtieron en enano? 6 7 JUANCHO: Hace días leí un artículo muy interesante al respecto en la revista de septiembre del museo Smithsoniano de Washington. Resulta que la decisión que tomó la unión Internacional de Astronomía ha desatado una fuerte polémica, hasta el punto en que varios científicos y astrónomos de gran renombre han decidido desconocer la determinación y seguir considerando a plutón un planeta con todas las de la ley. ELIZA: ¿Pero cómo puede haber una diferencia de criterios tan grande dentro de una organización científica? JUANCHO: Como dice Tomás: la ciencia es humana, demasiado humana. Lo que resulta un poco curioso es la denominación de planeta enano, en lugar de la ya existente de planetoide. ELIZA: ¡Ve! ¿Aquel que va por allá no es Tomás? JUANCHO: ¡Ah, sí! Ya nos vio. Ahí viene. TOMÁS: ¡Hola muchachos! Qué bueno verlos. ELIZA: ¡Quihubo Tomás! ¿Qué hacés por acá? TOMÁS: Vine a escuchar un concierto de piano en el auditorio del Museo. Pero todavía es temprano. Voy por un tinto y me siento un rato con ustedes, si es que no los incomodo. JUANCHO: ¡Hombre! Vaya por el tinto. CONTROL: SUBE CORTINA NARRADOR: Tomás se acercó a la barra de la cafetería, pidió un tinto y volvió a donde estaban sentados sus amigos. ELIZA: Tomás, ¿vos te enteraste que a Plutón lo degradaron a planeta enano? TOMÁS: ¡Ah, si! Desde el principio había sido muy polémico su estatus de planeta, porque algunos consideraban que era demasiado pequeño, además su órbita es muy excéntrica, hasta el punto que en ocasiones está más cerca del Sol que Neptuno, en contraste con las demás planetas que es casi circular. JUANCHO: Excepto Mercurio. 7 8 TOMÁS: Tenés razón. ELIZA: Yo le estaba preguntando a Juancho qué razones tuvieron los astrónomos para tomar una decisión tan drástica. TOMÁS: Entiendo que se definieron tres criterios fundamentales que debe cumplir un aspirante a planeta y Plutón no los cumple. En primer lugar debe estar en órbita alrededor del sol. En segundo lugar debe ser redondo. JUANCHO: Más que ser redondo lo que importa es que sea lo suficientemente masivo para poder alcanzar el equilibrio hidrostático, es decir, que la presión gravitacional hacia el centro esté balanceada por la presión termodinámica hacia fuera. La redondez o cuasi redondez es una consecuencia inmediata. La misma Tierra no es perfectamente redonda. TOMÁS: Muy bien. Y la tercera, que fue la responsable de la exclusión de Plutón del santoral planetario, es que haya limpiado su órbita, pero como periódicamente se cruza con la órbita de Neptuno, se considera que no cumple con el requisito. ELIZA: ¿Y por qué más bien no excluyen a Neptuno? TOMÁS: Supongo que por su gran tamaño, y porque lo descubrieron antes que a Plutón. JUANCHO: Precisamente, hablando del tamaño hay algo importante qué anotar. Yo le comentaba a Eliza que Plutón fue descubierto más por la insistencia y la dedicación de Tombaugh que por la precisión de los cálculos de Lowell, entre otras cosas porque su pequeña masa difícilmente puede ser responsable de las perturbaciones de Neptuno, que es uno de los gigantes del sistema solar. TOMÁS: En alguna parte leí que posiblemente Plutón había sido satélite de Saturno y que se desprendió luego de una colisión con Titán, el satélite más grande del sistema solar, tanto que es el único, hasta donde se sabe, que tiene atmósfera. JUANCHO: Eso me parece muy especulativo, e imposible de comprobar en la práctica. ELIZA: No como los canales de Marte que descubrió Lowell. 8 9 TOMÁS: Pero Lowell no fue el que pretendió haber descubierto los canales de Marte, fue un astrónomo italiano que se llamaba Giovanni Schiaparelli. Lo que pasó fue que Lowell quedó encantado con la historia y se volvió el gran promotor de los marcianos. Hasta oasis dijo haber visto al lado de los canales. ELIZA: ¿Y cómo fue que tanta gente se pudo engañar de esta manera? JUANCHO: Por la falta de resolución de los telescopios se producen imágenes borrosas que se prestan fácilmente a seguir las sugerencias de la imaginación. Pero muchos dudaban de la existencia de los supuestos canales y de sus misteriosos constructores. TOMÁS: En realidad la controversia no se resolvió hasta que las misiones de las sondas Mariner tomaron fotos suficientemente detalladas de la superficie marciana a mediados de los años sesenta. Pero por esa época ya la imaginación popular, hábilmente exacerbada por Hollywood, veía platillos y hombrecitos verdes por todas partes. ELIZA: Tengo entendido que hubo otro planeta cuya existencia se predijo pero que nunca lo pudieron encontrar. TOMÁS: Sí, y hasta le pusieron nombre antes de encontrarlo, se iba a llamar Vulcano, el herrero que le hacía los rayos a Júpiter. Supuestamente se debía encontrar entre Mercurio y el Sol, y sería responsable de ciertas anomalías en la órbita de Mercurio. ELIZA: ¿Y qué pasó con ese? JUANCHO: Que Einstein demostró que no era necesario para predecir correctamente la trayectoria de Mercurio y dejaron de buscarlo. ELIZA: Pero recientemente han descubierto planetas en otras estrellas diferentes al Sol. JUANCHO: ¡Que pena! Pero según la Unión Internacional de Astronomía no pueden ser planetas si no giran alrededor del Sol. TOMÁS: En ese punto estoy de acuerdo con un eminente astrónomo que considera que la discusión sobre la “planetidad” de los planetas -si me permiten la palabra- es completamente retórica y nada científica, y que no importa cómo 9 10 los llamen ellos seguirán siendo lo que son. Personalmente opino que esa manía clasificatoria es un rezago del aristotelismo. JUANCHO: Estoy de acuerdo. Bueno, los dejo, me voy a corregir exámenes. TOMÁS: Y yo me voy para el concierto. ELIZA: Pues yo me iré para el cielo, a ver estrellas y a buscar planetas nuevos. Ciao. Narración: Milton Erre Musicalización: Mego Control de audio: Dagoberto Paternina Actuación: Diana Betancur, Juan Andrés Alvarez y Guillermo Pineda Producción Radial: Juan Andrés Alvarez Libreto y dirección: Guillermo Pineda, profesor del Instituto de Física de la Universidad de Antioquia. Nos gustaría conocer sus comentarios. Escríbanos al correo electrónico: historias@matematicas.udea.edu.co 10