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1 LIBRETO “Rotación” # 194 Historias de la ciencia Locutor: Después de asistir a una conferencia sobre Galileo en la biblioteca pública Juancho y Eliza comentan sobre las actuales explicaciones que la astrofísica hace de la rotación general del sistema solar, que en su momento sirvió a Galileo como argumento en defensa del sistema copernicano. CONTROL: EMPATA CD__, CORTE__EFECTO DE AMBIENTE U. DE A. USB, BAJA A FONDO, ESFUMA. NARRADOR: A final de la mañana Eliza sale de la biblioteca y se dirige a la cafetería central, pide un tinto y se sienta en una jardinera para saborearlo calmadamente. Poco después Juancho, el físico, llega a hacerle compañía. JUANCHO: ¡Quihubo Eliza! ¿Meditando? ELIZA: ¡Eh! ¡Quihubo Juancho! No, descansando un rato, he estado toda la mañana haciendo una búsqueda en el archivo de prensa y estoy fundida de ver periódicos viejos. JUANCHO: ¿Y encontraste lo que buscabas? ELIZA: He encontrado algunas cosas, pero tengo que seguir revisando las últimas décadas del siglo pasado. JUANCHO: ¿Y seguiste con la lectura de los diálogos de Galileo con Tomás? ELIZA: Sí, progresamos muy lentamente, sobre todo por mí, pero no he perdido el interés, y semanalmente nos reunimos para comentar lo que se ha leído. JUANCHO: Pues te quería contar que mañana hay una conferencia sobre Galileo en la Biblioteca Pública, como parte de un ciclo sobre el Renacimiento que organiza el Instituto de Filosofía. 2 ELIZA: ¡Ah, sí! Tomás tiene los carteles pegados en el Antiquarium, y me la recomendó porque el que la va a dictar es muy amigo de él, un profesor del Instituto de Física. JUANCHO: Sí, yo vi el curso de introducción a la física con él. ELIZA: ¿Vamos? JUANCHO: Listo ¿Tomás también pensará ir? ELIZA: No puede, porque no tiene con quién dejar el almacén. JUANCHO: Lástima. Pero luego hablamos porque ahora tengo que volver al laboratorio. Nos vemos mañana. Chao. ELIZA: Chao Juancho. CONTROL: SUBE CORTINA. PREPARA EFECTO APLAUSOS USB NARRADOR: Poco después de que Juancho se despidiera Eliza volvió a la Biblioteca y permaneció allí por un largo tiempo hasta que consideró terminada su indagación. Muy temprano al día siguiente era una de las primeras en tomar asiento en el auditorio de la Biblioteca Pública. Por su parte Juancho llegó cuando ya el coordinador del evento hacía la presentación del conferencista. La sesión transcurrió sin mayores novedades, excepto por la estrepitosa irrupción del timbre del celular de un incauto asistente que no atendió la solicitud de apagar este tipo de artefactos que se hizo antes de iniciar la charla. Al finalizar el evento la audiencia premió con un cálido aplauso la exposición del conferencista y Juancho y Eliza salieron del auditorio en medio del tumulto de asistentes. CONTROL: EMPATA MUCHEDUMBRE, USB. ELIZA: ¿Cómo te pareció? JUANCHO: Recordé mis clases de introducción a la física cuando apenas estaba empezando la carrera. Al profe le encanta ese tema, él dice que nunca pudo pasar de la ley de inercia. Además me encanta la forma como maneja el Powerpoint. ELIZA: Pero si no utilizó el proyector de video. JUANCHO: Por eso. 3 ELIZA: ¡Ah! Pero sabés que yo sí tengo algunas inquietudes sobre algunas de las cosas que dijo. JUANCHO: ¿Y por qué no aprovechaste la sesión de preguntas? ELIZA: Porque prefiero preguntarte a vos que te tengo más confianza. JUANCHO: Bueno, pero vamos a la cafetería a tomarnos un tinto y allá conversamos. CONTROL: EMPATA USB CORTE , BAJA A FONDO, ESFUMA. PREPARA EFECTO CAFETERIÁ CD 9, CORTE 1. NARRADOR: Juancho y Eliza tomaron asiento en una mesa de la cafetería cercana a la biblioteca y pidieron café. Buena parte de los asistentes a la conferencia, incluyendo al conferencista, también se habían dirigido al mismo lugar y conversaban animadamente al lado del mostrador. ELIZA: Me llamó la atención que el profe se refiriera en particular a uno de los argumentos que utilizaba Galileo en defensa del sistema copernicano, que yo había leído en estos días en Los Diálogos, y que según mi parecer tiene un carácter más estético que lógico. JUANCHO: A cuál te referís. ELIZA: Pues cuando él dice, citando a Galileo, que suponer que toda la esfera celeste gira sobre sí misma cada veinticuatro horas es ir contra la tendencia que manifiestan los demás planetas que giran más lentamente a medida que están más alejados de la tierra. JUANCHO: ¡Ah, sí! Que si el período de Marte es como de dos años, y el de Júpiter de doce, y el de Saturno como de treinta, la esfera de las estrellas que está muchísimo más alejada debería tener un período de miles de años, o hasta infinito, y no de veinticuatro horas. ELIZA: Sí, ése. Según Galileo eso trastoca el orden del universo. Pero en realidad no veo la necesidad lógica de que las estrellas tengan que obedecer lo que rige para los planetas. JUANCHO: Y tenés razón, porque a primera vista no hay ninguna necesidad de que sea así, se trata más bien de apegarse a un ideal de sencillez de la naturaleza, que nadie puede demostrar que sea válido, pero que resulta más adecuado para estructurar una 4 perspectiva científica que la suposición de que el mundo obedece un diseño caprichoso, por inteligente que sea. ELIZA: Y lo mismo se puede decir del argumento que Galileo esgrime a continuación del anterior cuando afirma que si las estrellas giran cada veinticuatro horas del este hacia el oeste, van en contravía de los demás astros que giran en sentido contrario. Puesto que hay más estrellas que planetas ¿no se podría decir que son los planetas, el sol y la luna los que van en contravía? JUANCHO: Según lo que yo le entendí al profe no es que necesariamente los planetas, el sol y la luna definan el sentido correcto de la rotación del mundo, sino que al suponer que las estrellas están quietas y que la tierra es la que rota de occidente a oriente, todos los giros y las rotaciones del sistema solar, al menos las que se conocían en la época de Galileo, adquieren el mismo sentido, y se describen más sencillamente. ELIZA: Pero no es solamente que la tierra rote de occidente a oriente, también es necesario que gire alrededor del sol en la misma dirección, y que el sol se quede quieto en el centro del universo. JUANCHO: El sol se puede quedar en el centro pero no está quieto. No olvidés que uno de los descubrimientos más importantes de Galileo fue la rotación del sol, y, justamente, de occidente a oriente, al igual que todos los demás elementos del sistema. Es muy difícil hacer esa observación y después pensar que se trata de una casualidad. ELIZA: Explicame cómo es eso de que el sol rota de occidente a oriente. JUANCHO: A ver. Imaginate que querés observar el sol a mediodía con unos lentes acondicionados con unos filtros muy poderosos, porque si no te quedarías ciega. ELIZA: Bueno, ¿qué más tengo que hacer? JUANCHO: Te acostás boca arriba con la cabeza apuntando hacia el norte y los pies apuntando hacia el sur. Si luego extendés el brazo derecho apuntando al sol con el pulgar levantado y los demás dedos cerrados, el pulgar señala la dirección del eje de rotación del sol y los dedos cerrados indican la dirección de rotación. ELIZA: Pero esa es la regla de la mano derecha. Me la enseñaron en once cuando nos explicaron cómo se produce el campo magnético por una corriente eléctrica. JUANCHO: ¡Qué bueno! Así me podés entender más fácil. Resulta que las órbitas de los planetas de nuestro sistema solar están aproximadamente en el mismo plano, y los 5 planetas giran en una misma dirección que satisface una regla de mano derecha, cuando el pulgar extendido se pone paralelo al eje del sol. ELIZA: Ahí sí estoy de acuerdo con Galileo, eso no puede ser casualidad. JUANCHO: Kepler, que tampoco creía que los movimientos astronómicos se dieran por casualidad o capricho, pensaba que el sistema solar era una especie de carrusel y que el sol, al girar, arrastraba a los planetas con los que estaba ligado a través de tentáculos magnéticos. ELIZA: Ahora que lo mencionás, recuerdo que en varios pasajes de los diálogos Galileo afirma que el sol es la fuente del movimiento de todos los planetas, pero no dice cómo ni por qué. JUANCHO: ¿Sí? Que curioso. Tenía la idea de que Galileo había concebido el movimiento planetario, y muy particularmente el de la tierra, como un movimiento inercial, y, por tanto, exento de fuerzas. Pero ya veo que no pudo dejar de asociar el movimiento de los planetas con el movimiento del sol. ELIZA: Yo sé que los planetas giran alrededor del sol por la fuerza gravitacional, pero no sé por qué rota el sol o por qué giran los planetas en el mismo sentido, pero me imagino que hay una relación. JUANCHO: Claro. Tanto el sentido de rotación del sol, como el de giro y rotación de los planetas y de la luna corresponden al sentido de rotación de la nube de polvo cósmico que dio origen al sistema solar hace unos cinco mil millones de años. ELIZA: Puedo preguntar de dónde salió la nube y por qué se puso a girar. JUANCHO: En algún momento, unos cuantos millones de años después del Big Bang, cuando el universo se enfrió lo suficiente, se formaron los primeros átomos, fundamentalmente de hidrógeno que a su vez, empezaron a congregarse en forma de gigantescas nubes que se fueron compactando debido a la fuerza gravitacional, fue el nacimiento de las estrellas. ELIZA: Pero no de nuestro sol. JUANCHO: No. Nuestro sol es mucho más joven. Además, aunque al igual que la mayoría de las estrellas está compuesto de hidrógeno, también posee, algunos elementos que sólo se pueden formar durante la explosión de una supernova, lo mismo que el resto del sistema solar. 6 ELIZA: O sea que la nube que dio lugar a nuestro sistema solar no era de hidrógeno como las de las estrellas primigenias. ¿Y por qué rotaba? JUANCHO: Porque las estrellas de segunda generación como nuestro sol no nacen solas, ni aisladas de las demás estrellas, suelen nacer en una galaxia, en medio de una región turbulenta llena de los restos de las explosiones de muchas estrellas. Se piensa que las ondas de choque que se generan en varias explosiones estelares pueden a su vez chocar entre sí generando vórtices que tienen el efecto de compactar suficiente polvo estelar para formar una nueva estrella como el sol. ELIZA: ¡Uaauu! Me imagino el espectáculo. Entonces el sol desde el principio está girando. ¿Y los planetas? JUANCHO: Vamos por partes. Para que se forme el sol no sólo es suficiente que se genere un remolino en una nube de polvo cósmico, también es necesario que se acumule la suficiente cantidad de materia para que la gravedad haga su trabajo y se consolide el cuerpo principal, a partir de lo que se conoce como disco de acreción. ELIZA: Algunas galaxias también tienen forma como de disco, ¿se debe a que se formaron de la misma manera que las estrellas? JUANCHO: En principio, y sin entrar en detalles que no conozco, se puede decir que todas las grandes acumulaciones de materia que en el universo se formaron a partir de un mecanismo muy similar, en el que la rotación de grandes cantidades de materia juega un papel muy importante. ELIZA: Bueno, sí, eso es fácil de ver, porque tanto en sol como los planetas y sus satélites están rotando. JUANCHO: No sólo ellos, las galaxias y los cúmulos de galaxias también se encuentran en algún estado de rotación. ELIZA: Pero lo que yo no logro entender es de dónde surgió la rotación, porque me imagino que hubo un momento en la historia del universo, un poco después del Big Bang, en el que toda la materia estaba distribuida uniformemente, sin que nada rotara. ¿Qué hizo que se empezaran a formar acumulaciones de materia y que fueran creciendo hasta convertirse en galaxias y estrellas rotantes? JUANCHO: Es difícil entender el proceso si se parte de un modelo tan estático. En realidad, y como dice un texto famoso, en el principio era el caos. Yo prefiero suponer 7 que en algún momento del inicio de los tiempos el universo estaba lleno de fotones y partículas elementales que se movían a altas velocidades en todas las direcciones posibles en una infinita sucesión de colisiones. ELIZA: ¿Y cuándo empezó a acumularse la materia? JUANCHO: Cuando debido a la expansión del espacio la temperatura descendió hasta permitir que después de chocar algunas partículas elementales permanecieran unidas. A partir del momento en que hubo unas partículas más grandes que otras aumentó la probabilidad de que esas partículas fueran objeto de más colisiones y que la condensación de materia siguiera creciendo progresivamente. ELIZA: Nada como tener plata para conseguir más plata. JUANCHO: Buena comparación. Lo cierto es que después de que se tiene una acumulación crítica de materia en forma de una inmensa nube gaseosa la fuerza de gravedad empieza a ser significativa y la nube va colapsando sobre sí misma. La densidad de la materia en el centro aumenta hasta llegar al punto en que se produce la fusión de los núcleos atómicos, lo que genera una extraordinaria emisión de radiación electromagnética y de partículas cargadas. ELIZA: Nace una estrella. ¿Y los planetas? JUANCHO: De la misma manera que la estrella nace de una turbulencia que se convierte en un remolino, dentro del disco de acreción de materia del que se forma la estrella se pueden formar otros vórtices que captan una menor cantidad de materia de la necesaria para llegar a ser estrellas, y terminan siendo planetas. ELIZA: Y me imagino que en los discos de los que se forman los planetas también se pueden formar sus satélites. JUANCHO: Es posible, pero los satélites también se pueden formar de manera independiente y después ser capturados gravitacionalmente por los planetas. Los momentos de formación son épocas tempestuosas en las que ocurren frecuentemente colisiones que hoy en día consideraríamos cataclísmicas. ELIZA: ¿Y todo el polvo cósmico del que se formó el sistema solar queda acumulado en el sol y los planetas? JUANCHO: No. Después de que el sol se convierte en estrella empieza a emitir algo que se conoce con el nombre de viento solar, una mezcla de radiación 8 electromagnética y de partículas que viajan a gran velocidad que se encargan de limpiar el vecindario del polvo remanente de la construcción. ELIZA: ¡Ah! Por eso es que el sistema solar se ve tan limpiecito. Quiero decir, no se aprecian nubes de polvo interplanetario. JUANCHO: Así es. El viento solar es un buen aseador. Entre otras cosas es la causa de las auroras boreales y australes, que no son más que chorros de partículas cargadas que llegan a la tierra por los polos. También es responsable de que la cola de los cometas siempre apunte en dirección contraria al sol. ELIZA: Recuerdo la imagen de un capítulo de la serie cosmos de Carl Sagan en la que un velero que viaja por el espacio. Me imagino que va impulsado por el viento solar. JUANCHO: Sí. Se ha llegado a pensar que este mecanismo, tan aparentemente primitivo podría servir para este propósito. ELIZA: ¡Ah! Si en la época de Galileo hubieran sabido cómo se formaron el sol y los planetas no habrían tenido inconveniente para aceptar el modelo de Copérnico. JUANCHO: Pero hubieran necesitado que cien años antes un proto-Galileo y un proto-Newton hubieran inventado la física y la teoría de la gravitación, porque lo uno no se da sin lo otro. ELIZA: Yo sé, lo digo sólo por hacer un anacronismo. Contame quién se inventó la teoría de la nube de gas. JUANCHO: Tengo entendido que el primero que habló de la idea fue Kant, el filósofo alemán. Pero el primer físico que la desarrolló matemáticamente fue Laplace. Posteriormente se ha ido perfeccionando y hoy por hoy es la teoría más aceptada. ELIZA: Entonces, como el sol y los planetas se formaron a partir del mismo disco de materia rotante todos giran en la misma dirección. JUANCHO: Posiblemente en algún momento de su historia sí lo hicieron, o, a lo mejor, nunca, debido a las colisiones con cometas y asteroides, y a las perturbaciones gravitacionales. ELIZA: O sea que el caos siguió por mucho tiempo. 9 JUANCHO: Lo que se puede apreciar actualmente es que los planos orbitales de los planetas son bastante paralelos a la eclíptica, que es el plano orbital de la tierra, pero los ejes de rotación de cada planeta varían significativamente de orientación, aunque predomina la dirección que coincide con el eje del sol. ELIZA: ¿Te puedo hacer otra pregunta? JUANCHO: Lo siento pero la vamos a tener que dejar para después porque ya me tengo que ir. ELIZA: Chao, Juancho. Musicalización: Mego Control de audio: Dagoberto Paternina Narración: Alberto López Actuación: Diana Betancur y Juan Andrés Álvarez Producción Radial: Juan Andrés Alvarez Dirección y libreto: Guillermo Pineda, profesor del Instituto de Física de la Universidad de Antioquia Nos gustaría conocer sus comentarios. Escribanos al correo electrónico: historias@matematicas.udea.edu.co o visite nuestra página: triple w exactas.udea.edu.co