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PRIMER ENCUENTRO PRIMER SEMINARIO INVESTIGACION DE Cochabamba, 4 al NACIONAL LATINOAMERICANO SOBRE LA COMUNICACION 6 de Noviembre de 1999 PONENCIA ENFOQUES CUANTITATIVOS Y CUALITATIVOS EN LA INVESTIGACION COMUNICACIONAL Por: Lic. José Luis Aguirre Alvis M.S Docente de Investigación de la Comunicación de la Universidad Católica Boliviana La Paz "una verdad superficial es un enunciado cuyo opuesto es falso; una verdad profunda es un enunciado cuyo opuesto es también una verdad profunda." N. Bohr. DE LA COMPRENSION DE UN ESCENARIO QUE POR SUS PREMISAS, OBJETOS, METODOS Y FINES NOS DEBERIA REPLANTEAR LA CONDICION ESENCIAL DEL DIALOGO Las relaciones entre las perspectivas cualitativas y cuantitativas en la investigación social suelen ser abordadas en las ciencias sociales desde puntos de vista técnico y/o instrumental o metodológico y/o paradigmático. La intención de este trabajo se centrará en esta segunda perspectiva o sea pretende quedarse a hacer propuestas en un escenario de orden epistemológico. Pretendiendo establecer algunas bases elementales comunes por lo menos transitorias para comprender esta charla, y hasta el mismo tenor de este encuentro, quizás sería oportuno partir de un aproximarnos a entender qué es investigar la comunicación social para recién de allí edificar una serie de reflexiones de orden epistemológico y metodológico que harán directamente a comprender las premisas, los métodos, los objetos y sobre todo los fines que toman las acciones de indagación que todos coincidimos en llamar procesos de investigación social. Si comenzamos entendiendo desde un punto muy elemental que la palabra investigar deriva de las voces latinas "In-Vestigium" y que literalmente significan "en pos o tras de la huella de..." podemos inferir que un modo de llegar al conocimiento de algo se da por la vía indirecta. Nadie puede afirmar la generación de un tipo de saber, cual es el científico, operando únicamente desde la observación sensorial directa de la realidad, a esta figura Alan Chalmers caracteriza como la actitud del "induccionista ingenuo" dado que para este la fuente de verdad no sería la lógica sino la experiencia (Chalmers,1984:12-20). Si partimos indicando que para alcanzar el conocimiento, producto de la investigación, necesitamos valernos de recursos que median nuestro contacto con la realidad reconocemos entre ellos dos fundamentales: uno, la existencia de evidencias, huellas o vestigios, y dos, que para recuperar y hasta poder inferir algo de las mismas nos apoyamos en recursos instrumentales como son los métodos y técnicas sobre los que depositamos una particular confianza para que nuestro conocimiento tenga alguna forma de validez. Sin embargo, ni huellas, ni instrumentos tendrían sentido si es que junto a ellos no interviniese como una suerte de recurso de vigilancia epistemológica permanente, utilizando el término de Bachelard, un tipo de saber previo que ya representa la realidad y que identificamos como teoría. Como nos indica Gastón Bachelard sin la intención de conocer y menos sin la capacidad de interpretar la realidad dentro de alguna base teórica nos resulta imposible entrar a un campo que temerariamente podríamos calificar como el del "juego empírico para la representación simbólica de la realidad" o más sencillamente conocimiento científico. Ejemplifiquemos hasta aquí diciendo que se ve la dilatación del mercurio en un termómetro al haber sido administrado a un paciente pero no sabríamos qué es temperatura corporal ni menos si el paciente está en peligro o no, si ése instrumento que nos ayuda a recoger una evidencia no cobrara sentido con una teoría, para este caso médica, que nos indique que el individuo está o no en riesgo de perder la vida. Bachelard inspirador de esta ilustración nos dice: "... se ve la temperatura en un termómetro, pero no se la siente. Sin teoría no sabríamos jamás si lo que se ve y lo que se siente corresponden al mismo fenómeno" (Bachelard, 1997?). La vitalidad de la teoría como fuente de mediación en el sentido de interviniente como también constructora de sentido en la tarea de investigación científica es indiscutible. Incluso vemos como a veces se mitifica este cuerpo de hipótesis, conceptos y definiciones interconectadas al grado de incidir sobre la generación del mismo conocimiento porque asumido de forma dogmática permite la formulación de lecturas ahistóricas de los hechos sociales y de la misma realidad. Una teoría como nos recuerda Karl Popper debe ser vista siempre bajo su carácter intrínsecamente transitorio. Esto es así porque toda teoría como las hipótesis que sostiene no son verdades absolutas ni menos perennes, más bien son útiles porque abren la posibilidad a la refutación, producto de nuevas explicaciones y nuevas evidencias que se encuentren más adelante. Entonces precisemos diciendo junto al razonamiento de Popper (1902-1994) que las hipótesis de carácter general llamadas leyes científicas en el fondo jamás pueden ser verificadas o comprobadas sino simplemente refutadas (En Alves-Mazzoti y Gewandsznjder, 1998:5). Vale decir la generación del conocimiento se sujeta a la posibilidad inherente de negación de lo que se sostiene. Entonces podemos decir que el investigar (in-vestigium) es una acción intencionada, si se pretende científica, y que el producto de este proceso une tanto realidad con construcción teórica a través de la mediación de métodos y su interacción con huellas o evidencias más o menos objetivas. Y ninguno podrá ser canalizado adecuadamente sin el ejercicio de la capacidad de interpretación y entendimiento que como veremos más adelante normalmente siempre nos exige desplazarnos fuera del ámbito y límites establecidos sobre el mismo fenómeno de conocimiento para poder comprenderlo en su complejidad. Ya Bachelard insistiendo en objetar la postura del empirismo que reduce el acto científico a la sola comprobación nos retaba al pènsar que: ¨... el hecho científico se conquista, construye, (y finalmente) comprueba¨ (En Bourdieu, Chamboredon, Passeron, 1998:25). Ahora retornando al punto de partida donde pretendimos aproximarnos al sentido del concepto investigar ahora nos interesaría resolver la relación que se establece al colocar esta noción junto a su práctica dentro del escenario de la comunicación social. Comencemos preguntándonos: qué podemos entender por investigar la comunicación? Si coincidimos en reconocer que el conocimiento es una forma de relación que se establece con la realidad y que esta persigue fines como el entender (o decribir), el explicar y finalmente el predecir o controlar los fenómenos u hechos sociales, criterios muy difundidos desde una órbita funcional, podríamos aventurar a decir transitoriamente que: "investigar la comunicación social es una forma de entender todo proceso de circulación de mensajes que tiene lugar en la sociedad para poder explicarlo y finalmente poder controlarlo." Esta definición, sin embargo, sería puesta inmediatamente bajo observación si se considera la irrupción de perspectivas científicas que contraponen y postulan paradigmas de complejidad a los de una intencionada simplificación. Entre los propositores de paradigmas alternativos se encuentra Edgar Morin quien observa que la ciencia clásica tradicionalmente se basa en la idea de que la complejidad del mundo de los fenómenos puede y debe resolverse a partir de principios simples y leyes generales. Así el abordaje de la complejidad bajo un enfoque clásico no queda más que siendo una apariencia de lo real. La intención de este tipo de paradigma, señala Morin, se caracteriza centralmente por el ejercicio de principios como el de generalización, el de reducción y el de disociación. Este razonar propio de una ciencia clásica, según Morin, impactó el progreso fecundo de la física desde la gravitación newtoniana, hasta la relatividad einsteniana, así mismo fue fuente del reduccionismo biológico que permitió concebir la naturaleza físico-química de la realidad. El análisis de Morin a su vez señala que hoy los progresos en el campo de la física nos enfrentan a considerar las insuperables complejidades, por ejemplo, de la partícula subatómica, de la realidad cósmica y de los propios progresos de la biología los que levantan problemas profundos como los que están vinculados a los campos de la autonomía y dependencia. Para Morin, y aunque advierte no de forma definitiva, "... un paradigma de simplificación es el conjunto de principios de inteligibilidad científica clásica que ligados unos a otros producen una concepción simplificadora del universo (físico, biológico y antroposocial). Mientras que un paradigma de complejidad es el conjunto de principios de inteligilidad que ligados unos a otros podrían determinar las condiciones de una visión compleja del universo (físico, biológico y antroposocial)" (Morin,?:246). Entre los rasgos típicos de un paradigma de simplificación (ciencia clásica) figuran, por ejemplo, el principio de la universalidad, donde se expulsa lo local y lo singular y se los observa como contingentes o residuales. Luego el principio de reducción que impulsa al conocimiento de los conjuntos o sistemas a partir de la observación de las partes o unidades elementales que los constituyen. A estos se suman los principios de causalidad linear; la soberanía de la inteligilidad de un fenómeno al conocimiento de la leyes generales que gobiernan sus unidades elementales que lo constituyen, además se incluyen el principio de aislamiento como forma de separación del objeto de su relación con su ambiente, y el principio de la disociación que establece la separación absoluta entre el objeto y el sujeto que percibe o concibe. Este último principio indica Morin ocasiona la eliminación de toda problemática referida al sujeto bajo la noción de conocimiento científico. A las condiciones señaladas se agregan los criterios de la eliminación del ser y de la existencia a través de la formalización y la cuantificación; la negación de la autonomía; la fiabilidad absoluta de la lógica para establecer la verdad intrínseca de las teorías donde la contradicción aparece como un error y; finalmente, todo esto encaminado hacia el ideal de establecimiento de un discurso nomotético vale decir según Briones que se busca leyes de vigencia general para conjuntos de casos (Briones, 1997:377). En oposición a un paradigma que promueve la simplificación y bajo la búsqueda de modos de inteligibilidad adecuados que orienten el conocimiento, Morin propone principios para un paradigma de la complejidad que debería incluir: el principio de inteligibilidad a partir de lo local y de lo singular, capaz de superar el principio de universalidad clásico; el principio del reconocimiento y de la integración de la dimensión histórica, allí afirma que: "... sólo se puede comprender un sistema complejo refiriéndose a su historia y su origen."; sigue el reconocimiento de la imposibilidad de aislar unidades elementales simples a los sistemas que ellas integran o constituyen; sobre este rasgo Pascal ya sostuvo: "... juzgo imposible conocer las partes sin conocer el todo, como conocer el todo sin conocer particularmente las partes". Se suman además el principio de causalidad compleja estableciendo una mutua e inter-relacionada causalidad; el principio de distinción, pero no de disociación, entre el objeto y su ambiente como el de relación entre el observador-conceptualizador y el objeto observado-concebido. Este criterio según Morin establece la necesidad de introducir la dimensión del sujeto humano situado en una realidad cultural, sociológica e histórica y antropológica. Finalmente, junto a la crítica de las limitaciones de la lógica se establecen como criterios en la construcción de un paradigma de la complejidad la posibilidad de establecer teorías científicas del sujeto, de la auto-producción y de auto-organización bajo una noción de autonomía, del ser y de la existencia, además de insistir en el pensar y obrar de manera dialógica dirigiéndose a la construcción de macroconceptos donde también se acerquen eventualmente las nociones antagónicas. Por lo analizado, y recuperando la interrogante inicial -qué deberíamos entender por investigación de la comunicación- y siguiendo un enfoque paradigmático orientado a la complejidad, inspirado por Morin, seguramente tendríamos que asumir primero que: La comunicación humana es el proceso de relacionamiento con un ecosistema bajo la intención de lograr entre semejantes una construcción conjunta de sentidos a partir de la circulación simbólica y que en este trayecto se presentan mediaciones capaces de contribuir como dispersar al entendimiento por estar directamente vinculadas a factores socio-históricos, culturales y políticos de los individuos que a su vez se abren a niveles de mayor complejidad asumiendo la naturaleza diversa de los individuos, de las situaciones, de las fuerzas institucionales y de la presencia tecnológica existente en el entorno y la experiencia individual en relación a ella. Es así que en medio de este entrelazamiento se hace posible la construcción de sentidos dentro de un espacio social determinado. Como podrá reconocerse para la construcción de esta definición de la comunicación nos animamos a entrelazar las propuestas de Edgar Morin, las de Pierre Bourdieu y las de la teoría de la recepción según el aporte de Guillermo Orozco. Por lo indicado, si la comunicación social fuera todo lo planteado anteriormente el poder investigarla supondría asumir desde sus premisas, métodos, objetos y fines la complejidad intrínseca del campo de producción de sentidos. Complementariamente, interpretando nuevamente a Bourdieu, podríamos decir que la comunicación social para ser abordada como escenario de la investigación empírica, y bajo la necesidad de lograr una lectura adecuada de la realidad, tendría que incluir el análisis de la relación entre las posiciones sociales (concepto relacional), las disposiciones (o los habitus) y las tomas de posición de los agentes sociales que integran un espacio social dado (Bourdieu, 1998:29). Espacio social así podría ser entendido como el conjunto de posiciones distintas y coexistentes, exteriores las unas de las otras, definidas las unas en relación con las otras, por relaciones de proximidad, de vecindad, o de alejamiento y también por relaciones de orden como debajo, encima y entre, además de numerosas propiedades de los miembros de las clases. El espacio social, así, es construído de tal modo que los agentes o los grupos son distribuídos según los dos principios de diferenciación que son el capital económico y el capital cultural (Bourdieu, 1998:30) espacios ampliamente ligados al ejercicio de la comunicación. Resumiendo parcialmente podríamos pensar que el indagar empíricamente la realidad de la comunicación social supone aproximarnos a entender las múltiples relaciones que se dan en un espacio social esencialmente simbólico y que para hacerlo, o sea entender la comunicación, se requerirá salir del ámbito clásico de los medios y mensajes para observar las inter-relaciones que multidimensionalmente hacen parte de la construcción de sentidos. LA IRRUPCION DE PARADIGMAS COMUNICACION SOCIAL ALTERNATIVOS PARA EL ESTUDIO DE LA La presencia de paradigmas de simplificación en el escenario de la investigación de la comunicación puede llevarnos a identificar períodos específicos y que deben ser entendidos dentro de su propio campo de producción. Así podemos citar como dominante en premisas y operatividad al modelo del estudio de los efectos de los medios y mensajes. Su énfasis develado por los estudios de una teoría crítica de la comunicación fue su marcada intención de control. El modelo que resumía la práctica de la investigación en aquel momento específico de su producción fue la propuesta de Lasswell (1927) que se recita en la fórmula: --quién dice qué, a quién, por qué canal y con qué efectos?--. Este esquema de simplificación a pesar de su presunta neutralidad dejaba oculta la pregunta ausente: --y cómo puedo con ello controlar su conducta y comportamiento?-- (o sea la del auditor o destino identificado). La denuncia crítica al ejercicio totalizante y totalizador inserto en la práctica de la investigación de la comunicación surgida con fuerza sobre todo desde los escenarios de los países dependientes nos puso en frente de una realidad, que la teoría, los estudios y los instrumentos no estaban preparados a captar la complejidad de escenarios sociales marcados por la desigualdad, la presencia de actores que resultaban generalmente ignorados, y sobre todo el juego del poder detrás de la práctica del ejercicio investigativo. Así Beltrán (1979?) nos dice: "... Hasta antes de entonces, no dudábamos de nada: como todo ignorante éramos dichosos. Desde que dejamos de ser ignorantes, vivimos angustiados; pero ésa angustia es necesaria, es fértil, es importante y tiene que ser creativa" (Beltrán, Estado y perspectivas de la investigación en comunicación social en América Latina, original 1979?). La pretendida verdad en el ejercicio de la investigación de la comunicación había sido puesta bajo cuestionamiento porque como sostuviera más recientemente Martín Barbero: "La teoría es uno de los espacios clave de la dependencia" (En Vasallo: 1995: 90). El aporte latinoamericano resultó particularmente fundamental en la tarea de denuncia del carácter descontextualizado de la práctica de la investigación de la comunicación que se venía ejercitando tanto "sobre", como, "desde" este continente. En este trayecto es que se inscriben comunicadores y no comunicadores, que se pueden considerar entre otros como pioneros del debate en la década de los setenta a Armand Mattelart, Eliseo Verón, Antonio Pascuali, Juan Díaz Bordenave, Orlando Fals Borda, Antonio García, José Marques de Melo y el que sería pieza clave para levantarnos las anteojeras el boliviano Luis Ramiro Beltrán (recordemos entre otros su estudio Communication Research a Blindfolded Inquiry, Investigación de la Comunicación una Indagación con Anteojeras). Quienes recogiendo el llamado de establecer bases de una reflexión de la comunicación desde una óptica consubstanciada con el contexto y ya dentro de un período que se proyectó retadoramente propositivo, separándose de la sola denuncia inicial y convirtiéndose en un proyecto significativamente político (en el sentido de denunciar la relación comunicación y desequilibrios en la sociedad y retornando la reflexión al escenario de la cultura) desde los 80 se inscriben centralmente Jesús Martín Barbero, Néstor García Canclini, y desde el aporte novedoso de las teorías de la recepción y la cultura los mexicanos Raúl Fuentes, Guillermo Orozco y la comunicóloga Rossana Reguillo. DEL ORIGEN DE DOS ENFOQUES METODOLOGICOS DE INVESTIGACION SOCIAL Y SU IMPACTO SOBRE LA PRACTICA DE LA INDAGACION EMPIRICA DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL En esta parte ingresaremos al escenario de la discusión epistemológica entendiéndose epistemología como aquella que nos remite a una teoría del conocimiento científico o a una reflexión sobre la ciencia como indica Esther Díaz (1997:21). Desde una visión epistemológica actual tentar el entendimiento de la investigación de la comunicación nos enfrenta a un campo complejo, de muchas inter-relaciones, retos y propuestas, un espacio susceptible de contradicciones como también un escenario dinámico más que definitivo que por cierto puede encontrar vínculos particularmente sensibles con la esencia misma del proceso de la comunicación humana. Nuestro intento de aproximación teórica a este escenario no puede estar separado de la discusión que se da actualmente acerca de los procesos de construcción y de integración de paradigmas en las ciencias sociales. De inicio y como trata Guillermo Briones, desde 1962 en que la propuesta de Thomas Kuhn hubiera impactado la discusión epistemológica con la formulación del concepto ¨paradigma¨ y con la consecuente aceptación del carácter dinámico de la ciencia a partir de revoluciones que se operan dentro de ella se abrió una diferenciación entre dos paradigmas epistemológicos: ¨El paradigma también positivista, racionalista...( cuantitativo, llamado ) y el paradigma cualitativo, llamado también paradigma naturalísta, fenomenológico, hermenéutico, etc.¨ (Briones, 1997: 385). El debate abierto desde entonces ha ingresado en los diversos campos de la ciencia social y es así que los estudios de la comunicación social también se enfrentan a este tipo de debates que hacen directamente a la premisas, métodos, objetos y fines del conocimiento que anteriormente señalamos como los rasgos centrales del juego de construcción simbólica de la realidad. Para un abordaje sintético pero a su vez lo más preciso posible se aprovechará gran parte del trabajo reflexivo Guillermo Briones dirigido a discutir sobre los procesos de construcción y de integración de paradigmas en las ciencias sociales (Briones, 1997, revista de Tecnología Educativa, Vol. XII. No.4). Briones realizando una síntesis sobre las características, alcances y limitaciones de los enfoques entre un paradigma cualitativo y otro cuantitativo, que podemos asociar a su vez a la formulación de concepciones de una ciencia social explicativa y de otra de carácter interpretativa, que se desarrollarán más adelante, plantea un cuadro que incluye: PARADIGMA CUALITATIVO Utiliza técnicas cualitativas Enfoque fenomenológico que busca la comprensión de los hechos que estudia, desde el marco de referencia de los actores Observación naturalista, sin control Enfoque subjetivo Próximo a los datos, perspectiva desde adentro Conocimiento fundado en la realidad, orientado al descubrimiento de hipótesis, exploratorio, descriptivo, inductivo Conocimiento orientado al proceso Conocimiento válido ¨real¨, repetible, ¨profundo¨ No generalizable estudio de casos aislados Holista Asume una realidad dinámica PARADIGMA CUANTITATIVO Utiliza técnicas cuantitativas Enfoque basado en el positivismo lógico que busca las causas y la explicación de los hechos que estudia, sin interesarse por los estados subjetivos de los actores Medición controlada Enfoque objetivo Al margen de los datos, perspectiva desde fuera No fundado directamente en la realidad, orientado a la comprobación de hipótesis, reduccionista, Hipotético-deductivo Conocimiento orientado al resultado Fiable ¨sólido¨ Generalizable: estudio de casos múltiples Particularista Asume una realidad estable Fuente: Briones, G. Revista de Tecnología Educativa. Vol. XII. No.4. OEA. 1997. El cuadro puede ser ampliado asi como las diferenciaciones que se pretenden establecer en otras propuestas sinteticas. Así tenemos la de Martha Montero surgida desde el campo de la investigación de la educación. Martha Montero nos propone un cuadro de diferencias a partir de Robert L. Crain y el mismo establece: CONTRASTES DE LAS INVESTIGACIONES CUALITATIVAS, CUANTITATIVAS COMO ESTEREOTIPOS DE LOS TIPOS IDEALES SEGÚN WEBER (Robert L. Crain) FACTORES INVESTIGACION CUANTITATIVA Específico y limitado Selección de solo para aquellas variables Costo variables Muestra Tipo de seleccionadas Alto control de errores Grande Confiabilidad Tipo de análisis Estadístico o modelos Método de análisis de lógica Cantidad principal Número y Causal, base de variables en correlacional el análisis Enfatiza relaciones múltiples entre las Informes variables Tablas de interpretación INVESTIGACION CUALITATIVA Las variables se van agregando y refinando en el campo Bajo Pequeña Validez Marcos teóricos y presentación verbal de incidentes; cualidad, naturaleza Descriptivo, interpretativo Define nuevas variables Teoría y material sobre casos únicos Fuente: Montero Martha. La investigación cualitativa en el campo educativo. Boletín CEMEI. No.20. 1983. Proyecto Multinacional de Investigación Educativa. PREDE/OEA. San José, Costa Rica. Adaptado en sus partes salientes por José Luis Aguirre. A. Las esquematizaciones anteriores persiguen fines más de orden didáctico que polarizador dogmático dado que como se discutió más adelante la simplificación puede ocultar la verdadera complejidad que se plantea dentro de distintos procesos. En este sentido y volviendo a la propuesta de Briones trataremos de observar el escenario epistemológico que lleva a plantear la propuesta y coexistencia de dos paradigmas en ciencias sociales uno de carácter más explicativo y otro de énfasis interpretativo. LA CONSTRUCCION SOCIAL A PARTIR DE LOS PARADIGMAS DE UNA CIENCIA NATURAL Y UNA CIENCIA HUMANA Briones indica que: ¨... desde mediados del siglo pasado hasta nuestros días, en la construcción de las ciencias sociales se enfrentan dos dilemas principales: por un lado, el de construir dichas ciencias según el modelo de las ciencias naturales; por el otro, construirlas de acuerdo con el modelo de las ciencias humanas¨ (BRIONES, 1997:377). Las diferencias de partida que se presentan entre ambos enfoques tienen como uno de sus factores centrales que las ciencias que se apegan al modelo de la ciencia natural o explicativas buscan establecer leyes de vigencia general para conjuntos de casos. Por otro lado, las ciencias que se orientan a las ciencias humanas buscan la interpretación de carácter ideográfico a partir de la individualización de los fenómenos que se estudia. Las variantes filosóficas que sostienen ambas perspectivas por un lado asocian a la ciencia natural, al pensamiento positivista, introducido por Comte (1798-1857) y continuado por el Círculo de Viena (1929) donde según Esther Díaz se pretendía fusionar todas las ciencias a partir de la unificación del lenguaje, teniendo como su marco teórico referente una concepción científica del mundo, gracias a la incorporación de las técnicas y métodos de la lógica matemática. Por tanto, cualquier disciplina que aspirara alcanzar el nivel de ciencia debía regirse por el método de las ciencias naturales (DIAZ, 1997:21). Briones refuerza indicando que la primera propuesta estructurada de la ciencia social aparece con Comte para quien sólo el conocimiento científico era conocimiento válido. Esta inspiración eje del positivismo fija la preocupación del conocimiento en el terreno de los hechos y de las leyes científicas. Resulta interesante observar, como cita Esther Díaz, que Comte consideraba: ¨... que la historia de la cultura había pasado sucesivamente por tres estadios: el teológico, el metafísico y el positivo. En el estado teológico, el hombre explicaba los fenómenos por medio de la intervención de seres divinos. En el metafísico, las explicaciones por medio de ideas racionales, pero abstractas. Finalmente, en el positivo (que corresponde a la modernidad), los fenómenos se comienzan a explicar a partir de las relaciones invariantes que guardan entre sí (leyes). Y se rechazan las explicaciones que no se atengan a lo que puede verificarse positivamente. Es decir, por medio de la confrontación empírica¨(DIAZ, 1997: 22). Las tradiciones más contemporáneas de una epistemología, que algunos llaman positivista, hegemónica, aunque y algunos que no tuvieron lo origen reconozcan así en la fuente incluyen el pensamiento neopositivista, donde se inscriben los empiristas y ¨positivistas lógicos¨ del Círculo de Viena (bajo la intención de diferenciarse del empirismo ¨racionalismo crítico¨ de tradicional Karl Popper de (que Locke y a vez su Hume), el pretende diferenciarse del racionalismo tradicional representado por René Descartes) y desde Europa, con un enfoque diferente al pensamiento de los anteriores se propone una línea que se conoce como la filosofía analítica de la que su origen teórico corresponde a Bertrand Russel (1872-1970). Las coincidencias, a pesar de los disensos que se dan entre los positivistas son: ¨... la convicción de que la razón humana se reduce a los límites de la racionalidad científica; la exigencia de unificar y formalizar el lenguaje de la ciencia, el mandato de que la epistemología debe concentrarse en la estructura lógica de la teorías, sin atender a los problemas de la relación ciencia-sociedad; y, la determinación de un solo método para todas las ciencias¨ (DIAZ, 1997:23). Por lo indicado, para el positivismo la lógica y la matemática serían válidas para establecer estas reglas del lenguaje. Dado que el énfasis del positivismo se encuentra en que todo concepto presente en una teoría tuviese como referente algo observable, algunos filósofos como el citado Karl Popper cuestionaron el papel mítico atribuido a la observación del positivismo lógico dado que desde el momento en que las observaciones incorporan teorías falibles, ellas no pueden ser consideradas como fuentes seguras para que se construya el conocimiento y no podrán servir como base sólida para el conocimiento científico como pretendía el positivismo¨(ALVES-MAZZOTI, GEWANDSZNADER, 1998:30). EXPLICACION VERSUS COMPRENSION CONCEPTOS EJE HACIA UN PARADIGMA CUALITATIVO Según Briones la primera propuesta estructurada de la ciencia social como ciencia explicativa aparece en Comte para quien sólo el conocimiento científico se constituía como conocimiento válido, y tal conocimiento guiado por el espíritu positivo debía mantenerse en el terreno de los hechos y de las leyes científicas. También el sociólogo francés Emile Durkheim (1858-1917) habría tenido que ver con la concepción de explicación, propia de las ciencias naturales, a partir de su consideración donde los hechos sociales son vistos como ¨cosas¨ Durkheim entendería la explicación como la búsqueda de la causa determinante del fenómeno que se estudia y para esto sería fundamental la observación de la función que cumple el elemento observado. Durkheim padre de la corriente funcionalista diría: ¨Cuando se busca explicar un fenómeno social es necesario separar la causa eficiente que lo produce y la función que cumple¨ (BRIONES, 1977:378 Contrapuestos a los conceptos de explicación sostenidos por los enfoques de una ciencia natural o positiva se plantean los de ¨comprensión¨ (Verstehen) e interpretación propios del modelo de las ciencias del espíritu o de las ciencias humanas. En esta propuesta Wilheim Dilthey (1833-1911) sería el primero en proponer que las ciencias humanas más que explicaciones buscan la comprensión de los fenómenos estudiados (Verstehen) y esta comprensión sería la capacidad psicológica y empática de captar la significación de los fenómenos históricos o del espíritu. Bajo esta línea posteriormente Max Weber (1864-1920) diferenciaría el sentido dado por Dilthey a la comprensión por el de interpretación del sentido (mentado y aludido) que se da en la conducta de los actores en determinadas situaciones. Posteriormente, según Briones, surgen los aportes del sociólogo Alfred Schutz quien desde una perspectiva fenomenológica sostiene que el Verstehen ¨no es un método empleado por el científico social, sino la particular forma experiencial en que el pensamiento del sentido común toma conocimiento del mundo social cultural. Schutz diría: ¨ ... no tiene nada que ver con la introspección: es el resultado de un proceso de aprendizaje o aculturación en el cual la experiencia común de las personas toma conocimiento del mundo natural¨ (BRIONES, 1997: 380). Más recientemente Gadamer, desde su propuesta hermenéutica concibiría la comprensión como la interpretación lingüística que siempre se hace de los fenómenos pues ella se expresa mediante el lenguaje. Actualmente y a partir de la investigación que se ejercita en diversos campos de las ciencias sociales el término más usado ya no es el de comprensión sino el de interpretación que como indica Briones es entendido como la búsqueda de los significados que los actores dan a sus conductas y a la situación en la cual actúan¨(BRIONES, 1997: 380). El interaccionismo simbólico y la etnometodología serían algunos de los frentes desde los cuales se trabaja por el tipo de interpretación mencionado. Allí las iniciativas de participación directa, en y con el grupo que se estudia se orientan a pretender tomar la visión desde los mismos actores, observando lo que a su vez estos toman en cuenta, e interpretando lo que es tomado en cuenta por estos (H. Blumer en Briones). Estos mecanismos son dimensiones altamente comunicacionales que seguramente otorgan a los comunicadores condiciones diferenciadas y favorables para juzgar si deben mantener su observación empírica de la realidad desde enfoques que alientan paradigmas de simplicidad, posturas de resabio positivista, o más bien instar a posibilidades de construcción y propuesta de formas de investigación altamente comunicacionales donde su inclinación a la apertura de espacios interpretativos y bajo posibilidades de una lectura holística hagan de la investigación de la comunicación también espacios de diálogo y de construcción de sentidos mutuos. En esto más allá de la racionalidad se juega la posibilidad de encuentro y aceptación de las diferencias para así poder aproximarnos a los sentidos de los qués, los por qués y los para qués del intercambio simbólico que se opera en nuestra sociedad. Sin embargo, esta evidente inclinación sobre un tipo de propuesta metodológica cualitativa, que naturalmente tendrá que resolverse en el afinamiento y hasta construcción de sus métodos y técnicas, no debe dejar la idea de que los investigadores no nos sintamos inclinados a ejercitar perspectivas integradoras claro que teniendo claridad y control de lo que se está haciendo (vigilancia epistemológica). Así como insta Briones podemos decir a todo interesado en el ejercicio de la investigación en ciencias sociales debe mantener el espíritu crítico y la vigilancia espistemológica sobre nuestras pre-nociones, y, sin embargo mirar más alla de ellas de tal modo que seamos capaces de avanzar en el desarrollo de las ciencias del hombre y la sociedad. PROPUESTA Para aproximarnos a entender qué es investigar la comunicación quizás debamos volver al sentido primigenio del proceso de relacionamiento básico entre los seres humanos cual es la comunicación. Su rescate y urgente redimensionamiento como recurso para una práctica de investigación son ahora más urgentes que nunca. Porque es a partir de las revoluciones moleculares en las que nos comprometamos y donde la partícula central sea el ser humano quizás nuestros estudios y compromisos sociales y políticos cobren la frescura de aquellos conceptos que para algunos podrán aparecer anacrónicos y que, sin embargo, nos invitan a ver la comunicación con sus entrañables condiciones fuerza cuales son diálogo, acceso, participación, alteridad, construcción compartida de sentidos, dimensión histórica y cultural de los otros, en fin investigar con sentido porque únicamente lo que se siente se aprende y este sentir no es un producto aislado sino resultado del juego de intersubjetividades impulsado centralmente por la confianza en un proyecto dialógico y transformador de ambas partes. En tono con la verborragia, que nos plantea un discurso sin propuesta que anuncia un tiempo sin esperanza, llamémoslo globalización, postmodernidad o simplemente el de la acentuación de nuestras diferencias, podemos decir que necesitamos una "reingeniería" dentro de nosotros mismos para que nuestros pensamientos se reflejen en nuestros actos, y para que nuestros sueños nunca se separen de la creencia de que la comunicación es el espacio de construcción conjunta más sensible y del que la investigación social puede y debe tomar mucha ventaja hacia un renovado compromiso transformador de la realidad. BIBLIOGRAFIA REFERENCIADA 1. ALVES-MAZZOTTI, Alda. GEWANDSZNAJDER, Fernando. O metodo nas ciencias naturais e sociais. Pesquisa quantitativa e qualitativa. Pioneira Editorial. Sao Paulo, Brasil. 1998. 203p. 2. BACHELARD, Gastón. La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo. Siglo XXI Editores. 21a. ed. México DF. México. 1997. 302p. 3. 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