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Thompson, Andrés. POLITICAS PUBLICAS Y SOCIEDAD CIVIL EN ARGENTINA. El papel de las organizaciones sin fines de lucro. CEDES, Buenos Aires, Argentina. Septiembre de 1995. p. 76. Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/argentina/cedes/thom4.rtf www.clacso.org RED DE BIBLIOTECAS VIRTUALES DE CIENCIAS SOCIALES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE, DE LA RED DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSO http://www.clacso.org.ar/biblioteca biblioteca@clacso.edu.ar POLITICAS PUBLICAS Y SOCIEDAD CIVIL EN ARGENTINA El papel de las organizaciones sin fines de lucro Por Andrés Thompson con la colaboración de María Andrea Campetella, Hernán Charosky, Mario Roitter y Lucas Rubinich Septiembre 1995 2 CONTENIDO INTRODUCCION I. LAS OPSFL Y EL ESTADO: las cuestiones en debate 1. Relación OPFSL-Estado: una tipología 2. Los ejes de análisis II. LAS OPSFL Y EL ESTADO EN ARGENTINA: una mirada desde los actores 1. Lugares y palabras 2. Las ONGs bajo la mirada del Estado 3. El Estado bajo la mirada de las ONGs 4. El papel de las ONGs 5. La cooperación de las ONGs con otros actores sociales 6. Notas finales III. LA PARTICIPACION DE LAS OPSFL EN POLITICAS PUBLICAS: el caso argentino 1. Programas de estímulo a las actividades productivas 1.1. Unidad de Planes y Proyectos de Investigación y Extensión para Productores Minifundistas 1.2. Programa Social Agropecuario 2. Programas de capacitación laboral y fomento del empleo 2.1. Programa de Formación Profesional 2.2. Programa de Empleo de Interés Social 2.3. Proyecto Joven 3. Programas de desarrollo social y comunitario 3.1. Fortalecimiento de la Sociedad Civil 3.2. Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales 3.3. Programa Materno-Infantil 3.4. Programa Fortalecimiento de ONGs de Mujeres 3.5. Programas dependientes indirectamente de la Secretaría de Desarrollo Social 3.6. Programas dependientes del Ministerio de Interior IV. UN ESTUDIO DE CASO: La Mesa de Concertación de Políticas Sociales de la Provincia de Córdoba 1. Un poco de historia: las ONGs y la cuestión de hábitat en la ciudad de Córdoba 2. El desarrollo de la Mesa de Concertación 3. Una nueva distribución de funciones 4. Los temas en debate V. CONCLUSIONES 3 VI. CUADROS 1. Programas de estímulo a las actividades productivas 2. Programas de capacitación laboral y fomento del empleo 3. Programas de desarrollo social y comunitario BIBLIOGRAFIA FUENTES 4 INTRODUCCION Este estudio es el tercero de una serie que expresa los resultados de una investigación sobre las relaciones entre las organizaciones privadas sin fines de lucro y el Estado en la Argentina1. Presentamos aquí, en primer lugar, algo así como un “estado del arte” de los principales temas en el debate académico internacional acerca de las vinculaciones entre las organizaciones voluntarias y el Estado. Como se podrá apreciar, el cuándo, el porqué y el cómo de estas relaciones tiene que ver directamente con el carácter del Estado y su relación con la sociedad, en distintos momentos históricos y de acuerdo a diferentes tradiciones políticas. Teniendo en cuenta esta variedad de factores, es necesario mencionar que con la denominación "oganizaciones privadas sin fines de lucro" -de aquí en adelante OPFSLse intenta aprehender la totalidad del heterogéneo mundo de las instituciones de la sociedad civil, es decir, el denominado "tercer sector". La problemática de las definiciones es amplia y ha sido tratada específicamente en uno de los documentos anteriores (Thompson, 1995 bis). Sin embargo, es quizás necesario aclarar que si bien "organizaciones no gubernamentales" u ONGs es el término con que estas instituciones han aparecido en el espacio público -al menos en el caso de Argentina-, estrictamente hablando las así denominadas son sólo una parte del conjunto de las OPFSL, caracterizadas por varios rasgos específicos -como por ejemplo, el trabajar con poblaciones de sectores populares desde una perspectiva de desarrollo y no de asistencia, o el estar vinculadas a la cooperación internacional. Además, desde el debate académico, se señala que el término ONG adolece del defecto de definir estas instituciones sólo negativamente, y sólo en función de las actividades que no corresponden al Estado. Se olvidaría así de la relación con el otro integrante del "modelo trinitario" (Wolfe, 1992): el mercado. Existen una variedad de razones aquí en Argentina que justifican el peso que en el espacio público ha adquirido el término ONG. Estas razones hacen a la cultura política, al papel particular de estas instituciones en momentos históricos específicos, al tipo de valores que guían la acción pública, a la mirada de los propios actores sobre su accionar, y a la mirada de los otros actores implicados. También existen transformaciones recientes, a nivel político y económico, que señalan resquebrajamientos en este modo de aprehender las iniciativas de la sociedad civil. 1 Los documentos anteriores comprenden una investigación de la manera en que históricamente se ha ido conformando un "tercer sector" -es decir, las organizaciones de la sociedad civil como conjunto- en la Argentina; y un estudio que intenta analizar principalmente de manera cuantitativa las características de ese "tercer sector" hoy. Ver Thompson (1995). 5 Todas estas cuestiones son tema de la segunda parte del trabajo. Allí comenzamos preguntándonos por la evaluación que las propias organizaciones y el Estado -como el otro implicado principal- hacen del "fenómeno ONG", y concluimos con una reseña de las transformaciones políticas, económicas y culturales que señalan una ampliación del universo de las estrictamente ONGs para dar lugar público a otras instituciones. En tercer lugar, y siguiendo con el "caso argentino", pasamos revista a los principales programas del gobierno nacional que tienen, en alguna medida, una participación de organizaciones de la sociedad civil en alguna de sus fases de implementación. Aquí se refleja en casos concretos parte de la problemática anterior. Un resumen de las características de estos programas y de las modalidades de intervención de las organizaciones se puede encontrar en los cuadros que se adjuntan al final del documento. Por último, intentamos una mirada más focalizada con un estudio de caso en profundidad: la Mesa de Concertación de Políticas Sociales desarrollada en la Provincia de Córdoba. Esta es una experiencia en la que la relación entre las OPFSL y el Estado se ha concretado en un espacio institucional, a partir de problemas relacionados con el hábitat. 6 I. LAS ORGANIZACIONES PRIVADAS SIN FINES DE LUCRO Y EL ESTADO: las cuestiones en debate A partir de la década del 70, bajo el contexto de la crisis del Estado de bienestar, el rol de las instituciones de la sociedad civil comenzó a ser objeto de interés público en los países desarrollados. Ante los problemas planteados por el crecimiento y la burocratización del aparato estatal en función de hacer frente a la provisión de servicios sociales, las OPFSL se presentaron como una alternativa a tener en cuenta. Una mirada retrospectiva que rescate a la sociedad civil en su rol de "tercera 2 parte" junto al Estado y al mercado, revela desde principios de siglo sucesivas apariciones -y desapariciones- de las OPSFL como objeto de debate. A primera vista, estas entradas y salidas de la escena llevan a preguntarse por la relación que las OPSFL mantienen con el Estado. En efecto, pareciera ser que la expansión y la contracción de la responsabilidades gubernamentales es uno de los factores de mayor impacto en las actividades sin fines de lucro: las OPSFL se desarrollarían entonces mientras el Estado no se ocupa o cuando se retira de la provisión de determinados servicios sociales. Además, en los llamados países en vías de desarrollo, donde junto a los problemas del Estado para la provisión de servicios se vió también cuestionada su legitimidad política debido a la sucesión de gobiernos autoritarios, las OPSFL llamaron la atención por su convocatoria a (y su práctica de) resguardar los derechos civiles, políticos y humanos elementales. Siguiendo esta hipótesis, el relevo por parte de las OPSFL en las áreas de las cuales lo que fue el Estado de bienestar comienza a retirarse -incluyendo el monopolio por el resguardo del bien común-, se presenta como una alternativa coherente con lo que históricamente vino sucediendo. Ahora bien, existen varios modos de mirar la relación OPSFL-Estado. Salamon (1987) señala una deficiencia en estas miradas, que agruparía a la hipótesis mencionada con otras, con las que compartiría la característica de no considerar en toda su magnitud la posible interacción y cooperación entre el Estado y las OPSFL, reemplazándola en cambio por una relación de mera sustitución. Según este autor -ocupándose específicamente del caso norteamericano- tanto el modo de considerar al Estado de bienestar como las teorías que se ocupan de las OPSFL, incurren en esta deficiencia. Con respecto al Estado de bienestar, éste es tradicionalmente considerado como un aparato burocrático y extendido a expensas de otras instituciones sociales. Las OPSFL, por su lado, son vistas como resultado del 2 Desde la perspectiva del desarrollo, Alan Wolfe destaca la importancia y la especificidad de la sociedad civil como parte integrante de un "modelo trinitario", junto al Estado y al mercado. Ver Wolfe (1992) 7 fracaso del mercado o del Estado en la provisión de "bienes públicos" 3 , y se las considera entonces como un alternativa totalmente diferente y mejor, que no necesitaría de los aportes de ninguno de los otros dos sectores. El error que señala Salamon en estas aproximaciones es la no diferenciación entre el rol del Estado como proveedor de fondos, y el rol de las OPSFL como proveedoras de servicios. Un análisis empírico de los fondos aportados por el Estado a las OPSFL en los Estados Unidos revela continuos e importantes aportes gubernamentales -que llegan a ser mayores que la totalidad aportada por otras fuentes de recursos posibles- a cambio del accionar de las OPSFL en áreas como servicio social y actividades de promoción y desarrollo, aún durante la expansión del Estado benefactor. Salamon propone entonces un modelo diferente para analizar la manera en que el Estado de bienestar se dio en Norteamérica, al que denomina "third party government". Este modelo incluye el uso de OPSFL -y también de instituciones no federales- para cumplir propósitos gubernamentales. Se cerraría así el conflicto existente en el pensamiento político norteamericano entre el deseo por los servicios públicos y la hostilidad hacia la provisión de ellos por parte del aparato estatal. 1. Relación OPSFL-Estado: una tipología La observación de Salamon abre nuevas posibilidades para el análisis de las relaciones entre el Estado y las OPSFL. Esto se refleja en la literatura internacional, donde la alternativa de la cooperación es una de las protagonistas. Por otro lado, también se revela la importancia de las situaciones particulares de cada país, en tanto es de acuerdo a cómo se han desarrollado históricamente los tres integrantes del "modelo trinitario" -Estado, mercado, sociedad civil- que se planteará la relación existente entre el Estado y las OPSFL. En este sentido, Wolfe (1989) distingue tres tipos de relaciones entre las OPSFL y el Estado bajo su forma de bienestar. El primero, cuyo ejemplo típico son los Estado Unidos, es denominado "market driven" ("conducido por el mercado"). Como anteriormente se señalaba desde Salamon, aquí las OPSFL juegan un rol central dentro del Estado de bienestar, del cual reciben fondos para proveer servicios. Wolfe remarca sin embargo la independencia de estas organizaciones, y su búsqueda de otras fuentes de recursos, como donaciones, cuotas de membresía y campañas de recolección de fondos. 3 Se denominan "bienes públicos" a aquellos que una vez producidos pueden ser disfrutados por cualquiera, haya o no pagado por ellos -por ejemplo, el cuidado del medio ambiente-. Las OPFSL jugarían el rol de proveer aquellos que el Estado no provee por no ser demandados por la mayoría de la población. Ver Hansmann (1987). 8 El segundo modelo estaría representado por los Países Bajos, y es denominado "corporativo". En este caso, existe un importante número de OPSFL casi completamente financiadas por el gobierno central, que trabajan junto al Estado en la implementación de políticas públicas. El tercero estaría ilustrado principalmente por el caso de Suecia, y es denominado "state-driven" ("conducido por el Estado"). Este modelo estaría caracterizado por el protagonismo del Estado, quien toma totalmente a su cargo el rol de proveedor de servicios sociales. Las escasas OPSFL sólo cumplen la función de identificar necesidades. Por su lado, Seibel (1990) propone otro esquema para caracterizar las relaciones entre las OPSFL y el Estado, advirtiendo en primer lugar la necesidad de no entender ambos términos como compartimientos estancos, conteniendo instituciones con un comportamiento ya dado -por ejemplo, mayor o menor competencia-. Los ejes que este autor señala son: a) los diferentes grados de autonomía estatal; b) los diferentes tipos de actores dominantes, ubicados en un continuo que va desde un radio de acción local a uno nacional; c) los diferentes estilos de interacción entre esos actores, en un continuo que va desde un comportamiento competitivo a uno no competitivo. Seibel analiza con este esquema los casos de Alemania Occidental y Francia, demostrando que si bien poseen en común una fuerte presencia de las OPSFL en servicios sociales y de salud, las particularidades históricas de cada país han delineado diferentes tipos de relaciones con el Estado. Mientras en Francia la autonomía estatal es marcada, y las OPSFL son llevadas adelante principalmente por actores locales, con un fuerte arraigo nacional, en Alemania la autonomía del Estado es débil, y predominan las asociaciones grandes y los partidos políticos, con un radio de acción nacional. Por último, en referencia al tipo de interacción con el Estado, en Francia está caracterizada por una leve competitividad mutua, y en Alemania por la no competencia y la concertación. 2. Los ejes de análisis Estos diferentes modelos y situaciones nacionales permiten plantear varias preguntas y definir algunos ejes con los cuales abordar la problemática de la relación entre el Estado y las OPSFL. En primer lugar, es necesario replantear las clásicas polarizaciones entre acción privada-acción estatal y asistencialismo-ciudadanía, que tienen su origen en la década de los 70. La crisis del Estado de bienestar, sumada al redescubrimiento del accionar de la "gente" y del desarrollo desde las bases, colaboraron en la construcción de una visión antagónica por la cual se enfatizaban las ventajas de las OPSFL -más precisamente las ONGs-, encontrando por cada una de sus buenas cualidades un equivalente negativo expresado en el Estado. 9 Esta versión liberal, con la puesta en primer plano de la libertad de los individuos para hacerse cargo de sus problemas, se enfrenta sin embargo a una situación más compleja. Como señala Kramer (1992) para el caso de Inglaterra, el crecimiento y la revalorización del tercer sector se dio en un contexto de emergencia de un nuevo paradigma conservador -identificado con un revival del liberalismo del siglo XIX- que reemplazó la provisión colectiva de servicios por un énfasis mayor en los mecanismos de mercado, la responsabilidad individual y familiar, el voluntariado y la caridad. Así, la solución no política del problema de los derechos sociales -al dejarlos en manos de la caridad privada- se revela también como un aspecto importante de la participación voluntaria de los ciudadanos. Dos evidencias históricas -que sin duda necesitan de una mayor investigación empírica, acorde a las diferentes realidades nacionales- conducirían a replantear estas interpretaciones. Por un lado, lo que Salamon (1993) denomina la "mítica edad de oro de la pureza del sector voluntario", en el que éste se habría desarrollado en forma totalmente independiente del Estado. En este sentido, Salamon señala la existencia de datos empíricos que demuestran un extenso aporte gubernamental, indebidamente apreciado por deficiencias en las teorías con que se analizaban estos temas. Por otro lado, la crítica al modelo de "gobierno dominante" para aprehender al Estado de bienestar, también señalada por Salamon, que resalta en cambio la continuidad y efectividad de la acción del tercer sector, no suficientemente considerado por estar fuera de las preocupaciones de la ciencia social en esos momentos. En este punto, Landim (1993) remarca la necesidad de investigar las especificidades nacionales, a partir de constatar características del Estado brasilero que dificultarían una fácil impugnación del modelo de "gobierno dominante". La oposición entonces entre la iniciativa privada y la iniciativa estatal busca resolverse actualmente en un modelo de cooperación, en el que la evaluación en términos de eficiencia y mejor "llegada" de los servicios intenta ser más importante que el recorte presupuestario estatal. Si bien es necesaria la investigación empírica de acuerdo a las diferentes realidades nacionales, una distinción a tener en cuenta en este modelo es la señalada por Salamon, entre el rol del Estado como proveedor de fondos y el rol de las OPSFL como proveedoras de servicios. Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con las expectativas que genera el resurgimiento de la sociedad civil a través de las OPSFL. Como señala Badelt (1992) para el caso de Austria, al estar considerados los servicios sociales como un compromiso con el que no debe lucrarse, a partir de la crisis del Estado de bienestar y de la focalización en las OPSFL como reemplazantes, se espera de ellas demasiadas cosas: que reduzcan los gastos públicos, produciendo servicios a costo más bajo; que por su mera existencia se reduzcan las demandas de servicios gubernamentales en determinadas áreas; que sean innovadoras en la búsqueda de respuestas y servicios para satisfacer nuevas necesidades, o aquellas inadecuadamente cubiertas por las reparticiones públicas. 10 En este sentido, Wolfe (1992) advierte que el redescubrimiento de la sociedad civil es una alternativa que más que resolver problemas, agrega nuevas perspectivas. El deseo de que las OPSFL ocupen el lugar de "panacea universal" hace que se pasen por alto sus debilidades: si bien la revalorización de las capacidades locales puede ser una iniciativa fructífera, no hay que dejar de tener en cuenta la realidad de sus posibilidades frente organizaciones nacionales -o internacionales- como el Estado y el mercado. Además, si bien la focalización de las políticas sociales aparece como una alternativa más eficiente que la provisión de servicios universales, la ausencia de criterios de universalidad agrega una nota más de inequidad en la distribución del ingreso a través de la provisión de servicios. Por otro lado, Salamon (1993) descubre lo que denomina "mitos disfuncionales", esto es, una serie de creencias en torno a las OPSFL que les impedirían enfrentar eficazmente los desafíos actuales. Entre ellos, el "mito de la pura virtud" impediría ver que a pesar de su flexibilidad siguen siendo organizaciones, y como tales conllevan problemas de burocratización, rutinización y falta de coordinación ; que a pesar de su autonomía muchas veces sirven de vehículo para extender la influencia de líderes políticos, o de medio para "justificar la acumulación de riqueza y de poder, y la perpetuación de las desigualdades sociales". Por otro lado, el "mito del voluntariado", es decir la creencia en que se basan exclusivamente en acción voluntaria y aportes filantrópicos privados es el que las colocaría como alternativas excluyentes frente al Estado. Desmitificando tanto las posibilidades de las OPSFL como las características del Estado de bienestar, es posible una aproximación diferente a las relaciones que ambos mantienen. En este sentido, Kramer (1990), en un estudio comparativo entre Inglaterra, los Países Bajos e Italia, observa dificultades similares en la provisión de servicios, a pesar de que estos países poseen una división de responsabilidades entre el Estado y las OPSFL muy diferentes. Esto lo lleva a la conclusión de que observar la propiedad legal de una organización no es tan importante como observar lo que denomina "variables organizacionales" -tamaño, estructura, grado de formalidad, tipo de personal, etc-. Así, a la hora de investigar los respectivos papeles del Estado y las OPSFL, observar "el cómo parece ser más importante que el quién provee un servicio". En esta línea, la falta de datos empíricos es una constante que la mayoría de los autores señalan. No es posible avanzar teóricamente en estos temas, sin identificar concretamente las tendencias, modelos y consecuencias que el uso de las OPSFL, como proveedoras privadas de servicios públicos, genera en diferentes países. En la tercera sección de este trabajo intentamos avanzar en este sentido. Para esto, es necesario tener en cuenta variables como la calidad, el costo y el público al que estos servicios llegan. También es necesario profundizar en los datos sobre el flujo de fondos del Estado a las OPSFL, las modalidades en que llegan y la importancia de otras posibles fuentes de recursos. Otras variables señaladas por la mayoría de los autores son las diferencias regionales -sobre todo en países con una estructura no demasiado centralizada- y las diferencias por áreas, en tanto existirían algunos tipos de servicios que el Estado tradicionalmente habría tendido a delegar en las OPSFL. 11 II. LAS ORGANIZACIONES PRIVADAS SIN FINES DE LUCRO Y EL ESTADO EN ARGENTINA: una mirada desde los actores4 Una manera posible de abordar la relación entre las OPFSL y el Estado, en el caso de Argentina, es la de observar cómo actores implicados de distinta manera en el "fenómeno ONG" realizan una evaluación y construyen una imagen sobre el papel de estas instituciones en el contexto actual y en un futuro desenvolvimiento. Si bien se han considerado organizaciones de distintos estilos, se tomó como eje central de la reflexión a aquellas que realizan trabajos de desarrollo social, por entender que son las de mayor importancia político cultural en las dos últimas décadas.5 Para esto se han realizado entrevistas a dirigentes de distinto tipo de instituciones, y a funcionarios del Estado que hayan entablado relaciones con este universo, o que por el lugar en que se desempeñan estén potencialmente en condiciones de generar algún tipo de relación6. Se intenta dar cuenta, entre otras cosas, de si existen visiones distintas de acuerdo a las posiciones que ocupan las diferentes organizaciones en el heterogéneo espacio dentro del cual desarrollan sus actividades. La mirada desde el Estado es tomada en cuenta como un punto aparte, en tanto interesa conocer, en este contexto de deserción estatal de distintas áreas, si la posibilidad de pensar movimientos alternativos al Estado de Bienestar incluye el universo que nos ocupa. 1. Lugares y palabras Es verdad que los intentos -sobre todo los realizados por los propios actores- para delinear los límites del mundo de las ONGs no necesariamente resultan en la 4 Se agradece de manera primordial el aporte de Lucas Rubinich para el desarrollo de esta sección. 5.Muchas de las OPFSL ocupadas en cuestiones que podrían englobarse bajo el ítem desarrollo social, reúnen las características para conformar el tipo ideal de institución a la que se refieren los organismos internacionales cuando hablan de ONG . Por las siguientes razones: a)Trabajan con poblaciones de sectores populares; b) Poseen una mínima organización burocrática y un equipo profesional que oferta un servicio; c)Están vinculadas a la cooperación intenacional; d) Tienen permanencia en el tiempo; e) Fundamentalmente, son instituciones productivas socialmente y por lo tanto navegan en mares contemporáneos con ventajas y desventajas. En este caso, esta situación las hace sensibles a los cambios político-culturales habidos en las tres últimas décadas. 6 Se entrevistó principalmente a miembros de ONGs de desarrollo social, pero también para dar cuenta de la heterogeneidad del conjunto de las OPFSL, a grupos tradicionales ligados a la iglesia, a ambientalistas, a grupos libertarios que plantean una oposición fuerte al estado y al mercado. Por otro lado se tuvo en cuenta la opinión de funcionarios del estado relacionados con el mundo de las ONGs. Se mantuvo el compromiso de anonimato en todos los casos para implementar un tratamiento igualitario ya que algunos de los entrevistados solicitaron esa condición para charlar libremente. 12 construcción de los mismos mapas. Desde una perspectiva analítica esto no sería una dificultad para construir un objeto (el mundo de las ONGs), ya que independientemente de la opinión de los actores, se puede entender que forman parte de un objeto teórico común. En las últimas décadas la revalorización de la democracia y la sociedad civil como elemento fundamental de ese sistema, han posibilitado lo que aquí denominamos "fenómeno ONG": esto es, la recuperación de un tipo de organismos sin fines de lucro que desarrollan distintos tipos de tareas dirigidas a la comunidad. Este clima permitió que organizaciones de vieja data adoptaran la denominación corriente y que surgieran nuevas que apuntan a diversos temas. De hecho, tanto en el ámbito internacional como en el nacional hay un “mundo de las ONGs” que parece extenderse cada vez más, excediendo su estricta definición e incorporando actores que unas décadas atrás no se hubieran percibido compartiendo un mismo espacio. No obstante, más allá de estas cuestiones, para las intenciones de este abordaje a la relación Estado-OPFSL el aspecto subjetivo de los entrevistados es algo que se tomará especialmente en cuenta, asociándolo a su posición dentro del mundo de las instituciones de la sociedad civil. Las respuestas de los actores están, por supuesto, condicionadas por una experiencia, por una manera de pensar el mundo; por un hacer y por un creer. Y esas experiencias y creencias en un espacio heterogéneo como el del "tercer sector" pueden resultar marcadamente diferentes. Para decirlo de otro modo, se han tomado las respuestas que permiten estas notas como producidas en un espacio particular, en el que intervienen diversos actores cortados por distintas preocupaciones temáticas y que se reconocen en diversas tradiciones.En ese espacio hay interrelaciones, directas o indirectas, y en los grupos más acotados existe, más visiblemente que en los espacios mayores, competencia -por prestigio, por recursos. Entonces, para pensar el universo de las ONGs se hace necesario tomar en cuenta no sólo las instituciones definidas como tales, sino también los sectores de la sociedad civil a los que se dirige su accionar, las diversas instituciones financiadoras ( y este punto comprende a actores tan diferentes como la cooperación internacional, fundaciones financiadoras locales, empresas y el Estado), y otro tipo de organismos con los que puedan encarar acciones en común (organismos del Estado por ejemplo).7 7 En este caso se piensa el espacio de las ONGs de acuerdo a la teoría de los campos del sociólogo Pierre Bourdieu. El concepto de campo presenta una filiación estructuralista y recorta un espacio social relativamente autónomo en donde se reconoce una estructura determinada, donde los actores que la integran se mueven de acuerdo a una lógica específica. El campo incluye entonces productos (o servicios), instituciones y un conjunto de agentes relacionados de distinta manera con la actividad. Es probable que lo heterogéneo del espacio, e inclusive su reconocimiento reciente bajo una misma denominación, no haga del todo fácil la construcción de este ámbito como un campo a la manera de Bourdieu. Sin embargo, el concepto sirve para un acercamiento. 13 Una regla básica en la investigación en ciencias sociales cuando se trabaja con testimonios es no acatar ingenuamente el significado dictado por el sentido común y reproducirlo en tanto “verdadero”. Se pueden aceptar los testimonios más inverosímiles, pero a condición de formularle una pregunta, de tomar en cuenta las condiciones de producción de ese testimonio. En este marco se construyen estas notas. 2. Las ONGs bajo la mirada del Estado Como ha sido reseñado en la primera parte, la existencia de correlaciones entre movimientos desde el Estado y movimientos desde el tercer sector puede ser corroborada por distintos casos nacionales. La experiencia internacional muestra que tanto la retracción del Estado como su expansión produce impactos en las ONGs. Sin embargo esta situación no necesariamente supone relaciones cooperativas, por lo menos en las dos últimas décadas en Argentina. Por el contrario, puede verse la existencia de ciertas ONGs que se constituyeron en momentos de la historia reciente, como defensores de derechos civiles políticos y humanos “contra” el Estado . La relación con el Estado por parte de grandes franjas del universo de las ONGs, sobre todo en el caso de los organismos de derechos humanos en el período de dictadura militar, fue entonces una relación de confrontación. Comenzada la transición democrática, la posibilidad de acercamiento estaba presente, pero no pasó de casos puntuales. En este momento de retracción del Estado, la posibilidad de que ONGs con experiencia participen complementariamente de programas en los que intervenga el Estado es potencialmente realizable. ¿Cuáles son los límites que desde el Estado existen a la implementación de programas que supongan una cooperación con las ONGs? ¿Los funcionarios del Estado, principalmente de las áreas sociales, cuentan a las ONGs como un interlocutor y un probable colaborador? ¿Son capaces de delegar actividades en organismos que solo cuenten como respaldo su experiencia y su capacidad técnica? De las entrevistas se desprenden varias cuestiones relativas a la desconfianza de los funcionarios frente a este fenómeno. Independientemente de que los entrevistados hayan aclarado que hay organismos que trabajan más con ONGs -como la Secretaría del Menor y la Familia-, en todos los casos se reconoce que no es una relación fácil de construir, aunque se le vean buenas posibilidades futuras. Por varios motivos, el primero y más “cultural”, fué mencionado por uno de los entrevistados con jerarquía técnica: “¿Cómo se convence a los funcionarios provenientes del partido gobernante, de la experiencia más política, de entregar fondos a organizaciones que tienen una relativa autonomía en términos técnicos y que pueden tener una total autonomía en términos políticos? Justamente en problemas como los de la política social que tradicionalmente en nuestro país, y en muchos otros, son pilares de la práctica política. Yo no digo que la relación no sea posible, digo que hay desconfianzas y la principal es la que mencioné antes...” 14 Esta limitación se ha podido superar (en otros momentos históricos hay casos relevantes) cuando la ONG se transforma en una herramienta más del partido político. Hay experiencias de colaboración estrecha en la actualidad en distintos partidos del Gran Buenos Aires, en las que las ONGs resultan en implementadoras directas y en algunos casos diseñadoras de programas, realizados con fondos del Estado municipal o provincial. En este caso la desconfianza se disuelve porque la ONG puede ser producto de un sector del partido político, y la relación del Estado con la ONG se vuelve una relación entre los dirigentes y sus instituciones de base. Sin embargo, este compromiso político no diluye en la organización su carácter formal de ONG, y tampoco es posible suponer a priori un buen o mal desempeño. Simplemente, las advertencias del funcionario técnico de un área nacional de Acción Social son atendibles: ¿ es posible que algunos programas de vivienda, o que brindan otro tipo de servicios sociales, sean encargados a ONGs que con capacidad técnica no tengan una confraternidad política con la administración del Estado que regentea el programa? El mismo funcionario intentaba una respuesta: “Es probable, pero no como una ONG aislada que va a golpear las puertas del municipio. Puede ocurrir de otra manera si un conjunto de ONGs agrupadas, con fuerza política( en un sentido amplio) se proponen luchar por ese espacio. Eso les posibilitaría además desactivar otras desconfianzas”. Si por un lado apareció el impedimento citado anteriormente, existen además otros de carácter más objetivo. La mención del primero solo fué hecha por funcionarios técnicos del Estado sin relación con el partido de gobierno. El otro tipo de obstáculos fué reconocido en todos los niveles: la posibilidad de brindar servicios eficientes , de poseer capacidad técnica, de poder garantizar la permanencia en el tiempo y de poseer recursos que permitan administrar fondos son elementos básicos con los que deben contar las organizaciones para entablar una relación con el Estado de cooperación, de complementariedad, de delegación, etc. Un alto funcionario político del área social decía al respecto: ...”es necesario un sistema de ONGs sólido. Adonde voy yo me reúno con las organizaciones de la comunidad que haya. Creo que el sistema de ONGs tiene que transformarse cualitativamente de manera muy fuerte. Yo le exijo a la ONG el mismo criterio de eficiencia que le exijo a cualquiera, no por el sólo hecho de ser ONG tiene derecho a recibir el auxilio del Estado. Tiene que tener capacidad de supervivencia, de multiplicarse , de capacitarse...” En el conjunto de las entrevistas con funcionarios de distintos niveles del área social del Estado nacional aparece básicamente desconfianza en cuanto a la posibilidad de encontrar en el otro a un actor permanente, a menos que sea uno de los casos de las grandes ONGs, o que siendo una organización pequeña sea el apéndice de un grupo partidario o de un estado municipal . También se reconoce la falta de experiencia reciente para implementar este tipo de programas. El funcionario entrevistado con rango 15 de secretario reconocía que en sus viajes había observado la actividad de ONGs tradicionales como INCUPO y FUNDAPAZ en su trabajo con la pobreza rural y es en ese área dónde creía encontrar los mejores resultados. Sin embargo, más allá de las respuestas a preguntas que ponen la cuestión ONG sobre la mesa, de hecho la relación con las ONGs en el caso de que existan, no presentan canales definidos. El primer punto en el acercamiento para un diálogo está dado. Es el de reconocer al otro como un interlocutor. Los pasos siguientes que implican precisar los papeles de cada actor y las características del vínculo están cubiertos de ambigüedad. Existen dos elementos interrelacionados que contribuyen a diseñar una imagen optimista a futuro en cuanto a esta relación: 1) el retiro del Estado y la necesidad de encontrar canales alternativos que le den mayor efectividad a los fondos destinados a políticas sociales, y 2) la creciente divulgación internacional del fenómeno del tercer sector desde distintas vertientes ideológicas, y fundamentalmente su incorporación en el discurso y en las sugerencias de organismos internacionales que directa o indirectamente tienen alguna influencia en el diseño general de programas de políticas sociales en Argentina. 3. El Estado bajo la mirada de las ONGs Para el mundo de las ONGs, la figura del Estado es un elemento problemático para pensar en acciones articuladas, pero para nada ausente en toda la historia de nuestra sociedad. Es verdad que por experiencias históricas y por tradiciones ideológicas el Estado presentaría aristas conflictivas para el multivariado mundo de las ONGs. La polarización asistencialismo-ciudadanía o acción privada-acción-estatal es un elemento importante que, por ejemplo en la cultura norteamericana, se ha resuelto resolviendo a la vez la contradicción entre el deseo por servicios públicos y la hostilidad hacia la provisión de ellos por parte del aparato estatal. El resultado es el papel de las ONGs como proveedoras de servicios, pero a la vez receptoras de fondos del Estado para realizarlos. Como se ocupan de señalar algunos trabajos (Thompson, 1995) esta modalidad tuvo presencia fuerte en la historia argentina en el caso de la beneficencia. Desde otra perspectiva ideológica, la relación de las ONGs con el Estado se puede entablar, no ya por la hostilidad a la provisión de servicios estatales, sino como un complemento a la acción del Estado. Este sería un Estado que revalorizaría el papel de asociaciones intermedias y que imaginaría una sociedad más que en función de individuos que se agrupan para reclamar, en función de grupos que “naturalmente” conforman una comunidad. Hay en esta perspectiva la atribución de un peso importante a la familia, la iglesia, las organizaciones comunitarias y los sindicatos. Aquí en Argentina la modernización de los años 60 afecta a esta mirada, incorporando técnicos de las nuevas disciplinas sociales que no abandonan la visión comunitarista. En el proceso de radicalización que se produce a fines de los 60 y a principios de los 70 este tipo de grupos que conservan una idea comunitarista tampoco abandonan la idea de relación 16 con el Estado, al que ven como la instancia fundamental para la implementación de políticas sociales. Las ONGs en todo caso son formadoras de cuadros técnicos y políticos, que ante una coincidencia con el gobierno pueden pasar a formar parte del Estado. Quizás el caso de los organismos de derechos humanos, u otros similares con historia de confrontación con el Estado autoritario, por la naturaleza de sus reclamos delinean una identidad que en principio mantiene al Estado como objeto de esos reclamos y aleja la posibilidad de considerarlo como socio. La perspectiva más autónoma y radicalizada de estos años en el mundo de las ONGs es la que reivindica, frente al Estado y al mercado, el poder de organización popular. No ya simplemente como complemento de la acción estatal, ni siquiera como una alternativa transitoria que posibilite la acumulación de experiencias para desembarcar en el Estado, sino como germen de una nueva sociedad; como alternativa global que posibilite pensar lo que algunos ideólogos de la cuestión han llamado “otro desarrollo”. Esta posibilidad está presente en algunas organizaciones con componentes libertarios como La Comunidad del Sur en Uruguay, o con menos desarrollo ideológico en algunos grupos ambientalistas. Más allá de la última perspectiva citada, se puede sostener que la posibilidad de pensar al Estado como interlocutor, como un socio para articular distintas formas de actividades conjuntas, no es un elemento extraño para el mundo de las ONGs. Quizás los límites en los últimos años estaban puestos más del lado del Estado que de las ONGs. Durante la gestión de Aguinis en la Secretaría de Cultura de Nación, durante el gobierno de la UCR, se realizó un encuentro nacional de ONGs. El gesto no fue más que un movimiento de buena voluntad del funcionario hacia el clima participacionista y de revalorización de la sociedad civil en abstracto que imperaba en ese momento. La impresión es que desde los organismos del Estado se ha leído en los informes de organismos internacionales acerca de un nuevo actor y , consecuente con eso, se lo convoca. Esta es por lo menos la impresión de algunos de los participantes en esa convocatoria. No obstante, hay un reconocimiento por parte de los dirigentes de distintas organizaciones de que el transcurrir de los años en democracia ha permitido imponer en el Estado la cuestión de las ONGs. “A nivel del Estado ahora se escucha más hablar de ONGs. Todos los meses llega una encuesta de registro que implementa un organismo del Estado. Todavía, sin embargo, entablar una relación, por ejemplo que implique obtener fondos, tiene un componente fuertemente político. La relación ONG-Estado está como una posibilidad en la medida que hay un reconocimiento. Pero en concreto lo que se experimenta es la relación ONG-gobierno... Y ahí la cuestión es más complicada...” La situación financiera de muchas ONGs que han sido abandonadas por sus tradicionales donadores, permite observar una preocupación para sostener algún tipo de convenios con el Estado. Según los entrevistados el problema parece derivar en un 17 encuentro ineludible motivado por dos elementos fundamentales: por un lado el deterioro de las fuentes tradicionales de financiamiento de las ONGs, y por otro la revalorización por parte del Estado del papel de este tipo de organismos. El Estado no es abandonado entonces como fuente potencial de fondos ni siquiera por las perspectivas más antiestatalistas, que deben hacer uso de un sano pragmatismo para lograr su sobrevivencia. En una reunión entre dirigentes vinculados a ONGs libertarias asistió alguien que llevaba a cabo un programa de recuperación de jóvenes delincuentes en Francia. Esta persona compartía plenamente la identidad ideológica del resto de los miembros del grupo formado ad hoc. Los que escuchaban acordaron en la forma de trabajo y en el medio original utilizado: un barco pesquero en el que los jóvenes trabajaban y aprendían el oficio. El resultado de recuperación cercano a un 96% generaba lógicas aprobaciones. El componente conflictivo se incorporó cuando el responsable del programa mencionó quién financiaba la actividad: el Estado francés. Los fundamentos de esa relación poco compatible ideológicamente estuvieron dados simplemente por el respeto a la plena autonomía del programa. Quizás la diferencia entre gobierno y Estado que mencionaba el dirigente entrevistado sea un elemento que, delimitado con claridad, permita relaciones más activas de grupos de la sociedad civil. 4. El papel de las ONGs El papel de las ONGs en el futuro aparece en los actores pertenecientes a este mundo de acuerdo a las posiciones que ocupen en él. En estas respuestas está presente de manera más fuerte que en otras el aspecto ideológico. Lo que se realiza es a la vez una evaluación de la trayectoria futura y una presentación de los objetivos ideales, una declaración de principios. Hay una tensión entre el diagnóstico y el deber ser. Así, este tipo de respuestas quizás nos digan más de la identidad de la ONG en la que participa el entrevistado que de su capacidad de análisis a futuro. Y esto para el objetivo de estas notas es suficiente. El papel de las ONGs como fomentadoras de la participación, como expresión de la fortaleza y vitalidad de la sociedad civil es en términos generales un elemento que aparece en todos los entrevistados. Por supuesto que además se atenúa este participacionismo abstracto reivindicando el papel técnico de la ONG, como lo que le permite resolver bien los problemas planteados, y diferenciándose así de un “simple asambleísmo barrial”. Un dirigente de una ONG con participación en distintos proyectos en barrios populares, y con una formación deudora de los programas de educación popular en los que intervino durante la dictadura, relataba los problemas de definir de manera reduccionsta el papel de las ONGs. “Nosotros siempre hemos rescatado la actividad participativa. No nos consideramos técnicos poseedores de un saber inviolable, entablamos un diálogo con la gente que posibilita una construcción compartida de las herramientas para resolver sus 18 problemas. Pero también es cierto que hay un saber técnico y que ese aspecto no se debe descuidar porque si no se desdibuja mi papel: ¿qué ofrezco yo en esta relación?... ¿nada más que una voluntad participativa?... En otros casos de organismos provenientes de esa misma tradición, pero quizás menos politizados, el papel en el futuro se piensa más en función de un diagnóstico realista del presente, el cual supone una trasformación de ciertos estilos de actividad, que de un deber ser ideológico Yo creo que en estos tiempos con lo que hay que insistir es con la profesionalización de las ONGs. No pueden ser manejadas simplemente con espíritu militante. Es necesario también competir en un mercado. No en “el”mercado, pero si en un mercado por la obtención de fondos escasos, y para competir es imprescindible contar con capacidad burocrática y técnica que permita brindar profesionalmente el servicio que queremos brindar... Las ONGs pueden contribuir a grandes temas. A delinear políticas públicas alternativas, por ejemplo. Pero para hacerlo deberán contar con una alta capacidad técnica. Si no, en el mejor de los casos pueden convertirse en un modesto engranaje que “alcance” a una población determinada, algo que esa población podría haber conseguido por sí sóla... En el caso de las ONGs ambientalistas surgidas al calor militante, más con el objetivo de “transmitir un mensaje” que de realizar acciones concretas, el papel en el futuro se ve un tanto confuso. La posibilidad de ejercer presión para el logro de objetivos específicos parece la imagen más definida. Probablemente esté relacionada con la experiencia. La denuncia de determinados hechos, la concientización de la ciudadanía frente a situaciones sobre las que se debe llamar la atención , pero a la vez la posibilidad de poder brindar servicios especializados El problema acerca del papel futuro de las ONGs es cómo mantener ciertos elementos de cuando esas organizaciones comenzaron y cómo disminuir los elementos negativos que aparecen con la necesidad de institucionalización. Cuando se institucionaliza el grupo tiene que mantener un nombre, una imagen, una continuidad. Así pierde la fuerza que tiene en sus primeros momentos y aparece la sensación de que se aleja de los objetivos iniciales. “Yo creo que las ONGs deben seguir siendo una voz de la sociedad civil, sin perder su especificidad, pero tampoco dejando de lado los objetivos trascendentes que le dieron origen. Si se transforma en una mera prestadora de servicios técnicos sin pautas claras, no sirve para cumplir su papel de voz de la sociedad civil.” En lo que respecta a la visión de funcionarios del Estado sobre esta cuestión, aparece en todos los casos la asignación de un papel complementario al del Estado. En 19 el mejor de los casos se las considera como instituciones que podrían dar cuenta con mayor dinamismo de políticas implementadas por el Estado en terreno, y también como interlocutores posibles en la construcción de programas específicos. La advertencia que apareció en todos los casos está relacionada con la necesidad de fortalecimiento de las ONGs para el desempeño de esos papeles. No podrían cumplir con este papel a menos que se hayan aggiornado técnica y administrativamente. Si bien en todos los entrevistados pertenecientes a ONGs se mantiene la preocupación por los objetivos ideológicos, es posible observar diferencias de acuerdo a los niveles de responsabilidad y a las características de la organización. Cuando el que responde es un dirigente de una asociación que agrupa a distintas ONGs, la necesidad de adaptación a los nuevos tiempos es más explícita. Sin abandonar principios globales relacionados con la solidaridad social, se puede pasar sin conflicto de construir centros comunitarios en barrios pobres a ofertar cursos de capacitación para la pequeña y mediana empresa. No ocurre lo mismo con las organizaciones más pequeñas y más ideologizadas. Es probable que la necesidad de sobrevivencia los lleve a explorar y a aceptar distintas fuentes de financiamiento, aún el Estado, pero bajo condiciones que preservan la autonomía y la identidad cultural del grupo. 5. La cooperación de las ONGs con otros actores sociales Existen relaciones para el desarrollo de proyectos específicos entre ONGs y otras instancias de la sociedad. Hay relaciones entre ONGs y sindicatos, entre ONGs y partidos políticos, entre ONGs y empresas. Y más allá de la existencia o no de ese tipo de relaciones, ¿cuál es la evaluación que los miembros de las ONGs hacen de esa posibilidad?. Entre los entrevistados no se relataron sino relaciones circunstanciales y todos coincidieron en que la posibilidad de hacerla efectiva estaba condicionada por el mantenimiento de la autonomía de la organización. En el caso del logro de objetivos particulares se mencionaron ejemplos de relación con partidos políticos, o más precisamente con legisladores a los que las organizaciones presentaron sus proyectos o de los que intentaron modificar proyectos presentados. Este es un papel ciudadano que no presenta objeciones en ninguno de los casos. Greenpace haciendo lobby en la Convención Constituyente para influir en las normas relativas al ambientalismo fue el ejemplo positivo de relación con el mundo de la política esgrimido por los ambientalistas. Los aspectos negativos de la relación con los partidos políticos estuvieron referidos a la crítica de las entidades “fantasmas”, en las que no quedan claras las delimitaciones entre la agrupación política y la ONG. Por lo menos dos de los entrevistados forman parte de ONGs que mantienen algún tipo de relación con partidos políticos, pero remarcaron que la identidad partidaria no es necesariamente contradictoria con el mantenimiento de la autonomía de la organización. 20 Nosotros tenemos una relación con un partido político y hemos realizado tareas conjuntas con dirigentes locales del partido en funciones municipales, pero existen objetivos y saberes específicos de la organización que en nuestra experiencia fueron los que permitieron contribuir a determinados proyectos. Sin esos saber específicos, sin esa experiencia como ONG, con la mera relación con el partido no se puede hacer nada. Nuestra relación además nos compromete a llevar a cabo proyectos exitosos que van a repercutir en nuestro prestigio e indirectamente en el del partido. Por otro lado hay una relación directa que es la de brindar asesoramiento a los compañeros que se dedican a la actividad política. En el caso de las empresas los entrevistados no relataron más que experiencias puntuales que consistieron en simple apoyo económico, y no en una situación de colaboración para el logro de un objetivo. Eventualmente ciertos ejes temáticos como el ambientalismo posibilitaron que empresas con productos “verdes” pusieran avisos en publicaciones de algunas ONGs ecologistas. Aunque no fueron entrevistados en este caso grandes ONGs ambientalistas, como Vida Silvestre, es probable que mantengan una relación más estable con el mundo de la empresa. No sólo financiando sus publicaciones, sino también sosteniendo algún tipo de programa. Con respecto a este último punto es conveniente mencionar que no existieron en la variedad de los actores entrevistados rechazos explícitos a entablar relaciones con el mundo de la empresa. Si se tiene en cuenta que una amplia franja del mundo de las ONGs, con variantes moderadas y radicales, se definen como una alternativa al Estado y al mercado se podría haber supuesto, sobre todo en algunas posiciones, una visión menos permisiva. 6. Notas finales La manera de pensarse a sí mismos de los actores implicados en el fenómeno ONG en la Argentina, está afectada por una serie de cambios de contexto relacionados con lo político y lo económico, pero pueden ser englobados fundamentalmente en la dimensión cultural, que incluye a las anteriores y presenta una entrada más productiva . La influencia más directa corresponde a una corriente internacional que revaloriza el papel de la sociedad civil, y en ella a las asociaciones sin fines de lucro. La caída del muro de Berlín produjo desacomodamientos en el tablero ideológico mundial y también, con todas las mediaciones del caso, conllevó a una reconstitución del mundo de las ONGs. Es en este marco que comienza a hablarse de la nueva filantropía. La franja más afectada por estos cambios, según se desprende de las entrevistas, son las ONGs para el desarrollo social. El término filantropía poseía hasta los primeros años del establecimiento democrático en Argentina una connotación peyorativa para el conjunto del pensamiento democrático progresista. Filantropía podía asociarse a asistencialismo oligárquico, a 21 damas de caridad. Aún el pensamiento cristiano, en el que la filantropía y la caridad pueden corresponderse con elementos centales de su corpus ideológico, había sufrido una profunda renovación en la década del 60. Precisamente el mundo de las ONGs cristianas en nuestro país, que tuvieron una participación importante en programas de desarrollo social, habían sido influenciadas por las conferencias de Puebla, de Medellín y por los movimientos dentro del seno de la iglesia latinoamericana de opción por los pobres, como los sacerdotes del tercer mundo. Todo esta serie de cambios culturales en el mundo cristiano latinoamericano tuvo influencias directas en las prácticas de organizaciones como las que nos ocupan. Esto se produjo en un contexto de revalorización de las bases y sus organizaciones, y de una fuerte crítica a formas de relación con los pobres basadas en la caridad y la filantropía. La revalorización de los pobres se daba en el marco del pensamiento cristiano, pero además aggiornado por revalorizaciones de la cultura de los sectores populares provenientes de la teología, la filosofía, la sociología , la antropología y la educación. El otro componente fue la incorporación de teóricos provenientes de las tradiciones socialistas. El resultado se traducía en una concepción de la cultura popular no ya como un páramo deprimente, sino creativa; en que lo sujetos populares no eran simplemente personas sin capital cultural, sino que se rescataban como sujetos inteligentes, capaces de resolver problemas, poseedores de una cultura propia que les permitía “leer” las otras culturas; en que las organizaciones populares no eran nidos de caudillos autoritarios, sino formas propias que los pueblos se daban para resolver los problemas cotidianos. La toma de conciencia de esas virtudes y el reconocimiento de la opresión, serían las principales herramientas que permitirían desembarazar a esas franjas de población de su situación de pobreza. En este caso cumplía un papel fundamental el militante, el técnico, el sacerdote, el educador, más que como portador de un saber técnico particular como generador de una relación dialógica que posibilitase el surgimiento de una nueva conciencia. Las ONGs no podían ser un grupo de técnicos que enseñaran destrezas ignoradas por el otro para favorecer el desarrollo, sino que se convertían también en parte igualmente implicada en ese juego de diálogo con otros sectores sociales. La capacidad potencial de los sectores populares y la revalorización de sus organizaciones se fundamentaba con el rescate del sociólogo y teórico socialista italiano Antonio Gramsci, con las lecturas de la experiencia educativa del pedagogo Paulo Freire y aún con replanteos dentro del mundo de las ciencias sociales. Orlando Fals Borda, por ejemplo, imaginaba una nueva forma de producción de conocimiento para las ciencias sociales: la investigación-acción de tipo participativo. En este caso el científico no se limitaba a producir un informe sobre la realidad analizada, sino que colaboraba en la generación colectiva de un nuevo tipo de conocimiento mediante la práctica conjunta con la población que debía resolver un problema. Las que habían sido ONGs cristianas u ONGs para el desarrollo, transformaban rápidamente su perfil de ayuda caritativa o su imagen tecnocrática por la participación necesariamente politizada. En algunos casos esto sucedía por la radicalización del pensamiento cristiano vía la teología de la liberación, y en otros por los reprocesamientos nacionales del socialismo. La inminencia 22 de la transformación social y el papel relevante en ella de las organizaciones ligadas a los sectores populares era incuestionable. Si hubo un marco cultural fuerte, en gran parte de las ONGs de tradición progresista, estuvo relacionado directa o indirectamente con esta experiencia. Posteriormente, en los momentos de represión hubo un repliegue y los grupos que continuaron trabajando no produjeron replanteos en su forma de trabajo, aunque atenuaron sus actividades. Con la revalorización de la democracia aparecen límites a las aspiraciones de poder del participacionismo, pero continúa una modalidad de trabajo heredera de los 60 y 70. La crítica a la caridad y la filantropía siguen en pie. A medida que comienzan los 90, el símbolo de la caída del muro como una especie de fin de siglo anticipado y la creciente presencia del pensamiento neoconservador van a producir una reorganización del campo de las ONGs. Los sectores populares, caracterizados como elemento resistente y como factor de cambio en el pensamiento radicalizado de los 70, iban a transformarse, en la visión individualista paradigmática de Hernando De Soto, en empresarios populares del libre mercado. La sigla ONG no nombra entonces ya sólo a esa franja acotada del progresismo, sino que se amplía a las tradicionales organizaciones sin fines de lucro y a las fundaciones. Nuevas reivindicaciones por temas específicos resultan además en el surgimiento de otras instituciones -de defensa de los derechos civiles, ambientalistasque crecen marcadamente desde el inicio de la democracia. Los actores que forman parte hoy de las ONGs para el desarrollo con poblaciones populares, y que provienen del tronco cultural mencionado, se encuentran en una situación de relativa perplejidad: hay una transformación en las fuentes de ayuda financiera, en el estilo tradicional de trabajo, se plantean nuevas formas de relación con el Estado; y esta situación se da en el marco de un replanteo más general de tipo ideológico-cultural. El universo antes cubierto por estas ONGs está conformado hoy también por formas residuales de asistencialismo oligárquico, por grupos de tipo parroquial con prácticas pre años 60, y por otro lado por organizaciones dinámicas que han absorbido el espírtu de la llamada nueva filantropía. La principal dificultad de estos grupos es que valores consolidados a través de los años han entrado en crisis abruptamente por causas que se podrían denominar exógenas. Por otro lado, tampoco se ha producido un proceso de autocrítica, de revisión o de recuperación crítica. La adaptación a nuevas situaciones quizás sea una de las capacidades con que organismos de este tipo cuentan como herramienta permanente. Lo efímero de algunos proyectos, el fracaso de otros, las readaptaciones constantes a una dinámica producto de la vida social que exije respuestas rápidas, son algunos de los ejemplos en los que se demuestra esta capacidad. No obstante, los cambios parciales cuando persisten los valores trascendentes que orientan la actividad y que producen una 23 cierta mística en los miembros del grupo, son de fácil superación. La dificultad más fuerte es cuando un clima general produce, más que un cambio, cierto resquebrajamiento de los valores propios del grupo, sin la posibilidad de que sean reprocesados. III. LA PARTICIPACION DE LAS OPFSL EN POLITICAS PUBLICAS: el caso argentino En la actualidad existen numerosas instancias de convergencia entre organismos del Estado y OPFSL en el diseño, implementación y evaluación de programas. A ello han contribuido factores endógenos y exógenos. Respecto a los primeros, el escenario de crisis social que ha sobrevenido con posterioridad de las reformas económicas y el retiro del Estado en diversas áreas, la descentralizacion de las políticas sociales, y la necesidad de atender en forma eficiente las diversas demandas sociales, han ido generando condiciones para que en distintas oficinas gubernamentales se instrumenten programas en los que se plantea la incorporación de organizaciones de la sociedad civil. Con respecto a los factores exógenos, la presencia de agencias multilaterales de crédito y organismos privados de cooperación al desarrollo han contribuido de manera muy marcada a acelerar y ampliar esta tendencia. En consecuencia, desde distintas áreas del sector público se trata de priorizar nuevas estrategias y mecanismos que permitan un mayor protagonismo de la comunidad en la ejecución de políticas sociales buscando incrementar la eficiencia de las inversiones. Debido a que la mayor parte de estas iniciativas son de reciente implementación queda abierto un interrogante sobre los resultados de la interacción Estado-OPFSL, en tanto existen por lo menos dos factores que dificultan la convergencia de esfuerzos. Por una parte, el sector constituido por las entidades no lucrativas presenta fuertes debilidades intrínsecas, y mira con desconfianza la convocatoria del Estado por temor a ser cooptado para las estrategias gubernamentales. Por otra parte, la credibilidad de la iniciativa estatal ante la sociedad civil se ve obstaculizada por el hecho de que las políticas sociales en Argentina han estado tradicionalmente teñidas por el clientelismo, la administración de favores con criterios electoralistas y cortoplacistas, y la escasa transparencia. En consecuencia, es en la medida en que estos nuevos programas representan una fuente de ingresos significativa para las organizaciones de la sociedad civil que el resultado de la convocatoria estatal es relevante. En esta sección se exponen los principales programas que desde el Gobierno Nacional están focalizados hacia los sectores de menores recursos, clasificados según su especificidad y el organismo público que comanda la iniciativa. La información fue relevada a través de entrevistas con los principales responsables de estos programas y documentación relativa a los mismos. En consecuencia, el informe recoge el enfoque y la evaluación que tienen diversas oficinas gubernamentales sobre esta problemática. En algunos casos no se realiza una apreciación sobre los resultados alcanzados en virtud 24 de que el área respectiva no cuenta con un balance de lo actuado o que, en otros casos, se trata de programas de reciente implementación. 1. Programas de estímulo a las actividades productivas La participación de OPFSL en políticas públicas del sector agropecuario desarrolla en el marco de dos programas: la Unidad de Planes y Proyectos Investigación y Extensión para Productores Minifundistas del Instituto Nacional Tecnología Agropecuaria; y el Programa Social Agropecuario de la Secretaría Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. se de de de Las funciones que asumen las OPFSL en estos contextos son diversas: asesoramiento en el diseño de planes, formulación de criterios de selección de proyectos, evaluación de proyectos, asistencia técnica y capacitación. Según el programa y la función que cumplan, las organizaciones reciben o no recursos estatales. 1.1. Unidad de Planes y Proyectos de Investigación y Extensión para Productores Minifundistas A partir del diagnóstico de que la pobreza rural en la Argentina está relacionada con la alta incidencia del minifundio en la estructura agraria (50% de las explotaciones agropecuarias de las economías regionales), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA- crea en 1987 la Unidad de Planes y Proyectos de Investigación y Extensión para Productores Minifundistas -de aquí en adelante Unidad. Dado que el minifundio tal como aparece no genera beneficios económicos a largo plazo, impidiendo la capitalización y el acceso a mejores condiciones de vida, con la Unidad se intenta propiciar y concertar acciones para mejorar los ingresos y calidad de vida del minifundista, apuntando a un desarrollo autosostenido que posibilite la capitalización. Con respecto a los recursos, el aporte más importante registrado últimamente provino de un convenio entre el INTA y el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación, por el cual, a través del Programa Federal de Solidaridad se le transfirió al primero una suma de $877.000 para implementar proyectos. La función específica de la Unidad es planificar y seguir los proyectos ejecutados por las distintas Unidades Operativas del INTA, distribuidas regionalmente. En esta tarea intervienen instituciones provinciales, nacionales, internacionales y organismos no gubernamentales vinculados a la promoción del sector. La intervención se realiza a través de un Consejo Asesor, que aporta lineamientos y metodologías a los centros regionales, al Consejo Directivo y a la Dirección Nacional del INTA. Este Consejo está integrado por representantes del gobierno nacional (de la 25 Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y del Ministerio de Salud y Acción Social); de organismos internacionales (Instituto Iberoamericano de Cooperación en Agricultura), por los representantes regionales del INTA, y por tres OPFSL: INCUPO (Instituto de Cultura Popular), INDES (Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana), y FUNDAPAZ (Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz). A esta función de asesoramiento y aporte metodológico, se les agrega a las OPFSL otra función: la participación en la formulación de proyectos para futuros beneficiarios, donde suman su aporte al de los representates regionales del INTA y de los dirigentes de base. Los proyectos están orientados a mejorar la productividad de los recursos del productor, por lo que sus contenidos implican la incorporación de tecnología. Se trata de tecnologías de implementación sencilla y bajos costos, apta para ocupar la mano de obra del núcleo familiar, que favorezca la diversificación productiva y que dé mayor valor agregado a los productos regionales. Las OPFSL implicadas en este proyecto comparten dos características: tienen una amplia trayectoria en el sector, con la consiguiente acumulación de recursos técnicos para la elaboración, evaluación y asesoramiento de programas globales; y han desarrollado siempre una intensa actividad regional a través de filiales en distintas áreas del país. Estos recursos son aprovechados por el plan de tres modos: La participación de las organizaciones en el Consejo Asesor, donde aportan líneas de trabajo interinstitucional y cooperativo a nivel regional, nacional e internacional; sugieren políticas para el sector; y realizan un seguimiento del programa tanto a nivel global como regional. La participación en los proyectos beneficiarios, tanto en el asesoramiento para su formulación o en la capacitación específica de productores. En este sentido, la estructura regional de las organizaciones es fundamental para acompañar en la ejecución del proyecto a las representaciones regionales del INTA, autoridades provinciales y municipales y organismos de base. El asesoramiento técnico y el desarrollo de líneas de investigación sobre temas específicos. El objetivo enunciado por el INTA de basar el mejoramiento de la producción a través de la incorporación de tecnologías apropiadas sólo es viable a través de la investigación de qué significa esto en los casos regionales y en las temáticas específicas. Es por ello que el INTA realiza contratos para la investigación y capacitación de funcionarios en cuestiones que aparecen como fundamentales durante el desarrollo del programa. Un ejemplo de esto es el contrato realizado con INDES para la investigación y capacitación en agricultura orgánica y eco-agricultura. Esta es la única función de las que asumen las OPFSL 26 en las que reciben recursos, a través de contratos específicos entre las instituciones. En el asesoramiento para la formulación de proyectos, la investigación y la capacitación participan más de 60 técnicos de las OPFSL. En palabras del INTA, se trata de lograr acuerdos interinstitucionales que permitan realizar proyectos de experimentación, desarrollo y transferencia de tecnología para minifundios. Esto implica la generación de un sistema de información a nivel nacional e internacional sobre las tecnologías disponibles, su adaptación a través de grupos de productores, la identificación de alternativas de mejoramiento de la producción, comercialización e industrialización, como así también al nivel de las condiciones de vida y la organización de los productores. Los proyectos realizados apuntaron a la satisfacción de tres objetivos fundamentales: asegurar el autoconsumo, estimular cultivos comerciales y estimular la diversificación productiva. En este sentido, por ejemplo, el uso de ciertas variedades de maíz en Chaco, Formosa y Corrientes, permitió cubrir las necesidades de las familias, la alimentación de animales de granja y de trabajo, y comenzar la venta de excedentes. Esto también implica un avance en la organización de los productores y en la incorporación de tecnología, resultando concretamente en Formosa en la adquisición conjunta de los productores de un molino desgranador. Con respecto a resultados generales puede señalarse que existen actualmente más de 8.000 productores organizados en 250 grupos, cooperativas y asociaciones que impulsan proyectos. Puede decirse también que se reforzó la autogestión en aspectos productivos, de comercialización y de procesamiento agroindustrial de la producción. Asimismo, ha habido una mejora en la capacidad de gestionar proyectos crediticios, en particular los referidos al Banco Interamericano de Desarrollo (BID)8. 1.2. El Programa Social Agropecuario 8 Un ejemplo de ello es el Programa para el Financiamiento de Pequeños Proyectos (FPP) del BID, el cual tiene como objetivo mejorar el bienestar económico y nivel de vida de los beneficiarios de bajos ingresos (microempresarios, pequeños agricultores, juventudes rurales y mujeres implicadas en microempresas familiares). Los proyectos deben combinar crédito, asistencia técnica y capacitación. En este marco, se ofrecen préstamos para financiar hasta $500.000 a instituciones crediticias intermediarias. También hay cooperación técnica para el desarrollo de la capacidad administrativa de los intermediarios; y asistencia general y técnica a los beneficiarios finales, que se financia generalmente por medio de donaciones no reembolsables. La participación de las OPFSL se plantea, en este caso, en tres niveles: a) participan en un consejo asesor; b) están autorizadas por el programa a funcionar como intermediarios del crédito; y c) están capacitadas para ser contratadas en lo que hace a asistencia técnica y capacitación de intermediarios y beneficiarios finales. 27 El Programa Social Agropecuario -de aquí en adelante PSA- fue puesto en marcha durante el año 1993 y se desarrolla en el ámbito de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Está concebido como un mecanismo para enfrentar en forma sistemática el problema de la pobreza rural. La participación de organizaciones de la sociedad civil es más importante que en el programa descripto anteriormente. El PSA tiene como beneficiarios a los productores minifundistas ubicados en todo el territorio nacional, entendiendo por tales a aquellos cuya principal fuente de ingresos proviene del trabajo directo (personal y familiar) en la explotación agropecuaria, disponen de escaso capital, poca superficie de tierra o tierras marginales, no contratan trabajo asalariado en forma permanente y no tienen otras fuentes de ingresos. Las limitaciones que afectan a los minifundistas y que se pretende sean superadas a través de este programa son: la superficie reducida y el deterioro del recurso natural, el monocultivo, los bajos precios de los productos, la falta de acceso al crédito, la debilidad organizativa y de gestión empresarial, la falta de asistencia en materia de técnicas productivas y de comercialización. El objetivo general de la política de desarrollo rural está encaminado a incrementar los ingresos de los productores minifundistas y a promover su participación organizada en las decisiones de políticas, programas y proyectos. A tal fin, las estrategias son diferentes, dependiendo del tipo de productor y de las condiciones climáticas y de mercado que afectan a sus productos. El PSA se propone por un lado la reconversión productiva hacia alternativas con posibilidades en los mercados, y la intensificación y diversificación de la producción. Por otro lado, la generación de nuevos emprendimientos productivos asociativos como agroindustrias, servicios a la producción agropecuaria y el reforzamiento de la producción de autoconsumo. Los instrumentos de los que dispone el programa son: crédito, subsidio selectivo y discriminado, asistencia técnica y capacitación. Según funcionarios del PSA se definen como actores de estas estrategias a las organizaciones locales de pequeños productores, al Estado (nacional, provincial y municipal) y a las OPFSL. Esta definición participativa tiene un objetivo político y otro económico. En el primer caso, se trata del fortalecimiento de la democracia en las áreas rurales mediante una mayor participación de la sociedad civil. En el segundo, se dirige a la promoción de formas asociativas entre los pequeños productores y a la participación de las OPFSL como medio para ganar en eficacia y eficiencia, aprovechando las ventajas comparativas que tienen el Estado y las organizaciones. El PSA prioriza en sus acciones a la población minifundista, a las mujeres, a los jóvenes y a los aborígenes, por ser grupos con menor acceso al trabajo remunerado. El programa se implementa a través de tres líneas de acción: 28 Subprograma de Emergencia Socioeconómica y Climática: dirigido a minifundistas de zonas declaradas en emergencia o desastre agropecuario. Subprograma de Emprendimientos Productivos Asociativos (EPAs): apoya la creación o fortalecimiento de actividades productivas generadoras de bienes o servicios agropecuarios y agroindustriales, como así también el autoconsumo, a través de formas asociativas de pequeños productores. Subprograma de Capacitación a los EPAs: dirigido a facilitar la inserción en el sistema productivo de los minifundistas y sus familias, promoviendo la formación y consolidación de grupos asociativos de productores, apuntando a un mejoramiento de la capacidad productiva, tecnológica y autogestionaria. La participación de las OPFSL en el PSA se puede dividir, en primer término, en dos planos: el de la participación en las decisiones y el de la participación en los proyectos de los subprogramas. En lo que respecta al primer plano, su participación se desarrolla dentro de organismos asesores a nivel nacional y provincial. En cuanto al segundo, se trata de las tareas de asistencia técnica y capacitación. La coordinación del programa a nivel nacional está a cargo de la Unidad Técnica de Coordinación Nacional, que diseña y aplica las políticas de desarrollo rural y administra los recursos. Está compuesta por el Coordinador del PSA y dos técnicos, designados por el Secretario de Estado. Su tarea es apoyada por la Comisión Coordinadora Nacional, que colabora en la formulación de los planes, aporta criterios de diseño y selección, y propende a una distribución eficiente de los recursos. Es en esta instancia donde aparecen, en el nivel más alto del manejo del programa, las ONGs: INCUPO, INDES, FUNDAPAZ, GADIS 9 (Grupo de Análisis y Desarrollo Institucional y Social). Estas organizaciones tienen representantes en la Comisión, donde se suman a los de los programas de apoyo a pequeños productores de la Secretaría y del INTA, y de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Cooperativa Limitada (CONINAGRO) y de las asociaciones de pequeños productores. A esta instancia se suma el Consejo Asesor, conformado no por representantes sino por personalidades de actuación destacada en el sector -en su mayoría vinculadas a OPFSL-designados por el Secretario de Agricultura. Cabe destacar que la participación de organizaciones de la sociedad civil ha sido fundamental en todo el desarrollo del plan, y que además, el equipo que compone la Unidad Técnica de 9 Esta organización funciona, a su vez, como Servicio de Apoyo Local de la Fundación Inter-Americana (IAF), que es una agencia independiente del gobierno de los Estados Unidos. 29 Coordinación Nacional está formado mayoritariamente por técnicos provenientes de este sector. La coordinación en el nivel provincial está a cargo de una Unidad Técnica de Coordinación Provincial (UTCP) compuesta por un representante del PSA -coordinador provincial- un representante del ministerio o secretaría que tenga a su cargo el apoyo al minifundio, un representante del INTA, uno de las ONGs de actuación provincial -el criterio de elección queda a cargo de las propias organizaciones-, y dos representantes de las organizaciones provinciales de productores minifundistas. Esta Unidad está apoyada por un Consejo Asesor Provincial, compuesto por representates de programas que a criterio de la misma desarrollen acciones de apoyo al sector. La UTCP evalúa ex-ante la viabilidad de los proyectos que se presentan al subprograma de EPAs o al de capacitación. En estos subprogramas es que se realiza la otra entrada de las ONGs: como beneficiarias. En el caso de las EPAs, se trata de un 20% del presupuesto total del proyecto que puede destinarse a asistencia técnica permanente para el proyecto, brindada por la institución de apoyo al proyecto. Esto permite una participación de instituciones de distinto tipo: estatales, educativas, de base y ONGs. Dado que algunas de estas organizaciones que se presentan como instituciones de apoyo a la vez tienen participación en la UTCP que evalúa, se han encontrado diversas propuestas a fin de enfrentar este potencial conflicto de intereses, entre las que se cuentan el retiro de la votación de la organización en cuestión en el proyecto. La capacitación es otra entrada para las organizaciones. A tal fin pueden presentar proyectos para grupos de productores locales, tratándose en este caso de un presupuesto exclusivamente ordenado a tal fin. En una evaluación reciente de este programa se señala10 que entre los aspectos positivos que hacen al involucramiento de las OPFSL, debe destacarse a la convergencia entre éstas y los programas gubernamentales, pudiendo advertirse que en donde las capacidades son más débiles el proceso de institucionalización del programa fue más dificultoso. Asimismo, se destaca la participación en las decisiones de entidades públicas, OPFSL y beneficiarios. En el plano de las falencias se indica, por una parte, la ausencia previa de espacios públicos para la atención de la problemática campesina; y, por la otra, la debilidad de los programas y de las instituciones vinculadas con lo rural, lo cual lleva a concentrar la asociación con unos pocos organismos y OPFSL, limitando el desarrollo futuro de esta inciativa. Hasta mediados de 1994 el relevamiento de participación de ONGs en actividades de asistencia técnica y capacitación en las principales zonas geográficas de actuación, arroja el siguiente resultado: 10 Ver Martínez Nogueira (1994) 30 a) NOROESTE (NOA). Actividades productivas: caña de azúcar, tabaco, algodón, especias, ovinos, caprinos y camélidos. Tucumán: Accionan las siguientes asociaciones sin fines de lucro: Centro Andino de Desarrollo, Investigación y Formación; Centro de Estudios del Noroeste Argentino; Servicio de Educación Popular. Participan como instituciones de apoyo a EPAs, brindando asistencia técnica, y además presentaron un proyecto al subprograma de capacitación con los objetivo de difusión del PSA, organización gremial de productores y capacitación organizativa, con un presupuesto de $39.000, una duración de siete meses y metodología de taller. Santiago del Estero: Accionan FUNDAPAZ, INCUPO y EPA. Esta última es una organización no gubernamental constituida por técnicos agropecuarios para brindar servicios a beneficiarios del PSA. b) NORESTE (NEA). Actividades productivas: algodón, tabaco, yerba mate, mandioca, horticultura, ganadería vacuna. Misiones: Accionan INDES en la asistencia técnica y apoyo a nuevos grupos de productores; Pastoral Social; Iglesia Evangélica del Río de la Plata; y Movimiento Agrario de Misiones (organización de base). Corrientes: Accionan INDES, INCUPO y Asociación Correntina de Desarrollo Comunitario. Santa Fe: En capacitación accionan INCUPO, a través de un taller de metodologías de aprovechamiento de recursos de monte para alimentación; y Cáritas a través de servicios de promoción y apoyo jurídico. Además actúa FUNDAPAZ. Chaco: Accionan INCUPO, INDES y UNPEPROCH (organización de base). c) CUYO. Actividades productivas: vitivinicultura y frutihorticultura, caprinos. San Juan: Accionan Asociación Argentina Hogar Rural, Conciencia. d) COMAHUE/PATAGONIA. Actividades productivas: ovinos y caprinos. Neuquén: Accionan las organizaciones mapuches Hueche, Marefil, Zuñig; la Fundación Cruzada Patagónica y la Asociación de Fomento Rural Nueva Esperanza. Finalmente, cabe consignar que los fondos asignados al PSA para el período 1994-1996 ascienden a 45 millones de dólares, a ser distribuidos en forma proporcional 31 a lo largo del referido trienio. La región más favorecida es el Noreste Argentino (NEA) que absorbe 30% de estos recursos. 2. Programas de capacitacion laboral y fomento del empleo Existen programas en el marco de las actuales políticas públicas de fomento del empleo y reconversión productiva a los cuales las OPFSL pueden tener acceso. Por las características de estos programas parece conveniente tenerlos en cuenta como apoyo (fundamentalmente financiero) para el desarrollo de una de las líneas de acción comunitaria actualmente prioritaria: la de contribuir a una mejor inserción laboral de la población de escasos recursos, especialmente la juvenil. A continuación se sintetizan las características de tres de ellos destinados a la capacitación con orientación laboral: el Programa de Formación Profesional y el Programa de Empleo de Interés Social, ambos del Ministerio de Trabajo; y el Proyecto Joven, del Ministerio de Economía. Asimismo, se reseñan algunas de las ventajas y limitaciones que su utilización plantea desde la perspectiva de acción comunitaria de las organizaciones. 2.1. Programa de Formación Profesional Es desarrollado por la Subsecretaría de Formación Profesional del Ministerio de Trabajo. Esta área de gobierno tiene a su cargo el desarrollo de programas de capacitación destinados a personas desempleadas que se encuentren en alguna de los siguientes situaciones: Trabajadores beneficiarios del Seguro de Desempleo Trabajadores comprendidos en otros programas del Ministerio de Trabajo Trabajadores comprendidos por el Programa Nacional de Promoción del Empleo de Ministerio del Interior Jóvenes de 14 a 24 años sin formación laboral Las tareas de capacitación no son encaradas en forma directa sino que se delegan en instituciones privadas específicas. A tal fin cuenta con un Registro de Instituciones de Capacitación Laboral (REGICAL) en el cual se hallan inscriptas todas las instituciones que ofrecen cursos de formación. La inscripción en este Registro es obligatoria para las entidades que tienen firmados convenios con el Ministerio de Trabajo, a través de los cuales éste se compromete a aportar fianciamiento -total o parcial-, asesoramiento técnico y/o certificación oficial de los cursos mediante la intervención del Centro de Formación Profesional que también depende de este Ministerio. La inscripción es voluntaria para las restantes instituciones, no obstante lo cual existen fuertes incentivos para incluirse en el Registro, ya que de esta manera se obtiene visibilidad y se está en condiciones de presentarse para las licitaciones de cursos que realiza la Subsecretaría. Entre las 1224 instituciones inscriptas existe un número 32 relevante de OPFSL (fundaciones, asociaciones y mutuales) que compiten con instituciones privadas con fines de lucro en las licitaciones de cursos. Los criterios de selección priorizan elementos tales como los déficits que presenta la población objetivo a ser capacitada y el grado de inserción en el mercado laboral que potencialmente genera. Las ventajas de las entidades sin fines de lucro suelen estar en su capacidad de acceder a sectores no alcanzados por otras propuestas así como ofertar modelos de capacitación con mayor grado de adaptación a las demandas y destrezas de los desempleados. La distribución de los fondos del programa obedece a criterios de regionalización basados en los índices de desocupación y otros indicadores sociales. El financiamiento proviene del Fondo Nacional para el Empleo. Además de lo señalado precedentemente las instituciones capacitadoras deben cumplir con los siguientes requisitos: Deben inscribirse en el Registro de Instituciones de Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo, para poder presentar proyectos de formación profesional El proyecto presentado debe demostrar que la actividad de capacitación propuesta tiene demanda en el mercado de trabajo y contar con avales en ese sentido por parte del sector productivo (Cámaras Empresarias y/o Empresas) El proyecto debe contar con financiación complementaria aportada por la organización o por terceros. La asistencia financiera estará condicionada al cumplimiento de las metas y objetivos del Programa y, de forma especial, a la observancia de los criterios de calidad que defina la Subsecretaría de Formación Profesional. Se efectúa asimismo una evaluación económica que tendrá en cuenta la relación costo/beneficio/calidad, así como los precios de mercado para prestaciones similares. Para el caso específico de las denominadas organizaciones no gubernamentales, el Ministerio de Trabajo prevé (Resolución Nº 313 art. 7) la “aprobación por trámite simplificado y rápido de las acciones que invistan el carácter de microemprendimientos formativos promovidos por organizaciones no gubernamentales de solidaridad social.” Dicho programa presenta las siguientes ventajas: Presenta alcances más amplios y menores requisitos formales para la presentación de proyectos. Si bien las pasantías son valorizadas y califican la presentación, no son requisito indispensable. 33 Los Programas son avalados por el Ministerio de Trabajo, quien también otorga un certificado de calificación. Y las siguientes desventajas: En el caso de efectuar capacitación en conjunto con empresas, o de pasantías no cubre gastos de seguro ni viáticos para los alumnos. Presupone un financiamiento compartido, con la ONG o con otra organización que cubra parte de los costos del proyecto. 2.2. Programa de Empleo de Interés Social (PROEDIS) Este es un programa desarrollado por la Subsecretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo. Su principal objetivo es brindar apoyo para la ejecución de obras de interés social o comunitario llevadas a cabo por organizaciones sin fines de lucro, mediante un convenio suscripto con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Los beneficiarios son trabajadores desocupados inscriptos en los servicios públicos y privados adheridos a la Red Nacional de Servicio de Empleo que cumplan con alguna de las siguientes condiciones: a) calificación en ocupaciones obsoletas o en vías de extinción; b) mayores de 45 años; y c) desempleados de larga duración. Si el proyecto es aprobado por la Subsecretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Fondo Nacional del Empleo asume el costo del pago de sueldos y cargas sociales, corriendo por cuenta de la organización el resto de los costos del proyecto (insumos, seguros, etc.) Las organizaciones deben asumir el carácter de empleadoras y el período de contratación de los trabajadores no puede exceder los seis meses. 2.3. Proyecto Joven El Proyecto Joven es un subcomponente del Programa de Apoyo a la Reconversión Productiva implementado desde el Ministerio de Economía. Este Programa se origina en un préstamo, cercano a los 400 millones de dólares, otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para ser operado conjuntamente por el Ministerio de Economía y el Ministerio de Trabajo. El desarrollo del Proyecto Joven está previsto en un plazo de cuatro años durante los cuales se capacitarán aproximadamente 200.000 jóvenes. En la actualidad está operando mediante delegaciones en casi todo el país. 34 Desde fines de 1993 se han adjudicado 564 cursos a 166 instituciones 11 con la participación de 11.150 jóvenes. En diciembre de 1994 se efectuó el tercer llamado, que al momento de esta investigación se encontraba en evaluación, en el cual se adjudicarían alrededor de 700 cursos que involucrarán a 14.000 jóvenes. Cabe señalar que existe un subcomponente de capacitación para la constitución de microemprendimientos que está en su etapa piloto, en la cual se adjudicarán 50 cursos de 12 beneficiarios cada uno. Los objetivos de este proyecto son capacitar laboralmente a jóvenes que están en situación de desventaja social para facilitar su inserción en el mercado laboral formal; y apoyar el crecimiento de empresas productivas necesitadas de mano de obra capacitada. Para el cumplimiento de estos objetivos, el Proyecto Joven contrata mediante llamados a licitación pública, cursos ofertados por instituciones de capacitación (OPFSL entre otras) que tengan como beneficiarios a la población de 16 a 30 años, de bajos recursos, desocupados o subocupados, con poca o ninguna experiencia laboral, y que no hayan completado estudios secundarios. Los cursos deben tener las siguientes características: intensivos: no más de 6 meses prácticos: la duración del curso debe distribuirse en partes iguales en un período de capacitación y uno de pasantía en empresa, con un máximo de 3 meses de capacitación y 3 meses de pasantía. orientados a ocupaciones semicalificadas con probada demanda en el mercado laboral no masivos: los cursos no pueden ser de mas de 20 alumnos y se debe garantizar el equipamiento e instrumental adecuado para su aprendizaje y práctica. Para participar de alguna de los llamados a licitación del Proyecto Joven (aproximadamente tres por año), las instituciones de capacitación deben registrarse previamente en el REGICAP (Registro de Instituciones de Capacitación). De acuerdo a las características de la organización, se les asigna una categoría de habilitación con la cantidad de cursos máximo que pueden ofertar. Además, las ofertas de cursos deben garantizar las pasantías de todos los beneficiarios. Para ello se exigen cartas de intención de empresas expresando su disposición a aceptar los pasantes en la fase correspondiente. 11 Del conjunto de oferentes registrados las ONG's representan el 18%. 35 Por último, la adjudicación de los cursos se realiza en función de una evaluación realizada por un equipo de auditores externos privados que tiene en cuenta: la adecuación a los objetivos del Proyecto, la calidad técnico-pedagógica y el precio. Este Proyecto presenta las siguientes ventajas: De orden económico-financiero: El Proyecto financia el costo del curso y por otra parte se hace cargo de: gastos de viáticos de los alumnos, gastos de seguro para la fase de pasantía, y gastos de revisación médica de los beneficiarios del curso. De orden legal: El marco legal del Proyecto y la cobertura efectuada en términos de seguro, viáticos, etc. ofrece garantías a las empresas, que habitualmente presentan resistencias y temores a participar en proyectos de capacitación laboral, especialmente en el caso de jóvenes. Acreditación: El proyecto avala la capacitación mediante un Certificado de Capacitación que facilita la inserción futura de los beneficiarios, ya que acredita formación y experiencia laboral. Por otro lado, pueden señalarse estas desventajas: En relación a la capacitación: Aún cuando se hace hincapié en que la calificación no debe ser exclusivamente técnica y se otorga puntaje por diseños que contemplen la preparación de los jóvenes en aspectos vinculados a la cultura del trabajo, en la práctica, por los tiempos y montos que se manejan en este Proyecto, no resulta suficiente como única fuente de financiamiento para un trabajo integral. En el caso de OPFSL que trabajan con adolescentes y jóvenes, la tarea trasciende en mucho la de la preparación técnica. Se trata de una tarea de formación integral en la que resulta imprescindible -y hasta condicionante de las posibilidades de inserción laboral- el abordaje de aspectos vinculados a la promoción de la salud; a la integración familiar y social; e incluso un trabajo sobre la autoestima, en general deficiente por una crisis vital, y deteriorada por la pertenencia social. El Proyecto Joven, entonces, puede resultar una herramienta más, si se la integra a un Proyecto de Formación integral en marcha, pero difícilmente resulte adecuado para abordar en sí mismo la problemática del joven, especialmente de sectores populares. En el orden económico-financiero: Además de los costos no cubiertos que se desprenden del ítem anterior (derivados de la organización de actividades vinculadas a la promoción de la salud, recreativas, etc.), el Proyecto presenta dificultades de orden financiero para algunas OPFSL ya que los pagos se efectúan por anticipos de la siguiente forma: 35% una vez firmado el contrato, luego de la adjudicación; 20% en el momento de inicio de las pasantías; resto al final del proceso de capacitación. Como la mayor parte de los gastos (de equipamiento, instrumental, material didáctico) que debe afrontar la organización, en tanto institución capacitadora, se efectúan durante los primeros tres meses, es necesario evaluar la capacidad 36 financiera para afrontar la inversión requerida por la apertura de los cursos. A esto debe añadirse el aumento de gastos asignados al rubro administrativo (en general reducidos en la mayor parte de las organizaciones) que implica operar con el Proyecto Joven, ya que exige mucha papelería y controles burocráticos permanentes. Finalmente, el Proyecto efectúa descuentos por deserción de alumnos al curso, variables según el momento en que haya desertado. Este riesgo merece especial evaluación, ya que una de las características de los adolescentes es la falta de permanencia, que en los sectores de menores recursos se agudiza, puesto que su urgencia económica hace que privilegien cualquier oportunidad de trabajo y abandonen o suspendan la capacitación. 3. Programas de desarrollo social y comunitario En este área de las iniciativas del Estado existen también una serie de programas que convocan o tienen en cuenta de alguna manera la participación de instituciones de la sociedad civil. Aquellos de los que se ha podido obtener suficiente información, incluyendo algunos que aún están en sus etapas iniciales, son: el programa Fortalecimiento de la Sociedad Civil, y el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (SIEMPROS), ambos dependientes de la Secretaría de Desarrollo Social; el Programa Materno Infantil del Ministerio de Acción Social; y el Programa Fortalecimiento de ONGs de Mujeres del Consejo Nacional de la Mujer. Luego existen una serie de programas de los cuales no ha sido posible relevar información demasiado detallada, más allá de constatar su existencia y su convocatoria a OPFSL. Son varios y dependen de dos reparticiones: de la Secretaría de Desarrollo Social (indirectamente, es decir de sus diferentes Subsecretarías) y de la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior. La Secretaría de Desarrollo Social (SDS) depende de Presidencia de la Nación, y fue creada en 1993, dentro de los objetivos de racionalización y optimización del gasto social. Una de sus propuestas de mediano plazo incluye la convocatoria a OPFSL para sumar sus propuestas a los programas de ayuda social. De lo que se trata, desde esta perspectiva, es de promocionar la iniciativa de la sociedad civil en la solución de problemas, a través del apoyo y financiamiento estatal a iniciativas, y subsidiariamente, en la ejecución de políticas. Con este fin, la Subsecretaría de Coordinación Técnica de esta Secretaría, tiene en elaboración una normativa para la selección de instituciones susceptibles de subsidio. Sin embargo, todavía no se ha ejecutado nada en este campo. Según los funcionarios, esto se debe en una medida importante al desconocimiento de la magnitud del campo de las organizaciones de la sociedad civil, del que sólo se tienen referencia por las organizaciones más grandes y tradicionales (Incupo, Fundapaz, Padelai, Federación de Iglesias Evangélicas, Cáritas). 37 En la medida en que la cuestión de los subsidios institucionales sigue en evaluación, estos se hallan prácticamente suspendidos. Sin embargo, siguen pagándose subsidios personales, principalmente dirigidos a individuos con emergencias de salud (ortopedias, operaciones complejas). En este campo, la Secretaría pretende también lograr una racionalización del gasto, convocando a organizaciones de la sociedad civil para que actúen de evaluadoras (por ejemplo, la Academia Argentina de Medicina). Por su parte, la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad es una repartición del Ministerio del Interior que tiene como objetivo la vinculación del Gobierno Nacional con las ONGs. Del mismo modo que en el caso de la SDS, plantea su estrategia a partir de una evaluación crítica de las políticas sociales “clásicas” y apela a “nuevas formas de gestión social”, reconociendo en las ONGs agentes de esta nueva política. En un documento editado por esta Subsecretaría (Ministerio del Interior, 1994) se parte de diagnosticar el activismo creciente de las ONGs en las políticas sociales, enunciando que a raíz de esto el Ministerio del Interior..."ha emprendido la búsqueda de objetivos que amplíen las fronteras de la actividad política del Estado para introducir con protagonismo social a la cartera política en esta nueva etapa...que se basa en la profundización de las relaciones entre la sociedad civil y el Estado”. Entre los objetivos de esta repartición figuran los de propiciar la creación de espacios democráticos entre Estado y Comunidad; crear un sistema de información permanente sobre asuntos y recursos comunitarios para la formulación de políticas de desarrollo; y el propender al fortalecimiento institucional de las ONG. 3.1. Programa Fortalecimiento de la Sociedad Civil Este programa dependiente de la SDS está destinado a brindar capacitación a líderes comunitarios y a organizaciones intermedias orientadas al gerenciamiento de proyectos. Se trata de un programa con una formulación ambiciosa, constituyendo una prueba de ello que durante el año 1995 se proponen entrenar a 500 líderes comunitarios. El Centro de Organizaciones Comunitarias (CENOC) es uno de sus subprogramas más importantes. Está encaminado a crear un centro de información y desarrollo de organizaciones, y en un futuro será formalizado con jerarquía de Dirección Nacional dentro de la estrucutra de la SDS. Pretende ser un centro de datos e informaciones sobre el sector no lucrativo de la economía, y poder recibir, organizar, analizar y emitir información. Todo ello, con el objetivo de inducir y promover la interacción de las organizaciones comunitarias entre sí, con el Estado y con otros sectores de la sociedad. Entre sus objetivos específicos de mayor relevancia se destacan: Configurar una red de organizaciones comunitarias. 38 Realizar la acreditación y categorización de las entidades de la sociedad civil. Dinamizar el Registro Nacional de Entidades de Bien Público. Contribuir al mejoramiento de la capacidad de elaboración y ejecución de programas y proyectos sociales de las organizaciones comunitarias, para la generación de espacios de cooperación con otras instituciones, universidades, empresas, organismos internacionales y del Estado. Facilitar la relación entre ONGs existentes y organismos de ayuda multilateral, creando canales de comunicación y discusión colectiva. Convocar a las organizaciones comunitarias a integrar un ámbito de confrontación y concertación que permita establecer un mecanismo sistematizador de nuevas experiencias y que contribuya a la definición de nuevos programas y proyectos. En primera instancia el CENOC ha distribuido un formulario de encuesta que pretende recoger datos sobre entidades sin fines de lucro en todo el territorio nacional. Estos formularios se han distribuido a través de instituciones estatales (provinciales y municipalales) y de ONGs que tienen poder de irradiación. Se ha previsto como soporte el lanzamiento de una campaña televisiva que incentive a las organizaciones sin fines de lucro a que se incluyan en una red nacional de organizaciones comunitarias y suministren la información solicitada. La base de datos se va a conformar con la información recabada a través de la referida encuesta; con datos del Registro de Entidades de Bien Público -al que se está informatizando paralelamente-; con otros registros existentes en el sector público como la Inspección de Personas Jurídicas nacional y provinciales, y los existentes en otros ministerios y secretarías; y por último con los datos que cuentan fundaciones y organizaciones privadas como la Fundación Aragón, GADIS, etc. Asimsimo, se incorporarán en el futuro datos referidos a programas ofertados por organismos multilaterales de crédito destinados al desarrollo comunitario. 3.2. Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (SIEMPROS) El objetivo general de esta programa es la instalación de una red de comunicación a nivel nacional sobre programas sociales. Para esto, se construirá una base de datos que contenga toda la información de los programas nacionales, provinciales y municipales, la que contará con un detalle sobre el estado de avance del proyecto, los responsables, focalización temática y geográfica, participación de organizaciones comunitarias y ONGs. Se trata de tener una alta centralización de la información, de forma tal que sea posible una evaluación de su impacto. 39 Los objetivos concretos para 1996 son: La capacitación de todos los interlocutores en términos de evaluación y monitoreo de programas sociales. La instalación de hardware y software en todas las provincias para recibir los nuevos programas. La construcción de una base con todos los datos sociales centralizados. La instalación de un sistema de evaluación ex-ante, monitoreo y evaluación ex-post de impacto de políticas sociales en todo el país. Este programa cuenta con financiamiento multilateral del Banco Mundial, y se están invirtiendo aproximadamente 10 millones de dólares. 3.3. Programa Materno Infantil (PROMIN) Este programa del Ministerio de Acción Social está enmarcado dentro del compromiso de alcanzar las metas adoptadas por Argentina ante La Cumbre Mundial de la Infancia de 1990. Se encuentra en ejecución desde 1993, y sus fuentes de financiamiento provienen de fondos de un préstamo del Banco Mundial y fondos asignados por los gobiernos nacional, provinciales y municipales. De acuerdo a lo establecido inicialmente, estos recursos financiarán proyectos de inversión en seis provincias: Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Entre Rios, Santa Fe y Mendoza. Existen además recursos para actividades de asistencia técnica a las demás provincias que lo soliciten. Parte del préstamo estará destinado también a la realización de tres estudios: la Encuesta nacional de nutrición, la evaluación de impacto del Programa y un análisis el estudio de los programas alimentarios nacionales. Estructuralmente, el PROMIN está siendo implementado de esta manera: a nivel nacional, dependiente de la Secretaría de Salud, fue creada la Unidad Coordinadora del Programa (UCP) que conduce y coordina los lineamientos del Programa. a nivel provincial han sido creados los Comités de Coordinación Interinstitucional con representantes gubernamentales de las áreas de Salud, Acción Social y Educación. Se constituyeron las Unidades Ejecutoras Provinciales (UEP) que tienen a su cargo la implementación de cada subproyecto, articulando las áreas municipales y de organizaciones no gubernamentales como unidades de programación local. las provincias firman en primer lugar el Convenio de Adhesión entre el Gobierno provincial y el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación. Una vez aprobado el subproyecto de inversión provincial por parte de la UCP, son creadas por decreto las 40 UEP y/o por ordenanza en caso de los municipios Unidades Ejecutoras Municipales (UEM) a partir de lo cual se firma el Convenio de Ejecución. los fondos para la ejecución son traspasados por la UCP a la UEP y esta a la UEM a través de una cuenta especial que los gobiernos provincial y municipal abren para realizar las erogaciones del proyecto. Los objetivos generales del PROMIN tienden a mejorar la calidad de vida de los sectores pobres, en especial el estado sanitario y nutricional de las embarazadas y niños menores de 6 años, y al desarrollo psicosocial de los niños entre 2 y 5 años. Para ello se propone: Disminuir las tasas de morbi-mortalidad materna e infantil a través de la mejor focalización y el mejor diseño, aplicación y coordinación de los servicios y programas de salud, nutrición, alimentación complementaria y enseñanza preescolar. Promover el mejor desarrollo psicosocial de los niños entre 2 y 5 años. Mejorar la eficiencia y la eficacia de los programas de comedores escolares. La estrategia de implementación de este Programa está basada en: un abordaje integral de las acciones que desde las distintas áreas de salud, educación y acción social redunden en mejores condiciones de vida de la población beneficiaria; una ejecución descentralizada y federal un uso eficiente de los recursos disponibles a través de un criterio de focalización que contempla cubrir a los sectores pobres estructurales en las áreas urbanas y periurbanas de las provincias seleccionadas una programación participativa que garantizará la adecuación del Programa a la necesidades locales y la transparencia de la gestión. El modelo de gestión de este Programa institucionaliza un conjunto de prestaciones centralmente definido para ser ejecutado en forma descentralizada. No crea nuevos servicios sino que pretende mejorar la eficiencia y eficacia reorientando las acciones de los centros de salud, hospitales, jardines de infantes, guarderías y comedores infantiles existentes para la atención de la población más carenciada. Para ello, la asistencia técnica apunta a fortalecer el desempeño que asumen las áreas vinculadas a esta problemática para mejorar la capacidad operativa de los equipos provinciales, municipales y de ONGs en acciones coordinadas. 41 En concreto, el Programa financia totalmente la rehabilitación edilicia y el equipamiento de los efectores y, a su vez financia en forma decreciente en el tiempo el personal y los insumos adicionales. La participación de las OPFSL en este programa se da a través de tres vías: Efectores a cargo La participación de ONGs está estrechamente ligada a la existencia de comedores y guarderías infantiles en las áreas de focalización del proyecto. Estos efectores por lo general son convocados a participar en el proyecto por el área social del municipio y/o provincia que mantiene relación con ellas a partir del traspaso de recursos para la prestación alimentaria. La estrategia de transformación -progresiva- está orientada a brindar una oferta integral en los aspectos nutricionales, pedagógicos y de control de crecimiento de los niños de 2 a 5 años. Asimismo, contempla una gestión asociada entre docentes -sean estos provistos por la ONG o la autoridad del Area educativa- y promotoras comunitarias de los centros. De esta manera pretenden obtenerse niveles crecientes de participación por parte de la comunidad organizada que recibe capacitación en temáticas de gestión, administración, aspectos nutricionales y pedagógicos. En tales casos, es responsabilidad de la UEP y el municipio la firma de un convenio de comodato con las ONGs, para garantizar la aceptación y continuidad del esquema de fucionamiento propuesto por el PROMIN para la transformación de los comedores y jardines infantiles. Asistentes en materia técnica y de capacitación La solicitud de asistencia técnica es formulada generalmente por las secretarías de salud provinciales: son ellas las que de acuerdo al requisito de trabajar en equipos intersectoriales, convocan a las ONGs locales a participar en los talleres cuando ya existen políticas articuladas. Para desarrollar las actividades de asistencia técnica y capacitación en algunas provincias la UCP ha adoptado la modalidad de suscribir una Carta acuerdo con instituciones públicas (generalmente universidades) y ONGs. Se distingue de esta situación el caso de la Fundación de Estudios Patagónicos, que fue subcontratada directamente por la Secretaría de Salud de la Nación para la realización del diagnóstico sociodemográfico e institucional de las áreas materno infantil de la provincia de Nuequén. Asimismo, debido a la imposibilidad de ejecutar los fondos de capacitación por parte de la UEP de Buenos Aires fue subcontratado el Servicio Universitario Mundial (SUM) para la administración de los recursos, pago de docentes y otros gastos. A cargo de la auditoría social 42 El Programa ha previsto la realización de una auditoría social con el objetivo de dar transparencia y continuidad a los mecanismos participativos diseñados en los proyectos. Para esto se ha convenido llevar a cabo una experiencia piloto en el subproyecto de Florencio Varela. Las instituciones seleccionadas para llevar a cabo esta tarea son Cáritas y Cruz Roja, por su reconocida trayectoria y amplia cobertura a nivel nacional. Hasta el momento de redacción de estas notas aún no se había firmado el acta acuerdo. Ambas instituciones coordinarán y ejecutarán un relevamiento para conocer la opinión de la población usaria sobre los beneficios que le brinda el Programa. Posteriormente, cumplirán el rol de interlocutores de la población con los niveles de decisión del subproyecto (UCP, UEP y UEM) para rectificar las acciones desarrolladas. Además de extender esta auditoría al resto de las provincias, se espera obtener a través de esta metodología de trabajo una comprobación acerca de la validez de la estrategia de retroalimentación en los distintos niveles de organización del Programa y del diseño de intrumentos de recolección de información. Por último cabe comentar que el Programa ha transitado con dificultad la etapa de puesta en marcha de los proyectos de inversión provinciales, por lo cual aún no han habido experiencias que evidencien resultados en la articulación esperada con las ONGs. Aunque la firma de los Convenios no ha ofrecido dificultades, en algunos casos los trámites previos de regularización de tenencia han impedido la incorporación de efectores. El gran desafío que queda por aclarar es la continuidad del modelo de gestión, donde la ONG tendrá que asumir paulatinamente la conducción del centro y prever recursos para financiar el recurso humano que antes era voluntario. Las actividades de asistencia técnica y de capacitación han comenzado a desarrollarse sin mayores retrasos y con un alto nivel de aceptación, por lo que cabe esperar que a su término el Programa deje instalado nuevas capacidades y competencias en los niveles gubernamentales y no gubernamentales. La poca presencia que se observa de ONGs locales participando en estas actividades en las provincias pone de relieve la escasa vinculación de este sector con los sectores gubernamentales. 3.4. Programa Fortalecimiento de ONGs de Mujeres Este programa, dependiente del Consejo Nacional de la Mujer (CNM), se propone apoyar técnica y organizativamente a las organizaciones de mujeres que encaran proyectos orientados a disminuir la brecha entre los géneros. El CNM es un organismo dependiente de la Presidencia de la Nación, cuyo principal objetivo es promover la participación de las mujeres en la vida social, económica, política y cultural, así como impulsar su protagonismo ante la opinion 43 pública. Es además el principal canal de interlocución entre el Estado Nacional y las organizaciones de mujeres. Desde su creación en 1991, orienta sus actividades hacia la promoción de la igualdad de oportunidades entre los sexos, respondiendo en tal sentido al compromiso asumido por el país cuando ratificó la Convención sobre la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Contra la Mujer. A partir de estos lineamientos, el CNM ha establecido como una de sus principales orientaciones la necesidad de profundizar la relación y articulación con ONGs y otras organizaciones comunitarias de mujeres, partidos políticos, sindicatos y organismos académicos. Según un reciente documento (CNM, 1994), el Consejo procura “profundizar su relación y articulación con ONGs en el marco de un tipo de interlocución que repare en el perfil del Estado actual y en los límites para su intervención”. Asimismo, se reconoce que la ausencia de democracia política que ha padecido la Argentina “ha generado tendencias de desconfianza y desvalorización en las relaciones entre el Estado y las ONGs”. La primera convocatoria del Programa Fortalecimiento de ONGs de Mujeres ha sido sin restricciones temáticas, pero con el requisito de formular lineamientos y estrategias de intervención que permitan superar las prácticas meramente reflexivas que han signado a los grupos de mujeres por años. Asimismo, se estableció como condición que sean replicables, vale decir que sirvan como insumo para políticas públicas o semipúblicas. Se recepcionaron 130 y se seleccionaron 30 proyectos. A estos se les asignaron fondos a razón de $6000 en promedio para cada uno de ellos. Estos recursos se han entregado recién en febrero de 1995 y se tiene previsto el seguimiento para lo cual se ha contratado una consultora privada. El financiamiento proviene de fondos del CNM, pero se cogestiona con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Dentro de este mismo programa se viene realizando un relevamiento de las organizaciones de mujeres de todo el país, y la puesta en marcha de una base de datos que incluye información sobre los programas que desarrollan, los servicios que prestan, horarios de atención, situación financiera, etc. Han habido otros intentos para incluir a las ONGs de mujeres en diversas actividades del Consejo. En tal sentido, se intentó constituir una comisión asesora, pero no se lograron mayores avances. No obstante, se han hecho rondas de consultas referidas a temáticas especificas, tales como salud reproductiva y SIDA. Un evento que tuvo una amplia convocatoria entre las organizaciones de mujeres fueron las Jornadas de Trabajo con ONGs auspiciadas por UNICEF-UNIFEM, preparatorias para el Informe Nacional hacia la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre las Mujeres a realizarse en Beijing, China en septiembre de 1995. 44 Cabe destacarse que en los restantes programas que tiene el CNM, algunos de ellos impulsados conjuntamente con otras áreas gubernamentales, puede haber algún tipo de acción con ONGs. En coordinacion con el Ministerio de Educación se desarrolla el Programa de Igualdad de Oportunidades para la Mujer (PRIOM), a través del cual se han realizado convenios de capacitación con ONGs. Igualmente, con el Ministerio de trabajo se lleva adelante el Programa de Igualdad de Oportunidades para la Mujer en el Empleo y la Formación Profesional, para lo cual se han convocado a ONGs, aunque este es un tema que no ha sido encarado en forma intensiva por las organizaciones de mujeres. 3.5. Programas dependientes indirectamente de la Secretaría de Desarrollo Social Programas para menores dependientes del Consejo Nacional del Menor y la Familia Programa contra la explotación del niño Programa de prevención del abandono y protección de madres en situación de riesgo Programa preventivo para familias subsidiadas Programa de becas para guarderías Programa de amas externas Programa del pequeño Programa de becas en organismos no gubernamentales Programa de Emergencia Social, dependiente de la Subsecretaría de Acción Social Programa Federal de Solidaridad (PROSOL), dependiente de la Subsecretaría de Acción Social. Este Programa incluye los siguientes proyectos ejecutados hasta el año 1994: 116 de microemprendimientos, 229 de desarrollo comunitario y 36 de fortalecimiento institucional. Programa Techo y Trabajo de la Subsecretaría de Vivienda Está destinado a familias con necesidades básicas insatisfechas del Norte Argentino y gestionado en forma sociada entre instancias provinciales, municipales y ONGs. Programa de Rehabilitación del Hábitat Rural en zonas chagásicas de la Subsecretaría de Vivienda Se desarrolla a través de convenios con municipios o entidades no gubernamentales, utilizando la capacidad de autogestión local. Programa Apoyo solidario para Mayores (ASOMA) de la Subsecretaría de la Tercera Edad 45 Incorpora a ONGs como distribuidoras de fondos, ejecutoras y prestadoras de servicios de auditoría y control. Hasta el año 1994 se firmaron 140 convenios con 16 provincias, 115 municipios y 9 organizaciones comunitarias. Programa Participativo de Desarrollo Social de la Subsecretaría de Proyectos Sociales Se encuentra en etapa de negociación, y entre las actividades desarrolladas se destaca la participación de ONGs de asistencia técnica al desarrollo social en las provincias de Tucumán y Formosa. Programa Lotes con Servicio de la Subsecretaría de Proyectos Sociales Será financiado con fondos del BID. Se encuentra en proceso de preparación y tiene previsto la incorporación de entidades comunitarias. Programa Menores en Circunstancias Difíciles de la Subsecretaría de Proyectos Sociales Está financiado por el BID. Cuenta con la participación de UNICEF-Argentina en las etapas de ejecución, asumiendo el rol de administrador de los fondos y brindando asistencia técnica y capacitación a las ONGs participantes. 3.6. Programas dependientes del Ministerio de Interior Programa Contra la Discriminación Está pensado para abordar los problemas que enfrentan las personas que sufren diversas formas de discriminación, tales como falta de conocimiento sobre sus derechos, ausencia de lugares donde acudir ante hechos discriminatorios. Sus objetivos son a) generación de programas para que las ONGs realicen una labor de sensibilización y educación en su ámbito de referencia, y efectúen acciones que permitan dar respuesta al hecho discriminatorio; b) fomento a la creación de redes de ONGs; c) formación de un centro de documentación sobre discriminación. Para las comunidades y colectividades extranjeras la SRC ha diseñado un programa que incluye como actividades principales la constitución de un foro permanente para el intercambio de opiniones y la creación de una base de datos. Programa Escudo Blanco Persigue la constitución de un Sistema Nacional de Prevención y Atención de la Comunidad para Desastres. Este programa -paralelo al de Defensa Civil- exhibe una alto grado de vaguedad en relación a la participación de ONGs ya que, con la excepción de la Cruz Roja Argentina y el Automóvil Club Argentino, predominan en la convocatoria los organismos oficiales e instituciones gremiales o de representación política. Con el fin de reforzar a ONGs que tengan servicios de atención directa a sectores de infancia en riesgo, la SRC tiene previsto financiar ONGs abocadas a esta 46 tarea, en el marco del Programa Comunidad Solidaria con la Infancia. También aquí se plantea un relevamineto de las instituciones y no se prevé mecanismos de complementación con otras áreas del Sector Público con similar focalización. Programa de Fortalecimiento Institucional Está dirigido a la consolidación del espacio no gubernamental- se contemplan dos proyectos: a) la constitución de un Centro de Documentación e Información sobre Actividades y Recursos Comunitarios. b) Apoyo a la Gestión para ONGs y gubernamentales (Municipios). A su vez, el primero de estos proyectos incluye tres propuestas: a) Un empadronamiento nacional de ONGs de acción comunitaria. b) Un sistema nacional de información comunitaria. c) Análisis y diagnósticos como actividades complementarias al sistema de información comunitaria. Programa Comunitario de Documentación en Barrios Se realiza en forma conjunta con otras áreas del Ministerio, la Universidad de Lomas de Zamora y con ONGs barriales de base comunitaria, en particular el Movimiento de Villas y Barrios Carenciados. Sus objetivos están encaminados a resolver problemas de regularización de la tenencia de las tierras en las cuales esas comunidades se encuentran asentadas. Dado lo ambicioso de la propuesta aparece como débilmente formulado y sin contemplar que existen sobre idéntica temática otras instancias gubernamentales. Programa para la Plena Integración de la Personas con Discapacidad Sus objetivos son sensibilizar a la opinión pública sobre esta temática ayudando a desarrollar conductas solidarias. Todos los programas desciptos carecen de información sobre los montos destinados a tales efectos, su duración, las fuentes de financiamiento. Tienen además un sesgo enunciativo y una tendencia hacia la priorización de la recolección de información que parece más compatible con las misiones y funciones que en materia de seguridad le corresponden al Ministerio del Interior, que con una efectiva búsqueda del desarrollo de la sociedad civil. 47 IV. UN ESTUDIO DE CASO: la Mesa de Concertación de Políticas Sociales de la Provincia de Córdoba. La de Córdoba es una experiencia bastante particular dentro del contexto nacional, en la que la relación entre el Estado y las OPFSL ha avanzado hasta institucionalizarse en lo que se conoce como Mesa de Concertación de Políticas Sociales. En este espacio ambos actores convergen en la propuesta e implementación de políticas sociales. Por parte del Estado, los principales implicados en esta experiencia son el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia y, en medida bastante inferior, el municipio. En cuanto a las OPFSL, pueden distinguirse dos tipos de organizaciones implicadas: por un lado 82 organizaciones de base villera de la ciudad de Córdoba y su periferia, nucleadas en la Unión Organizaciones de Base por los Derechos Sociales (UODBS); por otro lado cuatro ONGs de desarrollo, Taller Carlos Mugica (TM), Centro de Comunicación Popular y Asesoramiento Legal (CECOPAL), Servicio Habitacional y de Acción Social (SEHAS), Servicio de Promoción Humana (SERVIPROH). Los antecedentes, actualidad y perspectivas de esta experiencia cruzan a los actores de modos distintos. Describir el desarrollo de esta política concertada implica seguir las transformaciones que cada uno de los actores experimentó en este contexto. El surgimiento de un actor villero legitimado como tal en la Mesa de Concertación, la modificiación del rol de las ONGs, los diversos puntos de tensión y acuerdo con el Estado son factores importantes en este modo de implementación de política pública desde el Estado. La Mesa de Concertación es así a la vez un caso de nuevas relaciones entre Estado y sociedad civil, y de nuevas relaciones al interior de la sociedad civil. Con respecto a lo primero, se trata de una nueva modalidad de implementación de políticas sociales, en la que el Estado y los beneficiarios participan en conjunto en la toma de decisiones. A su vez participa un tercer actor -las ONGs- asistiendo técnicamente a los beneficiarios y siendo también parte interesada en lo que se concerta, en la medida en que su trabajo y sus ingresos se ven modificados por estas decisiones. Con respecto a las nuevas relaciones al interior de la sociedad civil, encontramos un caso de autoorganización en defensa de derechos sociales que se instituye en una representación unitaria -la UOBDS-, y que trabaja en estrecha vinculación con ONGs caracterizadas por la tarea de equipos profesionales que brindan servicios a poblaciones de sectores populares La investigación del caso se realizó sobre la base de entrevistas con funcionarios, dirigentes de la UOBDS, y directores y técnicos de tres de las ONGs (SEHAS, CECOPAL y Taller Mugica), como así también del material impreso editado por estas últimas. 48 1. Un poco de historia: las ONGs y la cuestión del hábitat en la ciudad de Córdoba Desde fines de los años sesenta existen en Córdoba iniciativas no gubernamentales en el campo de la vivienda popular. En aquel momento comenzó a funcionar autonómamente un grupo de investigación y trabajo de campo en vivienda popular, a partir de actividades en la Universidad Católica de Córdoba. Este grupo es el que posteriormente daría lugar a dos ONGs: SEHAS y el Centro de Estudios de Vivienda Económica (CEVE), aún hoy estrechamente ligados entre sí, aunque el primero se dedique más al trabajo de campo y el segundo a la investigación tecnológica. Este grupo desarrolló durante la década del setenta un intenso trabajo de organización y desarrollo de vivienda popular en la periferia de la ciudad de Córdoba, paralela e independientemente del trabajo que realizaban por aquella época tanto las organizaciones armadas como otras agrupaciones del “campo popular”. La actividad que desarrollaban estaba basada principalmente en el desarrollo de vivienda popular y en la autoorganización villera. En esta experiencia puede hallarse el primer cruce y conflicto entre ONGs y política, en la medida en que el trabajo que desarrollaba aquel grupo no dejó de tener obstáculos en función de su autonomía política en tanto que institución, independientemente del compromiso que pudieran tener sus miembros, en un contexto de intensa organización política popular y lucha armada. A través de los años de actividad, y ya durante el régimen constitucional, esta experiencia se tradujo en una organización de segundo grado que nucleaba a las organizaciones de base con las que SEHAS había trabajado: el Encuentro de Comunidades en Marcha. El resto de las ONGs participantes de la Mesa de Concertación tienen sus orígenes en la década del ochenta. Tanto SERVIPROH como TM trabajaron con organizaciones villeras de base en la línea de hábitat, respaldando a la Comisión de Habitat Popular y a la Coordinadora de Villas y Barrios, respectivamente. El TM comenzó a funcionar en 1987, con el trabajo de voluntarios provenientes de experiencias de intervención en lo social provenientes del cristianismo de base y del peronismo. A partir ded 1989 el Taller comenzó a recibir financiamiento. Sus principales líneas de trabajo con organizaciones de base villeras estuvieron orientadas hacia hábitat y comunicación popular. En la primer línea actuaron desde el principio trabajadores sociales y arquitectos. En el campo de la comunicaciópn la experiencia de FM La Ranchada es indicadora del grado de organización que alcanzó este trabajo.Esta emisora comenzó como una pequeña radio comunitaria y actualmente es líder entre los radioescuchas del sector popular, a tal punto que la organización es mucho más conocida por la FM que por el propio taller. Trabajan allí operadores, locutores, periodistas y tiene un departamento de venta de publicidad, a través del cual se financia la radio. El objetivo es lograr una red de comunicación popular y para ello se ha establecido una escuela de capacitación de corresponsales de organizaciones de base. CECOPAL, por su parte, respaldó técnicamente a la más atípica de las organizaciones nucleadas en la UOBDS: la Coodinadora de Loteos Indexados y Barrios 49 Carenciados. Esta experiencia tuvo como sujeto a un sector social distinto del que constituía al resto de las organizciones. A diferencia de las redes apoyadas por las otras ONGs, constituidas básicamente por el sector de pobres tradicionalmente afincados en villas -"pobres estructurales"-, esta Coordinadora nucleó a la clase media empobrecida de los ochenta- “nuevos pobres”- damnificados por la indexación de lotes, producto de la circular 1050. Dentro del resto de las experiencias de autoorganización y reivindicación de derechos sociales, más ancladas en la cuestión hábitat, esta Coordinadora fue la experiencia más radicalizada, en tanto se constituyó como lobbie para lograr reivindicaciones de propiedad de la tierra frente al gobierno y de boicot a las inmobiliarias beneficiadas por la indexación. Al principio se dedicó básicamente a la organización vecinal y a la asistencia legal, extendiéndose luego hacia comunicación y educación popular - que incluye publicaciones y videos educativos -, cuestiones de género y agro-ecología. En todos los casos de las ONGs, si bien las trayectorias y las consecuencias son distintas, la matriz simbólica de la acción fue forjada sobre la base de la militancia del “campo popular” de los setenta, las premisas de la “educación popular” y la construcción del poder local. De aquí que en todos los casos la reivindicación de la autoorganización, la conciencia de la ciudadanía social y la necesidad de legitimación de un “actor villero” sea igualmente afirmada por todas las organizaciones. Durante los años ochenta cada ONG trabajó por separado con una red de organizaciones de base, desarrollando con distintos matices trabajos de organización, reinvindicación de derechos, acceso a la tierra, autoconstrucción de vivienda. De acuerdo a estos matices se vincularon de modos distintos con el Estado y con la población carenciada. 2. El desarrollo de la Mesa de Concertación El primer antecedente de la Mesa de Concertación de Políticas Sociales aparece en el encuentro convocado por las ONGs TM y SERVIPROH, y por las redes de base Coordinadora de Villas y Barrios Carenciados y Comisión Pro- Habitat. Bajo la consigna “Para romper el aislamiento” se convocó a otras ONGs (SEHAS y CECOPAL) y 60 organizaciones de base a un seminario en la ciudad de Los Cocos, en Septiembre de 1992. Los temas del seminario fueron: la magnitud de la pobreza en Córdoba, las políticas sociales provinciales, y los movimientos sociales. Pero el principal tema de discusión, a partir de la confrontación de experiencias, fue el de la fragmentación del trabajo que todos estos grupos venían realizando. La conclusión más importante en este aspecto valoraba lo construido en muchos años de trabajo, pero destacaba a la vez el esfuerzo que se había desperdiciado al trabajar fragmentariamente. Al cierre estuvieron invitados a debatir funcionarios nacionales, de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba. A partir de ahí se constituyó una mesa de trabajo integrada por las organizaciones de base (luego nucleadas en la UOBDS), las ONGs y las representaciones del gobierno provincial y municipal, a instancia del Ministro de Desarrollo Social, Dr. Caferata Nores. La propuesta era llevar adelante una mesa de 50 trabajo que realizara alrededor de cincuenta proyectos pilotos - según la estimación de Carlos Buthet, director del SEHAS- , con un presupuesto de un millón y medio de dólares para lo que quedaba del año. A partir de la puesta en marcha de estos proyectos financiados por el Ministerio de Desarrollo Social, comenzaron las negociaciones entre el Estado, las organizaciones de base y las ONGs. Estos primeros proyectos estuvieron ligados principalmente al acceso a la tierra, a la regularizacion de situaciones jurídicas, y a la construcción y terminación de viviendas. En una primera etapa la concertación giró en torno a la concreción de los financiamientos de proyectos comunitarios, a la distribución del presupuesto y a la institucionalización de la Mesa de Concertación. En cuanto a lo primero, se priorizaron los proyectos de ampliación o completamiento de viviendas mínimas, de construcción de redes de agua, redes de luz y equipamiento comunitario, y de compra de tierras.En este aspecto, al cabo de negociaciones, el presupuesto pasó de alrededor de 3,5 millones en 1993, a 8 millones en 1994, y se proyectan cerca de 20 millones de dólares para 1995 - según calcula Marcos Galán, director del TM. Estos aumentos fueron parte de la negociación, y uno de los puntos más fuertes de la misma. Al principio de este proceso, el Ministro no aceptaba que las ONGs y la UOBDS pretendieran discutir el presupuesto, sino más bien que se concertara a partir del presupuesto que el Ministerio tenía disponible a tal efecto. Puede considerarse una importante conquista y transformación de este espacio al hecho de que los actores convocados por el Estado lograron casi desde el inicio franquear un límite importante que aquél había puesto a la agenda de la concertación. Esto es así a punto tal que el aumento más importante, el que se da de 1994 a 1995 se basa en una medida importante en la incorporación de fondos del Instituto Provincial de Vivienda (IPV). Según explica Galán, esta institución, que maneja los fondos de construcción de vivienda de la provincia, nunca había tenido programas para el sector villero. Su actividad estaba orientada a la clase media, no a vivienda económica, y si bien depende del Ministerio, el hecho es que el lobby de las empresas constructoras tiene un enorme peso en sus decisiones. El reclamo de la incorporación de fondos del IPV era una importante reivindicación de las organizaciones y la UOBDS, y a pesar de ciertas resistencias en el Ministerio finalmente se logra. Así, el IPV es obligado a destinar un 20 % de su presupuesto de 50 millones de dólares a este programa. Galán destaca que sobre un presupuseto igual el año anterior, el Instituto devolvió a la Nación 10 millones de dólares. En el cuadro siguiente se especifica la distribución de dichos fondos: 51 Distribución y destino de los fondos a traves de la Mesa de Concertación -Córdoba Fondos cobrados por las comunidades. Vivienda Período Infraestructura 1993-1994 Tierras Salón Comun. O TM G G R G A N I Z A C I I O N SERVIPROH SEHAS CECOPAL Grupos "sin voz" 152080 1713040 794833 170000 398330 604755 555350 447808 362857 448656 231800 827165 72000 18000 51480 113000 50000 30000 14770 Totales 1256971 2613190 2119806 272000 793957 Totales 3228283 1970770 1597621 259250 7055924 Fuente: Subsecretaría de Promoción Comunitaria y Familia, Sección Informaciones, Córdoba s/d NOTA: El item “tierras” incluye compra de tierras, escrituras, loteos, subdivisión y amojonamiento El item “Infraestructura” incluye proyecto y construcción de redes de agua, luz, apertura, cordón cuneta y compactado de calles. El item “Vivienda” incluye todo lo referente a la vivienda en si misma: baños, mampostería, ampliaciones, etc. El item “Salón Comunitario” incluye construcción y ampliación de salones comunitarios. A la vez comenzaron a diversificarse los proyectos, rozándose a veces áreas ajenas al hábitat y al Ministerio, como temas de salud, educación y marginalidad social. A partir de un trabajo que ya venía realizando SERVIPROH, se desarrolló un plan de refuerzo nutricional propuesto por UOBDS y financiado por el gobierno. Además, se implementaron programas de apoyo comunitario para la minoridad y juventud en riesgo social, y un plan de capacitación de dirigentes de base para comunidades aún sin organización. En esta misma línea de vinculación entre proyectos de hábitat y proyectos extra-hábitat, se encuentra la construcción de edificios para escuelas, financiada por el Ministerio de Desarrollo Social. Estas escuelas entrarán en funcionamiento y serán equipadas con elementos y personal por decisión del Ministerio de Educación. Omar Flores, miembro de la mesa ejecutiva de la UOBDS, expresa lo que es un punto de acuerdo en esta cuestión: “no podemos pensar que hábitat sea solamente la tierra y la casa. Si construimos una casa vamos a encontrarnos que nos falta un centro de salud, una escuela, que hay marginalidad social igual”. Marcelo Mateo, director de CECOPAL, agrega : 52 "si el objetivo de mínima de la Mesa es combatir la pobreza, entonces hay que entender esto en un sentido amplio. No se puede construir una casa y meter a una familia a vivir así de simple, con el riesgo de trasladarla a la otra punta de la ciudad y que los padres pierdan el trabajo o que los chicos no tengan escuela donde ir”. Edith Bonelli, del SEHAS, destaca que otro punto importante de negociación fue el pago de la asistencia técnica. Esta financiación estuvo en un principio excluida de la mesa, y su inclusión respondió también a la presión conjunta de la Unión y las ONGs. El resultado fue la admisión de un porcentaje para asistencia técnica que ronda el 7% del monto total de proyectos en curso por ONG. En el cuadro siguiente se presentan los datos referidos a las asignaciones de fondos a través de las ONGs y su destino. En lo que hace a la institucionalización de la Mesa, primero se firmó un acta de compromiso entre las partes y luego salió en un decreto del gobernador. El “intercambio” político - a pedido explícito del Ministro Caferata - tuvo como contrapartida la organización de un festejo con 12.000 personas, por parte de la UOBDS y las ONGs. En este acto, Angeloz pronunció un discurso que se constituyó en un hito político para la UOBDS, donde reconoció públicamente que ningún partido con intención de gobernar puede pensar en hacerlo sin discutir con la UOBDS. En ese mismo acto se hizo pública la inclusión de Cordoba en el Plan Arraigo, lo que puede llegar a regularizar la precariedad de la propiedad de cerca de un 30% de las villas cordobesas, según Buthet. El mismo continúa: "ese acto fue en parte un apoyo político que el propio ministro pidió, pero a la vez fue una muestra de fuerza y de disposición a negociar por parte de la Unión”. Paralelamente, el Ministerio creó el Programa de Políticas Sociales Concertadas, lo que pone a la Mesa de Concertación como ítem en el presupuesto del Ministerio y de la Provincia, además de reconocerle un espacio permanente. 3. Una nueva distribución de funciones El funcionamiento de la Mesa de Concertación tiene su eje en la concertación de proyectos que se realiza entre la UOBDS representado por su Mesa Ejecutiva; el Ministerio de Desarrollo Social, representado por el propio Ministro, por funcionarios de la Secretaría de Políticas Concertadas y de Programación Social; y las ONGs, que envían dos representantes cada una. En este espacio se discuten a nivel genérico los proyectos presentados por la UOBDS, a su vez asesorada por las ONGs. La UODBS y las ONGs tienen su espacio propio e independiente de elaboración fuera de la Mesa de Concertación, para discutir y “cerrar” los proyectos a ser presentados, conocido como la Mesa Técnica de Hábitat. Allí se discuten y se elaboran las propuestas que se elevan a la Mesa de Concertación y a los organismos estatales implicados por aquellos (Energía, Saneamiento, Obras Públicas en general). Estos actores tienen ámbitos similares de discusión para otros temas, más específicos, como compra de tierras y figuras jurídicas. 53 Según Gladys de Achával, de la Mesa Ejecutiva de la UOBDS, estos espacios permiten maximizar la adecuación entre necesidades de los beneficiarios de los proyectos y exigencias técnicas, ya que los representantes de la UOBDS expresan las primeras y discuten las últimas con los técnicos de las ONGs. Marcos Galán agrega que esto permite presentar proyectos eficientes desde el punto de vista técnico y así sortear la falta de idoneidad del equipo técnico del Ministerio. En este punto se jugó una cuestión importante de la relación entre las ONGs y el Ministerio, ya que según él mismo explica ”no existía un cuerpo técnico preparado para evaluar las propuestas, a algunos técnicos del ministerio había que explicarles cosas básicas de proyectos constructivos. Además, se jugaba un tema de espacios de poderes que desde la burocracia no se querían ceder” El acuerdo con esto llega a los altos funcionarios del Ministerio. Mariel Ariaudo, subsecretaria de Programación Social, funcionaria de carrera y una de las promotoras de este proyecto desde el Ministerio, expresa que “la participación de las ONGs es una innovación importantísima en la política de desarrollo social. En primer lugar , porque permite relevar y focalizar las necesidades de la población como nunca se hizo. Antes estas cosas se fijaban más o menos arbitrariamente según intereses políticos del momento. La relación directa entre nosotros, las ONGs y la Unión nos lleva a destinar el presupuesto a necesidades reales. Además racionaliza el gasto porque ya no se contrata un pelotón de técnicos, trabajadores sociales, etcetera, sino que se utiliza el conocimiento y la capacidad instalada de las ONGs, lo que significa maximizar el gasto en asistencia técnica”. Si bien las ONGs mantienen entre sí un debate más o menos explícito acerca de su función en la Mesa de Concertación, el funcionameinto en la ejecución de los proyectos las mantiene en la función de asistencia técnica, tanto al nivel propiamente de vivienda, como a niveles sociales y políticos de organización. Es la organización de pobladores la que propone proyectos, presenta a los beneficiarios, acuerda con organismos del Estado y/o concesionarios privados y ejecuta por autoconstrucción o por empresa proveedora. La conduccón de la UODBS presenta los proyectos a la Mesa Técnica del Habitat, que son luego evaluados por el Ministerio y negociados con éste. En este punto hubo un importante avance en la concertación, ya que al principio esta evaluación era realizada directamente por técnicos del Ministerio, que no tenían medios ni la idoneidad necesaria para la tarea. El acuerdo actual, que recién empieza a probarse, es un sistema mixto del Ministerio y las ONGs para la evaluación técnica de los proyectos. En este esquema , existe un claro reconocimiento por parte de los tres actores de la racionalidad de la política concertada. Racionalidad en varios sentidos: en sentido económico, porque para el Estado la descentralización del gasto y delegación de funciones permite maximizar beneficios y controlar las realizaciones. Por su lado, para las ONGs significa un reconocimiento y una financiación fundamental de su asistencia técnica; y para los 54 beneficiarios significa la posibilidad de maximizar el beneficio del subsidio y tener así mayores logros materiales. Tambien racionalidad en un sentido técnico: la especialización de las ONGs y la capacidad de control y evaluación que esto supone permite un aprovechamiento de los recursos técnicos mucho mayor que si lo encarara el Estado. Puede agregarse también una racionalidad en sentido político, en tanto los tres actores reconocen a este espacio como el más idóneo para la definición de políticas. 4. Los temas en debate Si bien la Mesa de Concertación se ha constituido como un espacio válido de trabajo conjunto entre el Estado y las OPFSL en lo que hace a la propuesta y ejecución de políticas públicas, su existencia abre toda una serie de preguntas en relación a los temas desarrollados a lo largo de este trabajo. Gran parte de las nuevas perspectivas -y los nuevos problemas- que abre la Mesa de Concertación, tienen que ver con el costado político de la ejecución de política pública. En el sector gubernamental, principalmente en el partido oficialista -la UCRsurge en la “interna” el debate de la rentabilidad política de este espacio. La Mesa de Concertación es atacada o ignorada alternativamente por el Intendente de Córdoba -Martí-, y el Ministro Caferata es deslegitimado explícitamente desde distintos lugares del partido por no utilizar los recursos sociales para beneficio del partido. Sin embargo,en la estategia del Ministro Caferata no deja de estar presente la idea de acumulación política de esta experiencia. Estas cuestiones quedan sintetizadas en dos hechos que provocaron debates entre las ONGs y la UOBDS. Un caso es el del acto de festejo del decreto de institucionalización de la Mesa de Concertación y la incorporación al Plan Arraigo, de enorme impacto en las villas cordobesas. En este caso queda de manifiesto que el acto era una demostración de la convocatoria de la UOBDS en función de un apoyo al Ministro y al gobierno, lo que ponía en una situación política complicada a las organizaciones, que según su punto de vista estarían acumulando para el oficialismo. Si bien finalmente se decidió realizar el acto y la convocatoria fue enorme -12.000 personas-, el hecho siguiente planteó el revés de la cuestión. En un acto partidario el Intendente Martí declaró que no estaba de acuerdo con la política del Ministro Caferata de "darle plata a unos arquitectos zurdos” en vez de hacer política para el partido. Esta declaración fue grabada por un periodista que la presentó al plenario de la UOBDS. El debate allí fue si esto debía publicarse inmediatamente -no sólo por su caracter escandaloso, sino tambien como modo de demostrar la falta de compromiso político con el gobierno- o si debía ser utilizado como medio de presión para obligar a la Municipalidad a participar más activamente de la Mesa de Concertación. Prevaleció la primer posición, lo que tuvo el efecto buscado al punto de la paradoja, ya que al interior de la UCR el hecho fue evaluado como una acción de Caferata contra su rival interno. 55 Por otro lado, varios dirigentes tanto de las ONGs como de la UOBDS, están públicamente vinculados al Frente Grande y fueron candidatos. Esto es visto por algunas ONGs y por el gobierno como un factor de deslegitimación de la Mesa como espacio de negociación, en tanto ésta ya no sería un espacio neutral partidariamente y pasaría en cambio a ser un escenario más de la lucha político-partidaria. Desde el sector de las OPFSL que da el paso a la política, la cuestión es vista como un avance dentro de una estrategia en la que la Mesa de Concertación es una meta importante pero no la última. Se sostiene que la Mesa es útil a fin de constituir un actor social hasta entonces excluido de la escena pública, y de este modo comenzar una articulación de experiencias político-sociales opuestas al ajuste. A partir de esta cuestíón se vuelve al debate político acerca de la función de la Mesa, debate que implica a los tres actores. ¿Su función es paliar los efectos de una ajuste de todos modos necesario? ¿O es una conquista que tiene como primer efecto ese paliativo, pero que apunta a no ser la válvula de escape del ajuste, sino justamente, el comienzo de una oposición masiva? En todo caso, los efectos de esta transición son más importantes con respecto a la relación de los actores entre sí que al interior de cada uno de ellos. Si bien el debate interno puede introducir trabas y hacer peligrar las negociaciones, la cuestión verdaderamente importante es que el sector gubernamental tiene en última instancia el poder de decisión de continuar con esta política, lo que podría cortarse, según amenaza, si las organizaciones apoyan partidariamente e un sector. Desde el lado de la UOBDS y de las ONGs, independientemente de la posición que asuman, hay conciencia de que esto significaría un golpe demasiado fuerte. En efecto, la construcción del actor político, de su legitimidad para negociar, está basada en una movilización y una conciencia de derechos de los beneficiarios que no deja de alimentarse de los logros obtenidos por la existencia de la Mesa como espacio de negociación. La pregunta que se plantea, y que condiciona permanentemente el poder de negociación es ¿qué pasa con la UODBS, la movilización, la conciencia de derechos, si se corta el “chorro”? Desde otro punto de vista, este debate es el reflejo “externo”, hacia la política, de otro debate, hacia el interior de la Mesa de Concertación acerca de la distribución de roles. ¿Cuál es la función de cada actor en este contexto? Algunas ONGs se consideran como un actor autónomo aliado estratégicamente con la UOBDS, y consideran que deben resistirse a ser meros efectores de la política oficial. Desde este punto de vista, ésta sería la intención del Ministerio, algo así como una “privatización” de la política social. Otras organizaciones ven la cuestión de modo distinto, y destacan el hecho de la peculiaridad de la experiencia cordobesa. A diferencia del trabajo tradicional de las ONGs, en este caso existe un financiamiento estatal y se encuentran participando de una actividad gubernamental. Y a diferencia del caso hipotético de la “privatización”, no se consideran meros efectores, sino que destacan el servicio de apoyo técnico que brindan a la UOBDS, a partir de la evaluación de las propuestas aprobadas en la Mesa de Concertación, y luego financiados por el gobierno. Un punto importante en esta 56 perspectiva es el nuevo sistema de evaluación de proyectos, ya que significa un reconocimiento de las ONGs no sólo como “descentralizadoras” de la política pública, o como actor interesado en la concertación, sino que se las coloca, en una particular situación de paridad con el Ministerio. Todas estas cuestiones ponen de manifiesto varios de los problemas que han ido planteándose a lo largo de este trabajo. En primer lugar, la temática de la ejecución de programas sociales por el Estado y las OPFSL, tratada en el debate académico internacional desde una perspectiva funcional y técnica, revela en el caso concreto de la Mesa de Concertación un costado fuertemente político que no puede ser soslayado. La "fórmula" del Estado como proveedor de fondos y las OPFSL como brindadoras de servicios -al menos en el caso de Argentina- se muestra aquí como un complejo caso de relaciones y presiones políticas. El Estado no es un Estado "neutral", sino que se presenta ligado a un partido e inserto en un juego político. Esto revela, a su vez, el problema de cuáles son los límites de la acción generada por las OPFSL, o dicho de otro modo, hasta qué punto las organizaciones de la sociedad civil pueden bregar por objetivos no coincidentes con los sostenidos desde el Estado, al no ser este sólo una maquinaria administrativa. En el contexto de la década del 60, en la que la acción de las organizaciones iba acompañada de un ideal de transformación social y de "poder popular", no se planteaban estas contradicciones: se actuaba al margen del Estado, y en un sentido, contra él. Actualmente, cuando como en este caso lo que se plantea es un trabajo en conjunto, surge de inmediato la pregunta por los límites: ¿hasta qué punto una política pública es sólo un tema técnico? ¿ hasta qué punto tienen las organizaciones de la sociedad civil derecho a definir las características de esa misma política pública? ¿bajo qué argumentos se ponen los límites? En el caso de Córdoba, la opción -planteada por las ONGs específicamente- entre ser una válvula de escape a un ajuste necesario o plantear una oposición a ese ajuste, expone claramente estas cuestiones. Si las políticas públicas se consideran como un tema técnico dentro de una estructura social considerada legítima, la opción de las OPFSL será la primera. Si todavía es fuerte el espíritu autónomo e impugnador de las estructuras sociales que caracterizó la década de los 60, la opción será la segunda, y serán escasas las posibilidades de establecer una relación duradera con el Estado. En cualquiera de los dos casos, lo que se está expresando es el cambio que señalábamos en la segunda parte de este trabajo: las profundas transformaciones culturales a partir de los 80 provocan un límite a las aspiraciones de poder del participacionismo, y generan reacomodamientos en el mundo de las OPFSL. Mientras algunas organizaciones continúan con la matriz simbólica sesentista, hay otras que consideran positiva la acción junto al Estado, y destacan la particularidad de los espacios ganados al interior de esa acción -tal es el caso de la participación en la evaluación de proyectos de la UOBDS- que los diferencia del papel de meros efectores de políticas, sin participar en su diseño. 57 V. CONCLUSIONES Las relaciones entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil atravesaron históricamente por distintos momentos, y estuvieron marcadas por los cambios a todo nivel que aquí enfocamos desde una dimensión cultural. La intención de entender el presente de esa relación, recurriendo a la historia pero sin intentar un relato histórico detallado, es la que guió este trabajo. Actualmente, en el contexto internacional -desde los organismos multilaterales de financiamiento y las agencias internacionales, aunque también desde el debate académico- existe una tendencia al establecimiento de relaciones de cooperación entre los dos actores que nos ocupan. Es posible nombrar dos de los factores que condujeron a esta tendencia. Por un lado, la crisis del Estado de bienestar a partir de la década del 70 provocó el interés público en las OPFSL como alternativas a tener en cuenta para la provisión de servicios sociales. Por otro lado, este "redescubrimiento de la sociedad civil" pronto se reveló, en palabras de Alan Wolfe, como una alternativa que más que resolver problemas agregó nuevas perspectivas. Así, el impulso original de las OPFSL bajo un modelo de iniciativa privada versus iniciativa estatal, ha mutado en un modelo de cooperación, en el que se delinea el rol del Estado como proveedor de fondos y el rol de las OPFSL como proveedoras de servicios. ¿Qué sucede con esta tendencia en la Argentina? En nuestro país, la aparición de las OPFSL en el espacio público estuvo profundamente marcado por lo que aquí denominamos "fenómeno ONG", es decir el protagonismo de ciertas organizaciones de la sociedad civil -aquellas vinculadas a la reivindicación de derechos, de minorías y al desarrollo social- en el contexto de oposición a la dictadura militar y advenimiento de la democracia en los 80. El accionar de estas organizaciones se encuadró, en gran medida, dentro del paradigma de la década del 60, caracterizado por la revalorización de las bases y la crítica a formas de relación con los pobres basadas en la caridad. El papel de las organizaciones se definía como parte implicada en un juego dialógico con los sectores oprimidos, al margen del Estado. Ahora bien, el crecimiento y la diversidad en la sociedad civil que advino lentamente con la vuelta de la democracia, sumado a los cambios a nivel mundial que signaron el inicio de los 90, conducen a nuevos modos de accionar y nuevos actores, que plantean otros paradigmas. Fundamentalmente pueden señalarse dos cambios en lo que atañe al mundo de las organizaciones de la sociedad civil. Por un lado, se amplía el universo de las estrictamente ONGs, para dar lugar en el espacio público a organizaciones tradicionales, a otras no implicadas con el modo de accionar heredero de los 60, a fundaciones -las que fueron protagonistas de un extraordinario crecimiento en los primeros años de esta década-. Pertenecer a este universo ya no implicará necesariamente una relación con la 58 tradición progresista de los 60. Por otro lado, se abren nuevas posiblidades de relación con el Estado, se plantean otras modalidades de trabajo que tienen en cuenta las exigencias del mercado y otras fuentes de ayuda financiera. A pesar de ser posible señalar estos cambios, no es posible avanzar mucho más en lo que respecta a la relación actual entre el Estado y las OPFSL. Como planteamos en la segunda parte de este trabajo -a partir de considerar la evaluación que realizan los propios actores-, sólo está dado un primer paso: se reconoce al otro como interlocutor. Aún falta precisar los respectivos papeles y las características del vínculo. Esto puede verse concretamente en la tercera parte de este trabajo. A partir de los programas estatales de los que ha podido relevarse la suficiente información, puede decirse que ha habido un cambio desde el advenimiento de la democracia a partir de 1983 en la vinculación entre áreas de gobierno y OPFSL de distinto tipo. Aunque aquí hemos detallado aquellas áreas de gobierno que se vinculan más directamente con la provisión de servicios sociales, existen otras, tales como las de derechos humanos y de derechos del consumidor, que también han entablado relaciones promisorias con las organizaciones del tercer sector. No obstante advertirse un cambio, se observa aún cierta preeminencia de lo declarativo por sobre los resultados concretos. Desde el Estado, más allá de las buenas intenciones existentes entre los técnicos que impulsan algunos programas, no se revela concretamente un interés especial en fortalecer las prácticas de las OPFSL. Las politicas sociales, aún después de más de diez años de democracia, continúan fuertemente cruzadas por intereses político-partidarios. Además, existen fuertes superposiciones entre diferentes áreas gubernamentales que sostienen iniciativas similares. Se pone así de manifiesto los déficits en materia de coordinación a nivel del Gobierno Nacional, y de éste con los gobiernos provinciales y las autoridades municipales. De hecho, se trata de una falta de visión de conjunto acerca del sistema de política social que se pretende, y, por ende, de cuáles son los respectivos roles del Estado, el mercado y las organizaciones de la sociedad civil. En el caso de algunas reparticiones estatales, a estas superposiciones se suma un problema jurisdiccional, por el cual no existe adecuación entre los objetivos del programa y el área que lo lleva adelante. Es el caso del Ministerio de Interior, desarrollando programas en relación a temáticas aparentemente "políticas" pero con un fuerte contenido social más cercano a las incumbencias de otros ministerios; o lo que sucede con el Ministerio de Economía en relación a los programas de empleo. Esta situación acarrea falta de operatividad y carencia de personal idóneo para ejecutar las actividades en forma adecuada. Por otro lado, existe muy poca difusión de los programas con ONGs, lo cual establece una barrera a la entrada para las organizaciones comunitarias que están distantes de los centros de decisión, tanto por cuestiones geográficas como de vinculación con los funcionarios que llevan adelante estas propuestas. En tal sentido, las 59 organzaciones desconocen la existencia de programas, las formas de acceso, los contenidos y requisitos para su incorporación. Se revela así la existencia de un conjunto de problemas para lograr una articulación mas fluida entre el Estado y las OPFSL, que deviene de la desconfianza y en algunos casos, de la desvaloración con que cada una de las partes observa a la otra. Esto a su vez se relaciona con las propias tradiciones políticas que han hecho que desde el Estado exista cierta propensión a cooptar las formas de organización que surgen en la sociedad civil. Por último, cabe decir que la emergencia de numerosos programas sociales que incluyen un componente de trabajo con ONGs, si bien puede vincularse con la toma de conciencia sobre la importancia de éstas, también tiene una fuerte vinculación con la insistencia de los organismos multilaterales de financiamiento (BID, Banco Mundial) o de agencias internacionales (UNICEF, UNESCO) que pretenden lograr una mayor transparencia y eficiencia en la ejecución de los programas en los que participan. El caso de la Mesa de Concertación de Córdoba presenta algunas características particulares en relación a estos programas nacionales. En primer lugar, es un espacio institucional creado a instancias de las propias organizaciones de la sociedad civil, más que convocado desde el Estado. En este sentido, presenta una mayor claridad en las relaciones entre ambos actores, donde los roles de cada uno, si bien existen una serie de debates, están establecidos. En segundo lugar, el hecho que se lleve adelante en un Estado provincial permite una mayor fluidez en las relaciones, así como la posibilidad de la articulación de los grupos de base y las ONGs en función de presionar para la solución de sus problemas. Sin embargo, a pesar de estas particularidades, siguen presentándose los problemas señalados en relación a la tensión entre la autonomía política de las organizaciones de la sociedad civil y su trabajo conjunto con el Estado. En el caso de Córdoba, esto se expresa sobre todo en el tema que ha partido aguas entre las ONGs implicadas: la aceptación o no de la vinculación política con la oposición al gobierno provincial. En este sentido, distinguir entre estado y gobierno puede ser el punto de partida para una relación más fructífera, responsable y eficiente con las organizaciones de la sociedad civil. 60 BIBLIOGRAFIA BADELT, Christoph (1992) "Voluntary organizations in the Welfare State: Equity versus efficiency issues in institutional choice", Paper for "Third International Conference of Research on Voluntary and Non Profit Organizations", Indiana. BAIMA DE BORRI, Marta (1993) Las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo frente a la crisis habitacional de los sectores populares, SEHAS, Art. 9.1, Córdoba. BUTHET, Carlos (1993) La participación de las ONGs en las políticas sociales: el caso argentino, SEHAS, Art.11, Córdoba. CATALANO, José (1992) “Investigación y extensión para el productor minifundista”: la acción del INTA, en Problemática de los pequeños productores, tecnologías apropiadas, agroecología y desarrollo sostenible, mimeo, INDES, Buenos Aires. 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SECRETARÍA DE DESARROLLO SOCIAL, Presidencia de la Nación (1994) 63 Punto de Encuentro, Publicación del Plan de Acción en favor de la Madre y el Niño, Varios números, Ministerio de Salud y Acción Social, Buenos Aires. ENTREVISTAS Ofelia Zeff, INDES, Mayo-Junio de 1994. Susana Aparicio, PSA-UTCN, Junio de 1994 E.González Estévez, responsable de área en la Subsecretaría de Coordinación Técnica de la Secretaría de Desarrollo Social, Junio de 1994. Liliana Gardella, miembro del equipo de la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad, Junio de 1994. Lidia Michelena, Subsecretaria de Fromación Profesional, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Marzo de 1995. Eduardo Amadeo, Secretario de Desarrollo social, Febrero de 1995. Juan Peña, Director del Proyecto Centro Nacional de Organizaciones Comunitarias (CENOC), Marzo de 1995. Josefina Fernandez, Directora del Programa de Fortalecimiento a Organizaciones no Gubernamentales, Consejo Nacional de la Mujer, Marzo de 1995. Juan Moscardi, Area Operaciones, Proyecto Joven, Ministerio de Economía, Noviembre 1994. Edith Bonelli, miembro del SEHAS Carlos Buthet, director del SEHAS Marcelo Mateo, director de CECOPAL Marcos Galán, director del Taller Mujica Omar Flores, miembro de la Mesa Ejecutiva de la UOBDS Gladys de Achával, miembro de la Mesa Ejecutiva de la UOBDS Mariel Ariaudo, Subsecretaria de Progrmación Social, Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Córdoba. Sr. Sirolli, Director del Registro Nacional de Entidades de Bien Público Sra. Beatriz Orlowski de Amadeo, Director del Centro Nacional de Organizaciones Comunitarias 64 CUADROS 65 PROGRAMAS DE ESTIMULO A LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS AREA DEL ESTADO NOMBRE DEL PROGRAM A Secretaría de Unidad Agricul-tura, Planes y Ganadería y Proyectos. Pesca (SAGyP)/ Instituto Nacional de Tecnol. Agropecuaria.(INT A) CARACTERISTICAS (Focalización, Modalidad y Objetivos) MODALIDAD DE INTERVENCION ONGs Productores Minifundistas. Asesoramiento Metodologías de trabajo Formulación de proyectos Capacitación Investigación 8000 organiz grupos asocia Minifundio, con Asesoramiento en la toma de focalización en las áreas decisiones. geográficas más críticas. Asistencia técnica y capacitación en los subprogramas. Se ha 5964 f en 444 $4,1 m 06/94) Acuerdo interinstitucional proyectos experimentación, desarrollo transferencia tecnología. RESUL DE LAS en de y de Aumentar la productividad y la diversificación mediante tecnologías adaptadas. SAGyP Programa Social Agropecuari o (PSA) Créditos, subsidios selectivos, asistencia técnica y capacitación. Promover la participación organizada del productor y su flía. en las decisiones, políticas 66 y proyectos. 67 PROGRAMAS DE CAPACITACION LABORAL Y FOMENTO DEL EMPLEO AREA DEL ESTADO NOMBRE DEL PROGRAMA CARACTERISTICAS (Focalización, Modalidad y Objetivos) Min. de Trabajo/S ubs de Formació n Profesion al Programa de Personas Desempleadas Formación Profesional MODALIDAD DE INTERVENCION DE LAS ONGs R Capacitar y aportar S/ recursos complementarios a los del Ministerio de Trabajo. Convenio con instituciones que brindan capacitación. Mejorar las capacidades trabajadores sin empleo. Min. de Trabajo/S ubs de Empleo. de los Programa de Trabajadores afectados por largos Empleo de períodos de desempleo, mayores de 45 Interés Social. años y calificaciones no adaptadas al mercado de trabajo. Las ONGs asumen el carácter de empleadoras por un período inferior a 6 meses, financiadas por el Fondo Nacional del Empleo. S Las ONGs participan como proveedoras de cursos de capacitación en igualdad de condiciones con otros oferentes. H 19 co in au 30 fin ha tra Convenio con ONGs. Apoyo a obras de interés social llevadas a cabo por organizaciones sin fines de lucro. Ministerio de Economía . Proyecto Desempleo Juvenil Joven/ Programa de Apoyo a la Reconversión Productiva/BID. 68 Cursos de Capacitación y pasantías de entrenamiento en empresas. Capacitar a jóvenes en ocupaciones semi-alificadas con probada demanda en el mercado laboral. PROGRAMAS DE DESARROLLO SOCIAL Y COMUNITARIO AREA DEL ESTADO NOMBRE DEL PROGRAM A CARACTERISTICAS (Focalización, Modalidad Objetivos) MODALIDAD DE y INTERVENCION DE LAS ONGs Secretaría de Desarrollo Social. Programa Fortalecimi ento de la Sociedad Civil. Apoyo a ONGs mediante programas de capacitación de líderes comunitarios en gerenciamiento de proyectos y a través de la creación de un centro de información sobre organizaciones de la sociedad civil. Se ha convocado a un gupo reducido de ONGs para que asesoren y brinden informacion sobre sus porpias bases de datos. RESULT En Marz comenza empadro organiza comunita un censo Acuerdos con ONG's Fortalecimiento gubernamental. Presidenc ia de la Nación / Consejo Nacional de la Mujer del mundo no Programa Problemática de la mujer de Fortalecimi ento de ONGs de Mujeres. Apoyo técnico y organizativo con proyectos destinados a reducir la brecha entre géneros. Impulsar a las ONGs a que trasciendan el plano reflexivo: proyectos operativos y replicables. Formulación de Se han proyectos y proyecto participación en el total de $ asesoramiento a los programas que encara el Consejo. 69 PROGRAMAS DE DESARROLLO SOCIAL Y COMUNITARIO (Continuación) AREA DEL ESTADO NOMBRE DEL PROGRAM A CARACTERISTICAS (Focalización, Modalidad y Objetivos) Ministerio de Salud y Acción Social Programa Cobertura de salud y nutrición para Materno embarazadas y niños de hasta 6 años. Infantil y de Nutrición. (PROMIN) MODALIDAD DE INTERVENCION DE LAS ONGs RES Programan las actividades en las que participan. Pueden actuar como efectoras directas de servicios y/o tomando a su cargo las labores de asistencia técnica y capacitación; así como en tareas de auditoría. El logra nue capa com los gub no gub Sin esca de é la p entr insta Convenios con instancias gubernamentales locales y con las organizaciones comunitarias. Disminuir la morbilidad y mortalidad infantil a través del incremento en calidad y cantidad de las prestaciones asistenciales y nutricionales, articulándolas con el sistema de enseñanza prescolar. Ministerio Varios del Interior Programas. / Subsec. de Relacione s con la Comunida d Derechos subjetivos y fortalecimiento Tareas de No comunitario. asesoramiento, sum difusión, sensibilización y participación en acciones de defensa civil. 70 Sensibilización, difusión y educación. Constitución de redes de ONGs. Fortalecimiento de ONG's que defienden derechos del ciudadano.